Vuelve la gira de cine uruguayo más importante del país, con la proyección de la película “Mirador”, este sábado 11 de marzo a las 20:30 horas en la Explanada de la Intendencia. El 100% de las funciones serán alimentadas con la energía que genera el propio público en tiempo real pedaleando en nuestro sistema de bicicletas. La Explanada de la Intendencia se transformará en verdaderas salas de cine con una pantalla inflable gigante, sonido digital y proyección en calidad de cine.
En todas las funciones, la energía necesaria para las exhibiciones será generada por el propio público, usando el sistema EFECTO PEDAL (único en el continente) con 12 bicicletas generadoras, estaciones libres para que el público use sus propias bicicletas y 1 pedal de mano para generar accesibilidad a personas en sillas de ruedas o que no puedan por algún motivo subirse a las bicicletas.
El sistema está diseñado para el uso de público de toda edad.
Nuestra Huella
VERANO A PEDAL es también la Primera Gira de Cine Itinerante en el mundo que neutraliza el 100% de sus emisiones de carbono y genera desde el comienzo de su primera gira en 2015 la implementación de medidas para la reducción y neutralización de sus emisiones.
Para esto es el único proyecto nacional que lleva a cabo en cada una de sus funciones la plantación de especies de árboles autóctonas en áreas seleccionadas y preparadas en conjunto con los gobiernos locales de cada departamento.
Efecto Pedal
EFECTO CINE propone con su sistema EFECTO PEDAL eventos culturales en los que la energía eléctrica necesaria se consigue a partir de la utilización de bicicletas. En ellas, el público pedalea y logra sostener el evento completo con su propio esfuerzo.
Es una plataforma única en el mundo que permite exhibir cine para hasta 1.500 personas y en donde salud, medioambiente y cultura se unen para generar un evento sustentable, participativo y en un espacio lúdico y de convivencia.
Según el protagonista de esta película, él pertenece a una generación criada por Disney y padres divorciados, lo que le lleva al inevitable fracaso en sus vínculos amorosos. Partiendo desde este contraste que conmueve al personaje, la película plantea sus conflictos desde el humor. Porque además del presente sacudido por un loco e instantáneo amor, en Julio hay una herencia de peso: la de una familia de comunistas muy comprometida con la militancia política que no recibe de la mejor forma su enamoramiento con una turista estadounidense.
Julio es un soñador, a pesar de los años y los amores frustrados ya vividos. Un ser cuyo encanto parece provenir de los tropiezos consigo mismo.
A partir de este núcleo argumental, la película se abre como una comedia romántica, pero sin renunciar a una serie de elementos indefectiblemente uruguayos, donde las guiñadas hacia las tradiciones del género se suman a otros personajes que contribuyen al humor sobre el que está construido el relato.
“Mirador” la película que se exhibirá en la Explanada el sábado 11 de marzo, 20:30.
MIRADOR
Pablo tiene 34 años, es ciego y vive solo en Bello Horizonte. Óscar y Valeria son sus amigos, también ciegos, con los que se va de campamento y a rockear a un concierto. De vez en cuando Pablo escucha unos viejos cassettes en los que ha grabado conversaciones con sus amigos y prepara licores caseros, a los que etiqueta usando una regleta de escritura braille.
Mirador, registra la vida de Pablo y sus amigos con curiosidad y cuidado y, aunque la película de Terni se presenta como un documental, tiene los ritmos y las texturas de una obra de ficción.
La cámara acompaña a los amigos, los registra y se cuenta una historia. El espectador asiste a esa intimidad sagrada y pronto se da cuenta de su privilegio, que es el del cine: está viendo sin ser visto. Y lo que ve es la camaradería y el humor de tres amigos a los que no los une la ceguera, sino el amor. No hay amargura en Mirador, solo pura y franca alegría de vivir, a pesar de las dificultades físicas o económicas que pueden enfrentar los amigos.
La vida no es un desafío a superar, sino que se la toma como viene y se la disfruta con lo que se tiene, que es mucho. En Mirador, la ceguera no es un tema, ni siquiera una condición, es algo que está allí, como la luna o el sol. "Uno solo está perdido cuando quiere volver a algún lugar" -reflexiona Pablo. "Mientras tanto no lo está". Un alegato a favor de vivir el momento presente con la mayor intensidad posible que la película de Terni documenta de manera sensible y afectuosa.
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