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jueves, 26 de junio de 2025
La economía uruguaya está en ritmo "declinante", "ya se cargó a dos gobiernos" y "no lo resuelve el ministro"
El comportamiento de los precios y de la actividad económica, es una respuesta a la oferta, al consumo, a la inversión, al gasto del gobierno y a las exportaciones, entre otros puntos. De esto se habló en un nuevo desayuno de trabajo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay(ADM) este martes, en donde economistas uruguayos realizaron un diagnóstico de las perspectivas económicas del país en base a los resultados actuales y también de la región y el mundo. ; Economía declinante En esa línea, desde su visión, actualmente la economía uruguaya viene creciendo a un ritmo “declinante”, derivado de momentos anteriores en los cuales la tasa de crecimiento era baja, ya que había determinado tipo de circunstancias que habían actuado en ese entonces. Una de ellas es la sequía atravesada en el año 2023. En este caso, Caumont mencionó que hasta el primer trimestre de este año el país aún arrastraba datos relacionados a ese entonces. ; También se refirió al crecimiento del 17% de la industria, aunque enfatizó que dicha expansión se trata, básicamente, de la reincorporación de Ancap a la producción tras la parada por mantenimiento de su refinería. ; El economista manifestó que el desempleo también es otro punto clave a la hora de analizar la situación macroeconómica del Uruguay. De hecho, indicó que este se encuentra en el orden del 8%, pero con 217.000 personas más trabajando en la actualidad que las que trabajaban en el comienzo del 2020, justo antes de la pandemia por coronavirus. A su vez, sostuvo que el país tiene, en la actualidad, una tasa de empleo del 59,6% de la población económicamente activa versus el 54% al comienzo del año 2020.; “Claramente estamos mejor que entonces, pero todavía en términos declinantes en las tasas de crecimiento”, recordó. ; La inflación fue otro punto clave dentro del discurso del economista Caumont en el marco del desayuno de ADM. Recordó que la misma se encuentra en 5,05% en los 12 meses cerrados a mayo y que dicho nivel es considerado “satisfactorio”. ; Caumont también habló sobre la cuenta corriente de la balanza de pagos. Vale recordar que esto es un registro de todas las transacciones económicas de un país con el resto del mundo, incluyendo el comercio de bienes y servicios, la renta (ingresos y pagos por inversiones) y las transferencias corrientes. ; En este caso, dijo que esta también se encuentra en un nivel que es considerado “satisfactorio” ya que si bien la misma registró un déficit de US$ 821 millones en 2024, el total es “sensiblemente menor” a lo que era en años anteriores. A modo de ejemplo, en 2023 la balanza de pagos de Uruguay presentó un déficit de US$ 2.797 millones, lo que equivale al 3,4% del Producto Interno Bruto (PIB). Por su parte, el economista Julio de Brun coincidió con Caumont y enfatizó en que Uruguay “crece poco”. ; “Si pensamos que con inversión de activos -como plantea el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone- vamos a incrementar la tasa de crecimiento de Uruguay, suerte en pila”, agregó el economista. ; En esta línea, opinó que las altas tasas de inversión física no son el camino correcto a tomar a la hora de potenciar la economía local, sino que es a través de un cambio “muy importante” en la calidad y en la educación de su mano de obra. ; “Ese problema no lo resuelve el ministro de Economía. De hecho, no hay ningún ministro que lo resuelve porque, como se ha dicho muchas veces, el ministro de Educación tiene poco para decir en materia de educación y los que tienen algo para decir en materia de educación en general están más preocupados por el comienzo de clases que por la transformación educativa del país”, agregó el economista. ; En este escenario, De Brun recalcó que hay un “problema estructural vigente” y que “condena” el crecimiento potencial de la economía uruguaya de aquí a los próximos años. ; Gobierno en la mira En tanto, el economista Javier de Haedo recordó que el bajo crecimiento económico “ya se cargó” a dos gobiernos, haciendo referencia al segundo mandato de Tabaré Vázquez y al de Luis Lacalle Pou. ; “El muy bajo crecimiento fue en gran medida responsable de esas dos derrotas y que no repitieran los gobiernos. Una economía que crece poco es porque va con el freno de mano puesto. La pregunta es si no hay dos sin tres y si la misma razón no se puede repetir dentro de cinco años y se cargue a un tercer gobierno consecutivo”, agregó De Haedo. En ese marco, destacó que el crecimiento económico es clave desde dos puntos de vista: el social y el fiscal. Desde el punto de vista social, recordó que hay casi un quinto de uruguayos que son pobres. “Uruguay se caracteriza desde siempre por tener una importante matriz de protección social. Pero esa matriz de protección social, como bien dice el ministro Oddone, está diseñada para los que estamos en la formalidad. Está diseñada para quienes trabajamos en blanco, para quienes tenemos seguridad social, sistema de salud, seguro de desempleo, pero deja fuera a casi 400.000 compatriotas que no están en esa condición. Creo que es muy positivo que este gobierno se haya planteado tratar de incorporar en la materia de protección social a esos 400.000 compatriotas", enfatizó. Desde el punto de vista fiscal, el economista remarcó que el actual gobierno cuenta con una situación heredada “muy complicada”, ya que se incumplió la regla fiscal en los dos años anteriores, por lo que también se convierte en otro punto a analizar y tener en cuenta a la hora de marcar el futuro de la macroeconomía uruguaya.
sábado, 12 de junio de 2021
Tomás Mosciatti: “Chile puede caer en una crisis y en un populismo muy superior al de Argentina”
El director de Radio Bío Bío compartió su mirada sobre la tensión institucional que enfrenta su país en una entrevista con Infobae. La desigualdad como causa de la caída de un modelo que permitió sacar de la pobreza a millones de ciudadanos. Reparte culpas por igual entre políticos y empresarios. Por qué habla del mal ejemplo argentino Por Facundo Chaves 12 de Junio de 2021
Tomás Mosciatti con Infobae
Tomás Mosciatti es muchas cosas más que el director y propietario de la radio Bío Bío, en Chile. Le gusta definirse como un “hombre de radio” empecinado en servir a las audiencias y para eso evita ubicarse en la izquierda o la derecha. Tampoco en el centro.
“Mi padre definía que ser una persona de radio era ser experto en gente, nada más: entender a la gente y al público. Trato de seguir ese camino”, asegura en diálogo con Infobae.
Con 61 años, este abogado que nunca ejerció como tal y abrazó de niño el periodismo, nació en Concepción, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, la capital del país. Fino analista, propone una mirada crítica sobre la realidad política, económica y social no sólo fronteras adentro, sino que se permite desplegar una mirada sobre la región y, sobre todo, señalar un peligro inminente: ser como Argentina. “O peor”, se rectifica. Repite en el reportaje varias veces las palabras “enorme y gigantesco” para tratar, quizás, de condensar de una vez el momento histórico que atraviesa Chile
Lo impactante es que su país muestra en cámara lenta -aunque por momentos se acelera de manera endemoniada- cómo un modelo que fue exitoso en sacar a millones de la pobreza no alcanza para las demandas sociales actuales. La desigualdad y el incumplimiento de las promesas de vivir mejor, a juicio de Mosciatti, horadaron lenta pero persistentemente las bases del pacto social que permitió al país salir del pinochetismo. Es un caso singular en América Latina, porque la democracia, allí, sí significó la mejora en la calidad de vida. Pero no alcanzó.
Tanto no alcanzó, que los chilenos, con el voto, casi que barrieron del tablero político a los partidos tradicionales que durante más de 30 años gobernaron el país y eligieron a una mayoría de dirigentes que estaban en los márgenes del centro político. Militantes sociales, independientes, ecologistas, referentes de los pueblos originarios, comunistas y otros líderes con escasa o nula experiencia política serán los encargados de redactar una nueva Constitución, la Ley Fundamental, el pacto social básico de una sociedad. ¿Es un salto al vacío?
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Tomás Mosciatti: su mirada sobre la desigualdad, los jóvenes y las redes sociales
Evocando, no sin insolencia, a Vargas Llosa y su “¿en qué momento se había jodido el Perú?”, Infobae pregunta “¿qué le pasó a Chile?”, y la respuesta, extensa, empieza a poner un zoom sobre la interpretación de un momento excepcional en la historia chilena.
- Chile tuvo un desarrollo espectacular. La clase media, hace 25 años, era un 23%, aproximadamente, y hoy es un 58%. Chile alcanzó el mayor PBI per cápita de América Latina, el segundo ingreso per cápita de América Latina después de Panamá.
La pobreza se redujo al 8%, cuando era el 38% cuando empezó la democracia. Estas son cifras indesmentibles: todos vivimos mejor, todos. Pero ocurrió, como lo indican estudios, que las personas prefieren vivir con mayores restricciones si es que hay menos desigualdad que con mayores bienes y mayor desigualdad. La desigualdad que se vio en Chile es enorme.
Mosciatti es muchas cosas más que el director y propietario de Bío Bío porque los análisis que comparte con su audiencia, por radio y televisión, son escuchados con atención en el gobierno de Sebastián Piñera, en la oposición y en el mundo empresarial. Con sus lentes y tiradores -una costumbre atávica que heredó de su abuelo italiano- dispara críticas y le adjudica responsabilidad por el presente a los políticos del oficialista Chile Vamos, la coalición de centroderecha de Sebastián Piñera, y a los sucesores de la Concertación, de la centroizquierda que entronizó cuatro presidentes desde 1990.
La mirada de Mosciatti se posa sobre los jóvenes, que impulsaron un cambio cultural definitivo. Crackearon el sistema saltando molinetes en el metro y generaron una onda expansiva que, en el final del camino, se llevó puesta la Presidencia, primero, la política y la Justicia, después, y ahora la Constitución. Su descripción impone evitar cercenamientos:
“Los jóvenes hoy en día no quieren tener auto, no sueñan con tener un auto. Hoy en día, los jóvenes no saben manejar. Antes, lo primero que uno quería era aprender a manejar y ellos no sólo que no saben, sino que no les interesa. Los jóvenes ahora no se casan ni quieren tener hijos. Los jóvenes ahora prefieren vivir en un departamento pequeño con un gato, tienen incorporado el medio ambiente y la protección de la ecología, lo tienen en su estructura mental. Los jóvenes no quieren hablar de crecimiento.
No les interesa cuánto crecimos el año pasado, como tampoco les interesa mucho escuchar hablar de ahorro o de inversión. La palabra inversión no les hace mucho sentido. Por lo tanto, el cambio que se está viviendo entre jóvenes y personas mayores es enorme. Es enorme en cuanto a las perspectivas y a lo que cada uno quiere del país y eso tiene consecuencias políticas y económicas”
El director de radio Bío Bío, Tomás Mosciatti, y una mirada crítica sobre la realidad política de Chile.
Con este paisaje de fondo, Mosciatti aborda las preguntas, en un reportaje por Zoom de casi una hora:
- ¿Cómo puede entender alguien que no es chileno de lo que ha ocurrido en su país?
- Lo que ha pasado en los últimos meses en Chile es una caída institucional gigantesca: en Chile cayó la Constitución, entera. Cuando cae una Constitución cae todo el sistema. En Chile cayó el Tribunal Constitucional, posiblemente el tribunal más importante del país y en cualquier país donde existe. En Chile cayó el Congreso y también la Presidencia de la República. Es el sistema nuestro muy presidencialista, con muchas facultades, pero en este momento está gobernando el Congreso interpretando la Constitución a su manera y por eso cayó la Constitución, por eso estamos viviendo un parlamentarismo de facto. Es muy grave todo eso.
Cayeron todas las instituciones y cayó el sistema político en forma gigantesca. Pero, además, cayó el centro político, porque quienes gobernaron después de Pinochet fueron una gran coalición de centroizquierda, de centro izquierda, que en las últimas elecciones casi no tuvo votos. (NdR: la oficialista Chile Vamos tampoco logró una buena performance)
- Usted plantea que en Chile el clivaje que ordenó la política es “neoliberalismo vs anti neoliberalismo” y en esa competencia, ganó la segunda opción. ¿Cuándo piensa que se originó la crisis política que vive Chile?
- El anti neoliberalismo en Chile nace cuando ganó Piñera por primera vez (en 2010) y toda la izquierda dijo: “Está todo mal”. Y lo dijeron porque creen tener una supremacía moral, una supremacía ética, nadie que es de derecha tiene la posibilidad de gobernar porque algunos de ellos, no todos, estuvieron con Pinochet, por lo tanto una dictadura que violó los derechos humanos tiene que manchar a toda esa gente.
Por lo tanto, uno podría colegir, que ellos pretendían también una democracia más bien artificial, porque si pretendían que nunca pudieran ganar los adversarios es una democracia artificial.
- Sin mayoría de los partidos tradicionales, ¿qué espera de los constituyentes que fueron electos?
- No lo sé. Es una pregunta que no sé contestar. Hay gente nueva, sin experiencia, gente que proviene de organizaciones sociales de base. No sé cómo va a ser la nueva Constitución. Hay varias teorías: algunos dicen que la clase política, los políticos que fueron elegidos, van a ser una base importante porque tienen experiencia y tienen experiencia en legislar.
Son políticos y más allá de las distintas tendencias podrían formar una bancada importante que pueda influir. Yo no lo sé, principalmente porque estamos bajo una experiencia nueva: nunca una Constitución en Chile se había redactado con personas elegidas de esta manera, pero además, en el mundo, esta va a ser la primera Constitución que se va a redactar al ritmo de las redes sociales. Y, por lo tanto, esta es una experiencia absolutamente nueva. Porque los políticos son muy sensibles a lo que se dice en las redes sociales.
- Suele hacer referencia al impacto negativo que tienen las redes sociales en los países y entre los dirigentes ¿Cuál es su mirada sobre este tema?
- Lo que han logrado las redes sociales es transformar a la gente en fanática de sus propias convicciones, bombardeándonos todos los días con ideas afines.
Nos encontramos ahora con muchos fanáticos y los ‘pobres políticos’ están expuestos a esta turba que está ahí y no saben qué hacer, porque viven de ellos, porque viven de los votos. Están desesperados porque muchos de ellos son cobardes y no son capaces de enfrentar todo esto y mantener sus convicciones. No quieren correr grandes riesgos. Los políticos están siendo influenciados por esta turba de muchísimos fanáticos que en estos momentos son ‘aleonados’ por estos grandes empresarios que dominan las redes sociales que, a mi juicio, casi son unos delincuentes sociales.
- ¿Por qué cree que Chile enfrenta el peligro de parecerse a Argentina?
- Argentina progresivamente se ha ido deteriorando. Y no es sólo que Chile haya crecido, que lo hizo, sino que Argentina ha ido decayendo. Antiguamente se hablaba de países en vías de desarrollo, pero yo creo que también hay países en vías de subdesarrollo, porque el desarrollo es relativo.
Argentina es un caso de deterioro evidente, donde hay un gigantesco problema institucional, pero creo que -y voy a rectificar lo que dije en esa entrevista- que Chile puede ser peor que Argentina. Por una razón muy simple: porque Argentina tiene mejor capital humano que Chile, tiene mejor nivel educacional, tiene más gente de clase media, tiene mejor historia que nosotros en lo referido a la educación familiar. Chile no tiene eso que es fundamental, por eso digo que puede ser peor.
- ¿Qué mirada tiene, desde Chile, de la actualidad argentina y cómo pueden compararse ambas realidades?
- Qué es lo que puede ocurrir (en Chile con respecto a) Argentina. Los déficit permanentes, los default cada ciertos años, la pobreza progresiva de las clases medias, porque en Chile hay una clase media más precaria que la argentina, porque son de clase media reciente.
Chile tiene una menor plataforma industrial que Argentina y por lo tanto podemos caer en una crisis institucional en una crisis económica y en cierto, a lo mejor, populismo muy superior al de Argentina. Ahora bien, no sé si va a ocurrir, digo que esto es uno de los peligros, pero es un peligro evidente ante el deterioro de la situación chilena.
- ¿Y qué impacto puede tener ese deterioro económico en la política?
- En Chile hay muchísimo dinero en la calle. ¿Cuando esto se termine qué va a pasar en Chile? ¿Qué va a ocurrir? Por eso los peligros que se ven son peligros económicos muy grandes, pero también peligros institucionales muy grandes, porque teniendo las instituciones caídas, en medio de crisis económicas, ¿hay posibilidad de reconstruir las instituciones? En medio, además, de la construcción de la Carta Fundamental, de la Constitución.
Creo que es muy difícil. Por eso estamos enfrentados a una coyuntura histórica muy compleja. Uno de los mayores interrogantes de nuestra historia. Si se revisan los doscientos años de historia de Chile, este es uno de los instantes donde se va a resolver todo y no sé si tenemos las armas para resolverlo.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, posa para una fotografía con su gabinete de ministros, en el Palacio La Moneda. (Foto Reuters)
El presidente chileno, Sebastián Piñera, posa para una fotografía con su gabinete de ministros, en el Palacio La Moneda. (Foto Reuters)
- En Argentina hay una valoración muy positiva sobre la gestión de la pandemia por parte de Chile pero, ¿cómo lo ven los chilenos?
- A la gente le importa poco. Piñera tiene un 8 a 12 por ciento de apoyo, sin ser generoso. Nadie lo quiere.
Cuando el presidente habla las audiencias caen de los medios. Tenemos audiencias online y, cuando habla, la gente se va. No lo quieren escuchar. Por lo tanto la pregunta es válida. ¿Lo ha hecho bien Chile? Sí, claro. Mucha gente vacunada. Ya están vacunando personas de 25 años y pronto se vacunará a los menores de 18 años. La vacunación ha sido muy pareja en todo el territorio nacional porque hay un sistema, hay una costumbre de vacunación permanente en Chile. Pero a la gente no le importa porque no quieren al presidente. Cuando no quieren a alguien da lo mismo lo que haga, así sea bueno, muy bueno, no hay valoración de eso.
- ¿Qué perspectiva tiene sobre la realidad de la región?
- América Latina está viviendo un período de enorme inestabilidad, inseguridad, con una delincuencia desatada, un continente donde el narcotráfico está entrando a todos los niveles y está horadando el sistema político también en Chile en forma muy importante.
El narcotráfico en Chile es un problema gigante en estos momentos. Es una región que tiene los países con sus futuros muy comprometidos, en una época en que el desarrollo tecnológico hace que algunos corran. Hay países que van a gran velocidad y nosotros nos estamos quedando. La diferencia entre nuestros países y el mundo desarrollado no se está aminorando, se está aumentando y por lo tanto creo que va a haber países sumergidos y otros países emergidos. Yo me pregunto dónde vamos a estar nosotros. ¿Cuál es la apuesta?
- ¿Y específicamente de Argentina?
- Argentina que tuvo una economía enorme por los 50 y que ahora haya caído en esto. Lo peor es que no veo una reacción, por lo que posiblemente haya un problema cultural, que también está ocurriendo ahora en Chile. No sé si en algún momento va a haber una reacción importante para que finalmente se transforme en un país del sentido común, que es lo que nos falta a todos los países de América Latina.
miércoles, 26 de mayo de 2021
Claudia López contrapone su liderazgo al de Iván Duque en la gestión de la crisis
La alcaldesa de Bogotá, convaleciente por covid, escucha los reclamos de los manifestantes, reabre Bogotá y marca contrastes con el presidente Bogotá - 25 MAY 2021 - 21:09 UTC La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, durante su mensaje. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, durante su mensaje.ALCALDÍA DE BOGOTÁ Con los manifestantes todavía volcados a las calles para protestar contra el Gobierno de Iván Duque, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, una de las principales figuras de la oposición en Colombia, ha marcado una vez más el paso de la respuesta a la prolongada crisis provocada por la pandemia, y agravada por el estallido social del último mes.
En su regreso a la primera línea política después de dos semanas contagiada de covid, López ha evidenciado una vez más el contraste con el presidente al reconocer sin matices la legitimidad de los múltiples reclamos y anunciar un bienvenido cambio de las prioridades –y el presupuesto– de la capital.
“Estos días de distancia me ayudaron a entender que, a diferencia de lo que yo veía hace un mes, no hay un paro sindical tercamente atravesado en la mitad del tercer pico de la pandemia, que no comprende que estamos al borde del colapso hospitalario y que ya retiraron la reforma tributaria.
La que no estaba comprendiendo era yo”, dijo con humildad en un emotivo discurso de tono casi presidencial. El carácter combativo que tanto irrita a sus críticos dio paso la noche de este lunes a una intervención serena, reflexiva y empática. La alcaldesa navega los bruscos cambios de corriente. En su valoración del delicado momento que atraviesa tanto la capital como el país, inmerso en una serie de protestas, disturbios y bloqueos, incluso ofreció excusas “a los jóvenes y la ciudadanía por no haber comprendido desde el principio la magnitud de sus angustias y reclamos”.
La represión de las protestas en Colombia pone contra las cuerdas al ministro de Defensa
Duque intenta cambiar la narrativa y culpa a Petro de las protestas en Colombia
Hasta ahora, la alcaldesa le había dado prioridad a la salud. A pesar de que ha mantenido un pulso de liderazgos con Duque a lo largo de la pandemia, había llegado a considerar que marchar en este momento, cuando la ocupación de UCI en ciudades como Medellín o Bogotá ha estado por encima del 90%, era “un atentado a la vida”. “No hay un comité sindical haciendo un paro para cambiar una reforma. Hay un estallido social por la falta de empleo y oportunidades.
Hay una generación en rebeldía contra el abuso de poder y el abuso de la fuerza, y hay un reclamo profundo por cambiar una historia, no una ley”, abundó en su diagnóstico. Reconoció que a una juventud “terriblemente empobrecida y abusada” le importa ahora mismo más el hambre y el desempleo que exponerse al contagio.
Bogotá se propone reconstruir la confianza y entablar un diálogo franco para encontrar salidas.
“Vamos a ocuparnos del rescate social, económico y de legitimidad que nos reclaman los ciudadanos y muy en particular los jóvenes en las calles”, proclamó la alcaldesa. Las prolongadas medidas de confinamiento y las cuarentenas localizadas han quedado atrás. El distrito destinará dos billones de pesos (cerca de 550 millones de dólares) a una renta básica para los más vulnerables y un programa de educación y empleo de emergencia para jóvenes y mujeres. También iniciará esta semana la vacunación de todos los profesores de colegios públicos para el retorno de las clases presenciales y reactivará todos los sectores económicos a partir del 8 de junio. “El tejido empresarial y comercial bogotano es la fuerza más poderosa de inclusión social y productiva de Colombia y la vamos a poner a funcionar, con todo el cuidado, a su máximo potencial”.
López fue parte hace 30 años del movimiento estudiantil conocido como la séptima papeleta, que derivó en la Constitución de 1991.
El giro de política pública que anunció, que requiere el apoyo del concejo de la ciudad, fue bien recibido incluso por rivales políticos. “El enfoque principal para responder al estallido social es este. La alcaldesa acierta y muestra el camino correcto. Tiene mi respaldo”, reaccionó el concejal Carlos Fernando Galán, el candidato derrotado por la exsenadora en las elecciones del 2019.
La misma semana en que el Ejecutivo rechazó una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para verificar la situación, López prometió entregar las denuncias y evidencias de abusos policiales a la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos. También le pedirá ayuda para una misión independiente con el propósito de esclarecer lo ocurrido y establecer mecanismos de reparación.
Los liderazgos políticos que han gestionado esta crisis no han convencido a la opinión pública, y el mensaje conciliador de López llega en un momento preciso para posicionarla como reflejo inverso del presidente Duque, valora Eugénie Richard, docente e investigadora de la Universidad Externado de Colombia. En la medición de la firma Invamer divulgada este lunes el mandatario alcanza apenas 18% de aprobación –con 76% de rechazo–, mientras alcaldesa repunta hasta 61% de aceptación. “La alcaldesa pide perdón, se sitúa del lado de los ciudadanos y de los jóvenes, mientras que el Gobierno Duque está demostrando que no escucha a la gente”, apunta esta experta en comunicación y marketing político. Sus palabras, que contrastan en forma y fondo con las del presidente, están en sintonía tanto con su ideología como con las expectativas ciudadanas, concluye. La capital quiere mostrar la ruta.
viernes, 14 de mayo de 2021
Desde CAME señalan que los bancos también deberían poner el hombro
Pedro Cascales, Secretario de prensa, Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), “Estamos viendo que las ayudas que ha dado el gobierno el año pasado han sido importantes, a través del ATP y por supuesto que en muchos caso han sido escasas, porque a muchas empresas le ha cubierto la mitad de lo que tenían que pagar de sueldo y ha habido caídas importantes. Sin embargo sin esas ayudas la situación hubiera sido mucho peor”.
En cuanto lo implementado durante 2021 como medidas de auxilio para el sector, Cascales, señaló que “este año el gobierno viró el ATP por un programa llamado que es bastante engorroso para muchos para acceder con lo cual creemos que debería volver el ATP. Además el REPRO tiene un tope de 20 mil pesos por trabajador y también está limitado a actividades de turismo, gastronomía y hotelería”.
Según CAME la disminución promedio de las ventas en relación a 2019 es de casi el 25%, aunque mejor que en 2020, todavía los números son bajos.
“El gobierno también impulsó una batería de créditos, baratos frente a la inflación pero que siguen siendo de difícil acceso para la mitad de las PyMEs, ya sea por calificación crediticia o análisis de riesgo”, comentó Cascales, quien también aclaró que en “nosotros creemos en una situación de estancamiento, con inflación, sacar un crédito con pocas ventas puede generar un problema mayor”.
Por último Cascales aclaró que lo que se propone es un esquema parecido al de 2020, cuando los saldos de tarjetas de créditos de los particulares se financiaron a 12 meses sin interés, pero este año para las pequeña y mediana empresa, «una refinanciación de pasivos bancarios y acá los bancos deberían poner el hombro fuerte para frenar esa acumulación de intereses sobre deudas que se hacen una bola de nieve».
sábado, 8 de mayo de 2021
Crisis de las clínicas privadas en Argentina en pleno azote de la pandemia info de europa
Centenares de camas vacías en las clínicas de Buenos Aires, en pleno azote de la pandemia.
Mientras las muertes por COVID-19 alcanzan nuevos récords en Argentina, con 663 muertos este miércoles, unidades de cuidados intensivos como la de la clínica San Andrés de la capital permanecen silenciosas.
Los monitores de los respiradores guardan sus envoltorios de fábrica, los armarios están llenos de medicamentos y jeringuillas sin usar...
La clínica cerró sus puertas a principios de año, al morir su dueño. Sus herederos se desentendieron de sus 144 trabajadores, que ahora ocupan la clínica a la espera de que la justicia defina la sucesión.
No entienden este desperdicio de recursos, cuando hay muchos hospitales desbordados. En el área metropolitana de Buenos Aires la ocupación de camas ronda el 90%.
"Es una vergüenza que no nos den la posibilidad de poder abrir las puertas y poder ayudar en esta pandemia", dice Alicia Rey, jefa de servicios quirúrgicos y representante de los trabajadores en la clínica San Andrés.
Pese a la necesidad de camas, las clínicas privadas luchan por sobrevivir.
El coronavirus les ha dejado sin muchos enfermos con otras patologías y aseguran que pierden dinero con los pacientes COVID-19 porque el seguro gubernamental no cubre lo que cuesta atenderlos.
Al menos nueve clínicas privadas han cerrado en el área del Gran Buenos Aires este último año, por problemas financieros.
Los costes generales de los hospitales aumentaron un 36% el año pasado.
Un paciente COVID-19 cuesta por día entre 700 y 1 000 euros, mientras que la ayuda del seguro estatal asciende al equivalente a 800 euros para toda su convalecencia.
lunes, 29 de enero de 2018
´El gobierno no puede hablar de la oligarquía porque ellos son los representantes de la oligarquía´
lunes, 8 de enero de 2018
El derrumbe : REVISITANDO VENEZUELA
Por brecha/NOBOA
Veterano periodista uruguayo, ex jefe de redacción para América Latina de la agencia France Presse, Noboa viajó en noviembre pasado a Venezuela, años después de haber ejercido allí como corresponsal. En esta nota da cuenta de lo que vio y lo que le relataron. Rafael Noboa | BRECHA 5 enero, 2018 Mi amigo José Vicente está preocupado. En su casa son cinco. Todos tienen el carné de la patria, que sirve para acceder a la asistencia del gobierno. Y también para votar. Cuatro votaron por la oposición y uno, su sobrino, por el chavismo, en las últimas elecciones de gobernadores, en las que hubo que validar el carné de la patria. El bono navideño que repartió el gobierno, de 500 mil bolívares, sólo había sido recibido por el sobrino. “¿Sera? que el carné de la patria les permite saber por quién votamos?” Los venezolanos de “15 y último”, como les dicen a los asalariados que cobran el 15 y el último día del mes, precisan de la ayuda del gobierno para comer y de ese bono para suavizar en algo la dureza de las fiestas de fin de año. El gobierno anuncio? en noviembre que los que tuvieran el carné recibirían un bono navideño de 500 mil bolívares, y a los inscriptos en la ayuda alimentaria se les añadiría un jamón, el ingrediente tradicional de las comidas navideñas. José Vicente tiene 45 años, es negro, divorciado, y tiene dos hijas. Lo conozco de la época en que yo era corresponsal en Caracas, entre 2005 y 2008, el año en que el precio del barril de petróleo llegó a los 100 dólares por primera vez. Trabaja en una oficina haciendo trámites y gana 630 mil bolívares mensuales (350 mil de salario y 280 mil de tiques de cesta básica). Exactamente 8,63 dólares, al cambio paralelo. Nueve años después de mudarme de Caracas, volví a visitar a mis amigos. Cuando llegué, el 11 de noviembre, el dólar paralelo valía 53 mil bolívares; cuando me fui, el 19, costaba 73 mil. El salario mínimo es de 456.507 bolívares (tiques de cesta básica incluidos), o 6,26 dólares al cambio paralelo. Una Big Mac costaba 48.900 bolívares cuando llegué y 53 mil una semana después. El cartón de 30 huevos, 60 mil bolívares cuando llegué, 75 mil cuando me fui. (Venezuela cerró 2017 con 2.735 por ciento de inflación, según datos preliminares de Ecoanalítica, y con un dólar paralelo a 111.413 bolívares. Los jamones no llegaron para Navidad y hubo disturbios en los barrios populares.) El carné de la patria es una tarjeta plastificada con los colores de Venezuela, la foto y los datos personales del ciudadano y un sello informático que intriga a la gente sobre que? información almacena. Lo gestiona el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sirve para votar. Según Maduro, sus funciones se irán ampliando progresivamente. Otro instrumento de control con que cuenta el gobierno son las cajas que reparten una vez por mes los comités locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), a un precio de 15.600 bolívares. Los vecinos deben inscribirse para recibir la caja que, dependiendo de las importaciones controladas por empresas manejadas por militares, pueden contener arroz, pastas, salsa de tomate, sardinas, harina… Esas empresas obtienen el dólar al cambio oficial, de diez bolívares por dólar. Venezuela sólo produce 30 por ciento de los alimentos que consume su población. Luz Mely Reyes, periodista que se hizo famosa en los años del presidente Hugo Chávez por sus investigaciones publicadas en el diario popular Últimas Noticias, el de mayor tiraje, me conto? que en su edificio, en el centro de Caracas, miembros del Concejo Comunal pasaron por su apartamento para que se registrara para el CLAP. Ella dijo que no lo precisaba. Entonces le pidieron que diera explicaciones. El Concejo Comunal utiliza la caja para disciplinar a los vecinos. Cuando José Vicente se opuso en una reunión del Concejo de su cuadra, en el barrio popular de Antimano, a que los vecinos pagaran camiones cisterna para aliviar los cortes diarios de agua, le suspendieron la caja del CLAP durante tres meses. El agua por cañería les llega entre las 5 y las 9 de la mañana. Luego la cortan hasta las 6 de la tarde, cuando es conectada nuevamente hasta las 11 de la noche. José Vicente, que hace nueve años era un muchacho fuerte, está flaco y demacrado por la “dieta Maduro”, como llaman los venezolanos al adelgazamiento que les ha provocado el desabastecimiento y la carestía. Igual, está decidido a meterse en otro lío. No está de acuerdo con que sean los vecinos quienes paguen los camiones para sacar las montañas de basura que se acumulan en su barrio. Delante de su casa el olor es nauseabundo. Hace un mes que no se recoge la basura. El tema cotidiano de sus vecinos gira en torno a que? alimentos pueden encontrar y dónde. Hace dos meses que no hay carne bovina ni de pollo. En los supermercados han reaparecido varios productos, pero a un precio prohibitivo. Siguen faltando pasta de dientes, jabón para lavar la ropa, azúcar… Y no hay billetes, bolívares. No se puede retirar más de 10 mil bolívares (13 centavos de dólar, al cambio paralelo) de un cajero. Hay que peregrinar de uno a otro y comerse colas larguísimas. El gobierno imprimió un nuevo billete de 100 mil bolívares, pero como no hay cambio, casi nadie lo acepta. Por lo tanto, las tarjetas de débito y los “puntos” (Pos) para utilizarlas se han generalizado. En el centro de Caracas las vendedoras callejeras de hallacas, tamales típicos de la temporada navideña, que cuestan 20 mil bolívares, tienen puntos para las tarjetas. El problema es que no siempre funcionan. Hay tiendas con carteles que dicen: “Hoy el punto funciona”. Como es tan aleatorio, en los mercados populares las colas para pagar son larguísimas. Muchos vecinos abandonan las bolsas de sus compras hartos de esperar. Y los que no tienen tarjeta, los más pobres de las ciudades y el campo, son los que más sufren. La encuestadora Datanálisis indicó, según un estudio publicado durante mi estadía, que 70 por ciento de los consumidores sufren carencias alimenticias y sanitarias, porque son asalariados, no tienen acceso a dólares, y dependen de la asistencia del gobierno. La mitad de estos reciben la caja CLAP. El otro 30 es el que mueve la economía, el que tiene acceso a dólares o al dinero que emite el gobierno, la elite cívico militar, los contratistas del gobierno, los funcionarios corruptos, los especuladores grandes y pequeños, los que tienen patrimonio en el extranjero, profesionales que hacen trabajos en el exterior, o los que reciben remesas de su familia. Los grandes beneficiarios de la crisis han aumentado su consumo de productos Premium, en particular automóviles y teléfonos de alta gama, whiskies. La desnutrición ha aumentado, sobre todo entre los niños. Cáritas Internacional indica que 8 por ciento de los menores de 5 años tienen desnutrición aguda moderada, 3 por ciento desnutriciones agudas severas. La mortalidad posnatal se ha triplicado. Cáritas señala también que en Venezuela se encuentran sólo 38 por ciento de los medicamentos esenciales de la lista de la OMS, y en los hospitales públicos apenas el 30 por ciento de los necesarios para combatir enfermedades infecciosas básicas; 114 mil personas portadoras de VIH no tienen acceso a medicamentos esenciales. La diabetes aumentó 95 por ciento y la hipertensión 92 por ciento. Conseguir medicamentos desespera a los venezolanos. Traen sus maletas repletas de ellos cuando viajan, o sus familiares y amigos en el extranjero se encargan de conseguirlos y enviarlos. La gente muere de enfermedades curables. Johann Starchevich, periodista de El Estímulo, tiene un hijo de 6 años. La epidemia de disentería está llegando a Caracas y el pediatra le mandó vacunarlo con la triple. Los médicos le cobran 120 dólares por la vacuna. Estaba planificando ir con su esposa y el niño a Cúcuta, ciudad fronteriza colombiana a 850 quilómetros al oeste de Caracas, para vacunarlo a un bajo costo, enfrentando los riesgos del viaje de 14 horas en ómnibus y la inseguridad de la frontera. La debacle ha incrementado aún más la violencia. En el campo provoca desde hace varios años un catastrófico éxodo rural. “La gente que no puede pagar una seguridad privada abandona los campos para salvar la vida”, me cuenta una fuente que me pidió que no la identificara, por miedo a represalias. Relata que un vecino suyo y sus dos hijos fueron atacados por delincuentes en su finca del estado de Guárico, al sur de Caracas, y arrojados por un barranco dentro de su vehículo. Salvaron sus vidas gracias a que el automóvil choco? contra un tronco y no cayó al vacío. Huyendo de la violencia, otra vecina vendió en 4 mil dólares una granja de 120 hectáreas con todas las instalaciones para criar cerdos. Me dicen que en el campo la policía ya no captura a los delincuentes, los mata y entierra en el lugar. Según el Observatorio de Violencia, en 2017 la tasa de homicidios fue de 89 cada 100 mil habitantes, con un total de 26.616 asesinados, lo que la coloca en segundo lugar en el mundo, detrás de El Salvador. De secuestros no hay cifras. Pero en el centro de la capital hay pancartas que dicen “No pagues, denuncia secuestro”, y un número de teléfono con la imagen de un policía detrás. El vía crucis de los venezolanos se completa con el déficit en el transporte. Setenta por ciento del parque vehicular, ómnibus y taxis incluidos, está fuera de servicio por falta de repuestos. Hay una aplicación que permite pagar los taxis por transferencia bancaria. El metro de Caracas, que hace nueve años no tenía nada que envidiarle a los de las capitales europeas, está deteriorado y siempre repleto. Los caraqueños, antes tan bien vestidos, rozagantes y acicalados, ahora lucen delgados, mal vestidos y sobre todo con zapatos estropeados. Un tenis trucho de calidad promedio cuesta más de un millón de bolívares, es decir los salarios de dos meses de una secretaria o de un médico de un hospital público. Para mis amigos periodistas el peor golpe es haberse visto cortados de su público. Después del cierre en 2007 de Radio Caracas Televisión (RCTV), la televisora con mayor audiencia del país y que daba un gran espacio a la oposición, el gobierno fue poniendo a los medios independientes contra las cuerdas, extenuándolos. Tras la muerte de Hugo Chávez, entre 2013 y 2015, el gobierno impulsó la compra de los más importantes, uno tras otro. Todos cayeron, el venerable El Universal, el popular y de mayor tiraje Últimas Noticias, el económico El Mundo, la cadena opositora Globovision. Sólo queda El Nacional, desprestigiado por la megalomanía de su dueño, obsesionado con la presidencia y las conspiraciones, según un amigo escritor. Los periodistas independientes se refugiaron en los medios digitales, a los que no accede el venezolano de a pie. Omar Lugo dirige El Estímulo, Luz Mely Reyes Efecto Cocuyo, otros trabajan en arcominero.com, armando.info, Prodavinci, Runrunes, Tal Cual… La mayor preocupación de Luz Mely es la autocensura: “Se está metiendo en la cabeza de los periodistas”. Venevisio?n, de Gustavo Cisneros, el poderoso empresario de Direct TV, convive cómodamente con el régimen y evita molestarlo. En las pantallas de los canales oficiales Venezuela es un paraíso. Los venezolanos cantan, bailan, producen, a lo largo del día y de la noche. El presidente cerro? a mediados de noviembre el Congreso Nacional de los Consejos Productivos de los Trabajadores ensayando pasos de baile delante de un grupo de porristas. Conmemoro? el aniversario del lanzamiento del satélite Miranda. “Un paso más hacia la Venezuela potencia”, dijo sin rastro de ironía. Exclamo? él mismo la consigna en boga: “¡Nicolás Maduro, conductor de victorias!”, y reitero? “Yo soy el protector del pueblo venezolano”. Culpa de la crisis a las sanciones adoptadas por Donald Trump al inicio de este año, a una supuesta “guerra económica”. Habla como Chávez, se mueve como Chávez, pero los chavistas lo siguen abandonando. La encuesta de Datanálisis de noviembre sitúa la popularidad de Maduro en un 21 por ciento, un aumento de diez puntos desde las elecciones de gobernadores y el fin de las protestas. La figura más popular sigue siendo Chávez, con 55 por ciento, a más de cuatro años de su muerte. La oposición se sitúa en 46 por ciento y la globalidad del chavismo en 16. Muchos periodistas, al igual que cientos de miles de venezolanos, emigraron. Otros aún resisten. Ganan el equivalente a 30 dólares un reportero y 90 dólares un director, al cambio paralelo. Mi amigo Juan Sara, al que despedí el día que partió de Caracas, trabajaba en un periódico local de Carúpano, y su esposa, Tamara, había montado una radio comunitaria en Río Caribe, dos ciudades del oriente. Emigraron al sudeste asiático con un proyecto gastronómico; los dos son excelentes cocineros. La radio pasó a manos del chavismo. Tienen un hijo en Australia, otro en España, y su hija se prepara para emigrar a Chile. Juan debía viajar a Caracas desde Cumana en un vuelo de Estelar, una de las nuevas compañías fundadas para mantener la conectividad del país, después del cese de actividades de la mayoría de las líneas aéreas extranjeras. Lo alojaron dos noches en un hotel porque los aviones no aparecían. Finalmente, pusieron a todos los pasajeros en una caravana de taxis y los condujeron a Caracas. Lo mismo les ocurre regularmente a los pasajeros de esa compañía que van a Santiago de Chile y Buenos Aires. Tienen que pernoctar una o varias noches en hoteles de la capital o de La Guaira a la espera de aviones. Las otras compañías venezolanas tienen problemas similares. Venezolanos de todas las clases sociales se están yendo, en masa. La hija de José Vicente, ingeniera recién recibida, de 23 años, emigró a Chile. Cada vez más, los venezolanos se van en ómnibus hasta Perú –el país que mejor los recibe–, Chile –uno de los destinos predilectos de los jóvenes–, y a toda América Latina. Balseros sobre ruedas. La hemorragia apuntala al régimen. Juan me cuenta que desde enero no tiene agua por tubería en su casa de Río Caribe. Debe comprar dos cisternas por semana a 40 mil bolívares cada una. Una cisterna de 30 mil litros de gasolina cuesta 30 mil bolívares. Los cortes de luz son frecuentes y duran varios días, como en las otras ciudades del interior venezolano. Allí quedó una hermana discapacitada de Tamara y las señoras que la cuidan. Una fuente que trabajó en Miraflores en la época de Chávez me asegura que el oficialismo ganó las elecciones de gobernadores no sólo debido a la abstención de una parte de la oposición –una colcha de retazos de rivales enfrentados– sino también gracias a manipulaciones, irregularidades y en algunos casos fraude. Sostiene que hubo fraude en estados donde la oposición no tuvo testigos en todas las mesas. Sin embargo, la oposición no ha presentado pruebas de fraude, salvo en el estado de Bolívar. El candidato opositor e histórico líder sindical Andrés Velázquez impugnó la elección de su contrincante y denunció fraude en varias mesas, actas en mano. Bolívar tiene un valor estratégico por el Arco Minero del Orinoco, de 111 mil quilómetros cuadrados. Es rico en oro, cobre, diamantes, coltán, hierro, bauxita y otros minerales. Maduro quiere abrirlo a la explotación para compensar la caída en la extracción petrolera. Esta fuente sostiene que el poder en Venezuela lo comparten tres fuerzas. Antiguos militantes de izquierda, como el presidente Nicolás Maduro y su ministro de Educación, Elías Jaua, y los actuales ideólogos, el psiquiatra Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, y su hermana Delcy, presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente. Los militares en actividad o retirados liderados por el ex capitán golpista Diosdado Cabello y el ministro de Defensa, general Vladimiro Padrino. Y los cubanos, que serían fundamentales en el esquema de poder. La fuente dirige sus baterías contra los cubanos y los militares. A estos últimos les han repartido la administración de empresas clave, sobre todo de importación de alimentos y medicinas. De todas maneras, la policía política, el SEBIN, los tiene muy vigilados. Si se reúnen tres oficiales o más, los detienen, sostiene. La presencia cubana en el aparato del Estado venezolano esta? envuelta en el mayor secreto desde los años de Chávez. Éste decía que 46 mil cubanos trabajaban en Venezuela, pero se refería sobre todo a los cooperantes, médicos, entrenadores deportivos… La prensa independiente casi no escribe de este tema. “No hay datos”, se justifica Luz Mely. No hay fuentes. El caso del vicealmirante Pedro Miguel Pérez Rodríguez ilustra lo que les sucede a quienes se atreven a hablar. En una entrevista publicada por El Estímulo el 6 de julio de 2016 el vicealmirante reconoció que “hay un margen de injerencia cubana en nuestra fuerza armada. Se ha tratado de hacer una copia a lo que son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, lo que es concepto de regionalización de la fuerza armada. (…) Hay asesores en el Comando Estratégico Operacional”. Al ser interrogado sobre cuántos son, respondió: “ese sí es un tema más delicado del cual, oportunamente, ante la instancia correspondiente, pudiese aclarar más sobre eso”. El vicealmirante pidió su pase a retiro y en abril pasado fue detenido, acusado de liderar un complot contra Maduro. Pérez Rodríguez, que comandó la infantería de marina, había denunciado también la participación de los colectivos chavistas armados, en coordinación con la Guardia Nacional, en la represión del movimiento estudiantil. El director de El Estímulo, Omar Lugo, se interroga sobre si valió la pena publicar esa entrevista que le costó la libertad a un hombre y destruyó a su familia. Cuba depende del petróleo venezolano. El ex analista del Ministerio del Interior cubano y ahora profesor en Estados Unidos Antonio López Levy sostiene que si cayera Maduro el PBI cubano se contraería entre un 20 y un 25 por ciento. “Están montando un Estado policial –dice mi fuente–. Detienen a la gente por cualquier cosa. Chávez era mucho más cuidadoso.” Pero Chávez no se andaba con vueltas cuando percibía a alguien con prestigio que pudiera amenazar su poder. Como el general Raúl Isaías Baduel, el mismo que lo salvó del golpe de Estado de 2002, encarcelado durante años por oponerse a su proyecto. Chávez, que nunca reconoció legitimidad alguna a la oposición ni creía en la alternancia, fue un aplicado alumno de Fidel Castro. Cuando salió de la cárcel amnistiado, en 1994, tras su fracasado golpe militar de 1992, andaba desnorteado, asesorado por el nacionalista de derecha argentino Norberto Ceresole, y visitando a los carapintadas. El genio político de Fidel olfateo? su potencial y lo invito? a Cuba, cuando ningún otro líder latinoamericano lo recibía. Le desplegó la alfombra roja y lo adopto?. Chávez buscaba un mentor, un padre a su altura; Fidel, el petróleo venezolano. Siempre fue su obsesión. A principios de los sesenta fue uno de los motivos de su ruptura con Rómulo Betancourt, y luego mandó armas y cuadros a apoyar a la guerrilla de Douglas Bravo. Fidel le vendió su modelo a Chávez a precio de oro negro. El socialismo dependiente (en este caso del petróleo), no sustentable, pero con un poder autoritario y vertical casi indestructible. Venezuela lleno? en Cuba el vacío dejado en la década del 90 por la Unión Soviética, enviándole más de 100 mil barriles diarios de petróleo. Y sigue mandándole, aunque se calcula que un 40 por ciento menos. Cuba vende parte del petróleo que Venezuela le da. Maduro enfrenta el dilema de incrementar su asistencialismo antes de las elecciones presidenciales de 2018, en las que es candidato a la reelección, o pagar a sus acreedores para evitar el default. La producción de petróleo de Venezuela (97 por ciento de las exportaciones) había caído en setiembre pasado a 1.890.000 barriles diarios, según fuentes secundarias de la OPEP. Antes de la huelga petrolera de 2002-2003 y de la administración chavista de Pdvsa, llegaba a 3,4 millones barriles diarios. Pero las divisas provienen sobre todo de las exportaciones a Estados Unidos, que se sitúan en un poco menos de 800 mil barriles diarios. Según un análisis publicado en El Universal, más de 600 mil barriles diarios de la producción venezolana van a convenios energéticos con China –que se cobra la deuda en petróleo–, con Cuba y Petrocaribe, que tienen condiciones preferenciales. El resto es consumido por los venezolanos y contrabandeado a Colombia. La deuda externa asciende a 140.000 millones de dólares. Hasta fines de 2018 debe pagar 10.000 millones de dólares en capital e intereses. Las reservas no alcanzan los 10.000 millones de dólares. Un default desordenado “podría llevar a la pérdida de activos vitales y al desplome de los ingresos petroleros venezolanos, causando una profundización de la contracción económica y una reducción aun mayor a la sostenida hasta ahora en las importaciones del país”, afirma Francisco Rodríguez, el economista de Torino Capitales. Esta empresa, que me han dicho detenta una abultada cartera de deuda venezolana, pertenece a Diego Salazar, socio y pariente del ex todopoderoso presidente de PDVSA caído en desgracia Rafael Ramírez, actualmente prófugo de la justicia venezolana. Salazar fue detenido después de mi partida de Venezuela, acusado de corrupción. Mis amigos piensan que las elecciones presidenciales serán adelantadas para marzo, y hasta entonces se incrementará la importación de alimentos y medicamentos, y se atrasarán los pagos a los acreedores en el marco del default parcial vigente. El chavismo realizó la hazaña de fundir a Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo de la OPEP. La caída del precio del barril de petróleo en 2015 agudizó la crisis. Cayo? de un promedio de 100 dólares en 2014 a la mitad y menos. El PBI se contrajo 36 por ciento en los últimos cuatro años. Por falta de inversión, la producción de petróleo se desplomó desde 2015. Mis amigos se dividen entre los que creen que habrá una nueva explosión social, esta vez bajando de los cerros como en el Caracazo, y los que piensan que la gente depende tanto del gobierno para comer que no puede rebelarse y desafiar a la Guardia Nacional y a los colectivos que tiran a matar
sábado, 12 de agosto de 2017
Noche de la Nostalgia en CRISIS...
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Se ha devaluado la Noche de la Nostalgia. La gente anda en otra. Varias fiestas programadas, se bajaron luego de "hacer números finos"
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