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martes, 12 de marzo de 2019
La Oficina Municipal de Empleo seleccionará empleada para una farmacia
La Oficina Municipal de Empleo seleccionará una empleada para una importante farmacia de la zona. Según se informó, la búsqueda está orientada a una persona de sexo femenino de 25 a 50 años con secundario completo (excluyente) y conocimiento previo en el rubro farmacéutico (excluyente).
Las personas que cumplan con los requisitos mencionados deberán enviar su CV a los siguientes correos: campanaempleo@yahoo.com.ar y empleo@campana.gov.ar, este martes 12 y miércoles 13 de marzo.
jueves, 17 de agosto de 2017
sábado, 23 de mayo de 2015
LOS ZARATEÑOS Y EL CUIDADO DE SU SALUD
Zrate exhibe en su ámbito urbano testimonios arquitectónicos y en la memoria de la comunidad recuerdos que dan cuenta de la infatigable lucha por el cuidado de la salud en estas riberas del río Paraná de las Palmas, desde la creación del Partido en 1854 hasta la primera mitad del Siglo XX.
En los tiempos de
los primeros médicos
En los tiempos coloniales como, así
también, durante las primeras décadas de vida independiente, la campaña
bonaerense se caracterizó por una ausencia casi permanente de médicos y otros
profesionales de la salud y no existían establecimientos
dedicados a la atención de los enfermos.
Durante la época de Rivadavia -década de
1820- fueron creados los departamentos de campaña donde debían concurrir los
médicos para atender a los pobladores rurales, pero esta iniciativa tuvo escaso
éxito debido principalmente a la resistencia de aquéllos a concurrir a los
destinos asignados.
En el caso de Zárate, la creación del
Partido -el 19 de Marzo 1854- no solucionó en forma inmediata la falta de
médicos ni de centros asistenciales. La primera referencia encontrada sobre la
actuación profesional de un médico en nuestro medio fue la del Dr. Rafael Patelani
en 1867, con motivo de la epidemia de cólera; Patelani se desempeñaba en esos
años como municipal encargado de la Comisión Sanitaria.
En la sesión de abril de 1867 las
autoridades locales dispusieron medidas sanitarias de control para evitar la
aparición del cólera en su jurisdicción estableciendo: “ante la epidemia de cólera desconocida hasta entonces en el país que
ha invadido ya algunos puntos del territorio de la República causando
desolación y pánico entre los pobladores del litoral, para evitar su contacto y
desarrollo si por la desgracia aparecieren casos de cólera en esta población en
acuerdo de la fecha se ha dispuesto lo siguiente: 1) Sujetar a visita médica
policial a toda embarcación que procedente de San Nicolás o Rosario, San Pedro
y Baradero, anclare en este Puerto de Zárate, y cuya visita será pasada por el
Dr. Municipal Rafael Patelani…”.
En 1869 el Presidente de la República,
Domingo Faustino Sarmiento, dispuso la realización del primer Censo Nacional.
Los resultados para Zárate arrojaron una población de 3.764 habitantes; fueron
censados dos médicos: el ya referido Rafael Patelani, de 42 años de edad y
nacionalidad italiana, y Luis Dardanelli, de 65 años de edad, y un farmacéutico:
Carlos Imperiale. Los tres profesionales ocuparon cargos municipales y
prestaron importantes servicios en las epidemias que afectaron a la población
por aquella época, especialmente en la de cólera de 1870/71.
El cólera reapareció en 1885, 1886 y 1887,
años en los que hubo una cantidad de víctimas que no ha podido determinarse; ya
entonces Zárate contaba con los servicios profesionales de los siguientes
médicos: Ramón Landibar, Felipe Casanovas Moure, Eliseo Luque y, desde 1886, el
recién recibido Félix Pagola que tuvo una destacada actuación durante las
epidemias referidas y ello le valió el rápido y general reconocimiento del
vecindario.
Dr. Félix Pagola (1858 - 1932)
La medicina en
las primeras décadas del Siglo XX
Enfermedades como tuberculosis, viruela,
meningitis, neumonía y gastroenteritis eran las principales causas de defunción
entre la población a principios del Siglo XX. Por tal razón las autoridades
municipales sancionaron distintas reglamentaciones de índole sanitaria como la
Ordenanza N° 51/1906 que establecía: “Desde
los diez días de promulgada la presente Ordenanza deberá denunciarse a la
Intendencia Municipal, dentro de las 24 horas de producido, todo caso de
viruela, sarampión, escarlatina, varisilo, tos convulsa, difteria, fiebre
tifoidea, tuberculosis pulmonar y de toda otra enfermedad reputada como infecto
contagiosa que se produzca en el Partido.”
En las últimas
décadas del Siglo XIX los problemas sociales y sanitarios no tenían
representación estatal, dado que la función primordial del estado era
salvaguardar la seguridad pública, la propiedad privada y las fronteras
nacionales. El pueblo de Zárate no fue una excepción en cuanto al abordaje de
estas problemáticas que fueron atendidas por dos entidades benefactoras,
correspondiendo a la mujer zarateña de entonces la misión de organizar y sostener
la atención de los ancianos y de los enfermos de nuestra comunidad en el Hospital Nuestra del Carmen
(1894) y en la Sala de Primeros Auxilios y Hospital “La Caridad” (1904)
El 30 de enero
de 1889 un grupo de damas de pueblo de Zárate, reunido en asamblea en la casa
de Don Manuel José de la Torre, constituyó la Sociedad Protectora de los
Pobres. Nobles eran las intenciones que las guiaban, dado que los objetivos de
la nueva institución eran, entre otros, desarrollar una humanitaria misión que
propendiera al “…alivio de los que sufren
por falta de buena salud y recursos…”.
Constituida la
Sociedad se designó, en el mismo acto, la primera Junta Directiva resultando
electas, por mayoría de votos de las presentes, Presidentes Honorarias: Doña
Justa Lima de Atucha, Mercedes Anchorena de Nazar y Albina A. de Castex y
Presidente efectiva: Doña Ana María de la Torre de Pérez.
La Sociedad
comenzó a desarrollar una destacada obra de asistencia pública, brindando su
protección a ancianos impedidos y proporcionando ropas y alimentos a los
vecinos necesitados en ese entonces.
A tan solo cinco
años de iniciadas sus actividades, en 1894, la Sociedad resolvió hacer
extensivo su accionar al cuidado de la salud pública de los zarateños fundando
el Hospital de Nuestra Señora del Carmen.
En cuanto a las
características de este primer hospital la Revista “CIEN CIUDADES ARGENTINAS. ZÁRATE”
señala: “Levántase el edificio en un
amplio terreno con huertas y jardines, provisto de todos los servicios
modernos: instalación eléctrica, aguas corrientes, dos grandes salas generales,
para mujeres una y la otra para hombres, pues es un hospital mixto; y dos salas
para pensionistas, contando en total 32 camas. Hay, además, una sala de
operaciones, y otra de curaciones generales, todo ello bien ventilado y aireado,
en perfectas condiciones de orden y limpieza.
Se asisten en el
establecimiento 20 enfermos, más o menos, al mes, en las salas internas, siendo
la concurrencia a los consultorios externos más o menos igual. El servicio
médico está a cargo de los doctores Sunblad y Paradelo, contando también con
dos enfermeros y personal auxiliar.”
Salas de internación y de curaciones del Hospital
Nuestra Señora del Carmen
La Sala de Primeros Auxilios y Hospital
“La Caridad” fue fundada el 17 de junio de 1904 siendo reconocida por el
gobierno provincial en 1911. Hacia el año 1927 la citada Revista “CIEN CIUDADES
ARGENTINAS. ZÁRATE” refiere que la comisión directiva y el cuerpo médico de
esta entidad benefactora, que dedicaba sus esfuerzos a la asistencia social y
al cuidado de la salud pública de la población, estaban integrados de la
siguiente manera: “Presidenta, Martha M.
de Otamendi; vicepresidenta, Leonor A. de Quinones; tesorera, Emma F. de
Mindurry; protesorera, Catalina F. de Mac Laughlin; secretaria, Clotilde Remon;
prosecretaria, Catalina Palermo; vocales: señoras Valentina P. de Zabala y
Blanca V. de Muñoz, y señoritas: María Sunblad, Irma Brivio; Hilda Bastianini,
Carmen Pugliesi, Anita Deleo, Rita Regnier, Carmen Moreno, Anita Martens;
consejo administrativo, señores: Santiago Filipponi, Fermín Mange, Elías
Rodríguez Peña, Ernesto Attwell y Pedro Mana; inspectores Pedro J. Gauthier y
Manuel Casal; médico director, doctor Manuel Sunblad; médico subdirector, Dr.
Miguel C. Bertero; partera de la sala de maternidad, señorita Lilia Montanari.”
Local de
la sala de Primeros Auxilios y Hospital “La Caridad”. En el círculo, el retrato
de la presidenta de la Comisión de Damas, señora Martha M. de Otamendi. Foto “CIEN CIUDADES ARGENTINAS” ZÁRATE
/ Entrega 4°. Junio de 1927. (Segunda Edición)
Dr. Miguel Carlos Bertero
y Sra. Dr.
Horacio Pérez de la Torre
Hacia 1927, Zárate contaba
con una población de 24.000 habitantes en tanto que en la zona rural los datos
estadísticos hacen referencia a 11.000 habitantes. El incremento demográfico
experimentado y las demandas de atención sanitaria de la población determinaron
la necesidad de contar con un nuevo
centro asistencial, en lo posible de carácter regional, acorde a las
necesidades de una población en continua expansión y que complementara los
adelantos existentes en medicina por ese entonces. A la concreción de esta obra
dedicaron sus esfuerzos el Dr. Horacio Pérez de la Torre y el diputado radical
Ireneo Mario Castex, autor del proyecto de dotar a Zárate de un nuevo hospital.
El Hospital Regional de
Zárate fue proyectado por la Dirección de Arquitectura y Construcción de
Edificios de la Provincia de Buenos Aires, sobre la base de siete pabellones
generales (destinado uno a hombres y el otro a mujeres, con capacidad para
treinta y una camas) de cirugía, de maternidad, de infecciones y un pabellón de
servicio formado por la cocina general del establecimiento y dependencias
anexas.
En su aspecto formal fueron
utilizados elementos arquitectónicos que sintetizaban en forma simple las
características del movimiento neocolonial de la época. Una descripción del
proyecto, publicado en 1927, nos dice lo siguiente: “...el tipo de edificación adoptado es sencilla, a base de muros
blanqueados, piñones recortados, techo de tejas, antepechos de baldosas, tiene
como motivo de decoración únicamente aquel que forma elemento útil en la
construcción...”.
Hospital
Regional de Zárate. Década de 1930
La obra, ejecutada por los
ingenieros Midrette y Miggone, fue financiada por el gobierno bonaerense y
emplazada en un terreno donado por la Sociedad de Fomento de Villa Massoni, con
visuales al río Paraná de las Palmas, delimitado por las actuales calles Félix
Pagola, Paso, Avellaneda y Pavón.
La ceremonia inaugural se
realizó el miércoles 23 de abril de 1930; ue su primer Director el Dr. Horacio
Pérez de la Torre, integrándose el
plantel profesional con los doctores Eduardo Brandt como Subdirector,
Aurelio Aleotti, Rafael Roldán Vergés y Miguel Bertero como Jefes de Sala,
Amadeo Paradelo en Rayos X; Hamilton Cassinelli en Cirugía; Aurelio Fernández
en Farmacia; Enrique Gaya en Laboratorio y la Sra. Ernestina S. de Morales en
Maternidad.
Hoy, sólo las fotografías
nos permiten mostrar a las nuevas generaciones el edificio de valor patrimonial
que precedió al actual hospital. Fue hacia fines de la década de 1970, cuando
se estimó necesaria la ampliación de este centro asistencial, a fin de
adecuarlo al nuevo modelo organizativo vigente y a las demandas planteadas por
una población en continuo crecimiento. En tal ocasión, un análisis poco
reflexivo acerca de las posibilidades de refuncionalización de las
construcciones existentes motivó su demolición total.
Inicio de los trabajos de replanteo y ejecución de las bases del nuevo
edifico del Hospital cuya construcción implicó la demolición total de los
pabellones neocoloniales originales. Década de 1970
A partir de la década de 1930 se crea el
Colegio Médico de Zárate -antecedente
del Círculo Médico- quedando conformada su primera Comisión Directiva con los
doctores Amadeo Paradelo como presidente, José María Guerci como
vicepresidente, Néstor Pérez Ponsa como
secretario y Emilio Bergaglio como tesorero.
También surgen a partir de entonces establecimientos
asistenciales privados: el Sanatorio “Argentino”
(doctores Julio Rojas Boerr, Agustín P. Melillo y Eduardo J. Brandt) y el 18 de
julio de 1937 el “Belgrano” (doctores Néstor Jeanmaire y Néstor Pérez Ponsa) y
los policlínicos de los gremios del papel y de la carne, este último en mayo de
1948 con sede inicial en la calle Justa Lima de Atucha al 600 y luego en
Independencia N° 1050, en el edificio en el que inicialmente funcionó la Sala
de Primeros Auxilios y Hospital “La Caridad”.
Las antiguas
boticas
En aquellos tiempos el médico se recibía
en los hogares con la reverencia del caso. La botella de alcohol y la toalla,
generalmente de hilo blanco y con bordado a mano, siempre estaban presentes en
la mesa de noche para que el profesional se higienizara las manos antes y
después de revisar al enfermo.
Con la receta recién prescripta se
recurría a la botica o farmacia del pueblo, donde el boticario o farmacéutico
preparaba lo indicado por el médico. La rebotica era el corazón de la botica;
era el laboratorio prolijamente equipado
con los instrumentos, balanzas y frascos de drogas tan representativos de la
actividad donde se preparaban las recetas magistrales y en este ámbito era
donde cada botica cimentaba su prestigio
y su ascendiente sobre el vecindario
En el libro “SOBRE LA SALUD y otras historias” -Colección Nuestra Historia- se
señala que: “El primer farmacéutico que
se conoce en Zárate fue Carlos Imperiale y una de las farmacias más antiguas y
recordadas, la de Juan Claverie, fundada en 1875, y que luego pasó a Luis R.
Dardanelli. A principios del Siglo XX abrió sus puertas la farmacia de Pedro
Silvetti -luego Oscar Molo, actualmente Marta Molo- y para la segunda década
del mismo estaban instaladas la farmacia “Social”, ubicada en las calles 19 de
Marzo y Rómulo Noya, perteneciente a varias sociedades de socorros mutuos siendo
su director técnico el Sr. Caroni y luego Oscar Molo; “El Pueblo” en Justa Lima
y Noya, perteneciente a Arturo Desbouts (junio de 1925); “Carmelo Pastorino” en
Brown al 100, que en 1922 pasó a manos de Domingo B. Melillo; “Techera” de
Pedro Techera en Justa Lima al 600, luego de José M Galatti; “Odriozola” de
Gregorio Odriozola hoy de Julio Scalese; “Polesel” del idóneo Arnoldo Polesel
en Hipólito Yrigoyen esquina Roca, desde 1950 “Guidi” y “Villa Fox” de Carlos
Trápani.”
La Farmacia de Pedro Silvetti se instaló -y continua funcionando en la
actualidad- en un sector de este edificio de arquitectura italianizante, sito
en la calle Justa Lima de Atucha entre Independencia y Rómulo Noya, que fue
parcialmente demolido conservándose solo los rasgos estilísticos originales en
su parte superior testimoniando la riqueza ornamental de las construcciones
hacia 1900
Desconocemos si alguna de estas farmacias
ofreció sanguijuelas para aliviar dolencias, pero probablemente en todas se
pudieron adquirir los populares jarabes para la tos, el bicarbonato, el Licor
de las Hermanas, el alcanfor para prevenir los gérmenes, los tónicos
estomacales como la “Hesperidina” -que difundió en nuestro país el
norteamericano Bagley- y las píldoras y específicos que se preparaban en el
momento complementando los remedios que la industria farmacéutica
comercializaba en las primeras décadas del Siglo XX.
Etiquetas de populares preparaciones y aceites que podían adquirirse
en las boticas de antaño
Estas boticas ofrecían, también, la
materia prima para la aplicación de ventosas y cataplasmas; para dolores
articulares, musculares o torceduras ofertaban un sinnúmero de ungüentos,
pomadas o linimentos de los más exóticos orígenes, a los que unía un denominador
común que era el mal olor y también los zarateños podían, sin duda, adquirir
entonces dos populares aceites de larga y probada eficacia, ambos para ingerir:
eran el aceite de castor o de ricino -que se tomaba en general como purgante o
depurativo, solo dos veces al año, coincidiendo con los cambios estacionales- y
el aceite de hígado de bacalao como reconstituyente y fortificante para los
niños débiles.
Estos locales de farmacia se equiparon con
esmero y se adaptaron a lo que la moda exigía; el estilo italianizante primero
y luego el art-decó produjeron los edificios más destacados y en su interior
era distintivo el mobiliario en madera que, en algunos casos, aún perdura como
en las farmacias “Silvetti” y “Guidi”, entre otras de nuestra ciudad.
Estos breves apuntes y las fotografías de
viejas boticas zarateñas permiten conocer un mundo diferente al que hoy vivimos
y recuerdan -a aquellos vecinos memoriosos que las conocieron- que entrar en
ellas tenía algo de magia, que los grandes muebles y estanterías elaborados con
finas maderas -repletos de frascos y recipientes de atractivos diseños- eran
dueños de un cierto misterio y que ese misterio se completaba con la imagen
amable, sociable y todopoderosa del boticario o farmacéutico. Las boticas eran,
en ese entonces, centros de reunión social de connotados personajes del pueblo.
Arq. Silvia
Irene Baccino
Fuentes:
“Era una
vez… Zárate”. Arq. Silvia Irene Baccino / Arq. María Luisa Sorolla. Buenos Aires,
julio de 1997
“CIEN CIUDADES ARGENTINAS” ZÁRATE / Entrega 4°. Junio de 1927. (Segunda
Edición)
“SOBRE LA
SALUD y otras historias”. Silvia I. Baccino / Sergio D. Robles / María Luisa Sorolla.
Colección Nuestra Historia. Editorial de los Cuatro Vientos. Buenos Aires.
Noviembre de 2006
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