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lunes, 6 de septiembre de 2021

"Me decía que si yo no era suya no iba a ser de nadie. Lo dejé y me atacó con ácido"


Ana Gabriela Rojas - Especial BBC Mundo en México lun, 6 de septiembre de 2021 10:57 a. m.

 Esmeralda Millán Esmeralda Millán sufrió un ataque de ácido en Puebla, México. Esmeralda Millán tenía 23 años en diciembre de 2018 cuando fue atacada con ácido en Puebla, México. Su ex pareja y padre de sus dos hijos está acusado y detenido por tentativa de feminicidio. No existe información oficial sobre cuántas mujeres han sufrido este tipo de violencia en México.

 Pero los colectivos que apoyan a las víctimas tienen conocimiento de 26 ataques, de los cuales seis ocurrieron en lo que va de este año. "Como toda la violencia contra las mujeres, estas agresiones aumentaron con el confinamiento", dice Norma Celia Bautista Romero, directora de Humanismo y Legalidad, una ONG a favor de la igualdad de género. "Este tipo de agresión tiene una carga muy simbólica. Se quiere dañar a la mujer y a todo lo que ella representa.

 Se busca que sea rechazada, marcada de por vida. Generarle un sufrimiento físico y psicológico permanente", explica. En el 90% de los casos los agresores son hombres y suelen tener alguna relación con las mujeres que son agredidas. En muchos casos son las exparejas. En algunas ocasiones mandaron a alguien más a perpetrar el ataque. Esmeralda Millán, a casi tres años del ataque, espera la sentencia de su expareja. "Aunque las cicatrices de mi rostro han mejorado, las heridas del alma nunca sanarán", dice. Esta es su historia contada en primera persona. Última selfie antes del ataque y primera después de la agresión. Última selfie antes del ataque y primera después de la agresión.

 No tenía ni 15 años cuando lo conocí y a los 17 tuve a mi primer hijo. La violencia comenzó desde que yo estaba embarazada. Me maltrataba de todas las formas posibles: me pegaba, me forzaba a tener relaciones sexuales y me hacía sentir atrapada. En cuanto pude regresé a vivir con mi mamá, pero él fue a buscarme. Me dijo que volviera. Que iba a cambiar. Que él había sufrido la violencia de su padre y que no la iba a repetir. Yo era muy joven y le creí. Tenía un hijo de él. Yo había estudiado solo la secundaria y en ese momento sentía que no podía trabajar. Volví a su casa. Y él volvió a ser violento. Me embarazó a la fuerza de mi segunda hija. Yo sabía que tenía que separarme, pero a la vez me veía incapaz. Él me hacía creer que estaba sola, que nadie me iba a apoyar, que dependía por completo de él. Esmeralda Millán con su tía, mama y abuela (izquierda a derecha). Esmeralda Millán con su tía, mama y abuela (izquierda a derecha). Así aguanté años. 

Hasta que un día me golpeó muy fuerte y yo intenté defenderme. Mi hijo, de entonces 7 años, se metió a la pelea. Quiso ayudarme, le pedía que ya no me pegara. En ese momento me di cuenta que yo no quería esa vida para mis hijos. Regresé con ellos a la casa de mi mamá. A él le dije que por los niños podríamos seguir en contacto y llegar a acuerdos. Pero él no dejaba de insistir en que volviera. Una vez intentó llevarme a la fuerza. Me subió arrastrándome a un moto-taxi. Afortunadamente el chofer y otro hombre que estaban cerca me ayudaron.

 Me pusieron a salvo en un lugar público, donde llegó mi tío a ayudarme. A partir de ahí me daba miedo, ya no quise salir con él. Le pedí a mi familia que no lo dejaran entrar a la casa donde vivíamos. Y él seguía pidiendo que saliéramos juntos los cuatro: él, yo y los niños. Yo ya no acepté. Una noche fue a llevarme la pensión de los niños. Y me preguntó qué iba a hacer al día siguiente. Le dije que iba a ir muy temprano con mi mamá a un baño de vapor y que después íbamos a una fiesta. Antes de irse me volvió a preguntar a qué hora iba a salir al día siguiente y me pidió que lo abrazara. Le dije que no. Insistió mucho. Me prometió que si lo abrazaba, ya nunca me iba a molestar.

 Me quedé inquieta, tanto que cuando entre a la casa le conté a mi mamá lo que había pasado. Me aventó ácido en la cara Al día siguiente, domingo 2 de diciembre de 2018, ella y yo salimos a las 5:30 de la mañana. Todavía estaba oscuro y vimos a 3 hombres sospechosos frente a la casa. Sentimos que empezaron a caminar atrás de nosotros. Después se sumó otro hombre. Nos acorralaron. Cuando estábamos frente a frente, uno me aventó un líquido en la cara. Cuando vio que todavía quedaba sustancia en la botella, me agarró de la cabeza e intentó aventármelo. Yo quise defenderme y lo empujé. También a él le salpicó un poco de la sustancia en la cara. Desde ese momento supe que el atacante era mi expareja, el padre de mis hijos. Esmeralda Millán en el cumpleaños de su mamá antes del ataque. Esmeralda Millán en el cumpleaños de su mamá antes del ataque. 

Lo supe por la forma en que caminaba, también porque yo soy más alta que él. Iba vestido igual que cuando pasaba por mis hijos. Tenía la cara tapada como lo hacía cuando se subía en la bicicleta en las mañanas frías. Estuve nueve años con él, lo reconozco perfectamente. También porque me lo había repetido una y otra vez: "Si tú no eres para mí, no vas a ser de nadie". Yo no sabía lo que era un ataque de ácido. No sabía lo que estaba pasando. Sentí que me moría. Había ingerido el líquido y la garganta se me estaba cerrando. No podía respirar. Oí los gritos de mi mamá, nunca la había oído gritar así. Ella también sufrió algunas quemaduras. Pero su desesperación era por verme tan mal. 

 Nadie nos ayudaba. Hasta que mi mamá llamó a mi tía, que llegó y nos llevó al hospital. Era tanto el dolor que caí inconsciente. El líquido que me aventó me daño mi cara, me deshizo la nariz, la boca. Me dañó el ojo derecho y hasta ahora no puedo ver de ese lado. Esmeralda Millán ha tenido más de 16 operaciones en los últimos años. Esmeralda Millán ha tenido más de 16 operaciones en los últimos años. También me cayó en el cuello, los brazos y las dos manos. Me dañó tanto el esófago que por dos meses no pude comer. Estuve en el hospital tres meses. Cuando me vi en el espejo pensé que mi vida se había acabado. Caí en una depresión terrible. 

Por mucho tiempo quise haber muerto. El ataque no sólo me dañó a mi. También han sufrido mucho mi mamá y mis hijos. Para ellos ha sido muy difícil aceptar mi nuevo aspecto. En su escuela ha sufrido bullying. En diciembre se cumplirán tres años del ataque y yo sigo sin querer mostrar mi cara. Salgo tapada a la calle pues con las miradas me matan. Al principio algunas personas me echaron la culpa, me dijeron que había hecho algo para merecérmelo. Yo solo pagué el precio de querer dejar a un maltratador. 16 operaciones Me han operado 16 veces. Mi rostro ha mejorado, pero nunca volveré a ser la misma. Las heridas que me dejó en el alma nunca van a sanar. ¿Cómo pudo el padre de mis hijos hacerme tanto daño? ¿Cómo puede alguien ser capaz de tanto rencor, tanta maldad, tanto odio? Esmeralda Millán con Isela Mendez, la cirujana que la ayudó con sus operaciones.

 Esmeralda Millán con Isela Mendez, la cirujana que la ayudó con sus operaciones. Es tan cobarde que hasta la fecha él sigue alegando inocencia. El mismo día del ataque él también llegó al hospital por quemaduras, las que le causó el ácido restante en la botella, el líquido que le faltó aventarme. Su versión es que él también fue atacado a la misma hora por dos tipos que iban en una moto. Pero ahí en el hospital fue detenido. El proceso legal está abierto. Está acusado de tentativa de feminicidio. Mi abogada, Elisa Yareri Ruiz, del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla, que me representa gratuitamente desde hace dos meses, dice que podría ser sentenciado este año. Mi agresor, Fidel N, podría tener una condena de hasta 40 años. 

Yo deseo que la cumpla, que no salga pronto. Tengo miedo de que si eso pasa, venga a rematarme. Además, me gustaría que atraparan a los otros tres cómplices. El proceso ha sido lento porque él ha cambiado de abogados en repetidas ocasiones y porque el coronavirus detuvo los juzgados. No estoy sola Por ahora, me ha ayudado mucho a saber que no estoy sola. Esmeralda Millán y su madre. Su madre ha sido su mayor apoyo. Mi madre, mi tía y mi abuela siempre han estado ahí. También he conocido a otras mujeres que están en la misma situación. Carmen Sánchez, que tiene una fundación para víctimas de ataques de ácido, me ha acompañado mucho. Es curioso, pero es entre las mismas víctimas que nos hemos ayudado. 

 No he sentido que del gobierno haya recibido la ayuda suficiente. Por eso, las víctimas nos hemos unido también para pedir que estas agresiones sean catalogadas como un delito por sí mismo. Los agresores deben ser castigados duramente y las víctimas deben recibir la atención que merecen. No son simples lesiones que se curan cuando cicatrizan. Es un proceso muy largo para sanar por fuera y por dentro. Deseamos que no haya más casos. Nadie se lo merece. Por eso me gustaría decirle a las mujeres que ahora sufren maltrato que no crean en sus agresores, que los hombre violentos nunca cambian. Que, por favor, salgan de ahí inmediatamente. Que no están solas. Esmeralda Millán y Carmen Sánchez. Carmen Sánchez ha creado una asociación de víctimas de estos ataques. Gracias al apoyo de la gente a mi alrededor estoy de pie. También me han acompañado mis amigas y una dermatóloga, Isela Méndez, que desde que me conoció dijo que ella no me iba a soltar. 

Y lo ha cumplido, me ha hecho varias cirugías estéticas. Ahora mi esperanza es que me hagan un trasplante de córnea. Esto debe ser en los siguientes meses para no perder definitivamente la vista de mi ojo derecho. Un doctor me ha ayudado de forma gratuita, pero a veces tengo problemas por el costo de las medicinas. Por todas las operaciones y la recuperación no he podido trabajar. Me gustaría poder hacer algo para ayudar a mi mamá, que es la que me ha mantenido y a mis hijos. Pero por ahora, falta un tiempo para que yo vuelva a tener sueños. Me ha roto la vida. Las cicatrices de afuera, aunque muy poco a poco, van mejorando. Las heridas del alma nunca van a sanar.

miércoles, 2 de junio de 2021

El régimen de Nicaragua ordenó detener a Cristiana Chamorro, principal opositora a Daniel Ortega

 

La orden fue dictada por la jueza Karen Chavarría Morales. Ayer, el gobierno había pedido prohibir su candidatura a la presidencia. La policía irrumpió con violencia en su vivienda
Efectivos de la policía de Nicaragua ingresaron el miércoles a la casa de la aspirante a la presidencia Cristiana Chamorro con una orden de “allanamiento y detención” emitida por una jueza local, se informó oficialmente. La orden fue dictada por la jueza Karen Chavarría Morales del distrito noveno de Audiencia Penal, según un comunicado emitido por esa dependencia judicial. La presidenta de la organización no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, declaró a periodistas que los agentes policiales irrumpieron “violentamente” en la residencia de Chamorro, ubicada a unos 11 kilómetros al sur de la capital. 

 Cristiana Chamorro había convocado a una rueda de prensa a las 12 (1800 GMT) y el ingreso de los agentes policiales se produjo unos 15 minutos antes de esa hora. Chamorro, de 67 años, es investigada por supuesto lavado de dinero por la Fiscalía que la noche del martes la declaró acusada y pidió a las autoridades competentes inhibirla para postularse a un cargo público. Comunicado sobre la detención de Cristiana Chamorro en Nicaragua (Infobae) Comunicado sobre la detención de Cristiana Chamorro en Nicaragua (Infobae) De acuerdo al comunicado de la Dirección de Prensa y Relaciones Públicas Complejo Judicial Central Managua, Chamorro está acusada de “gestión abusiva, falsedad ideológica en concurso real con el delito de lavado de dinero, bienes y activos, en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense”. 

“La doctora Chavarría también ordenó radicar las diligencias y dar el trámite de ley al proceso judicial. Una vez aprehendida y puesta a la orden de la autoridad judicial, a la acusada se le realizará la respectiva audiencia”, indicó el parte de prensa del régimen. El director Ejecutivo de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, señaló la gravedad del asunto e indicó que exigía que se respetaran los derechos humanos de la candidata y principal referente de la oposición nicaragüense. “Exigimos que se respeten sus DDHH. 

La comunidad internacional debe estar alerta ante esta campaña de abusos que busca impedir cualquier posibilidad de elecciones justas en el país”, dijo Vivanco. “La administración Biden y la Unión Europea deben condenar al unísono este plan para impedir elecciones libres. Urge una estrategia multilateral para frenar a Ortega”, añadió. Perseguida política Ayer martes, el Ministerio Público de Nicaragua acusó a Chamorro -hija de la ex mandataria Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997)- por los delitos de gestión abusiva, falsedad ideológica, ambos en concurso real con lavado de dinero, bienes y activos. 

La justicia de Ortega ejecutó hoy la orden. La Fiscalía del régimen sandinista también solicitó la inhabilitación para cargos públicos a Chamorro Barrios, la figura de la oposición con mayor probabilidad de ganar las elecciones de noviembre, en las que el dictador Daniel Ortega busca una nueva reelección, según una encuesta de la firma CID Gallup, “por no estar en el pleno goce de sus derechos civiles y políticos por encontrarse en un proceso penal”. Además, el Ministerio Público procedió a solicitar las medidas precautelares de retención migratoria con el fin, según indicó, de evitar que evada el proceso investigativo llevado en su contra. 

Asimismo, pidió se prohíba a Chamorro Barrios a concurrir a determinadas reuniones y lugares, y de comunicarse con personas vinculadas a los hechos investigados. La aspirante a la Presidencia de Nicaragua y periodista Cristiana Chamorro Barrios (c) es perseguida por el régimen de Daniel Ortega quien teme su candidatura (EFE) La aspirante a la Presidencia de Nicaragua y periodista Cristiana Chamorro Barrios (c) es perseguida por el régimen de Daniel Ortega quien teme su candidatura (EFE) Estas mismas medidas cautelares, excepto la inhabilitación para cargos públicos, se solicitaron contra la corresponsal de la cadena hispana Univision en Nicaragua, María Lilly Delgado Talavera, y los periodistas María Lourdes Arróliga Vanegas y Guillermo José Medrano, extrabajadores de la ONG Fundación Violeta Barrios de Chamorro. La Fiscalía informó “que se continúa el proceso por el delito de lavado de dinero, bienes, activos y otros” por el que se investiga a la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que cerró en febrero pasado.

 “El Ministerio Público continuará realizando todas diligencias investigativas necesarias para esclarecer los hechos. Hemos llamado y seguiremos llamando a todas aquellas personas que aparecen como beneficiadas” por esa ONG, adelantó. Según el Ministerio de Gobernación del régimen, esa ONG, dedicada a la protección y promoción de la libertad de prensa y de expresión, “incumplió gravemente sus obligaciones ante el Ente Regulador, y del análisis de los Estados Financieros, período 2015-2019, se obtuvieron claros indicios de lavado de dinero”, por lo que se “ha informado al Ministerio Público para (abrir) la investigación correspondiente”. Qué piensa Chamorro En enero de este año, Chamorro dejó algunos conceptos en una entrevista a fondo con Infobae. En ella, entre otras cosas, señaló: “Nosotros tenemos un compromiso de vida con la democracia, con la libertad, con el desarrollo, y en estas circunstancias que estamos ahorita, a donde nos ha llevado esta dictadura, creo que es urgente devolverles a los nicaragüenses su país”. 

 “Nicaragua es interesante. Ortega luchó para derrocar a Somoza y después Ortega se convirtió en un Somoza. Después vino mi madre, compitió contra Ortega y le ganó… puede ser. No hay que adelantarse a los tiempos, pero no le veo ninguna sorpresa porque esta hija, como decís, o esta ciudadana, ha estado desde esos tiempos en la vida de Nicaragua y como otras mujeres igual que yo sentimos que Nicaragua necesita ese cambio, y si uno lo tiene que hacer uno lo hace. Aquí estoy”, había dicho entonces la candidata perseguida por su rival.

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