Abiertos, con los estantes llenos y con una oferta variada. Así están en la actualidad muchos supermercados de Caracas y otros muchos en Venezuela, donde hoy por hoy el problema no es escasez de alimentos y productos sino la imposibilidad de comprarlos.
Tras más de siete años de recesión y cuatro de hiperinflación, muchos ciudadanos no pueden hacer frente a unos precios que deben ser pagados en dólares estadounidenses. Yosmar Sanguino, al cargo de sus dos hijas y tres nietos, lo resume en pocas palabras: "Ahora todo es en dólares. ¿Y el que no tiene dólares? ¿Qué puede comprar el que no tiene dólares?".
En Venezuela, la inmensa mayoría de los salarios son pagados en bolívares, pero la moneda oficial es cada vez más inútil. Los alimentos se han convertido en producto de lujo, y la cesta de la compra para una familia de cinco personas ronda los 390 dólares. Simplemente inalcanzable.
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