En Uruguay estamos mejor que en la mayoría de los países aunque no tenemos que cantar victoria antes de tiempo. No hay duda que estamos mejor. Pero los brotes del COVID 19 en Rivera y en 33 demuestran que no podemos de ninguna manera bajar la guardia. Y al mismo tiempo lo que está creciendo es la preocupación de la gran mayoría de la población sobre la situación económica y social del país. A todo nivel: nacional, local, familiar y personal. Tenemos incertidumbre sobre los empleos, sobre la capacidad de compra, sobre nuestro futuro inmediato. Y salir de esta situación será tan o más duro que la propia pandemia, aquí y en todo el mundo. Para esto tenemos que saber dónde estamos parados en materia económica. Hoy el gobierno nacional comunica una cosa hacia adentro del país y otra hacia afuera. Esto me preocupa. En estos días el Ministerio de Economía y Finanzas trabajó para la colocación y recompra de bonos en dólares, presentando a nuestro país. En esa presentación a los inversores se señalan fortalezas de Uruguay primer país en la región en materia de formalidad laboral y empresarial, líder en el cambio de matriz energética, con un nivel de reservas y un perfil de deuda pública destacables.
También se destaca la importancia de la inversión de UPM entre otros muchos factores de esa acumulación positiva. Es increíble. La imagen que surge de esta presentación es muy diferente a los discursos del actual gobierno cuando se dirige al país. En honor a esa acumulación positiva está bueno reconocer lo que se hizo bien para afuera y también para adentro. Hay que reconocerlo entonces, sino se está fomentando la grieta. Pero además, desde la Oficina de Planeamiento y Presupuesto nos llegan mensajes de recortes de recursos para los vecinos de Montevideo y Canelones. Justo ahora, que tenemos que estar más unidos que nunca y que el mundo entero pondera ciertas bondades como por ejemplo: gobierno y oposición, gobierno nacional y gobiernos locales trabajan codo a codo, justo ahora. Justo ahora aparecen chicanas que creíamos perimidas de la política uruguaya. La verdad… no está bueno.
Esos recursos fueron aprobados por el Congreso de Intendentes, por representantes de todos los partidos, de todos los partidos para que la distribución fuera equitativa. Estos recursos son para la gente, para las calles, para las plazas, para el alumbrado, para los espacios públicos, para los juegos para los gurises. ¿De qué sirve la economía si no es para la gente? No es buena cosa tener dos discursos contrapuestos sobre la situación económica y utilizar para la interna del país argumentos que empobrecen las instituciones y la política. No hay dos tipos de unidad nacional ante la pandemia y ante la salida, se necesita una gran sola generosidad y una coherencia rigurosa. Sigamos juntos dando la batalla contra la pandemia y con el mismo espíritu demos la pelea por el empleo, para atender a los más necesitados, para frenar la pobreza y cada uno asumiendo su papel, ya sea en educación, seguridad o en inversión pública. Es fundamental el sentido nacional y la verdad sobre la situación.
Nosotros vamos a seguir acompañando al gobierno en las políticas para la búsqueda de la mejor salida, pero siempre teniendo en cuenta lo que decía Wilson: al país todo lo que necesite, al gobierno lo que se merezca.