COLECCIÓN HISTORIA URBANA Y
PATRIMONIO DE ZÁRATE
Coordinación Arq. Silvia
Irene Baccino
Parajes
y Vecindades Rurales
Silvia Irene Baccino –
Sergio Daniel Robles
EDITADO CON EL AUSPICIO DE LA
ASOCIACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DE ZÁRATE
QUINTA JOVITA
PRÓLOGO
Hace tiempo ya
que la Historia ha dejado de lado los rígidos postulados de una simple
enumeración de hechos protagonizados por grandes hombres, -muy contadas veces
por mujeres-, representantes de los más elevados cargos políticos; dueños de
inmensas fortunas y biografías plagadas de hechos trascendentes. El abandono de
semejante encorsetamiento de la labor del historiador, ahora preocupado por
procesos históricos protagonizados por individuos y colectivos humanos antes
ignorados o desatendidos, no implicó sólo prestar atención a otros sujetos
sociales. Si los pequeños campesinos, los pulperos, los gauchos y trabajadores
urbanos y rurales debían pasar de ser meros decorados de la historiografía
nacional a ser los focos de atención de los investigadores, también los
escenarios geográficos se pensaron de manera diferente. Las grandes urbes
dejaron de pensarse como centros civilizatorios y progresistas, y las zonas
periféricas a las ciudades empezaron a recuperar la importancia que
merecidamente debían tener en las explicaciones del pasado.
Si la región
es, más que una perfecta delimitación en el mapa, una hipótesis a confirmar[1]; los espacios urbano y rural, así como la
relación entre las ciudades y pueblos de la campaña bonaerense con una
vastísima zona de influencia en un mapa que muchas veces no respetaba
jurisdicciones políticas ni fronteras culturales, cobra valor estratégico a la
hora de explicar el pasado de nuestras ciudades. Así, el trabajo de Sergio
Robles y Silvia Baccino se nos sugiere como un ejercicio necesario en dos
sentidos.
En primer
término, porque implica un rescate y ordenamiento de información escrita y oral
que se hubiera perdido en el tiempo y la memoria. Testimonios coloniales son
completados con valiosas miradas de actores históricos del tiempo presente.
Así, en lo que constituye el segundo aporte de este trabajo, la síntesis
histórica sugerida nos permite ver en una perspectiva de larga duración,
procesos de cambio geográfico, económico y social en un contexto microanalítico[2]:
un “paraje”, un “poblado” son mucho más que un simple asentamiento humano.
Hunden su existencia en relaciones económicas, sociales y políticas de muy
larga data.
Por ello, el
texto se constituye en una valiosa contribución como recurso didáctico, y
fundamentalmente como ejercicio de investigación y compromiso del historiador
con la memoria histórica de su entorno más inmediato, algo que los autores hace
tiempo han asumido con vocación y esmero.
Oscar José Trujillo
INTRODUCCIÓN
El Patrimonio
Cultural, como resultado de la construcción social de una comunidad, es un proceso dinámico y en permanente
evolución. A partir de las últimas décadas del Siglo XX, el interés por la
historia referida a los acontecimientos cotidianos, a las representaciones
populares y a la temática de la identidad, fue dando protagonismo paulatinamente
a poblados, parajes y vecindades históricas. Así, en 1975, la Carta de Europa y la Declaración de
Rothemburg destacaron la necesidad de proteger a esas comunidades.
Nuestro país se
sumó, un tiempo después, a esta tendencia al descubrir que existen poblaciones
más allá de los grandes ciudades, de las rutas nacionales y provinciales más
transitadas, de las redes económicas y de los circuitos turísticos
tradicionales que muestran sus obras monumentales. A pesar de su menor
visibilidad, esas poblaciones se caracterizan por la belleza casi original de
los paisajes que han sabido recrear y mantener, por la sencillez de su
arquitectura y por la calidez de su gente.
El Partido de
Zárate, creado en 1854, cuenta con una
serie de parajes y vecindades rurales que, en diferentes momentos del pasado
surgieron, a veces, con una identidad difusa e imprecisa y en otras ocasiones,
como referencia que se ha mantenido inalterable con los siglos. Sea en un caso
o en otro, con el devenir histórico, estos sitios han ido logrando
especificidad a través de la construcción social que los hombres realizaron y
realizan sobre el espacio geográfico, en una tarea dinámica, de transformación
permanente.
En algunos casos,
la presencia humana ha derivado en vecindades dinámicas, que luego
desaparecieron, como el caso de Las Palmas, perviviendo el paraje; en otros,
permanecen y reafirman su identidad, lenta pero progresivamente, como Escalada.
En el presente
trabajo hemos querido recuperar la historia de estos parajes y vecindades
rurales iniciando el recorrido con la Pesquería, identificado en sus orígenes
con una mayor extensión, que comprendía el más tarde Rincón de Zárate; luego
continuamos con Escalada -surgida del seno de la primera- que actualmente experimenta un notable
crecimiento, para continuar por el camino que nos lleva al Tatú, el Bagual y
Puente Castex, sitios eminentemente rurales pero con profundas raíces históricas
desde los tiempos hispánicos. Finalmente, pasamos al antiguo camino de la costa
del Paraná, donde incluimos los parajes de Las Palmas, que tuvo una importante
presencia urbana a principio del siglo XX, y Atucha, que remite a una rica
familia de terratenientes establecidos durante el siglo XIX, con los que
termina nuestro relato.
Todos ellos
son asentamientos poblacionales caracterizados por una estructura física
proveniente del pasado cuya importancia ha variado a lo largo del tiempo pero
que han sabido mantener aquellos rasgos identitarios que los caracterizan como
son los ejemplos significativos de arquitectura popular y las tradiciones
locales auténticas.
A lo largo de
su evolución estas comunidades han mantenido la armonía entre el paisaje
natural y el cultural. Esta integración, el haber perdurado los tipos
arquitectónicos de fines de siglo XIX y primeras décadas del XX, la paulatina
incorporación de nuevos elementos y la unidad del conjunto hacen de ellas un
ejemplo relevante de las poblaciones pampeanas en el que conviven con naturalidad
el presente y el pasado.
El tiempo fue
moldeando estos parajes y vecindades con espíritu propio, conservando muchas
tradiciones y particularidades de las zonas rurales bonaerenses y adoptando
sólo lo fundamental del progreso. Si bien el patrimonio construido no contó con
una producción arquitectónica de gran nivel, la arquitectura doméstica originó
conjuntos homogéneos y sitios agradables que forman parte de la memoria
colectiva de cada uno de ellos.
Con los valores
señalados, cada una de estos parajes y vecindades del Partido de Zárate afrontan el desafío del Siglo XXI, que
exigirá el máximo compromiso de autoridades, comunidad y técnicos para que
puedan crecer armónicamente sin destruir sus respectivos patrimonios tangibles e intangibles,
dado que los mismos constituyen los
elementos de continuidad entre el pasado y el futuro y tienen que ver,
fundamentalmente, con valores culturales e históricos que se desea comunicar a
las futuras generaciones.
Silvia Irene Baccino
Sergio Daniel Robles
Todo en la presentación en el Club Argentino por nuestro canal Isla Sola TV Online
http://youtu.be/Gbnu7OX2CFk
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