“El informe conjunto de China y la Organización Mundial de la Salud sobre el COVID-19 no aportó respuestas creíbles sobre cómo comenzó la pandemia, por lo que se requieren investigaciones más rigurosas, con o sin la participación de Pekín”, exigió un grupo de científicos e investigadores internacionales el miércoles.
El trabajo de los expertos de la Organización Mundial de la Salud, publicado la semana pasada, dice que la ruta de transmisión más probable del SARS-CoV-2 -el virus que causa el COVID-19- involucró a murciélagos y otros animales salvajes en China y el sureste de Asia. Descartó casi por completo la posibilidad de una filtración desde un laboratorio. Sin embargo, y advertido de que se multiplicarían las críticas, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, adelantó que son necesarias nuevas pesquisas y admitió que los investigadores no tuvieron acceso a todos los datos en bruto
En la carta abierta, los 24 científicos e investigadores de Europa, Estados Unidos, Australia y Japón, denunciaron que la misión de investigación de la OMS en Wuhan (Hubei), donde la enfermedad apareció por primera vez a finales de 2019, estuvo indebidamente influenciada por factores políticos.
Para Jamie Metzl, el investigador del Atlantic Council que escribió la carta, la OMS ha hecho concesiones para obtener un mínimo de cooperación de las autoridades chinas.
En el texto, los expertos afirman que las conclusiones del estudio se basan en investigaciones chinas inéditas, mientras que los registros críticos y las muestras biológicas “permanecen inaccesibles”.
“El mundo podría tener que volver al ‘Plan B’ y realizar una investigación de la manera más sistemática posible sin la participación de Pekín. China tiene bases de datos de los virus que tenían, hay notas de laboratorio del trabajo que se estaba haciendo, hay todo tipo de científicos que están haciendo el trabajo y no tenemos acceso a esos recursos ni a esas personas”, reveló Metzl.
El grupo de científicos busca una nueva investigación que incluya a expertos en bioseguridad y bioprotección.
La comisión podría involucrar a la OMS o a un esfuerzo multinacional independiente para establecer un proceso diferente para explorar los inicios de la pandemia y sus orígenes en China.
Metzl dijo que los renovados llamamientos a una investigación más exhaustiva reflejaban la necesidad de un mayor control y restricciones sobre los virus que pueden estudiarse en los laboratorios de todo el mundo. “No se trata de una lucha contra China”, insitió Metzl
Y advirtió que uno de los requerimientos es sustituir el poder de veto de cualquier gobierno sobre la composición del equipo de expertos internacionales por una disposición que exija que las decisiones finales sobre la composición del grupo de expertos internacionales sean tomadas por el Consejo Ejecutivo de la OMS.
Además, exigen una selección transparente del equipo de expertos que cuenten con un mandato oficial que permita solicitar un acceso total a todos los lugares, registros y muestras de interés, y a entrevistar a las personas pertinentes “sin la presencia de las autoridades gubernamentales y con la ayuda de traductores proporcionados por la OMS”.
También, piden que se establezca un sistema de denuncia seguro que permita a los científicos en China y en otros países compartir información relevante sin temor a represalias.
El régimen chino siempre ha descartado la teoría de la “fuga de laboratorio” y exige que las investigaciones se centren ahora en otros países. Los medios estatales chinos han avanzado la hipótesis de que el Covid llegó a Wuhan a través de alimentos congelados importados del extranjero.
Sin embargo, además de los científicos, varios gobiernos han acusado a Tedros de encubrir los errores de Pekín en las primeras fases de la pandemia. Argumentan que la OMS retrasó la declaración de transmisibilidad del virus entre humanos. Además, denuncian que la organización internacional no insistió en que sus expertos acudieran a Wuhan al principio de la crisis sanitaria.
Si bien, el ex presidente norteamericano Donald Trump fue uno de los más críticos con la OMS y con China, la actual Administración Biden también expresó sus dudas sobre el informe y anunció que expertos de ese país revisarán el documento con el fin de garantizar que la investigación sea independiente y sólida. “Hemos sido claros en que nos enfocamos en una investigación independiente y técnicamente sólida, y una vez que esto sea revisado, tendremos una evaluación sobre los pasos a seguir”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“Tenemos preocupaciones reales sobre la metodología y el proceso usados para este informe, incluyendo el hecho de que el Gobierno de Beijing aparentemente ayudó a redactarlo”, advirtió el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
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