Por Michael Gore y Jordi Rubio MADRID/BARCELONA (Reuters) – Españoles bailaron en las calles, corearon “libertad” y se divirtieron en las playas durante la noche, cuando terminó el toque de queda en la mayor parte del país. Al igual que en las celebraciones de Nochevieja, cientos de personas, en su mayoría jóvenes, se reunieron en la Puerta del Sol de Madrid para aplaudir el reloj que marcaba la medianoche, mientras que en Barcelona los juerguistas se dirigieron a la playa con bebidas en la mano. En Barcelona, la policía tuvo la extraña tarea de dispersar a la gente por el último toque de queda, que comenzó a las 10 de la noche, para dejarla regresar a medianoche, cuando terminó.
Algunas personas llevaban máscarillas, pero apenas había distanciamiento social, ya que los amigos se besaban, se abrazaban, bailaban y cantaban.
“Los jóvenes, como todo el mundo, hemos estado muy limitados”, dijo la trabajadora de una tienda, Paula García, de 28 años, en una playa de Barcelona. “Ahora era el momento de darnos un poco de libertad para disfrutar un poco del verano”.
Pero los vídeos en las redes sociales de grandes grupos haciendo poco caso de la distancia social por el COVID suscitaron críticas.
“La libertad no incluye saltarse las normas”, dijo el alcalde conservador de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, subrayando que las reuniones para beber en la calle, conocidas como “botellones”, estaban prohibidas.
España, uno de los países más afectados de Europa, ha sufrido 78.792 muertes por coronavirus y 3,6 millones de casos.
Pero las tasas de infección han disminuido y la vacunación avanza rápidamente, lo que ha permitido a la mayoría de las 17 regiones suprimir el toque de queda hasta el amanecer.
Sólo cuatro regiones lo mantenían: Baleares, Canarias, Navarra y Valencia.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, la derechista Isabel Díaz Ayuso, acaba de ser reelegida tras hacer campaña por medidas más laxas, pese a que la ciudad tiene la segunda tasa de contagio más alta de España y sigue ordenando el cierre de bares y restaurantes a partir de la medianoche.
Aun así, hubo alegría por el fin del toque de queda.
(Información de Jordi Rubio y Luis Felipe Castilleja en Barcelona y Silvio Castellanos en Madrid; Editado en español por Javier López de Lérida)