Rusia lanza una advertencia a Ucrania: si continúa su proceso de adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) la situación en el Dobás se agravará. Sin embargo, el presidente ucraniano Vladímir Zelenski hace oídos sordos y presiona a sus socios internacionales para acelerar el ingreso. Zelenski aseguró en una llamada telefónica al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, que dicha acción "es la única vía para poner fin al conflicto en el Donbás". Pero Moscú rechaza el acercamiento ucraniano hacia los países occidentales.
"Ahora Kiev pasó de criticar el marco político de regulación de la crisis del Donbás a amenazar con una ofensiva militar. Espero que esto ayude a reevaluar esta actitud serena de las capitales europeas y que exijan al señor Zelensky que cumpla plenamente los acuerdos de Minsk", declaró el ministro de Asuntos de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
Lo más urgente para Ucrania es acceder al Plan de Acción para la Adhesión de Ucrania a la OTAN (MAP, en inglés), porque ello enviaría "una señal a la Federación Rusa", calificada por Kiev de Estado agresor por la anexión de la península de Crimea en 2014 y su papel en el conflicto en el este de Ucrania desde hace siete años.
Kiev ha alertado en los últimos días en una intensa campaña diplomática a los miembros de la OTAN y a la Unión Europea, el aumento de las violenciones del alto el fuego en el territorio, además del incremento de tropas y armamento de Rusia en la frontera con Ucrania.
La Presidencia ucraniana ha denunciado cerca de 600 violaciones de alto el fuego desde principios de año y ha acusado a Rusia de intentar "torpedear" el proceso de paz, al igual que el régimen de alto el fuego en vigor desde febrero de 2015 y que fue reforzado a finales de julio de 2020.
El Kremlin ha respondido a los señalamientos diciendo que desplaza sus fuerzas armadas dentro de su territorio de forma discrecional y asegura que esto no supone ninguna amenaza para nadie.
El conflicto armado en el este del país se ha cobrado en siete años la vida de unas 14.000 personas, según la ONU.