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domingo, 18 de agosto de 2024
Sera asi....
viernes, 20 de agosto de 2021
Miles de argentinos exigen más ayudas sociales y más empleos para encarar la crisis económica
Miles de manifestantes desbordaron las calles de Buenos Aires este miércoles para reclamar más programas sociales y más empleos. La protesta no solo se llevó a cabo en la capital sino también en otras ciudades de Argentina.
Los asistentes reclaman al Gobierno de Alberto Fernández empleos dignos y subir las ayudas sociales, que son tan necesarias en estos momentos de pandemia.
"El gobierno tiene que entender que hay una emergencia. Tiene que dejar de ajustar las cuentas fiscales, porque está golpeando a los que menos tienen", señaló Eduardo Belliboni, líder del movimiento social Polo Obrero.
“Lo que más vinimos a reclamar es puestos de trabajo para los compañeros”, dijo por su parte el dirigente nacional del movimiento Jóvenes Trabajadores Revolucionarios Independientes (JTRI), Daniel Jaime.
Argentina teme vivir nuevamente el 2001
Las manifestaciones sociales se han incrementado este año en Argentina ante la crisis económica que atraviesa, profundizada por la pandemia de la covid-19 y ante las elecciones primarias de este 12 de septiembre que se realizarán para elegir a los candidatos a las legislativas de noviembre próximo.
Argentina registró una inflación interanual del 51,8 % en julio pasado, caída del empleo y una pobreza que ya había trepado al 42 % en el segundo semestre de 2020, luego de que la economía sufrió el año pasado la segunda caída más profunda desde 2001, acumulando tres años en recesión.
sábado, 31 de julio de 2021
Estancamiento e inflación: dos impresionantes récords de la Argentina en los últimos 70 años
El país vive hace un decenio en estanflación, una dañina combinación de ambos fenómenos. Quiénes lo acompañan, aunque con cierta distancia, y quiénes pasaron a ser los nuevos ricos, según datos actualizados de un informe del Banco Mundial
Aunque lleva diez años de estanflación, la Argentina es desde hace siete décadas un faro mundial de inestabilidad macroeconómica. Un ranking de 104 países, ordenado según el porcentaje de tiempo del período 1950-2020 que pasaron en recesión muestra a la Argentina al tope, con 34% del tiempp. El podio lo completan el Congo y Siria, cuyos PBI pasaron 33% de ese período de 71 años achicándose. Luego se alinean Irak y Venezuela, con 31 y 29% respectivamente, seguidos por Angola, Sudán, Zambia y Zimbabwe (todos igualados en 26%).
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Aunque lleva diez años de estanflación, la Argentina es desde hace siete décadas un faro mundial de inestabilidad macroeconómica. Un ranking de 104 países, ordenado según el porcentaje de tiempo del período 1950-2020 que pasaron en recesión muestra a la Argentina al tope, con 34% del tiempp. El podio lo completan el Congo y Siria, cuyos PBI pasaron 33% de ese período de 71 años achicándose. Luego se alinean Irak y Venezuela, con 31 y 29% respectivamente, seguidos por Angola, Sudán, Zambia y Zimbabwe (todos igualados en 26%).
Cerrando el Top 10 aparece Bulgaria (24%), cuna de la actual directora del FMI, Kristalina Georgieva, que tal vez por eso se muestre tan comprensiva con el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán.
El país sudamericano más cercano al abismal desempeño argentino es Uruguay, en la vigésima posición: pasó 20% del período considerado (esto es, 1 de cada 5 años) en recesión, en buena medida “contagio” de su vecino rioplatense.
En la posición 30/31 del ranking aparecen Bolivia y Perú (16% del tiempo en recesión), y más atrás Chile (14%), Brasil (13%), México (11%), Ecuador (7%) y Colombia (3 por ciento).
En el ranking original, publicado en un estudio sobre la Argentina hecho en 2018 por un equipo de “Diagnóstico Sistemático País” del Banco Mundial, la Argentina aparecía en segundo lugar, detrás del Congo.
Ese ranking incluía datos hasta 2016 y fue actualizado hasta 2020 por el economista argentino Julián Folgar, miembro del staff del Banco, quien también, a pedido de Infobae, actualizó otro de los gráficos de aquel estudio, que compara la inflación anual promedio de la Argentina con la de tres grupos “testigo”: un conjunto de países de América Latina, otro de “nuevos países de ingresos altos” y por último los 38 miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OECD, según sus siglas en inglés).
En los últimos60 años la Argentina sobresale con una inflación promedio aritmético anual del 64,1%, contra 41,3% de la región, 20,2% de los “nuevos ricos” y 4,9% de los socios de la OCDE
En este caso, el período considerado es un poco más limitado (1960-2020), pero la Argentina vuelve a descollar, con una inflación promedio aritmético anual del 64,1%, contra 41,3% de la región, 20,2% de los “nuevos ricos” y 4,9% de los socios de la OCDE.
El promedio regional incluye a la propia Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay, aunque excluye (también para el cálculo del caso local) los episodios de hiperinflación por los que pasaron la Argentina, Brasil y Perú.
Los “nuevos ricos” son aquellos países que -como España y Corea del Sur, Malasia, entre otros- pasaron de la categoría de “ingresos medio altos” a “ingresos altos” en menos de 20 años. Y los de la OCDE, los miembros de la organización creada al fin de la Segunda Guerra Mundial para administrar las ayudas económicas de posguerra (en especial, el Plan Marshall) y que en las últimas décadas se amplió hacia el este europeo y hacia países como México, Chile, Colombia, Costa Rica y Turquía.
Frecuentes, prolongadas y profundas
El trabajo del Banco Mundial nota que las recesiones argentinas no solo son frecuentes, sino también profundas, con un promedio de caída del PBI anual superior al 3,5% anual, una duración promedio cercana a los 20 meses. De resultas, la tasa de crecimiento argentino para todo el período fue muy inferior al promedio regional y al de los países ricos, con los que a principios del siglo XX tenía un PBI similar al de las naciones más desarrolladas, pero no llega ahora al 38 por ciento.
“Nuevos ricos” son aquellos países que -como España y Corea del Sur, entre otros- pasaron de la categoría de “ingresos medio altos” a “ingresos altos” en menos de 20 años
Ese grupo de países, aclara el informe, incluye a Australia, Canadá, Dinamarca, Alemania, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza, Reino Unido y EEUU, con varios de los cuales la Argentina compartió durante décadas la condición de país de “ingreso medio-alto”. Por eso, dice el estudio del Banco Mundial,
Argentina es el único que no subió a esa condición, sino que cayó a ella y quedó entrampado en la llamada “trampa del ingreso medio”.
Se dice que en esa “trampa” están aquellos países que pasaron de ser de ingresos bajos o medio bajos a “medio altos”, pero se estancan allí. Argentina, dice Eduardo Levy Yeyati en su libro “Dinosaurios y Marmotas”, es el “decano” de la categoría, que habitó durante décadas, mientras otros –no muchos, en verdad- ascendían.
Según el economista, una limitación de “la nueva clase media latinoamericana es que era y es una clase media por ingresos, pero no por acceso”, lo que confiere precariedad al ascenso de países como Chile. Los votantes, explica, tienden a preferir los ingresos al acceso y a premiar las transferencias (subsidios) antes que mejores servicios de educación, transporte o salud. En el caso argentino, dice Levy Yeyati, hay una desconexión entre riqueza real y percibida, un desbalance entre Estado de Bienestar generoso, clase media fuerte y sindicalizada e inversión modesta en bienes públicos. Desbalance que se acentuó en los últimos 20 años en que aumentó fuertemente el gasto público, pero también la frustración social y se consolidaron peso débil (alta inflación) y sesgo antiexportador.
Una fórmula para no salir de la trampa.
“La nueva clase media latinoamericana es que era y es una clase media por ingresos, pero no por acceso”, lo que confiere precariedad al ascenso de países como Chile” (Yeyati)
El estudio original del Banco Mundial advertía hace 3 años que “40% de la población argentina es vulnerable a caer en la pobreza” (a fines de 2020 la tasa de pobreza superó en 5 puntos ese guarismo) y alertaba que los espasmos de crecimiento se lograron “a expensas de la sostenibilidad ambiental, con una pérdida del 12% de los bosques nativos entre 2001 y 2014, el doble que la media mundial y casi sin crear empleos en el sector privado formal.
La principal explicación de ese pobre desempeño, afirmaba el documento, “es la inusualmente alta volatilidad macroeconómica”.
La Argentina empezó a diverger
Hace unos días el exministro Domingo Cavallo advirtió que la estanflación “es un problema más complicado de resolver que la hiperinflación”, pues la híper, por su gravedad y dramatismo, genera cierto consenso sobre la necesidad de replantear la organización económica. En cambio, en estanflación, “la gente no está convencida de que se necesitan grandes cambios, más bien se piensan en parches; se arregla uno y se desarregla otro; es lo que pasó en los últimos diez años”.
Y advirtió Cavallo sobre los desequilibrios de la actual política económica, en particular la alta brecha cambiaria, y advirtió el riesgo de que una devaluación, antes o después de las elecciones, pueda derivar en un “rodrigazo”.
Quien no acepta esa descripción es la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner (CFK) quien en un reciente discurso dijo que “es un mito que la Argentina no crece hace 10 años”. En rigor, luego de la fortísima recesión de 2009, que cortó el sexenio de crecimiento 2003-2008, desde 2011 se alternaron algunos años de crecimiento débil, como 2012 y 2013, en el pico histórico del precio mundial de los commodities, y profundas recesiones en 2014 (aunque las entonces drogadas estadísticas oficiales marcaban un inverosímil aumento del 0,5% del PBI, mientras exportaciones e importaciones se desplomaban el 30%), 2016 y 2018 a 2020.
Para peor, la inflación fue subiendo de escalón en cada nuevo período presidencial. Como recientemente precisó un informe de Marcos O’Connor, economista de la Fundación Mediterránea, en los primeros 18 meses de la segunda presidencia de CFK la inflación fue del 38% y en iguales períodos de las gestiones de Mauricio Macri y Alberto Fernández aumentó a 52% y 71%, lo que implica que el ritmo anual fue de 24 a 32 y 43% respectivamente.
Martín Guzmán Rolando Graña GPS Estanflación 2011
Días antes de asumir su gestión como ministro de Economía, Martín Guzmán coincidió con el diagnóstico de estanflación y acusó a las previas gestiones kirchneristas “de inventar teorías de que imprimiendo dinero se va a generar crecimiento”.
La estanflación, dijo entonces el hoy ministro “no es solamente un problema de esta administración (por la entonces en sus últimos días, de Macri): la Argentina está estancada desde 2011. También ha habido mala praxis en el período anterior”.
No hay evidencia de que la gestión Guzmán, ciertamente afectada por la pandemia, haya superado esa “mala praxis” que el ministro señaló hace menos de 20 meses y de la que tiene el desafío de salir bajo la atenta mirada de quienes insisten en defenderla.
lunes, 17 de mayo de 2021
Inflación sin freno: los Precios Cuidados subieron más que los “descuidados”
Un informe privado muestra que los bienes que están representados en la canasta suben a una tasa anualizada del 54%, frente al ritmo del 46% al que marcha la inflaciónEl cambio constante de las marcas y presentaciones que se ofrecen dentro del acuerdo de precios permite a las marcas eludir los controles Las categorías de productos que se incluyen en los acuerdos de “Precios Cuidados” que alcanza el Gobierno con supermercados y otros puntos de venta suben más que la inflación, según un análisis de un centro de estudios privado.
La permanente renovación de marcas y presentaciones que hacen las empresas de los productos que incluyen en la canasta hace que los aumentos pasen desapercibidos, ya que los bienes que se renuevan cada vez son diferentes y así los productores se evitan que sus precios queden retrasados e, incluso, logran que avancen por encima del ritmo de suba del nivel general de precios.
Esas son las conclusiones que surgen de un análisis del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) sobre precios que releva el Indec, tanto en su índice de precios al consumidor (nivel general) como en los capítulos de alimentos, en comparación con los bienes que componen las canastas de precios cuidados.
Así, el análisis encuentra que en abril pasado el avance del general de precios anualizado -es decir, proyectando la suba del 4,1% del mes a un período de 12 meses- equivale a un 46,3% de inflación anual.
Si, en cambio, se mira solo la canasta de alimentos, la tasa anualizada asciende al 46,4% anualizado. Pero si el recorte es aún mayor y se focaliza sobre las categorías de bienes que están incluidas en los acuerdos de precios cuidados, esa tasa de abril anualizada asciende al 54,3 por ciento.
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“Estos datos muestran que los productos del principal programa de acuerdos de precios impulsados por el gobierno, tuvieron aumentos superiores a la inflación general y también a la inflación de alimentos.
Es decir, que las diferencias no se explican porque en los “Precios Cuidados” hay proporcionalmente mayor cantidad de alimentos. Esto muestra que los acuerdos de precios, por sí solos, no bajan la inflación”, analizó el reporte.
“La Argentina tiene una larga historia de acuerdos y controles de precios que en la mayoría de los casos fracasaron.
Cuando funcionaron fue porque estuvieron acompañados de una batería de medidas consistentes de combate a la inflación y por corto tiempo. Posiblemente el caso más recordado de éxito sea el Plan Austral de 1985 que, incluyendo acuerdos y controles de precios, logró bajar la inflación mensual del 20% al 5% en 1986. Pero aún en este caso el efecto fue transitorio”, agregó el informe.
“Si en la coalición de gobierno siguen prevaleciendo los despreocupados por el déficit fiscal y la emisión monetaria, no hay chances de morigerar la inflación. Los acuerdos de precios no sólo que no servirán, sino que van a potenciar la inflación.
La razón es que las empresas ante la intensificación de controles tienden a aumentar preventivamente los precios. Esto es lo que viene ocurriendo en los últimos meses. Programas como el “Precios Cuidados” tienen sentido si son acompañados con un plan anti-inflacionario consistente que dé señales claras y creíbles de mayor austeridad fiscal”, concluyó.
En general, los productos que forman parte del acuerdo Precios Cuidados se actualizan modificando los productos y presentaciones que se incluyen
Además de los aumentos preventivos de precios, los analistas de IDESA explican que Precios Cuidados no logra contener a las categorías de productos que incluye. Ni tampoco a los productos específicos que conforman la canasta.
El informe “mide la variación de los bienes del índice de precios al consumidor que están alcanzados por Precios Cuidados.
La inflación es mayor porque dentro del programa hay 1 marca, luego el resto de las marcas en el mismo producto tienen precio libre”, dijo Jorge Colina, presidente de IDESA.
En general, los productos que forman parte del acuerdo Precios Cuidados se actualizan modificando los productos y presentaciones que se incluyen, explicó el titular del Instituto.
“Por ejemplo, la Nobleza Gaucha está en precios cuidados hoy a $185 pero la Taragüí (que suele tener igual precio) está a $225. Esa marca entró a la canasta la semana pasada en una cadena de supermercados y a medida que se acaba esa partida, esa marca y presentación específica sale de precios cuidados”, concluyó Colina.
sábado, 8 de mayo de 2021
Guzmán obtuvo el apoyo del Presidente, pero los economistas preferidos por el “círculo rojo” creen que no podrá bajar la inflación ni conformar al kirchnerismo duro
Afirman que la única chance de recuperar poder es si Alberto Fernández se convence de la necesidad de un cambio en su gira por Europa. Sostienen que el país necesita al menos una revisión de sus finanzas públicas por parte del FMI Por Martín Kanenguiser “Fratelli tutti”, indican desde el Gobierno quienes conocen a Guzmán en referencia a la encíclica papal (Todos Hermanos) para describir que, luego de la tormenta, ahora tanto el ministro como el subsecretario de energía eléctrica, Federico Basualdo, se quedarán en sus despachos, con un obvio saldo negativo El ministro de Economía, Martín Guzmán, posiblemente se quede en su cargo, pero sin poder resolver los dilemas que lo llevaron a transitar su momento más crítico en el Gobierno, pese al extraordinario viento a favor que tiene la Argentina. “Fratelli tutti”, indican desde el Gobierno quienes conocen a Guzmán en referencia a la tradición cristiana que fue incluida en una encíclica papal (Todos Hermanos) para describir que, luego de la tormenta, ahora tanto el ministro como el subsecretario de energía eléctrica, Federico Basualdo, se quedarían en sus despachos; si así fuera, arrojaría un obvio saldo negativo para el ministro. Anoche, Guzmán tuvo un su momento para expresar su postura y lo aprovechó, al lado del presidente Alberto Fernández, quien elogió su tarea en la renegociación de la deuda.
En esa mesa, en la que se anunció la ampliación de la ayuda social, el ministro ratificó su postura sobre la cuestión energética: “Nosotros también debemos ser autocríticos. Hoy tenemos un sistema de subsidios energéticos que es pro-rico. En un país con 57% de pobreza infantil, estamos gastando en subsidiar el consumo de luz y gas en una parte de la población que hoy no es prioritario que reciba esos subsidios, barrios en donde vive gente de altos ingresos”.
“Esos recursos tienen que ser utilizados para aquello que más necesita la sociedad argentina hoy.
Nuestro compromiso es poder agilizar la gestión y poder, desde el punto de vista de las inversiones del Estado, dedicar los recursos a aquellos que más lo precisan”, concluyó, avalado con la presencia del presidente a su lado.
Alberto Fernández escuchará los mismos reclamos que tuvo que oír hace dos semanas en torno del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: el déficit fiscal, la parálisis de la obra pública y las trabas a las importaciones y al giro de dividendos
En este sentido, Guzmán tendrá en el viaje a Europa la chance de que el presidente escuche de primera mano los mismos reclamos que él tuvo que oír hace dos semanas en torno del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el déficit fiscal, la parálisis de la obra pública y las trabas a las importaciones y al giro de dividendos, entre otras cuestiones.
“Es insólita esta situación: un gobierno en crisis con la soja a casi USD 600 y el regalo de USD 4.300 millones del FMI que llegará este año”, se lamentaba uno de los economistas consultados por Infobae, alineado con la mayoría que cree que Guzmán, “se quedará, pero malherido”.
El inicio del artículo IV le podría permitir al país, por ejemplo, evitar que el Club de París declarara un default de la deuda argentina, pero en el FMI no creen que no sea factible realizar este examen en los próximos meses (Europa Press)
El inicio del artículo IV le podría permitir al país, por ejemplo, evitar que el Club de París declarara un default de la deuda argentina, pero en el FMI no creen que no sea factible realizar este examen en los próximos meses (Europa Press)
¿Qué significa este estatus? “Que ahora deberá mostrar que lo que dice lo cumple de inmediato”, tras haber quedado desautorizado en su pelea con el ala más dura del kirchnerismo en torno de las tarifas y de la contención del gasto público, más allá de lo ocurrido ayer.
Para los pocos analistas del mercado financiero que todavía siguen las noticias de la Argentina y para el FMI, cumplir quiere decir que, al menos, este año haya una revisión de la economía argentina en el marco del artículo IV, que el Gobierno había planteado en paralelo a la negociación de un nuevo acuerdo para negociar la postergación del pago de la deuda de USD 45.000 millones.
El inicio del artículo IV le podría permitir al país, por ejemplo, evitar que el Club de París declarara un default de la deuda argentina, pero en el FMI no creen que no sea factible realizar este examen en los próximos meses.
¿Hay chances de que se posterguen para el año próximo los vencimientos de capital con el FMI por unos USD 4000 millones, tal como trascendió en las últimas horas? La iniciativa se discutió en el congreso de Estados Unidos en 2020, no avanzó demasiado y parece apuntar más a los países muy pobres antes que a los emergentes, pero el presidente de la cámara de Diputados, Sergio Massa, hizo algunas gestiones para ver si es posible que la Argentina, con un 42% de pobreza, quede incluida en ese pelotón.
Las gestiones del presidente de la cámara de Diputados, Sergio Massa, con el importante congresista norteamericano Gregory Meeks
Las gestiones del presidente de la cámara de Diputados, Sergio Massa, con el importante congresista norteamericano Gregory Meeks
Para el ejecutivo de un fondo de inversión de Wall Street, la potencial llegada de estos recursos adicionales o de la postergación de los pagos del FMI por un año, “solo prolongarán la agonía inevitable del ajuste que el Gobierno deberá hacer, antes o después; podrá ganar tiempo, pero debería utilizarlo para solucionar algunos de los problemas y no para seguir aumentando el gasto”. “A Guzmán le aplica el principio de ‘mejor malo conocido...’ entre los inversores: aunque pocos lo estimen, es mejor que cualquiera que pueda reemplazarlo”, explicó, eufórico por el anuncio de la reapertura de la vida normal en Manhattan.
De todos modos, tanto la cuestión de los Derechos Especiales de Giro (DEG) como la de los vencimientos del FMI de septiembre y diciembre parecen lejanas cuando el plan económico cada vez se torna más borroso, como apuntó Fausto Spotorno, director del estudio Ferreres & Asociados.
“A Guzmán le aplica el principio de ‘mejor malo conocido...’ entre los inversores: aunque pocos lo estimen, es mejor que cualquiera que pueda reemplazarlo” (off en Wall Street)
“El ministro Guzmán y el Banco Central tienen un plan para estabilizar la economía con menos emisión y más control de las cuentas fiscales, pero esta estrategia choca con la intención de ganar las elecciones de este año, porque cualquier plan requiere de cierto ajuste”, resaltó Spotorno.
El problema para el ministro es que tiene múltiples frentes y pocos resultados para mostrar, agregó. El más nítido es el de la inflación, que, según los primeros cálculos preliminares que se manejan en el Palacio de Hacienda, volvió a terminar en torno del 4 por ciento en abril, por lo que acumularía un 17% desde enero y un 44% en el último año.
"El problema para el ministro es que tiene múltiples frentes y pocos resultados para mostrar", dijo a Infobae Fausto Spotorno
"El problema para el ministro es que tiene múltiples frentes y pocos resultados para mostrar", dijo a Infobae Fausto Spotorno
Spotorno aclaró que este alto índice mensual de inflación es el resultado de la fuerte emisión monetaria del segundo trimestre del año pasado y que, si el Gobierno vuelve a acelerarla como producto de la segunda ola de la pandemia, entonces difícilmente pueda esperar que los precios se aquieten, por más que se apliquen controles por todos lados, hasta a las exportaciones. “Y a esto hay que sumarle la bola de Leliq, que, si se disparan los nervios de los inversores minoristas, se traducirá en una suba del dólar”, aclaró Spotorno.
A la aceleración de la inflación “hay que sumarle la bola de Leliq, que, si se disparan los nervios de los inversores minoristas, se traducirá en una suba del dólar” (Spotorno)
Ni Spotorno ni otros colegas muy escuchados en el sector privado aquí y en el exterior creen que el plan de Guzmán sea demasiado consistente, “pero al menos entiende lo que hay que hacer”, aclaró un economista de experiencia que ya pasó por la función pública y conoce los sinsabores de las pujas palaciegas.
En este sentido, este economista consideró que la estrategia del Gobierno de “poner más plata en la calle”, tendrá escaso efecto político y sobre el consumo. “La única salida es la reactivación, porque a la gente que necesita seguir trabajando ya no le alcanza que le den $10.000 por mes.
Y aquel que no pueda trabajar y ganar dinero será un voto menos para el gobierno”, afirmó.
Augusto Costa, ministro de Producción de Buenos Aires, sonó como posible reemplazo de Guzmán
Augusto Costa, ministro de Producción de Buenos Aires, sonó como posible reemplazo de Guzmán
Por esto creen que, pese a la debilidad del ministro, “es peor lo que puede venir, ya sea Augusto Costa o Mercedes Marcó del Pont”, alertó otro consultor. A la vez, admite el dilema del presidente: “Dejarlo a Guzmán es un problema por lo maltrecho que quedó, pero sacarlo también, porque no se sabe quién pondría a su eventual sucesor”, remató.
Tal vez por esta razón, la palabra más autorizada resulte la de un consultor que ya pasó por la función pública durante el kirchnerismo y que cree que, con casi todo a favor (buenos términos de intercambio, un ajuste fiscal que ya está en marcha y una oposición que no está unida), el gobierno “termina metiendo los goles en su propio arco”.
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