Es una malformación congénita que afecta a 1 de cada 850 niños. Equipos médicos de los hospitales provinciales Mi Pueblo y El Cruce trabajan en red para operar y realizar el seguimiento de cada caso. Con menos de 2 años, Tiziano superó con éxito la segunda cirugía.
Tiziano, un bebé del Conurbano, es uno de los 35 chicos que, en menos de un año ya consiguieron operarse de una fisura de labio y paladar. El mal llamado labio leporino afecta a 1 de cada 850 chicos y acarrea severas complicaciones para comer, beber, además de incrementar el riesgo de infecciones.
En los hospitales de El Cruce y Mi Pueblo, ambos ubicados en Florencio Varela, se realizan desde mediados del año pasado, cirugías gratuitas para reparar estas fisuras de labio y paladar en niños, niñas y jóvenes que nacen con esta patología, intervenciones que se realizan con el apoyo del Programa Sumar, que depende del ministerio de Salud de la Nación.
La denominación médica de este trastorno es fisura-labio alvéolo-palatina (FLAP), y según el Registro Nacional de Patologías Congénitas Argentina, se estima que constituyen el 20 por ciento del total de las patologías congénitas, mientras.
El director provincial de Hospitales, Leonardo Busso, quien fue uno de los impulsores de la iniciativa en El Cruce, explicó se conformó “un equipo multidisciplinario, que articula los esfuerzos en la alta complejidad que realiza el hospital ‘El Cruce’ con el seguimiento del paciente que ejecutan diversos especialistas del hospital provincial Mi Pueblo”
En ese sentido, la ministra de Salud bonaerense, Zulma Ortiz, explicó que “para el abordaje de estas malformaciones en niños y niñas se necesita el aporte de diversos especialistas y la conformación de redes como la que generamos en Varela, porque garantizan el correcto diagnóstico, la cirugía de alta complejidad y el seguimiento”. Dada la frecuencia de esta malformación, agregó, se prevé conformar otros polos de atención en red en diversas regiones sanitarias.
Las fisuras-labio-alvéolo-palatina (FLAP) se caracterizan por afectar las estructuras de la cara, “donde los componentes que la constituyen no consiguen juntarse en la línea media durante la gestación”, explicó el cirujano a cargo de estas operaciones en El Cruce, Alejandro Silvestrini. El experto agregó que en un 20 por ciento se asocian a otras patologías congénitas, como las cardiopatías.
LA HISTORIA DE TIZIANO
Hace una semana, en brazos de su mamá Patricia, Tiziano ingresó al hospital El Cruce a las 8 de la mañana. Tuvo que levantarse temprano en su casa de Luis Guillón porque el doctor Silvestini y su equipo le habían dado fecha para su segunda operación de paladar.
Cuando tenía apenas cuatro días, sus padres hicieron la primera consulta con un especialista. “Supe que mi hijo iba a tener este problema cuando tenía cinco meses de embarazo. Me lo diagnosticaron a través de una ecografía. Lloré mucho y no sabía qué hacer porque no conocía acerca de la enfermedad”, relata ahora su madre.
El niño fue derivado al hospital “Mi Pueblo” donde comenzó con el tratamiento, hasta que ingresó al hospital “El Cruce”. La primera operación se realizó con éxito y ese fue el comienzo del tratamiento. Hoy a Tiziano ni siquiera se le nota la fisura. Su carita está impecable. Y aunque sus padres saben que el camino es largo, dieron a tiempo los primeros pasos y lograron revertir el curso de un mal congénito que ponía en riesgo la vida del bebé.