lunes, 19 de mayo de 2008

La vida de Aparicio

Nació el 16 de agosto de 1856 en el departamento de Cerro Largo, y fue el cuarto hijo de trece, que tuvieron Francisco Saraiva y Propicia Da Rosa. Su padre era brasilero, y aunque Saraiva era su apellido, en Uruguay era conocido como Saravia. La familia de Aparicio tenía campos a ambos lados de la frontera Uruguay - Brasil.
Aparicio, destacado por su inteligencia, fue enviado a la escuela en Montevideo, pero al poco tiempo, se escapó del internado para volver a su casa y se integró con tan solo catorce años a la Revolución de las Lanzas (1870 - 1872). Allí se le dio el grado de cabo, y desde entonces surge el apodo "cabo viejo" que le darían sus hombres más adelante.
Luego de este episodio, Aparicio vuelve a su casa y se dedicará por varios años junto a su familia a las tareas del campo.
En 1875 junto a dos de sus hermanos, se integró a la Revolución Tricolor, siguiendo a Ángel Muníz.
En 1877 se casó con Cándida Díaz, quien fuera sobrina de Gregorio Suárez (caudillo colorado).
Años más tarde, en 1886 participó en la Revolución del Quebracho. A partir de allí, Aparicio Saravia se instalará en la estancia de su propiedad llamada El Cordobés, y que sería por muchos años su cuartel general.
En 1893 se une junto a sus hermanos Gumersindo y Mariano, a la guerra civil brasileña. Gumersindo fallece en 1894, a causa de una herida de bala. A partir de este momento Aparicio es nombrado general, pero tuvo que dar la retirada con sus hombres, por ser una batalla perdida. Regresó a su estancia en Uruguay en 1895, continuando con la actividad rural. Se comprometerá con el Partido Nacional, y se enfrentará al gobierno colorado de la época, presidido por Idiarte Borda. También estaría enemistado por Justino Muníz quien era el candidato blanco más importante de Cerro Largo.
En 1895 se realizó una reunión con más de mil personas blancas de la zona y Aparicio fue proclamado general. Luego fue a Montevideo donde se reunió con el Directorio del Partido Nacional. De allí surgió que el Directorio estaba en contra de la creación de un movimiento armado, y de provocar una revuelta.
De regreso a Cerro Largo, continuó con la organización de un movimiento armado, pero ahora en forma secreta y conspirativa.
En noviembre de 1896, Aparicio junto con 80 hombres se trasladaron al departamento de Rivera donde leyó una proclama instando a los blancos a levantarse en armas contra el gobierno colorado, pero este movimiento se disolvió rápidamente al carecer de apoyos y de buena organización. A partir de allí Aparicio se trasladó a la localidad de Bagé en Brasil donde se reorganizó. La revolución de 1897 fue un éxito tanto político como militar y culminó con el Pacto de la Cruz. A partir de allí Aparicio fue el jefe de todo el Partido Nacional y organizó un poder paralelo al del gobierno de Juan L. Cuestas. En su estancia El Cordobés tuvo el centro de organización y logró que 6 departamentos del país, fueran dirigidos por 6 jefes políticos blancos que lo siguieran como líder indiscutido.
Su relación con los integrantes del Directorio del Partido Nacional no fue muy estrecha ya que él era un hombre que no gustaba de la vida de la ciudad y del trato con los "doctores". Sobre todo fue deteriorándose la relación con Eduardo Acevedo Díaz.
En 1903 se realizaron las elecciones nacionales donde surgió electo presidente de la república José Batlle y Ordóñez, hombre perteneciente al Partido Colorado. Eduardo Acevedo Díaz fue expulsado del P. Nacional (ya lo había vaticinado el propio Saravia) y consiguió que Batlle y Ordóñez designara a dos de los seis jefes políticos departamentales, a personas del grupo de Acevedo Díaz. Esto provocó un aumento de la tensión existente hasta el momento.
Mientras Saravia era el emblema del Uruguay rural del siglo XIX, Batlle y Ordóñez era la imagen de la vida urbana, europeizada, comercial e industrial.
En marzo de 1903, Aparicio Saravia reunió a 15.000 hombres para lanzarse a la lucha armada, pero tras arduas negociaciones, se acordó evitar la guerra civil. Fue histórico el día en que desfilaron ante Aparicio despidiéndose, casi 20.000 hombres que lo vivaron al grito de "¡viva el general!" o "¡vivan los gauchos!". De todas maneras en el transcurso de ese año los dos bandos se fortalecerán en organización y en hombres.
En enero de 1904, se desató la que se conocería como la Revolución de 1904, parecida a la de 1897 pero más grande y sangrienta. Luego de 8 meses de batalla, los revolucionarios llevaban las de ganar. Pero el 1ro. de setiembre Saravia fue herido de bala en la llamada Batalla de Masoller. Falleció el 10 de setiembre refugiado en una estancia en territorio brasilero. Luego de su fallecimiento su ejército se disolvió. El 24 de setiembre las tropas de Saravia se rindieron en lo que se conoce como la paz de Aceguá.
Fuente: La Escuela Digital (www.escueladigital.com.uy)

Wilson Ferreira Aldunate

Nace el 28 de enero de 1919 en Nico Pérez, departamento de Lavalleja. Hijo del médico Juan Ferreira y de Fortunata Aldunate.
En 1920 se traslada con su familia a la ciudad de Melo.
En 1933 llega a Montevideo e inicia su actividad política en el Partido Nacional en tiempos del golpe de Estado de Gabriel Terra.
En 1939 se integra al grupo “Acción Democrática Social” que lideraba Carlos Quijano.En 1942 se incorpora a “Reconstrucción Blanca”.
Contrae matrimonio en 1944 con Susana Sierra. Tiene tres hijos, Gonzalo, Silvia y Juan.En 1958 es electo Diputado por el departamento de Colonia.
En 1962 es electo Senador. Asume con Ministro de Ganadería y Agricultura. Desde el Ministerio crea la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) realizando un diagnóstico integral y una propuesta de soluciones, la que no resultó finalmente aprobada por la oposición de sectores del Partido Colorado, Nacional y del Partido Comunista.
En 1966 es reelecto Senador. Se impone desde su banca como un fiscal implacable del gobierno de Pacheco Areco, derribando tres Ministros en legendarias interpelaciones parlamentarias.
En 1971 es candidato a la Presidencia por el movimiento “Por la Patria” y el Movimiento Nacional de Rocha. Fue el candidato más votado pero perdió por 12 mil votos las elecciones.
El 27 de junio de 1973 el gobierno de Bordaberry disuelve las cámaras. En el Senado reunido en sesión extraordinaria cinco minutos antes de la medianoche se escuchan los últimos discursos con los cuales se cerrarían 31 años de democracia. Wilson Ferreira decía “Y perdonen que yo, antes de retirarme de sala, arroje al rostro de los autores de este atentado el nombre de su más radical e inconciliable enemigo que será, no tengan la menor duda, el vengador de la República: viva el Partido Nacional!”.
En 1976 salva su vida cuando un escuadrón va por el Senador Zelmar Michellini y el Diputado Héctor Gutiérrez Ruiz. Se refugia en la Embajada de Austria e inicia un combate internacional contra el régimen militan, hablando ente el Senado de los Estados Unidos logrando que éste suspenda la asistencia militar a la dictadura militar.
El 16 de junio de 1984 Wilson Ferreira cruza en el “Vapor de la Carrera” desde Buenos Aires el Río de la Plata en un ejemplo máximo de desprendido amor por su patria. En un dispositivo de guerra para impedir el contacto del líder nacionalista con los miles de personas que lo esperan, lo apresan y los trasladan en Helicóptero hasta el Cuartel de Trinidad donde lo mantienen encarcelado hasta pocos horas después de las elecciones; hecho que remarca el pacto acordado por los Militares, el Partido Colorado y el Frente Amplio: evitar de cualquier manera que Wilson Ferreira gane las elecciones y cumpla así sus palabras del 27 de junio del 73.
Tras una larga espera de once años, el 25 de noviembre de 1984 el Uruguay vuelve a vivir la fiesta de la democracia, pero la ausencia del líder nacionalista enluta la jornada.
Liberado el 30 de noviembre, una caravana multitudinaria lo condujo hasta Montevideo. Entrada la madrugada del 1º de diciembre Wilson Ferreira llega a la Explanada Municipal donde estaba previsto un acto de bienvenida por el Partido Nacional. En una de las más emocionantes concentraciones políticas de la historia del país, Wilson Ferreira vuelve a sorprender por su grandeza cívica anunciando su apoyo al gobierno electo.
En 1986 contribuye a la pacificación del país con su apoyo a la ley de caducidad. Muchos aseguran que esto fue lo que le quitó la vida.
El 15 de marzo de 1988 fallece en Montevideo víctima de cáncer.
(En base a “Biografías” del Dr. Roberto Mariño).

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