domingo, 23 de mayo de 2021

La Justicia santiagueña imputó al hijo del senador Alperovich en la causa por el robo de 3.500 vacas

Daniel Alperovich, miembro del directorio del establecimiento donde hallaron parte de los animales robados, fue imputado por “asociación ilícita” . Además, liberaron a 3 empresarios que pagaraon fianzas de $5 millones, entre ellos José Demicheli, titular de ADBlick Ganadería
Daniel Alperovich, el hijo del exgobernador de Tucumán y actual Senador nacional, en uso de licencia, del Frente de Todos, José Alperovich, quedó imputado como miembro de una asociación ilícita en la causa que investiga el robo de los 3.500 cabezas de ganado. Así lo resolvió el pasado viernes la Justicia de Santiago del Estero, quien determinó que este sería integrante del directorio del establecimiento La Galesa, donde fueron encontrados una parte importante de los animales denunciados. La fiscal que investiga la causa, Mariela Bitar de Papa, notificó al hijo del senador su responsabilidad en el hecho por los animales denunciados por las firmas San Eugenio S.A, El Tránsito S.A. y el 38 S.A. a finales del 2020 y encontrados en el establecimiento de la familia ubicado en la localidad Pozo Hondo de esa provincia. Se conoció también que la Justicia había hallado animales de las firmas denunciantes en otro establecimiento relacionado con la familia Alperovich. En el lapso de la semana entrante, Daniel Alperovich será llamado a prestar declaración ante las autoridades. 

 Tras conocerse la imputación al hijo del senador, también se informó que el juez de Garantías, Darío Alarcón, otorgó la excarcelación de otros tres empresarios -bajo una fianza $5.000.000- implicados en la causa. Y se fijaron estrictas medidas de comportamiento y cumplimiento para los empresarios mientras dura la investigación, ya que podrían ser una causal de revocamiento del beneficio obtenido. Se trata de Joaquín Magliano, hijo de Luis Magliano, el principal involucrado en la causa, propietario de Oleos del Centro (ODC); José Andrés Demicheli, titular de ADBlick Ganadería y Juan Pablo Miretti, dueño de Agrolam. Luis Magliano. Luis Magliano.

 Mientras los tres empresarios excarcelados habían sido indagados por la fiscal que investiga la causa, el juez Alarcón decidió hacer lugar al pedido de los abogados de los implicados en el presunto delito, ya que cesaron los riesgos procesales luego de haberse recuperado cerca de 1.500 cabezas de ganado. A su vez, la Justicia solicitó que se impongan estrictas medidas de comportamiento y cumplimiento para los empresarios mientras dura la investigación, ya que podrían ser una causal de revocamiento del beneficio obtenido. Las que faltan 

 Esta semana también se conocerá el destino del resto del ganado robado con la documentación que se espera obtener desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Por otro lado, fuentes judiciales informaron que en las últimas horas, Luis Magliano, quien negó ser miembro de una asociación ilícita amplió su declaración en la que explicó cómo funcionaba su empresa, en la que aseguró que los propietarios de la hacienda se llevaron animales de su campo sin control ante la crisis del último año. Por último, los otros dos imputados en el proceso que aún continúan detenidos, Luis Magliano y Damián Manzanelli, ya fueron indagados con la nueva calificación procesal, de asociación ilícita, su situación procesal se definirá en los próximos días y sus abogados solicitaron que se habiliten horas en la Feria Judicial extraordinaria por la pandemia, para que se trate en audiencia sendos pedidos de excarcelación. 

 La posición de ADBlick Luego que el pasado viernes el juzgado de Santiago del Estero ordenara la excarcelación del empresario José Demicheli, responsable del fondo de inversión ADBlick ganadería, la firma emitió un comunicado donde señalaron que “fueron injustamente involucrados en la causa”. En el comunicado, Demicheli comentó que fue a Santiago del Estero a ofrecer todas las explicaciones que solicitó la Fiscal de la causa y dijo que siente conforme con ese accionar. “Agradezco a las autoridades locales, fiscal, jueces y policías por el trato dispensado y por haber valorado adecuadamente la información que ADBlick Ganadería viene aportando a la causa”, agregó el empresario. Además, sostuvo que continuará defendiendo “los intereses de la empresa que lidero, ya que es mi deber y esperamos que pronto se resuelva nuestra posición en forma definitiva”. Desde ADBlick Ganadería manifestaron en la parte final del comunicado: “Continuaremos aportando todo lo que podamos a la investigación para esclarecer los hechos y recuperar el ganado secuestrado. La empresa realiza sus actividades en forma regular, íntegra y profesional lo cual hemos acreditado debidamente. Más que nunca y como siempre estamos enfocados en continuar desarrollando nuestros proyectos de cría y terminación de ganado”.

Encuentro con el Patriarca en Paysandu R.O.U.wmv Larrañaga siempre presente

El saludo de Jorge Larranaga

La frase de Larrañaga que se volvió viral

 


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Lula y Cardoso ensayan en un encuentro inédito una alianza contra Bolsonaro

 

Los expresidentes de Brasil sostienen una reunión sin precedentes en democracia, con la mira puesta en las elecciones del año próximo
FLÁVIA MARREIRO São Paulo - 21 MAY 2021 - 23:24 GMT-3 

Los expresidentes brasileños Lula Da Silva y Fernando Henrique Cardoso. Los expresidentes brasileños Lula Da Silva y Fernando Henrique Cardoso.RICARDO STUCKERT / INSTITUTO LULA Los expresidente Luiz Inácio da Silva y Fernando Henrique Cardoso mostraron este viernes una sintonía política que no tiene precedentes desde el final de la dictadura, en 1985. Una foto subida a las redes sociales los mostró uno al lado del otro, con mascarillas, chocando los puños, después de años de rencores, enfrentamientos y diálogos apenas puntuales. Los ha unido un enemigo común: el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro. 

 Desde que volvió al juego político, el expresidente Lula da Silva se mostró abierto a dialogar con todos ―incluso con quienes apoyaron el impeachment de Dilma Rousseff― y señaló su disposición a llevar al Partido de los Trabajadores (PT) más hacia el centro, si fuera necesario. Lula ha realizado una exitosa gira por Brasilia y ya ha anunciado que la próxima semana la agenda será con los movimientos sociales. Fernando Henrique Cardoso, el expresidente más importante de la redemocratización junto al propio Lula, también decidió hacer un gesto. 

Tras la campaña de 2018 en la que evitó apoyar al petista Fernando Haddad contra Jair Bolsonaro, el socialdemócrata dijo en una entrevista televisiva que apoyaría a Lula en una posible segunda vuelta electoral contra Bolsonaro el próximo año. Era la señal para romper las últimas resistencias. PUBLICIDAD El resultado se vio este viernes, cuando las redes sociales de Lula publicaron una foto simbólica. Ambos políticos se reunieron en un almuerzo “con mucha democracia en el menú” por invitación de Nelson Jobim. 

El anfitrión posee un currículum inmejorable para acabar con las distancias: fue el ministro de Defensa de Lula y ministro de Justicia de Cardoso. Jobim es un conocedor de los enredos políticos y de los asuntos jurídicos en los más altos tribunales del país. “Los expresidentes tuvieron una larga conversación sobre Brasil, la democracia y la negligencia del Gobierno de Bolsonaro en el enfrentamiento de la pandemia”, dice el texto del mensaje. El mensaje corrió como la pólvora. “Nuestras diferencias son mucho menores que nuestro deber histórico de derrotar a Bolsonaro”, escribió el diputado Marcelo Freixo del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL). 

“Es el momento de dialogar y construir consensos, porque lo que está en juego es la democracia y la vida de los brasileños. Felicitaciones a Lula y a Cardoso por el gesto de grandeza y responsabilidad con el país”, siguió. La interpretación de Freixo es la más evidente: la aproximación entre los dos puede remediar los problemas de todos los intentos para formar un “frente amplio” contra Bolsonaro: los dos grandes líderes no estaban en ninguno de ellos. 

Bolsonaro recupera popularidad y solo Lula le ganaría en una eventual segunda vuelta en 2022 Una comisión de investigación sobre la pandemia apunta múltiples negligencias del Gobierno Bolsonaro Tras el encuentro, Cardoso tuvo que lidiar con su propio partido, el fracturado PSDB (de origen socialdemócrata, pero con largas franjas conservadoras) y el malestar de los aspirantes a la candidatura presidencial del próximo año: el gobernador de São Paulo, João Doria, y el de Río Grande do Sul, Eduardo Leite. El jefe de Río Grande do Sul fue explícito: “Hablar con todo el mundo es la premisa de quienes quieren acabar con el ‘nosotros contra ellos”. Pero no acepto que Brasil vaya hacia atrás. Confío en que Fernando Henrique Cardoso tampoco lo hará”.

 Acto seguido, el expresidente tuvo que acudir a las redes para dar explicaciones: “El PSDB debe lanzar su propio candidato y yo lo apoyaré”. Pero si su partido, que tuvo el peor desempeño en la campaña presidencial en 2018 con Geraldo Alckmin, no avanza a la segunda vuelta, entonces Cardoso presionará 13 (el número que representa a los petistas) en las urnas elctrónicas, advirtió. El malestar, sin embargo, ya estaba en el aire. La molestia pública de los socialdemócratas se hizo evidente cuando Lula recuperó sus derechos políticos en marzo y abril, cuando el Supremo Tribunal anuló las condenas que tenía en la Operación Lava Jato. Lula empieza ahora a mostrar fuerza en las encuestas. 

Con el expresidente de vuelta en la carrera por la presidencia y con Bolsonaro aun mostrando una notable resistencia entre sus bases, se ha reducido el espacio para nuevos nombres de “centro”. En las encuestas rumbo a las elecciones de 2022 no surge ningún nombre de ese “centro” o “ni-ni” (ni Lula ni Bolsonaro). Como demostró la investigación de Atlas para EL PAÍS, el gobernador Doria no despega ni siquiera en el Estado que gobierna, a pesar de su exitoso papel en la campaña de vacunación contra la covid-19. Andrei Roman, director del Atlas, sin embargo, ve en Leite un potencial como “efecto sorpresa”, dado que no es conocido en el país y no tiene rechazo. 

 Otro nombre de la izquierda, Ciro Gomes, del Partido Demócrata Laborista (PDT), que sigue en abierta fricción con Lula y el PT, tampoco despega. Gomes busca su oportunidad presentándose como el “Joe Biden brasileño”, a pesar de estar en las antípodas del presidente estadounidense en cuanto a temperamento. La apuesta por Luciano Huck, presentador de televisión, es cada vez más lejana ya que está a punto de ocupar el horario de mayor visibilidad en la poderosa TV Globo los domingos ―acabando definitivamente la idea de la candidatura.

 Es en este contexto que la elección presidencial, hasta ahora, se configura como una batalla de rechazos. ¿Gana el antipetismo, como en 2018, o el antibolsonarismo? En este enfrentamiento, la foto de este viernes de Lula y Cardoso es una baza del petista. Cardoso traza una nueva línea y dinamita la falsa teoría de los “dos demonios” que abrazó en 2018. Con la democracia en el menú, Cardoso se queda con Lula.

Hidrógeno verde: el combustible eterno que alumbra una nueva era

 

Este gas está llamado a ser una pieza clave en la transición energética. España aspira a producir el 10% de la UE y desarrollar toda la cadena de suministro
En el libro La economía del hidrógeno, el sociólogo estadounidense Jeremy Rifkin escribió hace 20 años: “Está naciendo un nuevo sistema energético que tiene el potencial de remodelar radicalmente la civilización. El hidrógeno es el elemento más básico y ubicuo del universo. Es el material de las estrellas y de nuestro Sol y, cuando se aproveche adecuadamente, será el combustible eterno”. ¿Qué ocurrió después? Nada. Como tampoco ocurrió nada cuando la crisis del petróleo de los setenta hizo que ciertos países comenzaran a hablar del tema con notable entusiasmo. Ahora, sin embargo, el mundo —y particularmente Europa— acaricia el sueño de conseguir un combustible infinito que no produzca emisiones y cuyo residuo sea solo el vapor de agua. 

 La hora del hidrógeno verde ¿Seguro que esta vez será distinto? Distinto, sí, aunque quizá no tan luminoso. Es cierto que la UE ya ha perdido muchos trenes para liderar tecnologías disruptivas en materia de energía (desde el coche eléctrico hasta los paneles solares) y esta vez parece que hay alguien al mando del barco para impulsar este gas como una estrategia trasversal y común a todo el continente. En cualquier caso, la realidad de partida tiene un color tirando a grisáceo: el 95% de los 120 millones de toneladas de hidrógeno que se producen ahora mismo en el planeta se generan a partir de combustibles fósiles (sobre todo a través de un proceso llamado reformado de metano con vapor a partir de gas natural). Este hidrógeno produce entre 9 y 11 toneladas de CO2 por cada kilo obtenido (entre 70 y 100 millones de toneladas de CO2 solo en la UE). Fundamentalmente se utiliza en el refino de petróleo y en la fabricación de fertilizantes a base de amoniaco. 

Es, por tanto, un producto que genera contaminación bastante barato: entre 0,7 y 2,2 euros el kilo, según los cálculos recopilados por el grupo bancario Natixis. Proyectos en el mundo 228 anunciados Europa América del Norte 126 19 Asia África y Oriente Medio 46 8 Oceanía Latinoamérica 24 5 Producción de más de un giga Uso industrial a gran escala Economía integrada Proyectos de infraestructura Transporte 17 23 45 53 90 Evolución del precio del carbono desde 2017 Comparación de costes de producción por tipo de hidrógeno En euros por tonelada En euros por kilo GRIS AZUL VERDE 40 35 30 25 20 15 10 5 0 Según Bloomberg Según la IEA 7,35 4,57 3,34 2,87 2,53 2,26 2,29 1,34 1,42 0,71 2017 2018 2019 2020 E. 21 Producción de hidrógeno bajo en carbono Inversión hasta 2030 En miles de millones de dólares En miles de toneladas al año 262 10 8 6 4 2 0 Escenario de desarrollo sostenible Aplicaciones de uso final Distribución Anunciado Producción 45 38 Anunciado Planeado Realizado 2010 11 13 15 17 19 21 23 25 2030 Fuente:McKinsey, Hidrogen Council y Natixis 

 A la larga, todo el mundo sabe que seguir produciendo de este modo no es una opción. Para lograr los objetivos de descarbonización —Europa quiere ser neutra en emisiones en 2050—, los países han empezado a incentivar la producción del llamado hidrógeno azul (que emite gases de efecto invernadero que se capturan y almacenan) y, sobre todo, del verde, que se obtiene mediante electrólisis, un proceso que aplica una corriente eléctrica para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno. Si esa corriente procede de energías 100% renovables, el producto resultante es completamente limpio. Ese hidrógeno se puede comprimir y transportar.

Se puede licuar (con un coste) y almacenar durante semanas o meses, de modo que podría ser una palanca para acumular reservas cuando el sol brilla o el viento sopla y usarlas más adelante. Pero no hay que olvidar, como cuenta The Economist, que en última instancia el hidrógeno es solo electricidad disfrazada. Y además carísima: el verde se produce a precios que pueden alcanzar los 7,30 euros el kilo y normalmente no bajan de 4 euros, lo que hace que no sea competitivo. Porque no es un combustible primario, se produce a partir de otro elemento, normalmente con abrumadoras pérdidas de energía durante el proceso, y su transporte es muy costoso. 

 Cadena de suministro La cadena de suministro para su uso es compleja, necesita un marco legal que ahora mismo no existe o es incipiente. A cambio, tiene unas cuantas ventajas. La fundamental es que arde. “Puedo hacer una barbacoa con hidrógeno”, ilustra Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno. Una barbacoa que además no contamina, porque solo genera vapor de agua. Como cuenta José Ignacio Zudaire, coordinador del Corredor Vasco del Hidrógeno, gracias a este elemento, en el futuro se podrán gestionar mejor los sistemas eléctricos. O, como dice Fernando Espiga, responsable de transición energética del centro tecnológico Tecnalia, es la oportunidad para descarbonizar sectores que necesitan una gran cantidad de energía, como la industria de producción de acero, los procesos de alta temperatura de las cerámicas, el transporte marítimo, el aéreo o el de larga distancia. 

Con una ventaja: el hidrógeno es magnífico en el llamado “rango de ansiedad” para los camiones, ya que minimiza las esperas de las recargas durante un trayecto (funciona prácticamente como un diésel) y permite autonomías de más de 1.000 kilómetros. Muy comparable a lo que puedes tener con el diésel. Y no está nada claro, según la docena de expertos consultados, que el transporte de corta distancia en vehículos convencionales vaya a ser una buena idea, aunque fabricantes de coches como Toyota ya hayan lanzado modelos —el Mirai se puede adquirir desde 69.000 euros—. Sea como sea, esta vez sí ha venido para quedarse. El motivo, más allá de los loables propósitos de frenar el cambio climático, es, como siempre, el dinero. “Ahora compite contra los precios del gas [natural], pero el precio de las emisiones de CO2 va a ir balanceando los costes”, apunta Jaime Martín Juez, director corporativo de tecnología y corporate venture en Repsol. Ese es el dato fundamental: el coste de los derechos de emisión de dióxido de carbono cerró 2020 en una media de 24,70 euros, según la plataforma Sendeco2. Esta semana ya cotizaba a 49,50 euros la tonelada y se espera que continúe disparado.

 Si sigue creciendo a ese ritmo, pronto las industrias que pagan por contaminar se verán muy presionadas en su cuenta de resultados y tendrán que echar mano de alternativas un poco más caras, pero limpias. Por otro lado, se supone que, al igual que ocurrió con las renovables, la tecnología del hidrógeno irá haciéndose más y más asequible a medida que aumenten las inversiones. En palabras de Millán García-Tola, director global de hidrógeno de Iberdrola, la puerta abierta del hidrógeno verde está en la sustitución del gris, y para ello la subvención de proyectos debería “conseguir igualar los costes y acelerar la industrialización de la producción de hidrógeno verde”. 

 La estrategia que Bruselas elevó al Parlamento el verano pasado para conseguir un continente climáticamente neutro en emisiones habla de esas fantásticas posibilidades. “Muchos indicadores ponen de manifiesto que actualmente estamos cerca de un punto de inflexión”, continúa García-Tola. “Cada semana se anuncian nuevos planes de inversión, a menudo a escala de gigavatios. Entre noviembre de 2019 y marzo de 2020, los analistas del mercado aumentaron la lista de inversiones mundiales previstas de 3,2 GW a 8,2 GW de electrolizadores a más tardar en 2030 (de los cuales, un 57% están proyectados en Europa) y el número de empresas que se han adherido al Hydrogen Council ha pasado de 13 en 2017 a 92 en la actualidad”. Un informe de McKinsey apunta que a principios de este año unos 30 países ya tenían su propia hoja de ruta sobre el asunto, entre ellos España. Bruno Esgalhado, socio de la firma en Madrid, considera que la respuesta europea dependerá de cada Estado.

 “La gente habla mucho del hidrógeno verde, muy indicado para España o Portugal, ricos en sol y viento. Pero tiene todo el sentido que los países del norte, que tienen acceso a gas natural muy barato, exploren el hidrógeno azul. La solución ideal pasa por una mezcla de los dos”. La industria ha diseñado a nivel global más de 200 grandes proyectos, la mayoría en Europa, y todos los gobiernos del mundo han comprometido 57.000 millones de euros en fondos públicos para estimular sus industrias en el año de la pandemia. Los números proyectados aún son más gigantescos. 

Las inversiones acumuladas en hidrógeno renovable en Europa podrían alcanzar entre 180.000 y 470.000 millones hasta 2050, con un millón de personas empleadas directa o indirectamente en el sector. El hidrógeno limpio podría cubrir el 24% de la demanda mundial de energía de aquí a 2050, con unas ventas anuales de 630.000 millones euros. Son frases con muchos condicionales, aunque se van acotando en pequeñas metas intermedias. La primera es instalar al menos seis gigavatios de electrolizadores de hidrógeno renovable en la UE de aquí a 2024 para producir un millón de toneladas de gas limpio y 40 gigavatios en 2030 para generar 10 millones de toneladas. ¿Una quimera? Puede, porque de nuevo la realidad queda a años luz del objetivo: los 300 pequeños electrolizadores actualmente en funcionamiento en el continente producen solo el 4% del gas que se utiliza (que asciende a 9,4 millones de toneladas en total). 

En resumen, apenas nada. Panorama nacional España, que se ha marcado cubrir el 10% del objetivo comunitario, ahora mismo no produce ni un kilo de hidrógeno verde a escala industrial. Un panorama que espera cambiar en 2024 para que haya entre 300 y 600 megavatios en electrolizadores ligados a la producción de parques eólicos o fotovoltaicos. Las 500.000 toneladas de hidrógeno que se fabrican en el país cada año proceden de reformado de gas. Un 75% las consume Repsol para el refinado y el resto van a la industria química, básicamente a los polos de Huelva y Cataluña. Ese CO2 es plomo en las alas de un sector que tiene un reto gigantesco por delante. Sara Aagesen, secretaria de Estado de Energía, recordó en un foro celebrado hace un par de semanas en la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) que por primera vez existía un marco que da estabilidad en el medio y largo plazo. “Una de cada tres toneladas de CO2 no se podrá emitir en 2030. El año pasado aprobamos un documento (la Estrategia Nacional del Hidrógeno) porque entendemos que podemos tener una posición de liderazgo”, afirmó. Su ambición es que se actúe en toda la cadena de valor del hidrógeno renovable, “tener capacidad de fabricación de electrolizadores, compresores, una integración sectorial para que las pymes se vean beneficiadas”. 

 LA GAMA DE COLORES Verde: generado mediante electrólisis impulsada por electricidad renovable. Azul: su producción se basa en combustibles fósiles, pero con emisiones de CO2 capturadas. Gris: fabricado con gas fósil, el más común. Negro: fabricado con carbón. Marrón: elaborado con lignito. Turquesa: el calor se utiliza para dividir el gas fósil en un proceso conocido como “pirólisis”. Morado, rosa o amarillo: a base de electricidad y calor generada por reactores nucleares, pero no hay un color ampliamente aceptado para tales métodos. Un 25% del consumo industrial que ahora se alimenta de gas contaminante en España debería tener origen renovable en 2030, un año en el que deberían circular 150 autobuses, 5.000 vehículos ligeros y pesados y 2 líneas de tren propulsadas con este combustible. También debería haber unas 100 hidrogeneras y maquinaria alimentada de este modo en los cinco principales puertos y aeropuertos del país. 

En una primera fase, 1.550 millones de fondos públicos harán que esto sea posible, y la industria parece muy comprometida. Se han presentado 502 proyectos para optar a ayudas en España. Iberdrola, Enagás, Endesa, Repsol, Naturgy, Acciona, Talgo o CAF son protagonistas de grandes iniciativas que involucran a proveedores aguas abajo. Se proyectan “valles de hidrógeno” en Castilla y León o Cataluña. Los centros tecnológicos más punteros, como la Fundación Hidrógeno Aragón, trabajan en varias líneas. En el País Vasco se ha forjado el Corredor del Hidrógeno, que une a 78 organizaciones agrupadas bajo Petronor que van a invertir 1.300 millones y producir 20.000 toneladas al año. Naturgy y Enagás trabajan en una fábrica de 9.000 toneladas al año en León. Iberdrola, con 53 propuestas presentadas a los fondos Next Generation solo en este combustible, cree que podrá cubrir el 20% del objetivo nacional y en un año espera poner en marcha un gran complejo europeo para uso industrial en Puertollano. 

CAF encabeza un consorcio que está desarrollando con fondos europeos el prototipo del primer tren de hidrógeno en España, que estará en vía el próximo año. Endesa tiene 23 proyectos de electrolización desde As Pontes (A Coruña) hasta Teruel o Tarragona. Y la lista suma y sigue en una fiebre que ha llegado incluso a la educación, con el anuncio esta semana del primer máster sobre el tema impulsado por Repsol y Petronor en cinco universidades. Ocurre cuando hay una explosión de fondos públicos. Todas las empresas que visitaron estos meses el Ministerio de Transición Ecológica, como reconoció Aagesen, “quieren tener un PERTE”, acrónimo de proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica, “pero de lo que se trata es de identificar iniciativas bandera. Va a haber total transparencia en las ayudas, los criterios serán conocidos por todos los agentes”, dice la responsable. El ministerio también se plantea hacer compras públicas precomerciales para poder desarrollar electrolizadores made in Spain. Sener y Petronor, por ejemplo, ya tienen un acuerdo para fabricarlos en Bizkaia en 2022. 

 La pregunta es si es factible desarrollar una cadena de proveedores que compita internacionalmente en este tema. “Tenemos empresas muy capaces de hacerlo”, responde Nora Castañeda, directora de nuevas tecnologías de Sener Energía. Rafael Calvera lleva toda su vida dedicado a los gases de uso industrial desde su empresa Calvera H2, suministra los equipos que se necesitan para distribuir y dispensar hidrógeno: desde estaciones de compresión, camiones o hidrogeneras. “Vemos que hay un campo importante para crecer en ingeniería. Nuestros primeros proyectos fueron en el norte de Europa, en dos islas de las Orcadas escocesas que obtienen el gas a partir de energía eólica. La comprimimos y transportamos a la isla principal en ferri”. También son los responsables de la hidrogenera que hay en Manoteras (Madrid) y proyectan otras. “Estamos en los albores del que va a ser un camino sin freno”, resume, e insiste en lo importante que es para España desarrollar tecnología en electrolizadores. “En el resto de cadena hay muchísimo por hacer”. 

 Las ayudas europeas catapultan el hidrógeno Otra de las tecnologías que serán imprescindibles es la compresión, y ahí España también cuenta con algunas empresas punteras. Hiperbaric lleva 20 años trabajando en tecnología de alta presión para eliminar bacterias de los alimentos y ven en el hidrógeno una oportunidad lo suficientemente retadora como para que sus investigaciones tengan algo que aportar. Andrés Hernando, su consejero delegado, explica que es un gas con una gran densidad energética por masa, pero pequeña por volumen. “Su molécula pesa muy poco, es la más ligera de la tabla periódica”. Así que hay que comprimirlo a presiones muy altas: en hidrogeneras, a 800 o 900 bares, “un reto para nosotros”. Así que decidieron desarrollar la tecnología de compresión del hidrógeno, un modo de aprovecharlo que ven mejor que licuar el gas, porque para lo segundo se necesita llevarlo a 253 grados bajo cero. “Eso es energéticamente más caro que comprimirlo”. Ríos de ayudas En momentos históricos como este también afloran riesgos abrumadores. Ocurrió en el pasado con fondos europeos que se dilapidaron en infraestructuras ruinosas, como desaladoras o carreteras que no llevaban a ningún lugar. ¿Podrá España terminar con un montón de fábricas de hidrógeno verde caras e inútiles? “Creo que los proyectos en España están pensados, acotados”, señala el socio de McKinsey. Antonio Llardén, presidente de Enagás, explica que Europa no quiere que el transporte de ese combustible suponga una inversión extraordinaria. “Se espera que en 2040 las tres cuartas partes del hidrógeno que se produzca circulen por redes existentes y el resto por redes creadas ex profeso”. 

Jaime Martín Juez tiene claro que para que los proyectos puedan despegar deben tener atada previamente la demanda. “Ponerte a producir sin tener claro para qué vas a utilizar ese hidrógeno o qué va a reemplazar hace que el desarrollo de ese ecosistema de tecnólogos y tecnologías vaya a ser más difícil”. Además, las empresas nacionales están apostando por un enfoque muy práctico: facilitar una fuente renovable a aquella industria que ya utiliza este gas. “No hay otra, porque Alemania hará sus deberes, y lo que no queremos es encontrarnos con que dentro de 20 años digan que tenemos que cerrar fábricas de acero o hierro porque no se pusieron las pilas con las emisiones”, analiza un empresario vasco que pide anonimato. 

 Así que los sectores más difíciles de electrificar serán los primeros en abrazar esa tecnología, pero todavía hay muchas dudas sobre las ayudas y la eficiencia de todos esos grandilocuentes planes. Si en el pasado fracasó en su intento de derribar todo un sistema basado en combustibles fósiles, al menos ahora el hidrógeno tiene una pequeña ventana abierta para que se cumpla la promesa de Rifkin. 

 “SE EMPIEZA LA CASA POR EL TEJADO” “Se está vendiendo bastante humo, se está empezando la casa por el tejado”. La advertencia la hace desde Greenpeace José Luis García, responsable del Programa de Cambio Climático. Considera más urgente la gestión de la demanda, la electrificación del sistema, las mejoras en eficiencia y la implantación de las renovables a gran escala que el impulso de una nueva energía. “Utilizamos electricidad para producir hidrógeno, pero hay otras soluciones para almacenarla mucho más sencillas”, como el bombeo hidráulico o las baterías. 

Critica que sean precisamente las empresas que viven de los combustibles fósiles las abanderadas de la nueva corriente. “Buscan rentabilizar las inversiones que ya tienen, pero, si eso conlleva alargar la vida del gas, tendremos un problema”. Sin ser tan pesimista, David Valle, que fue director general de Industria de la Comunidad de Madrid, plantea la duda sobre el agua. La obtención de hidrógeno se hace a partir del elemento líquido “y España es un país seco”. Hace las cuentas y cree que con los objetivos de 2030 el país precisará de unos 12 millones de metros cúbicos de agua al año para producirlo, lo que equivale al consumo de 245.000 españoles. Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno, recuerda que el agua acaba volviendo a la atmósfera y que solo por desperdicio de la red se pierde el equivalente a 50 veces más. Planes de hidrógeno en España Iberdrola Repsol Naturgy Endesa Enagás y Acciona Valle del hidrógeno País Vasco Electrolizador alcalino de 100 MW de Europa.

 Producción de combustibles sintéticos cero emisiones Desarrollo de la tecnología de fotoelectrocatálisis El Musel Bilbao As Pontes 100MW Meirama Burgos A N D O R R A Compostilla La Robla 4MW Planta de producción de 60MW Cataluña Valle del Ebro 7,2MW Barcelona Hidrógeno para uso en autobuses ESPAÑA Tarragona 20MW Teruel 60MW P O R T U G A L Castellón Seseña Electrolizador de 20 MW (llegará a 115 MW) 4MW Mallorca Valencia Ñ E S P A A Cadena de valor completa de hidrógeno verde para convertirla en islas de hidrógeno europeas. Electrificar la producción de cerámica Puertollano Planta de fabricación de hidrógeno Huelva 100MW Almería 20MW Fuente: elaboración propia con datos de las compañías. 

 EL PAÍS UNA LLUVIA DE MILLONES EN PROPUESTAS Antes de comenzar, sepa el lector que aquí encontrará proyectos de hidrógeno de una recopilación que no pretende ser exhaustiva porque sería interminable. Cada uno de los 502 presentados al Gobierno está representado por una empresa, pero detrás arrastra a cientos de pymes, universidades y centros tecnológicos. Tampoco saldrán todos adelante. Muchos se solaparán, otros decaerán por falta de ayudas, otros serán inviables o no tendrán sentido estratégicamente hablando.

 Lo importante, según el presidente de la Asociación Española del ramo, Javier Brey, es que las propuestas hayan desbordado todos los objetivos para conseguir optar a los 1.550 millones de fondos públicos, “lo triste habría sido que no hubiese interés”. El reto está en conseguir que esos planes lleguen a un puerto seguro, y que lo hagan en todo el territorio y para toda la cadena, desde las multinacionales hasta las microempresas.

 Y, sobre todo, que consigan que España domine la tecnología de los electrolizadores con capacidades de fabricar equipos de 100 megavatios, inexistentes en la actualidad —ahora el estándar no pasa de 20—. Iberdrola, Endesa y Naturgy plantean movilizar inversiones de 53.000 millones de euros en 360 proyectos. Y Repsol añade hasta 2.900 millones en los suyos desde ahora hasta 2026. En el caso de Iberdrola, suma una inversión de varios miles de millones para instalar electrolizadores y crear unos 5.000 empleos a través de 500 proveedores locales. 

Quiere actuar en cuatro áreas: fertilizantes, movilidad, proyectos industriales y cogeneraciones, con medio centenar de empresas como socias en 15 comunidades autónomas. En Puertollano (Ciudad Real), su complejo tendrá una planta fotovoltaica, un sistema de baterías de ion-litio y uno de los mayores sistemas de producción de hidrógeno mediante electrolisis (20 MW). Desde allí y desde Palos de la Frontera (Huelva) se suministrará amoniaco a Fertiberia para la fabricación de abono. Mañana lunes anunciará un nuevo acuerdo con la empresa norteamericana Cummins sobre el tema. Endesa asocia sus metas a 2.000 megavatios de renovables. Su plan más avanzado está en As Pontes (A Coruña), donde habrá un electrolizador de 100 MW y seis parques eólicos vinculados cuya construcción conlleva la creación de unos 1.600 empleos y que estarán operativos durante 20 años. 

Para ello necesita invertir 738 millones. Rafael González, director de generación de la compañía, resume que plantean, sumados, unos 300 megavatios de electrolizadores, la mitad del objetivo para todo el país a corto plazo. “Dado que no hay experiencia en proyectos a esta escala, queremos que sean representativos de una determinada tecnología y que luego se puedan escalar. Lo importante es que sean eficientes y verdes”. Actuarán en zonas donde están cerrando centrales de carbón, en lugares donde hay demanda de hidrógeno para aplicación directa (refinerías, plantas de amoniaco, fertilizantes, etanol, metalúrgicas) y en las islas, donde ven la posibilidad de sustituir el consumo de gas fósil por biocombustibles. 

En Mallorca también está Enagás con un proyecto que ha recibido apoyo financiero de la Unión Europea. Junto con Acciona, Cemex, Redexis y 30 socios de 11 países, van a montar una planta en Lloseta que producirá 330 toneladas anuales para su uso en autobuses de Palma de Mallorca, inyección en la red de gas (donde se puede combinar, sin grandes problemas técnicos, hasta un 10% con el gas convencional) y para generar electricidad en pilas de combustible para edificios públicos y el puerto. En Repsol sus líneas van desde la fabricación de biocombustibles a partir de residuos (desde plástico hasta cartón o materia orgánica), la captura y uso de CO2 para biocombustibles sintéticos y en el hidrógeno renovable para alcanzar 400 megavatios de producción en 2025 y 1,2 gigas en 2030. En Bilbao y con Saudi Aramco, harán una fábrica de combustibles sintéticos con cero emisiones capturando CO2 de la refinería de Petronor y usando hidrógeno producido con electricidad renovable. Otra de sus líneas es el desarrollo del primer electrolizador alcalino de 100 megavatios de Europa.

 Y quizás el más curioso esté en la fotoelectrocatálisis, donde trabajan con Enagás en una tecnología para producir hidrógeno a partir de luz solar, sin pasar por la electricidad, directamente en los paneles. En el llamado Corredor Vasco del Hidrógeno habrá 650 millones para producción, 250 para desarrollar tecnología y 50 para investigar aplicaciones en movilidad, el sector residencial y la industria. Involucra a 8 instituciones, 12 centros de conocimiento y 58 empresas. Una fábrica de electrolizadores, el desarrollo de la pila de combustible, hidrogeneras y el tren del hidrógeno son sus líneas principales.

 En la primera fase, hasta 2026, la producción de gas limpio debería llegar a las 20.000 toneladas anuales para evitar la emisión de 1,5 millones de toneladas de dióxido de carbono. Naturgy, por su parte, baraja unas estimaciones de inversión de 3.870 millones en hidrógeno y biometano. Además de su planta de La Robla (León), que estará asociada a una central fotovoltaica con un electrolizador de 60 megavatios para cubrir el consumo local, quiere impulsar fábricas de hidrógeno y oxígeno para utilizarlos en procesos industriales. En Valencia estudia con el sector de la cerámica introducir energía limpia en hornos. Y en el puerto de Valencia lo usará para propulsar grúas.

El alcalde Jadue lleva al Partido Comunista de vuelta a la primera línea de la política chilena

 

El comunista lidera las encuestas rumbo a las elecciones de noviembre y aspira a llegar a La Moneda en 2022
ROCÍO MONTES Santiago De Chile - 23 MAY 2021 - 00:12 GMT-3 

Nunca en su historia el Partido Comunista chileno (PC) tuvo como ahora a un candidato presidencial tan cerca de La Moneda. Ni siquiera cuando Unidad Popular, del socialista Salvador Allende, representaba el 17% de las fuerzas políticas que conformaban el Gobierno. A seis meses de las presidenciales chilenas del 21 de noviembre, la carta del PC, el alcalde Daniel Jadue, un licenciado en Arquitectura y Sociología, lidera la intención de voto. De 53 años y de origen árabe, encabeza las preferencias con el 19,2% de respaldo, según la encuesta de Activa Research. 

Los resultados del fin de semana pasado –donde votó solo el 43% del electorado– dan buenos aires para la candidatura que aún saborea una evidente victoria política de la izquierda. Jadue deberá medirse el 18 de julio en las primarias con otro aspirante de la izquierda, el diputado Gabriel Boric, del Frente Amplio. 

Para su equipo, el alcalde ha fichado a expertos que jugaron papeles fundamentales en los gobiernos de centroizquierda, como el economista Gonzalo Martner, que formó parte del Gobierno de Ricardo Lagos y fue presidente del Partido Socialista en 2005. De acuerdo a Martner, existen dos hitos que explican la posición actual del PC: “La decisión de Bachelet de incluirlos en el bloque de Gobierno y el fin del sistema electoral binominal en la misma Administración”, que se aplica por primera vez en 2018. Considera también fundamental la emergencia de liderazgos jóvenes como el de la diputada Camilla Vallejo, una de las líderes estudiantiles de 2011. En 2019, con la experiencia de haber sido Gobierno, los comunistas se adhieren a las movilizaciones, lo que genera un clima político favorable a Jadue. “Conecta muy bien con la rebelión de 2019 y se instala como figura”, opina Martner. 

 El economista dice, sobre los resultados del fin de semana pasado, que “no es el Partido Comunista el que se puso al centro de la escena política, sino un candidato presidencial comunista”. Sobre sus posiciones, Martner señala que el candidato Jadue no tiene nada que ver con Maduro ni el régimen cubano ni nicaragüense, de los que el economista es crítico. A comienzos de abril, en una reunión con pequeños empresarios, Jadue confesó que uno de los fracasos que no le gustaría repetir si llegara a La Moneda sería “el capitalismo de Estado de la Unión Soviética”, lo que calificó como un “fracaso brutal”. Las placas tectónicas de la izquierda en Chile no han dejado de moverse. Una alianza entre socialistas de centroizquierda con los comunistas y el Frente Amplio con miras a las presidenciales estuvo viva el miércoles solo por dos horas. 

Esto habría originado un histórico acuerdo de la izquierda sin el centro, algo que no sucede desde hace medio siglo en Chile. Los socialistas acusaron el engaño. “No se humilla al partido de Salvador Allende”, dijo el presidente del partido, Álvaro Elizalde. Es una historia en desarrollo con un final incierto. Existe consenso en que las opciones del candidato del PC, sin el centroizquierda, no construirán una mayoría. Marta Lagos, fundadora y directora ejecutiva de Latinobarómetro, señala que los resultados del fin de semana pasados para el Partido Comunista “no fueron una victoria electoral, sino política”. La analista se refiere a los 28 de los 155 escaños, un 18%, logrados en el constituyente por la alianza entre los comunistas y el Frente Amplio, un conglomerado de partidos de izquierda nacidos tras las movilizaciones.

 El PC por si solo “obtuvo 4,99%”, lo que equivale a siete puestos, apunta Lagos. Podría concluirse que no fueron castigados de la misma forma que las organizaciones tradicionales de la transición; el bloque de la derecha obtuvo 37 puestos (un 23,8% que lo deja sin opciones de veto) y los 25 asientos para centroizquierda (16,1%). Si se mira el resultado con la elección de concejales del mismo fin de semana, en la que los partidos se miden con el resto y se observa el poder territorial de cada organización, se observa una distribución semejante a la que había en Chile: la derecha alcanza un 33,14% en votos, la centroizquierda un 34,15% y la izquierda un 23,77%. El PC obtiene un 9,23%, un crecimiento respecto al 6% obtenido en los comicios de 2016. 

 La derecha chilena se queda sin opciones de veto en el articulado de la nueva Constitución Irací Hassler: “Chile tiene un modelo de abusos y debe poner la dignidad en el centro” “El resultado habría pasado desapercibido si no tuviera un candidato presidencial”, explica Lagos. La alta abstención –un 57%– afectó sobre todo al centro, que volverá a movilizarse rumbo a las presidenciales de noviembre. “Chile no se corrió a la izquierda, sino que enfrenta una dispersión de mil minorías”, asegura la encuestadora, que reconoce los importantes triunfos políticos y electorales del PC, como la victoria en la municipalidad de Santiago que la economista Irací Hassler le arrebató a la derecha. El PC chileno tiene una larga historia desde su fundación, en 1922, como recuerda Ernesto Ottone, catedrático del Colegio de Estudios Mundiales de París y militante hasta inicios de los ochenta. 

De inicio, porque tuvo un antecedente anterior a la Revolución Rusa con el Partido Obrero Socialista de 1911, fundado por Luis Emilio Recaberren, quien solo después aceptó las 21 condiciones de la Internacional Comunista. “Desde entonces sigue la historia del Partido Comunista mundial, pero como tuvo una vida anterior, vive una especie de esquizofrenia. Tiene una doctrina revolucionaria ­marxista-leninista, dictadura del proletariado. Por otra, tiene una práctica mutualista, sindicalista, reformadora. No solo hace doctrina, también hace política”, asegura Ottone. Muy pronto alcanzó parlamentarios y se constituyó en una de las fuerzas políticas del país. “El PC chileno fue el más importante, con más influencia y capacidad de movilización y organización de América Latina”, afirma el especialista. “Los momentos pletóricos fueron desde 1938 a 1948 –con la fundación del Frente Popular y los gobiernos radicales–y, después desde su legalización en 1957, hasta el golpe de Estado de 1973”. En 1970, al inicio de la Administración de Allende, “tenía más de 150.000 militantes”, recuerda Ottone. El exmilitante considera que la organización siempre tuvo un comportamiento contradictorio. En 1968, por ejemplo, apoyó la invasión de la URSS a Checoslovaquia. 

Con una larga tradición institucional, el PC chileno apoyó después la línea moderada de la Unidad Popular de Allende, a diferencia del partido del presidente, el socialista, con una posición más radical. Con el golpe de Estado de 1973, el PC sufrió una tremenda represión: fueron asesinadas dos directivas nacionales y una de la juventud. A finales de la década, el partido fue influido por la lucha armada, tanto la cubana como la nicaragüense. “La tendencia militarista termina con la formación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez –que atentó contra Pinochet en 1986–, y se separa de su historia tradicional. Adquiere posiciones radicales”, asegura Ottone, quien formaba parte de los sectores internos derrotados, y quien renunció en 1981. Con el retorno a la democracia, la organización quedó fuera de los primeros gobiernos de la Concertación y del Parlamento. 

Los comunistas no creyeron en el pacto de gobernabilidad del centro con la izquierda y optaron por la oposición, críticos de la transición, lo que los condujo al aislamiento en los primeros 15 años de democracia. Existe una segunda versión: fue la Democracia Cristiana quien vetó un acuerdo con el PC, pues lo consideraban inviable. Un acuerdo con la Concertación en 2008 permitió al PC conseguir dos alcaldes. Un año después, el partido obtuvo tres diputados. Guillermo Teillier, actual presidente del partido, llegó al Congreso. En 2013, se sumaron a la alianza que llevó al poder por segunda vez a Michelle Bachelet. Era la primera vez que regresaban a La Moneda desde el golpe, y lo hicieron con varios ministros. Obtuvieron seis diputados de la mano de la centroizquierda. Actualmente, el PC tiene nueve diputados y un candidato presidencial expectante, el alcalde Jadue.

MÉXICO | Vendidas como esposas: el drama de las niñas mixtecas


Fue vendida como esposa cuando apenas era una niña. Era lo normal en la comunidad de Juquila Yuvinani, en el estado de Guerrero, en el sur de México. Como decenas de miles de menores indígenas mixtecas, Maurilia Julio tuvo un matrimonio forzado. La dote que pagó por ella la familia de su esposo pesó como una losa sobre el resto de su vida: - "La niñas que son vendidas, cuando llegan a la casa de sus suegras, las hacen sufrir, les dicen 'ponte a moler, haz todo el trabajo del hogar, porque nosotros te compramos... Me da tristeza, porque también pasé por lo mismo. 

Por eso pensé que cuando tuviera mis hijas no las iba a vender, por si sufren maltrato donde van con sus suegras que vuelvan a mi lado", explica Maurilia. A sus 61 años, Maurilia quiere acabar con una tradición ancestral que sume en la pobreza a la familia compradora y condena a la servidumbre a las niñas compradas. 

Las menores son vendidas a otras familias mixtecas por cantidades que oscilan entre los 2 000 y los 18 000 dólares. - "Normalmente aquí dicen que cuando pagan a las mujeres es para que la mujer trabaje para el hombre y para sus papás y no, porque es como si fuéramos esclavizadas", comenta Ita Yuyu Ortiz, una estudiante de 18 años. Eloína Feliciano fue vendida a los 14 años. Ahora tiene 23 y vive en el municipio de Metlatonoc, una de las zonas más pobres de México: - "Que cobren yo digo que no está bien porque eso... obviamente son los animales los que se venden, vas y lo compras, y llega y tú ves si lo tratas bien o mal, pero es como si decir 'ay ya te pagué' y eso no está bien", lamenta.

 Cada vez son más las voces que exigen en México poner fin a esta tradición. Unas 300 familias de la zona han accedido a no vender a sus hijas y permitir que se casen con quienes quieran, pero son apenas una gota de agua. Se estima que en México hay unos 12 millones de indígenas y casi el 70% vive por debajo el umbral de la pobreza. Según datos oficiales, el año pasado más de 3 000 niñas y adolescentes de entre 9 y 17 años dieron a luz en el estado de Guerrero tras ser vendidas como esposas. NOTICIAS RELACIONADAS

El último vuelo del capitán Zubizarreta, el piloto que murió tras regresar de una misión en Malvinas

 

En el libro “La Guerra Invisible” se revelan los instantes finales de la misión del aviador que despistó con su A-4Q Skyhawk en la base de Río Grande, con las bombas cargadas, que no había podido lanzar sobre las islas por un desperfecto técnico
Por Marcelo Larraquy 23 de Mayo de 2021 Periodista e historiador (UBA) El Capitán de Corbeta Carlos Maria Zubizarreta junto al piloto Teniente de Corbeta Gustavo Diaz (castrofox.blogspot) El Capitán de Corbeta Carlos Maria Zubizarreta junto al piloto Teniente de Corbeta Gustavo Diaz (castrofox.blogspot) La misión fue el 23 de Mayo. 

El plan de los pilotos de A-4Q Skyhawk -aviones considerados viejos cuando comenzó la guerra porque habían excedido su vida útil- era claro: atacar las fragatas inglesas que encontraran en la bahía San Carlos. Si no encontraban las naves, las bombas debían lanzarse sobre las instalaciones del puerto. Una serie de desperfectos técnicos impidieron que el capitán Carlos Zubizarreta lanzara sus bombas. Regresó al continente sin tirarlas al mar para preservar el armamento. El viento cruzado, la llovizna y el cohete del asiento que permitía que se eyectara terminaron en tragedia. En el libro La Guerra Invisible se revelan los instantes finales de la misión del aviador que despistó en la base de Río Grande con las bombas cargadas.

 Y allí encontró la muerte. El 23 de mayo, la guerra que se vivía en el cielo de las Malvinas, a mil kilómetros por hora, a 480 millas del continente, llegaría a la base de Río Grande. Tomaría otra dimensión, más cercana, más brutal. Mostraría su cara en el asfalto húmedo, a la vista de todos. Sucedió en el regreso de una misión que había conducido el jefe de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, el capitán Rodolfo Castro Fox, con los aviones A-4Q. Castro Fox había sufrido un accidente nueve meses antes. La tardía expulsión del asiento eyectable en una jornada de entrenamiento en el portaviones 25 de Mayo hizo que cayera al mar con su avión desde 13 metros de altura y perdió el conocimiento tras el impacto contra el agua.

 Lo trasladaron al hospital en helicóptero. Sufrió dos paros cardiorrespiratorios y la fractura de su brazo izquierdo. No había vuelto a volar hasta abril de 1982, cuando se declaró la guerra, pero estaba inhabilitado para realizar misiones de combate. Sin embargo, Castro Fox informó a sus superiores que se sentía obligado a desobedecer la prohibición: no podía mandar a sus pilotos al combate aéreo si él no lo hacía. Su disminución física le impedía operar el avión con normalidad. Un mecánico debía ayudarlo para abrir y cerrar la cabina; tampoco podía accionar la palanca del tren de aterrizaje con la mano izquierda, debía hacerlo cruzando el brazo derecho.

 Por su parte, al inicio de la guerra, el estado de los aviones de la escuadrilla era desolador. Los A-4Q ya habían excedido su vida útil, tenían las alas fisuradas, los cañones registraban problemas técnicos para impactar sus proyectiles, y los cohetes de los asientos eyectores estaban vencidos, con un margen de seguridad limitado. Con el esfuerzo logístico del personal de mantenimiento se reemplazaron alas y también se incorporaron otros pilotos de otras unidades. La escuadrilla quedó conformada por doce pilotos con ocho A-4Q preparados para atacar las unidades de superficie del enemigo. Castro Fox había sufrido un grave accidente meses antes y dos infartos, sin embargo informó a sus superiores que se sentía obligado a desobedecer la prohibición: no podía mandar a sus pilotos al combate aéreo si él no lo hacía (castrofox.blogspot) Castro Fox había sufrido un grave accidente meses antes y dos infartos, sin embargo informó a sus superiores que se sentía obligado a desobedecer la prohibición: no podía mandar a sus pilotos al combate aéreo si él no lo hacía (castrofox.blogspot) El 23 de mayo, en su misión hacia Malvinas, a Castro Fox lo acompañaban el capitán Carlos Zubizarreta, el teniente Carlos Oliveira y el teniente Marcos Benítez. 

 El objetivo había sido el de todas las misiones: atacar las naves que encontraran en la bahía San Carlos y, si no encontraban nada, hacerlo sobre las instalaciones del puerto. Partieron pasado el mediodía. Volaban juntos, en formación, para no perderse de vista. Pronto Oliveira tendría fallas en el traspaso de combustible y regresaría a la base. Cuando divisaron Gran Malvina, se elevaron por los cerros y luego bajaron, navegación rasante, pegados al agua. El capitán Pablo Carballo, que lideraba la misión de A-4B Skyhawk, los había precedido en la incursión, dos minutos antes. Les transmitió por radio la posición actualizada de las naves de superficie y de los Sea Harrier. Carballo estaba en el vuelo de regreso; su avión había recibido un misil en el ala derecha disparado desde tierra y otro había pasado muy cerca de su cabina cuando atravesaba Pradera del Ganso, para girar y volver a atacar. Pensó en eyectarse, pero sentía que podía dominar el avión y confiaba en que aterrizaría en Río Gallegos. Otro A-4B de su formación no había lanzado, del otro no tenía novedades, y había perdido a un piloto, al primer teniente Luciano Guadagnini, que había descargado su bomba sobre la HMS Antelope, una fragata de tipo 21 que había sustituido a Ardent como muralla, dispuesta a atacar con sus cañones y a atajar todo lo que le arrojaran. 

 Un proyectil lanzado desde la fragata impactó sobre el ala del A-4B de Guadagnini, y ya estaba a punto de caer al agua, pero en un esfuerzo soberbio el piloto giró e impactó sobre el mástil de Antelope. Su avión se desintegró y cayó al mar. (Después del cuarto intento frustrado por desactivarla, una de sus bombas explotaría en la sala de máquinas. Antelope quedaría envuelta en una bola de fuego, mientras los tripulantes abordaban un bote del Intrepid. Cuando estaban a mil metros se produjo la explosión, que quedaría registrada como una de las imágenes más dramáticas de la guerra por las Malvinas. El casco de Antelope se partiría en dos y la nave se hundiría). La Antelope se hunde luego de haber sido atacada por los pilotos argentinos en el Estrecho de San Carlos  La Antelope se hunde luego de haber sido atacada por los pilotos argentinos en el Estrecho de San Carlos 

 Este era el reporte de Carballo sobre el estrecho San Carlos pasado el mediodía del 23 de mayo. Antes de ingresar a la zona caliente, Castro Fox puso su A-4Q a cien metros del agua y deseó suerte a sus numerales, que venían detrás. La pasada aérea por el estrecho no tomaba más de un minuto. El minuto decisivo. El sol brillaba, pero el cielo se veía negro por el humo de las explosiones y el fuego de los cañones. Cuando vio a su blanco, el Intrepid, en la boca de la bahía, también vio una especie de luz que salía desde la proa y se dirigía hacia él. 

Era un misil. Giró rápido a la derecha y enfiló hacia la nave, descargó sus bombas y fue saliendo del estrecho en vuelo rasante, moviendo su avión de un lado a otro para escapar hacia la base. Detrás de él venían sus dos numerales, Benítez y Zubizarreta. Les habían tirado dos misiles desde tierra, que pasaron entre sus dos aviones, pero habían superado sin daños la barrera antiaérea. Benítez había descargado sus bombas sobre Antelope. Aunque no escuchó su explosión, había quedado alojada en la fragata. Zubizarreta no había podido lanzar por una falla en el sistema. En su regreso, Castro Fox advirtió que se quedaba sin combustible; los tanques externos no transferían en forma normal. Optó por un perfil de vuelo diferenciado, a más de 12 mil metros de altura.

 No sabía si llegaría a aterrizar o se eyectaría en el mar. Lo iría evaluando. Les dijo a sus pilotos que no lo acompañaran: quería quedarse solo. Zubizarreta y Benítez continuaron vuelo. En la base estaban contentos porque sabían que volvían los tres A-4Q de San Carlos. Lo habían verificado con el radar en tierra. Los pilotos y mecánicos de las escuadrillas los habían despedido y ahora estaban en la plataforma del hangar para recibirlos, como se hacía siempre en cada misión. El aterrizaje era inminente. En ese momento empezó a lloviznar, una garúa muy tenue, con un fuerte viento. El capitán Roberto Curilovic, que tenía experiencia porque era señalero en portaviones de A-4Q, salió corriendo a la pista y ordenó que se armase el sistema de frenado. El A-4Q, sobre pista mojada y semihelada, corría el riesgo de hacer aquaplaning. 

Tenía ruedas muy finas, para aterrizaje en portaviones, y con la alta presión de inflado perdía adherencia y podía hacer deslizar al avión sin control. Entonces, si el gancho de cola del avión lograba enganchar el cable que atravesaba la pista y empezaba a arrastrarlo, el propio cable le daba estabilidad y frenaba la carrera de la aeronave. Pero no llegaron a armarlo a tiempo. El avión de Zubizarreta regresaba casi sin combustible. No había podido lanzar las bombas; sobrevoló un barco y el eyector no funcionó. Existe un sistema de emergencia que permite que se las tire inertes.

 El lanzador y las bombas se arrojan sobre el mar y no explotan. Pero Zubizarreta no las quiso tirar, no quiso perder el armamento; prefirió regresar con las bombas a la base para preservarlas. Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, fotografiados el 20 de Mayo de 1982: Sylvester, Medici, Lecour, Oliveira, Carlos Zubizarreta, Olmedo, Arca, Alberto Phillippi, Castro Fox, Rótolo, Benítez y Alejandro Diaz Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, fotografiados el 20 de Mayo de 1982: Sylvester, Medici, Lecour, Oliveira, Carlos Zubizarreta, Olmedo, Arca, Alberto Phillippi, Castro Fox, Rótolo, Benítez y Alejandro Diaz Su A-4Q aterrizó en la pista húmeda con viento cruzado, perdió el control, empezó a viborear y se fue a un costado de la pista delante de los pilotos y mecánicos, de todo el personal de la base. Se fue detrás de un montículo y se incrustó sobre el barro. 

Al irse de pista con las bombas abajo, Zubizarreta debía eyectarse hacia arriba. En situaciones normales, el asiento sube a determinada altura, la capota de la cabina se dispara y se abre. Y si no se dispara el asiento, tiene clavijas que rompen la cabina. Pero el cartucho del asiento no lo despidió a la altura necesaria. No lo expulsó con suficiente energía. Había fallado el cohete del asiento; estaba vencido y se había prorrogado su uso. Zubizarreta cayó al pavimento de la pista desde considerable altura sin el paracaídas desplegado.

 Las bombas no explotaron y solo quedó afectada la nariz del avión. A la semana el A-4Q estaba volando otra vez. Pero Zubizarreta falleció por el impacto pocas horas después. Su féretro fue subido a un avión Fokker F-28 de la Armada. Una formación lo despidió con honores. Marcelo Larraquy es periodista e historiador (UBA) www.marcelolarraquy.com

Muy parecidos y muy diferentes: por qué Uruguay es plural y tolerante pero la grieta es cada vez más profunda en Argentina

 

Nicolás Saldías, uruguayo-canadiense y analista de The Economist Intelligence Unit, desgranó durante una entrevista con Infobae la tesis doctoral en la que apunta a explicar las diferencia en ambas orillas del Río de la Plata
23 de Mayo de 2021 Especial para Infobae Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou 

 ¿Por qué Argentina y Uruguay son tan parecidos y tan diferentes al mismo tiempo? ¿Qué es lo que lleva a los argentinos a vivir en el enfrentamiento constante mientras los uruguayos privilegian el acuerdo? ¿Cuál es el error fundamental en la cultura política de los grandes líderes argentinos, desde Bartolomé Mitre a Julio Argentino Roca, pasando por Juan Domingo Perón e Hipólito Yrigoyen? ¿Cómo logró José Batlle y Ordóñez evitarle esa trampa a su país? ¿Por qué el modelo sindicalista argentino es el de Hugo Moyano? ¿Cuán dañinos fueron Alemania e Italia para Argentina y cuánto le debe el Uruguay de hoy a Francia? ¿Qué trasfondo tiene la pelea de Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou? Hay cosas que Uruguay hizo de forma diferente y mejor que la Argentina. 

Y hay muchas preguntas y unas cuantas respuestas para entender cuáles fueron. “Argentina y Uruguay son dos países que podrían definirse como hermanos mellizos criados por diferentes familias”, dice Nicolás Saldías, analista de The Economist Intelligence Unit, en una entrevista con Infobae en la que aborda estos y muchos otros ángulos de la relación entre dos países cercanos como pocos otros. Saldías, de 35 años, es un licenciado en Ciencias Políticas de doble nacionalidad, uruguaya y canadiense. Está trabajando en una tesis doctoral para la Universidad de Toronto en la que enfoca las diferencias entre ambos países: “El peso de la historia, la formación del Estado y la política laboral en Argentina y Uruguay”. 

 Analista de The Economist Intelligence Unit, Nicolás Saldías tiene una original versión sobre las diferencias entre Argentina y Uruguay Analista de The Economist Intelligence Unit, Nicolás Saldías tiene una original versión sobre las diferencias entre Argentina y Uruguay - ¿Cómo es posible que dos países en apariencia tan similares sean tan diferentes en el funcionamiento de sus sistemas políticos? - Las raíces del Estado argentino son muy diferentes a las del uruguayo. Ahora estamos viendo las consecuencias de esto, y es muy difícil que Argentina lo cambie. No es imposible, pero no sé cómo podría cambiarse esa política antipluralista que existe en la Argentina.

 Por eso digo que Uruguay y Argentina son hermanos mellizos criados por familias diferentes. Es cierto que los uruguayos son más relajados en comparación con los porteños, pero es difícil hablar de Argentina como un país. Uruguay es más fácil, son tres millones de personas, y más de la mitad vive en Montevideo. La Argentina es una aglomeración de diferentes culturas. Las diferencias entre alguien que vive en la Recoleta o en Jujuy son enormes. Un argentino de Recoleta y un uruguayo de Pocitos son, en cambio, muy parecidos. Argentina es un país grande, diverso. Mi tesis apunta a las diferencias en las culturas políticas de ambos países: por qué los uruguayos son diferentes en cómo ven la política y el pluralismo. Los uruguayos, ahí sí, tienen una cultura muy distinta a la Argentina. - Entonces... ¿por qué? - A lo largo de su historia, la Argentina ha tenido una mirada mucho más autoritaria sobre qué es la argentinidad y qué tipo de país construir, sobre cuáles son los intereses esenciales de la Argentina. Con Roca, con Perón y actualmente con los Kirchner vemos miradas muy exclusivistas: solo nosotros tenemos la mirada correcta para defender los intereses de la Argentina.

 Y los demás, la oposición, son vendepatrias y cipayos. En Uruguay no se escucha eso, ese discurso no existe. Quizás sí en la extremaizquierda, pero la gran mayoría de los uruguayos no hablan de sus adversarios políticos en esos términos. - Insisto. ¿Por qué? - Ahí está lo interesante. Una razón pasa por cómo se formó el Estado en cada uno de los dos países. El Estado argentino se formó básicamente a partir del Ejército y de las élites del Ejército. Mitre, Sarmiento, Roca. Eso generó una mirada verticalista de la política, una idea, la del líder, de lo que está bien y de lo que está mal. Los que no coinciden con el líder no solo están equivocados, sino que son enemigos de la Nación. Eso es algo que con el tiempo formó una cultura de la política argentina que nunca se terminó. 

Yrigoyen tenía el mismo tipo de discurso. Cipayos, vendepatrias, representantes de los ingleses y el imperio. Solo él y el radicalismo representaban de verdad a la Argentina. Y lo mismo pasó con Perón. Y con las dictaduras militares. Todos veían en el adversario político enemigos de la nación con ideologías extranjerizantes que había que eliminar. La cultura se nutrió de las elites y no incluyó a los ciudadanos. En el tiempo de Roca, por ejemplo, no había partidos políticos reales en la Argentina. - ¿Y en Uruguay? - Muy diferente. Uruguay es un país muy extraño, porque se formó gracias a los partidos políticos. Ser uruguayo es reconocer el rol central de los partidos, ya sea el Colorado o el Nacional/Blanco. Uruguay se formó como país gracias a Inglaterra a partir de una guerra entre Argentina y Brasil. Con el tiempo, durante el siglo XIX hubo muchas guerras civiles en Uruguay entre colorados y blancos, y eso fue fomentado por la intervención de Argentina y Brasil, que buscaban controlar la región.

 Era mucho más común en Uruguay identificarse como colorado o blanco que como uruguayo. Esa división, con el tiempo, creó una cultura de pluralismo. En comparación con Argentina, donde el Ejército se impuso a los caudillos provinciales y no hubo más oposición militar, en Uruguay siempre hubo una guerra entre partidos durante el siglo XIX. Ninguno podía crear un Estado central de partido único como en Argentina, porque el otro partido siempre tenía suficiente capacidad para combatir eso en términos militares. No se podía vencer a la oposición, por eso se la integra y nace una cultura de pluralismo como manera de mantener la paz. - ¿Ese pluralismo sigue vigente hoy? - Sí, porque con el tiempo, al funcionar el acuerdo, el pluralismo se transformó en un valor en Uruguay. Eso no sucedió en Argentina, y en parte por ahí se explican los muchos golpes de Estado. Las instituciones no eran capaces de sobrevivir a la presión que la sociedad les imponía. Los golpes de Estado del 30, del 43, 55, 62, 66 y 76 cerraron la posibilidad de crear una política pluralista. ¡Y ojo! No es que los argentinos sean peores porque su cultura sea italiana. Eso es una pavada. No, las raíces del Estado argentino son muy diferentes a las del uruguayo. - Uruguay tiene el tamaño de una provincia argentina, alegan muchos. No se puede comparar, dicen. - El tamaño del país es también importante. 

Como canadiense-uruguayo veo el mundo desde la perspectiva del más chico. Por eso uruguayos y canadienses son similares, y en muchas cosas estadounidenses y argentinos también. En el tramo final del siglo XIX Uruguay intentó crear un Estado fuerte similar al de Roca, pero no tenía el dinero para generar un Ejército grande, independiente y profesional como el argentino. Para un canadiense-uruguayo mirar hacia la Argentina, Brasil y Estados Unidos da un poco de temor, porque son tan grandes... Es importante tener una visión sobre los intereses del país que sea compartida por los partidos. Las diferencias entre Colorados, Partido Nacional y Frente Amplio no son tan grandes. Hay miradas, claro, diferencias acerca de cómo integrarse al mundo, pero nadie duda de que Uruguay debe integrarse al mundo, de que el libre comercio es algo bueno. La idea de que Uruguay depende del mercado global es una cosa que casi todos comparten en Uruguay. Hay una ruta. ¿Cómo se llega a la meta? Ese es el debate. Y en Canadá es muy parecido, las tensiones entre el Partido Liberal y el Conservador en términos económicos no son tan grandes. 

No como en Estados Unidos, donde hay enormes diferencias entre demócratas y republicanos. En Argentina, la diferencia entre kirchneristas y macristas es tan profunda como el Cañón del Colorado. (Colección Fotográfica Museo histórico nacional de Uruguay /MHN) (Colección Fotográfica Museo histórico nacional de Uruguay /MHN) - ¿Realmente ve esas similitudes hoy entre Estados Unidos y Argentina? - Sí. Estados Unidos es potente, es agroindustrial, capaz de hacer cualquier cosa porque es enormemente poderoso. No hay límites en Estados Unidos. Se proponen cosas sin tener noción de los costos. Algo de eso sucede también en Argentina, y eso facilita la polarización de la política. En Uruguay y Canadá hay más conciencia de los límites, y eso lleva a acuerdos entre gente que piensa diferente. La política argentina está basada en una cultura antipluralista, basada en el militarismo y el populismo. Uruguay y Canadá no han vivido el populismo, 

Estados Unidos y Argentina, sí. - Argentina competía con Estados Unidos hace un siglo, hoy las diferencias son siderales. - Argentina es un país entre grande y chico. El debate ideológico en Argentina es entre ser un país grande o un país chico. Y la gran pregunta de qué es Argentina: ¿Un país potente, un país industrial, un país avanzado o un país agroexportador que renuncia a ser un país potente para ser un país próspero? Ahí está parte de la diferencia entre los peronistas y los antiperonistas, los macristas. Macri decía que Argentina debía ser el supermercado del mundo, un kirchnerista no quiere eso. Y se lo ve en las trabas a las exportaciones de carne actuales. Esas políticas son imposibles de imaginar en un país como Uruguay, que necesita exportar todo lo que pueda. Y el debate acerca del poder del país no existe en Uruguay, porque obviamente no puede ser un país potente. A Canadá le sucede algo similar al estar al lado del país más poderoso del mundo; no tiene la intención de ser más. Canadá se siente cómoda como potencia media. Sin tener ese debate de grandeza del país, las distancias entre los partidos en Uruguay son mucho más chicas. 

Todos los uruguayos y los canadienses saben qué tipo de país son. En Argentina, no. Las elites argentinas, sin tener la noción de qué tipo de país es Argentina, difícilmente puedan crear un consenso básico para la política económica. - ¿En qué consistiría ese consenso? - Argentina puede ser un país potente en la región. Uruguay, no. Podrá ser un país estable, próspero, pero no más que eso. Argentina puede ser algo más, y la gran frustración de la política argentina es la incapacidad de ser algo más. Eso crea tensiones en Argentina que no existen en Uruguay. - ¿Qué decisiones tomaron uruguayos y argentinos en la historia que aún hoy siguen influyendo? - Uruguay, en medio de la Segunda Guerra Mundial, decidió ser un país más democrático.

 El Ejército no tenía injerencia en la política y el Estado no decía qué sindicato podía negociar, se creó un modelo de corporativismo democrático, que es lo que explico en mi tesis. En Argentina sucedió exactamente lo opuesto. En 1943, con Perón como protagonista, se instaló un régimen casi fascista y sin dudas pro fascista, a favor del Eje, muy diferente a lo de Uruguay, cuyo golpe en el 42 fue a favor de los aliados. Si sos un gobierno a favor del Eje en medio de la Segunda Guerra Mundial, entonces vas a imponer leyes fascistas, inspiradas en el fascismo. Y Perón, que fue a Italia en el 39 para saber mejor cómo funcionaba ese sistema, vio eso como un modelo. Empezó a imponer leyes laborales basadas en la Carta del Lavoro de Mussolini de 1927 para darle al gobierno el poder de determinar qué sindicato puede negociar y cuál no. 

Y ese modelo aún existe con la ley de asociaciones profesionales. Todavía existe el dedazo a favor del sindicato de Moyano y no de otro. - ¿No hay “Moyanos” en Uruguay? - En Uruguay eso no existe, el Estado no tiene la capacidad de decidir la representación sindical. Y eso demuestra que en la Argentina todavía existen instituciones verticalistas y basadas en nociones militares. No olvidemos que Perón era general. El sistema laboral uruguayo fue creado por los partidos políticos, no por los militares. Partidos liberales y pluralistas crearon una política laboral pluralista, no querían que un partido monopolizara los sindicatos, como el peronismo en la Argentina. 

Todos los sindicatos en Argentina, o casi todos, son peronistas. Eso es antipluralista, porque seguramente no todos los trabajadores son peronistas. En Uruguay los sindicatos son democráticos y reflejan las posiciones de los trabajadores. En los sindicatos uruguayos se vota a comunistas o socialistas para liderarlos, pero a Blancos o Colorados para el gobierno. Eso es algo muy interesante y demuestra las raíces tan profundas de la identidad partidaria que existe en Uruguay y en Argentina no. - ¿La identidad argentina es peronista? - El peronismo no es un partido, es un movimiento con el que muchos argentinos se identifican. Y en la derecha conservadora no existe eso, y la debilidad de la derecha argentina es un gran problema.

 Se dice que el peronismo es el problema de Argentina. No lo es. El problema es no representar en forma eficaz el pluralismo político y social de Argentina. Los partidos en Argentina no son capaces de cumplir con esa tarea tan esencial. Son muy débiles y no tienen raíces muy profundas. ¿Existe hoy el peronismo? ¿Es el kirchnerismo peronismo? Es una gran pregunta y no se si tiene respuesta. La política argentina es de suma cero. La uruguaya es de cooperación. - En su tesis destaca la importancia de Francia para el Uruguay moderno. - ¡Muy importante! El modelo moderno de la educación uruguaya, laica, gratuita y universal se basa especialmente en Francia. Y José Batlle, el fundador del Uruguay moderno, fue a Francia para aprender como estudiante y fue influido por las ideas laicas liberales, pero un liberalismo diferente al de Estados Unidos. 

Hay mucha influencia francesa en la formación del Estado moderno uruguayo. En 1907, ya presidente, Batlle fue a Francia nuevamente y se vio impactado por las ideas radicales y socialistas del momento. Su razonamiento fue que Uruguay, un país nuevo y en construcción, debía evitar el conflicto de clases que existía en Europa. Y eso fue el batllismo. Pero además hay otra diferencia que marcar. El Ejército argentino fue entrenado y muy influido por los alemanes, y ellos tenían una concepción muy diferente a la francesa, que fue la que tomó el Uruguay para sus fuerzas armadas. No es casual que Perón fuera influido por ideas fascistas, porque él fue entrenado con ideas alemanas, que contemplaban un rol del Ejército en la política muy diferente al uruguayo. 162 162 - El Instituto V-Dem, de Suecia, elaboró recientemente un índice de presidencialismo y comparó Argentina y Uruguay. ¿Qué dice ese índice? - Demuestra que Perón creó el hiperpresidencialismo argentino. Perón pensaba en la comunidad organizada, una idea obviamente inculcada por Mussolini y el fascismo, y eso requería de un presidente muy fuerte.

 Los sucesivos golpes militares fortalecieron la noción de comunidades nacionalistas. Cada dictadura fue avanzando en el hiperpresidencialismo. La democracia apostó por el populismo blando, que en Uruguay no existe. Uruguay tuvo hiperpresidencialismo entre 1968 y 1985, pero luego todo volvió al cauce habitual. - Semanas atrás los presidentes Fernandez y Lacalle Pou tuvieron un momento de altísima tensión pública durante una Cumbre del Mercosur. ¿Se vio allí algo de la esencia de argentinos y uruguayos? - No creo que la pelea entre los presidentes refleje algo esencial de los dos países. No puedo imaginar esa misma pelea entre Tabaré Vázquez y Macri, entre Lacalle y Macri, pero sí entre Fernández y Tabaré. 

No olvidemos los problemas que tuvo el Frente Amplio con el kirchnerismo. ¡Vázquez le pidió ayuda a Estados Unidos por si Argentina la atacaba militarmente! Era un partido de izquierda pidiéndole a George W. Bush que protegiera a Uruguay del gobierno intolerante y agresivo de Néstor Kirchner. Hasta Mujica despreció a Cristina Kirchner por autoritaria. Fernández no refleja la esencia argentina, refleja la tensión entre el antipluralismo autoritario y el liberalismo pluralista que encarnaron Macri o De la Rúa en las últimas décadas.

 Los kirchneristas son los dueños de la verdad, y si no estás de acuerdo con ellos sos el enemigo. En Uruguay no existe esa visión en un gran partido. Cuando Fernandez dice que si no le gusta se vaya del Mercosur no es una posición de negociación, es agresión. Argentina no reconoce que para Uruguay el Mercosur es un lastre, porque el país tiene una política de Estado. En 2006, Tabaré Vázquez quería un tratado de libre comercio con Estados Unidos, y hoy Lacalle dice lo mismo. Eso es una política de Estado. Pero si Lula vuelve a la presidencia, Lacalle va a estar muy solo, por eso este es el momento de intentar todo, porque la ventana de oportunidad se le puede cerrar pronto. La mayoría de los uruguayos están a favor de abrirla economía. En Argentina, en cambio, la inserción global de Argentina es un debate activo y abierto.

Liceos, la cantera de los narcos


 La columna de Gabriel Pereyra

Es cierto: no paro de cargarle las tintas a los gremios de la educación. Pero los hechos no cesan de darme la razón, en el sentido de que, lejos de ser parte de la solución a uno de los problemas más graves que tiene el país, la crítica situación educativa, son más bien parte del problema. ¿Son el principal problema? Seguro que no, pero cada vez que, tímidamente, se intenta enfrentar los problemas de fondo, ellos están en el camino, y no precisamente para colaborar. 

 En estos días el diario El País reveló varias actas de sesiones de las autoridades educativas reunidas con dirigentes sindicales. Una vergüenza, un escándalo de proporciones mayúsculas cuya escasa repercusión es una demostración de lo poco que importa la educación. Básicamente, se discutía el abuso que un grupo de sindicalistas de Fenapes hicieron de las horas libres que les corresponden por licencia sindical. Uno de ellos, Marcel Slamovitz, que fue presidente del gremio, llegó a tener 240 horas libres que no le correspondían.

 La primera información que trascendió de este caso fue un documento en el que la directora del liceo de San José, donde Slamovitz daba clases, se alarmaba por el escaso respeto hacia los estudiantes. Cuando se vio descubierto, el sindicalista propuso recuperar las clases; eso sí, tenían que ser los jueves de 18:30 a 20:30 horas. Es como que el delincuente se fije él mismo la pena. La directora hizo ver que hay estudiantes que llegan desde zonas rurales y que les era imposible acceder a lo que el impresentable docente proponía. Pero además, aunque casi no iba a clases, Slamovitz promovió a más del 90% de los alumnos, en un claro intento por evitar quejas de los padres. ¿A quién le va a dar clases si los promovió a todos?, se preguntaba, palabras más, palabras menos, la directora que, obviamente, fue denostada por Fenapes, el gremio docente.

 En las actas que se conocieron ahora, los desfachatados sindicalistas dijeron que señalarle esta falta era una persecución sindical. Y uno de los directores de la anterior administración frenteamplista, Javier Landoni, planteó mantener en secreto lo conversado porque se iba a someter a los sindicalistas al escarnio público. Se ve que Landoni quería que los aplaudiésemos. Docentes y jerarquías complotadas para tapar una grave falta. Una asociación para afectar más y más la vida a los estudiantes, que en todo esto aparecen como personajes de reparto. Estudiantes que ni saben ni sabrán para qué se los educa porque no lo saben las propias autoridades educativas, saltando de un lado para otro con el fin de solucionar problemas edilicios, las horas docentes, los reclamos gremiales, la seguridad, etc., etc., etc. De cambios de fondo, de caminos y planes claros, nada. 

 Las actas demuestran que la educación está toda tomada. Con el paso del tiempo llegué a la conclusión de que no se trata solo de que los gremios (que representan a un tercio de los docentes de Secundaria en actividad) sean un grupo que busca utilizar la enseñanza como vía para imponer su ideología a los estudiantes, al punto de que cada vez tiran más de la piola de la laicidad y creen normal que estudiantes vayan con tapabocas que promuevan la anulación de la ley de urgencia. No se trata solo de lo ideológico, se trata de lo humano, del material humano que se esconde detrás de estos gremialistas, muchos de ellos desgastados por una profesión que da toda la idea que ya no sienten, que por años fueron despreciados con sueldos de hambre, personas con escasa información general y cultural. Gente que, en contradicción con la ideología en la que viven, falta a sus clases para los alumnos más pobres, pero luego asisten sin chistar a los colegios privados. 

Gente que, a pesar de sus carencias intelectuales (basta entrevistarlos para darse cuenta de que tienen un pensamiento esquemático y un lenguaje empobrecido), su comprensión de la realidad le alcanza para saber la importancia que tiene la educación para que los alumnos logren cierta movilidad social que les permita salir de pobres. Sin embargo, no hacen nada para que ello ocurra. Gente que solo expresa solidaridad con los suyos, incluso con aquellos tramposos que violan las normas en beneficio propio. Un ejemplo del tipo de personas que educan a nuestros hijos: el inefable Slamovitz estaba en un programa para educar a presos en las cárceles. Por fin una tarea noble. Pues bien, como un adicto que no puede con su condición, Slamovitz cantó licencia sindical y dejó a los presos pagando, sin maestro. De ese tipo de gente estamos hablando.

 Sindicalistas que se forjaron en partidos de la izquierda radical, en donde todo viene bien para sus intereses ideológicos, incluso un joven pobre que hace enormes esfuerzos por ir al liceo, porque se quedaron en la vetusta consigna del cuanto peor, mejor. Sindicalistas que nunca, salvo en el período de Germán Rama, tuvieron enfrente a autoridades que pusieran lo que hay que poner. Lo terrible de todo esto es que se han convertido en un mal tan enquistado que hasta los mejor intencionados los reivindican. Siempre pero siempre que le hago una nota a alguien en quien tengo la esperanza de que milite en filas de la racionalidad y la solidaridad con los más pobres, esa persona suele apelar a una frase que parece obvia pero que encierra otra afirmación omitida: los cambios no se pueden hacer contra los docentes. 

Lo que en realidad quieren decir es que los cambios no se pueden hacer contra los gremios docentes. Por eso, aunque los respeto, la conclusión que saco es siempre la misma: si de eso depende, entonces los cambios no se hacen ni se harán. Lo que estamos generando en los centros de estudio son futuros desertores, primero del sistema educativo, y muchos de ellos, luego, desertores de la sociedad integrada y de la ley. Los narcotraficantes deberían celebrar la calaña del gremio docente y la pusilánime actitud de quien teniendo el poder para a hacer lo que haya que hacer, por grave que esto sea, no lo haga.
Fuente: Busqueda

De ordeñar vacas a participar en La Academia: quién es Juli Puente, la periodista e influencer que logró llegar a la pista de ShowMatch

 

Nacida en Gualeguaychú, llegó a la Capital Federal con apenas 17 años dispuesta a hacerse un lugar en los medios. Su primera entrevista frente a cámara fue con Marcelo Tinelli, quien este año decidió convocarla para su programa
Por Nancy Duré 23 de Mayo de 2021

 Juli es oriunda de Gualeguaychú (Foto: álbum personal de Julieta Puente) Juli es oriunda de Gualeguaychú (Foto: álbum personal de Julieta Puente) “Yo iba a hacer notas a ShowMatch y era la única que no tenía lugar ni siquiera para dejar la mochila. Comía lo que me había traído en el tupper atrás del decorado y miraba la pista como diciendo: ‘¿Algún día podré estar ahí?’”, cuenta Juli Puente en diálogo con Teleshow.

 A sus 28 años, la joven oriunda de Gualeguaychú en la que Marcelo Tinelli puso sus fichas para La Academia lleva un largo recorrido en los medios de comunicación. Y, de un tiempo a esta parte, se convirtió en una de las influencers más amadas de la Argentina gracias a sus clases de fitness, a las que bautizó como El Cardio de la Felicidad y con las que logró trasmitirle alegría a la gente. ¿Su secreto? La tenacidad, el desparpajo y la buena energía. —Hablemos de tu infancia en Entre Ríos... —Fue re tranquila. 

En casa estábamos mi papá, Rafael, mi mamá, Alicia, mi hermano Manuel y yo. De lunes a viernes vivíamos en la ciudad, pero los fines de semana nos íbamos al campo así que yo ordeñaba las vacas y juntaba los huevos de las gallinas. Era divertido. —¿Siempre fuiste tan inquieta? —Desde chica. Me acuerdo que cuanto tenía cuatro años, había ido a acompañar a mi hermano que tomaba clases de taekwondo en un club. 

Y, cuando vi a las chicas que estaban haciendo gimnasia artística, me puse a llorar como una loca diciendo que yo quería estar ahí. Así que mi mamá me empezó a llevar sólo para darme el gusto. Pero el profesor le dijo que tenía condiciones, así que empecé a entrenar enserio y a competir. —¿Qué pasó con el colegio? —Iba a la escuela a la mañana y a la tarde entrenaba. Y, aunque casi no me quedaba tiempo libre, me encantaba. Pero, a medida que fui creciendo, me fui dando cuenta de que no me quería dedicar a eso. 

Yo quería ser actriz. Juli junto a su papá Rafael, su mamá Alicia, su hermano Manuel y su abuela María  Juli junto a su papá Rafael, su mamá Alicia, su hermano Manuel y su abuela María (Foto: Álbum persona de Julieta Puente) —¿Actriz? —Sí. Es que, como todas las chicas de mi edad, miraba las novelas de Cris Morena y me volvía loca. Yo quería venir a Buenos Aires para trabajar con ella, pero mis viejos no se podía prender en mi locura. Entonces juntaba plata y, una vez al año, lograba que me trajeran para ver sus espectáculos en el teatro.

 Y sufría, porque yo quería estar arriba del escenario y no abajo. Así que, cuando terminaba la obra, me volvía a Gualeguachú a esperar hasta la otra temporada para ver su próxima obra. —¿Y cómo fue que decidiste estudiar periodismo? —Es que esa era otra de mis pasiones. Y, cuando terminé el secundario, convencí a mis viejos de que me dejaran venir a estudiar a la Capital Federal. Yo tenía 17 años y me instalé con mi hermano, que ya estaba acá estudiando ingeniería. Me acuerdo que cuando me trajeron, mi papá me dijo que tuviera en cuenta que a ellos les costaba un montón pagar mi universidad, porque yo fui a la UCES que es privada, y que mi obligación era ponerme las pilas y que me fuera bien. —¿Entonces? —Para tratar de ayudar en la economía, me anoté en todas las pasantías que había. 

Así fue como entré a trabajar en la revista Viva, donde me encargaba de hacer notas sobre historias de vida. Pero, como un día faltó la chica que hacía espectáculos, me mandaron a hacer una entrevista con Nico Francella. Ese fue mi primer reportaje a un famoso. Y me encantó. Ahí dije: “Esto es lo mío”. —¿Lograste combinar tus dos pasiones, la farándula y el periodismo? —¡Claro! Entonces, cuando se terminó ese trabajo, Paula Galloni que cursaba conmigo me contó que había hecho una pasantía en la Revista Pronto y yo fui, de una, a tocar el timbre para que me tomaran. Ahí seguí hasta que terminé la facultad. Y, después, entré en ElTrece TV. Me contrataron para escribir y me la pasaba frente a la computadora todo el día. Pero yo les pedí que, por lo menos una vez por semana, me dejaran hacer cámara. Juli llegó a Buenos Aires con 17 años 

 Juli llegó a Buenos Aires con 17 años (Foto: Álbum personal de Julieta Puente) —¿Y? —Me dijeron que sí. Y la primera nota que me tocó hacer fue con Tinelli, que justo arrancaba con su programa. ¡Yo estaba re nerviosa! Mis compañeros me dictaban las preguntas desde atrás, a los gritos. Tenían miedo de que, con lo desbolada que soy yo, me perdiera en el orden de la entrevista. Pero salió bien. Marcelo me ayudó bastante, debo admitirlo... —Suena todo muy lindo, pero no debe haber sido fácil para una chica de 17 años llegar hasta acá... —La verdad que no. Cuando mis viejos me dejaron en Buenos Aires yo no entendía nada, porque venía de una ciudad re chiquita y, de repente, me encontré con una vida totalmente diferente a la que estaba acostumbrada. 

Pero yo estaba segura de tenía que lograr mi objetivo. —¿Tuviste que sortear muchos obstáculos? —Me pasó de ir a casting y, al terminar, que me llamara el productor para invitarme a salir. Y eso me frustraba. Porque, obviamente, no era un camino que yo estuviera dispuesta a tomar. Y, cuando pasaba eso, sabía que nunca me iban a convocar para ese trabajo. Así que en algún momento pensé que, quizá, esto no era lo mío. —¿Lo hablabas con alguien cuando ocurría algo por el estilo? —No, me lo guardaba para mí. Nunca pasó a mayores.

 Pero, obviamente, me ponía mal. Igual, por suerte, no bajé los brazos y, de a poco, todo se fue dando. De hecho, cuando llegué a ShowMatch a hacer las notas para ElTrece TV no lo podía creer. ¡Sentía que estaba en la gloria! Estuve tres años haciendo eso, hasta que llegó la pandemia y el programa no pudo salir. Juli en el Movistar Arena, haciendo el Cardio de la Felicidad (Foto: Álbum personal de Julieta Puente) Juli en el Movistar Arena, haciendo el Cardio de la Felicidad (Foto: Álbum personal de Julieta Puente) —¿Entonces surgió lo del cardio? —Claro, pero fue de casualidad. Hasta ese momento, yo venía haciendo running y compartía mi entrenamiento en las redes. 

Pero, cuando se dictó la cuarentena, me empecé a desesperar porque no se podía salir a correr. Así que, un día, estando en la mansión de un amigo de mi novio, se me ocurrió hacer un vivo en Instagram para entrenar. Y, de repente, me encontré con que había cuatrocientas personas conectadas. Así que volví a hacerlo, como una manera de combatir el bajón del encierro. El tema es que la gente se empezó a enganchar y cada vez éramos más. —¿Y? —Lo empecé a hacer todas las semanas y era una cosa de locos. Así que decidí tomar un curso de personal trainer para poder hacerlo de una manera profesional. En ese momento no tenía nombre, pero después le pusimos El Cardio de la Felicidad. Y creció tanto, que me empezaron a llamar para hacerlo en distintos lugares. 

El primero fue en el Movistar Arena y fue increíble. Yo salí desde ahí por streaming y la gente lo siguió entrenando desde sus casas. ¡Había más de diez mil personas conectadas! Y fue re lindo porque cantó MYA y estuvo el DJ Tommy Muñoz tocando en vivo. El tema es que, llegado un momento, tuve que elegir entre eso y la redacción, y terminé renunciando a ElTrece TV. No podía hacer las dos cosas. —¿Te costó tomar la determinación? Porque hasta ese momento el fitness no estaba en tus planes laborales... —Fue difícil porque sabía que estaba dejando un trabajo estable por algo que recién arrancaba. Pero decidí seguir mi instinto y me la jugué. Yo suelo guiarme por mis sentimientos. Y ahora estoy feliz, haciendo algo que me encanta y que le da alegría a la gente. Facundo Miguelena, el novio de Juli, es piloto y nadador profesional (Foto: Álbum personal de Julieta Puente) Facundo Miguelena, el novio de Juli, es piloto y nadador profesional 

 —Hablando de seguir tus instintos, ¿es verdad que a Facundo, tu novio, lo encaraste vos a través de las redes? —¡Sí! En eso tuvo mucho que ver Fede Bal... —¿Perdón? —Es que mi novio es de Mar del Plata y lo conoce a Fede. El tema arrancó porque a mí me habían mandado a la costa a hacer una nota con Bal que estaba de temporada. Y él subió historias conmigo a su cuenta de Instagram. La cosa es que Facu las vio y empezó a mirar las mías. —¿Entonces? —Yo estaba sola en el hotel, aburrida, así que me puse a ver quienes habían mirado mis historias. Y me encuentro con este Facu. “¡Wow! ¿Y este quién es?”, dije. Y le escribí para pedirle su número de teléfono, pero él me contestó re cortante. “Hola Juli, cuando estés por Mar del Plata y necesites algo avisame”, me puso. ¡Yo me quería morir! Así que le volví a escribir diciéndole que me pasara el WhatsApp. Él me lo pasó, empezamos a charlar y, a los quince días, lo tenía en Buenos Aires conmigo. —O sea que se hizo el difícil pero no lo era... —No. Hace dos años que estamos juntos.

 El primero fue a la distancia, pero a principios del 2020 ya se vino a vivir a la Capital. El fue nadador de la Selección Argentina durante trece años y, ahora, trabaja como piloto comercial. Y lo bueno es que me re apoya en todo lo que hago. De hecho, cuando empecé con el Cardio estaba sola y necesitaba ayuda, así que él pasó a ser el productor. Y hoy se ocupa también de manejar mi línea de ropa, así que somos un equipo. Juli recorriendo el país con El Cardio de la Felicidad (Foto: Álbum personal de Julieta Puente) Juli recorriendo el país con El Cardio de la Felicidad (Foto: Álbum personal de Julieta Puente) —¿Se acostumbró a estar con alguien que en cualquier momento lo puede escrachar en sus redes? —Al principio le costaba, no quería saber nada de que lo grabara. Pero después se fue acostumbrando. Igual, ya me dijo que a La Academia no me va a acompañar. Pero yo estoy segura de que lo voy a convencer.

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