miércoles, 14 de mayo de 2008

Letras y temas de los primeros tangos

Lo dice el escritor Blas Matamoro en la Historia Popular/Vida y Milagros de nuestro pueblo, 1971 “que resulta imposible determinar cuál fue el primer tango que se conoció porque, como queda dicho, se trata de un género híbrido, que se fue formando poco a poco, y porque fue común, en sus comienzos, que tomara prestada melodías de habaneras españolas”. El carácter general de las letrillas primitivas y de los títulos combina la picardía con la reiteración de temas sexuales o prostíbulos y la franca pornografía. Entre los tangos más antiguos que se conocen se cuentan: El Queco: data de 1874, cuando se sabe que lo cantaron las tropas del general Arredondo al entrar en Córdoba y San Luis, en la sublevación mitrista que siguió a las elecciones de 1874. De allí pasó a los bailes característicos de los alrededores castrenses, de manera que dio nombre, o lo recibió, de estos lugares, en que solían instalarse los “ cuartos de las chinas”. Queco es sinónimo de burdel y de la danza de burdel, o sea que se lo puede considerar equivalente a tango. Julian Aguirre recopiló su música en sus Aires Criollos, No. 3. Bartolo: Carlos Vega sostiene que “Bartolo toca la flauta” es la antigua habanera llegada a Buenos Aires como “Tango de la casera” y popularizada luego, unos veinte años después de su importación, hacia 1880, con el porteño nombre de “Andate a la Recoleta” . Era una expresión común en la época: ir a la Recoleta significaba irse de juega, y venir de la Recoleta, estar extenuado por los excesos de la diversión. En todo caso se hacía referencia a los bailes del barrio de la Recoleta (entre ellos “El Prado Español” de la avenida Quintana, primer sitio en que se permitió bailar públicament el tango a parejas de hombres y mujeres) y a las romerías de la Virgen del Pilar, que daban lugar a grandes fiestas populares, no precisamente piadosas. Francisco Hargreaves, músico culto, autor de la primera ópera argentina – “La Gata Blanca” – lo recopiló y publicó en 1900.
Dame la lata: Quizá sea el tango porteño con la melodía original más antiguo que ha llegado hasta nosotros. Su título evoca una escena del prostíbulo: al llegar, el cliente pagaba su consumición y recibía una latita como prueba del pago. Al entrar en el cuarto de la pupila se la entregaba. Cuando el rufián visitaba el quilombo, exigía de sus pupilas la entrega de las latas, para calcular la parte que le correspondía.
El entrerriano: Es generalmente aceptado que su autor es Rosendo Mendizábal, pianista mulato en varias casas de baile de la época. En una de ellas, quizá en lo de Laura o en lo de María la Vasca, estrenó su pieza en 1896. Después Ernesto Poncio habría de cuestionarle la autoría, apoyado por la opinión del dramaturgo y crítico José Antonio Saldías. Está dedicado a algún habitual de la casa que había nacido en Entre Ríos.
Otros títulos de la época muestran los rasgos ya apuntados: “El Choclo”, “El serrucho” y “La Budinera” son metáforas de órganos corporales: “Taquerita” alude a la ya mentada taquera; “El fierrazo es el orgasmo; los siguientes son títulos picarescos o pornográficos: “Embadurnarme la persiana”, “Colgate del aeroplano”, “No me pisés la pollera”, “Aquí se vacuna”, “Golpiá que te van a abrir”, “Bronca con la percanta”, “Sacámele el molde”, “Soy tremendo”, “Chiflale que va a venir”, “Que rana para un charco”, “No empujés caramba”, “Cuidado con los cincuenta” de Villoldo, se refiere a los cincuenta pesos de multa a quien molestara a una mujer en la calle.

En cuanto a las letras, de las más antiguas sólo llegaron a nosotros fragmentos a más de las coplas del folclore de prostíbulos que recogen las antologías. Invariablemente son versos directamente pornográficos. Los hermanos Bates, en su Historia del tango, recogen algunos que por su lenguaje resultan irreproducibles.

A su vez, años más tarde, pero en la misma tesitura, Caruso pone versos a “La Chacarera” (famosa ramera de Avellaneda), de Juan Maglio: “Chacarera, Chacarera, Chacarera de mi amor,/ si yo te pido una cosa/ no me contestes que no/ Chacarera, Chacarera, no me hagas más sufrir/ todos duermen en tu cama/ yo también quiero dormir/ La Chacarera tiene una cosa que ella guarda con gran cuidado/ porque es chiquita y es muy sabrosa”

Estas letrillas eran cantadas por la concurrencia en la antesala de los burdeles, en tanto esperaban turno. El pianista o la orquestita de tangos acompañaba al improvisado coro y a los bailes, que generalmente se practicaban entre hombres, ya que las mujeres del local estaban trabajando en sus cuartos. A veces el solo lo llevaba a cabo la madama del establecimiento, generalmente una ex ramera entrada en años. Al establecerse las casas de baile, ya en el siglo XX, estas madamas solían aparecer como sus regentas”.

Fuente: De Norte a Sur

Ágata de 130 millones de años viaja a Francia

Una geoda de 130 millones de años que fue encontrada hace 41 años en Artigas hará el peregrinaje de la piedra del corazón en Francia ya que, según sus dueños, “tiene una energía extraordinaria y representa un canal de fe”. La piedra fue descubierta por el particular Laires Luciano Lucas cuando, supervisando las piedras extraídas de su cantera en Artigas, descartó una por ser hueca. La tiró de su camión y se partió en dos partes casi iguales, dejando ver que en su interior había inscripciones. La juntó y advirtió que tenía la forma de un corazón. Desde ese momento la familia Lucas conservó la piedra y la definió como “la piedra del corazón que se abrió al mundo”. Encontrada en la zona de Parada Fariña, se trata de un ágata, con forma de corazón por fuera, con canales por dentro que parecen sus músculos y un orificio que semeja la salida de las arterias. Estudios realizados por el geólogo uruguayo Claudio Gaucher determinaron que tiene una antigüedad de 130 millones de años, además de indicar que sus inscripciones podrían haber sido hechas luego de su formación. Con la ayuda de un amigo experto en escritura antigua, llegó a la conclusión que hay dos escrituras que, por su grafía, se parecen a lo que hay grabado en la piedra: el hebreo y la rúnica.
Las imágenes y símbolos en relieve que aparecen en su interior fueron hechos en base a puntos brillantes. Hay inscripciones como una “J” o una “C”, que se supone puedan ser de Jesús o de Cristo, además de un pez que puede interpretarse como un símbolo cristiano, según dijo al diario El País uno de los hijos del descubridor, Hugo Lucas. Además, se ven 13 signos y la palabra “mil”, que puede ser de milenio, y una mujer llevando un niños en brazos, que podría ser la Virgen María con el niños Jesús.


La piedra se exhibe para todo aquel que quiera visitarla, como personas con problemas de salud que llegan de distintas partes del país y del exterior creyendo en la particular energía del ágata. Precisamente un grupo de franceses devotos de cosas y lugares místicos son los que quieren que Hugo lleve la piedra a París a mediados de este año y haga el peregrinaje de la piedra del corazón, que comienza en la capital francesa y visita 10 ciudades de ese país.


Fuente: Diario El País

Bellezas naturales patagónicas: Nahuel Huapi, el pionero de los Parques Nacionales

Es uno de los diez que tiene la Patagonia y el primero de la Argentina y Sudamérica. La donación de tierras efectuada por el Perito Francisco P. Moreno el 6 de noviembre de 1903, constituye el núcleo sobre el cual se creó -en el año 1934- el Parque Nacional Nahuel Huapi. Por su valor ecológico y paisajístico, protege una extensa área representativa de la región andina del norte de la Patagonia.
Comenzó el otoño. Un camino de hojas rojas, ocres y amarillas cubren algunos caminos del Parque Nacional Nahuel Huapi (Isla del Tigre en mapuche). Sus 705 mil hectáreas comprenden el sudoeste de la provincia de Neuquén y el noroeste de la provincia de Río Negro. Es un parque que atrae por la diversidad de su naturaleza.


La inmensidad del lago Nahuel Huapi se aprecia en su totalidad desde las alturas. Son 560 km2, con una profundidad máxima de 464 m. Allí se encuentran la Isla Victoria y otras como Fray Menéndez, Huemul y el Islote Centinela donde yacen los restos del Perito Francisco P. Moreno. Pero también hay otros lagos importantes como el Gutiérrez, el Mascardi, el Hess, el Fonk, el Frías, el Martín, el Traful y el Guillelmo, y lagunas de altura como la Negra, la Schmoll, la Tonchek y la Jacob. Frente al Nahuel Huapi se imponen cerros que se encuentran a unos 1.600 metros del nivel del mar y forman parte de la región andina patagónica del parque. En pocos meses estarán cubiertos de nieve e impondrán un nuevo tono y ritmo a la zona. Sin embargo, las nieves del Cerro Tronador se exhiben eternas, aunque en otoño, los desprendimientos no suenan con tanta fuerza como en primavera. Las montañas están cubiertas por bosques de ñires, pero en sus partes más altas abundan las Lengas, y en las más bajas los Coihues. En otoño y en invierno las flores rojas del nativo quintral constituyen el sustento del picaflor rubí, que es el principal polinizador de las plantas leñosas. Mientras que el monito de monte, un peculiar y pequeño marsupial, se encarga exclusivamente de la dispersión de las semillas. En estas estaciones, el rojo del fruto de la rosa mosqueta abunda en la región. De la misma manera que en primavera lo hacen el rosa de sus flores, los amarillos de las retamas o los diversos tonos de los lupinos. Es provocadora la belleza de todas ellas, al igual que la de los bosques de pino, pero desafortunadamente varias de estas especies introducidas por los colonos extranjeros se convirtieron en plaga. A las especies introducidas se las llama exóticas, si no hay control, su presencia produce un gran impacto en las especies autóctonas. Peces nativos, como el puyén o pejerrey patagónico, se arrinconaron frente a la presencia de la exótica trucha. El ciervo colorado, el ciervo dama, el jabalí y la liebre son otros de los animales exóticos que causaron impacto en la zona. Es por eso que se permite la caza y la pesca reglamentada y autorizada en distintas temporadas del año. De esta manera se intenta preservar el equilibrio. Los días de lluvias frecuentes aún no han comenzado en esta área. Sin embargo, en otro extremo del Parque, en la zona de Puerto Blest, las precipitaciones alcanzan los 4.000 milímetros anuales, con lo cual es probable que en estos momentos la lluvia siga alimentando a su selva valdiviana. Como testimonio de que estos bosques estuvieron hace millones de años vinculados a selvas tropicales, atesoran especies de grupos de linaje tropical como cotorras y bambúes (la caña colihue), especies que resultan llamativas en estos parajes nevados. En esa densa vegetación, el gato huiña y el pudú encuentran un refugio seguro y el croar de los anfibios se mezclan con las voces de los chucaos, rayaditos o carpinteros negros Hacia el Este abunda el bosque de ciprés, pero también se encuentran radales, ñires y maitenes. Es maravilloso ver la faja de transición con la estepa patagónica, las precipitaciones disminuyen creando un escenario de cañadones hasta llegar finalmente a los pastos amarillos y anaranjados que dan color a la estepa. Se pueden ver al gavilán ceniciento o al halconcito colorado merodear por la zona y con menos frecuencia a zorros, pumas y guanacos.Otra característica propia del Parque es la cantidad inusual de especies de distribución restringida que alberga, como el tuco-tuco colonial, un roedor que vive en madrigueras subterráneas, la rana del Challhuaco y una planta llamada senecio carbonensis. En cuanto a su patrimonio cultural, concentra una gran cantidad de pobladores y propiedades privadas existentes antes de su creación. También preserva sitios petroglifos y pinturas rupestres de más 10 mil años, y recientemente fue reconocida la Comunidad Mapuche Wiritray que está en la cabecera norte del Lago Mascardi. La Intendencia de este Parque ha realizado un buen trabajo para su conservación y para que a través de actividades terrestres y náuticas se lo pueda disfrutar. Pero aún hay situaciones complejas que enmendar como por ejemplo la visita masiva o las propiedades privadas que complican su conservación. Mientras tanto continúa trabajando para solucionar problemas surgidos por la ganadería extensiva, la tala y caza ilegal, el control de las especies invasoras exóticas o los incendios. Los centros turísticos más importantes cercanos al Parque son San Carlos de Bariclohe (Río Negro) y Villa La Angostura (Neuquén).


Fuente: Por Stella Analía Piris sapirispress@gmail.com

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