LAS OTRAS CIUDADES. LOS
CEMENTERIOS DE ZÁRATE Y DE LIMA
“Los pueblos que
olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos y
los que se apoyan sobre
las tumbas gloriosas son los que mejor preparan el porvenir”
¨
Algunos conceptos
preliminares
La palabra “cementerio”, por su etimología,
se encuentra estrechamente ligada al concepto de “dormitorio”. “En realidad, se trata de indicar que el fin
de la vida no es otra cosa que entrar en un sueño, un estado intermedio hacia
la resurrección, independientemente de cómo quiera llamársela”. (1)
Las cuatro grandes fuentes en que se nutrió
nuestra cultura expresaron a través del arte sus creencias, mitos y leyendas
relativas a la muerte. Si para los egipcios el difunto podía continuar con sus
actividades en el más allá los griegos consideraban la muerte como una
existencia incertera en el reino de las sombras. Los romanos favorecieron la
idea de una hermosa existencia en la muerte como compensación de una vida
virtuosa, mientras que para la cristiandad sólo la vida futura en el más allá
es importante.
Los egipcios fueron los primeros en realizar
la gran arquitectura funeraria y templaria. Los griegos y los romanos, si bien
no nos dejaron demasiadas construcciones funerarias monumentales, enriquecieron
su arte a través del argumento del difunto. En cuanto a la cristiandad basta
con recorrer catedrales, iglesias y museos.
Las “Ciudades
de difuntos” que llegaron mejor conservadas a nuestros días son las
etruscas. De hecho es gracias a ellas que debemos la mayor parte de nuestros
conocimientos de su cultura.
¨ La otra ciudad
Antes de la creación de los municipios el
enterramiento de los muertos se encontraba disperso en distintos lugares,
costumbre que perduró en la campaña hasta la década de 1870.
Con el surgimiento sistemático de la
arquitectura para la muerte, ésta presenta inevitables semejanzas con la que
conforma el paisaje urbano de nuestras comunidades, creando una ciudad dentro
de otra, en donde conviven casi todos los estilos arquitectónicos desde el
eclecticismo a través de ejemplos de desbordantes ornamentaciones hasta
estilizaciones modernistas o Art Nouveau como, así también, la depurada
geometría Art- Decó. Bóvedas, tumbas y nichos repiten en los cementerios las
variantes estilísticas y jerárquicas de las diversas categorías residenciales.
Por otra parte, una lectura atenta de los epitafios permite recordar a
destacados personajes y reconstruir hechos de honda repercusión en la historia
local y regional.
Las fotografías
testimonian el entierro de Juan B. Ytharte. Zárate. Octubre 20 de 1915
Como marco de referencia partimos de
considerar que a fines del Siglo XVIII nace en el mundo occidental la idea de
que la sociedad está compuesta tanto por los vivos como por los muertos, idea
que alcanzará su pleno desarrollo en el Siglo XIX. Tal lo planteado por
Philippe Ariés, en su Historia de la
muerte en Occidente. Desde la Edad media hasta nuestros días, para quien: “La ciudad de los muertos es el reverso de
la sociedad de los vivos o, más que el reverso, su imagen, su imagen
intemporal”.
En los cementerios se evidencia la
existencia de una sociedad con clases bien diferenciadas tanto en lo social
como en lo económico y lo cultural. El tamaño de las bóvedas y su calidad
constructiva queda expresado en las diferentes texturas de los materiales
empleados, los detalles de herrería reflejan trabajos artesanales de un gran
valor ornamental y de diseños variados que pueden observarse tanto en las
puertas y ventanas como en algunos detalles perimetrales; la cristalería
empleada que en muchos casos presenta tallados, las ornamentaciones, los
mobiliarios y jarrones existentes dentro de los sepulcros como, así también,
las placas recordatorias presentes son indicadores evidentes de diferenciación
socioeconómica.
Cada monumento o sepulcro implica un cambio
sustancial en la manera de mirar y apreciar la vida que tenían estos personajes
de la época, ellos construyen la cultura desde la idea de la trascendencia, es
decir del trascender en el tiempo a partir de la obra. Porque la muerte es tan
importante como la vida y el monumento fúnebre que se construye o que le
construye la familia (muchos se lo construyen en vida) tiene que ver con
trascender y demostrar cómo vivieron, qué hicieron y quiénes fueron.
Cortejo fúnebre en la
década de 1940
¨
Los cementerios en
Zárate
Nuestras modernas necrópolis corresponden a
la concepción de mediados del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX. De los
cementerios franceses, en alguna medida de los españoles pero particularmente
de los italianos tomaron su impronta los cementerios de la ciudad de Zárate y
de la localidad de Lima; los dos forman parte de nuestro patrimonio cultural,
ameritan ser visitados y requieren ser preservados en atención a sus valores
históricos, arquitectónicos y artísticos.
Fueron precisamente maestros albañiles,
italianos de origen, los mayormente convocados por familias zarateñas para
construir y ornamentar sus moradas finales. Para ello se inspiraron en los
gustos de la época y en particular en un modelo, repetido hasta ya entrado el
siglo XX, el Cementerio de Staglieno de Génova.
Entierro en Zárate,
calle Félix Pagola frente al Colegio de Hermanas
El cementerio de la
ciudad de Zárate
Al igual que todo asentamiento humano
Zárate, a lo largo de su evolución, ha sido poblado por generaciones de hombres
y mujeres que han desarrollado su ciclo vital: nacimiento crecimiento y muerte.
En relación a esta última instancia corresponde señalar, en principio, que en
el noreste de la provincia de Buenos Aires, región en la que se halla inserta
el actual Partido de Zárate, existen enterratorios en los que los pueblos
originarios realizaron sus sepulturas en los períodos prehispánico y colonial.
El pueblo de Zárate fue fundado el 31 de
enero de 1827 y durante los primeros años de su evolución careció de
enterratorio público hasta que se constituyó el Partido en el año 1854, siendo
los muertos inhumados en Capilla del Señor. El primer cementerio ocupó un
predio donado por José Antonio Anta fuera de la traza urbana, en lo que es
actualmente la manzana comprendida entre las calles Chacabuco entre Beruti y
French hacia las barrancas.
Su funcionamiento se extendió hacia 1890 a
pesar de haberse solicitado su clausura y traslado luego de la creación del
Parque de Artillería Naval, en diciembre de 1873 durante la presidencia de
Domingo Faustino Sarmiento.
Cementerio nuevo de la
ciudad de Zárate en la década de 1940
Razones de higiene y la necesidad de extender
en la parte alta de la barranca el establecimiento militar antes referido
motivaron la creación del actual cementerio. En la sesión del 30 de enero de
1887 la Comisión de Higiene del Concejo Deliberante hizo presente la urgencia
de clausurar el cementerio y habilitar un nuevo enterratorio, resolviéndose “sacar a licitación la construcción de un
cementerio en el terreno comprado a Doña Gumersindo Anta el cual deberá tener
una extensión de 150 varas por costado, cercado de pared con una altura de 3
varas incluso el cimiento”. (2)
El 4 de febrero de 1890 el Intendente
Municipal Julio Otálora solicita al Honorable Concejo Deliberante autorización “para mandar a levantar el plano del nuevo
cementerio y habilitarlo al servicio público a la brevedad posible como,
asimismo, la construcción de un camino que permita el fácil acceso a dicho
enterratorio”. Vicente Raúl Botta expresa, en su Historia de Zárate, que
los terrenos del actual cementerio fueron adquiridos por la Municipalidad a Pedro
Alcalá y a Pastor Pacheco. (3) Fue librado al servicio público a partir del 8
de enero de 1891, clausurándose el antiguo “con
excepción de aquellos que aún posean bóvedas o nichos”. (4) La nueva
necrópolis fue bendecida el 18 de octubre de 1892 por el Cura Párroco Pbro.
Andrés Labarga.
La licitación de las obras fue adjudicada al
maestro albañil Don Dionisio Ferrari, quien construyó el peristilo que responde
a los lineamientos de la arquitectura italianizante, destacándose el frontis
triangular que descansa sobre las columnas circulares que franquean el acceso y
en el que se distinguen la cruz y la inscripción en latín EXPECTAMVS DOMINUM
(Los que esperan en el Señor). Sobrias molduras dan el ordenamiento horizontal
coronando el desarrollo de la fachada originalmente con terminación en revoque
símil piedra.
Cuando, hacia finales del Siglo XIX y
comienzos del Siglo XX, el cementerio se expandió al mismo ritmo del entonces
pueblo de Zárate se construyeron bóvedas inspiradas en las tipologías
arquitectónicas y gustos de las diferentes épocas. “Desde muy antiguo el hombre tuvo la piadosa idea de perpetuar el
recuerdo de sus antepasados erigiéndoles monumentos cuya imponente masa pudiera
resistir la acción de los años”. (5)
A las primeras bóvedas de estilo poscolonial
sucedieron otras en las que fueron los maestros albañiles italianos los
convocados, en su mayoría, para construir y ornamentar las moradas finales,
construyendo no sólo valiosas bóvedas sino también tumbas y mausoleos. En
general, los panteones familiares fueron edificados expresando la arquitectura
de moda de la época destacándose la presencia de construcciones neogóticas,
neoclásicas, Art - Nouveau y Art - decó presentando una imagen similar a las
viviendas urbanas generándose, de este modo, una estrecha relación entre ambos
ambientes: la ciudad de los vivos y la ciudad de los muertos.
Bóveda de la familia de la Torre y detalle de
placa en homenaje a Manuel José de la Torre
por parte de la Sociedad Argentina de S.M.
Dentro del espacio que ocupa el casco
histórico del cementerio se encuentran sepultados destacados vecinos que
trabajaron por el progreso de la comunidad o personajes relacionados con la
historia nacional. A manera de ejemplo podemos citar que en la bóveda de la
familia de Manuel José de la Torre se hallan sepultados, además del citado,
Doña Ana María Otálora -madrastra de Bernardino Rivadavia-, fallecida en 1857 a
los cien años; Doña María Cipriana Soler, hermana del guerrero de la
Independencia general Miguel Estanislao; el general Joaquín T. Leiva, miembro
del estado mayor del Ejército, y el Dr. Horacio Pérez de la Torre, destacado
legislador nacional.
De gran calidad constructiva y diseño son
los panteones de las sociedades mutuales de extranjeros que cumplieron un rol
destacado en el desarrollo socio - cultural de nuestra comunidad destacándose,
entre ellos, el de la Sociedad Española, el de la Sociedad Unión Italiana XX de
Setiembre, el de la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos y el de la Sociedad
Austro - Húngara.
Panteón de la Sociedad
Argentina de S.M. y bóveda de la Familia de Florestano Andrade
en el cementerio de la
ciudad de Zárate
El predio que ocupó originalmente este nuevo
enterratorio -el actual- fue ampliado sucesivamente a través de diversas
adquisiciones de terrenos. En 1927 se sanciona la Ordenanza Nº 170, de fecha 27
de junio, por la cual se autoriza al Departamento Ejecutivo para adquirir en
compra particular una fracción de terreno lindera al cementerio local compuesta
de 119,60 metros por 214 metros, propiedad de Don Pastor María Pacheco (6); en
1963 una nueva ampliación incorporó 2.936 metros cuadrados por compra al vecino
José Marcaccio.
Por Ordenanza Nº 3560, sancionada por el
Honorable Concejo Deliberante el 2 de junio de 2005, el área del Cementerio Municipal
de la ciudad de Zárate que incluye las construcciones del acceso principal y de
las secciones A, B, C, D, E y F fue establecida como Área de Protección
Patrimonial.
El cementerio de Lima
La localidad de Lima surgió como
consecuencia del loteo realizado por el Dr. Faustino Alsina, hacia 1888, generándose
una colonia agrícola integrada principalmente por inmigrantes italianos. Por
entonces y hasta muchos años después el poblado careció de enterratorio propio
siendo sus muertos sepultados en Zárate.
El cementerio de Lima fue construido sobre
tierras que habían pertenecido a Rafael Fulco y, luego, a Santiago Berceletti
quien realizó la donación para tal fin, siendo librado al servicio público el
27 de abril de 1919, día en que fue solemnemente bendecido. Fueron sus padrinos
la Sra. Nydia Ocampo Lima de Atucha y Cristóbal Capello.
Edificio de acceso al
Cementerio de Lima
En él se conservan antiguas bóvedas
pertenecientes a las primera familias del pueblo: Fulco, Lettieri, Betbede,
Tanghertoni, Paganini, Carmelo González, Cataneo, Dellaghelfa, Urouro,
Avigliano, Gambín, Ristol, Bartolomeo Ferraro, Tomás Ragazzo, Guglielmoto,
Formigoni, Merlo, Agudelo, Mondino, Tabano, Alderete, Murri, entre otras.
Varias de ellas, localizadas en la calle principal, fueron construidas por el
maestro albañil Don Víctor Sbarra conforme lo señala la correspondiente
inscripción en la fachada.
Calle principal del
Cementerio de Lima. Enmarcando la misma se observan las bóvedas de
tipologías diversas
construidas por el maestro albañil Víctor Sbarra
Destaca, además, entre sus construcciones el
edificio del acceso cuya fachada conserva su trama original en ladrillo sin
revestir y en la que se distinguen, por su audacia estructural, los arcos
ojivales y los centrales lobulados que descansan en esbeltas columnas
circulares. Presenta una planta simétrica con un hall central, la capilla a la
izquierda y un recinto -hoy oficina- a la derecha. Se estima que fue construido
en décadas posteriores a la habilitación del cementerio, habiéndose dispuesto
el retablo donado por Don Pedro Nazar y su esposa.
Por Ordenanza Nº 3549, sancionada por el
Honorable Concejo Deliberante, el 19 de mayo de 2005, el Cementerio Municipal
de la localidad de Lima fue establecido como Área de Protección Patrimonial.
Nos toca hoy como
comunidad respetar y valorar los hitos
de nuestro pasado expresados, en este caso, a través de los ejemplos del
patrimonio histórico y arquitectónico que nos legaron quienes nos precedieron y
que tenemos la enorme responsabilidad de atesorar para las generaciones
venideras.
Arq. Silvia Irene
Baccino
Notas
(1) BRAUN Mario: Recoleta. Arte y Símbolos –
Estudio Siena
(2) Libro de Actas del Honorable Concejo
Deliberante. Sesión del 30 de enero de 1887. Folio 9
(3) BOTTA VICENTE Raúl: Historia de Zárate
1689 – 1909. Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos
Aires. La Plata, 1948 – Páginas 149/150
(4) Libro de Actas del Honorable Concejo
Deliberante. Sesión del 8 de enero de 1891. Folio 258
(5) Buenos Aires nos cuenta Nº 5. Recoleta –
Cofre de Historias
(6) Libro de Actas del Honorable Concejo
Deliberante. Sesión del 27 de junio de 1927. Folio 8
Fuentes consultadas
HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DE ZÁRATE –
ORDENANZA Nº 3549/2005
HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DE ZÁRATE –
ORDENANZA Nº 3560/2005