Pablo González conversó con Telemundo sobre las medidas tomadas desde el sábado, cuando hizo erupción: "Tenemos planes para enfrentar cualquier eventualidad". El sábado pasadas las 18:30 el volcán Nyiragongo, cuyas laderas dominan Goma y el lago Kivu, en el Congo, entró en erupción y desató el miedo y la huida de los pobladores de la ciudad congoleña. Por sus laderas corrieron dos ríos de lava, uno de los cuales alcanzó los suburbios de Goma, donde se estancó el domingo de mañana. Pablo González, el jefe del contingente uruguayo en el Congo, explicó a Telemundo que no hubo ningún tipo de aviso ni advertencia de que la erupción sucedería. "
Cuando quisimos acordar, el cielo se había vuelto rojo", relató. Eso fue sobre las 19:00, cuando se encontraban por comenzar a mirar el segundo tiempo del partido del Atlético de Madrid.
La base donde se encuentran 580 personas se encuentra a 15 kilómetros del volcán. El río de lava se detuvo a poco más de tres kilómetros. "Estábamos a vista directa del evento, por eso fue que organizamos una columna de evacuación, la que teníamos pronta para salir de haberse acercado más el peligro", agregó. "El estar en control visual de la situación, fue lo que los llevó a evacuar la base, por más que lo teníamos previsto", dijo.
Fue sobre las 22:00 del sábado que notaron que el río de lava se abría hacia la zona donde se encuentra la base. Hasta ese momento, había tomado otra dirección, hacia Ruanda. "Notamos que se abre ese río último, que había tomado una dirección diferente. Volvimos a retomar el plan que la base tiene para este tipo de eventos.
Habíamos activado, luego lo desactivamos cuando vimos que la lava iba hacia otro lado, pero como siempre mantuvimos observación sobre el evento, tuvimos que reactivar el plan cuando nos dimos cuenta que había tomado una dirección diferente y se aproximaba".
La decisión de no evacuar se debió a la complejidad para abandonar la ciudad de Goma. "Es una ciudad muy canalizada, no hay muchas rutas de salida.
Y esas rutas de salida tienen un flujo muy importante de población local que se está retirando de las zonas complicadas, entonces la decisión de evacuar no puede ser tomada a la ligera. Tiene que ser algo meditado y algo muy realmente necesario", dijo González. En ese sentido, apuntó que "puede ser más complicado el salir de la base y meterse en ese flujo de la población con todo nuestro equipo que quedarnos dentro de la base e ir evaluando la situación a medida que se va desarrollando". En la base había 580 personas (todos uruguayos, menos dos paraguayos y dos brasileños) de un total de 779 que componen el batallón.
Un grupo de militares está desplegado en otras partes del Congo.
Actualmente, con el peligro parcialmente frenado, se encuentran llevando "un monitoreo permanente por parte de las autoridades y los técnicos de Monusco (la misión de las Naciones Unidas en el Congo)". "Estamos tomando todas las medidas de control, todas la planificación hasta el más mínimo detalle para contemplar cualquier eventualidad que pueda surgir", dijo el jefe del contingente uruguayo.
"Tenemos el lugar a dónde salir, tenemos a dónde dirigirnos, está todo planificado", dijo González.
Y se dirigió a los familiares de los uruguayos que se encuentran en esa misión para darles tranquilidad: "Tenemos planes para enfrentar cualquier eventualidad".
Por estas horas persisten los movimientos de tierra: "Son movimientos muy rápidos, de pocos segundos", explicó González. Y apuntó que según los expertos "es parte del proceso de reacomodo del interior de la Tierra después de lo que fue esta erupción".