El poder cambia las reglas que los propios dirigentes pregonan en sus campañas con pasion y entusiasmo ilusionados que llegada su oportunidad de gobernar cristalizarlos, pero no tan facil resulta ser ante la realidad politica, maxime en una ciudad como Zarate hasta hoy la "Princesa abandonada" donde la preocupacion ha sido mas de cuidar el lugar protagonico de la politica que el de desarrollarla como sociedad pujante y culta añorando viejas epocas donde el progreso brillo por su luz propia a traves del trabajo y la educacion, naciendo en su seno hechos maravillosos como el teatro Coliseo para albergar justamente la vocacion artistica de sus hijos prodigos en el arte y de aquellos que llegaban con su bagaje de fama a este centro mundano, cuna tambien del tango.Los recuerdo a los tres con afecto sincero, porque durante años estuvieron ahi manteniendo su ideal en alto ante un fortalezido partido en territorios que durante 12 años fueran su bastion, y la realidad llego pero las palabras y promesas necesitan de apoyo economico para llevarlas a cabo, y la poblacion entera espera definiciones, porque sus limites se agotaron en el tiempo en tanto las necesidades ante un crecimiento demografico mas alla de lo politico hipoteco cualquier juego de mandar la pelota para adelante, la realidad esta a la vista, el quiebre de los mosqueteros quizas sea el camino hacia el desarrollo que no cabe dudas el Intendente busca por su propia vigencia al futuro politico en contramano de su sector partidario.
Si el sacrificio de algo que nacio de la fuerza y el teson valen obras para Zarate aun siendo un 15% de lo prometido tendra su fundamento para una decision de esa indole, es mas la poblacion vera con agrado y comprendera, asi de sencillo, esperemos con fe que cada promesa sea cumplida por lo que indudablemente los 3 mosqueteros Zarateños ya no estaran en su lucha del dia a dia y si cubierta las necesidades de los ciudadanos, sino el sacrificio habra sido en vano y el tiempo y la oposicion tendran argumentos validos para luchar con fundamento.
Sergio Yusef Neme
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