sábado, 31 de marzo de 2018

Alarma en Salto por homicidios en marzo; el doble que todo 2017



J. L. AGUIAR Sábado, 31 Marzo 2018 Dos asesinatos cometidos ayer, uno en el barrio Manga y otro en la localidad de Toledo (Canelones), se sumaron a las muertes recientes de Nelly Goyeneche y el policía Juan Oviedo, en Paysandú, y al crimen del joven Andrés Duarte en Salto, elevando a 37 la cifra de homicidios en marzo: un récord absoluto en las estadísticas que elabora el Observatorio sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior.

 El estremecedor aumento de homicidios que se han verificado sin pausa desde el comienzo del año (35 en enero, 35 en febrero, 107 hasta ayer) motivó el anuncio del senador Pedro Bordaberry de interpelar al ministro Eduardo Bonomi. "La falta de respuesta de su Ministerio lo amerita; la no aprobación de normas que hemos propuesto también", alegó el senador colorado en su cuenta de Twitter. La tasa de homicidios, que en 2015 había llegado a un récord de 8,5 cada 100 mil habitantes, alcanza (en el primer trimestre del año) un indicador histórico de 12,9.

 Las muertes violentas de este mes incluyen a un amplio espectro de víctimas: delincuentes vinculados al narcotráfico, comerciantes, dos cuidacoches, dos funcionarios policiales, cuatro mujeres asesinadas por motivos de género y un recluso de Santiago Vázquez; también abarcan un amplio abanico de edades, desde un anciano de 81 años hasta un adolescente de 15. Montevideo fue escenario de 20 homicidios; los otros 17 ocurrieron en el interior: 6 en Canelones, 4 en Salto, 2 en Maldonado, 2 en Paysandú, 2 en Rocha y uno en Cerro Largo. En Montevideo, la serie sangrienta se circunscribe a escasos barrios: Nuevo París (3), Cerro y Cerro Norte (4), Sayago (2, uno de ellos en legítima defensa) y Casavalle, que ha sido escenario de notorios episodios de violencia, en uno de los cuales fue baleado el niño Franco Alarcón, de 12 años. Interior rojo.

 En el interior, la ciudad de San Carlos se manifestó hastiada a raíz de una ola de inseguridad provocada por bandas de narcotraficantes, que causó dos muertes en el barrio Rodríguez Barrios en el transcurso de tres semanas. Pero la ciudad de Salto, de lejos, fue la más azotada del interior por la criminalidad. Cuatro homicidios en el mes representan el doble de los crímenes registrados en todo el año 2017, según los datos estadísticos del Observatorio de Violencia del Ministerio del Interior. La Justicia ordenó ayer la prisión preventiva por 120 días del asaltante que mató al joven Andrés Duarte el pasado miércoles en un intento de rapiña a una ferretería. Bajo un fuerte operativo de seguridad policial por la conmoción pública que generó esta muerte, el presunto autor de los disparos fue trasladado al juzgado a media mañana y de allí, remitido a la cárcel. Cuenta con 8 antecedentes penales. El día antes, en forma espontánea, un grupo de salteños solidarizados con el dolor de la familia de Andrés Duarte lograron convocar a una multitud de personas para marchar por la céntrica calle Uruguay en demanda de mayor seguridad y no más muertes violentas.

 En la marcha también estuvo presente el fiscal Gustavo Zubía, quien manifestó a El País: "Estamos viviendo un momento en el que el delincuente goza de niveles de impunidad tan grandes que eso se va pasando de boca a boca, de delincuente a delincuente. Los beneficios que existían en el viejo Código de Proceso Penal se incrementan todavía más con el nuevo", aseguró. Muertes atroces. De los cuatro femicidios de este mes —cuya cifra incluye el asesinato de Nelly Goyeneche en Quebracho—, dos tuvieron rasgos excepcionales: la muerte de Olga Costa (y del cabo Fernando Farinha, que la custodiaba en su vivienda por orden judicial), y la de Lorena Rocha, que cursaba un embarazo de siete meses y era madre de cinco hijos. Fue ultimada a manos de su ex pareja en La Coronilla (Rocha). Pero la atrocidad, una característica que antes era inusual y hoy se ha vuelto casi cotidiana, también se dio en muertes de delincuentes.

El domingo 11 de marzo la Policía encontró en una vivienda de Casavalle a un hombre muerto de un balazo, con las manos amarradas y sangre en la cabeza. El martes pasado, en Sayago, apareció cerca de las vías del tren el cuerpo de un hombre calcinado, atado de pies y manos con alambres. La policía, que aún investiga el hecho, presume que el individuo fue golpeado hasta la inconsciencia, y luego atado y quemado. Otros homicidios.

Otras dos muertes, que no califican como homicidios intencionales, figuran en el relevamiento que hizo El País: la del turista brasileño que perdió la vida el 18 de marzo a manos de una mujer policía en Pocitos, y la de un rapiñero abatido por un efectivo en Sayago, dos días después. En este último caso, cuatro delincuentes intentaron sustraerle la moto al efectivo policial, que repelió la agresión y disparó a uno de los rapiñeros dándole muerte en el lugar.

Los tres cómplices huyeron. El turista brasileño Julio César de Medeiros, de 53 años, falleció a consecuencia de un disparo efectuado por una funcionaria policial, en medio de un operativo para atrapar a dos rapiñeros que habían asaltado poco antes un autoservicio. La uniformada fue imputada de "homicidio ultraintencional", se le retiró el arma de reglamento y quedó en libertad provisional a la espera de que se sustancie la causa.

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