domingo, 26 de marzo de 2017

BALANCE Déficit del BPS alcanzó los US$ 440 millones en 2016



MONTEVIDEO (Uypress)- El Banco de Previsión Social (BPS) cerró su balance 2016 con un déficit operativo de US$ 440 millones, que equivale aproximadamente a 0,8% del Producto Bruto Interno (PIB).
Los egresos del organismo previsional se mantuvieron "prácticamente iguales" en términos constantes el año pasado, mientras que los ingresos sufrieron una baja de 1,9% en valores constantes, dijo a El País su vicepresidente Gabriel Lagomarsino. El jerarca señaló que las finanzas del BPS están "en una situación de absoluta estabilidad" y sostuvo que el balance 2016 "fue una fotocopia" del de 2015, cuando el déficit había sido de US$ 390 millones (0,8% del PIB) -con un dólar promedio anual mayor al del año pasado.

Explicó que los egresos por el pago de prestaciones bajaron cerca de 1% al tiempo que los cotizantes (trabajadores formalizados que realizan sus aportes previsionales) cayeron 1,1% impactando en los ingresos del BPS. La cantidad de prestaciones que pagó el organismo tuvo un crecimiento de 0,3% en relación al año anterior.

A su vez, los tributos afectados al BPS -siete puntos del IVA y el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS)- "cayeron un poco en términos reales", detalló Lagomarsino. También destacó una reducción de 14% en valores reales en los gastos de administración del organismo, una evolución que se observó "en todos los rubros inclusive salarios" y ayudó a compensar en parte los menores ingresos.

El balance fue aprobado en la reunión de directorio del miércoles con seis votos a favor y uno en contra, de la representante de los empresarios, Elvira Domínguez.

Para 2017, las autoridades no esperan una situación muy distinta al balance recién aprobado. La estabilidad de las cuentas, sin embargo, va a depender en buena medida de la situación económica y del mercado laboral.


OTRO PROFESIONAL TRUCHO Ejercía como abogada en el Ministerio de Industria sin título


MONTEVIDEO (Uypress)- La “abogada” se desempeñaba como alterna de la Dirección General de Secretaría del Ministerio de Industria.
Leticia Ferrari fue expulsada de las instalaciones, conducida por policías, del Ministerio de Industria con la prohibición de ingresar a la entidad al tiempo que se le inició un sumario administrativo.

La "abogada" había ingresado al Ministerio de Industria en marzo de 2015 en un pase en comisión desde el Codicen. El 27 de ese mismo mes la ministra Carolina Cosse firmó una resolución en la que se nombró a Ferrari como una de las responsables de Transparencia Pasiva del Ministerio.

La falsedad quedó al descubierto después que Ferrari tomara algunas decisiones que despertaran sospechas de otros abogados que trabajan en el Ministerio de Industria. A raíz de ello se consultó a la Universidad de la República y a las universidades privadas constatándose que no hay registros de sus estudios, informó Búsqueda.

Este no es el único caso. Se suma a los inexistentes títulos del vicepresidente Raúl Sendic, el secretario político del FA, Gonzalo Reboledo, y la funcionaria que ejercía como sicóloga en el Ministerio del Interior.

Arrogarse un título que no se posee es un delito que está tipificado en el artículo 167 del código Penal.

FRENTE AMPLIO Decisión unánime del Gobierno para prevenir piquetes en calles y rutas desata polémica en el Frente Amplio




MONTEVIDEO (Uypress) - El Consejo de Ministros en pleno, y unánimemente, aprobó el decreto 480 el pasado 20 de marzo. En él se considera que “Resulta fundamental establecer una normativa que ampare aquellas situaciones donde se vulnera el libre tránsito de las personas”. Desde el Frente Amplio surgen fuertes críticas.
Este decreto, considerado antipiquetes, está fundado en la Ley 19.315. La intención del Gobierno es disponer de medidas para preservar el uso público de calles, caminos y carreteras cuyo tránsito se pretenda obstaculizar o irrumpir por personas, vehículos u objetos.

Si bien la resolución es de la totalidad del Gobierno y firmado por la totalidad de los ministros desde el Frente Amplio se levantaron voces en su contra. La senadora Constanza Moreira, fue una de las primeras en manifestar su discrepancia en forma abierta y pública.

Desde el portal de Casa Grande, sector que lidera Moreira, se emitió una declaración en donde manifiesta su preocupación. En un pasaje de la declaración se dice "Advertimos que la discrecionalidad que se le da al aparato represivo para actuar sobre asuntos políticos suele volverse en contra del pueblo organizado, y que legitimar la represión como forma de solución de conflictos en el largo plazo solo puede ser funcional a fuerzas conservadoras".

en declaraciones que recoge Subrayado el diputado del Partido Comunista, Gerardo Núñez, también se muestra discrepante con el decreto así como lo hace el diputado del Espacio 609 Oscar Groba. Desde el PIT-CNT el dirigente de COFE, José Lorenzo López sostuvo que "un avance más de la represión del Poder Ejecutivo contra las organizaciones de trabajadores".

OPINIÓN Antropofagia populista Las huelgas docentes salvajes, los permanentes cortes de calles y rutas no son actos aislados. No hay parámetros objetivos que los justifiquen


Por Jorge Enríquez
Subsecretario de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires
Los crípticos intelectuales de Carta Abierta acuñaron el neologismo "destituyente" para denostar a cualquier persona que criticara al gobierno kirchnerista. Esas opiniones divergentes o los fallos judiciales que limitaban los abusos del poder no eran, naturalmente, fruto de ninguna conspiración.

Ahora el término se ha desempolvado por algunos sectores de la opinión pública. ¿Hay en marcha una operación "destituyente" o, para decirlo con la palabra tradicional, golpista? Mucho depende del sentido y el alcance que se le dé a ese concepto. Por suerte, los tradicionales golpes de Estado militares, que derrocaban gobiernos constitucionales y daban paso a gobiernos de facto, parecen ser sólo un mal recuerdo, tanto en la Argentina como en América Latina en general. Pero pueden existir acciones de desestabilización, como las que sufrieron los presidentes Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.

No se trata de inventar teorías conspirativas. Es necesario distinguir lo que es la crítica, por virulenta que sea, de acciones concretas destinadas a socavar la confianza en un gobierno. El populismo, en general, tiende a creer que tiene el monopolio de la representación del pueblo. Si pierde las elecciones, interpreta que ha habido una suerte de fraude, no en el momento de la votación, sino en la tergiversación que poderes ocultos han hecho de su obra gubernamental, torciendo de esa manera la recta voluntad popular.

Como depositario único de la esencia de la nación y del pueblo, el populismo le asigna a toda derrota el sentido de un error de la historia que pronto se corregirá. Si es antes del vencimiento del mandato del presidente no populista, mejor.

Esta caracterización le cabe perfectamente al kirchnerismo. No es necesario indagar demasiado. Ellos mismos se han encargado, aun antes de la asunción de Mauricio Macri, de deslegitimar su presidencia. Basta recordar que Cristina Fernández no acudió, como es una inveterada tradición argentina, al acto de transmitir los símbolos del mando a su sucesor. No era solamente una grosería, una muestra más de su falta de educación, sino un mensaje más profundo: participar de ese acto hubiera sido reconocer la legitimidad del nuevo presidente.

De ahí en adelante, podrían citarse reiteradas declaraciones de dirigentes kirchneristas que transitan por ese camino. Y en las manifestaciones que organizan es constante, desde los primeros meses del Gobierno de Cambiemos, el reclamo de renuncia al Presidente. Las huelgas docentes salvajes, los permanentes cortes de calles y rutas no son actos aislados. No hay parámetros objetivos que los justifiquen. Hay pobreza y reducirla es uno de los tres objetivos prioritarios de Mauricio Macri, pero la había en una proporción absurda y mayor para un país que se benefició en los 12 años kirchneristas de un contexto internacional extremadamente favorable y, sin embargo, los sindicatos y las organizaciones "sociales" no alteraban la normal convivencia del modo en que lo están haciendo en estos días.

Estas acciones provocan la natural molestia de las personas que trabajan. Pero ellas saben que por primera vez en mucho tiempo se están echando las bases de un futuro de progreso y bienestar para todos. No les van a hacer bajar los brazos con patotas. El kirchnerismo ansía una revolución, pero es cada vez más una secta alejada de la realidad. Su golpismo es de opereta. Lo reflejan con patetismo ridículo las bravatas de Moreno y los tuits penosos de D'Elía, que sólo sacan a la luz su dificultosa relación con el idioma castellano.

Es algo muy importante lo que se está gestando sin palabras rimbombantes, con el lenguaje llano y directo de las obras: el cambio no solamente de un grupo político, sino de un modelo que lo excede, el populista, que nos condujo a la decadencia.

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