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miércoles, 7 de julio de 2021

Murió Carlos Reutemann

 

Tenía 79 años y estaba internado en Santa Fe por diversas patologías. Lo confirmó su hija Cora: “Papá se fue en paz y en dignidad después de luchar como un campeón”
Lole" Reutemann, a bordo de su Ferrari (Archivo revista CORSA) Sin redes sociales ni servicios de mensajería instantánea, el exitismo argentino llevó a que Reutemann se convirtiera durante gran parte de la década del ’80 e inicios de los ’90 en un objeto de burla. Se apelaba a su figura para señalar a alguien que terminaba segundo en una competición o si existía falta de ambición en algún rubro. Nada más alejado a lo que fue su carrera como deportista.

 Reutemann se colocó en la cima de un momento de oro de la Fórmula 1, que contaba con corredores de muchísima calidad. “Cuando estaba en forma, Carlos Reutemann era imbatible, absolutamente imbatible”, aseguró hace unos años Gordon Murray, uno de los diseñadores más icónicos de la historia de la Fórmula 1. Llegaron los ’90 y “Lole” cambió por completo el rumbo de su vida profesional. De la mano de la llegada de Carlos Menem a la presidencia, se transformó en uno de los embajadores de una nueva corriente de políticos argentinos: ante el descreimiento generalizado sobre la dirigencia política en general, el menemismo recurrió a celebridades “no contaminadas” para ocupar cargos públicos en el país.

 Así como ocurrió con Ramón “Palito” Ortega en Tucumán, Reutemann se consagró en 1991 gobernador de la provincia de Santa Fe. Pese a haber sido elegido en 1994 como Convencional Constituyente para la Reforma de la Constitución Nacional, al año siguiente, “Lole” no tuvo la posibilidad de ser reelecto en Santa Fe y se topó con los primeros cortocircuitos con el presidente Menem. Durante la segunda mitad de la década del ’90, se consolidó como el hombre con mayor fuerza dentro de su provincia. 

Su apadrinado, Jorge Obeid, era el gobernador de la provincia, mientras él, en sus primeros cuatro años como senador, se regodeaba en haber mantenido políticas acordes con las del gobierno nacional en su momento respecto a las privatizaciones y reformas del Estado, y en haber “limpiado” la imagen del manejo de las cuentas públicas de la provincia. Dos años antes de cumplir sus seis años como senador, “Lole” renunció a su banca para iniciar su segundo mandato en la gobernación santafesina. Sin embargo, en esa ocasión sufrió un revés en la gestión política que al día de hoy sigue siendo recordado por todos los ciudadanos de la provincia: las famosas inundaciones de 2003. 

Entre el 29 de abril y el 3 de mayo, incesantes y terribles tormentas provocaron el desborde del cauce bajo del Río Salado y las consecuencias resumieron el desastre ocasionado: de acuerdo a datos oficiales, hubo 23 personas fallecidas y el Ministerio de Salud provincial informó que, solo en las ciudades de Santa Fe capital, Recreo y Monte Vera, se crearon 475 centros de evacuación que alojaron a más de 62.500 personas. La negativa a la presidencia De cara a las elecciones generales de 2003, Reutemann tuvo ante sí la posibilidad más clara para poder convertirse en el nuevo presidente de la Argentina. Su nombre ya había surgido como candidato a ocupar el sillón de Rivadavia en otras tres ocasiones pero no había una oportunidad más clara que esta. 

Ya había estallado la crisis socio-económica de finales de 2001, ya habían pasado los cinco presidentes interinos en 11 días y las encuestas lo ubicaban como el gran candidato respaldado por el entonces mandatario Eduardo Duhalde para derrotar a Menem, con más de un 40% de los votos. En una reunión que “Lole” mantuvo con el propio Duhalde en julio de 2002, este le ofreció de manera formal la candidatura, pero el santafesino decidió declinar la propuesta por cuarta vez en su carrera. Durante muchos años se le adjudicó a Reutemann la frase “vi algo (en la Rosada) que no me gustó”, dicha presuntamente en una entrevista a un medio televisivo.

 Sin embargo, el propio ex gobernador se encargó en varias apariciones públicas de desmentir esa frase. Su renuncia se atribuyó a que no quería ponerse al menemismo en contra durante todo su último año como gobernador y tenía dudas sobre la posibilidad de que el país pudiera salir adelante en medio de la crisis social y económica en la que se encontraba. En 2003, “Lole” volvió a ganar su banca en el Senado, lugar que no abandonó hasta la fecha. Y con el pasar de los años logró consolidarse como la figura más preponderante de la política de Santa Fe a lo largo de las últimas tres décadas. Siempre de la mano del silencio y de las intervenciones justas. 

 Carlos Reutemann se erigió a inicios del 2000 como la figura más importante de la política de Santa Fe (Télam) Carlos Reutemann se erigió a inicios del 2000 como la figura más importante de la política de Santa Fe (Télam) Un informe publicado por Suma Política indicó que a a lo largo de sus 24 años como senador y más de 600 sesiones en la Cámara Alta, Reutemann habló solo seis veces, no más de 10 minutos totales. En tanto, leyó escritos en 12 oportunidades, con una duración de otros 20 minutos.

 El 27 de julio de 2005 fue el último discurso que “Lole” realizó sin leer dentro del recinto. Fue durante el debate de la reducción del IVA a los fertilizantes de la industria agropecuaria: “Sería importante que sancionemos este proyecto con urgencia, los productores que empiezan a sembrar maíz el 15 de agosto tienen que comprar los fertilizantes al contado, y si el proyecto entra en vigencia en septiembre se
 perderían unos buenos pesos”, fueron las palabras emitidas durante su speech de no más de un minuto. Ya en 2015 y enemistado abiertamente con el kirchnerismo, Reutemann dio un golpe sobre la mesa y provocó un revuelo en el mapa político nacional al mostrarse al lado de Mauricio Macri, apoyar su campaña presidencial y formar parte del espacio del PRO. Ganó una nueva banca como senador. 

 “En el PJ, el vestuario es lindo cuando uno gana. Ahora, cuando uno pierde, te la regalo”, afirmó “Lole” en su momento durante una entrevista radial. Sin embargo, su labor como legislador del PRO se vio amenazada al año de haber empezado a trabajar en el nuevo bando y debido a sus primeros problemas graves de salud. En el 2016, se le detectó un tumor maligno en el hígado, lo que lo obligó a trasladarse durante meses a Estados Unidos para seguir un tratamiento específico. 

Tanto en el 2018 como en el 2020 votó en contra de la legalización del aborto y el 2021, en plena pandemia, lo transcurrió con los problemas de salud que lo llevaron a su muerte. De acuerdo a quienes lo acompañaron durante años en el Senado, advirtieron que “Lole” fue un persona muy desconfiada. Posiblemente esos fantasmas fueron los que le impidieron animarse a lanzarse por la presidencia del país. Antes del empeoramiento de su cuadro de salud, había transcurrido sus últimos meses feliz con el silencio del campo y muy acompañado de las cuatro mujeres de su vida: su ex pareja Mimicha Bobbio, su esposa, Verónica Ghio, y sus dos hijas, Cora y Mariana.

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