Es la estampa de la desesperación de buena parte del pueblo afgano. Cientos de personas corren en las pistas del aeropuerto de Kabul con la vaga esperanza de subir a bordo de un avión del Ejército estadounidense que se dispone a despegar y marcharse muy lejos de un país a merced de los talibanes. Varias personas han muerto este lunes mientras intentaban acceder a uno de estos aparatos.
Al menos dos, cayeron de un avión en marcha, y otras tres fallecieron por disparos tras una confusa refriega entre un talibán y militares estadounidenses.
El pánico y el caos del aeropuerto contrastan con la aparente calma que reina en las zonas controladas por los talibanes.
Sus portavoces insisten en que no tomarán represalias contra la población, aunque hay noticias de saqueos y abusos por parte de sus milicianos en algunas localidades.
Tras 20 años de guerra, los talibanes han tomado Afganistán en apenas unos días y casi sin disparar un solo tiro.
El Ejército afgano, varias veces superior en número, pero muy desmoralizado por la retirada de las tropas estadounidenses, huyó despavorido ante su presencia... como también lo hicieron decenas de miles de personas de todo el país que buscaron un refugio hoy imposible en la capital.
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