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viernes, 13 de junio de 2025

Anatomía del poder: lo que Roma enseñó sobre gobiernos y gobernantes

De todas las grandes épocas de la historia, los periodos de la República y el Imperio romanos son algunos de los que más interés han provocado desde siempre. Libros, películas, exposiciones y videojuegos han recreado esa civilización cuyo dominio en Occidente nos legó figuras como Julio César, Augusto, Trajano o Marco Aurelio.

Sin embargo, de todos los que han abordado estos y otros grandes mitos a través de la ficción, nadie lo ha hecho con tanto éxito como el escritor valenciano Santiago Posteguillo. Este autor, uno de los mayores referentes nacionales e internacionales de la novela histórica, ha vendido millones de ejemplares con varias sagas literarias sobre la que es su obsesión desde bien niño: la antigua Roma.

Famoso por su rigor histórico, que siempre ha asegurado compatible con atraer a “millones de lectores”, este autor dedica mucho tiempo a la investigación para recrear de la mejor manera posible los escenarios y épocas de sus libros. Así, desde Infobae España hemos querido recomendar a nuestros lectores algunos de los que, para nosotros, son los mejores libros que Posteguillo ha publicado de cara a conocer con más profundidad esta antigua civilización, clave en la conformación de la cultura occidental.

Una gran manera de adentrarse en la sociedad romana es a través de la que está siendo la saga más reciente del escritor español. Y es que Posteguillo, ya confirmado como un autor de cabecera en lo que a la Antigua Roma se refiere, ha decidido iniciar un nuevo proyecto en el que su protagonista no es otro que Gayo Julio César. Político, general, dictador -y también reputado seductor, dadas sus relaciones amorosas con varias reinas, entre ellas Cleopatra-, la figura del que fue el hombre más poderoso de Roma es una gran puerta de entrada para conocer esta época clásica. En Roma soy yo, además, se puede conocer al detalle los orígenes que marcaron al hombre que sería en un futuro. Los asesinos del emperador

Julio César es una de las víctimas más célebres de los llamados magnicidios, asesinatos que en la Antigua Roma se dieron más de una vez. En el siglo I después de Cristo, el emperador Domiciano también fue víctima de una conspiración para acabar con su vida, algo que implicó directamente a Trajano, protagonista de una de las sagas literarias más queridas por parte de los lectores de Posteguillo. Así, en Los asesinos del emperador, el escritor rescata el que se considera el primer emperador romano de origen hispano, figura imprescindible que presidió la mayor expansión militar de la historia del Imperio.

Con la llegada de Yo, Julia, Santiago Posteguillo obtuvo el galardón literario con mayor dotación económica del mundo: el Premio Planeta. En esta novela, el escritor viaja hasta el siglo II d. C. para presentar a la que, hasta la fecha, ha sido su única protagonista femenina: Julia Domna, “hija de reyes, madre de césares y esposa de emperador”. Una apasionante novela histórica en la que los lectores asisten al nacimiento de una dinastía, no sin antes enfrentarse a una encarnizada lucha por el poder. Africanus: el hijo del cónsul

El primer proyecto narrativo de Posteguillo que vimos publicarse fue Africanus. El hijo del cónsul, primera parte de una trilogía basada en la vida de Escipión el Africano, un general conocido por vencer a Aníbal en la batalla de Zama en lo que fue el final de la segunda guerra púnica. No está nada mal, si se tiene en cuenta que Aníbal llevaba años ganando contiendas en toda Italia durante más de 16 años. Escipión fue, además, el responsable de la destrucción de los ejércitos de Magón Barca y de Asdrúbal, hazañas con las que finalmente Hispania quedó en manos de los romanos.

Maldita Roma. La conquista del poder de Julio César

Maldita Roma es la última novela que Santiago Posteguillo ha publicado y, a decir verdad, la que más ha gustado a sus lectores. Al menos, eso es lo que parece en redes sociales como Goodreads, donde este libro, segunda parte de las seis que planea hacer el famoso escritor sobre Julio César. Este libro empieza con el personaje nada más haber sido exiliado de Roma en el año 75 a.C., un contratiempo que no impide que vaya a prepararse para intentar ingresar en el Senado de la República para enfrentarse al temido Cicerón.

viernes, 31 de enero de 2025

El 31 de enero de cada año es la fecha instituida para recordar la fundación del pueblo de Zárate


 

Posteriormente las tierras fueron adjudicadas, como mercedes, a distintos beneficiarios entre los años 1604 y 1635 pero la mayoría de ellas pasaron a ser propiedad, bajo diversas circunstancias, de la Compañía de Jesús que organizó entonces una gran explotación agropecuaria. Expulsada por el rey de España Carlos III, en 1767, gran parte de sustierras fueron compradas por Don José Antonio de Otálora en 1785.

Hacia fines del Siglo XVII Don Gonzalo de Zárate disponía también de posesiones en esta zona, con frente al Paraná de las Palmas, adquiridas a los herederos de las primitivas mercedes constituyendo, de este modo, “una unidad de explotación compuesta de un total de 9000 varas de frente, probablemente con la intención de destinar la misma a la cría del ganado mular ya que las rinconadas indivisas eran consideradas las tierras más propicias para la concentración de este híbrido:”

En consecuencia, hacia esa época, todas las tierras de nuestro Partido quedaban comprendidas dentro de estas dos únicas propiedades, al constituirse el Virreinato del Río de la Plata y organizarse la administración civil el área quedó incorporada al Partido de Exaltación de la Cruz, dependiente del Cabildo de Luján.

Gonzalo de Zárate

En la publicación de la Colección “Nuestra Historia”: HISTORIAS DE FAMILIAS. EL RINCÓN DE LOS ZÁRATE Y OTRAS FAMILIAS COLONIALES, su autor, Lic. Sergio Daniel Robles señala: “El surgimiento del pueblo de Zárate, aunque no está vinculado directamente a Gonzalo de Zárate, terrateniente que dio nombre al Rincón homónimo, en cambio sí lo está a su familia. Su descendencia permaneció (y permanece) en el lugar poblando la comarca, promoviendo la formalización del pueblo y, una vez constituido el Partido, dando por varias décadas sus primeras autoridades.

El historiador local Vicente Raúl Botta, recogiendo la tradición oral, sostuvo que Gonzalo de Zárate era oriundo del Paraguay, del cual procedían por entonces una parte de los pobladores de Buenos Aires. Apoya esta aseveración el hecho de que uno de sus hijos; Eusebio Alejandro, haya nacido -según Raúl Molina- en aquella provincia. Sin embargo, en su testamento otorgado en 1707, Zárate declaró que era natural de la ciudad de Buenos Aires.”

Sus padres fueron Cristóbal de Zárate - que se desempeñó como soldado del presidio (en el Fuerte) entre los años 1653-1660 - y Lorenza de Abreu. Contrajo matrimonio con Doña Ana de Sayás el 5 de mayo de 1681.

En la publicación citada su autor refiere que: “Hacia la segunda mitad del siglo XVII, Zárate se desempeñó como oficial en una de las compañías de infantería de la guarnición de Buenos Aires, siendo asignado posteriormente a la vigilancia de las costas del Paraná, con el propósito de evitar posibles incursiones extranjeras, especialmente de portugueses, que practicaban con regularidad el comercio ilegal.

Hacia el último cuarto del siglo, Zárate decidió dedicarse a las actividades agropecuarias adquiriendo las tierras de rinconada en el pago de las Palmas.” Gonzalo de Zárate, como tantos otros estancieros de la zona, se dedicó a la cría de mulas complementado esta actividad con la agricultura, particularmente la producción triguera. Otro sector de sus tierras fue destinado al pastoreo de vacunos y ovinos

Su testamento fue fechado el 28 de febrero de 1707. Gonzalo de Zárate falleció en Buenos Aires en 1711 y fue sepultado, de acuerdo a su voluntad, en la iglesia del convento de San francisco en Buenos Aires.

Fallecida Ana de Sayás en 1744, se procedió a realizar la subdivisión definitiva de los bienes entre los descendientes del matrimonio siendo repartidas las tierras entre Eusebio, Gregoria; José y Pascual, quien recibió la porción mayor. Los otros hijos María Rosa y Gonzalo habían fallecido y Bartolomé se excluyó por ser religioso. De este modo, la propiedad de Gonzalo de Zárate comenzaba el lento pero sostenido proceso de fragmentación.



Los hermanos Anta y la fundación del pueblo Por la combinación de diversos factores, destacándose entre ellos la fragmentación de la propiedad y los beneficios que brindaba la existencia de puerto natural como punto de comunicación entre la Mesopotamia y Buenos Aires, había surgido un poblado en las inmediaciones del mismo que debió haber sido lo suficientemente atractivo como para que, en 1798, se estableciera un Real Estanco -lugar destinado a la venta de tabaco, naipes y yerba matey pocos años después se erigiera un pequeño oratorio conocido por El Salvador.

En el libro LOS QUE PASARON: GENTES EN LA HISTORIA DE ZÁRATE - Colección: Biografías Vol. 2, Sergio Daniel Robles relata que: “En aquel paraje rural de Zárate, plagado de parientes, nacieron y crecieron Pedro y su hermano menor José Antonio Anta, descendientes de los antiguos pobladores de la región. La madre, Mercedes Cabrera, era hija de María de las Nieves Zárate, una de las nietas de Gonzalo. Sin embargo, los hermanos tenían distinto padre: el primero fue hijo de un cubano llamado Patricio Piña mientras que el segundo lo fue del gallego José de Anta. Pedro, sin embargo, usó con frecuencia el apellido de su padrastro, el cual terminó adoptando”.

Los hermanos Anta tenían estancia y pulpería en las tierras que arrendaban a su pariente Mariano de Maza en los conflictivos tiempos de la Revolución de Mayo. Ataques sobre Zárate y otras poblaciones ribereñas motivaron que, en 1814, el Director Supremo Gervasio Posadas nombrara, mediante decreto, fuerzas guardacostas en diversos sitios siendo designados en el Puerto de Zárate Pedro Anta como teniente de la Compañía Cívica Guardacostas y su hermano José Antonio como subteniente.

En la obra citada, y ya en directa relación con la formalización del Pueblo de Zárate, Robles señala: “Pasados aquellos primeros años de inseguridad los Anta pudieron dedicarse con mayor tranquilidad a prosperar como comerciantes. Desde hacía tiempo que en su casa tenían una pulpería y cancha de bochas donde solían reunirse los paisanos en busca de alguna diversión.

Junto a esta actividad, los hermanos tuvieron otros intereses económicos ya que poseyeron varias carretas para el transporte de productos y explotaron terrenos propios o arrendados, dedicados a sembradíos y la cría de animales.”

Esta prosperidad económica les permitió adquirir, hacia 1817, parte de las tierras que arrendaban a su pariente Maza y pocos años después (1822) incorporaron nuevas parcelas linderas por compra a Fermín de Zárate -hijo de Pascual- en tanto que en 1823 efectuaron una nueva compra a Maza consistente en un terreno de cuatrocientas varas de frente al Paraná de las Palmas y una legua de fondo, que le habría correspondido por herencia de sus abuelos Don Pascual y Doña Pascuala Zárate.

Sobre el particular Robles refiere: “Por primera vez en mucho tiempo se había iniciado, en La Pesquería y Rincón de Zárate, un proceso de reconcentración de la propiedad de la tierra. Sin embargo, la estancia de los Anta puede considerarse de medianas dimensiones: nacía en las barrancas, pero la parte cultivada y poblada comenzaba sobre los fondos de la actual calle Perú, a la altura de los silos de Ustáriz. El campo estaba surcado por la cañada de Bustos, que corría próxima a la casa de los Anta.”

En la reconstrucción del plano de las tierras de los Zárate se visualiza la fracción de Pascual de Zárate localizándose, en base a las adquisiciones señaladas precedentemente, la estancia de los Anta en un sector de la misma. Hoy -sumamente fragmentada las tierras a lo largo de los siglos XIX y XX- se halla incorporada al área urbana de Zárate ameritando su importancia histórica en este proceso de formación del pueblo la conveniencia de profundizar las investigaciones, iniciadas hace varias décadas, con el objetivo de llevar adelante la puesta en valor del sitio y las construcciones que pertenecieron a los hermanos Anta y su declaratoria de Interés Municipal.

Por iniciativa de los Anta y, probablemente, con el objetivo de valorizar las tierras; de ordenar a la población existente -concentrada a borde y en la parte baja de las barrancas- y de guiar el proceso de expansión territorial decidieron vender, en 1825, a Rafael Pividal 1.144 varas de tierras con el objeto de “fundar el pueblo de Zárate”. A tales efectos Pividal -fue un antiguo vecino, casado con María Moure, quien era propietario de un establecimiento comercial en San Andrés de Giles, en sociedad con Álvaro de la Riestra- contrató los servicios del agrimensor Manuel Eguía para que realizara el plano de mensura y el primer trazado de lo que sería el pueblo procediendo, luego, a la venta de solares.

Manuel Eguía nació en Buenos Aires a principios del Siglo XIX y murió en la misma ciudad el 20 de junio de 1880. En el transcurso de su vida tuvo una importante actividad pública, pues en el año 1852 formó parte de la Comisión de Obras Públicas que reorganizó al Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires. Posteriormente, en el año 1854, fue elegido Diputado Constituyente y formó parte de la Honorable Sala de Representantes que sancionó la Constitución del Estado de Buenos Aires. Por Ordenanza N° 3964/11 una de las calles del Barrio VI.PER.MUN. fue designada con su nombre

EL PLANO DEL RINCON DE ZÁRATE Y TRAZA DEL PUEBLO fue aprobado por el gobierno el día 31 de enero de 1827.







martes, 28 de enero de 2025

Cómo Hitler desmanteló la democracia alemana en 53 días

El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler fue nombrado canciller de la República de Weimar, marcando el inicio de uno de los procesos más rápidos y dramáticamente efectivos de desmantelamiento de una democracia en la historia moderna. En menos de dos meses, el régimen nazi transformó un sistema constitucional en una dictadura, utilizando los mismos mecanismos legales diseñados para proteger el sistema democrático.

En un extenso artículo para The Atlantic, el historiador Timothy W. Ryback explica cómo este proceso, lejos de ser inevitable, revela las vulnerabilidades de un sistema político incapaz de contener a quienes buscan su destrucción desde dentro.

La República de Weimar, establecida tras la Primera Guerra Mundial, enfrentaba una serie de debilidades estructurales. Su constitución, con 181 artículos, regía sobre 18 estados federados, pero la fragmentación política y la incapacidad para formar coaliciones estables la hicieron vulnerable a las maniobras de un líder decidido a aprovechar sus fallos.

Adolf Hitler, líder del Partido Nacional Socialista (NSDAP), ya había intentado tomar el poder por la fuerza en 1923 con el fallido golpe de Múnich, el Putsch de la Cervecería.

Posteriormente, adoptó una estrategia diferente: destruir el sistema desde dentro. En 1930, ante la Corte Constitucional, juró respetar la ley mientras planeaba transformar el gobierno según su voluntad una vez en el poder.

Ryback, autor de varios libros sobre la Alemania de Hitler, el más reciente Takeover: Hitler’s Final Rise to Power (La ascensión final de Hitler al poder), afirma que en los años previos a su nombramiento, Hitler se dedicó a desestabilizar el sistema político. Su partido, que en 1930 tenía solo 12 escaños en el Reichstag (sede del parlamento alemán), creció hasta alcanzar 230 escaños en 1932, convirtiéndose en la fuerza más grande, aunque lejos de la mayoría absoluta. El ascenso al poder y los primeros pasos El 30 de enero de 1933, Hitler asumió como canciller. Desde su primer día, comenzó a consolidar su control sobre el gobierno. Aunque los nazis solo tenían el 37% de los escaños en el Reichstag, Hitler se propuso aprobar una Ley de Habilitación (Ermächtigungsgesetz), que le permitiría gobernar por decreto y eliminar la separación de poderes.

Enfrentó resistencia de los socialdemócratas y comunistas, quienes controlaban el 38% del Reichstag, lo que hacía matemáticamente imposible la mayoría de dos tercios requerida. Sin embargo, Hitler utilizó una combinación de manipulación política, represión y propaganda para alcanzar su objetivo.

El incendio del Reichstag y la represión de la oposición El 27 de febrero de 1933, el Reichstag fue incendiado. Aunque las circunstancias del incendio aún son objeto de debate, el régimen nazi culpó inmediatamente a los comunistas, utilizando el evento como pretexto para implementar medidas represivas.

El presidente Paul von Hindenburg, bajo presión de Hitler, firmó el Decreto del Incendio del Reichstag el 28 de febrero. Este decreto suspendió derechos fundamentales como la libertad de prensa, de expresión y de reunión, y permitió arrestos masivos sin necesidad de juicio.

En las semanas siguientes, miles de comunistas, socialdemócratas y opositores políticos fueron detenidos o forzados al exilio.

Manipulación electoral y consolidación del poder El 5 de marzo de 1933, Alemania celebró elecciones en un clima de intimidación y violencia. Los nazis lograron el 44% de los votos, un incremento significativo pero aún insuficiente para una mayoría absoluta. Sin embargo, con los comunistas ilegalizados y sus escaños anulados, Hitler obtuvo el control necesario del Reichstag.

El 23 de marzo de 1933, el Reichstag aprobó la Ley de Habilitación, que otorgó a Hitler poderes dictatoriales. Este acto, que destruyó formalmente las estructuras democráticas de Weimar, fue posible gracias a la manipulación del sistema político y la intimidación de los diputados presentes.

La represión sistemática y los primeros campos de concentración

Con el control total del gobierno, Hitler inició una campaña de represión sistemática. Los opositores políticos fueron arrestados y enviados a campos de concentración como Dachau, establecido en marzo de 1933.

Al mismo tiempo, el régimen comenzó a centralizar el poder en Berlín y a eliminar la autonomía de los estados federados.

Hermann Göring, como ministro del Interior de Prusia, reorganizó la policía estatal y utilizó a los camisas pardas (Sturmabteilung) como una fuerza auxiliar para reprimir cualquier forma de disidencia.

La propaganda y la simbología del poder

El 21 de marzo de 1933, Hitler utilizó el llamado Día de Potsdam como una herramienta propagandística para ganar el apoyo de las élites conservadoras y proyectar una imagen de unidad nacional.

Vestido de manera sobria, se presentó junto al presidente Hindenburg, quien portaba su uniforme militar, en un evento diseñado para simbolizar la continuidad entre el viejo régimen y el nuevo.

Poco después, Joseph Goebbels fue nombrado ministro de Propaganda, consolidando el control del régimen sobre los medios de comunicación y eliminando cualquier vestigio de prensa libre.

Reflexiones históricas: un proceso contingente Aunque hoy se percibe el ascenso de Hitler como inevitable, historiadores destacan que varias decisiones clave pudieron haber cambiado el curso de la historia.

La renuencia inicial de Hindenburg a nombrarlo canciller, los errores estratégicos de los partidos de oposición y la falta de cohesión entre los conservadores jugaron un papel crucial en facilitar su camino hacia el poder.

El caso de Hitler es un ejemplo emblemático de cómo un enemigo del sistema democrático puede utilizar sus propios mecanismos legales para destruirlo.

Su ascenso y consolidación del poder en menos de dos meses subrayan la importancia de proteger las instituciones democráticas frente a quienes buscan su desmantelamiento.

miércoles, 15 de enero de 2025

La Asociación Amigos del Museo de Zárate comparte el siguiente artículo sobre el origen y evolución de nuestro MUSEO HISTORICO.

Compartimos el artículo publicado en la Revista "Kamchatka", publicación de la Universidad de Valencia (España) que analiza el origen y el desenvolvimiento de nuestra Institución a lo largo de 33 años: Articulo

sábado, 6 de julio de 2024

MIRADAS HACIA EL PASADO ZARATEÑO, DESDE SU FUNDACIÓN HASTA SU DECLARATORIA DE CIUDAD


Las autoridades municipales de entonces iniciaron un proceso de renovación y ordenamiento del uso e imagen del espacio público urbano. Como lo expresa el historiador Vicente Raúl Botta: “El pueblo de nuestros antepasados deja de ser adolescente y siente ansias de renovación y progreso. Nuestros ediles trabajan por superarse en la acción, con Guerci, Massoni y Domingo G. Palacios al frente del gobierno comunal. Se prohíbe el tráfico pesado sobre las polvorientas calles, y se reglamenta el tráfico, aplicándose multas a los propietarios que tengan animales sueltos.

Con motivo de la ley de cercos y caminos de la provincia de Buenos Aires, dispónese el ensanche de las rutas reales a los pueblos vecinos. Se resuelve, además, la apertura de nuevos caminos vecinales que favorezcan a vialidad pública, y la remoción de alambrados y cercos que la entorpezcan. Dispónese la construcción de veredas, alcantarillas y pasos de piedra.

Las veredas podrán ser de ladrillo de máquina, baldosas, piedra o mosaico. Pero la novedad más importante para el pueblo, es la colocación de árboles dentro del perímetro de la traza urbana, medida de urbanización y previsión cuyos beneficios habrían de apreciarse años después.”
En 1901 se inició la construcción del nuevo mercado municipal que se terminó al año siguiente; el 16 de mayo de 1905, por Ordenanza N° 42, el Concejo Deliberante autorizó el llamado a licitación para la construcción de 65.000 metros de adoquinado en el perímetro comprendido por las actuales calles Rivadavia, San Martín, Castelli y Almirante Brown, incluidas las mismas; el alumbrado público se inauguró nuevamente el 5 de julio de 1908 (ya se había realizado un intento en 1900 pero debió suspenderse) y el 11 de marzo de 1909 el cuerpo legislativo municipal autorizó a la Compañía telefónica del Río de la Plata Ltda. la instalación de una red convirtiéndose, de este modo, Zárate en uno de los primeros centros urbanos del país en contar con tal adelanto.
Se construyó intensamente, se ocuparon los baldíos y se extendió la trama urbana unos 500 metros en forma perimetral al trazado original. Se reglamentó la altura mínima de los frentes (seis metros desde el nivel de la vereda al extremo de la cornisa) y se construyeron importantes casonas de amplias habitaciones y generosos patrios con fachadas que estilísticamente respondían a la arquitectura italianizante -sobriamente ornamentadas y con terminación superficial símil piedra-, siendo ello factible en virtud de la llegada de maestros albañiles de origen, en su mayoría italiano.


El 3 de julio de 1909…

En los primeros años del Siglo XX Zárate continúa desarrollándose desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico. Se construyeron edificios emblemáticos, entre ellos la sucursal del Banco de la Nación Argentina, la nueva Escuela N° 1, la Confitería del Progreso y viviendas particulares en el entorno de la Plaza Mitre que fue totalmente remodelada hacia el año 1910.
Al momento de la declaratoria, y de acuerdo con el censo municipal realizado en el año 1906, la población total del Partido de Zárate era de 20.341 habitantes, correspondiendo 10.071 personas a población urbana y 10.270 a población rural, sumando los argentinos 13.656 personas y los extranjeros 6.685.

domingo, 25 de diciembre de 2022

LA ASOCIACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DE ZÁRATE COMPARTE RECORRIDO EN IMÁGENES Y TEXTOS DE LA SALA NUESTRA HISTORIA. MHZ

 

NUESTRA INMIGRACIÓN
 La gran ola de inmigración europea a nuestro país que se dio desde finales de Siglo XIX hasta las primeras décadas del Siglo XX, también se vio reflejada en la ciudad de Zárate. Las colectividades predominantes fueron la italiana y la española, y en menor medida, las belga, francesa y eslavo-croata. La inmigración modificó sustancialmente la realidad urbana, dándole un carácter cosmopolita, mediante la convergencia de costumbres, tradiciones e ideas diversas. 

 Los inmigrantes se organizaron en sociedades de ayuda mutua siendo las gestoras de obras culturales relevantes, como la construcción de los teatros Coliseo e Hispano. 

 Para ese entonces era mucha la cantidad de mano de obra que se requería por las distintas industrias y también en el trabajo rural, por lo tanto, estas tierras eran propicias para poder salir adelante gracias a la fuerza del trabajo y esto les permitía pensar en un futuro mejor…

 LOS INMIGRANTES EN ZÁRATE

 A partir de la segunda mitad del Siglo XIX, la inmigración cobro un rol fundamental en nuestra comunidad, lo que se vio reflejado en el crecimiento económico, en las transformaciones sociales y en la expansión urbana.

 Los inmigrantes desempeñaron múltiples actividades en la sociedad zarateña: Social y cultural: • Formando parte de las bandas de música de la Fábrica de Papel y de la Municipal • Impulsando y estableciendo las bibliotecas populares • Constituyendo sindicatos y partidos políticos • Continuando sus creencias y celebraciones religiosas y promoviendo la creación de distintas capillas e iglesias Trabajo: • Como mano de obra calificada y no calificada en las distintas industrias que se habían instalado, como por ejemplo en la Fábrica de Papel y en los frigoríficos. • En la creación de comercios, como por ejemplo la relojería Treffinger o la tienda Palazuelo. • En variados oficios como: mecánicos, talabarteros, panaderos, sastres, herreros, carpinteros. • En la construcción, se destacó la presencia de maestros albañiles y artesanos, como el suizo Dionisio Ferrari, y los hermanos Ponsa, de origen español. Igualmente, en su mayoría, fueron italianos ya que se vio reflejado en la arquitectura italianizante que fue transformando el estilo de las construcciones de la ciudad.

 “Fueron y son legión los que, como estos, herreros, cocineros, panaderos hicieron y hacen la Historia que nos importa y nos atañe porque nos involucra cada día de nuestros días hasta el último” Abel Poletti en su libro “Zárate.

 Inmigración y Familias” ZÁRATE: VOCACIÓN INDUSTRIAL El perfil industrial que adquirió la ciudad desde finales del siglo XIX se tradujo en la instalación de una serie de industrias favorecidas por el Río Paraná que permitía el transporte fluvial (rápido y barato) y también por el ferrocarril. El puerto de Zárate tenía gran movimiento comercial. La industria de entonces, cuando no destinaba su producción al comercio exterior, se especializaba en artículos de consumo interno (alimentos, vestimenta, materiales, etc.).

 Las principales industrias instaladas a partir de la década de 1880 fueron: Frigorífico Las Palmas La Fábrica de Papel La Fábrica de productos Químicos “La Diana” La Tuillerías de Zárate La fábrica de Alcoholes de Pascual Varando El Frigorífico Smithfield El frigorífico Anglo - River Plate La Fábrica de Mosaicos “La Progresista” La Fideería Cafferata municipal su hermano Pedro se llevó a cabo el programa de obras públicas que perdura aún en la memoria de muchos zarateños destacándose, entre otros, los trabajos de pavimentación, redes de aguas corrientes y servicios cloacales en el sector fundacional; la construcción del actual Palacio Municipal y la Delegación Municipal de Lima; la remodelación integral de la Plaza Italia y la iniciación de las obras de construcción de la avenida costanera y el balneario en 1936. 

 ZÁRATE: GENERAL URIBURU 

El 6 de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu asumió la presidencia de la República, luego del triunfo del golpe de estado que derrocó al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen. Su gobierno se extendió poco más de un año, falleciendo en París en abril de 1932. Poco tiempo después, en junio del mismo año, el entonces senador provincial conservador Luis Guerci, presentó un proyecto de ley por el cual se cambió el nombre de Zárate por el de “General Uriburu”, situación que rigió hasta 1946.

 El cambio de denominación originó repudio en la prensa opositora extendiéndose la protesta al Concejo Deliberante a través de una nota dirigida al cuerpo por un grupo de vecinos que en su relato finalizaban diciendo "ya en 1832 hace un siglo, cuando en Zárate se produjo ventas de tierras en las respectivas escrituras se hacía mención al nombre de las calles designándose lotes y manzanas, además.

 En muchas de estas escrituras consta también la exigencia de los hermanos Anta en el sentido de que fuese respetado el nombre que ellos habían puesto al pueblo de que eran fundadores". Firmaban la nota Antonio Gassó, Estanislao de la Torre; Horacio Etevenaux; Ángel E. Melillo, Alberto Roldán Vergés y Raúl de la Torre. 

 En este período, siendo senador provincial Luis Guerci (hasta su muerte ocurrida el 3 de marzo de 1940) e intendente municipal su hermano Pedro se llevó a cabo el programa de obras públicas que perdura aún en la memoria de muchos zarateños destacándose, entre otros, los trabajos de pavimentación, redes de aguas corrientes y servicios cloacales en el sector fundacional; la construcción del actual Palacio Municipal y la Delegación Municipal de Lima; la remodelación integral de la Plaza Italia y la iniciación de las obras de construcción de la avenida costanera y el balneario en 1936.

miércoles, 13 de octubre de 2021

El 12 de octubre de 1492, desde La Pinta, el marinero Rodrigo de Triana divisó tierra luego de aquella larga travesía…

 


Según el diario de a bordo de Cristóbal Colón, el 12 de octubre de 1492, desde La Pinta, “la carabela más velera que iba delante del Almirante”, el marinero Rodrigo de Triana divisó tierra luego de aquella larga travesía… No se trataba de las ansiadas “Indias” del lejano oriente. Tampoco se había logrado circunvalar el globo terráqueo (un gran plato apoyado en hombros de gigante como todavía sostenían algunos), sino una pequeña isla del archipiélago conocido hoy como Bahamas, en el mar Caribe. 

A partir de entonces, un nuevo continente, rico en todo sentido, se incorporaba al ruedo del mundo cultural y económico de la Europa del siglo XV. Un mundo en plena expansión, sacudido por la Reforma religiosa de Lutero y por la Contrarreforma católica después. Bajo esta última se forjó la América Latina (centro y sur del continente). Una América mestiza desde el inicio mismo de la conquista española…

jueves, 16 de septiembre de 2021

¿POR QUÉ EL MATE SE LLAMA ASÍ?

 


Al llegar los europeos a estas tierras, notaron que los nativos practicaban el ritual de juntarse a beber una infusión a los que los guaraníes llamaban "caiguá". Esta expresión deriva de los vocablos guaraníes "káa" (yerba), "y" (agua) y "gua" (procedencia), lo que se puede traducir en "agua de yerba". La expresión "mate", nace del vocablo quechua "matí", que significa calabaza, que es donde se preparaba el mate. El mismo se tomaba a través de una cañita denominada "tacuarí", en cuyo extremo se colocaba una semilla ahuecada que hacía las veces de filtro. Por extensión, los europeos copiaron de esta manera a la infusión elaborada a partir de la yerba (ilex paraguayensis). Estos tenían la creencia de que era una "hierba del demonio" por desconocer su práctica. Sostenían además que era una bebida de haraganes, ya que los nativos dedicaban varias horas por día a este rito. 

La yerba mate debe su sabor amargo a los taninos de sus hojas, es por esto que hay quienes gustan de endulzarlo un poco, y la espuma que se genera al cebar, es causa de los glicósidos. El mate es algo más que una bebida. Es una tradición que vence las costumbres aislacionistas del criollo y empareja las clases sociales... y a través de los tiempos, es el mate quien hizo la rueda de amigos, y no la rueda quien trajo al mate. Y no solo eso, también es un símbolo para todo aquel que se aleja de su país natal (Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil) y encuentra en él una remembranza y un enlace con su tierra.

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