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lunes, 10 de enero de 2022

“Muy tóxica”: el testimonio de la novia del hombre asesinado por su ex en su casa de Laferrere

 

La enfermera Jésica Rodríguez relató cómo contuvo la herida de su pareja e intentó salvarlo luego del ataque de Analía Castillo. La acusada se negó a declarar Federico Fahsbender 

Por Federico Fahsbender 5 de Enero de 2022 ffahsbender@infobae.com
Analía Castillo, la acusada 

 La sangre seguía tibia, en cierta forma, el lunes por la tarde cuando Jésica Rodríguez declaró como testigo clave en el Destacamento Laferrere Sur de la Policía Bonaerense. Horas antes, Analía Belén Castillo (28), la ex de su pareja, había llegado a la casa donde estaba la mujer junto a su novio en Gregorio de Laferrere: frente a ella lo apuñaló hasta la muerte.

 Jésica, enfermera de 35 años, relató cómo ella y Jorge Gustavo Cabrera (35) ese lunes ingresaron a las 4 a la casa de su novio de la calle Juan Cruz Varela, en el partido de La Matanza, para pasar la noche juntos. Alrededor de las 11, una mujer de pelo oscuro y esbelta, llegó con gritos, amenazas, merodeando en la puerta de la propiedad. Era Castillo.

 “Es una piba que andaba conmigo y sigue obsesionada”, le aclaró Jorge, temeroso, a Jésica, según el relato de la enfermera. Castillo ingresó a la casa, enfurecida, deseando destruir y matar. Castillo ya era una vieja historia en la vida de Jorge. Incluso él, tras la separación, comenzó una nueva relación con Jésica: llevaban juntos dos meses. Sin embargo, los problemas con su ex seguían. 

 Fuentes judiciales aseguraron que Castillo les había seguido el rastro esa noche, que sabía que Jorge estaría con su nueva pareja. Cómo ingresó a la casa, o si Jorge le permitió a su ex entrar, es algo que no queda claro en el testimonio de Jésica. Supuestamente, la excusa de la mujer fue que había a buscar cosas suyas que habían quedado en la propiedad cuando la relación se terminó.

 Lo cierto es que, de inmediato, Castillo tomó un cuchillo de la cocina e ingresó a la habitación. La enfermera miraba atónita. Su relato en la comisaría, al que accedió Infobae, trazó la escena: la joven comenzó a golpear el televisor con el cuchillo. Jorge intentó que se fuera del lugar, comenzaron a forcejear. Allí, frente a Jésica, Castillo apuñaló en el pecho a su ex en la zona baja del abdomen derecho y luego corrió, soltando el puñal, que cayó en el piso de cerámica.

 En la otra habitación dormía el padre de Jorge, quien comenzaba a morir. Jésica, lejos de entrar en pánico, aplicó su experiencia. Asistió a Jorge para contener el sangrado y llamó rápidamente a su suegro. Movieron al herido al patio, donde comenzó a desvanecerse mientras perdía gran cantidad de sangre. Luego, lo llevaron por sus propios medios al hospital Teresa Germani, donde llegó ya sin vida.

 El crimen del Jorge comenzó a ser investigado por el fiscal Federico Medone, de la UFI de Homicidios de La Matanza. Lo que dijo Jésica se convirtió en prueba esencial para imputar a la acusada. Aseguró que Jorge la definía como “muy tóxica”, que en ocasiones anteriores lo había agredido a golpes, arañándole la cara. Sin embargo, nunca presenció una discusión entre Castillo y Jorge. Jésica dijo que tampoco conocía su nombre y fue el padre de la víctima quien aportó la identidad de la sospechosa del crimen. Lejos de tomarse un micro,

 Castillo fue encontrada mientras caminaba por el cruce de las calles Zufriategui y Carlos Casares, del barrio Altos de Laferrere. Allí, fue reducida y arrestada. Se negó a declarar ante el fiscal Medone y seguirá detenida. Fuentes de la investigación contaron que la relación entre la asesina y su víctima había finalizado hacía unos meses y que no tenían hijos. “Había un contexto de peleas y malos tratos entre ellos, pero nunca se llegó a realizar una denuncia. La mayoría de las discusiones y conflictos eran por los celos de la mujer hacia el hombre”, detallaron investigadores del caso.

lunes, 29 de noviembre de 2021

Golpeado, mordido y quemado con cigarrillos: el calvario que vivió Lucio antes de ser asesinado

 

El informe preliminar de la autopsia reveló lesiones antiguas y recientes. Previo a su muerte, había sido ingresado varias veces al mismo hospital con fracturasPor Martín Candalaft 29 de Noviembre de 2021
La autopsia al cuerpo de Lucio Dupuy, el nene de 5 años que fue asesinado en La Pampa, comenzó a las 6.10 del sábado. Apenas el equipo de forenses, comandado por el doctor Juan Carlos Toulouse observó el cuerpo, se sobresaltó. No porque nunca hayan visto el tipo de lesiones que tenía el cadáver del chico sino por la multiplicidad de heridas y el ensañamiento que había padecido, y que saltaba a simple vista. El cuerpo del chiquito presentaba un golpe fuerte producto, probablemente, de una patada, heridas compatibles con quemaduras de cigarrillos y múltiples mordeduras. Algunas lesiones eran antiguas, otras muy recientes. Según la reconstrucción que realizó el equipo de fiscales que investiga el crimen de Lucio, el nene fue ingresado al Hospital Evita de Santa Rosa, La Pampa, por su madre Magdalena Espósito Valiente (24) y su novia Abigail Páez (27).

Llegó prácticamente sin signos vitales y a los pocos minutos constataron que estaba muerto. La primera reacción de las mujeres fue decir que habían sido víctimas de un robo. Nadie les creyó. Una hora y media después la policía pampeana allanó el domicilio donde vivían y, luego de ese operativo, la pareja quedó detenida acusada de homicidio simple. En el caso de la madre, la imputación está agravada por el vínculo. 

 El día que murió Lucio no era la primera vez que las mujeres llevaban al nene al hospital Evita. Todo lo contrario. Según pudo saber Infobae de fuentes médicas, el chico ingresó hace pocos meses con una fractura en su mano. En ese momento, la aparente excusa que ofreció la madre a los pediatras que lo atendieron fue que se había caído de una bicicleta. Luego, figura otra entrada al mismo centro de salud, esa vez por la fractura de un dedo. Luego, los documentos registran varias entradas más, aunque se desconocen los motivos.

 En cuanto al resultados de la autopsia al cuerpo del chiquito, que por el momento es preliminar, figuran múltiples traumatismos, lesiones y escoriaciones. Uno de los más notorios es un golpe muy fuerte que Lucio tenía en su muslo izquierdo a la altura del cuádricep. Esa lesión tiene una antigüedad no mayor a los siete días y se cree que pudo haber sido por el impacto de un objeto contundente o, directamente, de una patada. El cuerpo del nene de 5 años también mostraba quemaduras de cigarrillos, prácticamente, por todo el cuerpo.

 Estas lesiones, siempre según el análisis forense, son de larga data. Es decir, que tiene una antigüedad importante: este dato le permitió inferir a los fiscales que el chico era torturado desde hacía tiempo. Vivió un calvario. Las otras lesiones que los especialistas detectaron en la autopsia tienen que ver con mordeduras. Esas lastimaduras serían de hace pocos días. Algunas de ellas están presentes en los brazos, pero no son los únicos lugares donde fue mordido: 

hay también lesiones de ese tipo en otras partes del cuerpo, aunque esa información está reservada por los investigadores. Finalmente, el informe preliminar de autopsia concluyó que la causa de la muerte fue una hemorragia interna derivada de varias lesiones. “No se puede determinar un traumatismo, un golpe, puntual que le haya causado la muerte. Sino que fue una multiplicidad de lesiones las que produjeron la hemorragia, y posterior muerte”, explicaron desde la Justica. 

 Por decisión de la fiscal Verónica Ferraro, una de las encargadas de la causa por el homicidio de Lucas, las dos acusadas fueron trasladadas a San Luis: “Ante las marchas y la bronca de los vecinos, se nos hacía muy difícil garantizar la seguridad de las imputadas por eso decidimos trasladarlas a una de las provincias linderas”, explicaron desde los tribunales pampeanos. Las dos imputadas están alojadas en el Complejo Penitenciario I de San Luis, confirmaron desde esa provincia. El dolor del padre El papá de Lucio, Christian Dupuy, que reclamaba desde agosto de 2020 la tenencia de su hijo, y la familia paterna del niño en su conjunto, creen que Espósito y su pareja, que no le permitían ver a Lucio desde el inicio de la pandemia, volcaron en el chico el odio que tenían contra él.

jueves, 9 de septiembre de 2021

“La rubia me hará rico”: el atroz crimen de la conejita de Playboy en manos de su marido y proxeneta

 

No podía imaginar ese final. Quiso juntarse con su marido para separarse en buenos términos y hacer un acuerdo económico. 

Todo terminó de la peor manera. Aquella escena final fue en Los Ángeles el 14 de agosto de 1980. El detective que la encontró se espantó con la brutalidad que vieron sus ojos. Dorothy Stratten, modelo súper famosa, yacía muerta en el piso, desnuda. A su lado había un hombre también desnudo y también muerto. Había un lago de sangre alrededor. Dorothy era la playmate de ese año: tapa y foto a doble página de la revista Plaboy, la lujosa tarjeta de presentación del imperio de Hugh Hefner. Nombre: Dorothy Stratten. 

Edad: 20 años. Ocupación: Modelo, y actriz in progress. Él era nada. Nadie. Paul Snider: un proxeneta. Pero también su marido… La reconstrucción del crimen y los informes forenses estremecieron a la ciudad, y hubo luto entre las conejitas de la mansión, sus compañeras. Según esos peritajes, apenas Dorothy entró, estalló una violenta discusión. Ella quería el divorcio, pero él sólo lo aceptaba si ella le cedía, de por vida y con documento firmado, la mitad de sus ganancias. Una imagen de 1980. Dorothy comenzó a modelar y a hacer sesiones fotográficas para revistas de moda. 

Dorothy comenzó a modelar y a hacer sesiones fotográficas para revistas de moda. Hubo sexo: de ahí la desnudez de ambos, además de las inequívocas huellas analizadas por los forenses. Se sospecha que la discusión llegó a nivel volcánico. Paul tomó su escopeta calibre 12… y le voló la cabeza. Una cabeza rubia llamada a dar golpe en Hollywood. Después, furiosa necrofilia. Y por fin, él también se mató del mismo modo, con el caño en la posición más segura: debajo del mentón. En el interrogatorio, el detective privado confesó que Paul Snider lo había contratado para que siguiera a Dorothy noche y día. Más que por celos, porque se le escapaba "mi gallina de los huevos de oro", como la nombraba ante sus marginales amigos… La semilla de la tragedia germinó dos décadas antes, el 28 de febrero de 1960, en Vancouver, Columbia Británica, Canadá, cuando nació la niña Dorothy Ruth Hoogstraten. 

 A los 17 años Dorothy conoció a Paul Snider, que la introdujo en su red de proxenetismo A los 17 años Dorothy conoció a Paul Snider, que la introdujo en su red de proxenetismo Familia hecha jirones: padre fugitivo que huyó cuando apenas su hija cumplió tres años, madre débil y sin recursos, una hermana menor, y el magro apoyo de la Social Security… A sus 14 años, Dorothy era la más bella del colegio, pero no llegaría a la universidad. La necesidad la obligó a trabajar como mesera en el Dairy Queen, un restaurante de comida rápida. En sus horas libres aprendió a patinar (estuvo cerca de llegar al grado de profesional), escribía poemas, tenía un novio un par de años mayor, y muy poco más…, pero con un naipe ganador en la manga: su belleza. Pelo, cara, cuerpo –medidas ideales–, y en verano, fan de aquellos inquietantes y famosos shorts que impuso la actriz y pin-up Betty Grable entre los años 40 y 50… Pero a sus 17 años, y antes de probar suerte en el mundo del espectáculo, cayó en la red de Paul Snider, un proxeneta de largas patillas vestido como para el show del mal gusto y calzado… con botas tejanas de piel de cocodrilo (¡!) Un espécimen que cazaba mujeres organizando desfiles de modelos y sesiones de fotografía para aspirantes a estrellas. 

Por supuesto, desnudas… En 1978 el director de cine Peter Bogdanovich la conoció en la mansión de Playboy y quedó impresionado con su belleza En 1978 el director de cine Peter Bogdanovich la conoció en la mansión de Playboy y quedó impresionado con su belleza Trepador nato, sus armas más notorias eran un Corvette negro, y una limusina dorada para llevar a las chicas que trabajaban para él en Beverly Hills y alrededores. 

 Pero el negocio no rendía a la medida de su ambición, y temblaba ante una condena por agente de prostitución, y la cárcel. Bajó la cabeza, arrió su bandera, volvió al pueblo en que nació, un día entró al Dairy Queen…, y vió a Dorothy. Delincuente y once años mayor que ella –en ese momento, 31 contra 17–, le dijo al tipo que lo acompañaba: –Esa rubia me hará rico. 

 El primer paso fue un clishé: abordaje, regalos (joyas falsas y ropa de segunda clase pero inalcanzables para ella), palabrería, susurros de amor, y un departamento alquilado con vista a la bahía. El pez mordería el anzuelo… Dorothy Stratten junto a su marido, manager y asesino: Paul Snider Dorothy Stratten junto a su marido, manager y asesino: Paul Snider Por esos días, la revista Playboy celebró su primer cuarto de siglo, y Hefner lo celebró con un concurso para conocer futuras conejitas. Para Snider fue un inesperado premio mayor. 

Escalera real servida. Contrató a un fotógrafo para que hiciera el book de Dorothy, y lo mandó directo a las fauces de su envidiado zar de la cadena Playboy. Y se casó con ella: su seguro de vida y de fortuna. Antes de una semana llegó el pasaje de avión a Los Ángeles. Snider la acompañó al aeropuerto, y le dijo que si el poderoso Hugh le pedía dormir con ella, que no se negara. Llegó a la final del concurso, pero el título de playmate lo ganó Candy Loving. Sin embargo, ese segundo puesto le aseguró el título de conejita y el pase al club playboy de Los Ángeles: el más famoso después del mítico de New York. La célebre tapa de la revista Playboy protagonizada Dorothy Stratten. 

Dos meses después sería asesinada por su marido La célebre tapa de la revista Playboy protagonizada Dorothy Stratten. Dos meses después sería asesinada por su marido En Vancouver, Snider sintió que la presa se le escapaba… ¡Y cómo! En 1978, el director de cine Peter Bogdanovich fue por primera vez a la mansión de Playboy, y vio a Dorothy. –Estoy haciendo un casting para mi nueva película. Llamame… La película era Todos rieron, y la novata Stratten –acortó así su apellido– actuó junto a Audrey Hepburn y Ben Gazzara. Ya se la había visto en un capítulo de la serie La isla de la fantasía y en otro de Buck Rogers, pero la de Peter era primera categoría. 

 Director y estrella en ciernes pasaron tres meses en Europa, y no fue flirt: él le propuso casamiento, y una vida juntos en Bel Air. Ella aceptó, pero antes debía pedirle el divorcio a Snider. La negociación se tornó muy dura: el chulo exigía que Dorothy le pagara el 50 por ciento de sus ganancias, y de por vida. Acordaron reunirse una última vez para discutir esos términos. Peter, sus amigos y muchas compañeras del club Playboy le rogaron que no fuera. Sabían que Snider tenía otra pareja, y que se comportaba de un modo extraño, inestable, violento a veces. Ella no les creyó: –Es muy agradable, y creo que debo darle algo de dinero. Él me descubrió… Peter Bogdanovich, casi una década después del asesinato de Dorothy, se casó con sun hermana menor. 

Sin embargo, llegó a escribir que nunca amaría a nadie como a Dorothy Peter Bogdanovich, casi una década después del asesinato de Dorothy, se casó con sun hermana menor. Sin embargo, llegó a escribir que nunca amaría a nadie como a Dorothy Y allá fue. Hacia la muerte. Bogdanovich, en el libro sobre su vida (The killing of de Unicorn), escribió: “No puedo creer que haya existido, que fuera un sueño. No sé si podré amar a alguien como amé a Dorothy”. El crítico-estrella Vincent Canby le dio un espaldarazo: “La señorita Stratten poseía una adorable presencia en la pantalla: podría haberse convertido en una comediante de primer orden”. Hugh Hefner definió: “Hay un clásico clishé: la chica de pueblo que viene a trabajar a Playboy y muere porque quiso vivir muy rápido. Pero eso no ocurrió con Dorothy Stratten. Su marido era un hombre muy enfermo que vio cómo su gallina de los huevos de oro, su conexión con el poder, se desvanecían…, por eso la mató”. 

 En 1984, Bogdanovich empezó a salir con la hermana menor de Dorothy, Louise Beatriz. Le pagó una escuela privada, clases en una escuela de modelos, la colmó de regalos, y en 1988 se casó con ella. Él tenía 49 años, y ella 20 –la misma edad de Dorothy al morir–. Trece años después, se divorciaron. La vida y la tragedia de la playmate fue llevada al cine en 1983. El film, Star 80, fue dirigido por el genial coreógrafo Bob Fosse, y el rol de Dorothy lo encarnó la no menos bella Mariel Hemingway”.

jueves, 8 de julio de 2021

Escalofriante informe forense: cómo quedó el cuerpo del presidente de Haití tras ser acribillado en su residencia

 

El cuerpo recibió 12 impactos de bala, con armas de gran calibre y también con una 9 milímetros: “Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre”
El presidente de Haití, Jovenel Moise, recibió doce impactos de bala durante el ataque que acabó con su vida el miércoles, según afirmó el juez de paz encargado del informe forense. El juez Carl Henry Destin dijo al diario “Le Nouvelliste” que el cadáver de Moise tenía doce orificios realizados con armas de gran calibre y también de 9 milímetros.

 ”Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”, relató el juez de paz. El responsable de levantar el cuerpo dijo que aparte de Moise, la única persona que resultó herida fue su mujer Martine, que está hospitalizada en Miami, Estados Unidos. Foto del martes de perdiodistas cerca de la residencia del presidente de Haiti tras el asesinato de Jovenel Moise a manos de hombres armados no identidicados en Puerto Príncipe.

 La hija de la pareja estaba en la misma estancia que sus padres en el momento del ataque, pero consiguió esconderse en la habitación de su hermano, que también resultó ileso. Autoridades haitianas informaron el miércoles de que los dos hijos de Moise se encontraban en lugares seguros, pero no habían aclarado su estado de salud. 

 El juez de paz también aseguró que el escritorio y la habitación de Moise fueron “saqueados” por los asaltantes, que irrumpieron en la residencia del mandatario fuertemente armados en la madrugada del miércoles. Los miembros de la policía y los forenses de Haití encuentran una bala mientras buscan pruebas fuera de la residencia presidencial el 7 de julio de 2021 en Puerto Príncipe, Haití. 

 Los miembros de la policía y los forenses de Haití encuentran una bala mientras buscan pruebas fuera de la residencia presidencial el 7 de julio de 2021 en Puerto Príncipe, Haití.

 DETENCIONES La policía haitiana confirmó que cuatro “mercenarios” fueron asesinados y otros dos detenidos tras el asesinato del presidente Jovenel Moise. “Cuatro mercenarios fueron asesinados, dos puestos bajo nuestro control. Tres policías que habían sido tomados como rehenes fueron recuperados”, dijo el director general de la policía, Leon Charles, en un comunicado por televisión. Play Los presuntos asesinos fueron interceptados por la Policía tras el intenso intercambio de disparos en el sector de Pélerin, donde se encuentra la residencia de Moise, “poco antes de las 6 de la tarde”, según adelantó el secretario de Estado de Comunicación, Frantz Exantus, a través de Twitter. 

 Según la versión de las autoridades, los miembros del comando que atacó al jefe de Estado son extranjeros de habla inglesa y española, pero no confirmaron sus nacionalidades ni sus identidades. Los hombres estaban armados con fusiles, según la versión ofrecida por las autoridades haitianas.

 LAS ELECCIONES SIGUEN EN PIE 

 El primer ministro interino de Haití, Claude Joseph, mantuvo este miércoles una conversación con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en la que se comprometió después del asesinato del presidente Jovenel Moise a “la realización de elecciones inclusivas y creíbles según el calendario establecido”.


“El jefe de Gobierno se compromete a dialogar con los líderes de la oposición y otros actores para apaciguar el clima sociopolítico y para facilitar la realización de elecciones inclusivas y creíbles según el calendario establecido por el Consejo Electoral Provisional”, se lee en un comunicado compartido por la cuenta de Twitter del primer ministro. Moise había dibujado un calendario electoral que fue variando sobre la marcha, a medida que empeoró la situación del país más pobre del hemisferio occidental. Inicialmente, se había convocado en abril un referéndum para reformar la Constitución, pero la incertidumbre derivó en un primer aplazamiento a junio y, después, hasta el 26 de septiembre, coincidiendo con la primera vuelta de los comicios legislativos y presidenciales. (con información de EFE)

martes, 6 de julio de 2021

Una “jauría humana” pateó a Samuel Luiz a lo largo de más de 150 metros

La investigación policial parte del rifirrafe entre el agresor y la víctima por una supuesta grabación del móvil


PATRICIA ORTEGA DOLZ Madrid - 06 JUL 2021 - 15:22 GMT-3 Las cámaras de seguridad de El Andén, el local del que salieron tanto el joven de 24 años Samuel Luiz como sus agresores, igual que las del paseo marítimo de A Coruña, revelan lo mismo: uno y otros no coincidieron en ningún momento hasta que se inició entre ellos el rifirrafe por una supuesta grabación de móvil. 

“El agresor [detenido en la tarde de este martes, junto a dos de sus acompañantes] creyó que estaba siendo grabado y le increpó”, pero eso derivó primero en una agresión física (”un puñetazo”) y, después, en una brutal paliza colectiva, que fuentes policiales describen como “una jauría humana pateando a un chaval a lo largo de más de 150 metros en plena calle”.

 Esa es la distancia que hay entre esa discoteca del paseo y el número 2 de la Avenida de Buenos Aires, donde “el chico ya se desplomó, cayó como muerto”. “Pero allí se ensañaron”, siguen describiendo las mismas fuentes, “entre seis y diez personas continuaron pateándole”. Hay tres detenidos: dos hombres y una mujer. La policía, que hasta el momento ha tomado declaración a 15 testigos directos y no descarta ninguna hipótesis, tiene centrada su investigación en el momento en el que el agresor principal se dirige a Samuel y le “insulta”, “al creerse que le está filmando con el teléfono”.

 “No por su condición sexual, no se conocían de nada, no se habían visto nunca antes”, advierten las fuentes policiales. Tres detenidos por el asesinato a golpes del joven Samuel Luiz en A Coruña la madrugada del sábado El agresor iba muy bebido, aseguran estas fuentes, y se puso muy violento enseguida, propinándole un puñetazo sin apenas mediar palabras. Sin embargo, lo peor, según relatan fuentes próximas a la investigación, estaba por llegar: “Salieron del local los amigos del agresor y buscaron a Samuel, que ya se encontraba algo conmocionado”. 

Las cámaras muestran cómo “una turba de personas” le sacude golpes durante un trayecto de más de 150 metros. “El chico trata de escapar en varias ocasiones, cae y se levanta hasta tres veces, llega a cruzar la calle, pero le vuelven a alcanzar y le siguen golpeando”. “Hay mucha gente, chicos y chicas, ellas no le agreden pero jalean a quienes lo hacen, hasta que llegan al número 2 de la Avenida de Buenos Aires, donde el joven se desploma definitivamente”, relatan las mismas personas cercanas al caso. 

 La investigación policial está centrada en los visionados de esas cámaras y otras que pudieron registrar lo sucedido a lo largo de ese recorrido mortal. Son decenas los participantes, aunque “al final quedasen entre seis y diez personas ensañándose con el chaval, que apenas pudo ni tan siquiera defenderse”, describen. De ahí que las identificaciones vayan despacio y las detenciones se hayan producido este martes entre la mañana y primera hora de la tarde, tres días después de los hechos.


 Los detenidos hasta el momento son de nacionalidad española. Los agentes no descartan nuevos arrestos y continúan recabando testimonios de todos los presentes para aclarar los pormenores de lo ocurrido e identificar a todos los participantes en “la jauría”, en una investigación que continúa secreta. Se adhiere a los

lunes, 28 de junio de 2021

Crimen bestial en San Justo: no quiso pagar dos latas de cerveza y asesinó al almacenero delante de los vecinos con un nunchaku

 

Reynaldo Quiroz, de 35 años, recibió varios golpes en la cabeza y puñaladas en el cuerpo. El agresor, Matias Andrade, de 29 años, intentó escapar en dos autos robados pero fue detenido por la Policía Bonaerense
Este sábado, en horas de la tarde, Silvestre Reynaldo Quiroz, un almacenero de 35 años de la localidad bonaerense de San Justo, en La Matanza, fue brutalmente asesinado por un cliente que lo atacó con un nunchaku y una cuchilla ante la vista de todos los vecinos y su familia. 

 El violento episodio ocurrió este sábado en el almacén que Quiroz, de nacionalidad boliviana, tenía sobre la calle Parral al 3400, entre Pampa y Derqui, en el partido de La Matanza. De acuerdo al relato de testigos y familiares del comerciante asesinado que presenciaron el crimen, todo comenzó con una discusión entre Reynaldo y Matías Andrade, un joven de 29 años, vecino de la zona y cliente habitual, que ingresó al local en un evidente estado de ebriedad y quiso irse sin pagar con dos latas de cerveza.

 Lo que sigue quedó registrado en las imágenes de una cámara de seguridad cercana: Reynaldo enfrentó al joven, que, al ser increpado por el comerciante extrajo de entre sus ropas un nunchaku -un arma utilizada en artes marciales que consta de dos barras unidas por una cadena o cuerda- y golpeó varias veces en la cabeza al almacenero, que corrió hacia la calle para escapar del agresor. 

 A los pocos metros, sin embargo, Reynaldo cayó al suelo gravemente herido y, en ese momento, Andrade tomó una cuchilla y lo apuñaló en la cabeza y otras partes del cuerpo ante la mirada atónita de varios transeúntes y de Hilaria Becerra, pareja de la víctima y madre de las dos hijas que tenían en común, que presenció todo el ataque. “Mi marido se escapó y lo corrió”, relató la mujer durante una manifestación junto a vecinos en reclamo de Justicia por el crimen de su marido. 

“Mi nena chiquita estaba afuera y lo vio todo. La metí a rastras dentro del negocio porque quería venir conmigo”, contó entre lágrimas en diálogo con TN. "Mi nena vio todo": el desgarrador relato de la viuda del comerciante asesinado En ese momento, como la ambulancia no llegaba, un vecino ayudó a la mujer y al hermano de Reynaldo -también dueño de un comercio cercano- a cargar al hombre en un auto particular y lo trasladaron de urgencia al Hospital Balestrini de Ciudad Evita, donde finalmente falleció tras una operación a causa de la gravedad de las heridas. 

 “Un cliente me avisó que mi hermano estaba tirado en la calle. Cuando llegué estaba todo ensangrentado y pensé que alguien lo había chocado”, contó el hermano de Reynaldo. “Lo ingresaron rápido en la guardia y no lo pude ver más. No pude salvarlo”, se lamentó. Mientras tanto, gracias al relato de los testigos, efectivos de la Comisaría 1° y del Comando de Patrullas que se trasladaron hasta el lugar por un llamado al 911, lograron detener a Andrade cerca del lugar del ataque, luego de que intentara escapar en dos autos robados, sin éxito. 

 Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, el joven, que iba vestido con un pantalón gris y una campera azul, amenazó con la cuchilla ensangrentada a un hombre de 53 años en Rafael Castillo y le robó una camioneta Volkswagen Suran negra, que abandonó junto con el arma blanca en la esquina de Peribebuy y Coronel Lynch, donde luego volvió a robar otro auto, un Renault Megane, a un hombre de 66 años. Finalmente, tras un operativo cerrojo de la Policía Bonaerense, fue capturado en el barrio San Alberto. Tenía golpes en la cara y sangre en la ropa. Andrade se negó a declarar ante el fiscal Gastón Bianchi, de la UFI Nº 3 descentralizada de San Justo, que le imputó los delitos de homicidio agravado criminis causae y robo calificado por el uso de armas en dos hechos.

 Al confirmarse la muerte del comerciante, la causa quedó en manos de la Fiscalía especializada en Homicidios de La Matanza, a cargo del fiscal Marcos Borghi, que ordenó la realización de la autopsia al cuerpo de Quiroz. Los amigos, familiares y vecinos de Reynaldo lo despidieron en redes sociales. “Reynaldo, un papá, un trabajador, un hermano, un buen vecino. 

Lo mató un cagón de los modernos que se drogan y le clavó siete puñaladas después de llevarse dos cervezas de su almacén”, señaló un vecino y cliente del almacén. “La historia se repite una y otra vez. Una persona muerta, una familia destrozada y tres hijos sin su padre. Qué más tiene que pasar para reaccionar y volver a tener una vida digna. Un beso al cielo, Rey, y gracias por pasar por mi vida”. Hilaria, su esposa, cambió su foto por una de su marido y lo despidió con un mensaje breve: “Vuela alto, mi amor”.

sábado, 5 de junio de 2021

“Si me matan, fue él”: una mujer denunció a un alcalde chavista y apareció muerta

 

Dorialcely Tocuyo, de 29 años, fue asesinada a balazos en El Callao, estado de Bolívar. En una protesta el pasado 25 de mayo, había denunciado al gobernante Alberto Hurtado por corrupción y complicidad con redes de prostitución
Las muertes de Dorialcely Tocuyo, de 29 años; y Martha Aristizábal, de 37; conmocionaron a la población minera de El Callao, en el sur del estado venezolano de Bolívar. Las mujeres aparecieron muertas luego de denunciar a un alcalde chavista por corrupción y complicidad con redes de prostitución. “Si me matan, fue él”, expresó Dorialcely en una protesta el pasado 25 de mayo para escrachar al alcalde chavista Alberto Hurtado. 

“Quien grita es Dorialcely Tocuyo. ‘Él’ es el alcalde de El Callao, Alberto Hurtado (del PSUV), a quien Dorialcely acusa de corrupción y de complicidad con redes de prostitución. A ella y a Martha Aristizábal las asesinaron a balazos. ¿Quién responde?”, se preguntó en su cuenta de Twitter Javier Tarazona, director de la ONG Fundaredes, quien compartió los videos donde se ve a la mujer en la protesta y se la escucha decir que si la asesinaban responsabilizaba al político oficialista. El fiscal Tarek William Saab confirmó que se abrió una investigación. “#JUSTICIA. Ante el abominable homicidio serial de Martha Aristizábal (37 años) y Dorialcely Tocuyo (29 años) ocurrido en El Callao (Bolívar) hemos designado al Fiscal 5to del Ministerio Público para investigar y sancionar de manera ejemplar tan terrible hecho”, expresó en su cuenta de Twitter. Según reconstruyó El Pitazo, Tocuyo era madre soltera, tenía cuatro hijos y trabajaba como manicura, comerciante informal y trabajadora sexual en El Callao y Tumeremo desde hacía cuatro años. 

Nació en Cumaná, estado de Sucre, pero de chica se mudó a San Félix junto a su abuela. El mismo periódico informó que, en la escena del crimen, los investigadores encontraron 10 cartuchos de balas. La familia de la joven habló con el diario local Correo del Caroní y pidió investigar al alcalde. “La investigación deberían hacerla las autoridades a ver qué tan culpable es el alcalde, porque no puede ser casualidad que una vez que ella le haya dicho todas sus verdades aparezca muerta y torturada”, manifestó un pariente al medio de comunicación. 

 “Aquí voy a estar para cuando me quieras llevar presa, porque estoy peleando por los derechos de mis cuatro hijos. Una cosa es hablar y otra es irrespetar”, se la escucha decir a la mujer en la protesta que fue filmada y que se hizo viral en las últimas horas. El alcalde Alberto Hurtado (@AlbertoH_PSUV) El alcalde Alberto Hurtado (@AlbertoH_PSUV) En otro tramo del video, en el que no se observa al alcalde pero sí a efectivos de seguridad, Tocuyo advirtió que si algo le pasaba sería responsabilidad del mandatario local. “Si no me mata el COVID, me va a matar el hambre. Ustedes comen, nosotros no. Que me maten, aquí hay bastante cámara. Si me matan fue él (…). Prefiero que me maten a que mis hijos me pidan comida y yo no tenga qué darles”, dijo la mujer.

lunes, 24 de mayo de 2021

“Hipnotizado para matar” o un lobo solitario: la historia secreta del asesino de Robert Kennedy y los misterios del crimen

 

Condenado a perpetua, Sirhan Bishara Sirhan, un palestino cristiano, tiene hoy 77 años. Cuando disparó las balas que mataron al joven senador, gritó: “Lo hice por mi país”. Aseguró que lo había asesinado por la simpatía que Bob tenía por Israel. Después negó todo y dijo haber actuado bajo hipnosis. A 53 años del crimen, persisten las dudas sobre los verdaderos autores de los disparos
En el Establecimiento Penitenciario Richard J. Donovan, en el condado de San Diego, California, su último domicilio conocido, languidece, acaso hasta su muerte, Sirhan Bishara Sirhan. En el amanecer del 5 de junio de 1968, en la cocina del famoso Hotel Ambassador de Los Ángeles, que ya fue demolido, Sirhan disparó su revolver Iver Johnson Cadet, calibre 22 contra el senador demócrata por New York Robert Francis Kennedy, que acababa de ganar las elecciones internas de California y marchaba raudo hacia su candidatura a presidente para las elecciones de noviembre de ese año. Kennedy recibió cuatro balazos.

 Uno en la cabeza, detrás de la oreja derecha. Murió en la mañana del 6 de junio. Tenía 42 años y once hijos. Tratándose de un Kennedy, y de su asesinato a balazos, nada es claro. Y las teorías conspirativas, siempre tan atractivas, sobre todo porque rozan la realidad de manera sorprendente, perviven a pronto cincuenta y tres años de su muerte. Que Sirhan haya disparado, un hecho que no admite réplica, no quiere decir que sus balas hayan matado a Bobby Kennedy. Como en el asesinato de John, el hermano presidente de Robert quien había sido su mano derecha, hombre de confianza y consultor, abundan las hipótesis de más de un tirador; las balas disparadas por el arma asesina no coinciden con los disparos que se escucharon, se grabaron y se contaron esa noche trágica, la destrucción de pruebas y evidencias por parte de quienes debían resguardarlas y protegerlas y la sombra persistente de un crimen de Estado, remiten a dos crímenes calcados, idénticos. Sirhan Sirhan is led away from the Ambassador Hotel after shooting Robert F. Kennedy Sirhan Sirhan is led away from the Ambassador Hotel after shooting Robert F. Kennedy Los bandos que dividen aguas, también son un calco: un lado cree que las muertes de John y Bobby fueron obra de asesinos solitarios y el otro lado abunda en teorías y evidencias que denotan la trama de un complot posible, creíble y hasta confiable, pero nunca revelado. Quienes podían hacerlo se llevaron sus secretos a sus tumbas.

 Y todo indica que Sirhan hará lo mismo. Al asesino del presidente, Lee Oswald, lo mató un gánster, Jack Ruby, dueño de un club nocturno de Texas y de intenso contacto con la policía de Dallas, la ciudad del magnicidio. Y lo hizo en los sótanos del departamento policial y delante de decenas de policías y periodistas. De Sirhan se sabe poco y nada. Tenía 23 años cuando disparó contra Kennedy. Fue juzgado y condenado a morir en la cámara de gas en 1969. Pero California abolió la pena capital en 1972 y la pena le fue conmutada por la de cadena perpetua. El pasado 19 de marzo cumplió 77 años, cincuenta y cuatro los pasó en prisión. Dice que no recuerda nada. Nació en Jerusalén, de padres palestinos y de origen jordano, es un cristiano que buscó con afán una iglesia que pudiera contener sus ansias de fe y acaso de esperanza. Cambió varias veces de comunidad religiosa y, ya como adulto joven, adhirió a la Bautista primero, luego a la Adventista del Séptimo Día y también incursionó en el ocultismo. No vaya a ser cosa. Cuando tenía 12 años, su familia emigró a los Estados Unidos y, después de una estada breve en Nueva York, se afincó finalmente en California. Fue un estudiante más de la entonces Eliot Junior High School, que hoy es la High School Charles W. Eliot, de Altadena. 

Pasó por la John Muir High School y por el Pasadena City College. En algún momento de su joven vida, antes de dispararle a Kennedy, abrazó el antisemitismo, el antiamericanismo y el nacionalismo palestino. No es un dato menor. El origen árabe de Sirhan lo ubicó, post facto, como el primer terrorista árabe en actuar en Estados Unidos, un sentimiento que creció luego del ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas en setiembre de 2001. Desde su detención la noche del crimen, Sirhan fue investigado por posibles conexiones con los entonces activos grupos terroristas árabes. No hallaron nada.

  Lo que sostienen los teóricos de la conspiración contra Bobby Kennedy, afirman, con razón, que existen evidencias balísticas, testimonios valiosos tomados en la escena del crimen, pruebas alteradas o destruidas que invitan a la sospecha. Pero también afirman que Sirhan no tenía motivo alguno para matar, o para disparar, al senador Kennedy. Eso tampoco es verdad. Desde chico, Sirhan recibió de sus maestros árabes los rudimentos básicos y elementales, teóricos y prácticos, que signaban la causa palestina, con abundantes referencias al gran guerrero árabe Saladino, que expulsó a los cruzados de Jerusalén.

 Durante el juicio que lo condenó a muerte, su madre, Mary Shirán, describió cómo los intensos sentimientos de justicia palestinos siguieron latentes en su familia, aún cuando ya vivían en Estados Unidos y lejos del escenario del conflicto que recrudeció en estos días del siglo XXI. Mary contó cómo su familia había vivido en Jerusalén durante “miles de años” y habló del odio hacia los israelíes que se habían “apoderado de nuestra tierra”. John Strathman, un amigo de Sirhan de sus años de estudiante, dijo que el joven árabe estaba muy influenciado por las opiniones de su madre. Y su madre dijo en el juicio que su hijo había matado a Robert Kennedy debido a su acendrado nacionalismo árabe. “Lo que hizo -dijo- lo hizo por su país.” Eso es lo que le oyeron gritar a Sirhan segundos después de dispararle a Kennedy en la cocina del Hotel Ambassador.

 “Lo hice por mi país”. Sirhan sabía que el atentado, el asesinato si fue el único tirador, era un golpe propagandístico extraordinario. Así lo describió la Comisión Nacional sobre las Causas y Prevención de la Violencia, en 1969. Si Sirhan intentó promover la causa palestina con la muerte de Kennedy, lo consiguió. Los expertos lo definieron como un “terrorista no afiliado”, un lobo solitario en la jerga de los servicios de inteligencia. Antes de que los años de encierro trazaran una nube de niebla en su memoria, o al menos la nube de niebla que dice tener hoy, Sirhan admitió el 3 de marzo de 1969, ante el tribunal que lo juzgaba en Calilfornia, que había asesinado al senador por las simpatías de Robert Kennedy hacia el estado de Israel. Robert Kennedy en el Hotel Ambassador durante su discurso de agradecimiento por la victoria en las primarias demócratas en California 

 Robert Kennedy en el Hotel Ambassador durante su discurso de agradecimiento por la victoria en las primarias demócratas en California (AP Foto/Dick Strobel, archivo) Las investigaciones de la policía de California y del FBI no pudieron hallar pruebas, y las buscaron, de que Sirhan haya tenido conexiones con la Organización para la Liberación de Palestina, OLP. Ni hay evidencias de que alguien le haya pagado para disparar a Kennedy, no hubo transacciones que indiquen que Sirhan, sus hermanos o algún otro miembro de su familia hayan recibido grandes sumas de dinero. La OLP fue fundada en mayo de 1964 y, cuatro años después, no tenía al parecer logística, ni proyectos, de exportar sus atentados, sus acciones militares, es una organización política y para militar, fuera de los territorios en conflicto.

 Un lobo solitario. ¿Qué tan solitario? Con los años, Sirhan se desdijo de todo cuanto había admitido en el juicio y surgió la idea, un poco disparatada y mucho alimentada por el preso y sus abogados, de que había sido apenas un engranaje del “Plan MK-Ultra” de la CIA, destinado a preparar “asesinos robot”, hipnotizados, capaces de realizar una acción determinada al escuchar una palabra, una orden, una música, un ruido. Es otra coincidencia con Oswald, el asesino del Kennedy presidente, de quien también se dijo que había disparado bajo los efectos de la hipnosis.

 La ciencia no tiene evidencias de que alguien en proceso hipnótico larvado, pueda realizar, a distancia y en el tiempo, una acción determinada. Nunca se sabe. (Original Caption) Robert Kennedy and brother Senator Kennedy in a huddle during testimony of the two reports at a Senate Labor Committee. (Original Caption) Robert Kennedy and brother Senator Kennedy in a huddle during testimony of the two reports at a Senate Labor Committee. Lo que ocurre con el asesinato de Robert Kennedy es que hay evidencias que no coinciden con la realidad. Todo sucedió en pocos segundos. Sonriente por el triunfo en California, Kennedy dijo a sus seguidores “Ahora, vamos a ganar en Chicago”, acomodó el pelo sobre la frente con un gesto heredado casi de su hermano, y se retiró del atril donde había dado su mensaje triunfal. Atravesar el salón en medio de tantos seguidores era una misión imposible, así que tomó una programada ruta alternativa, por la cocina del hotel, esas antiguas dependencias, levemente majestuosas, separadas de los salones principales por unas puertas vaivén con ojos de buey en la parte superior. 

 Ya en la cocina, Kennedy saludó a algunas personas. Y de pronto recibió cuatro disparos. Según el informe de la autopsia, uno le atravesó la hombrera derecha del saco, sin herirlo; otros dos dieron en la axila derecha y otro, el fatal, en la cabeza, unos centímetros detrás de la oreja derecha, y quedó alojado en el cerebro. Un quinto disparo rozó la frente de Paul Schrade, amigo personal de Kennedy y director regional del sindicato United Auto Workers: no lo mató de milagro. Otras cuatro personas fueron heridas por más disparos, de manera que hay en el aire de la cocina del hotel Ambassador nueve disparos: cuatro le dan a Kennedy, otros cuatro hieren a otras personas y uno más roza la frente de Schrade. 

La pistola de Shiran sólo podía disparar ocho proyectiles. Sirhan B. Sirhan (R) and his attorney Russell E. Parsons are photographed as they leave the courtroom following the hearing, postponed until July 19th when it was learned a court appointed psychiatrist refused to examine the defendant. Sirhan is accused of the murder of Robert. F. Kennedy. (Original Caption) Los Angeles, Calif.: Sirhan B. Sirhan (R) and his attorney Russell E. Parsons are photographed as they leave the courtroom following the hearing, postponed until July 19th when it was learned a court appointed psychiatrist refused to examine the defendant. Sirhan is accused of the murder of Robert. F. Kennedy. 

Otra “bala mágica”, como en el asesinato del Kennedy presidente: la policía determinó que la que había atravesado la hombrera del traje de Kennedy era la que había dado en Schrade, que refutó la hipótesis con datos periciales: para que la bala de la hombrera le hubiese dado en la frente, Schrade debió haber medido 2.70 metros o tener la cabeza apoyada en el hombro de Kennedy. El agente del FBI William Bailey hallo luego otros dos vainas de bala en la escena del crimen, con lo que los disparos ya suman once, por lo menos.

 Otro valioso testimonio tiró abajo esa supuesta evidencia. Sirhan fue atrapado por el maitre del hotel, Karl Uecker, que era quien guiaba a Kennedy a través de la cocina. Uecker dijo que ni bien vio a Sirhan hacer los dos primeros disparos, lo tomó de la mano y la empujó hacia una mesa de vapor hirviendo, el asesino no dejó de disparar, pero, según Uecker, no hubo manera de que volviera a apuntar a su víctima. (Original Caption) Members of the Kennedy family placed flowers and prayed at the grave of Robert F. Kennedy on the seventh anniversary of the assassination of the former New York Senator. Kennedy was shot on June 5, 1968 and died the next day. In center is his widow, Ethel. At right is Senator Edward Kennedy, (D-Mass,), and his wife Joan. The children are members of the two families. 

La historia de los ocho proyectiles tampoco acierta con el documento sonoro del crimen, también hay un documento sonoro del crimen de Dallas. Es una grabación que hizo el periodista polaco Stanislaw Pruszynski, que seguía el día a día de la campaña electoral de Bobby Kennedy. El forense Philip Van Praag afirmó que en la cinta se escuchan trece disparos. Primero, se oyen dos; luego hay una pausa de un segundo y medio, que el experto adjudica al momento en que el maitre apresa la mano de Sirhahn, y luego se escuchan el resto de los disparos. 

Van Praag sostuvo que entre los disparos tres y cuatro, y entre el séptimo y el octavo, no existe tiempo suficiente como para que hayan sido hechos por la misma pistola. Por el contrario, cree que son disparos simultáneos hechos desde puntos diferentes de la cocina del hotel. El perito identifica a otros cinco disparos como de “una frecuencia anómala” que indica que provenían de otra arma ubicada en dirección opuesta a la de Sirhan. Robert F. Kennedy en el Hotel Ambassador en Los Angeles el 5 de junio de 1968 instantes antes de ingresar a la cocina donde sería baleado a muerte Robert F. Kennedy en el Hotel Ambassador en Los Angeles el 5 de junio de 1968 instantes antes de ingresar a la cocina donde sería baleado a muerte  A Sirhan lo vieron de frente a Kennedy, no a su espalda, como indica la trayectoria del balazo mortal. ¿Cómo puede alguien, de frente, herir a otra persona en la nuca? La respuesta, si es verdad, la dieron, el propio Sirhan y un detective privado, Michael McCowan, que ayudó a los defensores de Sirhan antes del juicio. 

Contó el detective que, en sus charlas, Sirhan le había revelado que sus ojos se habían cruzado con los de Kennedy segundos antes de los disparos. “¿Por qué no le disparaste a los ojos?”, quiso saber McCowan. Y Sirhan contestó: “Porque ese hijo de puta giró la cabeza en el último segundo”. Schrade pidió en 1988 que la policía desclasificara todos los documentos relacionados con el asesinato de Kennedy, para descubrir que gran parte, sino todas, de las pruebas balísticas habían sido destruidas. En 2011, los abogados de Sirhan, que cada tanto pide su libertad condicional que le fue negada en trece oportunidades, presentaron nuevas pruebas relacionadas con la grabación de los disparos hechas por el periodista polaco Pruszynski, a la que agregaron una certificación médica que aseguraba que Sirhan había perdido toda su memoria relacionada con la mañana del día del crimen, hasta cuatro días más tarde. Prueba suficiente, sostenían, de un estado hipnótico al que estuvo sometido. 

En enero de 2015 la justicia desestimó las pruebas y el pedido de libertad condicional que las acompañaba.. Robert Francis Kennedy Jr, hijo de Bobby, tenía 14 años cuando mataron a su padre. Hoy es un abogado prestigioso de 67 años y, en plena pandemia de Covid es también un entusiasta activista antivacunas: piensa que hay una estrecha relación entre las vacunas y el autismo, una hipótesis desacreditada por la evidencia científica. También él cree que aquella noche hubo un segundo tirador en el Hotel Ambassador. Reveló al Washington Post que había hecho su propia investigación del caso y dijo estar convencido de la existencia de otro asesino en la escena del crimen. Pidió la reapertura del caso. También reveló que, en diciembre de 2017, había visitado a Sirhan en el Centro Correccional Donovan, de San Diego. “Tenía que ver a Sirhan y fui porque tenía curiosidad y estaba perturbado por lo que había averiguado en mi investigación”. 

Robert Kennedy Jr. no reveló un solo detalle de su charla de tres horas con el hombre que le disparó a su padre. “Me molestaba -dijo- que. Por la muerte de mi padre, pudieran tener condenada a la persona equivocada. Mi padre fue el principal agente de la ley en este país. Y le hubiera molestado que alguien estuviese encarcelado por un crimen que no cometió.” En la celda en la que languidece, Sirhan Bishara Sirhan vive sin haberse arrepentido de haber disparado contra Bobby Kennedy. Si lo que cuenta es verdad, fue él quien le dio el balazo en la nuca, cuando el senador giró la cabeza “en el último segundo”. El misterio de los disparos que sobran y de la bala con la trayectoria extraña, es eso, otro misterio sin resolver.

La muerte de Bobby Kennedy, clausuró la lista de magnicidios en Estados Unidos, excepto el intento de asesinato contra Ronald Reagan de marzo de 1981. Las elecciones de ese 1968 en las que Bobby Kennedy era un candidato seguro de los demócratas y un rival de peligro para los republicanos, fueron ganadas por Richard Nixon. El asesinato de los hermanos Kennedy, con menos de cinco años de diferencia entre uno y otro, terminó con una dinastía política que ya no volvió a aspirar a cargos públicos de importancia. Los dos crímenes Kennedy tienen más puntos en común que misterios resueltos. EL 22 de noviembre de 1963, en Forth Worth, Texas, y rumbo a Dallas, John Kennedy dijo a sus custodios del Servicio Secreto: “Anoche habría sido fácil matarme. Cualquiera con un rifle con mira telescópica, podría haberme dado en la cabeza”. Horas después, con la cabeza destrozada por un disparo, yacía en una camilla del Parkland Hospital, de Dallas. En la noche del 4 de junio de 1968, horas antes de ser asesinado, Bobby Kennedy dijo a un grupo reducido de íntimos que seguían su campaña: “Allí afuera acabo de ver al tipo que me va a matar”.

sábado, 21 de octubre de 2017

Archivos secretos del asesinato de JFK serán públicos


Estados Unidos  Hace 38 minutos
Donald Trump anunció que desclasificará los archivos del asesinato de John F. Kennedy, quien fue asesinado en noviembre de 1963. Archivos Nacionales tienen hasta el jueves 26 para decidir cuáles de los más de tres mil expedientes serán revelados.

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