Por el momento, las autoridades han informado de tres muertos y más de un centenar de desaparecidos. Un gran número de viviendas han sido barridas por completo.
Aunque las autoridades locales informaron inicialmente sobre una veintena de desaparecidos, señalaron posteriormente que el número de residentes inscritos en la zona afectada con los que no han podido contactar tras el desastre se eleva a 113 personas, según informó este lunes el ministro portavoz nipón, Katsunobu Kato.
El trágico suceso tuvo lugar el sábado y desde entonces unas 1 500 personas participan en las labores de búsqueda y rescate, entre agentes de policía, miembros del Ejército, bomberos y guardacostas.
Las Agencia Meteorológica de Japón pidió cautela ante el riesgo de más desprendimientos y prevé que las lluvias continúen este lunes en algunas zonas, lo que podría dificultar la búsqueda de supervivientes.
El Gobierno central mantiene un gabinete de crisis desde el día del incidente en el que se está valorando si la crisis "podría ser más grave" de lo inicialmente previsto y en el que seguirán analizando la evolución de la situación.