MONTEVIDEO (Uypress/Rafael Luis Gumucio Rivas, El Viejo*) - El cambiar de ideología política no es reprobable: así como existen ultraizquierdistas fanáticos, también los hay en que hacen su camino político del derechismo a la izquierda, (caso de Víctor Hugo y George Bernanos, en Francia, por ejemplo). El cambiar de ideología política no es reprobable: así como existen ultraizquierdistas fanáticos, como es el caso de Enrique Correa, Óscar Guillermo Garretón, (Garretón fue ministro de Economía en el gobierno de Salvador Allende, y Correa lo fue de Patricio Aylwin), a quienes se suman otros cuantos prohombres, especialmente del Mapu, que de la extrema izquierda pasaron a lobistas neoliberales, es común, pues el poder y la ambición abre puertas al dinero y al mando), también los hay en que hacen su camino político del derechismo a la izquierda, (caso de Víctor Hugo y George Bernanos, en Francia, por ejemplo).
El caso de Mario Vargas Llosa es emblemático, al cambiar desde el progresismo a la derecha, (el Premio Nobel, a veces, en vez de convertirse en un galardón, es un verdadero castigo, pues elige candidatos, en el caso del de Literatura, con muy pocos méritos, (Jacinto Benavente), y otros brillantes, (Jean Paul Sartre, único pensador excepcional que ha tenido el valor de rechazarlo). Entre los candidatos al Premio Nobel de Literatura, en muchas se eligen buenos escritores, (Albert Camus, francés, de origen argelino, y los chilenos Gabriela Mistral y Pablo Neruda, y otros que escriben libros sin trascendencia en el mundo de las letras); uno de los Premios que quizás más avergüencen es el de la Paz, que lo obtenido personajes como Kissinger, Obama, y otros, (para ganar este premio hay que ser asesino y cometer los más viles crímenes y apoyar distintos golpes de Estado, así como hay otros candidatos que sí se lo merecen).
El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, escribe bastante bien, sin embargo, moralmente, según mi entender, su personalidad moral es, francamente, miserable: nadie lo acusa de haber pasado del izquierdismo al neoliberalismo y, como todo converso de esta calaña, se ha dedicado a difundir y juntar prosélitos para el liberalismo que, en América Latina, es conservatismo.
El escribidor Mario Vargas Llosa, hacia los años 80, incursionó en la política de su país, Perú, y tenía casi asegurada la presidencia, pero el voto de ignorantes - se dicen izquierdistas - permitieron el triunfo de Alberto Fujimori, un advenedizo, rector de una universidad agrícola e, inesperadamente, obtuvo una amplia votación frente al candidato Vargas Llosa.
Vargas Llosa se siente con derecho a declararse vanidoso, y recomienda a los electores peruanos dar su voto a quien a él gusta, además, lo considera el mal menor, (lo hizo con el alcohólico Alejandro Toledo, después, con el nacionalista Ollanta Humala, posteriormente por Alán García y por PPK). Vargas Llosa odiaba a los Fujimori, especialmente porque Alberto Fujimori le había ganado en esas elecciones, y su hija, Keiko, significaba el demonio.
No sé cuánto pueden pesar los correos electrónicos de este escritor al dirigirse a sus conciudadanos, y pienso que poco, pero no faltan los imbéciles que lo sigan, pues ahora sus epístolas, publicadas por el Diario El Comercio, (como El Mercurio en Chile), cuyos dueños son empresarios, y lo peor, sus periodistas son sus lacayos, llegan a las clases altas.
Si alguna persona creyera que al "escribidor" peruano le quedaba una onza de moral, ahora puede estar segura de que no le queda ninguna: apenas supo que el candidato rival de Keiko Fujimori era el profesor Pedro Castillo, de izquierda, (era evidente que, para la derecha canalla latinoamericana, iban a usar a Maduro, Ortega y el castrismo para iniciar una campaña de terror, en que los más pobres), cándidos e imbéciles, prefirieron votar por la corrupta y ladrona, hija del dictador Alberto Fujimori, ante el miedo de que Perú se convirtiera en otra Venezuela, Cuba o Nicaragua, y que el profesor, (va a votar montado en una yegua y con sombrero parecido al de la publicidad de los cigarros), triunfe en la segunda vuelta frente a Keiko Fujimori, y que se convierta en el próximo Presidente de la República de Perú.
Por lo general, los presidentes que le han precedido han sido ladrones y corruptos, a lo mejor, (como el Presidente Paniagua), Pedro Castillo vaya a convertirse en el único mandatario decente en muchos años.
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*Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo) ha sido Profesor de Historia en la Universidad Católica de Valparaíso, Chile y en la Universidad Bolivariana (entelequia de Chávez), Venezuela. Ha sido Diplomático. Colabora en diferentes medios aportando artículos sobre temas de actualidad. Artículo publicado en elclarin.cl
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