Mostrando entradas con la etiqueta fracaso. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta fracaso. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de abril de 2022

Un mal ejemplo. Sobre la dolarización en Ecuador y su inviabilidad en Argentina

Federico Rudistein - Damián Bil OME – CEICS 17 abril 2022, 

 El Aromo Semanas atrás, Javier Milei instaló en la agenda política el debate sobre la dolarización de la economía. Conspicuos economistas liberales, como el mismo José Luis Espert y Roberto Cachanosky, señalaron que la medida es impracticable /1 Aun así, los defensores de este disparate insisten en destacar casos supuestamente exitosos, como el de Ecuador. Aquí, dicen, se habría conseguido la estabilidad y la armonía económica luego de los convulsionados años de finales de la década de 1990. 

Algo similar a lo que habría ocurrido en la Argentina diez años antes, con la Convertibilidad establecida en 1991, ideada por el entonces Ministro de Economía Domingo Cavallo (quien tuvo su papel en la medida en Ecuador). No obstante, a poco de revisar el funcionamiento de la economía de este país, menos compleja que la argentina, no parece que la dolarización sea la quimera que plantean algunos anarcocapitalistas para resolver las contradicciones locales. Revisemos un poco cómo se procesó este fenómeno para evidenciar sus límites como medida “mágica”. 

 El caso testigo Hay que señalar que el objeto de la declaración es político: instalar el discurso de la “barbarie” para dar vía libre a un plan intermedio, muy probablemente corporizado en la figura de Carlos Melconián. Los apologistas de esta política olvidan mencionar que la dolarización solo se dio de forma íntegra en economías muy pequeñas y dependientes de un solo sector por lo general primario, o en micro países que funcionan como paraísos financieros.

 Estos son (sin contar, claro, a los Estados Unidos) Micronesia, Islas Marshall, Palau, Timor Oriental, Zimbabwe, El Salvador, Panamá, Bonaire, Turcas y Caicos, Islas Vírgenes Británicas, y Ecuador; además de algunos “protectorados” norteamericanos de ultramar (como Guam). Entre ellos, reúnen menos personas que las que habitan en territorio argentino.

 De todas las naciones listadas, la economía más relevante es la de Ecuador. Aunque cabe aclarar que no es un actor de peso internacional: su PBI se encuentra en el puesto 61 a nivel mundial. No obstante, es tomada como ejemplo a partir de la actuación del padre de la convertibilidad argentina (Domingo Cavallo) y por su supuesta estabilidad. Si bien durante el efímero gobierno de Bucaram ya habían existido propuestas al estilo “convertibilidad”, la idea de la dolarización se presentó como perentoria a fin de estabilizar una crisis colosal y la posibilidad de una hiperinflación. 

 Desde 1998 la mayoría de entidades bancarias estuvieron en problemas, empezando por el Filanbanco, que pasó a manos del Estado. Luego se sucedió la quiebra del Banco del Progreso o del Pacífico, entre otros. De hecho, durante la crisis el 70% de las instituciones financieras privadas quebraron o pasaron al Estado / 2 El estado ecuatoriano ya había prevenido estos problemas y, eliminando la independencia del Banco Central, había establecido la posibilidad de “otorgar créditos de estabilidad y de solvencia a las instituciones financieras…”. Económicamente, esto significó salvatajes por casi 1.600 millones de dólares y emisiones de bonos por parte de la Agencia de Garantías de Depósitos por 1.400 millones de dólares.

 Se calcula que todas estas transferencias al sistema financiero representaron el 15,3% del PBI de 1999. A la sucesión de quiebras se le agregó una brutal devaluación, producto del estallido de emisión monetaria para sostener esas transferencias. Si Bucaram planteaba una convertibilidad de 4.000 sucres por dólar, entre 1998 y 2000 el salto fue de 5.437 a 25.000 sucres por dólar, quitando el 78% del poder adquisitivo a quienes poseían recursos en la moneda local. 

Los números de desempleo y de pobreza son elocuentes con este panorama económico y social. La dolarización se sancionó bajo el mandato de Jamil Mahuad en enero de 2000, luego de la crisis de fines de los ’90, precedida por la caída del precio internacional del petróleo y una serie de eventos naturales, políticos y sociales que fueron minando la dinámica económica y dispararon la inflación al 52% en 1999 y 96% al finalizar el año de adopción del dólar /3 En ese entonces, la medida se justificaba a partir de ciertas consignas que a nosotros nos resultan familiares, tales como “la falta de alternativas”, “detener la inflación”, “responder a la dolarización espontanea”, “ganar estabilidad monetaria”, “atraer inversión extranjera” o “reactivar la producción”.

 Los pro-dolarización señalan que desde 2001 Ecuador habría mejorado ciertos indicadores económicos y sociales, sobre todo vinculado al control de la inflación, aumento del PBI y del superávit, estabilidad financiera, aumento de la inversión extranjera, incremento de las reservas, entre otras. No obstante, como veremos, omiten referencias a situaciones negativas de la dinámica económica y social ecuatoriana. Pero lo más importante, en términos metodológicos y empíricos, es que se atribuyen los resultados satisfactorios a un simple cambio de moneda, en un salto lógico, cuando el proceso económico en las últimas décadas se vincula con otros factores estructurales. 

A propósito, quienes colocan a Ecuador como ejemplo, olvidan citar un caso menos “feliz”, como el de El Salvador. Como señala Martínez Torres, el país adoptó la dolarización en 2001. Entre ese año y 2014, la tasa de crecimiento del PBI se redujo en un 20% con relación a las dos últimas décadas del siglo XX, siendo este país centroamericano uno de los que menos creció en dicho período en la región de América Latina y El Caribe /4. Es decir, el cambio de signo monetario no asegura una dinámica “virtuosa” como quieren los defensores de la medida. Una economía muy primaria Retomando el caso de Ecuador, para comprender los efectos de este proceso debemos revisar su estructura. 

Como señalamos, su economía se ubica según el tamaño del PBI en el puesto 61 del mundo. En relación a otras de la región, con datos desde los ’90 a la actualidad, representa un 5% del tamaño de la economía del Brasil o casi un 8% de la mexicana. En las últimas décadas, redujo en casi dos puntos su distancia con la Argentina (de 14,3% en los ’90 a 16% durante el siglo XXI), pero debido más al estancamiento de nuestro país que a una virtud del Ecuador. Por su parte, serían necesarios 208 PBI de Ecuador para alcanzar el tamaño de los Estados Unidos. 

Como todas las naciones que adoptaron la dolarización, es una economía con una escala de acumulación más bien pequeña. A su vez, su estructura económica es relativamente sencilla, comparada incluso con otros países vecinos. Por ejemplo, el porcentaje de exportaciones manufactureras sobre el total de las ventas externas del país se mantuvo en las dos décadas de este siglo en torno al 5 – 10%. Por su parte, en Perú el promedio fue del 15% y en Colombia del 28% (mismo rango que la Argentina) /5.

 El crecimiento de su economía en los últimos años se explica no por el cambio del billete, sino por el alza internacional de los precios de los commodities, tal como le sucedió a varios otros países de América Latina. En efecto, los sectores de cierta competitividad se asientan casi exclusivamente en la actividad primaria. Desde mediados de los ’90, no hay año en el cual la exportación de bienes primarios y de manufacturas de recursos naturales baje del 90% del valor total. Le siguen, lejos, las manufacturas de tecnología media con un 3%. Si tomamos la matriz de comercio exterior de 2019 con cierta desagregación, nos encontramos con que el 39% del valor de exportaciones correspondieron a petróleo y derivados, un 25% a pescados y productos del mar, un 15% a bananas y sus procesados, un 4% a flores, 3% cacao y subproductos, y recién en sexto lugar aparece un ítem industrial como las manufacturas de metales con un escaso 2%. 

La explotación forestal, minerales diversos, frutas, alimentos, productos agrícolas, aceites vegetales agregaron entre todos un 7%. Como señalan varios, se benefició del ascenso de los precios de los commodities (como también sufrió el ciclo de precios deprimidos en los ’90). A partir de datos de CEPAL (que toma información del FMI y Banco Mundial), se observa que el precio internacional de las bananas no paró de crecer desde 2001. Esta fruta se cotizaba a valores FOB en puertos norteamericanos a 422 dólares la tonelada. En 2011, tocó los 975 dólares; y en los últimos dos años su promedio fue de 1.211 dólares. 

El precio de referencia del pescado también se incrementó en más de dos veces desde 2001, y si bien tuvo un leve descenso en los últimos tres años, sus valores son aun elevados en términos históricos. Por último, el petróleo siguió un curso más conocido: un pico entre 2008 y 2013, donde sobrepasó los 100 dólares el barril, para luego caer de manera considerable hasta 2016. En los últimos años repuntó y se ubicó en un valor promedio de 69 dólares (2021), aunque un 33% por debajo del techo señalado.

 La evolución del precio del petróleo es factor determinante de la situación de Ecuador, al punto que algunos establecen una relación directamente proporcional entre la evolución de este indicador y del riesgo país. Otro elemento relevante es el envío de remesas, por emigrantes ecuatorianos o familiares, desde el exterior (principalmente de los Estados Unidos, Europa, Canadá, México, Perú, Colombia, entre otros). De 2000 a 2009, las mismas se ubicaron en un promedio de 2.200 millones de dólares al año, casi un 6% del PBI. De 2010 a 2020 fueron de 2.733 millones anual promedio, aunque para ese entonces representó un 3% del PBI. 

Tal es su importancia que prácticamente el petróleo y las bananas más las remesas determinan tanto el nivel de reservas internacionales en el Banco Central (que no fue “quemado” por los dolarizadores) como la dinámica de la balanza de pagos del país. Si bien en los últimos años se recuperó de la mano del incremento de los envíos y del repunte del precio del petróleo, en el período 2014-17 Ecuador se encontró con serias dificultades financieras por la caída de ambos indicadores, con un rojo de balanza de 2.305,5 millones de dólares. 

Es justamente en ese lapso cuando se produce la transición entre los gobiernos de Rafael Correa y Lenin Moreno, marcado por una profundización del ajuste social por la crisis. Este último punto guarda relación con los niveles de endeudamiento. Entre 2008 y 2010, luego de renegociar dos series de bonos Global, la deuda se redujo para 2012 al 18% del PBI, un nivel bajo para los países de la región. Pero otra vez, la caída de precios del petróleo y de las remesas obligó a recurrir crecientemente a financiamiento exterior. Según las estadísticas de CEPAL, la misma pasó en 2020 a 56.893 millones de dólares, un 57% del PBI. El Banco Central de Ecuador informa 38.786 millones entre pública y privada (puesto que se habrían refinanciado/condonado 15.800 millones, que es prácticamente la diferencia con el cálculo de la CEPAL), representando un 40% del PBI. 

Sea cual fuere el valor real, lo interesante aquí es remarcar que aun cuando redujeron su deuda por acuerdos y refinanciaciones, el fenómeno volvió a tomar fuerza en el momento en que los recursos tradicionales cayeron. Es decir, algo similar a lo ocurrido en la Argentina, sin dolarización. Sobre la inversión extranjera, la misma afluyó al Ecuador, pero en sintonía con el nivel que recibió toda la región. Incluso, fue inferior a la de varios otros países: entre 2000 y 2019 solo representó el 1% del PBI /6 A su vez, se concentró en los sectores competitivos, es decir en los primarios. Como ocurre en otros de la región, la inversión foránea se realiza donde hay negocio rentable, como minería y petróleo y en actividades de transporte o comunicaciones. Uno de los pocos ítems que destacan orgullosos los apologistas de la dolarización es el del control de precios internos. 

Después de un tormentoso cierre de la década del ’90, la inflación en Ecuador se “planchó” en un promedio del 3% anual. Algunos estudios en base a modelos indican que de no adoptar la medida, la inflación hubiera sido moderadamente superior. De todas formas, advierten que no debe idealizarse la dolarización: durante las décadas de 2000 y 2010 la mayor parte de los países de América Latina, salvo contadas excepciones, redujeron sus tasas de inflación a valores cercanos: por caso, Chile o Perú alrededor del 3%, México 4%, Colombia o Guatemala 5%, o los casos más extremos dentro de la moderación como pueden ser Brasil con 6% y Uruguay con 9%; ninguno de ellos modificando su moneda. Incluso otro país “dolarizado”, como El Salvador, logra el cambio de patrón de inflación al menos un lustro antes de adoptar la divisa norteamericana como moneda oficial /7 El crédito también se vio afectado. 

Cierto es que disminuyeron las tasas de interés; pero por la necesidad de los bancos que lograron atravesar la crisis de disponer de liquidez ante la falta de un prestamista de última instancia (imposibilidad estatal de emitir) y la baja rentabilidad en actividades no tradicionales, el efecto real fue la orientación crediticia hacia la actividad petrolera (profundizando la matriz productiva) o hacia el consumo y comercio privado, con destacadas consecuencias en la balanza de pagos. Por último, a nivel social no parece que Ecuador, como la mayoría de los países de la región, tenga mucho de qué congraciarse. 

Aunque hay trabajos que muestran una mejoría de los ingresos en relación a la canasta básica de bienes en las últimas décadas /8, esto solo se constata para los sectores registrados de mejores condiciones. Como en otras latitudes de la región, la masa de la población ecuatoriana se encuentra ocupada en formas de subempleo (57,3% de los ocupados) o directamente en la informalidad. Según la OIT, en 2019 un 63% del empleo en el país era informal, seis puntos mayor al promedio de América Latina – Caribe, o quince más que el de Brasil. La pobreza ascendió en 2021 al casi 40%, con un 11% de pobreza extrema. 

Si bien las pensiones y jubilaciones ascienden desde 2012-13, casi un 57% de los adultos mayores no reciben un ingreso suficiente para su subsistencia (dos puntos más que el promedio latinoamericano). ¿Una receta para Argentina? Luego de este recorrido, no encontramos que la dolarización haya modificado sustancialmente la situación del Ecuador. Con su “nueva” moneda, la evolución de sus indicadores económicos (exportaciones, inversión extranjera, endeudamiento, etc.) no fue más allá del promedio de la región. 

A nivel social, aunque se registró una mejora parcial en algunos ítems, la masa de la población continuó sufriendo las malas condiciones de antaño en términos de empleo, jubilaciones, ingresos, etc. Nada muy distinto a lo que predomina en la mayor parte del subcontinente. Los momentos, pasajeros, de bonanza o tranquilidad económica no estuvieron dados por la adopción del billete verde, si no por el mentado “viento de cola”. O sea, el alza de los precios de las principales mercancías de exportación como el petróleo, las bananas y los frutos de mar, entre otras. La dolarización apenas si pudo estabilizar algunos indicadores macro, y de forma bastante modesta, no mejor que otras “recetas” burguesas en la región durante el período. 

 En este sentido, los argumentos que defienden la dolarización o bien pecan de una profunda ignorancia acerca de la naturaleza del dinero, cayendo en una ilusión monetaria al suponer que un simple cambio de moneda puede resolver problemas que se encuentran tanto en la estructura productiva de la economía como en la configuración de la sociedad. O bien, lo que es más probable, buscan contrabandear un feroz ajuste que ni siquiera va a ser soportado por su clase social. Porque atarse a una moneda de una economía más dinámica implica alinearse con su productividad. 

Ya vimos con la Convertibilidad que eso es, a la larga, imposible. Por eso debe sostenerse de forma artificial, por endeudamiento. En el mientras tanto, si no se alcanza la productividad que respalda la paridad, se acumula un déficit que termina en estallido. O se debe proceder al ajuste, ya que “dolarizar” significa también alinear los costos internos. Sobre todo, el público. Imagine el lector la magnitud del ajuste en un país como la Argentina, donde cerca de la mitad de la población depende directa o indirectamente del Estado.

 Es que ese es el objetivo de fondo. La dolarización no es más que un violento plan de ajuste sobre la clase obrera. Y al igual que en Ecuador, de adoptarse, no va a transformar la estructura productiva de la Argentina, que es el verdadero problema. Será un episodio más de la larga decadencia de nuestras condiciones de vida. Pero del otro lado del espectro burgués tampoco hay solución. Ni Cambiemos, ni los kirchneristas, ni el peronismo clásico tienen solución. Resolver los problemas reales precisa efectuar medidas en la economía real.

 Solo la remoción de la burguesía de su rol conductor de la sociedad, la concentración y planificación productiva y la apuesta a ramas específicas de alto contenido tecnológico, permitirían incrementar la productividad y mejorar las condiciones de vida de la población.

Notas 1) Cronista, 26/3/22, https://tinyurl.com/mrxyhcz3; Infobae, 29/3/22, https://tinyurl.com/mtjn3f9n. 2) Acosta, Alberto y Cajas Guijarro, John: “Ecuador… 20 años no es nada: a dos décadas del mito dolarizador”, Revista Economía, Vol. 72, n° 115, 2020. 3) Un análisis detallado de las condiciones de la dolarización puede leerse en Díaz Orellano, Paola: “Análisis sobre la dolarización y su impacto en el sistema financiero ecuatoriano”, Revista de Investigación en Modelos Financieros, Año 10, Vol. II, 2021; y Batalla, Ronaldo y Logroño, Eduardo: Análisis del proceso de dolarización y su futuro en Ecuador, Tesis de Economía, Quito, Universidad Central del Ecuador, 2021. 4) Martínez Torres, Alejandro: Los efectos macroeconómicos de la sustitución de moneda en Ecuador (2000-2014). Un análisis econométrico con series de tiempo, Tesis de Economía, Quito, Pontificia Universidad Católica de Ecuador, 2020. 5) La información de este acápite corresponde a datos de CEPALStats, Instituto Nacional de Estadísticas del Ecuador, Banco Central del Ecuador y Banco Mundial. 6) Primicias, 16/12/2019, https://tinyurl.com/53kczuax. 7) Ver Martínez Torres, op cit. 8) Quito, Madeleine; Rodríguez, Evelyn, et al.: “Evolución del precio de la canasta básica del Ecuador. Análisis del período 2000-2019”, Revista Científica y Tecnológica UPSE, Vol. 8, n° 2, diciembre 2021.

miércoles, 23 de junio de 2021

Los países que confiaron en vacunas chinas y ahora están experimentando rebrotes de coronavirus

 

Un informe de The New York Times indica que más de 90 naciones están aplicando fórmulas creadas en el país asiático, que ahora parecen no responder a los efectos de las nuevas variantes
Algunos países sufren actualmente nuevos brotes de COVID-19 a pesar de mantener unas altas tasas de inoculación de vacunas mayoritariamente fabricadas en China, lo que sugiere que estos preparados pueden no ser tan eficaces en la lucha contra el coronavirus y sus nuevas variantes, aseguró este miércoles 

The New York Times. El periódico neoyorquino ha desarrollado una investigación basada en datos de contagio de COVID-19 en algunos países que han usado de forma mayoritaria vacunas chinas como las islas Seychelles, Mongolia o Chile. Mongolia prometió a su gente un “verano sin COVID”. Bahrein dijo que habría un “regreso a la vida normal”. La pequeña nación insular de las Seychelles tenía como objetivo reactivar su economía, afirma The New York Times.

 Los tres depositaron su fe, al menos en parte, en las vacunas de fabricación china de fácil acceso, que les permitirían implementar ambiciosos programas de vacunación cuando gran parte del mundo no las tenía. Pero en lugar de estar libres del coronavirus, los tres países han sufrido repuntes de las infecciones.

 China inició su campaña de diplomacia de vacunas el año pasado al comprometerse a proporcionar una inyección que sería segura y eficaz para prevenir casos graves de COVID-19. En ese momento, era menos seguro el éxito que tendrían esta y otras vacunas para frenar la transmisión. Ahora, ejemplos de varios países sugieren que las vacunas chinas pueden no ser muy efectivas para prevenir la propagación del virus, particularmente de las nuevas variantes.

 Las experiencias de esos países ponen al descubierto una dura realidad que afronta el mundo post pandémico: el grado de recuperación puede depender de las vacunas que los gobiernos administren a sus ciudadanos, precisa The New York Times. En Seychelles, Chile, Bahrein y Mongolia, del 50 al 68 por ciento de la población ha sido completamente inoculada, superando a Estados Unidos, según Our World in Data, un proyecto de seguimiento de datos. Los cuatro se ubicaron entre los diez países con los peores brotes de COVID la semana pasada, señala el medio estadounidense. Y los cuatro utilizan principalmente inyecciones realizadas por dos fabricantes de vacunas chinas: Sinopharm y Sinovac Biotech. Vacunas contra el coronavirus de Sinopharm. 

 Vacunas contra el coronavirus de Sinopharm.

“Si las vacunas son lo suficientemente buenas, no deberíamos ver este patrón”, dijo Jin Dongyan, virólogo de la Universidad de Hong Kong. En Estados Unidos, alrededor del 45 por ciento de la población está completamente vacunada, principalmente con dosis elaboradas por Pfizer-BioNTech y Moderna. Los casos han caído un 94 por ciento en seis meses. Israel proporcionó inyecciones de Pfizer y tiene la segunda tasa de vacunación más alta del mundo, después de Seychelles.

 El número de nuevos casos confirmados diarios de coronavirus por millón de habitantes en Israel es ahora de alrededor de 4,95. En Seychelles, que dependía principalmente de Sinopharm, ese número supera los 716 casos por millón. Disparidades como estas podrían crear un mundo en el que tres tipos de países emerjan de la pandemia: las naciones ricas que usaron sus recursos para asegurar las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna, los países más pobres que están lejos de inmunizar a la mayoría de los ciudadanos, y luego las que están completamente inoculadas pero solo parcialmente protegidas, sostiene The New York Times. China, así como las más de 90 naciones que han recibido las vacunas de ese país pueden terminar en el tercer grupo, lidiando con esta pandemia durante meses. (Con información de EFE)

sábado, 12 de junio de 2021

El Mercosur sigue paralizado: se suspendió la cumbre de cancilleres por las diferencias internas en el bloque

 

Se iba a realizar el martes que viene pero no hay acuerdo sobre la flexibilización del mercado común y la rebaja del Arancel Externo Común, que impulsan Uruguay y Brasil y a los que Argentina se opone
Por Eduardo Menegazzi 12 de Junio de 2021 La reunión de los cuatro ministros de Relaciones Exteriores de los países que integran el Mercosur no se realizará este martes 15 de junio y quedó postergada sin fecha. Dentro del bloque regional subsisten marcadas diferencias internas sobre cuestiones comerciales.

 Argentina mantiene su postura y no acepta la flexibilización del Mercosur que impulsa Uruguay con el apoyo de Brasil. Tampoco hay acuerdos sobre las rebajas en el Arancel Externo Común (AEC) una de las banderas que agita el país gobernado por Jair Bolsonaro. El cónclave ya se había postergado una semana por los mismos motivos. La Cancillería que orienta Felipe Solá es partidaria del consenso para los movimientos del mercado común con una política proteccionista, que blinde a las industrias de la región ante las importaciones.

 Tanto Brasil como Uruguay mostraron su pretensión de abrir el Mercosur hacia otros mercados, con la posibilidad de cada integrante de negociar de manera individual. Luis Lacalle Pou, el jefe de Estado uruguayo, fue quien presentó la propuesta de flexibilización que en el lado argentino despertó rechazos desde un comienzo. Las diferencias ideológicas entre el gobierno de Alberto Fernández y los de Bolsonaro y Lacalle Pou son indisimulables, por eso resulta tan difícil avanzar en un entendimiento. Argentina planteó la disminución de un 10% del arancel común con la promesa de sumarle otro porcentaje similar en 2021, sobre todo teniendo en cuenta el contexto, debido a la pandemia de coronavirus que afecta a toda la economía mundial. 

Pero no recibió demasiado apoyo de sus socios. El respaldo de Paraguay, la pata más débil dentro del bloque, no parece suficiente. Este mes se termina la presidencia pro témpore que ejerció nuestro país desde diciembre y que es rotativa entre los cuatro países miembros por semestres. El mando lo tendrá después Brasil. La apuesta argentina es que los brasileños apliquen una disminución en los aranceles en forma progresiva y que los demás vayan adhiriendo. En Brasil también hay posiciones encontradas entre el liberalismo a ultranza que defiende el ministro de Economía Paulo Guedes y las cámaras empresariales de los principales sectores industriales. En ese sentido la defensa de los objetivos del Mercosur que hizo el ex mandatario brasileño Fernando Henrique Cardoso reforzó las pretensiones argentinas.

 El rol de Daniel Scioli, embajador argentino en Brasilia, cobra importancia ya que viene reuniéndose con líderes políticos y con empresarios para sumar voluntades. Este jueves Scioli participó de la primera reunión plenaria de 2021 del Consejo Empresario Argentina-Brasil -denominado CEMBRAR- donde la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación Nacional de la Industria de Brasil (CNI) rubricaron una declaración conjunta con apoyo a la posición argentina. En el documento que suscribieron ambas entidades se establece la guía de trabajo para los próximos meses que llevarán adelante en forma conjunta y consigna el compromiso “con la integración productiva, y las acciones que desde la iniciativa privada estamos encarando para abordar los desafíos que nuestras cadenas productivas regionales tienen por delante en materia de productividad, competitividad, entre los que se destacan el desarrollo tecnológico y de la industria 4.0, políticas activas en favor de la integración de valor, la inversión requerida en infraestructura energética, de caminos y de conectividad en la región”.

 Desde la Cancillería argentina ven como superados los roces diplomáticos con Brasil luego de la polémica frase que pronunció Alberto Fernández sobre el origen de los habitantes de ese país, de México y de Argentina. Citan como ejemplo de esa distensión que hubo representación de ambos países en el acto del 10 de junio reivindicando la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas. 

 El miércoles por la mañana el mandatario argentino había dicho una frase polémica durante la visita del jefe de gobierno español Pedro Sánchez que provocó la respuesta de su par brasileño Jair Bolsonaro. Bolsonaro le contestó a Alberto Fernández, quien había dicho que “los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos”, con un mensaje en su cuenta de Twitter con la palabra “Selva” y una foto de él junto a un grupo de personas de los pueblos originarios brasileños. Luego, en un encuentro con sus seguidores, el mandatario brasileño comparó a Fernández con el dictador venezolano Nicolás Maduro diciendo que para ambos “no hay vacuna”, en referencia a los exabruptos que pronunciaban. 

 También Eduardo, uno de los hijos de Bolsonaro, reaccionó ante los dichos de Fernández. “El presidente de Argentina declaró que mientras su pueblo llegó en barcos desde Europa, los brasileños vinieron de la selva. ¿No dirán que fue RACISTA contra los indígenas y los africanos que formaron Brasil? Pero yo digo: el barco que se hunde es el de Argentina”, escribió en Twitter. El jueves 10 el secretario de Relaciones Económicas de la cancillería argentina, Jorge Neme, expuso durante la jornada denominada “Mercosur. Presente y futuro”, en la que intervinieron alrededor de 500 líderes empresariales y representantes del mundo de los negocios. Allí ratificó la negativa de su país a flexibilizar el bloque como propuso el gobierno uruguayo.

 “Argentina no comparte la posición de que cada país inicie negociaciones de manera individual”, expresó Neme. “El Mercosur constituye la plataforma de proyección internacional por excelencia para la Argentina y la región. Como bloque tenemos otra palabra y otro peso en el contexto internacional a la hora de iniciar negociaciones con el resto de los bloques regionales y terceros países”, sostuvo. “Tenemos que pensar cómo avanzamos juntos hacia el futuro, hay una diferencia que estamos tratando de superar en lo relativo al Arancel Externo Común. Argentina tenía una propuesta de convergencia en el 25% del nomenclador, y finalmente, trabajando en conjunto con los ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, alcanzamos una convergencia del 75% del arancel restando todavía un 25% a resolver con nuestros socios. 

Argentina optó por no afectar los bienes finales, resguardar la competitividad de nuestro sector industrial para no afectar a los sectores más sensibles. Creemos que se puede avanzar en este marco”, subrayó el funcionario”. “Es fundamental para la industria argentina resguardar el Mercosur, que tiene como primer destino internacional los países del bloque. Desde este punto de vista es clave pensar que para la reconstrucción del tejido social y productivo es necesario fortalecernos como bloque y no pensar en salidas individuales”, planteó más adelante. “El Mercosur es muy necesario para Argentina, es la política exterior más relevante de los últimos treinta años. 

Hoy tenemos que conectarnos con más intensidad con el mundo, esta conexión no es una apertura indiscriminada e inocente, sino de ida y vuelta, de diálogo creativo con el resto de las regiones y países, y para esto el Mercosur es la plataforma ideal. Argentina necesita intensificar esto”, sentenció. Entre el 31 de mayo y el 4 de junio, Uruguay, en representación del bloque, reanudó mediante una serie de videoconferencias las negociaciones con Corea del Sur para lograr acuerdos bilaterales. Estas tratativas se habían interrumpido en febrero de 2020. Argentina, por su parte tiene a su cargo las conversaciones con los países del EFTA, que están fuera de la Unión Europea -Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein-, con un fin similar.

sábado, 15 de mayo de 2021

Gas Sayago: “voluntarismo fracasado” y “escandalosamente costoso”

 

MONTEVIDEO (Uypress) – 

Está en marcha una auditoría externa sobre Gas Sayago, cuyos resultados se conocerán en semanas, pero el director de UTE por Cabildo Abierto se adelantó y definió al fracasado proyecto de la regasificadora como de “un voluntarismo fracasado” y “escandalosamente costoso”. La consultora PriceWaterhouseCoopers (PwC) es la responsable de la auditoría externa encargada por el directorio de UTE sobre la planta regasificadora de Punta de Sayago. A pesar de que el informe se conocerá recién en unas semanas, el director del ente por Cabildo Abierto, Enrique Pées Boz, se refirió al tema de las cuentas de Gas Sayago, empresa estatal de derecho privado que estuvo al frente del proyecto. En una nota de Miguel Noguez para al diario El Observador se recogen las declaraciones de Pées Boz, que no dudó en definir el proyecto de la planta regasicadora como "un voluntarismo fracasado" y "escandalosamente costoso".

 Se trata de un proyecto que, a pesar de los años, nunca llegó a concretarse, y derivó no solo en polémica política sino también en litigios judiciales. "Gas Sayago es un voluntarismo fracasado y escandalosamente costoso. Un verdadero despilfarro de dineros públicos que venían de Ancap y UTE", dice el director cabildante a El Observador. "Lo que encontramos son fuertes falencias y falta de investigación previa, que es lo que se hace cuando se va a hacer un proyecto de este porte. Por más que buscamos, no encontramos verdaderos estudios sólidos de factibilidad del proyecto. (...) No hay matrices de riesgo y coberturas para cubrirse de todo lo que después pasó. Nunca hubo un proyecto serio", denunció el jerarca. 

El paquete accionario de la compañía -hoy en proceso de liquidación- pertenece en el 79% a UTE y en 21% a Ancap. Estas son algunas de las cifras enumeradas por Pées Boz y recogidas por el matutino: Dentro de las inversiones en infraestructura figuran algo más de US$25 millones asociados a la construcción de la escollera y muelles. A eso hay que sumarle otros US$5 millones que costará el retiro de 71 pilotes que hoy permanecen enclavados en la bahía. Otros US$40 millones que se invirtieron en el tramo terrestre del gasoducto que conectaría la planta con el gasoducto Cruz del Sur. "Es un caño inservible enterrado por 12 kilómetros que va de nada a nada", afirmó el entrevistado. Algo más de US$50 millones se gastaron en la obra de dragado del canal de acceso para la terminal regasificadora, y quedó inconcluso.

El dragado se hizo sobre suelo arenoso y se paró cuando se llegó a roca firme, relató. También detalla que fueron numerosos los almuerzos gratis, clases de gimnasia laboral y masajes, y pone la lupa sobre el sueldo de Marta Jara, la gerenta de Gas Sayago hasta que fue nombrada presidenta de Ancap por Tabaré Vázquez. Jara percibía US$ 16.000 mensuales en 2015, sin contar otras compensaciones especiales en calidad de "premios" que eran instrumentadas con aprobación del directorio de Gas Sayago, según relató Pées Boz. Marta Jara (adhocFOTOS/Nicolás Celaya) 

 El 2015 fue el último año con el proyecto en marcha, antes que se paralizara, primero con la ida de la constructora brasileña OAS, y luego con el retiro de GNLS. Sin embargo, la empresa siguió funcionando hasta que suspendió operaciones en el transcurso de 2018. En "gimnasia laboral y masajes en el trabajo" para empleados, en el que se gastaron unos US$ 20 mil. Según Pées Boz, los funcionarios además de cobrar "buenos sueldos", tenían "almuerzos y cenas gratis en el trabajo". En ese rubro de almuerzos, cenas y servicios de lunch se computan alrededor de US$ 200.000, de acuerdo a El Observador. El rubro de "viáticos y viajes" al exterior tuvo gastos por unos US$ 150.000. 

De esa cifra, hay alrededor de US$ 100.000 que corresponden a gastos realizados por cinco funcionarios de Gas Sayago. También se computa el pago de maestrías y posgrados a funcionarios por unos US$ 70.000 luego del año 2015. Indica también el informe de El Observador que hay que agregar gastos por US$ 10 millones en contratación de consultorías privadas de distinto tipo y más de US$ 1,2 millones de indemnizaciones pagadas a 22 pescadores que trabajaban en la zona donde estaría la terminal y que tuvieron que retirarse. "En la caja de Gas Sayago a fin de 2015 entraron US$ 100 millones, cuando ya se sabía que la demanda no existía, que el encargado de llevar el programa se retiraba, que no había nadie que lo pudiera llevar adelante, y que incluso los posibles nuevos inversores lo rechazaban porque la demanda que iba quedando era el mercado interno no tenía estabilidad. A pesar de eso se siguió adelante y se llegó a 2019 con la caja en cero", manifestó Peés Boz respecto a la compensación que abonó el consorcio GNLS. Al cierre de 2020 hay litigios y procesos judiciales en marcha contra Gas Sayago por U$S 92 millones. UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias

martes, 13 de abril de 2021

Fracaso de películas




Estas son las películas con mayores pérdidas de la historia del cine. ¿Crees que se lo merecían? Guerrero nº 13 Pablo Colado 3 minutos de lectura En la jerga hollywoodense se llama box office bomb (algo así como 'bomba de taquilla') a esa película que, generalmente tras haber levantado grandes expectativas, se estrella contra la indiferencia del público y acarrea cuantiosas pérdidas a los estudios. Según la web film.site.com, estos han sido los diez peores desastres financieros de la historia del cine, ordenados de menor a mayor y con las cifras ajustadas a la inflación. 10. La puerta del cielo (1980) Pérdidas: unos 121 millones de dólares Para los historiadores del cine, supuso el fin de una época dorada en la que se dio libertad creativa a la brillante generación de directores de los años 70: Coppola, Scorsese… Quien naufragó fue Michael Cimino, que venía de triunfar con El cazador (1978) y no convenció con su nuevo y faraónico proyecto: un western de autor que duraba tres horas y media. 9. El llanero solitario (2013) Pérdidas: 121 millones de dólares La fórmula de Piratas del Caribe no funcionó esta vez: ni al público ni a la crítica les hizo la menor gracia ver a Johnny Depp haciendo “el indio”. 8. John Carter (2012) Pérdidas: 125 millones de dólares Disney puso toda la carne en el asador en su intento de inaugurar una franquicia basada en las novelas de Edgar Rice Burroughs. Pero pocos apreciaron la exótica mezcla de fantasía, aventuras y ciencia ficción ambientada en Marte. 7. Final Fantasy: la fuerza interior (2001) Pérdidas: 126 millones de dólares El salto de la exitosa saga de videojuegos a la gran pantalla acabó en siniestro total, pese al esfuerzo económico y tecnológico por seducir a los espectadores. 6. La caída del imperio romano (1964) Pérdidas. 126 millones de dólares Esta típica superproducción histórica cuajada de estrellas –Alec Guinness, Sofia Loren…– tuvo el mismo destino que la época que retrataba. 5. Pluto Nash (2002) Pérdidas: unos 126 millones de dólares Normal que no te suene. Casi nadie fue a ver al cine esta comedieta espacial del otrora taquillero Eddie Murphy. 4. Marte necesita madres (2011) Pérdidas: 137 millones de dólares Otra apuesta de Disney, esta vez de animación por ordenador, que transcurría en el planeta rojo. ¿No hay dos sin tres? 3. La isla de las Cabezas Cortadas (1995) Pérdidas: 137 millones de dólares Tras Thelma y Louise (1991), la carrera de Geena Davies parecía imparable… hasta que protagonizó esta carísima y fallida película de piratas dirigida por su entonces marido, Renny Harlin. 2. La leyenda del samurái (47 Ronin) (2013) Pérdidas: 151 millones de dólares Ni los espectadores japoneses ni los norteamericanos acudieron en masa a los cines como esperaban los productores de esta fantasía con mucho ruido de espadas, vagamente basada en una leyenda nipona. 1. El guerrero nº 13 (1999) Pérdidas estimadas: entre 98 y 183 millones de dólares Si se considera la estimación más alta de la horquilla, es el peor negocio cinematográfico de todos los tiempos, aunque no se sabe muy bien cuánto costó hacerla. Quienes la han visto creen que no está tan mal como para merecer semejante castigo. Salen árabes, vikingos y Antonio Banderas. Algunas películas se estrellan contra la indiferencia del público y acarrean cuantiosas pérdidas a los estudios

Noticias que interesan