Allí se alojó José Artigas en 1811, con su pueblo en marcha hacia el Ayuí. Allí se alojaron Los Treinta y Tres Orientales el 28 de abril de 1825, previo al Abrazo del Monzón. Cayetano y Aboiré. Cayetano de Oliveira, representante de negocios de Portugal, llegó a nuestro país a principio del Siglo XIX y se estableció en tierras de la Cuchilla del Perdido, sobre el Arroyo Monzón. Allí fundó su Estancia a la que llamó “Los Altos” y que abarcaba 22 suertes de campo.
Cerca de esa zona había una toldería charrúa y como don Cayetano era proclive a "hacer amistad", se ganó la buena voluntad del jefe de la tribu, el cacique Guarabé. Una de las hijas del cacique, Aboiré por esa época tenía 15 años, cuando don Cayetano la pidió al cacique Guarabé con la promesa de educarla y más tarde hacerla su esposa. En 1809, don Cayetano envió a la indiecita, con una persona de su confianza, a un convento religioso de Buenos Aires para que recibiera educación. Aboiré estuvo internada en ese Convento durante 5 años.
En octubre de 1811 don Cayetano dio albergue a la columna artiguista en el éxodo rumbo al Ayuí. Después renunció a su cargo de Representante de Negocios de Portugal, castellanizando su apellido lusitano de "Oliveira" por "Olivera". A partir de ese momento el portugués se consideró un exiliado.
En 1814, cuando Aboiré cumplió 20 años, con el padrinazgo de los López Azcuénaga se le cristianizó cambiando su nombre indígena por el de Silveria o María Silveria y adoptando por apellido el de sus padrinos. Ese año se casaron, cuando Cayetano tenía 37 años. La pareja se alojó en la estancia “Los Altos”. Cuando Aboiré quiso visitar su toldería natal ya no quedaba rastro de su tribu, y nunca más supo de ella, quizá por sus costumbres nómadas o por las incursiones del hombre blanco. Aboiré, en lengua charrúa significa “tardecita tranquila”.
La vieja estancia Los Altos del Perdido, que en los comienzos del siglo XX perteneció a la compañía inglesa River Plate, compañía inglesa.
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