n foto de Kim Kardashian en la gala anual del Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York, impulsó al ayudante del fiscal del distrito de Manhattan y antiguo jefe de la unidad de tráfico de antigüedades, a resolver un antiguo misterio criminal. En 2018, Kardashian asistió a la velada del Met con un llamativo vestido brillante con corsé de Atelier Versace y se tomó una foto con un antiguo sarcófago egipcio, que casualmente hacía juego con su atuendo dorado.
Esta imagen ayudó a Matthew Bogdanos, antiguo jefe de la unidad de tráfico de antigüedades del fiscal neoyorquino para solucionar un viejo enigma delictivo.
Según informó el periódico The New York Post, todo comenzó cuando la modelo posó junto al ataúd de Nedjemankh, un sacerdote que murió durante la dinastía ptolemaica que gobernó en el Antiguo Egipto desde la muerte de Alejandro Magno hasta el año 30 a. C., en que se convirtió en una provincia romana.
El féretro con incrustaciones de oro y piedras preciosas del alto sacerdote egipcio Nedjemankh, perteneciente al siglo I a.C., tuvo un dramático viaje post mortem desde la región egipcia de al-Minya hasta las sagradas salas del Met en Estados Unidos. En 2011, durante la revolución egipcia que duró 18 días, un grupo de ladrones desenterró el ataúd y, dos años después, lo envió a un anticuario de Sharjah, el tercer emirato más grande de los Emiratos Árabes Unidos.
Allí, el comerciante Hassan Fazeli falsificó un formulario de exportación en el que intencionadamente etiquetó la antigua reliquia como grecorromana para no levantar ninguna sospecha sobre el verdadero origen del sarcófago.
Más tarde, Fazeli vendió el féretro a Roben Dib, el gerente de la famosa galería Dionysos de Hamburgo en Alemania. Por su parte, Dib adulteró una licencia de exportación egipcia para afirmar que el ataúd de Nedjemankh había sido exportado de manera legal 40 años antes.
En 2018, el sarcófago de Nedjemankh llegó finalmente al Met a través de Christophe Kunicki, un experto en antigüedades francés, y de Richard Semper, un comerciante, que quizás no sabían dónde había estado la reliquia antes de que llegara hasta ellos. Sin embargo, ambos vendieron la reliquia al Met, que se sumó sin saberlo al comercio ilegal de antigüedades por un valor de 4 millones de dólares.
Después de que la foto de Kardashian junto al sarcófago se viralizara en las redes sociales, los investigadores pudieron identificar el codiciado ataúd porque los saqueadores originales habían dejado accidentalmente un hueso del dedo que demostraba que se trataba efectivamente del féretro de Nedjemankh.
En consecuencia, las autoridades detuvieron a Dib en Hamburgo y la tumba fue devuelta sana y salva a El Cairo.
Así, gracias a la instantánea de Kardashian en la gala anual del Met, los investigadores lograron finalmente resolver lo que estaba considerado como un misterio.
Por su parte, el director general del Met, Daniel Weiss, pidió disculpas al pueblo egipcio, especialmente al ministro de Antigüedades, Jaled El-Enany. “Después de enterarnos de que el museo fue víctima de un fraude y participó involuntariamente en el comercio ilegal de antigüedades, trabajamos con la fiscalía para su devolución a Egipto”, indicó Weiss en un comunicado.
Además, el responsable del museo añadió que “considerará todos los recursos disponibles para recuperar el precio de compra del ataúd” y se comprometió a “revisar y modificar su proceso de adquisiciones” en el futuro
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