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viernes, 1 de julio de 2022

El Municipio firmó un convenio para el uso de la Estación del Ferrocarril Urquiza

 




El acuerdo permitirá continuar la obra de la Casa de la Juventud. Se trata de la firma de un convenio urbanístico entre el Municipio y la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF) para la entrega en custodia del inmueble de la ex Estación del Ferrocarril Urquiza, patrimonio histórico de gran valor para la ciudad.

 Con él, el gobierno local podrá destinarlo para la realización de actividades educativas, culturales y recreativas dirigidas a los jóvenes de Zárate, mediante la puesta en valor y construcción de lo que será la futura Casa de la Juventud. 

 Al momento de la rúbrica, estuvieron presentes el intendente Osvaldo Cáffaro, el presidente de Trenes Argentinos Operaciones y de Trenes Argentinos Infraestructura, Martín Marinucci, la subsecretaria de Planificación y Coordinación de Transporte de la Nación Micaela Moran, autoridades del Ministerio de Transporte, funcionarios municipales, y legisladores, entre otros.

 “La idea es poder continuar con esta obra que es complementaria al Parque Urbano III donde se hizo toda la parte de parquizado, el Forum Cultural, y hemos recuperado también el puente. Esta no es una obra más de arquitectura, tiene que ver también con nuestra historia, con nuestro pasado. 

En este lugar va a funcionar la Casa de la Juventud, que va a tener una biblioteca, sala de ensayos, auditorio, sala digital, una infraestructura acorde a estos tiempos. Creo que en poco tiempo vamos a poder inaugurar esta obra y poner en valor este patrimonio arquitectónico de la ciudad” explicó el intendente. 

 En junio del año pasado, el Municipio encaró el proyecto de recuperación enmarcado en el Plan de Mejoramiento Integral de las Infraestructuras “Mi Ciudad”, donde se comenzó con una primera etapa de mejoras edilicias donde se realizaron trabajos preparatorios de movimiento de suelo, estructuras, albañilería, cubiertas, carpinterías en puertas y ventanas, instalaciones eléctricas y sanitarias y desagües pluviales, con un 58 % de avance de obra.

 “Tiene que ver con un espacio que está en el medio del ejido urbano, que desde el año ´76 no tiene operación ferroviaria, pero hay que ganarlo para la comunidad y esa es la responsabilidad que tenemos. Una obra que venían desarrollando pero que para proteger los recursos y responsabilidades municipales necesitábamos esta instancia de autorización del uso de la estación para que puedan avanzar” expresó el presidente de Trenes Argentinos.

viernes, 23 de febrero de 2018

El Municipio continúa realizando trabajos en el predio del ferrocarril



Son con el objetivo de garantizar la seguridad y la higiene del extenso predio cuyo cuidado fue cedido por el Estado nacional.

 Junto al AABE, funcionarios recorrieron las instalaciones y analizaron la situación de las familias que usurpan un sector del predio. Funcionarios de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y del Municipio inspeccionaron el predio de los galpones del ferrocarril, que son propiedad de la Nación y que fue cedida su custodia al Municipio.

 El Municipio realizó un censo para determinar la situación de las personas que ocupan una parte del predio, y se instrumentaron medidas tendientes a garantizar su condición de salubridad. "Desde el Municipio seguiremos trabajando para garantizar las condiciones de seguridad del predio y también atendiendo a la situación de estas familias", destacaron los secretarios del Ejecutivo que estuvieron recorriendo el lugar junto a los representantes del Estado nacional. Desde la AABE avanzarán con la desocupación del predio y continuarán trabajando con el Municipio para evaluar el estado de las distintas construcciones y los posibles peligros que pueden representar. El Municipio recibió la custodia del tramo que va desde el paso a nivel de calle Colón hasta el paso a nivel de calle Berutti.

miércoles, 7 de febrero de 2018

El Municipio recibió la custodia de los galpones del ferrocarril


El primer objetivo será garantizar la seguridad e higiene del predio. "Es un paso más en este camino para tener la Costanera que todos queremos. Seguimos trabajando junto al Estado nacional para lograrlo", destacó el Intendente.

 El Estado Nacional firmó un convenio con el Municipio en el que le cede la custodia del predio de los galpones del ferrocarril, que son propiedad de la Nación. El convenio fue firmado por el intendente Sebastián Abella con representantes de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y a través del mismo ahora el Municipio será el responsable de custodiar los galpones y demás instalaciones, ubicadas desde la barrera de calle Beruti hasta la barrera de calle Colón. "Lo primero será garantizar la seguridad y limpieza de estos predios. Al quedar la custodia a cargo del Municipio tenemos que evitar cualquier tipo de accidente que se pueda llegar a producir, y así mismo garantizar la salubridad", destacó el intendente Abella. "Este es un paso más que damos en este camino para tener la Costanera que todos queremos.

Seguimos trabajando junto al Estado nacional para lograrlo", enfatizó el jefe comunal, quien también destacó que se sigue trabajando en el proyecto de recuperación de lo que será la Plaza de Las Carretas, en Beruti y Alem: "Estamos a días de reubicar a la empresa de colectivos que está ubicada allí y ese va a ser otro espacio para el disfrute de los vecinos de la ciudad".

sábado, 19 de noviembre de 2016

La Nación le cederá a Campana los predios del ferrocarril para hacer la nueva costanera







En los terrenos se generará un proyecto a definir entre el Estado nacional, provincial y el Municipio, que contempla 65% de espacios verdes y 35% de construcción.


El jefe de Gabinete, Marcos Peña, recorrió hoy las instalaciones de los edificios del ferrocarril y la estación de trenes local, que la Nación autorizó a ceder a Campana para la creación de espacios verdes y la realización de diversos emprendimientos que mejoren la calidad de vida de los vecinos y generen mayor cantidad de empleos.

“Es un hecho histórico y trascendental que estemos avanzando en el proceso que tiene la propia ciudad de
mostrar que esto puede ser una oportunidad enorme de desarrollo”, remarcó Peña al realizar el anuncio.

La cesión de casi siete hectáreas, donde actualmente se encuentran instalaciones ferroviarias en desuso, se hará a través de un decreto presidencial que autoriza a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) a disponer de esas tierras y consensuar con el Municipio la puesta en valor y la mejor forma de aprovechar el espacio. El decreto firmado por el presidente Mauricio Macri ya fue publicado en el boletín oficial.

Peña puntualizó que “cada uno de esos terrenos que se fueron desaprovechando durante muchos años por desidia o desinterés son partes vivas de muchas ciudades que necesitan que el Estado nacional se acerque y les diga que integremos”.

El jefe de Gabinete hizo la presentación junto al titular de la AABE, Ramón Lanús, y el intendente Sebastián Abella.

“Este es un paso clave para darle a los vecinos de Campana la Costanera que merecen y que es una de las promesas centrales de nuestra plataforma de gobierno”, aseguró Abella.

El aprovechamiento de estos predios permitirá garantizar el acceso al río para toda comunidad de Campana, que en la actualidad no cuenta con una ribera pública en condiciones.

Lanús explicó que al menos el 65 por ciento del predio va a ser convertido en espacio público y señaló que este “es un buen ejemplo para demostrar que, trabajando en equipo los tres niveles, Nacional, Provincial y Municipal y distintos órganos del Estado, podemos ponernos de acuerdo para darle valor a unas tierras mal utilizadas”.

“Esto tiene que ver con un plan que estamos llevando en todo el país para recuperar y poner en valor muchos inmuebles que tiene el Estado nacional con el objetivo de que lo puedan disfrutar los vecinos de cada lugar”, añadió.

A su vez, Abella subrayó que “el Gobierno nacional nos está dando la oportunidad de ponerlo en valor para hacer que todos los vecinos disfruten de esta costanera” y dijo que a partir de ahora se abrirá una mesa de diálogo para definir las mejores alternativas de funcionalización de las tierras recibidas.
“Tenemos el desafío de que todos los vecinos de Campana puedan disfrutar de la Costanera y que no seamos una ciudad de espalda al río, sino de cara al Paraná”, concluyó el jefe comunal quien aseguró que se trabajará con el Concejo Deliberante para definir el proyecto final.

viernes, 8 de enero de 2016

Se conmemora el 140° aniversario de la llegada del ferrocarril a Campana




El Municipio invita a una jornada cultural que incluye una muestra fotográfica, una conferencia y números artísticos en vivo.

La Secretaría de Cultura, Educación y Turismo realizará el próximo miércoles 13 de enero una jornada cultural en el Salón Blanco del Honorable Concejo Deliberante para conmemorar el 140 aniversario de la llegada del ferrocarril a Campana.
El evento rememorará uno de los hechos históricos más trascendentes del pasado local y regional. A partir de las 19:30, la comunidad podrá participar gratuitamente.

Habrá una muestra fotográfica que invita a un recorrido por las imágenes históricas de la vida del tren y sus empleados, sus familias y el quehacer social en la antigua Campana.

En tanto que la disertación, a cargo de Oscar Trujillo, abordará de manera amena la historia del ferrocarril en la ciudad.

Finalmente, se contará también con la presencia de músicos y artistas plásticos en vivo. Será una fusión de diversas disciplinas las que engalanen un evento cultural significativo para la ciudad que alguna vez fue conocida como “la Manchester argentina”. 


lunes, 28 de diciembre de 2015

De Claudio Paolillo _ Excelente !

 Horacio  Tobler Spinetti: Los abuelos o bisabuelos inmigrantes que durante buena parte del siglo XX terminaron recalando en Uruguay para huir del hambre en Europa, contribuyeron decisivamente en la construcción del país y en la formación de su idiosincrasia. Aquellos hombres y mujeres, pobres de solemnidad, introdujeron al Uruguay valores básicos de convivencia, que durante mucho tiempo hicieron de la sociedad uruguaya una muy diferente a otras de la región: la tolerancia por lo diferente, el respeto entre las personas, la solidaridad, la competencia sana, la racionalidad, la libertad, la igualdad en el punto de partida, la prolijidad, la puntualidad, el placer por el trabajo bien hecho, la cortesía, el cumplimiento de la palabra empeñada, el honor, la cultura del trabajo como un deber moral para superarse en la vida, el trabajo como promotor del esfuerzo, del sacrificio, de la superación y de la perseverancia; el trabajo como un valor que enaltece al ser humano y lo dignifica como persona.

Muchos de esos valores se han ido perdiendo progresivamente. Y han sido sustituidos por otros, casi todos nefastos. Uno de los peores es la desidia. La desidia es la negligencia, la ausencia de cuidado y la falta de aplicación para hacer las cosas. La desidia es lo contrario de lo que los viejos obreros de la construcción hacían en la primera mitad del siglo XX, cuando se preocupaban de que en “su obra” las terminaciones quedaran perfectas. Eran los tiempos en que la mayoría de las personas sentían orgullo por el trabajo bien hecho, aunque eso no supusiera una remuneración económica adicional. Ya no es así.

Apenas un ejemplo de que eso ya no es así pudo leerse en la última edición de Búsqueda (Nº 1.846), en la nota de Silvana Tanzi sobre el calamitoso estado en que se encuentra la vieja Estación Central de ferrocarriles, declarada —y solo declarada— “monumento histórico nacional”.

Cuenta Tanzi en ese artículo tan aleccionador como angustiante, que el otrora majestuoso edificio construido en 1897 por el italiano Luigi Andreoni “ha venido batallando contra el tiempo en una especie de ‘abandono vigilado’ por el Banco Hipotecario del Uruguay (BHU). Muestras de su deterioro se ven en su galería sobre la calle La Paz: un fuerte olor a orina, paredes cubiertas de grafitis y ennegrecidas por la quema de basura, destrozo de aberturas y de la ornamentación, entre ellas las estatuas de los inventores Alessandro Volta (inventor de la pila eléctrica en 1800) y Denis Papin (inventor de la máquina a vapor en 1707), que perdieron sus pies y algunos de sus dedos”.

En una sociedad tan alicaída en materia de valores, de educación y de cultura general, ¿a quién le va a importar que ladronzuelos ignorantes desguacen los monumentos de dos de los más grandes hombres que ha dado la ciencia a lo largo de su historia?

La historia que cuenta Tanzi es una historia de pertinaz desidia. Desidia de los gobiernos que desde hace por lo menos 12 años han dejado que se vaya cayendo a pedazos una parte central del patrimonio cultural de la sociedad. Un “abandono vigilado” por el Estado, para peor. Uruguay debe ser uno de los pocos lugares del mundo donde los administradores públicos saben perfectamente que un “monumento histórico” tiene que ser protegido pero, como tienen mala conciencia, deciden ¡vigilar el abandono!

La periodista narra cómo no solamente ya no llegan más ferrocarriles a la Estación Central, sino también los fracasos de proyectos para su reutilización y los interminables juicios entre privados y el Estado por la posesión de un inmueble que, a pesar de los tironeos en los tribunales, nadie parece querer realmente.

Cuando el Uruguay era un país del cual sus habitantes se sentían orgullosos, el Consejo Nacional de Administración y el Ministerio de Instrucción Pública decidieron publicar en 1925 “El libro del centenario del Uruguay”, una maravillosa obra donde se pasa revista a todo lo que el país había logrado desde la Cruzada Libertadora de los Treinta y Tres Orientales.

En la página 464 (el volumen tiene 1.095), en el detallado capítulo dedicado a los ferrocarriles uruguayos, hay un apartado para la Estación Central. “La Central del Uruguay —dice— ha contribuido al embellecimiento y al engrandecimiento edilicio de Montevideo, con las vastas construcciones de su Estación Central, que ocupan en conjunto varias hectáreas, desde el nacimiento de la Rambla Sud América —calle Río Negro desde Miguelete— hacia Mántaras. Forma cabeza del conjunto la magnífica Estación Central, construida en sustitución de la primitiva que se incendió el 14 de diciembre de 1891. Planeó el edificio y dirigió su total construcción el ingeniero don Luis Andreoni. Fue inaugurada el 21 de julio de 1897. Consta de dos pisos en los que están concentradas todas las oficinas de Administración, Tráfico, Ingeniería, Telégrafo, Contaduría, Directorio Local y su amplio andén consta de cuatro plataformas con siete vías de entrada y salida de trenes. Considerada monumental y hasta excesiva en la fecha de su inauguración, hoy —28 años después— va resultando insuficiente para el movimiento general del país, que ella concentra y esparce”.

La Estación Central podría recibir trenes si estos volvieran a funcionar. Pero si no es así, podría ser un centro cultural, un lugar de convenciones, un museo histórico o lo que sea de provecho para la sociedad, como ocurre en los países avanzados. Cualquier cosa menos este adefesio maloliente que es hoy, a vista y paciencia de todos nosotros: ciudadanos y gobernantes.

Una sociedad que descuida sus emblemas históricos, que destruye su memoria colectiva, que se desentiende de los esfuerzos de sus ancestros y que ignora voluntariamente su pasado más glorioso, es una sociedad carcomida por la desidia. Y así como ve morir la Estación Central sin que se le mueva un pelo, aturdida por tweets imbéciles, mensajes estúpidos en Whatsapp, selfies idiotas y banalidades en Facebook, así asiste anómica a la destrucción de su sistema educativo, al aumento de la intolerancia en todos los niveles, a la mugre, a la desprolijidad, a la ley de la selva y, al final, a la pérdida de la libertad.

Porque, aunque se crean libres, en una sociedad así, inculta, incolora, insípida e inodora, los individuos son esclavos de su ignorancia, meros habitantes pero no ciudadanos, y ovejas de un triste rebaño que, sin siquiera saberlo, va indefectiblemente al matadero.

Si la negligencia generalizada provoca un día el desmoronamiento de la Estación Central, apenas se habrá caído un edificio. Pero la cultura, ese termómetro intangible que mide el estado de cada sociedad, habrá recibido otra puñalada. Una más de una lista ya demasiado extensa.
 Por Claudio Paolillo

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