miércoles, 19 de octubre de 2022

“Lo peor está por venir”, dice el FMI sobre la economía mundial, ¿qué destacó y criticó de Uruguay?

 Proyecta una desaceleración global del 6% al 3,2%; sobre Uruguay destacó y criticó algunos aspectos.

Peso uruguayo, billetes, dólar. Foto: Estefanía Leal El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el crecimiento mundial se desacelere del 6% en 2021 al 3,2% en 2022 y al 2,7% en 2023.

 Este es el perfil de crecimiento más débil desde 2001, a excepción de la crisis financiera mundial y la fase aguda de la pandemia del covid-19. El FMI mantuvo la proyección para este año, pero redujo en 0,2 puntos porcentuales la de 2023 respecto a su informe de actualización del pasado julio.

 El organismo analizó que “la actividad económica mundial está experimentando una desaceleración generalizada y más pronunciada de lo esperado, con una inflación más alta que la registrada en varias décadas”, en su informe Perspectivas Económicas Mundiales, publicado ayer. 

 La crisis del costo de vida, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa a Ucrania y la persistente pandemia del covid-19 pesan mucho en las perspectivas.

 El organismo advierte que los riesgos siguen siendo “inusualmente grandes”: la política monetaria podría calcular mal la postura correcta para reducir la inflación; trayectorias políticas divergentes en las economías más grandes podrían exacerbar la apreciación del dólar estadounidense; el endurecimiento del financiamiento mundial podría desencadenar problemas de deuda en los mercados emergentes; y un empeoramiento de la crisis del sector inmobiliario de China podría socavar el crecimiento.

 “En resumen, lo peor está por venir, y para muchas personas 2023 se sentirá como una recesión”, alertó el Fondo. Potencias Las economías más desarrolladas, como las europeas, se están viendo especialmente afectadas, por el impacto de la guerra en Ucrania.

 El crecimiento económico de Estados Unidos fue de 5,7% en 2021, pero las proyecciones son de 1,6% en 2022 y solo 1% para 2023, según el FMI. China registró 8,1% de crecimiento en 2021 y se proyecta que solo crecerá 3,2% en 2022 y 4,4% en 2023.

 Estas proyecciones son muy similares a las realizadas por el FMI en julio (los ajustes fueron mínimos), pero en el caso de Rusia, la diferencia es un poco mayor. Efectivamente, Rusia cerró con 4,7% de crecimiento en 2021 y el FMI proyecta que su economía caerá 3,4% este año y volverá a contraerse en 2023 aunque 2,3%. Los valores negativos en Rusia son producto de la guerra y de las sanciones internacionales que castigan su economía. 

 En casi todos los países del mundo, el crecimiento proyectado para este año es bastante menor que el que alcanzaron en 2021. En América Latina y el Caribe se pronostica una expansión de 3,5% en 2022 y 1,7% en 2023. El crecimiento para 2022 es 0,5 puntos porcentuales más alto que lo proyectado en julio, “lo que refleja una actividad más fuerte de lo esperado en la primera mitad de 2022 en parte, por los precios favorables de las materias primas, condiciones de financiamiento externo aún favorables y la normalización de actividades (poscovid-19) en sectores intensivos en contacto”, evaluó el FMI. “Sin embargo, se espera que el crecimiento en la región se desacelere a fines de 2022 y 2023 a medida que se debilite el crecimiento de los países socios, se endurezcan las condiciones financieras y se debiliten los precios de las materias primas”, advirtió. Uruguay En un contexto internacional de crisis, las proyecciones de crecimiento para Uruguay son de 5,3% para 2022 y de 3,6% para 2023.

 Esto se ubica por arriba de las proyecciones del FMI en abril, cuando estimó un alza de 3,9% en 2022 y 3% en 2023. También el 2022 significa una mejora con respecto a 2021, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) aumentó 4,4%. Para Uruguay el FMI proyecta una inflación de 8,9% al cierre de 2022 (actualmente es 9,95%) y 7,2% en 2023. 

 Desde el punto de vista cualitativo, el informe destaca de Uruguay su política hacia la descarbonización (a través de incentivos fiscales en ciertas áreas, subsidios en las compras de autos eléctricos, e inversiones en el transporte público ecológico) y su agenda de mitigación del impacto del cambio climático, entre otros frentes.

 “Queda por ver si estos incentivos son suficientes para ampliar el apoyo a una mayor rigurosidad en el impuesto al carbono, que actualmente se aplica solo a las naftas”, planteó el FMI. A su vez, el organismo cuestionó “la falta de una ruta de mitigación basada en reglas, que indique específicamente cómo y las condiciones bajo las cuales se ajustarían los objetivos de intensidad de emisiones sectoriales (de carbono)” en Uruguay. 

Eso “podría crear incertidumbre para las decisiones de inversión privada a largo plazo”, agregó. El Fondo señaló que “si bien el marco del impuesto al carbono del país aún está en sus inicios, delegar la evaluación periódica de la política climática y el progreso a un organismo independiente mejoraría la transparencia y la confianza.

 Tal transparencia sería crucial no solo a nivel local sino también internacional, dado el plan del gobierno uruguayo para emitir bonos soberanos vinculados a la sostenibilidad atados a su agenda de mitigación climática”.

 Inflación La inflación es uno de los principales factores negativos que seguirá impactando al mundo lo que queda de año. El FMI prevé que la inflación mundial aumente del 4,7% en 2021 al 8,8% en 2022, pero disminuya al 6,5% en 2023 y al 4,1% en 2024. En América Latina y el Caribe, la inflación estuvo en 9,8% en 2021 y el FMI proyecta que se elevará hasta 14,1% (en abril había proyectado 11,2% en 2022), para bajar a 11,4 % en 2023.

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