Los muyajaidines del valle del norte de Afganistán combaten a las órdenes de Ahmad Massoud, el hijo de un héroe nacional que organizó la oposición armada al anterior régimen de los extremistas islámicos
Gustavo Sierra
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Gustavo Sierra
5 de Septiembre de 2021
Especial para Infobae America
El Panjshir, “cinco leones” en dari, es un espectacular valle del norte de Afganistán entre montañas, ríos abruptos y unas pocas carreteras imposibles. Desde siempre es también la tierra de la resistencia. Allí nunca pudieron gobernar los ejércitos invasores, desde Babur hasta Alejandro, desde los británicos hasta los soviéticos. Los extranjeros controlaban Kabul, pero nunca pudieron adentrarse a estos desfiladeros que se convierten en fortalezas impenetrables. Los talibanes tampoco pudieron controlar ese territorio cuando gobernaron entre 1996 y 2001 y ahora tienen allí la primera resistencia desde que volvieron a tomar el poder hace dos semanas.
Los combatientes leales al líder local Ahmad Massoud se enfrentaron esta semana en el Panjshir con fuerzas talibanas que intentaron avanzar. Y como en todas las guerras, aquí también la primera víctima es la verdad. Cada uno de los bandos ha hecho afirmaciones contrapuestas sobre las ganancias territoriales y el número de víctimas. El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, dijo que “comenzamos las operaciones después de que fracasara la negociación con el grupo armado local”. Agregó que sus combatientes habían entrado en el valle y tomado el control de parte del territorio: “Sufrieron grandes pérdidas”. Por el contrario, un portavoz del rebelde Frente Nacional de Resistencia de Afganistán (NRFA) aseguró que tenían el control total de todos los pasos y entradas al Panjshir y que habían hecho retroceder a los talibanes que intentaron tomar el control de un paso estratégico.
“El enemigo hizo múltiples intentos de entrar en Shotul desde Jabul-Saraj y fracasó cada vez”, dijo, refiriéndose a una ciudad en la vecina provincia de Parwan.
Ahmad Massoud, el líder máximo del NRFA está respaldado por Amrullah Saleh, el primer vicepresidente afgano que se declaró presidente en funciones del país tras la huida de Ashraf Ghani. “Nuestro pueblo no permitirá que los agresores invadan su provincia ni vamos a someternos a sus reglas”, dijo Massoud en una entrevista con Foreign Policy esta semana. Dejó abierta la posibilidad de entablar conversaciones de paz con los talibanes para llegar a un acuerdo de reparto del poder, pero aclaró que “puede que ya sea demasiado tarde”.
No hay reportes independientes de cuántos combatientes podría tener la resistencia, pero se sabe que centenares de ex oficiales del ejército afgano entrenados por Estados Unidos se están uniendo y que también llegaron fuerzas antitalibanas de Herat y Kandahar. “Es probable que puedan juntar unos cuantos miles”, dijo una fuente de inteligencia a The Guardian. “Hay con ellos algunas fuerzas de elite entrenadas por los americanos. Pero no sabemos si pudieron llevarse con ellos el armamento sofisticado que necesitan para resistir”, explicó.
Ahmad Massoud es una figura muy conocida en todo Afganistán. Es hijo de Ahmad Shah “el león del Panjshir” Massoud, un héroe nacional que lideró la resistencia anterior a los talibanes y los soviéticos en ese mismo territorio y que fue asesinado por dos agentes de la red terrorista Al Qaeda que se hicieron pasar por periodistas jordanos.
El hecho ocurrió el 9 de septiembre de 2001, dos días antes de los atentados del 11/S y formó parte del complot y el ataque contra Estados Unidos. Massoud padre no solo fue un gran estratega militar, sino que gobernó integralmente el Panjshir con sus 120.000 habitantes diseminados en unas 400 villas. Se ocupaba personalmente de supervisar las obras de infraestructura y hasta escribió un manual de instrucciones sobre cómo debían impartirse las clases en las escuelas bajo los métodos más modernos de enseñanza y el espacio que tenía que tener cada alumno entre pupitres. El primer presidente pro-occidental que asumió a fines de 2001, Hamid Karzai, decretó el 9 de septiembre como día nacional y lo denominó “Amer Sāhib-e Shahīd” (nuestro comandante martirizado).
Su hijo, tuvo una educación de elite en Gran Bretaña. Primero en la Royal Military Academy de Sandhurst y luego se graduó en War Studies en el prestigioso King’s College de Londres. La maestría en Política Internacional la completó en la City University of London. Tiene 32 años y un parecido extremo a su padre. En una ceremonia a la que asistieron los jefes de todas las tribus del Panjshir y que se llevó a cabo frente al mausoleo de su padre, en noviembre de 2019, fue declarado como su sucesor oficial. Lo más parecido a una coronación en la tradición de los pashtunes afganos.
Las especulaciones sobre el verdadero poder de fuego de la resistencia ya comenzaron.
Nadie cree que pueda enfrentar abiertamente a los talibanes y mucho menos retomar el poder en Kabul. Pero sí evitar que los extremistas islámicos tomen el control del Panjshir. Esta zona es estratégica para formar, por ejemplo, una cabeza de playa para posibles ataques estadounidenses u occidentales contra los talibanes y otros grupos terroristas. Algo que podría hacer que Estados Unidos y otras grandes potencias comenzaran a ofrecer discretamente algún tipo de apoyo a Massoud, y dar a las potencias occidentales al menos un pequeño punto de apoyo en Afganistán para la lucha antiterrorista en Asia Central.
Un pelotón del Frente Nacional de Resistencia de Afganistán (NRFA) se dirige al frente para enfrentar una ofensiva talibán en el valle del
El gobierno de Joe Biden no ha dado ninguna señal pública sobre si se comprometerá con el frente de resistencia.
Entre bastidores, los funcionarios estadounidenses dicen que es demasiado pronto para saberlo. Washington todavía se está recuperando de su caótica operación de evacuación. También está esperando a ver si los talibanes cumplirán sus promesas de formar un gobierno más integrador que respete los derechos de sus ciudadanos y no dé refugio a los grupos terroristas. Aunque hay un gran escepticismo ante esta posibilidad.
Varios congresistas del Capitolio ya están presionando para que se entregue la ayuda que como ocurrió en la intervención de los mujahaidines contra los soviéticos en los 80 y que fue retratado en el film de 2007 “La guerra de Charlie Wilson” dirigida por Mike Nichols. Narraba la historia del representante por Texas, Charlie Wilson y el agente de la CIA Gust Avrakotos, cuyos esfuerzos condujeron a la Operación Ciclón, un programa para organizar y apoyar a los combatientes pro-occidentales. El guion de la película fue escrito por Aaron Sorkin, basado en el libro de George Crile “Charlie Wilson’s War: The Extraordinary Story of the Largest Covert Operation in History”. Tom Hanks, Julia Roberts y Philip Seymour Hoffman la protagonizaron.
Como en ese caso, hay un grupo de legisladores republicanos que están solicitando a la Administración Biden que respalde a Massoud cuanto antes. El senador Lindsey Graham y el representante Michael Waltz pidieron al presidente que reconozca a las fuerzas de la oposición como representantes legítimos de Afganistán y respalde a “nuestros amigos del valle de Panjshir, que servirán de baluarte contra el terror regional”.
De todos modos, los analistas militares creen que si llegara a haber algún apoyo no será nada formal. Apenas alguna operación encubierta como la que organizaron Wilson y Avrakotos. Y mucho dependerá de si Massoud puede resistir lo suficiente la ofensiva talibán y lograr el mismo respeto que había obtenido su padre en todo el mundo hasta probar que es el nuevo león del Panjshir.