domingo, 6 de junio de 2021

Argentina y la retórica del escorpión: vacunas por votos y aumento de dietas

 

Si gobernar en tiempos de pandemia es caminar sobre un terremoto, ser gobernado es caminar en arenas movedizas donde no sabemos si nos hundiremos al próximo paso
Por Jorge Grispo 6 de Junio de 2021 

Abogado, especialista en Derecho Corporativo, autor de numerosos libros y publicaciones Alberto Fernández y Cristina Kirchner Alberto Fernández y Cristina Kirchner La pandemia es una situación límite que expone al mismo tiempo todos los males de nuestra sociedad. No por conocida, deja de ser útil la fábula del escorpión y la rana: un escorpión le pidió a una rana que lo cargue para cruzar el río. La rana, desconfiada, le preguntó cómo podía estar segura que no la iba a picar.

 El escorpión le respondió: “Porque haría que ambos nos ahogáramos”. La rana aceptó; y a la mitad del río el escorpión la picó. Sorprendida, la rana le preguntó por qué lo había hecho, si los dos iban a morir. El escorpión respondió: “Es mi naturaleza”. Moraleja: no te engañes con alguien creyendo que es o puede ser igual a tí; hay quienes sacarán su maldad sin importar las consecuencias. La fábula evidencia, al mismo tiempo, que para ciertos grupos de personas la ambición es tan desmedida que no tienen empacho en destruir las propias circunstancias que los mantienen a flote.

 La naturaleza del escorpión, que no puede dejar de lado su esencia aunque en ello se le vaya la vida, es un paradigma del momento histórico que estamos viviendo en un año bisagra donde, en las elecciones legislativas que se aproximan, nuestra sociedad deberá elegir entre consolidar un modelo populista de autocracia o una república. Dependerá de los votantes el futuro de la nación, muchos de los cuales padecen de una amnesia severa, olvidando los males del pasado que nos han colocado en el lugar que hoy estamos como nación: en el fondo del pozo. 

Es en este punto donde adquiere importancia la retórica del escorpión, que, por su propia naturaleza, nos termina picando hasta morir una vez más en un fracaso tras otro. La retórica del escorpión es lo que hace que las vacunas Rusas y China llegarán tarde, pero antes que las provenientes de los países de occidente, como si las cuestiones geopolíticas fueran más importantes que las vidas que quedaron en el camino, a la vez que el uso político de la vacuna es hoy una realidad tan concreta y palpable como imperdonable. 

El propio titular del Ejecutivo en una de sus tantas apariciones públicas fue ganado por su subconsciente al mencionar “campaña” en lugar de “pandemia”. En el medio de las incertidumbres existenciales con las que nos toca convivir, una de las pocas certezas que tenemos es que para nuestros gobernantes la campaña electoral está hoy antes que la pandemia. El subconsciente habla por sí solo. La retórica del escorpión al mismo tiempo exhibe como los “congresistas” se aumentan sus propias dietas en un 40%, contradiciendo en un solo acto tanto las propias metas inflacionarias del gobierno, como la ética ciudadana donde se le exigen cada vez más sacrificios a la población, pero a la hora de cuidar sus propios bolsillos, se ocupan de sostener sus beneficios y privilegios.

 Una actitud propia del escorpión que solo genera rechazo en la población que es gobernada por sujetos que ni siquiera tienen el buen tino de dar el ejemplo. Es fácil pedir el sacrificio ajeno sin hacer el propio. Firma de la paritaria de los trabajadores del Congreso Firma de la paritaria de los trabajadores del Congreso El escorpión también sabe sacarle punta al lápiz. El gobierno de la provincia de Buenos Aires engrosó su padrón de extranjeros habilitados para votar este año sumando 820.530 votantes del conurbano bonaerense, que cuentan con la residencia permanente y podrán votar. A la vez que el gobierno nacional derogó por medio del decreto 189/2021 el Decreto N° 45/2019 (de la gestión de Macri), el cual permitía a los ciudadanos argentinos que residían en otros países inscribirse en un registro online que los habilitaba a votar por correo, en lugar de tener que ir hasta la sede diplomática más próxima.

 La finalidad electoralista de este tipo de medidas es clara, donde se presume de antemano que cierto tipo de votantes serán afines al oficialismo se los incorpora al podrán electoral, en cambio donde estadísticamente la coalición gobernante saca menos votos se dificulta el acceso a las urnas. Cada voto cuenta y lo están haciendo notar. La democracia, en la forma que la hemos conocido, está de mudanza, guardada en un camión con destino incierto, que solo lo conoceremos con los resultados de los próximos comicios. Los discursos de la política, vacía de contenido, no logran interpretar el sentir de la ciudadanía. Las idas y vueltas de la clase dirigente, en el país del futuro mejor que nunca llega, exhiben la desconexión entre los gobernantes y sus gobernados. 

Continuamos navegando en el mar de la incertidumbre, la extensión del aislamiento social sumado a las marchas y contramarchas constantes de la dirigencia política, nos impone convivir con un contexto donde la vuelta a la normalidad ya no es una opción, porque la normalidad argentina fue ir de crisis en crisis. El estado de calamidad actual de la economía, con miles de pobres que pasan a engrosar a diario las estadísticas de la “miseria”, es un camino imposible de seguir transitando. Las comparaciones siempre son odiosas, pero en ciertos momentos sirven para acercarse a la realidad desde otro lugar. Estamos como estamos, penando, mientras, por ejemplo en el Estado de la Florida (EEUU) esta semana se dio por “finalizada” la emergencia por Covid-19. 

Es muy simple el acceso a la vacuna, sin costo alguno, a la vez que los contagios han disminuido sensiblemente. Los comercios y shopping están todos abiertos, al igual que la gastronomía y la hotelería. Las personas van y vienen sin limitación alguna y por cierto los “controles” en los accesos a la cuidad no existen. En el aeropuerto instalaron un vacunatorio para inocular a todo aquel que se acerque, sin justificar nada más que sus ganas de poner el hombro. Lamentablemente en nuestra aldea pobre la realidad es bien distinta, quizás, porque la política también se comporta diferente y los votantes solemos olvidar los errores del pasado, a cambio de promesas que sabemos no se cumplirán. El caos actual ha desencadenado en la sociedad una importante sensación de indignación y reproche por la mala administración de la catástrofe sanitaria.

 Ni bien se analizan las estadísticas mundiales, los resultados que hemos tenido se encuentran entre los peores del mundo. Los datos son los datos y discutirlos desde el relato o el desagrado no hace que cambien o mejoren. Tuvimos una cuarentena extremadamente dura y larga. Los resultados, pasado un año son pésimos, los datos duros mandan. Hoy estamos peor que en junio de 2020 con más muertos, más contagiados, más miseria, agotamiento de la población, la economía destrozada, el sistema de salud colapsado. A juzgar por los resultados en vez de aumentar las dietas un 40 por ciento deberían devolver todo lo cobrado en el último año y medio, tras el fracaso rotundo de la gestión pandémica. 

 Un médico revisa pacientes covid-19 en la Unidad de Terapia Intensiva, en un Hospital de la Provincia de Buenos Aires Un médico revisa pacientes covid-19 en la Unidad de Terapia Intensiva, en un Hospital de la Provincia de Buenos Aires No todo el desorden actual es a consecuencia de la pandemia bajo cuyo paraguas se pretende justificar los desaciertos. Mientras algunos dan por finalizada la emergencia sanitaria, nosotros seguimos luchando como Don Quijote contra los molinos de viento. En esas diferencias la responsabilidad es de la clase dirigente, de sus errores, impericias y falta de capacidad en la gestión de lo público. 

Llegamos a la catástrofe sanitaria, luego de varias décadas de caída sostenida en relatos populistas que -salvo por pequeños intervalos que también fracasaron- nos arrastraron cada vez más a un formato de sociedad distópica, que solo puede vivir de unos pocos que pagan impuesto para sostener un inflamado gasto público que no para de crecer. Nadie en sus cabales puede negar el estado calamitoso de nuestra economía. Y mucho menos desconocer los niveles pornográficos de pobreza, pareciera que la niña M ya quedó en el cajón de los recuerdos, cuando en realidad cada día se suman más criaturas en situación de calle. Solo un relato basado en la retórica del escorpión nos podría llevar a la incredulidad de pensar que la funcionalidad de nuestra nación ha sido efectiva. 

La entropía endémica en la que vivimos, donde los políticos tienen la responsabilidad de gobernar y son los que toman las decisiones que luego nos llevan al fondo del abismo, pareciera quedar de lado en tiempos electorales, donde los votantes nos olvidamos de todos los males que nos infringieron, ya sea por torpeza o por codicia, para abrazar las promesas de un mañana mejor que se ve frustrado por la realidad de un presente peor. Si para el presidente gobernar en tiempos de pandemia es como caminar sobre un terremoto, para los gobernados vivir en tiempos de pandemia es como caminar sobre arenas movedizas, donde la incertidumbre de no saber cuál será el próximo paso que nos tragará de la faz de la tierra hace que los miedos existenciales, que a la vez son una herramienta para gobernar, terminan siendo funcionales a la retórica del escorpión, que siempre nos terminará picando.

 En ese contexto la clase dirigente se maneja como si estuviera aislada, ajena al contexto social, ya que las decisiones que ellos toman no significa que deban convivir con sus consecuencias. Para el gastronómico cerrar por “X” días es una tragedia en sí misma, para el gobernante es solo una decisión más que debe tomar. Son mundos diferentes. Mientras unos no tienen trabajo, los legisladores se aumentan un 40% sus dietas. Hipocresías propias del escorpión que nos miente, nos pica y nos vuele a matar. Los votantes argentinos hemos muerto y resucitado varias veces en nuestras vidas. A la hora de las urnas vuelven las promesas de un futuro mejor amplificando de manera exponencial la retórica del escorpión, que ni bien se terminan de contar los votos, nos vuelve a matar. La dirigencia política debe entender de una vez por todas, que su trabajo no es pedir más y más esfuerzos a la población, más distanciamiento, más cierres, más controles de tránsito para hacer invivible el día a día. 

Su trabajo es hacer más simple la vida de los gobernados a partir de los consensos, generar las condiciones políticas para tener un país vivible, bien administrado, económicamente sustentable, inclusivo, donde el corrupto vaya preso y la Justicia pueda hacer su trabajo, donde pase todo lo que tenga que pasar para tener de una buena vez por todas un futuro mejor que alguna vez llegue. La gabela a los ricos es un típico paradigma de la retórica del escorpión, donde un impuesto propio de la épica del relato populista es al mismo tiempo desperdiciado por una mala gestión de lo público: un importe similar a lo recaudado es el que se deberá enfrentar para cubrir los intereses de la deuda con el Club de París que venció en estos días, a la vez que los “ricos” dejan de pagar impuestos a consecuencia de su cambio de domicilio fiscal al exterior. 

Maltratamos y espantamos a los que tenemos que cuidar. Con las empresas y el campo sucede lo mismo. No las atraemos, seguimos “combatiendo al capital” con prácticas sindicales que son propias de las mafias y leyes laborales que más que cuidar al dador de trabajo lo castigan, más una “montaña” de impuestos inviables. Podemos discutir desde el respeto de las ideas diferentes si un modelo es mejor o peor que otro, pero lo que no podemos seguir haciendo es negar las consecuencias de las decisiones que toma la política, que son desastrosas y no se hacen cargo, pero si se ocupan de aumentar sus dietas. El colapso social es una consecuencia de las decisiones de la clase dirigente, de su fracaso en la conducción de un país que necesita líderes, estadistas con pensamiento de futuro y no con sed de lavar el pasado.

 El estropicio que es nuestra nación, no es producto del gobierno actual -más allá de su indudable contribución-, sino de la sumatoria de todos desde la recuperación de la democracia hasta la fecha, ya que siempre hemos estado “peor que antes”. Nuestra nación, como muchas otras, se ha demostrado impotente para enfrentar un virus de conducta impredecible que no para de hacer desastres. El virus nos enseñó que nadie se salva solo, que no importa la clase social, ni la casta de gobernante o plebe, afecta a todos por igual, resultando igualitario en su contagio y catastrófico en sus efectos. Hoy más que nunca es necesario repensar nuestra sociedad.

 La política tiene el deber y la obligación de volver a ganarse el respeto de la ciudadanía, lo que por cierto no hará aumentando sus dietas un 40% a la vez que le sigue pidiendo sacrificios a los gobernados y aumentando los impuestos en lugar de bajarlos. Pensar un modelo de país es una tarea hoy imperativa. El pasado ya fracasó, no volvamos a repetirlo en el futuro que se aproxima. Mientras en los países del primer mundo se han generado ya las condiciones para salir de la pandemia, se avanza con paso firme en la reapertura de todas las actividades, a la vez que no cesan en vacunar a su población, en nuestra aldea pobre seguimos discutiendo las fórmulas que ya fracasaron en el pasado para aplicarlas al futuro, en una especie de suicidio colectivo. Ni pronto ni tarde. Es ahora el momento de dar un paso adelante en la ruta de salida del abismo. 

 La sociedad argentina se encuentra agotada. Llegamos a un punto donde la “peste” arrastró como la inundación todas nuestras miserias, para exponerlas juntas. Habrá sin dudas un antes y un después del Covid, pero lo que está en juego es si ese “después” será peor o igual al pasado, o si podremos finalmente generar como sociedad un futuro mejor. El encierro prolongado, la falta de trabajo, la economía en picada, son factores muy complejos de sostener en una inmensa mayoría de familias argentinas.

 Frente a ese oscuro panorama, para muchos, no queda otra alternativa que arriesgarse y salir a trabajar, más allá de los riesgos de contagio, la falta de camas UTI, y el abastecimiento de las vacunas que no termina de normalizarse en cantidades suficientes para todas y todos, y no solo para los entenados del gobierno. Poner a un sector importante de la población en semejante dilema, además de inmoral es imperdonable. Tanto la niña “M”, como la desgarradora imagen de Lara Arreguiz en el piso del Hospital Iturraspe de Santa Fe son fotos del fracaso que no debemos olvidar, lamentablemente hay muchas más. En palabras Manuel Belgrano: “Me hierve la sangre al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria”.

Uruguay | Alarmantes tasas de mortalidad por COVID en las unidades de cuidados intensivos...


La pandemia tiene arrinconados a los países australes de América del sur. Uruguay ha pasado de ocupar titulares por su modélica gestión de la pandemia, a coronar el ránking de decesos por cada 100 000 habitantes en los últimos 14 días, seguido de Paraguay y Argentina. Con 3,6 millones de habitantes, Uruguay muestra valores históricos de ingresos en las unidades de cuidados intensivos, donde se registran alarmantes tasas de mortalidad. 

 "Los números que tenemos de los últimos reportes que tenemos es que ocho de cada diez pacientes intubados fallecen. Son números bastante alarmantes", dice el médico intensivista José Luis Fajardo. "Hoy fue un día bastante complicado. Hubo tres fallecimientos. Y bueno, es muy duro -se lamente la enfermera Patricia Figueroa-. _No hay conciencia, la gente no cree que esto es verdad, las personas fuera de los sanatorios, de las instituciones piensan que esto es mentira, y por la tanto no se cuidan y después terminan acá". _ Para mantener la economía, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, preconiza la libertad responsable de los ciudadanos y se ha negado a confinar a la población pese a la presión del gremio médico y sectores de la oposición o la sociedad civil. El ritmo intenso de inmunizaciones -con un 28 % de la población totalmente vacunada - no se ha reflejado aún en la curva de contagios y muertes, como sí está ocurriendo en Chile.

Macroelecciones en México marcadas por el asesinato de 91 políticos


México celebra este domingo las mayores elecciones de la historia del país. Se renuevan los 500 escaños de la Cámara de diputados, quince de los 32 gobernadores estatales y cerca de 20.000 alcaldías. 95 millones de mexicanos están llamados a las urnas. Conservar una amplia mayoría en el Parlamento Consituyen un referéndum para el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, que se presenta junto a otras dos formaciones, el Partido del Trabajo, PT y el Partido Verde, PVEM. en la coalición Juntos haremos historia. AMLO, que según las encuestas cuenta con un 60% de intención de voto, aspira a mantener la mayoría holgada en el Parlamento para seguir adelante con su plan de reformas.

 Una inusitada coalición opositora Su principal rival es otra alianza, Va por México, compuesta por conservadores del PAN, centristas del legendario PRI e izquierdistas del PRD, que culpan al presidente, entre otras cosas, de una mala gestión de la pandemia y de arremeter contra el poder judicial y la autoridad electoral. Violencia sin parangón Se llega aquí tras un camino sembrado de sangre y violencia. Desde septiembre han sido asesinados más de noventa políticos, 36 de ellos candidatos electorales. Además de registrarse 900 agresiones contra otros de ellos.

Entrega de credenciales de vacunación COVID-19

 

A partir del lunes 7 de junio comienza la entrega de Credenciales de vacunación COVID-19 para los inoculados en el partido de Zárate. Se trata de tarjetas plásticas con el nombre, DNI, número de ciudadanía y código QR de la persona vacunada, emitidas por el ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, que acreditan el historial individual de vacunas y facilitan la articulación con el registro digital. El próximo lunes 7, miércoles 9 y viernes 11 de junio se iniciará la entrega de las credenciales a vacunados hasta el mes de febrero inclusive en el Hospital Zonal Virgen del Carmen y el Club Deportivo Carlos Pellegrini. La misma tendrá lugar de 10 a 14 horas en la Sociedad Vecinal Villa Carmencita (Rawson 1563). Será condición excluyente presentar el DNI y el Carnet de Vacunación COVID-19 para efectuar el retiro. También se podrá efectuar el retiro de tarjetas de terceros llevando la documentación solicitada.

Tras ser finalmente autorizado, el municipio contará con un relleno sanitario propio


El Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) declaró ambientalmente apto el predio Concaro para la disposición final de residuos sólidos urbanos En horas de la mañana del sábado, en el Palacio Municipal, se realizó una conferencia de prensa, donde el intendente Osvaldo Cáffaro, se refirió a la resolución del organismo provincial a favor de la Municipalidad de Zárate. 

En un día importante, por ser el Día Mundial del Medio Ambiente, el intendente acompañado por la presidenta del Honorable Concejo Deliberante (HCD), Ana Laura Allemann, el secretario de Desarrollo Territorial e Infraestructura Ariel Ríos, y el secretario de Gobierno, Dr. Juan Manuel Arroquigaray, explicó que el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) consideró que las obras que hizo la Municipalidad de Zárate en el proyecto conocido como predio Concaro, se hicieron conforme a todas las normativas que le fueron solicitadas y cumple con todos los requisitos necesarios para ser un lugar ambientalmente seguro para la disposición de residuos.

 “Esto es realmente es un logro como ciudad. Llevamos desde agosto de 2018 con la clausura del predio, ni más ni menos que 34 meses donde nos pusieron en esta situación. El pueblo de Zárate tuvo que hacer un gasto de alrededor de 20 millones de pesos, fíjense las cosas que podríamos haber hecho que no se hicieron, pagando el flete por un lado y pagando un lugar de transferencia de residuos por el otro, pagado una tasa al Ceamse, todo un gasto inadmisible. Nosotros llevamos 43 años con este problema y es tremendamente importante para la ciudad resolver esto. Ahora tenemos nuestro lugar para llevar nuestros residuos. Van a poder volver los recicladores, vamos a articular como ya lo venimos haciendo, pero ahora lo vamos a profundizar más en todo un programa de reciclaje urbano con todas nuestras ONG´s de bien.

 La presión que hemos tenido durante estos años es para que Zárate se transforme en el área de recepción de toda la basura y todos los residuos de la zona norte de la provincia de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires desde Vicente López, para que toda esa cantidad de municipios puedan depositar acá y hacer un nuevo Ceamse. Hubiéramos querido llegar antes, pero lo logramos” expresó el intendente Osvaldo Cáffaro. Por otro lado, el secretario de Gobierno, Dr. Juan Manuel Arroquigaray, explicó: “Hoy podemos decir con todas las letras que Zárate tiene su relleno sanitario ambientalmente apto y que le va a permitir disponer en forma segura los residuos sólidos urbanos generados en el partido. 

Fueron años de trabajo, de presentaciones, de obstáculos de impedimentos para no poder sacarlo adelante pero por la decisión de nuestro intendente seguimos realizando todo lo que nos fue pedido y llegamos hasta esta resolución donde expresamente se dice que todo el trabajo realizado por la Municipalidad tanto en lo que tiene que ver con la presentación de los proyectos, las obras realizadas los planes de trabajo que se van a realizar, ejecutar y demás, están acorde a toda la normativa ambiental que se exige y es necesaria para poder disponer de forma segura los residuos”. La presidenta del HCD, Ana Laura Allemann también formuló: “Los concejales durante muchos años hemos tenido que acompañar idas y vueltas respecto de este proyecto. La política del intendente Cáffaro ha decidido ponerle fin a 43 años de una quema cuando se cerró ese lugar y no nos dejaron seguir invirtiendo. En ese lugar quedaron muchas personas sin trabajo que eran de cooperativas que eran recolectores de residuos que vivían de eso. 

Esto es volver a poner en funcionamiento todo un sistema como corresponde. Cinco municipios de los 135 municipios de la provincia tienen esto que Zárate hoy está anunciando y que va a poner en funcionamiento. Hubo una decisión judicial que durante 34 meses nos costó 680 millones de pesos a los zarateños, dinero que el municipio de Zárate perdió para las inversiones que la gente está esperando en la ciudad”. Por último, el secretario de Desarrollo Territorial e Infraestructura Ariel Ríos cerró la conferencia agregando: “No solamente el perjuicio económico que causó a la ciudad con mucho dinero que no pudo plasmarse en cuadras de pavimento, en plazas, escuelas, en tantas obras que evidentemente fueron a la basura porque alguien decidió desde un escritorio. Zárate merecía tener un trabajo en conjunto y una respuesta acorde a la ciudad que tenemos, a la ciudad que queremos. Nosotros nos ponemos la camiseta de Zárate, nunca dejamos de quitarla y en el futuro tampoco lo vamos a hacer, por eso evidentemente llegamos a esto con mucho fuerzo con mucho trabajo de perseverancia”.

Palabras de la ex Intendente Stella Giroldi de Campana recibiendo al Embajador Lescano e intercambios de presentes con Residentes Uruguayos

Control de natalidad, discriminación en el trabajo y competencia feroz: las dificultades de ser mujer en China según una investigadora de HRW

 

Yaqiu Wang se dedica a analizar en Human Rights Watch los derechos de las mujeres en su país de origen, donde las autoridades del Partido Comunista acaban de anunciar que aumentarán el limite de hijos por familia de dos a tres, como consecuencia del envejecimiento poblacional. En diálogo con Infobae, contó por qué no es una decisión que cambie mucho la situación actual ni sea para celebrar
Sofía Benavides 6 de Junio de 2021 sbenavides@infobae.com

 Play Yaqiu Wang, investigadora de Human Rights Watch, en diálogo con Infobae, sobre por qué el Gobierno chino no optó por directamente descartar la política de control de natalidad El envejecimiento poblacional en China ha empujado al gobierno del Partido Comunista a anunciar esta semana que la política conocida como del hijo único, que en el año 2016 se había ampliado a dos hijos, aumentaría el límite hasta tres niños por familia.

 Rápidamente, los medios del mundo se hicieron eco de este giro en el país de casi 1.400 miles de millones de habitantes, pero pocos se preguntaron sobre cómo impactará este cambio en las mujeres, responsables de traer esos niños al mundo. De acuerdo con la investigadora de Human Rights Watch, Yaqiu Wang, solo una mirada superficial puede leerlos como positivos.

 “Desde una perspectiva de derechos no cambia demasiado. Sigue siendo, fundamentalmente, un límite profundo a los derechos reproductivos de las mujeres. Ya sea un hijo, dos hijos, o tres hijos”, afirmó, en una entrevista con Infobae. Niños chinos en una clase en Beijing Niños chinos en una clase en Beijing Ella, que nació en China como “ilegal” por ser la tercera hija de sus padres durante el régimen del hijo único, conoce perfectamente cómo el control de natalidad impacta en las mujeres, y cómo ese impacto no es igual en las distintas clases sociales.

 Habla de la “obsesión” del régimen por controlar a su población, de los hijos como un bien de lujo, de las diferencias entre el campo y la ciudad, de la vulnerabilidad de las mujeres en el mercado laboral, del aborto y de las enormes desigualdades sociales. También se refirió al fenómeno de la “paternidad de Tigre” o Tiger Parenting, jiwa, en chino: un régimen de competencia feroz en el que los padres trabajan incansablemente para lograr el “éxito” de sus hijos. —Esta semana el gobierno chino anunció que las mujeres y las parejas estarán habilitadas a tener hasta tres hijos, en un nuevo cambio en su histórica política de hijo único nacida en la década del setenta. ¿Qué opina de esta decisión y qué expectativas tiene sobre sus consecuencias? —Primero que nada, superficialmente puede parecer una medida que aumenta las opciones de las mujeres en relación a cuántos hijos pueden tener. Pero creo que desde una perspectiva de derechos no cambia demasiado.

 Sigue siendo, fundamentalmente, un límite profundo a los derechos reproductivos de las mujeres. Ya sea un hijo, dos hijos, o tres hijos. He estado leyendo los posteos en las redes sociales desde que se conoció la noticia, las reacciones, y es realmente divertido. Hay mucho cinismo... La gente está descontenta. Un posteo que leí decía: “Si no me compro un Rolls Royce no es porque exista un límite en relación a cuántos Rolls Royce puedo comprar”. Play Entrevista con Yaqiu Wang, investigadora de Human Rights Watch enfocada en derechos de las mujeres explicando los castigos que les cabía a quienes no cumplieran con las políticas de natalidad —¿Eso significa que la gente no quiere tener más hijos porque no puede pagarlo? —Sí, la gente dice que no puede pagarlo y que no puede afrontar el estrés de tener más hijos.

Ese es un aspecto, vinculado a cuestiones prácticas: no puedo pagarlo, no tengo tiempo para criar a tres niños. Otro aspecto es que después de 35 años de la política del hijo único, y ante el problema del envejecimiento poblacional, ahora el gobierno viene y pide que tengan más hijos, porque es lo que el país y el mismo Gobierno necesita. Por eso la gente reaccionó con cinismo a la noticia, porque piensa: “Antes me decían que solo podían tener un hijo, ahora me dicen que tengo que tener más hijos, bueno, no quiero jugar a este juego, no quiero hacer lo que me dicen que tengo que hacer”. Así que creo que este cinismo viene en parte de preocupaciones reales, y en parte de la resistencia ante los controles de natalidad. —Hablando de estas nuevas resistencias, durante los 35 años que duró la política del hijo único es esperable que hubiera mujeres y familias que incumplían las políticas de control de natalidad.

 ¿Qué tipo de castigos le cabían a quién no siguiera las indicaciones del Gobierno? —Bueno, yo soy un ejemplo de eso, porque soy la tercera hija de mi familia. Cuando nací, era ilegal, así que mi familia tuvo que pagar una multa al Estado y para eso vendieron todo lo que teníamos en la casa, fue muy caro. Pero vendieron todo y pudieron pagar la multa. Eso significó que yo pude ser registrada y, en consecuencia, acceder a la escuela pública, a los servicios de salud; fui afortunada, porque era legal. Pero hay muchas familias que no son capaces de pagar la multa, y esos hijos siguen siendo ilegales, no pueden ser registrados, por lo tanto no pueden ir a la escuela, no pueden gozar de los servicios sociales, no acceden a la salud. 

Hay muchas historias sobre esto, generalmente, cuando el segundo o el tercer hijo era ilegal, hay muchas historias del hijo mayor yendo a la escuela y después volviendo y llevando a casa los libros de textos y la tarea y enseñándole a su hermano menor. Es muy triste. Una pareja de padres chinos con sus dos hijos. REUTERS/Aly Song Una pareja de padres chinos con sus dos hijos. REUTERS/Aly Song —¿Por qué crees que, dada la actual crisis demográfica, el gobierno no optó directamente por descartar la política del control de la natalidad? ¿Por qué sigue indicando cuántos hijos debe tener la gente, si lo que necesita ahora es que se reproduzcan? —Es una buena pregunta. Primero que nada, creo que hay algo ideológico. Al Partido Comunista chino le gusta controlar a la gente. Es su impulso. Incluso cuando la gente no quiere tener tres hijos, el Gobierno les dice “este es el número de hijos que van a tener”. Y quizás después no funcione y necesiten más hijos, entonces tendremos la política de los cuatro hijos, la de los cinco hijos, etcétera, incluso aunque la gente no esté teniendo esa cantidad de hijos. 

A un nivel práctico, hay una burocracia gigantesca que existe a lo largo de China, gente que es contratada por el gobierno para perseguir a otra gente por tener más hijos, para supervisar, para regular. Es mucha gente empleada en ese tipo de tareas, y al cambiar la burocracia, suele haber inercia. Es difícil ajustar, llenar el agujero en el sistema. —¿La medida impactará en todos los sectores sociales de la misma manera? —No, y justamente esa creo que es una de las razones por las que el gobierno sostiene el control de natalidad. Cuando uno lee los medios chinos se percibe cierta preocupación ante la posibilidad de que la gente en áreas pobres comience a tener más hijos, porque el gobierno no quiere que eso le signifique una mayor carga en el servicio social. No es que sea algo que aparezca de forma explícita, pero si prestas atención al tema en los medios se puede detectar que el gobierno busca que las mujeres educadas en áreas urbanas sean las que tengan más hijos, porque esos son los niños de “alta calidad”. 

No quieren que tengan hijos las personas con bajo nivel educativo, ni aquellos que no pueden pagarlo. —Pero esas mujeres educadas de áreas urbanas, ¿quieren tener más hijos? —Ahí está el asunto. Dado el enorme problema de China en cuanto a la desigualdad social, la clase media se queja de que no puede pagar tener un segundo hijo, ni hablar de un tercero. Esto es especulación, pero supongamos que China libere totalmente cualquier restricción en materia de los hijos que se puedan tener. Es posible que la gente muy rica tenga cinco o seis hijos, porque pueden pagarlo, y que, por el contrario, la clase media no reaccione ante un anuncio así. Los hijos serían casi un bien de lujo. Quizás el gobierno no quiera ver eso. China anunció que permitirá que las parejas tengan hasta tres hijos.

 China anunció que permitirá que las parejas tengan hasta tres hijos. (AP Photo/Ng Han Guan, File) —Hablando de las clases medias educadas, quisiera preguntarle sobre el fenómeno de jiwa, o la paternidad de tigre: esta enorme presión que hay sobre los padres al respecto del “éxito” de sus hijos. ¿Cree que es uno de los motivos por los que la gente en la clase media no quiera tener más hijos? —Sí, sí, absolutamente, creo que se trata de una de las razones más importantes detrás de esto que pasa en las familias educadas de clase media. 

Es un fenómeno cultural de una feroz competencia. Yo tengo amigos cuyos hijos están en el jardín de infantes y los padres trabajan muchísimo ayudándolos con la tarea, a niños que son casi bebés. Esta cultura de la competencia impone que los niños tienen que ir a la mejor escuela, tocar el violín, tocar el piano, hacer deportes a un nivel profesional, en lo posible, y después, cuando entren al mercado laboral, tener los mejores empleos y hacer dinero. Eso está pautado desde que nacen, y es difícil que los padres se queden afuera de esa competencia por presión social.

 Pasa en China, por supuesto, pero yo ahora vivo en Estados Unidos, y observo el mismo fenómeno en las familias chinas que viven aquí, tienen que ir a las mejores escuelas, buscar los empleos más prestigiosos, y eso implica una presión gigantesca sobre los padres. —Llama la atención esa cultura de feroz competencia en un país gobernado por el Partido Comunista, que se supone debería darle oportunidades a todos sus ciudadanos. —Es que China no ha sido un país comunista por mucho tiempo. Por el contrario, es un país bastante capitalista. —En uno de sus artículos, usted relaciona esa idea de éxito, que define como un concepto estrecho, con el control ideológico y la censura. ¿Cómo funciona esa conexión esa conexión? —Efectivamente hay una cultura de la competencia feroz tanto dentro como fuera de China. Sin embargo, creo que si China fuera un país libre habría más ideas sobre cómo vivir la vida. 

Quizás alguna personas podrían salir y decir que simplemente quieren disfrutar de su vida, vivir más tranquilos, u otro tipo de cosas. Pero dado el control que tiene el Partido Comunista sobre el país, hay un rechazo a las ideas diferentes sobre esto, no quieren que alguien piense por sí mismo, no quieren que se plantee el debate sobre la democracia, ni sobre los derechos humanos, por ejemplo. Esas son ideas que no se pueden difundir, y que son objeto de mecanismos de censura. El mensaje del gobierno es que trabajes duro, ganes dinero, compres bolsos de lujo, ropa y casas. Esas cosas sí están permitidas. Y creo que es en parte por eso que la sociedad de las grandes ciudades -aunque no solo de las ciudades- es tan materialista. Solo ser materialista está permitido. Y al gobierno no le gustan otras formas de vida porque las siente amenazantes. 

El mensaje del gobierno a la población es: salgan, trabajen y ganen dinero. Pero, ¿qué espera de las mujeres? ¿Qué salgan a trabajar o que se queden en casa criando hijos? —El Gobierno tiene una idea muy contradictoria sobre esto. El Partido Comunista es, al menos en la superficie, un partido comunista. Y la igualdad de género es una parte importante de la ideología comunista. Entonces si uno va a los papeles, a la línea oficial del Partido Comunista chino, las declaraciones oficiales son todas sobre igualdad de género y sobre la emancipación de la mujer, y ellos tienen que sostener esas ideas, al menos en la superficie, porque son un partido comunista, ¿correcto? Pero por otro lado tienen preocupaciones prácticas, como que necesitan mas niños. 

Y a su vez tienen esta mirada tradicional de la mujer en el hogar como la encargada de la crianza, y siendo menos capaz que el hombre en el mercado laboral. Entonces estas miradas tradicionales sumadas a las necesidades concretas de tener más niños están empujando al Partido Comunista a enviar a las mujeres al hogar. Creo que son contradicciones que conviven en el partido, difunden dos ideas que son contradictorias. —El último informe de Human Rights Watch (HRW) afirmaba que la política de control de natalidad impulsada por el gobierno chino aumenta la discriminación de las mujeres en el mercado laboral. ¿Por qué? —Durante los 35 años que China tuvo la política del hijo único los empleadores solamente contemplaban una licencia por maternidad por empleada, y esperaban que las mujeres solamente tuvieran que cuidar un niño en su casa. En muchos países, incluida China, la carga de los cuidados pesa sobre las mujeres. 

Cuando entró en vigencia la política de los dos hijos, eso significó que potencialmente, contratar a una mujer iba a significar dos licencias por maternidad, así que era menos conveniente para los empleadores contratar mujeres, porque podían costar dos licencias por maternidad. —¿Existen las licencias por paternidad? —No. La licencia por maternidad es, por ley, de 98 días, y la de paternidad es cero. Los empleadores están obligados a darle la licencia a las mujeres, pero no lo deben hacer con los hombres, lo que, por supuesto, desincentiva a los empleadores a contratar mujeres. 

Pero esto afecta no solo a las mujeres que tienen hijos o quieren tenerlos, afecta a todas las mujeres, así que esto ha aumentado significativamente la discriminación contra las mujeres en el mercado laboral. También hay muchas mujeres que han sido despedidas por quedar embarazadas, aunque una ley prohíbe que las empresas despidan a las mujeres por estar embarazadas. 

El gobierno no regula correctamente este tipo de leyes y no hay castigos significativos para quienes la incumplen. Fotografía del Aniversario número 95 de la fundación del Partido Comunista Chino (AFP) Fotografía del Aniversario número 95 de la fundación del Partido Comunista Chino (AFP) —Por último, ¿qué lugar tienen las mujeres en el Gobierno y en la política chinos? —Human Rights Watch ha elaborado informes en base a estudios sobre el reclutamiento de trabajadores para el sector público. Hay muchísimos anuncios, hasta un 80%, que declaran una preferencia por trabajadores varones. 

Es decir que el Gobierno chino tiene una clara preferencia hacia los hombres a la hora de contratar empleados en el sector público. Me refiero a lo que sucede en un nivel bajo del Estado. Pero cuando te metes un poco más a investigar qué sucede dentro del sector público, también te encuentras con preferencias a la hora de ascender a los hombres frente a las mujeres. Y el resultado es que en la plana mayor del Partido se observa una abrumadora mayoría de varones.

Concierto Homenaje a Marta Argerich

sábado, 5 de junio de 2021

Mensaje de Lacalle Pou en Alvaro Delgado visita a compatriotas en Jornada Nacionalista en Bs As

Ultimo discurso de Jorge Larrañaga en destacamento de Bomberos en Santa Clara

Jorge Larrañaga: su vínculo con los Lacalle

EL PUEBLO QUE SOBREVIVE GRACIAS A LA RUTA 40🇦🇷 | BAJO CARACOLES🙌👀

Lula y Fernando Henrique Cardoso apoyan la posición de Alberto Fernández sobre el Mercosur: no a las reducciones arancelarias

 

En una nota en el Folha de Sao Paulo, la periodista brasileña Monica Bergamo cita pasajes de un texto suscripto por ambos expresidentes
“Coincidimos con la posición del presidente de la Argentina, Alberto Fernández, de que este no es el momento para reducciones tarifarias unilaterales de parte del Mercosur, sin ningún beneficio para las exportaciones del bloque”, dice un pasaje de una nota firmada por los expresidentes de Brasil Fernando Henrique Cardoso y Lula da Silva. 

 “Coincidimos también en que es necesario mantener la integridad del bloque, para que todos sus miembros desarrolen plenamente sus capacidades industriales y tecnológicas y participen de modo dinámico y creativo en la economía mundial contemporánea”, dice un texto suscripto por los ex mandatarios, según escribió la periodista brasileña Mónica Bergamo, en el diario Folha de Sao Paulo, uno de los más tradicionales e influyentes medios brasileños. La nota recuerda que el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, impulsa la reducción de los aranceles del Mercosur, “pero los argentinos temen por la industria de su país”.

 Según la columnista, la firma del texto “marca otro punto de convergencia entre Cardoso y Lula, que acaban de abrir un diálogo que había sido interrumpido por décadas de enfrentamiento electoral directo - desde 1994, han disputado las elecciones en campos opuestos, ya sea como candidatos o apoyando los nombres de sus respectivos partidos. El 21 de mayo pasado, ambos expresidentes se habían reunido en la casa del exministro del Tribunal Supremo, Nelson Jobim, y posaron para una fotografía que marca un punto de inflexión político y electoral, de cara las elecciones presidenciales de 2024 y de oposición a la gestión del actual presidente Jair Bolsonaro. 

 Para el Gobierno argentino es un espaldarazo a la posición de Alberto Fernández, que a fines de marzo, en la reunión virtual de líderes por los 30 años del Mercosur, había quedado en minoría frente a las posiciones de Bolsonaro y del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, que abogan por una mayor liberalización del bloque comercial. En su exposición, en la que pidió más libertad para negociar acuerdos de Libre Comercio, Lacalle refirió la palabra “lastre” y Alberto Fernández le respondió “si somos un lastre, tomen otro barco”.

 El expreso apoyo de Lula y Cardoso a la posición argentina es motivo de regocijo en el Gobierno argentino, que se ocupó de difundir la nota del Folha. Al respecto, fuentes oficiales señalaron que el ministro Martín Guzmán y el embajador en Brasil, Daniel Scioli, vienen haciendo un trabajo de zapa sobre el tema del que también participa, en la elaboración técnica, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. La política brasileña La nueva coincidencia entre Cardoso y Lula refuerza la critica de ambos a Bolsonaro. 

Ya en marzo, Cardoso había dicho que en un eventual ballotage presidencial entre Lula y el actual presidente, votaría por Lula, de quien dijo que “fue formado por las necesidades de la vida, eso cuenta e hizo un discurso correcto, acertando en los puntos fundamentales”, pese a que parte de la la base parlamentaria del PSDB, el partido de Cardoso, y varios gobernadores, entre ellos Joao Doria, de San Pablo, apoyaron en la segunda vuelta a Bolsonaro en lugar de Fernando Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores de Lula. Cardoso se confesó arrepentido de haber votado en blanco en la elección de 2018, teniendo además en cuenta que Bolsonaro había dicho en los años ’90, dijo que el prestigioso sociólogo y expresidente merecía ser asesinado por haber privatizado la minera estatal Vale do Rio Doce. 

 En el contexto del encuentro del mes pasado, Lula devolvió los gestos de Cardoso y dijo que también votaría por él si se enfrentara a Bolsonaro y enfatizó que siempre mantuvo una “disputa civilizada” con Cardoso, quien lo derrotó en dos elecciones presidenciales, en 1994 y 1998. “Me alegro por decir que votaría por mí, yo haría lo mismo si fuera al revés. Siempre ha sido un intelectual y sabe que no se puede inventar una candidatura”, acotó Lula.

Egresados 2015 PNA

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Desfile de cadetes y oficiales en ceremonia egresados PNA Zarate 2011.wmv

El G-7 llega a un acuerdo para reformar el sistema fiscal global

 

El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, ha adelantado que se ha alcanzado un pacto sobre un impuesto mínimo de sociedades de “al menos el 15%”
RAFA DE MIGUEL Londres - 05 JUN 2021 - 11:02 GMT-3 

Las economías más desarrolladas del mundo, reunidas en el G-7, llegaron este sábado en Londres a un acuerdo “histórico” sobre la reforma del sistema fiscal global, según anunció el ministro británico de Finanzas, Rishi Sunak. El acuerdo requerirá que los gigantes tecnológicos multinacionales hagan una mayor contribución fiscal. En el comunicado hecho público este sábado se plasma la solución provisional a los dos principales escollos que enfrentaba la reunión. 

El acuerdo establece un impuesto mínimo de sociedades de “al menos un 15%”. De ese modo, se abre la posibilidad de elevar ese suelo que había propuesto Estados Unidos. Francia, por ejemplo, aspira a una cifra común más alta. Se vincula además el avance en la medida a la eliminación del gravamen por servicios digitales que algunos países, como el Reino Unido o Francia habían impuesto unilateralmente con la oposición de Washington. “Facilitaremos la coordinación apropiada entre la aplicación de las nuevas normas impositivas internacionales y la retirada de todos los impuestos sobre servicios digitales, y otras medidas relevantes similares, sobre todas las compañías. Nos comprometemos a un impuesto mínimo global de al menos el 15%, aplicado por cada país”, afirma el texto resultado de la reunión. Estados Unidos quería la eliminación inmediata del gravamen digital, pero sus aliados europeos temían que de ese modo las grandes tecnológicas pasarían a pagar ya menos, mientras el Congreso estadounidense tardaría aún tiempo en aprobar la legislación derivada del nuevo acuerdo. 

A cambio de impulsar el impuesto mínimo, Estados Unidos accede a una demanda histórica del resto de naciones avanzadas. El acuerdo establece que aquellas grandes compañías que obtengan “un margen de beneficios del 10% o más” deberán pagar al menos un 20% de los impuestos sobre sus beneficios globales en los territorios donde operen, y no solo donde tengan la sede social. Queda por decidir el listado definitivo de “grandes compañías” que quedarán sometidas a la nueva medida. “Mis homólogos de finanzas y yo hemos llegado a un acuerdo histórico sobre la reforma fiscal mundial que exige a los mayores gigantes tecnológicos multinacionales que paguen su parte justa de impuestos”, ha explicado Sunak en la red social, donde ha adelantado una parte de lo acordado en la reunión, celebrada en el palacete de Lancaster House, en el centro de Londres.

 Los ministros del G-7 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, Italia y Japón) acordaron el suelo impositivo, aunque el pacto será analizado en la reunión de ministros de Finanzas del G-20 —países desarrollados y emergentes— y de gobernadores de bancos centrales que se celebrará en julio en Venecia. En ese comunicado oficial destacan su compromiso para “garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas” muy tocadas por la pandemia, y aseguran que “es vital seguir aprendiendo lecciones de la Covid-19″, para garantizar que el mundo esté preparado para futuras pandemias. El pacto está pensado para adaptar el sistema fiscal a la era digital global. “Es crucial asegurar que es justo, de modo que las compañías correctas [los gigantes tecnológicos] pagan el impuesto adecuado en el lugar correcto y eso es un precio enorme para el contribuyente británico”, añadió el titular británico de Finanzas sobre una cuestión que se ha debatido durante la última década pero sin llegar a consenso.

 Hasta ahora. A las buenas noticias y optimismo de Sunak se unían otros de los ministros. “Es una buena noticia para la justicia fiscal y para la solidaridad, y malas noticias para los paraísos fiscales del mundo”, ha dicho el alemán Olaf Scholz. La secretaria de Estado del Tesoro estadounidense hablaba de un “compromiso muy significativo y sin precedentes”. El descomunal gasto público con el que los países han tenido que responder al embate de la pandemia ha acelerado debates que se arrastraban durante años. En concreto, el de la necesidad de un sistema fiscal justo y eficaz en la era de la economía digital. Los ministros de Economía del G-7, reunidos desde el viernes en Londres ya se mostraron optimistas desde el inicio del encuentro. Foto de familia del G-7 este sábado en Londres.

 De izquierda a derecha, Paolo Gentiloni, comisario de Economía de la UE; Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo; David Malpass, presidente del Banco Mundial: Daniele Franco, ministro de Economía y Finanzas de Italia; Bruno Le Maire, ministro de Finanzas de Francia; Chrystia Freeland, ministra de Finanzas de Canadá; Rishi Sunak, canciller de Hacienda del Reino Unido; Kristalina Georgieva. directora general del FMI; Olaf Scholz, ministro de Finanzas de Alemania; Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE UU; Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, y Taro Aso, ministro de Finanzas de Japón, Foto de familia del G-7 este sábado en Londres. De izquierda a derecha, Paolo Gentiloni, comisario de Economía de la UE; Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo; David Malpass, presidente del Banco Mundial: Daniele Franco, ministro de Economía y Finanzas de Italia; Bruno Le Maire, ministro de Finanzas de Francia; Chrystia Freeland, ministra de Finanzas de Canadá; Rishi Sunak, canciller de Hacienda del Reino Unido; Kristalina Georgieva. directora general del FMI; Olaf Scholz, ministro de Finanzas de Alemania; Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE UU; Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, y Taro Aso, ministro de Finanzas de Japón, 

 La reunión de Londres es el primer encuentro cara a cara de los responsables de Finanzas de las siete economías más avanzadas del mundo desde que la crisis del coronavirus acabó con las grandes reuniones presenciales. Antes de comenzar una intensa discusión, sus participantes leyeron el viernes la carta abierta firmada por los ministros de las cuatro mayores economías de la eurozona, publicada en EL PAÍS y los principales periódicos europeos. “El dumping fiscal no puede ser una opción en Europa ni en ningún país del mundo”, afirmaban en el texto la española Nadia Calviño, el francés Bruno Le Maire, el alemán Olaf Scholz y el italiano Daniele Franco. “Esta práctica solo llevaría a una caída aún mayor de la recaudación del impuesto sobre sociedades, más desigualdad y la imposibilidad de financiar los servicios públicos básicos”. Denunciaban los cuatro la práctica llevada a cabo por las grandes tecnológicas de desplazar sus beneficios globales a aquellos territorios ―Irlanda, por ejemplo― que les ofrecen mayores ventajas fiscales.

 Eso a pesar de que su presencia es ya global, y sus ventas y beneficios son particulares en cada país concreto. La convicción de que hoy más que nunca resulta necesaria una coordinación impositiva que evite la existencia de ganadores y perdedores en la nueva economía digital ha concitado en pocos meses el consenso que se persiguió sin éxito durante años. La nueva Administración estadounidense de Joe Biden fue la que puso sobre la mesa la cifra del 15% ―aunque inicialmente propuso un 21%―.

“Si me matan, fue él”: una mujer denunció a un alcalde chavista y apareció muerta

 

Dorialcely Tocuyo, de 29 años, fue asesinada a balazos en El Callao, estado de Bolívar. En una protesta el pasado 25 de mayo, había denunciado al gobernante Alberto Hurtado por corrupción y complicidad con redes de prostitución
Las muertes de Dorialcely Tocuyo, de 29 años; y Martha Aristizábal, de 37; conmocionaron a la población minera de El Callao, en el sur del estado venezolano de Bolívar. Las mujeres aparecieron muertas luego de denunciar a un alcalde chavista por corrupción y complicidad con redes de prostitución. “Si me matan, fue él”, expresó Dorialcely en una protesta el pasado 25 de mayo para escrachar al alcalde chavista Alberto Hurtado. 

“Quien grita es Dorialcely Tocuyo. ‘Él’ es el alcalde de El Callao, Alberto Hurtado (del PSUV), a quien Dorialcely acusa de corrupción y de complicidad con redes de prostitución. A ella y a Martha Aristizábal las asesinaron a balazos. ¿Quién responde?”, se preguntó en su cuenta de Twitter Javier Tarazona, director de la ONG Fundaredes, quien compartió los videos donde se ve a la mujer en la protesta y se la escucha decir que si la asesinaban responsabilizaba al político oficialista. El fiscal Tarek William Saab confirmó que se abrió una investigación. “#JUSTICIA. Ante el abominable homicidio serial de Martha Aristizábal (37 años) y Dorialcely Tocuyo (29 años) ocurrido en El Callao (Bolívar) hemos designado al Fiscal 5to del Ministerio Público para investigar y sancionar de manera ejemplar tan terrible hecho”, expresó en su cuenta de Twitter. Según reconstruyó El Pitazo, Tocuyo era madre soltera, tenía cuatro hijos y trabajaba como manicura, comerciante informal y trabajadora sexual en El Callao y Tumeremo desde hacía cuatro años. 

Nació en Cumaná, estado de Sucre, pero de chica se mudó a San Félix junto a su abuela. El mismo periódico informó que, en la escena del crimen, los investigadores encontraron 10 cartuchos de balas. La familia de la joven habló con el diario local Correo del Caroní y pidió investigar al alcalde. “La investigación deberían hacerla las autoridades a ver qué tan culpable es el alcalde, porque no puede ser casualidad que una vez que ella le haya dicho todas sus verdades aparezca muerta y torturada”, manifestó un pariente al medio de comunicación. 

 “Aquí voy a estar para cuando me quieras llevar presa, porque estoy peleando por los derechos de mis cuatro hijos. Una cosa es hablar y otra es irrespetar”, se la escucha decir a la mujer en la protesta que fue filmada y que se hizo viral en las últimas horas. El alcalde Alberto Hurtado (@AlbertoH_PSUV) El alcalde Alberto Hurtado (@AlbertoH_PSUV) En otro tramo del video, en el que no se observa al alcalde pero sí a efectivos de seguridad, Tocuyo advirtió que si algo le pasaba sería responsabilidad del mandatario local. “Si no me mata el COVID, me va a matar el hambre. Ustedes comen, nosotros no. Que me maten, aquí hay bastante cámara. Si me matan fue él (…). Prefiero que me maten a que mis hijos me pidan comida y yo no tenga qué darles”, dijo la mujer.

La triste historia de Juan Romero, el chico que auxilió a Bobby Kennedy mientras moría asesinado y se sintió culpable el resto de su vida

 

El 5 de junio de 1968, hace 53 años, el senador por Nueva York fue acribillado por el joven palestino Sirhan Bishara Sirhan en la cocina de un hotel de Los Ángeles. Romero, un adolescente que trabajaba como camarero, le sostuvo la cabeza en su agonía. Los motivos que lo llevaron a creer -erróneamente- que su presencia había motivado el crimen
Ese chico que, con un grito silencioso eternizado en la foto, sostiene la cabeza baleada de Robert Kennedy, es Juan Romero. La noche del asesinato, el 5 de junio de 1968, hace hoy 53 años, Juan estaba por cumplir sus 18. Era camarero en el Hotel Ambassador de Los Ángeles. Era, también, un admirador de Bobby Kennedy por la defensa que el entonces senador por Nueva York y precandidato presidencial hacía de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos. 

Y fue, tal vez, la última persona a la que Kennedy estrechó la mano, antes de caer abatido por los disparos de Sirhan Bishara Sirhan, si es que el entonces joven palestino de 23 años fue el único en disparar aquella noche. El chico Romero pensó siempre que, tal vez, si no hubiese intentado dar la mano a Kennedy, el seguro candidato a presidente en las elecciones de aquel año1968 no habría muerto. Era un disparate, pero fue la culpa que lo persiguió toda su vida. Esta es su historia, la de otra víctima, no fatal, de aquella noche trágica. Juan Romero nació en Mazatán, Sonora. Cuando tenía diez años, su familia emigró a Los Ángeles y se instaló en una barriada del Este de la ciudad, sacudida por la violencia y la delincuencia. En sus años de estudiante de la Roosevelt High School Romero vio nacer, sin participar, las primeras manifestaciones contra la discriminación de los estudiantes de origen mexicano.

 El padre de Romero no quiso que su chico se metiera en problemas: ni en los políticos, ni en los sociales en una zona en la que la delincuencia era común; trabajaba en el Hotel Ambassador y logró que Juan entrara como lavaplatos primero y como camarero poco después. Cada día, después de la escuela, Juan era un empleado más, uno de los más jóvenes, del lujoso hotel que había albergado en su momento seis entregas de premios Oscar y había escuchado cantar a leyendas como Frank Sinatra, Judy Garland, Marilyn Monroe, Sammy Davis, Barbra Straissand y Bing Crosby, entre otros. 

 Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero (Reuters/archivo) Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero (Reuters/archivo) Ese fue el hotel, base de campaña en Los Ángeles, que Robert Kennedy eligió para seguir paso a paso las primarias de California, que ganó por sólo tres puntos. Minutos antes de caer baleado en la cocina del hotel, Bobby dijo: “Ahora vamos a la convención de Chicago. Y vamos a ganar allí también”. En la cocina lo esperaba Romero, para estrecharle la mano.

 De nuevo. Lo había hecho el día anterior en la que, revelaría luego, fue una experiencia fantástica. Pese a su abstinencia política, el chico veía en la casa de sus amigos mexicanos del barrio del Este, retratos del asesinado presidente John Kennedy junto a los de su hermano; sabía que Bobby tenía a un estrecho colaborador en Los Ángeles, César Chávez, un líder hispano de los trabajadores rurales y los estudiantes mexicanos. Chávez había lanzado una huelga, exitosa, en favor de los recolectores de uvas y verduras: logró que el salario subiera a 1,75 dólares la hora. Chávez había lanzado un eslogan con el que terminaba sus discursos: “¡Viva la huelga! ¡Viva la causa!”. 

Las dos frases eran repetidas a menudo por Bobby, en un español champurreado y gracioso. Para conocer a Bobby Kennedy, Juan Romero sacrificó tiempo y dinero. Le cambió a un colega todas las propinas del día, quince dólares de 1968, y se comprometió a levantar todas sus mesas, a cambio de que le permitiera llevar al candidato cualquier cosa que pidiera al room service. El 3 de junio, Bobby Kennedy pidió la cena en su habitación, y allí fue Juan con el pedido. Años después, recordaría: “Cuando entré estaba hablando por teléfono. Bajó el auricular para decirnos: ‘Come on in, boys. Entren, chicos’. Te miraba diferente, te miraba con distinción. No vio ni mi edad, ni el color de mi piel. Me miraba como a un estadounidense. Me dio un fuerte apretón de manos y sonreía de modo muy especial. Salí de allí sintiendo que medía como tres metros”. 

 Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Bobby Kennedy sabía que lo iban a matar. Al menos, que iban a atentar contra su vida en algún momento. Primero, creía en el factor imitación: alguien iba a tratar de repetir la historia de su hermano presidente en Dallas. Pero después se convenció de los poderosos intereses que iban contra su candidatura, que ya era inevitable. La leyenda cuenta que la tarde del día en que fue baleado, mientras llegaban los resultados de la votación en California, Bobby dijo a los suyos: “Acabo de ver allí afuera a los tipos que me van a matar”. 

Tal vez haya sido una broma, pero se refería a tres agentes de la CIA, David Morales, Gordon Campbell y George Joannides, de la división Anti-Castro de la CIA en Miami. Días antes, el novelista francés Romain Gary le había dicho a Pierre Salinger, ex jefe de prensa de John Kennedy y que colaboraba ahora con Bobby: “A tu candidato lo van a matar”. Y hubo algo más. El día del crimen, en una charla informal entre periodistas, Jimmy Breslin, del “New York Daily News” y John Lindsay, de “Newsweek” mantuvieron un diálogo, breve y revelador, que quedó registrado. Breslin preguntó, y se preguntó, si Bobby tenía lo suficiente para llegar hasta el final. Y Lindsay le dijo: “Por supuesto que tiene lo necesario para llegar hasta el final.

 Pero no va a llegar hasta el final: alguien lo va a matar. Yo lo sé, ustedes lo saben, y es tan cierto como que estamos sentados aquí. Y él está allí afuera, esperando que lo maten”. Todo esto fue narrado por el historiador Richard Mahoney en un libro fundamental sobre los hermanos Kennedy: “Sons and Brothers”. Sin saber nada de esto, Juan Romero se atrincheró en la cocina del Ambassador a esperar que pasara Bobby en la noche del 4 al 5 de junio. La cocina del hotel era una ruta alternativa si es que el candidato no podía abandonar el hotel, o subir a sus habitaciones, por el hall central, repleto de gente. Alguien más conocía esa posibilidad: Sirhan, que, por la tarde del 4 de junio, preguntó si Kennedy podía optar por la cocina del hotel como camino a la salida del hotel o a su cuarto

 Y a Kennedy lo llevaron por la cocina del hotel, tal como estaba pensado, en los primeros minutos del 5 de junio. Allí lo esperaba Romero. “Vi que Bobby saludaba a todas las manos que tenía enfrente. Me propuse felicitarlo y ver si me recordaba. Estiré mi mano derecha lo más que pude y, cuando llegó a mí, estrecho mi mano, dio un paso y, cuando soltaba mi mano, escuché los disparos.” Los disparos fueron al menos trece. La pistola de Sirhan podía disparar solo ocho. Enigma para expertos, jamás develado. Kennedy cayó de espaldas, los brazos extendidos en cruz, quienes estaban a su alrededor buscaron refugio y Romero se quedó solito frente al senador caído. “Me arrodillé junto a él y puse mi mano entre el concreto y su cabeza para que estuviera cómodo. 

Vi que sus labios se movían, así que me acerqué y le escuché decir: ‘¿Está todo el mundo bien?’ Le dije ‘todo el mundo bien’. Él dijo ‘Todo va a ir bien’ Y sentí su sangre correr entre mis dedos. Así me di cuenta de que estaba herido, y grave. Yo tenía en el bolsillo de mi camisa un rosario que mi mamá me había regalado. Y pensé que él iba a necesitarlo más que yo. De modo que lo até alrededor de su mano derecha”. Rose Kennedy -la madre de Robert F. Kennedy- y Ethel Kennedy, la esposa del senador asesinado, dejan el altar de la Catedral de San Patricio en Nueva York tras la misa de Requiem en honor del difunto. Rose Kennedy -la madre de Robert F. Kennedy- y Ethel Kennedy, la esposa del senador asesinado, dejan el altar de la Catedral de San Patricio en Nueva York tras la misa de Requiem en honor del difunto. Todo fue registrado por las cámaras de dos fotógrafos, Boris Yaro, de “Los Ángeles Times” y Bill Eppridge, de “Life”. 

Segundos después, Romero fue apartado por una desesperada Ethel Kennedy, embarazada de su undécimo hijo, y por los primeros médicos que fueron pedidos de urgencia ante el mismo micrófono desde el que Kennedy había anunciado su victoria en California. El senador fue llevado inconsciente al Hospital Buen Samaritano. Murió veintiséis horas más tarde, a los 42 años. La historia de Juan Romero siguió caminos poco luminosos. Aquella madrugada declaró ante la policía del condado de Rampart, donde había ocurrido el asesinato. 

En la mañana, cuando subió a un bus que lo llevaría a Roosevelt High, notó sangre seca en sus manos, que no limpió hasta muchas horas después. Nunca pudo quitar de sí, la sombra de haber contribuido a la muerte de Bobby Kennedy, un trauma hondo en un chico de 17 años que la adultez no pudo superar. Empezó a recibir centenares de cartas, de todo tipo. Algunas lo felicitaban por su acción. Otras lo culpaban por la muerte de Kennedy. Le llegaron miles de crucifijos que intentaban reemplazar el rosario que había dejado en la mano de Bobby. Centenares de personas lo buscaban a diario en el hotel para fotografiarse con él. 

Dijo basta. Dejó Los Ángeles y se mudó a Wyoming donde hizo una vida nueva. Se casó, tuvo cinco hijos, tres mujeres y dos varones. Romero, después de décadas, pudo visitar la tumba de Robert Kennedy en el cementerio de Arlington, en Washington Romero, después de décadas, pudo visitar la tumba de Robert Kennedy en el cementerio de Arlington, en Washington Terminó por regresar a California para instalarse en San José y dedicarse a la construcción y a la pavimentación de caminos. Entabló amistad con el periodista Rigo Chacón. Los dos visitaban en cada aniversario de la muerte de Kennedy, un parque céntrico donde se alza una estatua de Bobby. Romero solía dejar flores en ella porque era el escenario en el que Kennedy había hablado poco antes de su muerte, para decir a una multitud que la pobreza y el analfabetismo eran indecentes y que él veía cierta “erosión en la decencia nacional”. También fue amigo de Steve López, columnista de “Los Ángeles Times”, que fue quien escuchó la confesión de Romero: la sensación de culpa le había enturbiado la vida, lo había cercado y lo había dejado en cierto modo detenido en aquella noche de junio de 1968. 

Una nueva pareja, otro intento por rehacer su vida, le había abierto una hendija de aquella puerta cerrada. Recién a inicios del 2000, le dijo a López, pudo volver a ver las dramáticas fotos de Yaro y de Eppridge. “Fueron cincuenta años muy largos. Pero lo que vi en aquella foto, fue a un chico que ayudaba a alguien que lo necesitaba mucho y que en ese momento no tenía a nadie a su lado”. Romero dijo a su amigo periodista que no había sido un tipo perfecto, pero que había intentado vivir según los valores que Kennedy había defendido. Fue Steve López quien, en 2010, convenció a Romero para que, juntos, visitaran en el Cementerio Nacional de Arlignton, la tumba de Bobby Kennedy, no muy lejos de la de su hermano John. Romero, entonces, compró el primer traje de su vida y viajó a Arlington. “Sentí que necesitaba pedirle perdón por no haber podido evitar que lo balearan. Y allí, con mi traje nuevo, me sentí igual que el día que lo conocí. 

Orgulloso, como de tres metros”. Juan Romero poco antes de morir en 2018 en su casa de Modesto, California, sostiene la foto donde asiste al moribundo Kennedy. Juan Romero poco antes de morir en 2018 en su casa de Modesto, California, sostiene la foto donde asiste al moribundo Kennedy. Romero volvió varias veces a Arlington, para poner en paz a su pasado. María Shriver Kennedy, sobrina de Bobby ex primera dama de California, casada con Arnold Schwarzzeneger, dijo que siempre sintió mucha empatía por Romero, por lo difícil que le fue superar aquella noche. “Es difícil comprender por qué, alguien queda aferrado a algo para siempre. Para mí, su imagen será siempre la de una persona que intentó ayudar a otra”. Aunque nunca lo conoció en persona, deseó que Romero hubiera comprendido que había hecho algo humano en un momento trágico; esperaba que, finalmente, hubiera hallado paz. El Hotel Ambassador, escenario de esta historia, fue demolido en 2005.

 En su lugar, se alzan hoy las Robert F. Kennedy Schools. Juan Romero murió el 1 de octubre de 2018, por un ataque cardíaco. Tenía 68 años. Por Alberto Amato Ese chico que, con un grito silencioso eternizado en la foto, sostiene la cabeza baleada de Robert Kennedy, es Juan Romero. La noche del asesinato, el 5 de junio de 1968, hace hoy 53 años, Juan estaba por cumplir sus 18. Era camarero en el Hotel Ambassador de Los Ángeles. Era, también, un admirador de Bobby Kennedy por la defensa que el entonces senador por Nueva York y precandidato presidencial hacía de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos. Y fue, tal vez, la última persona a la que Kennedy estrechó la mano, antes de caer abatido por los disparos de Sirhan Bishara Sirhan, si es que el entonces joven palestino de 23 años fue el único en disparar aquella noche. 

 El chico Romero pensó siempre que, tal vez, si no hubiese intentado dar la mano a Kennedy, el seguro candidato a presidente en las elecciones de aquel año1968 no habría muerto. Era un disparate, pero fue la culpa que lo persiguió toda su vida. Esta es su historia, la de otra víctima, no fatal, de aquella noche trágica. Juan Romero nació en Mazatán, Sonora. Cuando tenía diez años, su familia emigró a Los Ángeles y se instaló en una barriada del Este de la ciudad, sacudida por la violencia y la delincuencia. En sus años de estudiante de la Roosevelt High School Romero vio nacer, sin participar, las primeras manifestaciones contra la discriminación de los estudiantes de origen mexicano. El padre de Romero no quiso que su chico se metiera en problemas: ni en los políticos, ni en los sociales en una zona en la que la delincuencia era común; trabajaba en el Hotel Ambassador y logró que Juan entrara como lavaplatos primero y como camarero poco después. 

Cada día, después de la escuela, Juan era un empleado más, uno de los más jóvenes, del lujoso hotel que había albergado en su momento seis entregas de premios Oscar y había escuchado cantar a leyendas como Frank Sinatra, Judy Garland, Marilyn Monroe, Sammy Davis, Barbra Straissand y Bing Crosby, entre otros. Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero (Reuters/archivo) Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero 

Ese fue el hotel, base de campaña en Los Ángeles, que Robert Kennedy eligió para seguir paso a paso las primarias de California, que ganó por sólo tres puntos. Minutos antes de caer baleado en la cocina del hotel, Bobby dijo: “Ahora vamos a la convención de Chicago. Y vamos a ganar allí también”. En la cocina lo esperaba Romero, para estrecharle la mano. De nuevo. Lo había hecho el día anterior en la que, revelaría luego, fue una experiencia fantástica. Pese a su abstinencia política, el chico veía en la casa de sus amigos mexicanos del barrio del Este, retratos del asesinado presidente John Kennedy junto a los de su hermano; sabía que Bobby tenía a un estrecho colaborador en Los Ángeles, César Chávez, un líder hispano de los trabajadores rurales y los estudiantes mexicanos. 

Chávez había lanzado una huelga, exitosa, en favor de los recolectores de uvas y verduras: logró que el salario subiera a 1,75 dólares la hora. Chávez había lanzado un eslogan con el que terminaba sus discursos: “¡Viva la huelga! ¡Viva la causa!”. Las dos frases eran repetidas a menudo por Bobby, en un español champurreado y gracioso. Para conocer a Bobby Kennedy, Juan Romero sacrificó tiempo y dinero. Le cambió a un colega todas las propinas del día, quince dólares de 1968, y se comprometió a levantar todas sus mesas, a cambio de que le permitiera llevar al candidato cualquier cosa que pidiera al room service. El 3 de junio, Bobby Kennedy pidió la cena en su habitación, y allí fue Juan con el pedido. Años después, recordaría: “Cuando entré estaba hablando por teléfono. Bajó el auricular para decirnos: ‘Come on in, boys. Entren, chicos’.

 Te miraba diferente, te miraba con distinción. No vio ni mi edad, ni el color de mi piel. Me miraba como a un estadounidense. Me dio un fuerte apretón de manos y sonreía de modo muy especial. Salí de allí sintiendo que medía como tres metros”. Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Bobby Kennedy sabía que lo iban a matar. Al menos, que iban a atentar contra su vida en algún momento.

 Primero, creía en el factor imitación: alguien iba a tratar de repetir la historia de su hermano presidente en Dallas. Pero después se convenció de los poderosos intereses que iban contra su candidatura, que ya era inevitable. La leyenda cuenta que la tarde del día en que fue baleado, mientras llegaban los resultados de la votación en California, Bobby dijo a los suyos: “Acabo de ver allí afuera a los tipos que me van a matar”. Tal vez haya sido una broma, pero se refería a tres agentes de la CIA, David Morales, Gordon Campbell y George Joannides, de la división Anti-Castro de la CIA en Miami. Días antes, el novelista francés Romain Gary le había dicho a Pierre Salinger, ex jefe de prensa de John Kennedy y que colaboraba ahora con Bobby: “A tu candidato lo van a matar”. Y hubo algo más.

 El día del crimen, en una charla informal entre periodistas, Jimmy Breslin, del “New York Daily News” y John Lindsay, de “Newsweek” mantuvieron un diálogo, breve y revelador, que quedó registrado. Breslin preguntó, y se preguntó, si Bobby tenía lo suficiente para llegar hasta el final. Y Lindsay le dijo: “Por supuesto que tiene lo necesario para llegar hasta el final. Pero no va a llegar hasta el final: alguien lo va a matar. Yo lo sé, ustedes lo saben, y es tan cierto como que estamos sentados aquí. Y él está allí afuera, esperando que lo maten”. Todo esto fue narrado por el historiador Richard Mahoney en un libro fundamental sobre los hermanos Kennedy: “Sons and Brothers”. Sin saber nada de esto, Juan Romero se atrincheró en la cocina del Ambassador a esperar que pasara Bobby en la noche del 4 al 5 de junio. 

La cocina del hotel era una ruta alternativa si es que el candidato no podía abandonar el hotel, o subir a sus habitaciones, por el hall central, repleto de gente. Alguien más conocía esa posibilidad: Sirhan, que, por la tarde del 4 de junio, preguntó si Kennedy podía optar por la cocina del hotel como camino a la salida del hotel o a su cuarto. Sirhan Sirhan is llevado fuera del hotel Ambassador después de haber disparado contra Bobby Kennedy Sirhan Sirhan is llevado fuera del hotel Ambassador después de haber disparado contra Bobby Kennedy Y a Kennedy lo llevaron por la cocina del hotel, tal como estaba pensado, en los primeros minutos del 5 de junio. 

Allí lo esperaba Romero. “Vi que Bobby saludaba a todas las manos que tenía enfrente. Me propuse felicitarlo y ver si me recordaba. Estiré mi mano derecha lo más que pude y, cuando llegó a mí, estrecho mi mano, dio un paso y, cuando soltaba mi mano, escuché los disparos.” Los disparos fueron al menos trece. La pistola de Sirhan podía disparar solo ocho. Enigma para expertos, jamás develado. Kennedy cayó de espaldas, los brazos extendidos en cruz, quienes estaban a su alrededor buscaron refugio y Romero se quedó solito frente al senador caído. “Me arrodillé junto a él y puse mi mano entre el concreto y su cabeza para que estuviera cómodo. Vi que sus labios se movían, así que me acerqué y le escuché decir: ‘¿Está todo el mundo bien?’ Le dije ‘todo el mundo bien’. Él dijo ‘Todo va a ir bien’ Y sentí su sangre correr entre mis dedos. Así me di cuenta de que estaba herido, y grave. Yo tenía en el bolsillo de mi camisa un rosario que mi mamá me había regalado. 

Y pensé que él iba a necesitarlo más que yo. De modo que lo até alrededor de su mano derecha”. Todo fue registrado por las cámaras de dos fotógrafos, Boris Yaro, de “Los Ángeles Times” y Bill Eppridge, de “Life”. Segundos después, Romero fue apartado por una desesperada Ethel Kennedy, embarazada de su undécimo hijo, y por los primeros médicos que fueron pedidos de urgencia ante el mismo micrófono desde el que Kennedy había anunciado su victoria en California. El senador fue llevado inconsciente al Hospital Buen Samaritano. Murió veintiséis horas más tarde, a los 42 años. La historia de Juan Romero siguió caminos poco luminosos. Aquella madrugada declaró ante la policía del condado de Rampart, donde había ocurrido el asesinato. 

En la mañana, cuando subió a un bus que lo llevaría a Roosevelt High, notó sangre seca en sus manos, que no limpió hasta muchas horas después. Nunca pudo quitar de sí, la sombra de haber contribuido a la muerte de Bobby Kennedy, un trauma hondo en un chico de 17 años que la adultez no pudo superar. Empezó a recibir centenares de cartas, de todo tipo. Algunas lo felicitaban por su acción. Otras lo culpaban por la muerte de Kennedy. Le llegaron miles de crucifijos que intentaban reemplazar el rosario que había dejado en la mano de Bobby. Centenares de personas lo buscaban a diario en el hotel para fotografiarse con él. Dijo basta. Dejó Los Ángeles y se mudó a Wyoming donde hizo una vida nueva. Se casó, tuvo cinco hijos, tres mujeres y dos varones. Terminó por regresar a California para instalarse en San José y dedicarse a la construcción y a la pavimentación de caminos. Entabló amistad con el periodista Rigo Chacón. 

Los dos visitaban en cada aniversario de la muerte de Kennedy, un parque céntrico donde se alza una estatua de Bobby. Romero solía dejar flores en ella porque era el escenario en el que Kennedy había hablado poco antes de su muerte, para decir a una multitud que la pobreza y el analfabetismo eran indecentes y que él veía cierta “erosión en la decencia nacional”. También fue amigo de Steve López, columnista de “Los Ángeles Times”, que fue quien escuchó la confesión de Romero: la sensación de culpa le había enturbiado la vida, lo había cercado y lo había dejado en cierto modo detenido en aquella noche de junio de 1968. Una nueva pareja, otro intento por rehacer su vida, le había abierto una hendija de aquella puerta cerrada. Recién a inicios del 2000, le dijo a López, pudo volver a ver las dramáticas fotos de Yaro y de Eppridge. 

“Fueron cincuenta años muy largos. Pero lo que vi en aquella foto, fue a un chico que ayudaba a alguien que lo necesitaba mucho y que en ese momento no tenía a nadie a su lado”. Romero dijo a su amigo periodista que no había sido un tipo perfecto, pero que había intentado vivir según los valores que Kennedy había defendido. Fue Steve López quien, en 2010, convenció a Romero para que, juntos, visitaran en el Cementerio Nacional de Arlignton, la tumba de Bobby Kennedy, no muy lejos de la de su hermano John. Romero, entonces, compró el primer traje de su vida y viajó a Arlington. “Sentí que necesitaba pedirle perdón por no haber podido evitar que lo balearan. 

Y allí, con mi traje nuevo, me sentí igual que el día que lo conocí. Orgulloso, como de tres metros”. Romero volvió varias veces a Arlington, para poner en paz a su pasado. María Shriver Kennedy, sobrina de Bobby ex primera dama de California, casada con Arnold Schwarzzeneger, dijo que siempre sintió mucha empatía por Romero, por lo difícil que le fue superar aquella noche. “Es difícil comprender por qué, alguien queda aferrado a algo para siempre. Para mí, su imagen será siempre la de una persona que intentó ayudar a otra”. Aunque nunca lo conoció en persona, deseó que Romero hubiera comprendido que había hecho algo humano en un momento trágico; esperaba que, finalmente, hubiera hallado paz. El Hotel Ambassador, escenario de esta historia, fue demolido en 2005. En su lugar, se alzan hoy las Robert F. Kennedy Schools. Juan Romero murió el 1 de octubre de 2018, por un ataque cardíaco. Tenía 68 años.

Secretos del negocio de la joya desconocida del mar argentino: se exporta a USD 10.000 por tonelada y desvive al paladar francés

 

Francia esparció el gusto por la vieira patagónica por el sur de EEUU, Canadá y otros países europeos. En la Argentina su pesca regulada empezó en 1996 e incluye a solo dos empresas y cuatro buques. Ya forma parte de la “marca país”
Por Sergio Serrichio 5 de Junio de 2021 

 En 1995 Pedro Bohnsdalen, primer gerente de Wanchese Sur, trajo a la Argentina el Buque Pesquero Erin Bruce y mediante un acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) y el Consejo Federal de Pesca (CFP) inició en el Mar Argentino la investigación de las pesquerías de vieira, un molusco al gusto francés y cuyos usos culinarios Francia esparció por el sur de EEUU, Canadá, Bélgica y otros países de Europa. 

 La investigación determinó suficiente cantidad y densidad de bancos de la especie en el Mar Argentino y hoy la vieira patagónica o magallánica es una de las variedades más apreciadas del mundo. La pesca regulada se inició en 1996 y desde entonces involucra a dos empresas, Wanchese y Glaciar Pesquera, y 4 buques, en una actividad regulada a través de “unidades de manejo” y cuotas anuales fijadas en mareas de prospección que desde 2015 hicieron de la vieira la quinta especie del Régimen de Administración por cuotas de captura individuales y transferibles en el Mar Argentino. Las dos firmas tienen, en partes iguales, el 90% de la cuota anual y el Estado se reservó el 10% restante. La vieira es un molusco (invertebrado) bentónico (del fondo marino).

 Por su forma, los moluscos se clasifican a su vez en bivalvos (parte blanda encerrada entre dos conchas: vieira, mejillón, ostra), univalvos (una concha, como el caracol) y cefalópodos o sin concha, como el pulpo y el calamar. Es un producto muy Premium, que en la Argentina, por volúmenes comparativos con la merluza, el calamar, el langostino, pasa desapercibida, pero la vieira patagónica ya es una “marca país” “Nos manejamos profesionalmente con productos premium”, dicen Pedro Ibar y Eric Bohnsdalen, hijos de Pedro, encargados de la parte operativa y el armado de la flota de Wanchese, que incluye 5 buques pesqueros: el Erin Bruce y el Miss Tide (incorporado en 2006, en reemplazo de Mister Big) para la captura de vieira, más dos “langostineros” y un “centollero”. En 2014, además, Wanchese Fish Co, fundada en EEUU en 1936, fue comprada por la canadiense Cooke Seafood Inc, una de las grandes pesqueras mundiales, también presente en Chile, Uruguay, Nicaragua, España y Escocia. Wanchese Sur exporta a EEUU el 100% de los callos de vieira. 

 “Es un producto muy premium, que en la Argentina, por volúmenes comparativos con la merluza, el calamar, el langostino, pasa desapercibida, pero la vieira patagónica ya es una “marca país” de la Argentina en todo el mundo”, cuenta Pedro Ibar. La producción argentina va a Norfolk, donde una parte se reprocesa para el consumo interno (a los norteamericanos les gusta el “scallop”, como llaman a la vieira, en medallones) y el resto se reexporta desde el puerto de Suffolk (Virginia, distante 20 kilómetros) a Canadá y Francia, donde los franceses lo consumen al modo más tradicional. Los callos, explica Pedro, se exportan con un proceso de precocción a bordo y una eco-etiqueta. “Somos la primera pesquería argentina con certificado del Marine Stewardship Council”, dice. MSC, la certificadora de productos pesqueros más importante del mundo, es un sello de calidad y pesca sustentable. Lograrlo es un proceso complejo, pero ordena la actividad pesquera. Se reexporta desde el puerto de Suffolk (Virginia, distante 20 kilómetros) a Canadá y Francia “Tenemos certificado de captura legal (permiso, lugares, cupos) y de análisis de toxinas y sanidad del Senasa”, dice Pedro y agrega que en 25 años “jamás en un músculo de vieira (esto es, en los callos) se detectaron toxinas”, que por las mareas rojas suelen afectar las vísceras de algunos bivalvos. 

“El europeo exige certificación; sin eso quedás afuera de cualquier producto Premium, un consumidor de vieiras, ostras o langostinos se da el lujo de elegir”, enfatiza. Wanchese puede capturar hasta 3.000 toneladas anuales, pero ahora está operando a la mitad de ese volumen, y promedia una exportación de USD 20 millones anuales de “vieira patagónica”, cerca de la mitad de las divisas que aporta anualmente la especie y entre 50 y 60% de las exportaciones anuales de la empresa (el resto, langostino y centolla). El precio actual es de unos USD 10.000 por tonelada, esto es, USD 10 por kilo. Por ser una especie de poca movilidad, cuyas unidades de manejo están entre las latitudes 38 y 46 y dentro de las 200 millas de la costa, la pesca de vieira no sufre la invasión de buques extranjeros (en especial, chinos) en la “Milla 201” (y en ocasiones adentro) del Mar Argentino, pero Wanchese es “solidaria” con las empresas afectadas y sufre su parte en la captura de langostino y centolla. Año a año, la pesca lidia además con la imprevisibilidad de las especies migratorias. 

“¿Qué pasaría si desaparece el langostino?”, se pregunta Pedro Ibar. Con la vieira, destaca, por ser una especie muy regulada e investigada, se puede tener una visión de largo plazo. Un problema es la competencia de la vieira cultivada. “Los chinos están subsidiados y venden a precios imposibles de competir. El mercado para la vieira argentina y otras variedades se mantiene porque la vieira cultivada china no está certificada Un problema es la competencia de la vieira cultivada china. “Está subsidiada y venden a precios imposibles de competir”, dicen los Bohnsdalen. El mercado para la vieira argentina y otras variedades se mantiene porque la vieira cultivada china no está certificada, clave en un producto Premium. En la Argentina no hay cultivo de vieira, pero sí consumo local de la “vieira tehuelche”, que algunos buzos extraen “artesanalmente” frente a las costas de Puerto Madryn

. “Los nuestros son buques-factoría, llevan 30 personas en cada salida, con salarios altos”, explica Pedro (h). Wanchese tiene 200 empleados (180 son personal de a bordo, 20 adminitrativo) y genera otro tanto de trabajo de proveedores en tierra (mecánica, electrónica, electricidad, calderería, refrigeración). Cualquier trabajo en un buque cuesta el doble que en tierra, dicen los Bohndsalen Además, los protocolos por la pandemia encarecieron la operación. “Fuimos de los primeros en implementar el traslado de la tripulación a hoteles, previo embarque: test de PCR negativo, más cuatro días de aislamiento, antes de embarcar a una persona. Tuvimos casos en la empresa, pero no con la marinería a bordo. Y no es casual: en los congeladores se hacen mareas de 25 a 40 días, son personas que se cuidan mucho”, dice Pedro. Los buques de Wanchese operan desde Mar del Plata, aunque los callos se exportan desde el puerto de Buenos Aires. “Glaciar Pesquera (la otra exportadora de vieiras) tiene salida desde Ushuaia, pero nosotros exportamos desde Buenos Aires porque a Mar del Plata no están entrando portacontenedores, el puerto está quedando cada vez más abandonado”, dicen los Bohnsdalen.

 Los productos pesqueros pagan un “derecho de exportación” del 5% (caja fiscal) y en algunos casos tienen un “reintegro” de hasta el 1,5%, según su “valor agregado”. Wanchese integra la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (CAIPA) y Armadores Langostineros Federales Argentinos (ALFA), cuyo gerente, Daniel Coluccio, calificó a Miss Tide, uno de los buques de la empresa, como “un pura sangre, una fábrica flotante, una riqueza del Mar Argentino con destino al mundo” y en un hilo por la red social Twitter describió e ilustró el proceso técnico: calibradoras que clasifican las vieiras por tamaño y devuelven las menores al mar, serpentinas de transporte, zonas de cocido a vapor, separación de aparato digestivo, concha y callo, limpieza de este con agua y rodillos abrasivos, verificación humana de calidad y envasado en cajas de 20 kilos. Las vieiras, dice el Larousse Gastronomique, biblia de la cocina francesa, vienen con una etiqueta de salubridad. En general, se consumen cocidas, pero la moda de los productos crudos marinados gana terreno. Se sirven en su concha, a la americana, al champán, al curry o al gratén, con distintas salsas, en brochetas, salteadas a la provenzal o frías en ensalada, y simbolizan una comida festiva.

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