Los polifenoles de las aceitunas
destacarían por su efecto para reducir el colesterol LDL o "malo", un
factor de riesgo emergente para la aterosclerosis. La Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria (EFSA) apoya estas afirmaciones, en
contrapartida a la limitación principal de las aceitunas: su alto
contenido en sal, por ser un alimento conservado en salmuera. Estos
productos son muy consumidos y apreciados como aperitivo, pero son más
que eso, ya que se pueden emplear como ingrediente de ensaladas o en
distintas recetas a las que proporcionan sabor, color y una textura
diferente.
Aceitunas, polifenoles y colesterol LDL
El consumo de aceitunas protege de la
oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (más conocidas como
colesterol LDL o "colesterol malo"), de su posterior acumulación y del
endurecimiento de las paredes arteriales. Así podría resumirse la
evaluación de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), cuyo
grupo de revisión considera que evitar la oxidación de las partículas de
LDL tiene un efecto beneficioso para el organismo.
Tras un seguimiento de tres semanas, los
estudios mostraron un efecto significativo del consumo de polifenoles
procedentes del aceite de oliva en la reducción de los marcadores de
oxidación del colesterol LDL. A partir de estos resultados, la
conclusión de la EFSA es admitir una relación causal entre el consumo de
polifenoles presentes en el aceite de oliva (hidroxitirosol y sus
derivados, el complejo oleuropeína y tirosol) y la protección de la
oxidación del colesterol LDL.
El argumento también es válido para las
aceitunas, la materia prima natural con la que se elabora el aceite de
oliva. Ahora bien, para que se produzca este efecto beneficioso, la
dosis es fundamental. Según el grupo de revisión, se deberían consumir a
diario 5 mg de hidroxitirosol y sus derivados. Esta cantidad, en el
contexto de una dieta equilibrada, se puede garantizar sin dificultad
con un consumo moderado de aceite de oliva de alta calidad, como el
oliva virgen extra de primera presión en frío o un oliva virgen extra.
En cuanto a las aceitunas, es más
difícil alcanzar esta cantidad. En proporción, concentran menos
antioxidantes por igualdad de peso con el aceite y, además, su consumo
está limitado por su elevado contenido en sodio.
Olivas, más que un aperitivo
Las aceitunas, por su composición, son
de por sí aperitivas, es decir, favorecen o abren el apetito. Y aún son
más digestivas y gustosas si se maceran con una selección de hierbas
aromáticas. Su sabor es tan marcado -y diferente según la variedad- que,
junto con una salsa o una mezcla de ingredientes, es capaz de potenciar
el gusto de otros platos, como macarrones, espaguetis o arroz.
En segundos platos, las olivas también
proporcionan el contrapunto de textura y sabor a las preparaciones que
las añaden, como la tortilla de aceitunas, una merluza en salsa
provenzal o unos muslos de pollo.
Como producto estrella de los
aperitivos, se pueden servir solas o formar parte de canapés. También
son muy gustosos (y atractivos para la vista) los patés de aceitunas
-untados sobre una tostada- y las salsas que integran aceitunas, ya que
según el color de las olivas, adquieren tonalidades y sabores
particulares y llamativos.
La sal, el punto flaco de las aceitunas
Las aceitunas son un producto natural
que se conserva tan solo en salmuera. Por ello, concentran una cantidad
desmesurada de sal, el elemento limitante de este aperitivo. De hecho,
100 gramos de aceitunas contienen entre 2 y 3 gramos de sodio, la
cantidad máxima recomendada de consumo en todo el día, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Un puñado de diez aceitunas
ronda entre 30 y 40 gramos de peso, según sean aceitunas con o sin
hueso.
No obstante, puesto que la sal es
soluble en agua, se puede reducir el contenido de sodio si se dejan en
remojo durante toda la noche y se escurren al día siguiente. El
procedimiento puede repetirse de nuevo si todavía se desea desalar más
este aperitivo. Esta práctica ya se aplica también al jamón o al bacalao
en salazón, alimentos muy salados por el método que se emplea para
conservarlos.
Por Maite Zudaire, para Eroski Consumer
s.p.