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miércoles, 28 de julio de 2021

Pfizer anunció que una tercera dosis de su vacuna contra el COVID-19 aumenta hasta 11 veces la protección contra la variante Delta

 

La farmacéutica estadounidense dijo que podría solicitar una autorización de uso de emergencia para una posible inyección de refuerzo a partir de agosto
Una tercera dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech contra el covid-19 puede impulsar “fuertemente” la protección contra la variante Delta del coronavirus, según sugieren nuevos datos publicados el mirércoles por la farmacéutica, que también anunció que podría solicitar una autorización de uso de emergencia para una inyección de refuerzo a partir de agosto. 

 Los datos publicados en línea sugieren que los niveles de anticuerpos contra la variante Delta en personas de 18 a 55 años que reciben una tercera dosis de vacuna son más de cinco veces mayores que después de una vacuna segunda dosis. Entre las personas de 65 a 85 años, los datos de Pfizer sugieren que los niveles de anticuerpos contra la variante Delta después de recibir una tercera dosis de vacuna son 11 veces mayores que después de una segunda dosis. 

 Existe un “potencial estimado para un aumento de hasta 100 veces en la neutralización de Delta después de la dosis tres en comparación con la anterior a la dosis tres”, escribieron los investigadores de Pfizer. Los datos también muestran que los niveles de anticuerpos son mucho más altos después de una tercera dosis que una segunda dosis contra la variante original del coronavirus y la variante Beta, identificadas por primera vez en Sudáfrica. 

 Los datos aún no han sido revisados por pares ni publicados en revistas científicas. La compañía también dijo que podría solicitar una autorización de uso de emergencia para una posible dosis de refuerzo a partir de agosto. Hasta ahora, los funcionarios de salud de Estados Unidos no han respaldado una tercera vacuna para la población en general, pero las autoridades están estudiando la necesidad de una tercera vacuna en personas inmunodeprimidas. 

 Pfizer también dijo que planea probar una nueva versión de la vacuna para atacar la variante Delta del virus de rápida propagación en agosto, con el primer lote ya fabricado. Estados Unidos compró 200 millones de dosis más de la vacuna Pfizer/BioNTech la semana pasada para ayudar con la vacunación pediátrica, así como posibles inyecciones de refuerzo, si es necesario. 

 Aumentan los ingresos Los datos sobre la tercera dosis se conocen cuando la compañía anunció que espera ingresar este año 33.500 millones de dólares por la venta de 2.100 millones de dosis de vacunas anti-covid en todo el mundo. Esta cifra está muy por encima de los 26.000 millones de dólares que la empresa dijo en mayo que iba a ingresar este ejercicio. 

Pfizer también elevó sus perspectivas de ventas y beneficios anuales. El pronóstico de aumento de ventas de la vacuna se basa en acuerdos firmados, y la compañía podría aumentarlo si firma contratos adicionales. La farmacéutica obtuvo una ventaja en diciembre con la primera autorización de emergencia en Estados Unidos de una vacuna COVID-19, y desde entonces se ha adelantado a sus rivales que se han enfrentado a obstáculos de fabricación.

sábado, 10 de julio de 2021

La estremecedora confesión de Máximo Kirchner

 

El jefe de la bancada del Frente de Todos planteó la resistencia a la vacuna Pfizer como una cuestión de orgullo nacional. Esa idea habilita una discusión menos consignista y, al menos, un poquito más madura
Por Ernesto Tenembaum 

 Tal vez no se dio cuenta lo que estaba diciendo, o de la trascendencia enorme de lo que estaba diciendo, o de lo que significaba lo que estaba diciendo, pero lo cierto es que el jueves pasado Máximo Kirchner hizo una declaración estremecedora que salda un debate sobre por qué no llegaron al país varios millones de las vacunas más seguras del mundo. 

El jefe de la Cámpora dijo, textualmente: “Tenemos que tener más autoestima como país ¿o acaso siempre vamos a buscar la validación afuera y no en nuestra propia experiencia? Cuando no escuchamos nuestra propia experiencia como pueblo terminamos siempre siendo juguetes de las circunstancias. Yo no quiero un país que sea juguete de las circunstancias o que tenga que ceder a los caprichos de laboratorios extranjeros que, con muchísima mezquindad, buscan siempre doblarle el brazo al Gobierno y también a este Congreso, que votó una ley de vacunas como la que votó y no hubo un laboratorio ni europeo ni asiático que pusiera algún ‘pero’ a la hora de poder negociar con la Argentina”. 

 Se trata, como se puede deducir, de una referencia a una historia que lleva casi un año de dimes y diretes. En agosto del año pasado, el presidente Alberto Fernández anunció, junto a las autoridades de Pfizer, que existía un acuerdo para que esas vacunas llegaran al país, producto de que la Argentina tendría una participación central en los estudios masivos con voluntarios para el desarrollo de esa vacuna. Ese acuerdo fracasó: no se pudo llevar a cabo. 

Las vacunas nunca llegaron ¿Por qué? El 7 de junio, Nicolás Vaquer, el titular de la filial local de Pfizer concurrió al Congreso y explicó que el plan consistía en entregar a la Argentina 13 millones de vacunas en el primer semestre de este año y que todo se frustró porque el Congreso modificó una ley enviada por el Poder Ejecutivo en la que reducía la protección legal pedida por Pfizer para el caso de que hubiera demandas en su contra por el eventual mal funcionamiento de la vacuna. La ley que salió del Congreso ofrecía inmunidad para los laboratorios salvo en casos de “negligencia”, un concepto demasiado vago que podía dar lugar a múltiples interpretaciones.

 Alrededor de esa palabra –“negligencia”—giró la discusión pública sobre por qué se rompió el acuerdo. Hasta ahora, se sabía que esa palabra no había sido incluida en la ley que envió el Ejecutivo –un detalle muy relevante–, que fue impuesta por el Congreso, que la introdujo la legisladora Cecilia Moreau, del Frente de Todos, a pedido de su par Graciela Ocaña, de Juntos por el Cambio, y que la ley había sido votada sin que el Ejecutivo hubiera autorizado la modificación. 

 Esa ley era una de las más importantes de la historia, porque estaba destinada a destrabar el envío de vacunas a la Argentina en medio de una pandemia, cuando ya fallecían miles de personas. De esa ley dependía la vida de muchísima gente. Ni Ocaña ni Moreau tenían poder propio para modificar una coma. Esa decisión debía haberla tomada otra persona, mucho más influyente que ellas. ¿Cómo podrían Ocaña o Moreau modificar una ley enviada al Congreso por Alberto Fernández en un tema extremadamente sensible, y sin consultarlo? El jueves, la persona clave en esta historia, asumió su responsabilidad. Máximo Kirchner explicó por qué modificó esa ley. 

Fue, según sus palabras, una cuestión de autoestima. “Tenemos que tener más autoestima como país”. O de dignidad nacional: “Yo no quiero un país que sea juguete de las circunstancias o que tenga que ceder a los caprichos de laboratorios extranjeros que, con más y con muchísima mezquindad, buscan siempre doblarle el brazo al Gobierno y también a este Congreso”. 

 El párrafo fue pronunciado dos días después que el presidente Alberto Fernández firmó un decreto de necesidad y urgencia destinado a cerrar, finalmente, el acuerdo con Pfizer. En ese decreto, el Gobierno realizó concesiones que no figuraban en el original, como el ofrecimientos de garantías con regalías petroleras si hubiera algún problema judicial. Dado el contexto, está claro que las referencias de Kirchner no apuntan a Pfizer sino a Alberto Fernández. 

El país “juguete de las circunstancias”, sin “autoestima”, es el que surge de la ley original del Ejecutivo, que fue modificada por la combativa resistencia nacionalista que lidera Máximo K. desde su banca. El país arrodillado vuelve a aparecer en el DNU firmado por el Presidente, que ahora denuncia el jefe de la bancada oficialista de la cámara baja. La avanzada patriótica también se expresó en la negativa del bloque oficialista, esta misma semana, a modificar la ley original en la dirección del DNU firmado por el Presidente juguete de las circunstancias. 

En el Congreso, al parecer, están los patriotas. En la Casa Rosada, los cipayos. Se trata de una dinámica que ha marcado los pasos del Gobierno desde el mismo momento de la asunción presidencial. El Congreso ha trabado iniciativas del Ejecutivo desde el principio. La designación del procurador general, las rebajas de subsidios, el acuerdo con los acreedores externos, entre otras iniciativas centrales de este año y medio, fueron revisadas, modificadas, condicionadas o directamente anuladas por la cómoda mayoría oficialista. Todas esas situaciones han complicado la gestión oficial. Pero en el affaire Pfizer hay algo más porque las consecuencias se cuentan en vidas. 

Hay un sector del Gobierno que lo consideró –y lo considera—prioritario porque creyó, y cree, que la prioridad actual consiste en salvar vidas de argentinos. No es una medida económica. Es algo desesperante. Hay otro sector que, frente a esa prioridad, elige sus aparentes convicciones nacionalistas. En ese contexto, hay una pregunta terrible ¿Por qué Alberto Fernández no emitió por entonces un DNU? ¿Puede ser que las exigencias del sector más poderoso del Frente de Todos estén primero que la llegada de vacunas? ¿Cuál es la jerarquía que el Presidente le dio a su propio cargo al aceptar aquel desplante? Máximo Kirchner planteó la resistencia a la vacuna Pfizer como una cuestión de orgullo nacional. 

Ese planteo habilita a una discusión menos consignista y, al menos, un poquito más madura. En los tiempos en que Cristina Kirchner era Presidenta se firmó un acuerdo secreto para que la petrolera norteamericana Chevrón participara de Vaca Muerta, se entregó a la República Popular China parte del territorio nacional para que sirviera de apoyo a su programa espacial, se contrajo deuda con Venezuela a una tasa exorbitante, se firmó un acuerdo con Irán donde se le otorgaba facultades a funcionarios extranjeros para revisar la ocurrido en el atentado contra la AMIA, se firmó un acuerdo con el Club de París para pagar una vieja deuda con altísimos intereses. 

Cada una de esas decisiones deben ser analizadas de acuerdo al contexto y las circunstancias. Ninguna de ellas, a priori, significa una entrega o una traición o un gesto de indignidad. Pero es raro que quien tuvo esa flexibilidad entonces tenga, de repente, tantas convicciones. Tal vez en todo este proceso, haya otra cosa: el intento de mostrarle los dientes todo el tiempo a Alberto Fernández. Todos los dirigentes que fueron encumbrados a puestos importantes por la familia que integra Máximo Kirchner sufrieron desgastes similares. 

Los ex gobernadores de Santa Cruz, Daniel Acevedo, Daniel Peralta y Carlos Sancho, y los candidatos Martín Insaurralde o Daniel Scioli pueden contar lo que les pasó. Hay un patrón allí: los designan y luego los maltratan hasta que el poder vuelve a manos de sus legítimos dueños. Axel Kicillof tiene mucho para aprender de esa historia. Ese jueguito costó, en este caso, 13 millones de vacunas. Kirchner sostiene que los laboratorios de Europa y Asia no pusieron tantas condiciones. Es cierto. Pero casi ningún otro país de América –ni siquiera el México de Andrés Manuel López Obrador, muy beneficiado por sus acuerdos con Pfizer—sintió que el país se convertía en “juguete de las circunstancias” por aceptarlas. 

La Argentina de Máximo Kirchner es el país más patriota del mundo: prefiere la autoestima antes que millones de vacunas. Trece millones de vacunas son exactamente las que faltan hoy para completar las dos dosis de toda la población de riesgo antes de que llegue la variante Delta. Seis millones y medio de personas hubieran recibido las dos dosis. En nuestro país han muerto hasta ahora 2000 personas por millón de habitantes. 

Es fácil calcular la cantidad de personas que perdieron la vida porque esa vacunas no llegaron. La Argentina es hoy uno de los países de Occidente con menor proporción de su población con vacunación completa. Cada semana, un vuelo sale hacia Moscú. Los funcionarios nacionales no saben lo que traerá de vuelta. “Vamos a ver que mandan los rusos”, suelen decir. Eso no significa que la Argentina sea “juguete de las circunstancias” ni que se haya rendido ante los caprichos de Vladimir Putin. Se trata del mundo real donde los países que consigan vacunas más rápido, serán los que se recuperen con más alta autoestima y menos dolor para sus ciudadanos.

martes, 1 de junio de 2021

Uruguay aprobó la vacuna de Pfizer para los menores de entre 12 y 18 años

 

Así lo informó el presidente del país suramericano, Luis Lacalle Pou. A fines de esta semana se abrirá la agenda para que la población comprendida en esa franja etaria pueda vacunarse contra la COVID-19
Uruguay inoculará contra la COVID-19 a los menores entre los 12 y 18 años con dosis del laboratorio estadounidense Pfizer, después de su aprobación por parte de la comisión de vacunas del Ministerio de Salud Pública (MSP), informó este martes el presidente del país suramericano, Luis Lacalle Pou. En una entrevista concedida a Canal 10, el mandatario aseguró que a finales de esta semana se abrirá la agenda para que la población comprendida en esa franja etaria pueda vacunarse contra la COVID-19.

 “Hoy la Comisión de Vacunas autorizó la vacunación de 12 a 18 años, con lo cual ya sobre el fin de esta semana vamos a estar llamando para que se agenden” en esa franja etaria, dijo Lacalle Pou. El jefe de Estado también confirmó que su Ejecutivo acaba de firmar “una reserva de más de 500.000 dosis de (la vacuna china) Sinovac” para aumentar su distribución y que evalúa “una tercera dosis” para reforzar su efectividad: “Y ahí tendremos todas las vacunas para todo el mundo”, aseguró. Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay  Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay ,Uruguay ya adquirió más de seis millones de dosis de vacunas contra el COVID, incluidas las compras a Pfizer y Sinovac. También comprometió inmunizantes del mecanismo Covax, a través del cual han llegado hasta ahora unas 100.000 dosis de Astrazeneca.

 El mandatario volvió a defender su decisión de evitar medidas más estrictas de reducción de la movilidad, en las que han insistido la comunidad científica y los gremios médicos. “Los que piden cuarentena son los asalariados, los que cobramos a fin de mes (...) El jornalero me cruza y me dice gracias por no matarme de hambre”, afirmó. Luego de un 2020 ejemplar en el manejo de la pandemia, Uruguay vive actualmente el peor momento de la emergencia sanitaria. El país de 3,5 millones de habitantes registra 4.276 muertes por COVID-19 y se mantiene como el país del mundo con la cifra relativa más alta de fallecimientos a causa del virus en los últimos 14 días, de acuerdo a cifras de la agencia AFP.

 El gobierno apuesta todas sus fichas a la vacunación, que se inició el 1 de marzo y avanza a buen ritmo. “A mediados de julio tendríamos que tener dos millones de uruguayos con las dosis de las vacunas”, estimó Lacalle Pou. Y agregó: “Vamos a tener una fuerte disminución de la circulación y presencia del virus”. Uruguay registra más de 240.000 casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia Uruguay registra más de 240.000 casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia (EFE/Raúl Martínez) Hasta este martes, el 52% de la población ya ha recibido al menos una dosis de los inmunizantes de Sinovac, Pfizer o AstraZeneca. El 29% está completamente vacunado. Uruguay cerró mayo con 37.226 casos activos -solo 449 por debajo de la peor cifra, registrada el sábado 29- y un total de muertes cercano al de abril (en torno a 1.600). 

Según los datos recabados por el Ministerio uruguayo de Salud Pública (MSP) y recogidos por el Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de covid-19, solo en los últimos dos meses Uruguay sumó 3.209 muertes por covid-19: 1.609 en abril y 1.600 en lo que va de mayo. Desde que el 13 de marzo de 2020 se declaró la emergencia sanitaria, han fallecido en Uruguay por esta enfermedad 4.213 personas, de las que un 70% murieron entre abril y mayo de este año. 

 Este mes se registraron, además, las primeras jornadas con más de 4.000 nuevos casos desde marzo de 2020 y el último informe diario de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) reporta que el 77,4 % de las camas de CTI están ocupadas, un 56 % por casos de covid-19. La consigna de “blindar” un mes, que planteó en principio para abril el coordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) que aconseja al Poder Ejecutivo de Uruguay sobre la COVID-19, Rafael Radi, no se concretó ni en abril ni en mayo. La propuesta consistía en lograr que, durante un mes entero, las medidas gubernamentales y el acatamiento de la población uruguaya implicaran una disminución en la cantidad de casos de coronavirus a la par del avance de la vacunación para salir antes de la crítica situación que hoy atraviesa el país. 

 Sin embargo, Lacalle Pou mantuvo su postura de apelar a la “libertad responsable” de cada individuo y el Gobierno no llamó a retomar la actitud del “Quédate en casa” o “No salgas” -que había sido regla al inicio de la pandemia-, no hubo ni blindaje ni freno. Actualmente, y pese a brotes en colegios, hay un regreso gradual de las clases presenciales; los gimnasios y clubes deportivos, las tiendas libres de impuestos (‘free shops’) reabrieron tras casi dos meses de cierre; y los bares y restaurantes tienen horario restringido hasta la medianoche pero siguen funcionando, como los centros comerciales. La suspensión de espectáculos, eventos y fiestas sigue vigente al menos por una semana más, si bien está previsto que el próximo sábado se lleve a cabo una primera experiencia de ‘pase responsable’ para acceder a una representación del Ballet Nacional del Sodre. Con información de EFE y AFP

jueves, 29 de abril de 2021

La píldora de Pfizer contra el coronavirus podría estar lista a fines de este año

 



MUNDO (Infobae) - El fármaco antiviral, denominado PF-07321332, estaría disponible en 2021 si los ensayos en humanos resultan exitosos.


Mientras los países redoblan esfuerzos para acelerar las campañas de vacunación contra el coronavirus, la comunidad científica continúa trabajando para encontrar otras alternativas para detener la propagación del covid-19. Según consigna The Telegraph, la píldora que está desarrollando el laboratorio norteamericano Pfizer podría estar disponible a finales de este año si los ensayos en humanos que se están llevando a cabo en Estados Unidos y Bélgica tienen éxito. El fármaco antiviral, denominado PF-07321332, podría administrarse para evitar que la enfermedad se agrave en aquellas personas que muestran los primeros síntomas. 

 Cerca de 60 personas -todos ellos adultos de entre 18 y 60 años- participan actualmente en la primera fase del ensayo, que se espera que finalice el 25 de mayo. Una vez finalizado, si la píldora resulta ser segura, se realizarán pruebas a una mayor cantidad de personas para determinar si efectivamente el fármaco detiene el covid-19, como sugieren las primeras pruebas de laboratorio. Esas pruebas mostraron una "potente actividad antiviral" en el laboratorio, por lo que ahora se encuentra en chequeos de seguridad. El ensayo está dividido en tres fases y tiene una duración de 145 días, a los que se añadirán otros 28 de "cribado y dosificación".

 La fase 1 está diseñada para ver "cómo se tolera a medida que se aumenta la dosis, solo o con ritonavir, si hay efectos secundarios significativos y cómo se sienten las personas después de tomarlo". En la segunda etapa se hará lo mismo pero con "dosis múltiples", mientras que en última se probarán las formas líquidas y en pastillas del fármaco, así como el impacto de la alimentación sobre el mismo, según indica el documento que se le entregó a los voluntarios de las pruebas, y al que tuvo acceso The Telegraph. "La seguridad del fármaco del estudio se ha estudiado en animales. En estos estudios con animales, no se identificaron riesgos significativos o eventos de seguridad preocupantes, y el fármaco del estudio no causó efectos secundarios en ninguno de los niveles de dosis que se utilizarán en los estudios clínicos", agrega el documento.

 El PF-07321332 se administrará en combinación con dosis bajas de ritonavir, un antiviral utilizado para tratar el VIH. Actúa como un "refuerzo" para aumentar la cantidad de PF-07321332 en la sangre de los participantes. "Hemos diseñado el PF-07321332 como una posible terapia oral que podría recetarse al primer signo de infección, sin necesidad de que los pacientes estén hospitalizados o en cuidados críticos", manifestó Mikael Dolsten, director científico y presidente de investigación, desarrollo y medicina mundial de Pfizer, en un comunicado oficial publicado el mes pasado. Clasificada como "inhibidor de la proteasa", la píldora ha sido formulada para atacar la "espina dorsal" del virus del SARS-Cov-2 e impedir que se replique en la nariz, garganta y pulmón. No obstante, la comercialización de un nuevo fármaco es un proceso largo y difícil. Incluso si el PF-07321332 se tolera bien en humanos, habría que realizar ensayos para determinar si es efectivo en personas infectadas con COVID-19.

 "Si han llegado a esta fase, serán tranquilamente optimistas", manifestó la profesora Penny Ward, profesora visitante de medicina farmacéutica en el King's College de Londres y pionera en el desarrollo de Tamiflu, un antiviral que combate la gripe estacional y pandémica. "La cuestión será cómo se tolera el medicamento...", advirtió. Según el profesor Ward, lo más probable es que los científicos de Pfizer hayan establecido la "potente" acción del fármaco al desplegarlo contra cultivos de tejido humano infectado, incluido el tejido pulmonar, en un laboratorio. "Una vez que se sabe que funciona in vitro, se trata de establecer su tolerancia en animales y luego en humanos", detalló. "Sería un gran paso adelante si los fármacos antivirales funcionan... Los servicios normales pueden funcionar y no sería necesario aplicar bloqueos", apuntó el profesor Kevin Blyth, científico de la Universidad de Glasgow, quien dirige un ensayo del fármaco antiviral favipiravir, que podría administrarse después de que alguien se haya contagiado del virus, de acuerdo a lo informado por Daily Mail. El Reino Unido sigue de cerca los ensayos de Pfizer, ya que pretende adquirir las píldoras una vez que estén disponibles.

 El primer ministro Boris Johnson anunció la semana pasada que se crearía un nuevo grupo de trabajo sobre antivirales para encontrar estos medicamentos e intentar que estén disponibles en el país para el otoño. "Esto significa, por ejemplo, que si usted da positivo, podría haber una tableta que podría tomar en casa para detener el virus y reducir significativamente la posibilidad de que la infección se convierta en una enfermedad más grave. O si vives con una persona que ha dado positivo, puede haber una pastilla que puedas tomar durante unos días para evitar que te contagies", comentó durante una sesión informativo en Downing Street. Remdesivir es el único fármaco antiviral que se está utilizando de forma rutinaria en los hospitales del Reino Unido y Estados Unidos.

 Sin embargo, éste debe ser inyectado y los estudios han tenido dificultades para demostrar que es efectivo, ya que no ha sido diseñado específicamente para detener el covid-19. Entre las terapias específicas que se están desarrollando contra el coronavirus se encuentran el molnupiravir, de Merck y Ridgeback Biotherapeutics; el tollovir, de Todos Medical; y el NT-300, de Romark. También se está probando un medicamento contra la gripe, el favipiravir, y los antivirales contra el VIH, el ritonavir y el lopinavir, para ver si pueden reutilizarse en personas con coronavirus. Foto: (REUTERS/Andrew Kelly)

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