viernes, 31 de enero de 2025

El 31 de enero de cada año es la fecha instituida para recordar la fundación del pueblo de Zárate


 

Posteriormente las tierras fueron adjudicadas, como mercedes, a distintos beneficiarios entre los años 1604 y 1635 pero la mayoría de ellas pasaron a ser propiedad, bajo diversas circunstancias, de la Compañía de Jesús que organizó entonces una gran explotación agropecuaria. Expulsada por el rey de España Carlos III, en 1767, gran parte de sustierras fueron compradas por Don José Antonio de Otálora en 1785.

Hacia fines del Siglo XVII Don Gonzalo de Zárate disponía también de posesiones en esta zona, con frente al Paraná de las Palmas, adquiridas a los herederos de las primitivas mercedes constituyendo, de este modo, “una unidad de explotación compuesta de un total de 9000 varas de frente, probablemente con la intención de destinar la misma a la cría del ganado mular ya que las rinconadas indivisas eran consideradas las tierras más propicias para la concentración de este híbrido:”

En consecuencia, hacia esa época, todas las tierras de nuestro Partido quedaban comprendidas dentro de estas dos únicas propiedades, al constituirse el Virreinato del Río de la Plata y organizarse la administración civil el área quedó incorporada al Partido de Exaltación de la Cruz, dependiente del Cabildo de Luján.

Gonzalo de Zárate

En la publicación de la Colección “Nuestra Historia”: HISTORIAS DE FAMILIAS. EL RINCÓN DE LOS ZÁRATE Y OTRAS FAMILIAS COLONIALES, su autor, Lic. Sergio Daniel Robles señala: “El surgimiento del pueblo de Zárate, aunque no está vinculado directamente a Gonzalo de Zárate, terrateniente que dio nombre al Rincón homónimo, en cambio sí lo está a su familia. Su descendencia permaneció (y permanece) en el lugar poblando la comarca, promoviendo la formalización del pueblo y, una vez constituido el Partido, dando por varias décadas sus primeras autoridades.

El historiador local Vicente Raúl Botta, recogiendo la tradición oral, sostuvo que Gonzalo de Zárate era oriundo del Paraguay, del cual procedían por entonces una parte de los pobladores de Buenos Aires. Apoya esta aseveración el hecho de que uno de sus hijos; Eusebio Alejandro, haya nacido -según Raúl Molina- en aquella provincia. Sin embargo, en su testamento otorgado en 1707, Zárate declaró que era natural de la ciudad de Buenos Aires.”

Sus padres fueron Cristóbal de Zárate - que se desempeñó como soldado del presidio (en el Fuerte) entre los años 1653-1660 - y Lorenza de Abreu. Contrajo matrimonio con Doña Ana de Sayás el 5 de mayo de 1681.

En la publicación citada su autor refiere que: “Hacia la segunda mitad del siglo XVII, Zárate se desempeñó como oficial en una de las compañías de infantería de la guarnición de Buenos Aires, siendo asignado posteriormente a la vigilancia de las costas del Paraná, con el propósito de evitar posibles incursiones extranjeras, especialmente de portugueses, que practicaban con regularidad el comercio ilegal.

Hacia el último cuarto del siglo, Zárate decidió dedicarse a las actividades agropecuarias adquiriendo las tierras de rinconada en el pago de las Palmas.” Gonzalo de Zárate, como tantos otros estancieros de la zona, se dedicó a la cría de mulas complementado esta actividad con la agricultura, particularmente la producción triguera. Otro sector de sus tierras fue destinado al pastoreo de vacunos y ovinos

Su testamento fue fechado el 28 de febrero de 1707. Gonzalo de Zárate falleció en Buenos Aires en 1711 y fue sepultado, de acuerdo a su voluntad, en la iglesia del convento de San francisco en Buenos Aires.

Fallecida Ana de Sayás en 1744, se procedió a realizar la subdivisión definitiva de los bienes entre los descendientes del matrimonio siendo repartidas las tierras entre Eusebio, Gregoria; José y Pascual, quien recibió la porción mayor. Los otros hijos María Rosa y Gonzalo habían fallecido y Bartolomé se excluyó por ser religioso. De este modo, la propiedad de Gonzalo de Zárate comenzaba el lento pero sostenido proceso de fragmentación.



Los hermanos Anta y la fundación del pueblo Por la combinación de diversos factores, destacándose entre ellos la fragmentación de la propiedad y los beneficios que brindaba la existencia de puerto natural como punto de comunicación entre la Mesopotamia y Buenos Aires, había surgido un poblado en las inmediaciones del mismo que debió haber sido lo suficientemente atractivo como para que, en 1798, se estableciera un Real Estanco -lugar destinado a la venta de tabaco, naipes y yerba matey pocos años después se erigiera un pequeño oratorio conocido por El Salvador.

En el libro LOS QUE PASARON: GENTES EN LA HISTORIA DE ZÁRATE - Colección: Biografías Vol. 2, Sergio Daniel Robles relata que: “En aquel paraje rural de Zárate, plagado de parientes, nacieron y crecieron Pedro y su hermano menor José Antonio Anta, descendientes de los antiguos pobladores de la región. La madre, Mercedes Cabrera, era hija de María de las Nieves Zárate, una de las nietas de Gonzalo. Sin embargo, los hermanos tenían distinto padre: el primero fue hijo de un cubano llamado Patricio Piña mientras que el segundo lo fue del gallego José de Anta. Pedro, sin embargo, usó con frecuencia el apellido de su padrastro, el cual terminó adoptando”.

Los hermanos Anta tenían estancia y pulpería en las tierras que arrendaban a su pariente Mariano de Maza en los conflictivos tiempos de la Revolución de Mayo. Ataques sobre Zárate y otras poblaciones ribereñas motivaron que, en 1814, el Director Supremo Gervasio Posadas nombrara, mediante decreto, fuerzas guardacostas en diversos sitios siendo designados en el Puerto de Zárate Pedro Anta como teniente de la Compañía Cívica Guardacostas y su hermano José Antonio como subteniente.

En la obra citada, y ya en directa relación con la formalización del Pueblo de Zárate, Robles señala: “Pasados aquellos primeros años de inseguridad los Anta pudieron dedicarse con mayor tranquilidad a prosperar como comerciantes. Desde hacía tiempo que en su casa tenían una pulpería y cancha de bochas donde solían reunirse los paisanos en busca de alguna diversión.

Junto a esta actividad, los hermanos tuvieron otros intereses económicos ya que poseyeron varias carretas para el transporte de productos y explotaron terrenos propios o arrendados, dedicados a sembradíos y la cría de animales.”

Esta prosperidad económica les permitió adquirir, hacia 1817, parte de las tierras que arrendaban a su pariente Maza y pocos años después (1822) incorporaron nuevas parcelas linderas por compra a Fermín de Zárate -hijo de Pascual- en tanto que en 1823 efectuaron una nueva compra a Maza consistente en un terreno de cuatrocientas varas de frente al Paraná de las Palmas y una legua de fondo, que le habría correspondido por herencia de sus abuelos Don Pascual y Doña Pascuala Zárate.

Sobre el particular Robles refiere: “Por primera vez en mucho tiempo se había iniciado, en La Pesquería y Rincón de Zárate, un proceso de reconcentración de la propiedad de la tierra. Sin embargo, la estancia de los Anta puede considerarse de medianas dimensiones: nacía en las barrancas, pero la parte cultivada y poblada comenzaba sobre los fondos de la actual calle Perú, a la altura de los silos de Ustáriz. El campo estaba surcado por la cañada de Bustos, que corría próxima a la casa de los Anta.”

En la reconstrucción del plano de las tierras de los Zárate se visualiza la fracción de Pascual de Zárate localizándose, en base a las adquisiciones señaladas precedentemente, la estancia de los Anta en un sector de la misma. Hoy -sumamente fragmentada las tierras a lo largo de los siglos XIX y XX- se halla incorporada al área urbana de Zárate ameritando su importancia histórica en este proceso de formación del pueblo la conveniencia de profundizar las investigaciones, iniciadas hace varias décadas, con el objetivo de llevar adelante la puesta en valor del sitio y las construcciones que pertenecieron a los hermanos Anta y su declaratoria de Interés Municipal.

Por iniciativa de los Anta y, probablemente, con el objetivo de valorizar las tierras; de ordenar a la población existente -concentrada a borde y en la parte baja de las barrancas- y de guiar el proceso de expansión territorial decidieron vender, en 1825, a Rafael Pividal 1.144 varas de tierras con el objeto de “fundar el pueblo de Zárate”. A tales efectos Pividal -fue un antiguo vecino, casado con María Moure, quien era propietario de un establecimiento comercial en San Andrés de Giles, en sociedad con Álvaro de la Riestra- contrató los servicios del agrimensor Manuel Eguía para que realizara el plano de mensura y el primer trazado de lo que sería el pueblo procediendo, luego, a la venta de solares.

Manuel Eguía nació en Buenos Aires a principios del Siglo XIX y murió en la misma ciudad el 20 de junio de 1880. En el transcurso de su vida tuvo una importante actividad pública, pues en el año 1852 formó parte de la Comisión de Obras Públicas que reorganizó al Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires. Posteriormente, en el año 1854, fue elegido Diputado Constituyente y formó parte de la Honorable Sala de Representantes que sancionó la Constitución del Estado de Buenos Aires. Por Ordenanza N° 3964/11 una de las calles del Barrio VI.PER.MUN. fue designada con su nombre

EL PLANO DEL RINCON DE ZÁRATE Y TRAZA DEL PUEBLO fue aprobado por el gobierno el día 31 de enero de 1827.







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