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jueves, 17 de junio de 2021

Los libaneses invierten en cerveza y ginebra antes que aparcar sus ahorros en el banco

 

Les compensa más que dejar sus dólares 'atrapados' en las entidades Los depósitos en dólares están prácticamente bloqueados desde 2019 El país no presenta visos de dejar atrás la crisis financiera que atraviesa
elEconomista.es 17/06/2021 - 12:46 

La crítica situación financiera del Líbano ha dado pie a un extremo casi surrealista como que sus ciudadanos prefieran arriesgar su dinero invirtiéndolo en empresas exportadoras de alcohol antes que mantenerlo aparcado en el banco. Pese a los peligros que conlleva cualquier inversión, para ellos es la opción más sensata en medio de la crisis que afronta un país que aún arrastra las secuelas de la devastadora explosión sufrida el año pasado en el puerto de su capital, Beirut.

 Con sus cuentas de depósito denominadas en dólares prácticamente bloqueadas desde finales de 2019, cuando la libra libanesa se desplomó y el sistema bancario se hundió en medio de un clima de protestas políticas generalizadas, no pocos ahorradores ven las inversiones en empresas centradas en la exportación como una forma de acceder a la moneda fuerte y obtener algo por sus 'lólares', el apodo con el se hace referencia a estos depósitos en dólares 'atrapados' en los bancos libaneses. En virtud de los controles de capital informales existentes, los depositantes pueden seguir emitiendo cheques en sus cuentas denominadas en dólares, pero esos cheques no pueden utilizarse en el extranjero y, si se venden en las casas de cambio locales, pierden al menos el 75% de su valor. 

Esta fuerte rebaja refleja el apuro que supone tener dólares aparcados en los bancos libaneses. Las entidades, carentes de fondos en dólares, limitan el acceso de los clientes a sus fondos y actualmente pagan a una tasa de 3.900 libras libanesas por cada billete verde, alrededor de una cuarta parte del valor de los dólares en el mercado negro. Entre las compañías más populares entre los libaneses para invertir sus ahorros se encuentran las que exportan alcohol, destacando las productoras de cerveza y las comercializadoras de ginebra. "Si inviertes en mí tus dólares 'atrapados', te lo devolveré en dólares frescos", se jacta en una entrevista a Reuters Kamal Fayad, director ejecutivo de 961 Beer, un exportador de cerveza libanés.

 "Los inversores prefieren arriesgarse conmigo antes que guardar el dinero en el banco, al menos estoy haciendo algo bueno para el sector. Hoy soy más seguro para ellos que un banco", añade un Fayad que revela que está en conversaciones con inversores para recaudar el equivalente a más de un millón de dólares, que incluiría entre tres y cuatro millones de 'lólares'. Un productor local de cervezas: "Los inversores prefieren arriesgarse conmigo antes que guardar el dinero en el banco, al menos estoy haciendo algo bueno para el sector. Hoy soy más seguro para ellos que un banco" Lo mismo opina Andre Malak, de The Three Brothers, un productor libanés de ginebra que ha visto un aumento del 30% en la inversión externa desde la crisis.

 "Empezamos a ver un aumento del interés desde el comienzo de la recesión, cuando la gente quiso sacar su dinero del banco y ponerlo en el espacio libre", asegura también a Reuters. Un ejecutivo de una empresa de servicios financieros con sede en Beirut, que ha hablado con la agencia bajo condición de anonimato, constata que se ha observado un considerable un aumento de la demanda entre los inversores para financiar a exportadores y fabricantes, lo que ha hecho que algunas de estas empresas hayan cerrado sus líneas de crédito bancario. Lo cierto es que, temiendo por sus ahorros, muchos libaneses han intentado sacar su dinero de los bancos pagando la deuda de particulares y empresas. En un intento por despejar frentes, el banco central del país quiere permitir a los depositantes retirar parte de sus dólares atrapados mediante un nuevo plan con un límite de 800 dólares al mes, la mitad en dólares y el resto en libras libanesas a un tipo de cambio gubernamental de unos 12.000. 

Esto supondría un recorte para los depositantes, dado que la tasa del mercado negro ronda los 15.000 y se dispara día a día. "El banco central quiere reducir los pasivos en dólares en el sistema, pero lo hace de tal manera que no reduce la pérdida, sino que sólo hace que se materialice en forma de devaluación de la moneda, mayor deterioro de los depósitos restantes y mayor depresión de la economía real", resume Mike Azar, un asesor financiero que opera en Beirut. 

 Un país bloqueado Existe desesperación por la salida de la crisis de un Líbano bloqueada por las luchas intestinas políticas y por los efectos de la explosión en la capital, producida además en plena pandemia y que sacudió a todo el país a la vez que conmocionó a la comunidad internacional. Este cóctel ha llevado a casi la mitad de una población de seis millones de habitantes a la pobreza, ha acabado con los ahorros y ha pulverizado en poder adquisitivo de los ciudadanos. La ayuda internacional, que se prometía muy generosa tras la explosión, se está demorando al estar condicionada a reformas internas en un país que sigue abonado a la inestabilidad política y a la corrupción generalizada.

 Mientras el Líbano intenta formar un gobierno estable, misión casi imposible, la economía sigue deteriorándose. Un caso claro se ve en las importaciones, de las que el Líbano ha dependido con fuerza durante años. Hasta la crisis, el banco central del país contribuía a financiar el déficit comercial ofreciendo altos tipos de interés a los depósitos en dólares en los bancos comerciales, que los trasladaron a los clientes provocando una avalancha de depósitos y pingües beneficios.

 Todo se fue al traste cuando el gobierno dejó de pagar su deuda y las reservas de divisas del banco central cayeron rápidamente de más de 30.000 millones de dólares antes de la crisis a unos 15.000 millones. El costoso programa de subvenciones a las importaciones impulsado por las autoridades está llevando las reservas utilizables al punto de agotarse. Estas escasez en las importaciones afecta a la vida diaria de los libaneses de a pie, condenados a hacer largas colas para abastecerse de productos como combustible. Una situación que ya ha generado conflictos sociales.

jueves, 29 de abril de 2021

Emigraron a Australia por seis meses y ahora no quieren volver: ahorran hasta 2 mil dólares al mes

 Son una pareja viajera que fueron a probar suerte y se enamoraron de la calidad de vida del país de Oceanía. “Hay trabajos buenos, posibilidad de ahorro y viajes. No tenemos planes de retornar a Santa Fe a corto plazo", aseguran

Él, Gastón (31), es Martillero y Contador Público. Ella, Bárbara (30), farmacéutica. Son marido y mujer, ambos oriundos de Casilda, Santa Fe. En 2018 se cansaron de ver el mundo sentados desde sus casas, y decidieron aventurarse a lo desconocido. El cambio implicó resignar la estabilidad, las comodidades, y la tan mentada zona de confort. Aunque sabían -o intuían- que valdrían la pena. “No queríamos más tener 15 días de vacaciones y vivir para trabajar”, le cuenta a Infobae Gastón desde Darwin, Australia, un paraíso al norte de ese país.

A su esposa le pasó algo similar, pero estaba feliz con su trabajo, y no estaba tan segura de emigrar al otro lado del continente como él. PUBLICIDAD “Hicimos un gran viaje a Europa de vacaciones en familia, y le dije a Barby: ‘si nos vamos, no volvamos a Casilda’”, relata. Y así fue el inicio del cambio de vida, que ya lleva casi dos años y medio, que reflejan en @elmundoxdentro. La travesía comenzó en el Viejo Continente: España, Italia, Alemania, Bélgica, con una modalidad muy popular en Europa, el famoso Housesitting, una especie de trabajo a cambio de alojamiento. 

“Hay muchas páginas a las que te suscribís y te postulan para cuidar la casa de alguien sin tener que pagar por la estadía, eso te permite estar más tiempo en cada destino y vivir según las costumbres de cada lugar”, completa Gastón. En el sudeste asiático En el sudeste asiático En el mientras tanto, Bárbara apostaba a tener la ciudadanía italiana para poder conseguir un trabajo que pague las cuentas y les permita viajar cuando lo dispusieran. Salieron con algunos ahorros de la Argentina, más la venta de su auto en la Argentina y los regalos de boda: en total eran unos 140.000 pesos, pero eso pronto se acabaría. Después de casi seis meses de un movido tour por Europa, finalmente Barby obtuvo la ciudadanía. Con la documentación necesaria, optaron por ir a probar suerte a Australia.

 “Completamos la visa de un año Work and Holiday que te permite residir de manera legal, aplicar a un puesto de trabajo y viajar. Amigos y conocidos nos habían hablado maravillas del destino”, detalla Gastón. Gastón en la heladería Messina Gastón en la heladería Messina Así fue como en agosto de 2019 desembarcaron en Sidney. Previo a su llegada, él ya tenía una oferta laboral en una famosa cadena de helados artesanales llamada Messina. "Aprendí mucho. 

Preparaba los helados, chequeaba el stock y hasta salía a repartirlo en una camioneta. La demanda era grande, pero a su vez pagan muy bien, lo que nos permite ahorrar casi 4.000 dólares australianos (casi 2. 600 usd) ". Barby, a su vez, optó por retomar su profesión. Sin su título de farmacéutica validado consiguió instalarse en una farmacia como asistente. “Fue todo un desafío por el idioma y los nombres de los remedios. Ganaba menos que Gastón”.

 Se establecieron, alquilaron un departamento a pocas cuadras de la playa, y empezaron a vivir la vida al estilo australiano. “Nos enamoramos de esa ciudad. No te voy a mentir, es caro mantenerse, pero la calidad de vida es insuperable: estar cerca del mar, transporte publico que funciona, sin trafico, y la tranquilidad de, por ejemplo, volver de noche caminando o dejar la puerta de casa sin llaves”. Pronto llegó la pandemia. Y los planes de recorrer el país se vieron frustrados. “En marzo de 2020 comenzaron a registrarse los primeros casos, y con eso las restricciones, sin embargo duró poco. No se vio nunca gente con tapabocas, ni dispensers de alcohol en gel por todas partes”. La van que compraron para viajar por Australia La van que compraron para viajar por Australia Con 20 mil dólares ahorrados de los meses de trabajo, renunciaron y siguieron con su sueño de viajar. 

“Comprarmos una minivan Suzuki APV vacía, y la reciclamos con objetos que la gente deja en la puerta de sus casas. Conseguimos todo, desde la cocina hasta la cama, es increíble lo que la gente desecha”. Salieron en mayo rumbo al norte, y ahora están en Darwin: no hacen más de 200 kilómetros por semana, y van parando en los campings. "Las instalaciones de los campings son increíbles, tenés ducha con agua caliente, parrilla, baños limpios, es un placer ", Uno de sus destinos preferidos fuera de Australia es Sudeste Asiático, lugar que ofrece paisajes increíbles y un bajo costo de vida. “Con pocos dólares te instalas en hostels, la comida callejera es muy barata, y hay mucho por ver”. Volver a casa...no por ahora La pareja de argentinos no tiene planes de retornar a casa . “Por ahora no queremos volver a la Argentina.

 Claro que extrañamos a los amigos (aunque en Australia hicieron varios) y la familia, pero estamos felices con este estilo de vida que llevamos, y la idea es seguir explorando el mundo”. Compraron una van y salieron por las rutas de Australia Compraron una van y salieron por las rutas de Australia Debido a las restricciones de viaje por la pandemia, esta imposibilitados de continuar su recorrido, sin embargo Nueva Zelanda es uno de los lugares que les llama la atención.

 Por último, la pareja santafesina derriba mitos: “No hay que ser millonario para vivir de viaje, es un cambio de mentalidad donde dejas de lado lo material, como comprarte ropa o salir a comer afuera para estar liviano conectado con cada instante y momento. Ganas experiencias y calidad de vida". Si tenés alguna historia de vida para compartir podés hacerlo en @camilahotano o cotano@infobae.com Seguí leyendo: Dejó su vida en la Argentina para emigrar a España en familia: “No sabía lo mal que vivía hasta que dejé el país”

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