lunes, 5 de abril de 2021
Una lección histórica de la libertad de expresión
Expresar las ideas de un modo respetuoso es imprescindible para una sociedad democrática plural y madura.
La libertad de expresión es, sin duda, uno de los derechos fundamentales más complejos de las Constituciones modernas. Esa complejidad no es algo sobrevenido. Siempre lo ha sido. No en vano Gareli, un diputado de las Cortes del Trienio Liberal, afirmó que esta libertad «es más difícil de legislar que sobre ninguna otra materia». Pero empecemos por el principio. El artículo 20 de nuestra Constitución consagra varios derechos, entre los cuales figura el de «expresar y difundir libremente los pensamientos
domingo, 4 de abril de 2021
La tragedia que asoma, mientras el Gobierno navega entre dudas, contagios y contradicciones
En los últimos días, el gobierno nacional puso en marcha un operativo para posponer las elecciones primarias. El argumento que sostiene esa idea es que el avance de la pandemia obliga a evitar aglomeraciones. Sin embargo, en las mismas horas, el mismo Gobierno permitió que cientos de miles de argentinos aprovecharan las Pascuas para trasladarse de lugares con altos índices de contagio a otros lugares menos afectados por el coronavirus. A primera vista, parece una contradicción muy evidente. Pero tal vez no lo sea. Si el criterio en ambos casos fuera sanitario, es decir, evitar internaciones y muertes, efectivamente, hay un sinsentido: la postergación de las elecciones, que ocurrirán en varios meses, reflejaría un intento de proteger a la gente; en cambio, el permiso para disfrutar de unos días en lugares de veraneo, reflejaría exactamente lo contrario, un evidente signo de despreocupación, que será leído no solo por quienes hayan viajado sino por toda la sociedad.
Si se puede disfrutar de Semana Santa, ¿por qué habría que tener extremos cuidados en otros ámbitos?
La contradicción se salva si uno piensa mal. Tal vez, en ambos casos, lo que prima es un criterio electoral. En un caso, el del aval al turismo en Semana Santa, se privilegia el crecimiento económico. En el otro, la eventual postergación de las primarias, lo que se busca es ganar tiempo para que los argentinos puedan sentir la recuperación de la actividad y avanzar con la vacunación masiva. Las dos medidas contribuirían a un mismo objetivo: mejorar las perspectivas oficialistas para las elecciones.
Si fuera así, y es difícil no verlo de esa manera, eso refleja un cambio de valores muy brusco en la conducción de la crisis sanitaria. La zona central de la Argentina ha superado en estos días todos los récords en cantidad de casos respecto de cualquier otro momento de la pandemia.
Eso no se produjo de una manera paulatina sino, como dicen los estadísticos, de forma exponencial, o sea, rapidísimo. En algunas zonas del área metropolitana, la cantidad de casos se triplicó en apenas dos semanas. Para agregar datos preocupantes, algunos de esos casos se deben a la presencia de cepas que son mucho más contagiosas y, por lo tanto, más letales.
Naturalmente, nadie puede asegurar lo que va a ocurrir en los próximos días. La hipótesis más optimista postula que la explosión de casos no puede compararse con la de otros momentos porque hay muchas más personas testeadas, y a más tests más casos. Y, además, que el promedio de edad de los contagiados ha bajado mucho y por lo tanto afecta primordialmente a personas que, en su mayoría, no morirán.
El defensor más claro de este punto de vista es Fernán Quiroz, el ministro de Salud de la Ciudad.
Otros especialistas están convencidos de que el crecimiento de los casos es tan rápido que eso solo quiere decir una cosa: la tragedia se avecina si no se toman medidas preventivas contundentes. Desde intensivistas que arriesgan su vida todos los días por apenas 70 mil pesos al mes a poderosos empresarios de la Salud sostienen esta visión más angustiosa .
En cualquier caso, hay un hecho indiscutible: el crecimiento exponencial de los casos en las últimas semanas. Frente a fenómenos similares, gobiernos de distintos lugares del mundo, como los encabezados por Emmanuel Macron en Francia o Sebastián Piñera en Chile, han tomado decisiones de confinar completa o parcialmente a la población. El argumento es muy sencillo. El virus no va hacia las personas, son las personas las que van en busca del virus. El virus tiene una sola manera de ir de una persona a otra y, por lo tanto, de reproducirse: que la gente se junte. Hay una sola manera de pararlo, mientras llega la vacunación: evitarlo.
Estas ideas sencillas, que unifican a casi toda la comunidad médica, fueron repetidas una y otra vez, hasta el cansancio, por el presidente de la Nación, Alberto Fernández, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta y por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel KIcillof. Sin embargo, ante el evidente agravamiento de la situación, las medidas son, apenas, simbólicas, si es que hay alguna medida, más allá –obviamente—del proceso de vacunación. Por muchos menos, hace un año, los argentinos estuvimos confinados durante varios meses.
¿No habrá alguna alternativa entre el todo y la nada?
El contraste, y la confusión, se reflejan en una multitud de gestos. Hace un año, un joven se trasladó a la costa Atlántica con su tabla de surf. Solo, sin mezclarse con nadie. El Presidente lo reprendió muy duramente. El jueves, alrededor de doscientos cincuenta jóvenes festejaron que se recibían de médicos, sin barbijo ni distanciamiento. El episodio no mereció ningún comentario. Hace un año, el Presidente anunciaba medidas en largas conferencias de prensa rodeado de la conducción del país. Ahora realizó una cadena nacional de unos pocos minutos donde no anunció nada.
En público, los funcionarios sostienen que los argentinos ya aprendimos a hacer una vida casi normal y a cuidarnos al mismo tiempo, y que por eso no se prevén medidas duras. Pero, ¿por qué entonces suben los casos de manera tan vertiginosa? En realidad, lo que sucede es que Fernández y los suyos son sensibles a un clima social donde ha crecido mucho la resistencia a las medidas restrictivas. Eso los afecta por dos lados: el de la capacidad para liderar y hacer cumplir medidas de confinamiento, aunque sean parciales, y por el lado electoral, que siempre está presente y que ofrece un panorama siempre tenso. A eso se le suma la demanda social por la situación económica, cuya gravedad se expresa, por ejemplo, en el tremendo índice de pobreza.
Así las cosas, la sociedad no es la que era hace un año y el Gobierno tampoco. Pero el virus es el mismo y avanza con mucha rapidez. La tragedia asoma y la sociedad está con muchas menos armas para protegerse. En principio, con menos conciencia. Los unos sostienen que esto es culpa del Gobierno: fue tan duro con las medidas al principio que desgastó esa herramienta demasiado rápido. Los otros argumentan que la culpa es de un sector de la oposición y de los medios que martillaron desde el principio contra las medidas restrictivas y, finalmente, lograron convencer a vastos sectores de la sociedad. Es un clásico argentino: el único consenso aquí es que las culpas siempre las tiene el otro.
Mientras tanto, la angustia crece en los centros de salud. Vanina Edul es una intensivista que trabaja en el Hospital Fernández. Su testimonio es muy elocuente.
“El sistema duplicó las camas de terapia intensiva, aunque a algunas camas les falta todavía un monitor y respirador, además de personal de salud para atender. Hoy somos menos, porque hay gente que dejó de trabajar por el gran estrés, el agotamiento y los contagios que tuvimos entre nosotros. Tengo dos compañeros que se infartaron, y también algunos que murieron. Tenemos compañeros con síndrome depresivo. Gente con intentos de suicidio. Hacer una videollamada en la habitación del paciente con sus familiares, en donde les contamos a ellos que lo vamos a intubar. El paciente tratando de calmarlos. Los familiares conteniendo las lágrimas. Y nosotros en el medio, sabiendo que uno de cada dos intubados no va a sobrevivir. Y no tenemos ningún tipo de contención. En algún lugar te sentís un número. La gente debería tomar conciencia. }
Si bien tienen derecho a una fiesta, a una comida, eso significa que un montón de gente se puede enfermar y hay un montón de otra gente para atender a esas personas enfermas, que carecemos de vacaciones, que estamos mal pagos y muy cansados. Necesitamos ayudarnos entre todos”. Edul trabaja en un sanatorio público y otro privado. En ambos lugares, no hay camas en terapia intensiva.
Si el ascenso de los casos se profundiza, el gobierno nacional, y los gobiernos de todos los distritos serán sometidos a dilemas dramáticos que aun no logran resolver. ¿La economía o la vida?, es la pregunta más dramática. Hace un año, tenía una respuesta muy sencilla. Ahora, todo es más difícil, más confuso y, además, parece más peligroso. Afortunadamente, el Presidente, y muchos argentinos con edades de riesgo, ya han recibido al menos una dosis de las vacunas. Ojalá que eso amortigue el impacto de lo que viene.
Ni celibato ni abstinencia: qué significa ser asexual
Cuando hablamos de diversidad sexual, se nos vienen a la mente muchas identidades diferentes. Sabemos que las personas pueden sentirse atraídas sexualmente por hombres, mujeres y/o personas no binarias. Pero, ¿qué pasa con aquellos que sienten poca o ninguna atracción sexual o romántica? ¿Qué es exactamente la atracción sexual y cómo es pasar la vida sin experimentarla? El movimiento de la asexualidad es joven y de rápido crecimiento, y recientemente recibió un impulso notable. En septiembre pasado vio el lanzamiento de Ace, un libro aclamado por la crítica de la periodista asexual Angela Chen, que ilumina los innumerables matices de la asexualidad a través de una serie de perfiles de la vida real.
“En lugar de empantanarse en las definiciones, la gente puede leer esas historias y pensar: ¿eso resuena con mi experiencia?”, dice Chen.
Durante demasiado tiempo estas experiencias no han sido reconocidas: la asexualidad a veces ha sido apodada la orientación “olvidada” o “invisible” debido a su falta de prominencia pública. Hasta hace poco, el Manual de diagnóstico y estadístico de trastornos mentales de los Estados Unidos (DSM, por sus siglas en inglés) lo consideraba un problema médico, que agregó una excepción en 2013 para indicar que los asexuales no tienen un trastorno del deseo, y muchos continúan descartándolo erróneamente como una aflicción.
También se ha etiquetado como “la primera orientación de Internet”, lo que implica que las personas que se sienten de esta manera solo han existido desde el advenimiento de Internet, y sugiere que es una moda que los adolescentes de pelo rosa adoptan en Tumblr, pero que no se aplica en el mundo real.
No obstante, Internet ha sido un ancla para la cruzada de la asexualidad moderna, que comenzó en 2000 cuando David Jay, un estudiante universitario de San Francisco, abrió un sitio web para conectarse con otros (cuando buscó “asexualidad”, todo lo que encontró eran “artículos sobre biología vegetal y amebas”, dice). Atrajo miles de visitas y luego lanzó la Red de Educación y Visibilidad Asexual (AVEN), que sigue siendo la plataforma de asexualidad más grande, con 120.000 miembros en la actualidad. Desde entonces, han surgido comunidades muy unidas en Twitter, Tumblr, Reddit y Discord.
A Jay se le ha unido un enérgico colectivo de jóvenes activistas que dan charlas, escriben libros, presentan podcasts y dirigen canales de YouTube.
Están demostrando que es posible vivir una vida plena sin sexo y, aunque son una pequeña minoría, tienen mucho que enseñar al resto de la sociedad. Por ejemplo, sobre cómo todos los sexuales, personas que experimentan atracción sexual, combinan el sexo, el romance y la intimidad, pero podrían beneficiarse de separar estas cosas. O sobre cómo las parejas sexuales se clasifican automáticamente más alto en el tótem social que las asexuales .
Uno de los mayores obstáculos que enfrentan los activistas es explicar qué es la asexualidad. Puede volverse complicado porque la atracción sexual y romántica son cosas diferentes. Y aunque muchos “ases”, también son aromáticos, lo que significa que no tienen interés en las relaciones románticas, otros sienten de manera diferente. Chen, por ejemplo, es biromántica (se siente atraída románticamente por ambos sexos) y tiene un novio desde hace mucho tiempo con quien tiene relaciones sexuales. Ella dice que tiene relaciones sexuales con su pareja solo por razones emocionales, para sentirse cerca de él, pero agrega: “Podría pasar el resto de mi vida siendo célibe y sería perfectamente feliz”. “Para mí, la asexualidad no se trata de cuánto sexo tiene alguien, sino del papel que juega la sexualidad en cómo experimentan la vida”, asegura la autora.
“Vivimos en una época en la cual los esfuerzos sociales de inclusión, visibilidad y aceptación de las diferencias, en oposición a épocas pasadas de discriminación, exclusión y ocultamiento, informan sobre la versatilidad de los seres humanos. En este sentido, la aparición de clasificaciones y rótulos -con los cuales la sociedad se esfuerza por incluir a las diferentes facetas de la sexualidad humana- aún genera muchos interrogantes”, explicó a Infobae la doctora Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga del Departamento de Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico.
Ser asexual en una cultura donde el sexo impregna casi todo puede ser un desafío. Las personas asexuales, también conocidas como ases, sienten poca o ninguna atracción sexual hacia otras personas, mientras que las personas aromáticas sienten poca o ninguna atracción romántica. Asexualidad y aromanticismo forman la “A” en el acrónimo LGBTQIA+.
Si eliminas el deseo sexual, ¿cuál es la diferencia entre el romance y una intensa amistad platónica? La investigación sugiere diferencias clave, dice Chen, con la atracción romántica que hace que las personas quieran cambiar su vida por su pareja, se enamoren de ellas y se vuelvan posesivas. Pensar en estas ideas es un ejercicio útil para todos, pero también añaden confusión a una orientación que, para empezar, no se comprende bien.
Si bien la atracción sexual y romántica van de la mano para algunas personas, muchas personas asexuales experimentan una distinción entre los dos. Es posible que las personas asexuales no experimenten atracción sexual ni sientan impulsos sexuales hacia otras personas, pero algunas aún experimentan sentimientos románticos, como el deseo de intimidad emocional o física. Otro error común sobre la comunidad asexual gira en torno a esta distinción. Mucha gente piensa que los asexuales no quieren tener citas, o que son aromáticos, lo cual es diferente a la asexualidad.
Como la asexualidad es una orientación sexual, no es una elección. Eso hace que las personas asexuales sean diferentes de las que eligen no tener relaciones sexuales por razones religiosas o para evitar el embarazo. No significa que los ases tengan problemas de intimidad. Según la Red de Educación y Visibilidad Asexual, las personas asexuales representan aproximadamente el 1% de la población.
Incluso dentro de las comunidades asexuales y aromáticas, hay mucha diversidad. La asexualidad existe en un espectro que incluye a personas que se identifican como “grisexuales” o “demisexuales”. Las personas de sexo gris pueden experimentar atracción sexual solo en casos específicos, o caer en el área gris del espectro asexual.
Mientras tanto, las personas demisexuales o demirománticas pueden sentir atracción sexual o romántica solo con personas con las que han formado estrechos vínculos emocionales.
No todas las personas asexuales son reacias a tener relaciones sexuales. Las personas asexuales pueden ser positivas al sexo, neutrales al sexo o aversas al sexo. Los asexuales sexualmente positivos o neutrales están bien con tener relaciones sexuales; simplemente no es una prioridad o un deseo.
Si bien el sexo no es una prioridad para muchas personas asexuales, ocurre un error común cuando las personas combinan la asexualidad con el celibato o el autocontrol.
A diferencia de las personas célibes, que eligen activamente no participar en actividades sexuales, las personas asexuales no sienten atracción sexual en primer lugar.
“Los médicos especialistas en sexualidad no hemos podido responder desde la biología muchos de estos interrogantes, sobre todo porque en las últimas décadas la psiconeuroinmunoendocrinología nos ha enseñado que somos seres mucho más complejos de lo que creíamos y que nuestra versatilidad se debe precisamente a los miles de factores que modulan las funciones y comportamientos de las personas”, concluyó Literat.
Los líderes mundiales piden un tratado contra pandemias: "Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo"
Más de una veintena de jefes de Estado y de Gobierno respaldan la propuesta de la Unión Europea (UE) de crear el Tratado contra las Pandemias para construir una "arquitectura sanitaria internacional más sólida" que proteja a las generaciones futuras y garantice un acceso "universal" a las vacunas. "Creemos que las naciones deberían trabajar juntas para lograr un nuevo tratado internacional de preparación y respuesta ante una pandemia", suscriben los firmantes de esta propuesta a la que tuvo acceso Efe, encabezados por el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien lanzó esta idea en nombre de los Veintisiete en otoño pasado.
Una vez aprendida la lección de las "debilidades y divisiones" que el Covid-19 ha puesto en evidencia, "debemos aprovechar esta oportunidad y unirnos como comunidad global para una cooperación pacífica que se extienda más allá de esta crisis", ya que "construir nuestras capacidades y sistemas para hacerlo llevará tiempo y requerirá un compromiso político, financiero y social sostenido durante muchos años", mantienen los veinticinco lideres.
Procedentes de los cinco continentes, entre ellos destacan el primer ministro británico, Boris Johnson o los presidentes chileno, Sebastián Piñera; costarricense Carlos Alvarado Quesada; el sudafricano Cyril Ramaphosa o el surcoreano Moon Jae-in.
Europa es el continente más representado, con doce dignatarios, entre los que se encuentran, además de Johnson, la canciller alemana, Angela Merkel, y los presidentes de Francia, Emmanuel Macron; Rumanía, Klaus Iohannis; Serbia, Aleksandar Vucic; y Ucrania, Volodymyr Zelensky; así como los primeros ministros de Portugal, Antonio Costa; Albania, Edi Rama; Grecia, Kyriakos Mitsotakis; Noruega, Erna Solberg; Países Bajos, Mark Rutte; y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. De África, además de Ramaphosa, figuran los presidentes de Kenia, Uhuru Kenyatta; Ruanda, Paul Kagame; y Senegal, Macky Sall; mientras que de América también se suma el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley; y de Asia y Oceanía se apuntan el presidente de Indonesia, Joko Widodo, y el primer ministro de las Islas Fiji, J.V.Bainimarama.
Convencidos de que esta pandemia es el mayor desafío al que se ha enfrentado la comunidad mundial desde los años cuarenta del siglo XX, los veinticinco firmantes esperan que la comunidad internacional pueda "construir una arquitectura sanitaria internacional más sólida que proteja a las generaciones futuras". "La preparación frente a las pandemias requiere un liderazgo mundial para lograr un sistema sanitario global adecuado para este milenio", mantienen los firmantes, que instan a que la comunidad internacional se guíe por "la solidaridad, la justicia, la transparencia, la inclusión y la equidad" en esta lucha.
Y es que, vaticinan, "habrá otras pandemias y otras grandes emergencias sanitarias" y "ningún gobierno u organismo multilateral puede hacer frente a esta amenaza por sí solo".
"Juntos debemos estar mejor preparados para predecir, prevenir, detectar, evaluar y responder eficazmente a las pandemias de forma altamente coordinada", insisten, ante la evidencia de que la pandemia de Covid-19 ha sido "un duro y doloroso recordatorio de que nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo".
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Por ese motivo, los firmantes se comprometen a "garantizar el acceso universal y equitativo a vacunas, medicamentos y diagnósticos seguros, eficaces y asequibles para ésta y futuras pandemias.
La inmunización es un bien público mundial y tendremos que ser capaces de desarrollar, fabricar y desplegar vacunas lo antes posible". Ese compromiso colectivo sería un "hito" en la intensificación de la preparación ante una pandemia al más alto nivel político, aseguran los veinticinco dirigentes mundiales.
Proponen que el tratado se arraigue a la OMS, que se sumen otras organizaciones relevantes clave, en apoyo del principio de "salud para todos", y se sustente en los instrumentos sanitarios mundiales existentes, en especial el Reglamento Sanitario Internacional.
El principal objetivo del tratado sería fomentar un enfoque único y reforzar las capacidades nacionales, regionales y mundiales y la resistencia a futuras pandemias. Eso implicaría aumentar la cooperación internacional para mejorar los sistemas de alerta, el intercambio de datos, la investigación y la producción y distribución local, regional y mundial de medidas médicas y de salud pública, como vacunas, medicamentos, diagnósticos y equipos de protección personal, entre otros.
Estos son los yacimientos mayas más fascinantes de Centroamérica
Centroamérica ha sido morada de numerosos linajes precolombinos cuyo legado ha llegado hasta la actualidad. La vibrante cultura maya (2500 a.C. al 250 d.C.) fue una de las más fascinantes de la región junto con los incas y los aztecas: una muestra única de pirámides, imponentes templos y yacimientos.
TIKAL (GUATEMALA)
Uno de los complejos de ruinas mayas más espectaculares, con más de 3.000 restos en total, se puede encontrar en Tikal, en las selvas tropicales del norte de Guatemala. Se trata de la ciudad más grande del mundo maya con edificios que datan del siglo IV a.C.
QUIRIGUÁ (GUATEMALA)
La antigua ciudad maya de Quiriguá se caracteriza principalmente por sus estelas, las más grandes y mejor conservadas del mundo maya. Además, el Parque Arqueológico de 34 hectáreas de extensión protege un remanente importante de selva tropical lluviosa, que lo convierte en un último refugio para especies silvestres propias de la zona.
COPÁN (HONDURAS)
Situadas al occidente de Honduras lindando con la frontera de Guatemala, las ruinas de Copán son uno de los yacimientos mayas más estudiados de Centroamérica. Alcanzaron su esplendor entre los siglos V y IX de nuestra era y fueron reconocidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1980. En ellas destaca la Escalinata de Jeroglíficos, que contiene el texto escrito más extenso del mundo y que cuenta con más de 2.000 signos o glifos, como se denomina a la escritura maya.
CARACOL (BELICE)
Cuando se trata de cantidad y variedad de ruinas mayas, Belice ocupa el primer lugar y podría ser considerada como epicentro de la cultura maya. El país cuenta con más de 600 sitios mayas, entre los cuales pueden encontrarse Xunantunich, Caracol (en la imagen), Lamanai, Cahel Pech, Altun Ha y Lubaantun. Caracol, en el distrito de Cayo, era la ciudad maya más grande de Belice y uno de los aspectos más destacados es Cana, una pirámide de 42 metros de altura.
CERROS (BELICE)
A pie de playa, al sur de la Bahía de Chetumal y dentro de la Reserva Arqueológica del Cerro Maya, este recinto (el único de Belice en la costa) fue un importante centro comercial, con tres acrópolis dominadas por estructuras piramidales.
JOYA DE CERÉN (EL SALVADOR)
La ventaja de recorrer los sitios mayas en El Salvador es que se encuentran bastante cerca unos de otros en este pequeño país. Joya de Cerén, aldea agrícola apodada la Pompeya de América por ser enterrada también bajo cenizas volcánicas, ofrece una increíble perspectiva de la vida agrícola maya.
TAZUMAL (EL SALVADOR)
Tazumal, a unos 60 kilómetros al oeste de la capital San Salvador en Chalchuapa, está considerada entre las ruinas mejor conservadas de El Salvador y con la estructura piramidal más alta.
SAN ANDRÉS (EL SALVADOR)
El tercer sitio interesante del patrimonio maya es San Andrés en el Valle de Zapotitán y uno de los restos más importantes de la civilización prehispánica. Las ruinas también fueron parcialmente enterradas por la erupción volcánica de 1658, pero hoy se han excavado secciones, incluidas siete estructuras enigmáticas, como el complejo Acrópolis.
Hallaron a 6.500 metros de profundidad los restos de un buque de EEUU hundido en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial
Una expedición descubrió a 6.500 metros de profundidad en las costas de Filipinas los restos de un buque de la Marina estadounidense hundido durante la Segunda Guerra Mundial, informó el domingo un miembro del equipo. “Acabamos de efectuar la inmersión a más profundidad de la historia para encontrar los restos de destructor USS Johnston”, tuiteó Victor Vescovo, fundador de la empresa estadounidense Caladan Oceanic, que dirigió el submarino que localizó al barco.Durante dos inmersiones de ocho horas realizadas a finales de marzo, el equipo pudo filmar, fotografiar y estudiar los restos del buque, frente a las costas de las isla de Samar, indicó Caladan Oceanic, una firma especializada en tecnologías submarinas. El destructor de 115 metros de eslora se hundió el 25 de octubre de 1944, durante la batalla del golfo de Leyte, una de las mayores batallas navales en la historia y que marcó el inicio del fin para Japón. “Localizamos los 2/3 de la parte delantera del navío, de pie e intacta, a una profundidad de 6.456 m. Tres de nosotros, en dos inmersiones, examinaron el navío y rindieron homenaje a su valiente tripulación”, precisó Vescovo. Sólo 141 de los 327 tripulantes del buque sobrevivieron, según los archivos de la Marina estadounidense. La expedición encontró intactos la proa, el puente y la sección central. El número del casco “557” seguía estando bien visible.
También se podían ver dos torres, puntos de reservas de torpedos y numerosos soportes de cañones, según la expedición. Parks Stephenson, navegador y historiador de la expedición, señaló que en los restos del barco se podían observar los daños que sufrió durante esa intensa batalla, hacé más de 75 años. “Recibió disparos del mayor buque de guerra jamás construido, el acorazado Yamato, de la Marina imperial japonesa, y contraatacó violentamente”, declaró Stephenson.
El Estado argentino no es un lastre solo para el Mercosur
La semana que pasó ha tenido, en materia económica, dos hitos destacados: la “pelea” entre Uruguay y la Argentina en torno al futuro del Mercosur, y la difusión de los nuevos datos del número de personas cuyos ingresos no son suficientes para comprar una canasta mínima de bienes y servicios, que define si alguien es pobre o no. Aunque parezcan dos cuestiones desconectadas entre sí, en las próximas líneas trataré de argumentar, abusando de la paciencia del amable lector y la amable lectora, que ambos temas tienen algo en común: el Estado argentino. Veamos. El Mercosur fue creado a imagen y semejanza del entonces Mercado Común Europeo.
También, como en Europa, partió de una idea política, la de darle un marco institucional común a la incipiente nueva democracia en la región, y eliminar las “hipótesis de conflicto” que alimentaban el militarismo en Brasil y la Argentina. En términos económicos el “dueño de la pelota” era Brasil, la economía más grande y con predominio de su grupo industrial tradicional, protector de su gran mercado interno y con un modelo basado en mano de obra relativamente barata. En ese contexto, el Mercado Común, funcionó a ritmo de samba. Brasil no resultó muy generoso para abrir su enorme mercado a sus socios regionales, “excusa” que fue aprovechada por algunos grupos corporativos locales para respaldar un Mercosur cerrado.
La pelea era por la participación en el mercado interno común, y no por el papel que ese mercado unido pudiera cumplir frente al resto del mundo. Pero quienes más aprovecharon la escasa competencia extra regional fueron los sucesivos gobiernos que incrementaron el gasto público, la burocracia, y el intervencionismo arbitrario, trasladando su ineficiencia y mayores costos al sector privado.
Este esquema obligó a reforzar el proteccionismo no ya como una estrategia sino como una necesidad. El sector privado tenía que cargar con el peso del Estado y para poder hacerlo pedía protección, ya que no podía competir con el “lastre” del Costo Argentino y el Costo Brasil. Un círculo vicioso perfecto: los privados en su zona de confort de la no competencia internacional y los políticos en su propia zona de confort protegiendo al sector privado del mundo, y cobrando su parte por ello.
Pero el mundo cambió. La globalización y especialización de la producción, modificó cadenas de valor y sus localizaciones. Y la irrupción de China, con su propio trabajo barato, significó un duro golpe para el tradicional modelo industrial brasileño.
Visto desde la micro, si no diferenciás tu “capital humano” y tu “marca” siempre hay alguien dispuesto a hacer tu trabajo por menos sueldo que vos. Brasil tuvo que adaptarse, lentamente, a este nuevo escenario, aunque aún mantiene viejas mañas. Pero hoy la agroindustria, las nuevas tecnologías, el nuevo esquema de localización y especialización industrial y las consecuencias post pandemia, lo llevan a necesitar ser una economía más abierta y a buscar otra inserción estratégica global. ¿Quién podría imaginar hace sólo un par de años que una fábrica de automóviles se retiraría de Brasil?
Lo mismo sucede con los países más pequeños de la zona como Uruguay y Paraguay que hace rato quieren buscar nuevos horizontes menos dependientes de las inestabilidades argentinas y los “egoísmos” del gran vecino. El Mercosur no logró adaptarse a las nuevas realidades. No evolucionó para converger a un verdadero Mercado Común, y sólo desarrolló más burocracias vacías de contenido, pero que otorgan cargos y sellos. Tampoco negoció acuerdos de libre comercio con las regiones más dinámicas del mundo y fue perdiendo total relevancia en el contexto mundial, al punto que sólo representa el 3% de la demanda global.
En su diseño actual es claramente un lastre para sus miembros, aunque la Argentina no quiera reconocerlo porque sería incorporar un pensamiento estratégico del que carecemos hace décadas, dominados por los sectores corporativos menos competitivos que mantienen una “asociación ilícita” con la clase política en sentido amplio. “Vos me protegés del resto del mundo y yo me aguanto tu burocracia, presión impositiva y costos”. Pero este arreglo, si alguna vez funcionó, ya no funciona. El sector privado lo sabe, pero no encuentra la forma constructiva de influir en la toma de decisiones políticas.
La Argentina implosiona en su decadencia. Mientras el resto de sus socios intenta, con algo más de inteligencia y claridad, salir de la trampa que entre todos hemos creado.
Y este aislamiento decadente no genera crecimiento, ni riqueza. Sin progreso, la pobreza avanza. La política argentina, para proteger sus privilegios y comprar votos intenta morigerar las consecuencias de la pobreza con asistencialismo.
Pero como la Argentina no genera riqueza, el gasto público sólo se puede financiar mayoritariamente con impuestos indirectos nacionales, provinciales y municipales (que están incluidos en los precios de los bienes de consumo masivo), y con inflación (los períodos de endeudamiento también terminan en default e inflación). El Estado crece en burocracias ineficientes para esconder la pobreza y administrar el asistencialismo. Se da, entonces, la paradoja de que son los propios pobres, con los impuestos que pagan cuando consumen y con la inflación, los que financian los subsidios que reciben, creando un círculo vicioso y creciente.
En otras palabras, en lugar de bajar impuestos y generar incentivos para que sea el sector privado el que invierta, provoque crecimiento riqueza y empleo, el sector público ahoga la actividad privada y financia burocracia y asistencialismo con malos impuestos que terminan pagando los pobres. Y este sistema recargado además de burocracia y regulaciones absurdas deja al sector privado fuera de competencia y pidiendo protección.
Y aquí está el hilo conductor. El peso del Estado argentino es un lastre para la competitividad y la inserción global, que permitiría atraer inversión, crear empleo de calidad y crecimiento. Sin ello, se convierte también en un lastre para que muchos argentinos salgan de la pobreza.
Y volvemos a lo de siempre, hace falta un acuerdo político. Pero no para extender el plazo de pago de nuestras deudas, o para “terminar con la bimonetariedad”. Hace falta un acuerdo político para diseñar, con el sector privado, un cambio de régimen que, entendiendo la verdadera realidad global (no la imaginaria) introduzca las condiciones para una nueva realidad local.
Conmoción por la muerte del “Wey” Zapata, el corredor de motocross que competía sin un brazo
El último verano, Alberto “Wey” Zapata Bacur se transformó en un ejemplo de tenacidad, cuando volvió a correr en motocross a pesar de la amputación de un brazo por un siniestro vial donde casi pierde la vida. En su retorno se ganó el aplauso de todos y hasta alcanzó la victoria a pesar de su condición. Su motivación no tuvo límites hasta que este domingo falleció por un accidente en una carrera en San Agustín, Córdoba, según informa el Diario de Cuyo. Era la segunda fecha del campeonato cordobés donde en una de las competencias de la mañana, y luego de un salto, Wey no pudo controlar su moto en la caída y fue atropellado por dos competidores que no pudieron esquivarlo. Fue atendido por los médicos y después lo trasladaron a un hospital local, donde falleció por las heridas sufridas. Zapata, de 23 años, había logrado sortear una delicada situación tras un accidente donde podría haber muerto, pero terminó costándole la amputación de su brazo izquierdo. Fue el 12 de noviembre de 2020, en la Ruta 40 antes de llegar al puente de la calle 5 en localidad sanjuanina de Pocito. Una persona se detuvo para ayudarlo y le hizo un torniquete que le salvó la vida. Se trata de la profesional de la salud Sofía Moreno, que circuló por ese lugar al momento del siniestro. Ya en un hospital fue atendido, pero no lograron salvarle el brazo izquierdo. Fue un mazazo, pero lejos de abandonar su gran pasión, se recuperó, entrenó duro y volvió a correr en enero. “Las probabilidades de que volviera a andar en moto para los médicos, los psicólogos y los psiquiatras eran prácticamente cero. Pero yo me mentalice en la recuperación para mejorar día a día mi equilibro y en eso hice mucho hincapié. Los kinesiólogos me decían que no me centralizara tanto en eso, pero yo pensaba en cómo iba a hacer para manejar la moto”, aseguró en diálogo con Carburando. En su retorno fue undécimo, aunque él ya había ganado. “El mejor premio que gané en mi vida fue la ovación total en todas las vueltas”, cuenta el sanjuanino. “Generalmente te ovacionan cuando ganás, cuando llegás a la bandera de cuadros, pero esta vez gané en todas las vueltas... ¡Me ovacionaron hasta en los entrenamientos!”, sostuvo en diálogo con Campeones. Su vuelta fue en Córdoba, en el mismo circuito donde perdió la vida... Siguió compitiendo y el 4 de marzo en Chubut logró su primer podio desde su retorno. “Primer podio después de mi amputación. Los resultados del trabajo diario, deseos, sueños y un momento verdaderamente inolvidable”, contó en su cuenta de Instagram. El 15 de marzo en Rada Tilly (Chubut) obtuvo una victoria. “Primer puesto en categoría MX2 (junior o intermedia) no me lo creo todavía. Cada día qué pasa puedo sentirme un poco más cómodo sobre la moto y en la vida. El semillero, los chicos de la categoría 50 cm3, salieron al público a recaudar dinero para mi; la verdad, me llenan el corazón los más chicos me hicieron emocionar, no tengo palabras. Agradecido a Dios por mantenerme con vida y a toda la gente, amigos que me ayudan. Gracias a todos por los mensajes y buenas energías”, indicó en la misma red social El fin de semana pasado logró otro podio y fue tercero en El Algarrobal, en Mendoza. “Pasó otro podio más. Se me escapó el primer puesto en la última curva de la última vuelta. Fue un carrerón en Mendoza con la organización del Motocross de Mendoza. Agradecido por todo el apoyo”, declaró. “La verdad, a veces hasta me cuesta creer todo lo que me esta pasando con lo difícil que es manejar con un brazo a tan solo cuatro meses de la amputación, ya tres podios siendo que solamente para mi ya es suficiente con solo poder disfrutar andar en moto. Tengo también la felicidad de estar en un podio”, agregó. La lucha de “Wey” Zapata Bacur lo llevó a recuperar el protagonismo en las dos ruedas pesar de correr con un solo brazo. Sus competidores también demostraron su hidalguía. Sin embargo, este domingo un accidente en mientras practicó su gran pasión le quitó la vida. “Estoy absolutamente conmovido con la triste noticia del fallecimiento del motociclista sanjuanino Wey Zapata. Mis condolencias a su familia y amigos en este duro momento. Que en paz descanses guerrero! En San Juan te recordaremos como un gran deportista y un enorme luchador”, lo despidió en redes sociales Sergio Uñac, gobernador de la provincia.
Más de ocho mil visitantes participaron de FELBA, que contó con más de 100 stands entre editoriales y librerías de Buenos Aires
Buenos Aires, 4 de abril de 2021: La Fundación El Libro junto con el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires a través del área Editorial de Impulso Cultural celebró la segunda edición de Feria de Editoriales y Librerías de la Ciudad de Buenos Aires (FELBA). Una iniciativa que reunió al sector del libro en el espacio público, al aire libre, por segunda vez desde que comenzó la pandemia en el país. La cita literaria se desarrolló del 1 al 4 de abril, en el Parque de la Estación, un nuevo punto de encuentro para los lectores en la Ciudad.
Allí, en el barrio de Balvanera, alrededor de ocho mil personas disfrutaron de charlas y actividades culturales, con 101 stands de 55 expositores en una experiencia que tuvo un resultado muy positivo y con cumplimiento estricto de los protocolos sanitarios.
Más de dos mil asistentes la visitaron cada día, lo que significa un crecimiento significativo respecto de la primera edición de diciembre. Una consulta a los expositores permitió saber que también los resultados en ventas concluyeron de forma muy significativa para los expositores.
Ariel Granica, presidente de la Fundación El Libro destacó: “Celebro el éxito de esta nueva edición de FELBA, que no sorprende si se ve el trabajo que hay detrás para llevarla a cabo. La planificación previa, la coordinación entre los equipos de la Fundación El Libro y los del Ministerio de Cultura de la Ciudad, la presencia atenta de nuestro personal a cada uno de los múltiples aspectos que demanda la feria en movimiento.
Agradezco a los expositores el acompañamiento siguiendo los protocolos y quiero detenerme en destacar que, ajustados a las posibilidades de cada momento, la Fundación El Libro encuentra los caminos para seguir dando apoyo y promover el libro”.
"Es importante señalar que al recuperar la presencialidad se producen efectos más allá de los resultados numéricos, de por sí muy buenos. Porque se levanta el ánimo de editores, libreros y lectores, al crear un momento de reencuentro y armarse un clima esperanzador en medio de una situación todavía incierta", comunicó Oche Califa, director institucional y cultural de la Fundación El Libro.
El ministro de Cultura de la Ciudad, Enrique Avogadro, sostuvo: “Nos alegra haber realizado una nueva edición de FELBA, haber celebrado este encuentro presencial tan necesario para el mundo de las letras, el segundo desde que comenzó la pandemia. Se desarrolló de forma exitosa gracias al trabajo conjunto y la coordinación del área Editorial de Impulso Cultural y la Fundación El Libro.
Fue un evento clave para poder intercambiar y compartir nuevas experiencias, y seguir acompañando al sector en un momento complejo y bajo los protocolos correspondientes haciendo que la cultura sea segura”.
FELBA ofreció una destacada programación diaria, que contó con una muy buena recepción y participación del público. Tuvo inicio con la presencia de Enrique Avogadro, ministro de Cultura de la Ciudad; Ariel Granica, presidente de la Fundación El Libro y Oche Califa, director institucional y cultural de la misma institución. En sus cuatro jornadas, referentes del mundo cultural como Andrea Álvarez, Cecilia Bona, Elsa Drucaroff, Diego Frenkel, Mercedes Funes, Silvia Hopenhayn, María Rosa Lojo, Julián López, María Luque, Enzo Maqueira, Guillermo Martínez, Andi Nachon, Power Paola, Daniel Santoro, Eugenia Zicavo, entre muchos otros, fueron protagonistas de las charlas que se realizaron para celebrar la lectura.
Las actividades fueron compartidas a través de las redes sociales del Ministerio de Cultura de la Ciudad: @impulsocultural y @bacultura. También a través del sitio web de Fundación El Libro www.el-libro.org.ar, y sus redes sociales @ferialibroba (IG), @ferialibro (Tw y YT) y @feriadellibro (FB). Y estuvo presente la radio de la Ciudad, la AM1110, emitiendo parte de su programación en vivo, desde el Parque de la Estación, realizando entrevistas a los protagonistas de este encuentro.
Con relación a los expositores hubo 25 librerías, 25 editoriales y otras 5 se sumaron al stand colectivo de poesía. Es importante destacar que hubo 26 expositores nuevos, que no habían participado en la edición de diciembre de 2020.
Los expositores de esta edición fueron Todo CBC, Espacio Moebius, Infancias Libres, Buenos Aires Books, Otras Orillas, Arte a Babor, Nazhira, Librería Aguilar, Yaestiempo ediciones, La Bisagra Técnicas de estudio, Puntos Suspensivos Ediciones, Luminias, La Libre, Editorial Albatros, Editorial Ciccus, Orsai, Editorial Dícese, Az Editora, Librería Noveduc, Cúspide Libros, Ediciones RyR, Hekht Libros, Del Naranjo, Riderchail, Librería de las luces, Mil trazos ediciones y taller, Librería Sudestada, Casa Mundus, Editorial Mariscal, Hd libros, Galerna, Librería del Fondo, El Túnel Libros, Cheuque, Alamut Libros, Asunto Impreso - Librería de la imagen, La Coop librería, Nuestra América Editorial, Ediciones IPS, Corregidor, Libros para el mundo, Librería Guadalupe, Dickens, Mezcla Aditiva - Severled - Nubífero, Gerbera Ediciones, Librería Raíces, Ritualitos, Editorial Bonsai, Karlovich Libros. Además, en el Espacio de Poesía Impulso Editorial, participaron: Editorial Tres Más Uno, Milena Caserola, La Mariposa y la Iguana, Audisea Editora y Qeja editora.
FUERTES IMÁGENES: Auto a toda velocidad embiste a otro vehículo en una c...
La cámara de una grúa captó el momento en el que se produjo un aparatoso accidente en la autopista 401 de Canadá. En el incidente, ocurrido en la tarde del pasado sábado, un auto embistió con violencia a una camioneta que estaba parada y esperando para ser remolcada por la grúa que se encontraba en el lugar. Afortunadamente, no hubo que lamentar fallecidos y ninguno de los heridos sufrió lesiones quepusieran su vida en peligro.
Uruguay, el pequeño entre gigantes busca atajos mientras insiste en seducir argentinos
El presidente, Luis Lacalle Pou, retoma su plan para atraer hasta 100.000 argentinos al país con el objetivo de dinamizar la economía y revertir el envejecimiento demográfico
El verano se despide de Uruguay, un verano extraño de fronteras cerradas y Punta del Este sin argentinos ni brasileños. "Hay uruguayos que por primera vez pisaron Punta del Este", destacó la prensa del país. Pero nada es para siempre: las vacunas chinas ya llegaron al país, el proceso de inmunización se prevé veloz y dentro de pocos meses esas fronteras volverán a abrirse. Será el momento de retomar a fondo aquel proyecto con el que el presidente Luis Lacalle Pou generó un tsunami en el Río de la Plata
El verano se despide de Uruguay, un verano extraño de fronteras cerradas y Punta del Este sin argentinos ni brasileños. "Hay uruguayos que por primera vez pisaron Punta del Este", destacó la prensa del país. Pero nada es para siempre: las vacunas chinas ya llegaron al país, el proceso de inmunización se prevé veloz y dentro de pocos meses esas fronteras volverán a abrirse. Será el momento de retomar a fondo aquel proyecto con el que el presidente Luis Lacalle Pou generó un tsunami en el Río de la Plata
El presidente de Paraguay pide la renuncia a todos sus ministros
Las consecuencias de la pandemia de Covid-19 están comenzando a sacudir el cono sur sudamericano. Tras un viernes de disturbios en Santiago de Chile y en la provincia argentina de Formosa, Paraguay tomó el centro de la escena con una manifestación popular brutalmente reprimida por las fuerzas de seguridad para instalar al presidente Mario Abdo Benítez en la peor crisis de su mandato. El jefe de Estado pidió a todos sus ministros que pusieran el cargo a disposición para decidir a quiénes reemplaza. "El presidente escuchó a la ciudadanía, convocó a su gabinete, pidió que pongan sus cargos a disposición y va a anunciar los cambios de la manera en que él crea conveniente en algún momento del día, si Dios permite", dijo Juan Manuel Brunetti, titular del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación.
Los violentos incidentes en la manifestación contra el Gobierno por su gestión de la pandemia dejaron un muerto y al menos 21 heridos durante el viernes en Asunción tras una noche de gases lacrimógenos y balas de goma. La oposición del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) se está planteando impulsar un juicio político contra el mandatario del conservador Partido Colorado. El problema para Abdo Benítez es serio, ya que entre los que analizan el juicio político figura Horacio Cartes, su antecesor en la presidencia y rival interno en el Partido Colorado.
La falta de medicamentos en los hospitales en medio de un notorio incremento de los casos de Covid, y la persistente corrupción en el Gobierno galvanizaron la marcha del viernes, en un día que se había iniciado con la renuncia del ministro de Salud, Julio Mazzoleni.
"El doctor Mazzoleni, al que creemos una persona honesta, fue derrotado por las viejas lacras de la administración pública: la corrupción y la ineficiencia son tan letales como el covid-19", señaló el periódico ABC Color, uno de los más influyentes del país, en un editorial en el que también se refiere a "inoperancia y corrupción" y "negligencia e incapacidad" para explicar la demora del país en adquirir vacunas para proteger a la población de la pandemia.
La caída de Stroessner en 1989 inició la transición hacia la democracia. El obispo Fernando Lugo, que como primer gobernante de izquierdas puso fin en 2008 a 60 años de hegemonía del Partido Colorado, fue destituido cuatro años después por el Parlamento.
El duro relato de Mena Suvari, la actriz de “Belleza Americana”: “Me perdí en el sexo, las drogas y las malas relaciones, a menudo abusivas”
Mena Suvari pasó a la fama mundial a fines de la década del ‘90 por sus papeles en “Belleza Americana” y “American Pie”, ambas de 1999. Con solo 20 años en ese momento, su imagen recorrió el mundo y la exposición le jugó una mala pasada. En su libro “The Great Peace: A Memoir”, que saldrá el próximo 27 de julio, la actriz narró que tuvo muchos problemas. En el escrito, relató cómo “se perdió en el sexo, las drogas y las relaciones malas, a menudo abusivas, incluso cuando las películas de gran éxito la hicieron famosa”, según un adelanto publicado por la revista People. Además, compartirá cómo fue crecer en la década de 1990 y cómo navegó por “las duraderas cicatrices psicológicas del abuso, pero sabiendo en el fondo que tiene y desea mucho más de la vida”. Según The People, Suvari reconoce sus propios errores, comparte lo que aprendió en el camino y explica cómo trabajó “para comprender y crecer en lugar de echar la culpa”, según un comunicado remitido al medio. “Como tal, hace que esta sea una historia atemporal de empoderamiento y redención de las niñas, de alguien que usa su voz para redescubrir su pasado, buscar la redención y comprender sus errores”, continúa la descripción; “y finalmente acepta su poder como un individuo para encontrar la manera y la voluntad de vivir y prosperar“.Para Suvari, es hora de compartir su historia como nunca antes lo había hecho. “En un momento de ajuste de cuentas en nuestra cultura, la icónica estrella de la belleza estadounidense Mena Suvari se ha presentado para contar su historia“, dijo la editora Mary Ann Naples en un comunicado. “Hachette Books (la editorial) se enorgullece de llevar sus memorias sinceras, desgarradoras, valientes y, en última instancia, curativas a los lectores”, completó. Nacida el 13 de febrero de 1979 en Rhode Island, Estados Unidos, de niña Mena Suvari soñaba con ser arqueóloga. Luego se mudó con su familia a Charleston, donde participó de un concurso que la llevó hasta la agencia de modelos Wilhelmina y poco tiempo después dio sus primeros años en la actuación. Su debut en cine fue con un pequeño papel en la película de ciencia ficción “Nowhere”, en 1997. Dos años más tarde su nombre comenzaba a hacerse conocido por el papel de Heather en la primera película de la saga “American Pie”, y la consagración llegaría de la mano del famoso film “Belleza Americana”. La actriz interpretó a Angela Hayes, una adolescente muy segura de sí misma, que se desempeñaba como porrista y soñaba con ser modelo. Además, era la mejor amiga de la hija de Lester (Kevin Spacey), quien se obsesionó con ella. Todos la recuerdan por la famosa escena en la que aparece totalmente desnuda, cubierta solo con pétalos de rosas. Después de este trabajo fue reconocida como una de las más bellas actrices de Hollywood. Nunca dejó de trabajar. Participó en películas como “Un perdedor con suerte”, “American Pie 2″, “El mosquetero”, “Spun”, “Sonny” y “Brooklyn Rules”. En televisión tuvo un papel en “ER”, condujo “Saturday Night Live” y actuó en series como “Six Feet Under” y “American Horror Story”. Además de la actuación, es una apasionada de la moda y tiene su propia línea de ropa. Respecto a su vida personal, estuvo casada con el fotógrafo Robert Brinkmann (18 años mayor que ella) entre el 2000 y el 2005, y con el productor musical Simone Sestito entre 2010 y 2012. Desde 2018 está casada con Michael Hope, con quien espera un hijo.
El secreto de tu foto: fue a la morgue a buscar la autopsia pero descubrió que su bebé nunca había estado ahí
Fue una tarde de fines de abril, Ana había vuelto a su departamento y estaba sola, suspendida en un limbo: sola sin panza, sola sin bebé. Habían pasado horas desde el nacimiento de su primer hijo, horas desde que les habían dicho que el bebé era “un monstruo”, horas desde que ella, en shock, había pedido que le hicieran una autopsia. Pero no era eso lo que Ana cargaba en la mirada en el momento en que se sacó el autorretrato, o no era sólo eso: no era la muerte, era la duda. Están por cumplirse 26 años de aquel abril y Ana Gantzer cuenta su historia públicamente por primera vez. Ya no vive en Avellaneda, ya no es la joven que estudiaba Bellas Artes ni la mujer que estaba extasiada con la llegada de Líbero, su primer hijo. Hace décadas que necesitó tomar distancia y desde el 2000 vive en Nueva York, donde es bibliotecaria pública. Fue precisamente allá, a 8.527 kilómetros de distancia de Buenos Aires, que el nacimiento de su segundo hijo removió todos los escombros. Era 1995 y Ana tenía 28 años. Alejandro, quien entonces era su pareja, era 17 años mayor. Entre ellos andaba siempre la mamá de Ana, una mujer que terminó teniendo un protagonismo inesperado en el drama que estaba por venir. “Era de esos embarazos en los que todo va muy bien”, cuenta Ana a Infobae. Se atendía en el Sanatorio Anchorena, un amplio edificio de cinco pisos y persianas blancas que unos años después quebró y fue rematado. Iba por el séptimo mes de gestación cuando su médico la envió a ver a una partera que daba clases de “parto sin dolor” en la calle Mansilla al 3.000, en la Ciudad de Buenos Aires. “Cuando llegué había como 20 embarazadas, como si regalaran algo”, piensa ahora sobre ese “público cautivo”. La partera le dijo qué tenía que poner en el bolso para el parto y le dio una indicación: “Me llamás apenas rompés bolsa”. Hasta ahí, lo normal. Pero Ana no rompió bolsa como había visto en las películas sino que perdió el tapón mucoso, a lo que la partera, del otro lado del teléfono, dijo “vengan inmediatamente”. “Yo estaba medio freakeada, no sabía qué era eso, así que fuimos los tres, asustados. Primero me apoyó el cono en la panza, puso cara de preocupación y dijo que podía haber sufrimiento fetal. Después volvió a hacerlo pero con el detector de ritmo cardíaco, ese que se oye para afuera: papapam papapam papapam, los latidos se escuchaban perfecto”. La partera, sin embargo, dijo “hay que llevarla urgente al hospital”, y ahí sucedió la primera de una lista de cosas extrañas. “Dijo ‘tengo que hacer unos llamados antes’ y tardó como 15 minutos en volver. Cuando volvió, Alejandro ya caminaba por las paredes. ¿No era una urgencia? Le preguntamos si estaba hablando con el médico y dijo que no, que ella también trabajaba en turismo y alguien en Misiones había tenido un problema en un tour”. Eran, minutos más, minutos menos, las tres y media de la tarde. Fueron al sanatorio en taxi “y ahí me dejaron un rato largo sola esperando en una camilla en el pasillo. Yo no entendía nada. Ya era la nochecita cuando me entraron al quirófano”, sigue. “Yo había planeado entrar con Alejandro, incluso una amiga del trabajo quería venir a filmar el parto, pero nada, me hicieron entrar sola, me pusieron la peridural y me durmieron como a un elefante. De ahí en más ya no sé qué pasó”. Ana no fue protagonista de la cesárea que le hicieron ese 18 de abril de 1995: no vio, no escuchó, no sonrió, fue como parir en coma. “Afuera, y todo esto me lo contaron después, mi mamá y Alejandro estaban desesperados porque pasaban las horas y no sabían nada. Finalmente salió una mujer, no sabían si médica o enfermera como cubriéndose la cara. Se paró frente a ellos y les dijo ‘es un monstruo, está todo deformado’”. Ana también montó sus sospechas sobre ese comentario. ¿Qué profesional usaría esas palabras para hablar con el padre y con la abuela de un bebé que nace con una malformación? Ahora que tomó distancia, física y temporal, le suena más bien a un intento de que nadie tuviera el valor de pedir ver el cuerpo. “Mi único recuerdo de esa noche es que tuve que luchar para respirar, para vivir. Estaba tan dopada que no podía. Sé que me desperté de madrugada y me dijeron que el bebé había muerto y que me volví a dormir”. Alejandro, supo ella después, había estado gritando por los pasillos “déjenme verlo, déjenme verlo”. “Hasta que accedieron y le mostraron, de lejos, a un bebé que estaba en una mesa de metal”, sigue ella. El efecto del “es un monstruo”, sin embargo, había hecho efecto, porque Alejandro no se animó a acercarse. “Es que todos tenemos horror por la muerte, yo no pedí verlo, no peleé, ¿viste? Y entré en un espacio entre la resignación, la aceptación y preguntar sin parar. ¿Pero por qué se murió? ¿De qué? Al final me dijeron que tenía macrocefalia y labio leporino. ¿Y quién se muere por eso?”, se pregunta todavía. Ana dice que no peleó pero, pese al estado de shock en el que estaba, pidió que le hicieran la autopsia. Fue ahí que sucedió otra cosa extraña. “Entonces el médico dice, y yo no lo agarré en ese momento: ‘Si ponemos que nació vivo, tenés que hacer una partida de nacimiento, otra de defunción y después tienen que hacer un velorio, un entierro. Si ponemos que nació muerto, no hay que hacer nada’. Y bueno, por eso que nos pasa con la muerte, uno agarra el camino más fácil, o el menos traumático”. Fue después de esto, con la duda ya empezando a trabajar sobre los herrajes, que Ana volvió a su departamento y se tomó el autorretrato. La mirada del adiós “No, no es lo que uno siente cuando se le muere un hijo”, contesta cuando trata de explicar qué cargaba su mirada en el momento en que se tomó la foto. “Es la espera que no llega: cuando esperabas algo y te quedaste sin nada: es esa nada. Cuando vas a parir también te despedís de alguien, llega tu hijo pero la mujer que fuiste hasta ahora se va. Bueno, yo me quedé entre un barco y otro. Es como cuando soltás una liana para agarrar la otra pero la otra no está: te caés al vacío”. Ana, que trabajaba en la obra social de agentes de propaganda médica y era cocinera y repostera, pasó los siguientes meses en camisón, comiendo hamburguesas. Esperó los resultados de la autopsia para llenar de explicaciones el vacío, pero el informe del sanatorio nunca llegó. Por eso fue a la morgue. “Le dije a la mujer que me atendió: ‘Vengo a buscar los resultados de la autopsia del bebé que perdí, y le di el nombre, todos los datos. Y ella me miró extrañada y me contestó: ‘¿Qué bebé? Acá no tenemos ningún bebé”, sigue. “Cuando vos ya estás en el suelo y te dan otra patada, todo se junta, ya no sabés cuál te dolió más. Perdés la racionalidad, es simplemente el dolor. Pero igual yo pude decir ‘acá hay algo raro, tenemos que ir a la policía’”. Tardaron meses pero lograron que el juzgado ordenara allanar el sanatorio en busca del cuerpo y de los certificados. “Consiguieron los papeles con todos los partos de ese día tapados, pero no encontraron al bebé, no encontraron el cadáver. Dos semanas después llegaron a la casa de un médico que tenía en su casa un laboratorio o una morgue, no sé qué era. Y entregó un frasco. En el frasco no había un bebé exactamente... perdón es horrible esto. Lo que entrega es la carcasa de un bebé y órganos mezclados, con decirte que había tres testículos”. Tardaron meses en darles un resultado y no lograron determinar si había o no restos de su hijo. “Era todo tan difícil, tan nauseabundo, que cuando me ofrecieron los restos dije ‘no’”. Ya era fin de año, Ana todavía recuerda ese clima de diciembre en el centro porteño: todo cerrado, el asfalto llegando al punto de hervor. “Bajé la cortina y me olvidé de muchas cosas, me olvidé de fechas exactas. No podía vivir con eso”. Al año siguiente, Ana se separó de Alejandro y perdió a su papá. Su forma de sobrevivir fue intentar un “año nuevo, vida nueva”. Poco después se mudó a Estados Unidos, donde mantuvo al fantasma dormido hasta que volvió a formar pareja y quedó embarazada de Román. Volver “Vos no sos primeriza. ¿Qué pasó?”, le preguntó la obstetra que la atendió en Nueva York siete años después del nacimiento de Líbero. A Ana le fue imposible contestar con certezas y, frente al “no sé”, la médica le preguntó si podía conseguirle los papeles del sanatorio. “Yo estaba en otro viaje, que era tener a mi hijo, pero fue imposible no empezar a revivir todo. Cuando me metieron de nuevo en la sala de partos y me pusieron la anestesia me largué a llorar, sabía que a partir de ese momento perdía todo el control”. En 2004, cuando Ana logró venir a Argentina de visita con Román, su mamá la esperaba con una hipótesis. Desde que Ana se había ido hasta ese momento se habían recuperado 16 bebés robados en la última dictadura y, si bien lo de Líbero había sucedido en democracia, la mujer había encontrado similitudes: “Mirá Ana, yo creo que te lo robaron”, dijo. Juntas empezaron a reconstruir la memoria y fueron al juzgado para que reabrieran el caso, convencidas de que “la democracia aún era frágil como para proteger las vidas de esos chicos”. Lograron que se enviaran los restos que se habían reservado para ADN al Banco Nacional de Datos Genéticos. Pero las puertas volvieron a cerrarse: “Nos contestaron que no encontraron material viable para hacer un ADN”. Hasta que su mamá empezó a recibir llamados raros - “cuando atendía, del otro lado se quedaban en silencio”- y Ana, que había contado su caso en todos los sitios de búsqueda de niños, recibió un enlace de explotación sexual infantil que nunca pudo borrarse de la cabeza. “Y volvimos a bajar los brazos”, sigue. La mamá, que siguió viviendo en Quilmes, “se fue apagando” y murió el año pasado de COVID. Ana tiene ahora 56 años y está sola en su casa. Román, su hijo estadounidense, se mudó a otro estado para comenzar la universidad y ella decidió volver a buscar a Líbero, convencida de que no murió sino que se lo robaron. Dice que no es por ella que lo hace, que ya no se siente una víctima, que “una madre da y en algún momento suelta, deja ir”. Es, en cambio, por otras dos razones: “Por un lado, pienso en la frase ‘nolite te bastardes carborundorum’, que Margaret Atwood cita en ‘El cuento de la criada’: ‘No dejes que los bastardos te hagan polvo’. En este caso diría ‘no dejes que los deplorables descansen en paz’”, se despide. Por otro, “porque veo muchos hijos que hace décadas buscan a sus padres biológicos y pienso que él tal vez me esté buscando. Privar a un hijo del abrazo de sus padres, de sus voces, de saber de dónde viene, me parece profundamente injusto. Voy a hacer lo posible para no privarlo más de eso: si él me está buscando, que sepa que acá estoy”.
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