sábado, 5 de junio de 2021

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Jorge Larrañaga: su vínculo con los Lacalle

EL PUEBLO QUE SOBREVIVE GRACIAS A LA RUTA 40🇦🇷 | BAJO CARACOLES🙌👀

Lula y Fernando Henrique Cardoso apoyan la posición de Alberto Fernández sobre el Mercosur: no a las reducciones arancelarias

 

En una nota en el Folha de Sao Paulo, la periodista brasileña Monica Bergamo cita pasajes de un texto suscripto por ambos expresidentes
“Coincidimos con la posición del presidente de la Argentina, Alberto Fernández, de que este no es el momento para reducciones tarifarias unilaterales de parte del Mercosur, sin ningún beneficio para las exportaciones del bloque”, dice un pasaje de una nota firmada por los expresidentes de Brasil Fernando Henrique Cardoso y Lula da Silva. 

 “Coincidimos también en que es necesario mantener la integridad del bloque, para que todos sus miembros desarrolen plenamente sus capacidades industriales y tecnológicas y participen de modo dinámico y creativo en la economía mundial contemporánea”, dice un texto suscripto por los ex mandatarios, según escribió la periodista brasileña Mónica Bergamo, en el diario Folha de Sao Paulo, uno de los más tradicionales e influyentes medios brasileños. La nota recuerda que el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, impulsa la reducción de los aranceles del Mercosur, “pero los argentinos temen por la industria de su país”.

 Según la columnista, la firma del texto “marca otro punto de convergencia entre Cardoso y Lula, que acaban de abrir un diálogo que había sido interrumpido por décadas de enfrentamiento electoral directo - desde 1994, han disputado las elecciones en campos opuestos, ya sea como candidatos o apoyando los nombres de sus respectivos partidos. El 21 de mayo pasado, ambos expresidentes se habían reunido en la casa del exministro del Tribunal Supremo, Nelson Jobim, y posaron para una fotografía que marca un punto de inflexión político y electoral, de cara las elecciones presidenciales de 2024 y de oposición a la gestión del actual presidente Jair Bolsonaro. 

 Para el Gobierno argentino es un espaldarazo a la posición de Alberto Fernández, que a fines de marzo, en la reunión virtual de líderes por los 30 años del Mercosur, había quedado en minoría frente a las posiciones de Bolsonaro y del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, que abogan por una mayor liberalización del bloque comercial. En su exposición, en la que pidió más libertad para negociar acuerdos de Libre Comercio, Lacalle refirió la palabra “lastre” y Alberto Fernández le respondió “si somos un lastre, tomen otro barco”.

 El expreso apoyo de Lula y Cardoso a la posición argentina es motivo de regocijo en el Gobierno argentino, que se ocupó de difundir la nota del Folha. Al respecto, fuentes oficiales señalaron que el ministro Martín Guzmán y el embajador en Brasil, Daniel Scioli, vienen haciendo un trabajo de zapa sobre el tema del que también participa, en la elaboración técnica, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. La política brasileña La nueva coincidencia entre Cardoso y Lula refuerza la critica de ambos a Bolsonaro. 

Ya en marzo, Cardoso había dicho que en un eventual ballotage presidencial entre Lula y el actual presidente, votaría por Lula, de quien dijo que “fue formado por las necesidades de la vida, eso cuenta e hizo un discurso correcto, acertando en los puntos fundamentales”, pese a que parte de la la base parlamentaria del PSDB, el partido de Cardoso, y varios gobernadores, entre ellos Joao Doria, de San Pablo, apoyaron en la segunda vuelta a Bolsonaro en lugar de Fernando Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores de Lula. Cardoso se confesó arrepentido de haber votado en blanco en la elección de 2018, teniendo además en cuenta que Bolsonaro había dicho en los años ’90, dijo que el prestigioso sociólogo y expresidente merecía ser asesinado por haber privatizado la minera estatal Vale do Rio Doce. 

 En el contexto del encuentro del mes pasado, Lula devolvió los gestos de Cardoso y dijo que también votaría por él si se enfrentara a Bolsonaro y enfatizó que siempre mantuvo una “disputa civilizada” con Cardoso, quien lo derrotó en dos elecciones presidenciales, en 1994 y 1998. “Me alegro por decir que votaría por mí, yo haría lo mismo si fuera al revés. Siempre ha sido un intelectual y sabe que no se puede inventar una candidatura”, acotó Lula.

Egresados 2015 PNA

Prefecturianos en emotiva ceremonia de egreso.wmv

Desfile de cadetes y oficiales en ceremonia egresados PNA Zarate 2011.wmv

El G-7 llega a un acuerdo para reformar el sistema fiscal global

 

El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, ha adelantado que se ha alcanzado un pacto sobre un impuesto mínimo de sociedades de “al menos el 15%”
RAFA DE MIGUEL Londres - 05 JUN 2021 - 11:02 GMT-3 

Las economías más desarrolladas del mundo, reunidas en el G-7, llegaron este sábado en Londres a un acuerdo “histórico” sobre la reforma del sistema fiscal global, según anunció el ministro británico de Finanzas, Rishi Sunak. El acuerdo requerirá que los gigantes tecnológicos multinacionales hagan una mayor contribución fiscal. En el comunicado hecho público este sábado se plasma la solución provisional a los dos principales escollos que enfrentaba la reunión. 

El acuerdo establece un impuesto mínimo de sociedades de “al menos un 15%”. De ese modo, se abre la posibilidad de elevar ese suelo que había propuesto Estados Unidos. Francia, por ejemplo, aspira a una cifra común más alta. Se vincula además el avance en la medida a la eliminación del gravamen por servicios digitales que algunos países, como el Reino Unido o Francia habían impuesto unilateralmente con la oposición de Washington. “Facilitaremos la coordinación apropiada entre la aplicación de las nuevas normas impositivas internacionales y la retirada de todos los impuestos sobre servicios digitales, y otras medidas relevantes similares, sobre todas las compañías. Nos comprometemos a un impuesto mínimo global de al menos el 15%, aplicado por cada país”, afirma el texto resultado de la reunión. Estados Unidos quería la eliminación inmediata del gravamen digital, pero sus aliados europeos temían que de ese modo las grandes tecnológicas pasarían a pagar ya menos, mientras el Congreso estadounidense tardaría aún tiempo en aprobar la legislación derivada del nuevo acuerdo. 

A cambio de impulsar el impuesto mínimo, Estados Unidos accede a una demanda histórica del resto de naciones avanzadas. El acuerdo establece que aquellas grandes compañías que obtengan “un margen de beneficios del 10% o más” deberán pagar al menos un 20% de los impuestos sobre sus beneficios globales en los territorios donde operen, y no solo donde tengan la sede social. Queda por decidir el listado definitivo de “grandes compañías” que quedarán sometidas a la nueva medida. “Mis homólogos de finanzas y yo hemos llegado a un acuerdo histórico sobre la reforma fiscal mundial que exige a los mayores gigantes tecnológicos multinacionales que paguen su parte justa de impuestos”, ha explicado Sunak en la red social, donde ha adelantado una parte de lo acordado en la reunión, celebrada en el palacete de Lancaster House, en el centro de Londres.

 Los ministros del G-7 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, Italia y Japón) acordaron el suelo impositivo, aunque el pacto será analizado en la reunión de ministros de Finanzas del G-20 —países desarrollados y emergentes— y de gobernadores de bancos centrales que se celebrará en julio en Venecia. En ese comunicado oficial destacan su compromiso para “garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas” muy tocadas por la pandemia, y aseguran que “es vital seguir aprendiendo lecciones de la Covid-19″, para garantizar que el mundo esté preparado para futuras pandemias. El pacto está pensado para adaptar el sistema fiscal a la era digital global. “Es crucial asegurar que es justo, de modo que las compañías correctas [los gigantes tecnológicos] pagan el impuesto adecuado en el lugar correcto y eso es un precio enorme para el contribuyente británico”, añadió el titular británico de Finanzas sobre una cuestión que se ha debatido durante la última década pero sin llegar a consenso.

 Hasta ahora. A las buenas noticias y optimismo de Sunak se unían otros de los ministros. “Es una buena noticia para la justicia fiscal y para la solidaridad, y malas noticias para los paraísos fiscales del mundo”, ha dicho el alemán Olaf Scholz. La secretaria de Estado del Tesoro estadounidense hablaba de un “compromiso muy significativo y sin precedentes”. El descomunal gasto público con el que los países han tenido que responder al embate de la pandemia ha acelerado debates que se arrastraban durante años. En concreto, el de la necesidad de un sistema fiscal justo y eficaz en la era de la economía digital. Los ministros de Economía del G-7, reunidos desde el viernes en Londres ya se mostraron optimistas desde el inicio del encuentro. Foto de familia del G-7 este sábado en Londres.

 De izquierda a derecha, Paolo Gentiloni, comisario de Economía de la UE; Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo; David Malpass, presidente del Banco Mundial: Daniele Franco, ministro de Economía y Finanzas de Italia; Bruno Le Maire, ministro de Finanzas de Francia; Chrystia Freeland, ministra de Finanzas de Canadá; Rishi Sunak, canciller de Hacienda del Reino Unido; Kristalina Georgieva. directora general del FMI; Olaf Scholz, ministro de Finanzas de Alemania; Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE UU; Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, y Taro Aso, ministro de Finanzas de Japón, Foto de familia del G-7 este sábado en Londres. De izquierda a derecha, Paolo Gentiloni, comisario de Economía de la UE; Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo; David Malpass, presidente del Banco Mundial: Daniele Franco, ministro de Economía y Finanzas de Italia; Bruno Le Maire, ministro de Finanzas de Francia; Chrystia Freeland, ministra de Finanzas de Canadá; Rishi Sunak, canciller de Hacienda del Reino Unido; Kristalina Georgieva. directora general del FMI; Olaf Scholz, ministro de Finanzas de Alemania; Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE UU; Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, y Taro Aso, ministro de Finanzas de Japón, 

 La reunión de Londres es el primer encuentro cara a cara de los responsables de Finanzas de las siete economías más avanzadas del mundo desde que la crisis del coronavirus acabó con las grandes reuniones presenciales. Antes de comenzar una intensa discusión, sus participantes leyeron el viernes la carta abierta firmada por los ministros de las cuatro mayores economías de la eurozona, publicada en EL PAÍS y los principales periódicos europeos. “El dumping fiscal no puede ser una opción en Europa ni en ningún país del mundo”, afirmaban en el texto la española Nadia Calviño, el francés Bruno Le Maire, el alemán Olaf Scholz y el italiano Daniele Franco. “Esta práctica solo llevaría a una caída aún mayor de la recaudación del impuesto sobre sociedades, más desigualdad y la imposibilidad de financiar los servicios públicos básicos”. Denunciaban los cuatro la práctica llevada a cabo por las grandes tecnológicas de desplazar sus beneficios globales a aquellos territorios ―Irlanda, por ejemplo― que les ofrecen mayores ventajas fiscales.

 Eso a pesar de que su presencia es ya global, y sus ventas y beneficios son particulares en cada país concreto. La convicción de que hoy más que nunca resulta necesaria una coordinación impositiva que evite la existencia de ganadores y perdedores en la nueva economía digital ha concitado en pocos meses el consenso que se persiguió sin éxito durante años. La nueva Administración estadounidense de Joe Biden fue la que puso sobre la mesa la cifra del 15% ―aunque inicialmente propuso un 21%―.

“Si me matan, fue él”: una mujer denunció a un alcalde chavista y apareció muerta

 

Dorialcely Tocuyo, de 29 años, fue asesinada a balazos en El Callao, estado de Bolívar. En una protesta el pasado 25 de mayo, había denunciado al gobernante Alberto Hurtado por corrupción y complicidad con redes de prostitución
Las muertes de Dorialcely Tocuyo, de 29 años; y Martha Aristizábal, de 37; conmocionaron a la población minera de El Callao, en el sur del estado venezolano de Bolívar. Las mujeres aparecieron muertas luego de denunciar a un alcalde chavista por corrupción y complicidad con redes de prostitución. “Si me matan, fue él”, expresó Dorialcely en una protesta el pasado 25 de mayo para escrachar al alcalde chavista Alberto Hurtado. 

“Quien grita es Dorialcely Tocuyo. ‘Él’ es el alcalde de El Callao, Alberto Hurtado (del PSUV), a quien Dorialcely acusa de corrupción y de complicidad con redes de prostitución. A ella y a Martha Aristizábal las asesinaron a balazos. ¿Quién responde?”, se preguntó en su cuenta de Twitter Javier Tarazona, director de la ONG Fundaredes, quien compartió los videos donde se ve a la mujer en la protesta y se la escucha decir que si la asesinaban responsabilizaba al político oficialista. El fiscal Tarek William Saab confirmó que se abrió una investigación. “#JUSTICIA. Ante el abominable homicidio serial de Martha Aristizábal (37 años) y Dorialcely Tocuyo (29 años) ocurrido en El Callao (Bolívar) hemos designado al Fiscal 5to del Ministerio Público para investigar y sancionar de manera ejemplar tan terrible hecho”, expresó en su cuenta de Twitter. Según reconstruyó El Pitazo, Tocuyo era madre soltera, tenía cuatro hijos y trabajaba como manicura, comerciante informal y trabajadora sexual en El Callao y Tumeremo desde hacía cuatro años. 

Nació en Cumaná, estado de Sucre, pero de chica se mudó a San Félix junto a su abuela. El mismo periódico informó que, en la escena del crimen, los investigadores encontraron 10 cartuchos de balas. La familia de la joven habló con el diario local Correo del Caroní y pidió investigar al alcalde. “La investigación deberían hacerla las autoridades a ver qué tan culpable es el alcalde, porque no puede ser casualidad que una vez que ella le haya dicho todas sus verdades aparezca muerta y torturada”, manifestó un pariente al medio de comunicación. 

 “Aquí voy a estar para cuando me quieras llevar presa, porque estoy peleando por los derechos de mis cuatro hijos. Una cosa es hablar y otra es irrespetar”, se la escucha decir a la mujer en la protesta que fue filmada y que se hizo viral en las últimas horas. El alcalde Alberto Hurtado (@AlbertoH_PSUV) El alcalde Alberto Hurtado (@AlbertoH_PSUV) En otro tramo del video, en el que no se observa al alcalde pero sí a efectivos de seguridad, Tocuyo advirtió que si algo le pasaba sería responsabilidad del mandatario local. “Si no me mata el COVID, me va a matar el hambre. Ustedes comen, nosotros no. Que me maten, aquí hay bastante cámara. Si me matan fue él (…). Prefiero que me maten a que mis hijos me pidan comida y yo no tenga qué darles”, dijo la mujer.

La triste historia de Juan Romero, el chico que auxilió a Bobby Kennedy mientras moría asesinado y se sintió culpable el resto de su vida

 

El 5 de junio de 1968, hace 53 años, el senador por Nueva York fue acribillado por el joven palestino Sirhan Bishara Sirhan en la cocina de un hotel de Los Ángeles. Romero, un adolescente que trabajaba como camarero, le sostuvo la cabeza en su agonía. Los motivos que lo llevaron a creer -erróneamente- que su presencia había motivado el crimen
Ese chico que, con un grito silencioso eternizado en la foto, sostiene la cabeza baleada de Robert Kennedy, es Juan Romero. La noche del asesinato, el 5 de junio de 1968, hace hoy 53 años, Juan estaba por cumplir sus 18. Era camarero en el Hotel Ambassador de Los Ángeles. Era, también, un admirador de Bobby Kennedy por la defensa que el entonces senador por Nueva York y precandidato presidencial hacía de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos. 

Y fue, tal vez, la última persona a la que Kennedy estrechó la mano, antes de caer abatido por los disparos de Sirhan Bishara Sirhan, si es que el entonces joven palestino de 23 años fue el único en disparar aquella noche. El chico Romero pensó siempre que, tal vez, si no hubiese intentado dar la mano a Kennedy, el seguro candidato a presidente en las elecciones de aquel año1968 no habría muerto. Era un disparate, pero fue la culpa que lo persiguió toda su vida. Esta es su historia, la de otra víctima, no fatal, de aquella noche trágica. Juan Romero nació en Mazatán, Sonora. Cuando tenía diez años, su familia emigró a Los Ángeles y se instaló en una barriada del Este de la ciudad, sacudida por la violencia y la delincuencia. En sus años de estudiante de la Roosevelt High School Romero vio nacer, sin participar, las primeras manifestaciones contra la discriminación de los estudiantes de origen mexicano.

 El padre de Romero no quiso que su chico se metiera en problemas: ni en los políticos, ni en los sociales en una zona en la que la delincuencia era común; trabajaba en el Hotel Ambassador y logró que Juan entrara como lavaplatos primero y como camarero poco después. Cada día, después de la escuela, Juan era un empleado más, uno de los más jóvenes, del lujoso hotel que había albergado en su momento seis entregas de premios Oscar y había escuchado cantar a leyendas como Frank Sinatra, Judy Garland, Marilyn Monroe, Sammy Davis, Barbra Straissand y Bing Crosby, entre otros. 

 Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero (Reuters/archivo) Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero (Reuters/archivo) Ese fue el hotel, base de campaña en Los Ángeles, que Robert Kennedy eligió para seguir paso a paso las primarias de California, que ganó por sólo tres puntos. Minutos antes de caer baleado en la cocina del hotel, Bobby dijo: “Ahora vamos a la convención de Chicago. Y vamos a ganar allí también”. En la cocina lo esperaba Romero, para estrecharle la mano.

 De nuevo. Lo había hecho el día anterior en la que, revelaría luego, fue una experiencia fantástica. Pese a su abstinencia política, el chico veía en la casa de sus amigos mexicanos del barrio del Este, retratos del asesinado presidente John Kennedy junto a los de su hermano; sabía que Bobby tenía a un estrecho colaborador en Los Ángeles, César Chávez, un líder hispano de los trabajadores rurales y los estudiantes mexicanos. Chávez había lanzado una huelga, exitosa, en favor de los recolectores de uvas y verduras: logró que el salario subiera a 1,75 dólares la hora. Chávez había lanzado un eslogan con el que terminaba sus discursos: “¡Viva la huelga! ¡Viva la causa!”. 

Las dos frases eran repetidas a menudo por Bobby, en un español champurreado y gracioso. Para conocer a Bobby Kennedy, Juan Romero sacrificó tiempo y dinero. Le cambió a un colega todas las propinas del día, quince dólares de 1968, y se comprometió a levantar todas sus mesas, a cambio de que le permitiera llevar al candidato cualquier cosa que pidiera al room service. El 3 de junio, Bobby Kennedy pidió la cena en su habitación, y allí fue Juan con el pedido. Años después, recordaría: “Cuando entré estaba hablando por teléfono. Bajó el auricular para decirnos: ‘Come on in, boys. Entren, chicos’. Te miraba diferente, te miraba con distinción. No vio ni mi edad, ni el color de mi piel. Me miraba como a un estadounidense. Me dio un fuerte apretón de manos y sonreía de modo muy especial. Salí de allí sintiendo que medía como tres metros”. 

 Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Bobby Kennedy sabía que lo iban a matar. Al menos, que iban a atentar contra su vida en algún momento. Primero, creía en el factor imitación: alguien iba a tratar de repetir la historia de su hermano presidente en Dallas. Pero después se convenció de los poderosos intereses que iban contra su candidatura, que ya era inevitable. La leyenda cuenta que la tarde del día en que fue baleado, mientras llegaban los resultados de la votación en California, Bobby dijo a los suyos: “Acabo de ver allí afuera a los tipos que me van a matar”. 

Tal vez haya sido una broma, pero se refería a tres agentes de la CIA, David Morales, Gordon Campbell y George Joannides, de la división Anti-Castro de la CIA en Miami. Días antes, el novelista francés Romain Gary le había dicho a Pierre Salinger, ex jefe de prensa de John Kennedy y que colaboraba ahora con Bobby: “A tu candidato lo van a matar”. Y hubo algo más. El día del crimen, en una charla informal entre periodistas, Jimmy Breslin, del “New York Daily News” y John Lindsay, de “Newsweek” mantuvieron un diálogo, breve y revelador, que quedó registrado. Breslin preguntó, y se preguntó, si Bobby tenía lo suficiente para llegar hasta el final. Y Lindsay le dijo: “Por supuesto que tiene lo necesario para llegar hasta el final.

 Pero no va a llegar hasta el final: alguien lo va a matar. Yo lo sé, ustedes lo saben, y es tan cierto como que estamos sentados aquí. Y él está allí afuera, esperando que lo maten”. Todo esto fue narrado por el historiador Richard Mahoney en un libro fundamental sobre los hermanos Kennedy: “Sons and Brothers”. Sin saber nada de esto, Juan Romero se atrincheró en la cocina del Ambassador a esperar que pasara Bobby en la noche del 4 al 5 de junio. La cocina del hotel era una ruta alternativa si es que el candidato no podía abandonar el hotel, o subir a sus habitaciones, por el hall central, repleto de gente. Alguien más conocía esa posibilidad: Sirhan, que, por la tarde del 4 de junio, preguntó si Kennedy podía optar por la cocina del hotel como camino a la salida del hotel o a su cuarto

 Y a Kennedy lo llevaron por la cocina del hotel, tal como estaba pensado, en los primeros minutos del 5 de junio. Allí lo esperaba Romero. “Vi que Bobby saludaba a todas las manos que tenía enfrente. Me propuse felicitarlo y ver si me recordaba. Estiré mi mano derecha lo más que pude y, cuando llegó a mí, estrecho mi mano, dio un paso y, cuando soltaba mi mano, escuché los disparos.” Los disparos fueron al menos trece. La pistola de Sirhan podía disparar solo ocho. Enigma para expertos, jamás develado. Kennedy cayó de espaldas, los brazos extendidos en cruz, quienes estaban a su alrededor buscaron refugio y Romero se quedó solito frente al senador caído. “Me arrodillé junto a él y puse mi mano entre el concreto y su cabeza para que estuviera cómodo. 

Vi que sus labios se movían, así que me acerqué y le escuché decir: ‘¿Está todo el mundo bien?’ Le dije ‘todo el mundo bien’. Él dijo ‘Todo va a ir bien’ Y sentí su sangre correr entre mis dedos. Así me di cuenta de que estaba herido, y grave. Yo tenía en el bolsillo de mi camisa un rosario que mi mamá me había regalado. Y pensé que él iba a necesitarlo más que yo. De modo que lo até alrededor de su mano derecha”. Rose Kennedy -la madre de Robert F. Kennedy- y Ethel Kennedy, la esposa del senador asesinado, dejan el altar de la Catedral de San Patricio en Nueva York tras la misa de Requiem en honor del difunto. Rose Kennedy -la madre de Robert F. Kennedy- y Ethel Kennedy, la esposa del senador asesinado, dejan el altar de la Catedral de San Patricio en Nueva York tras la misa de Requiem en honor del difunto. Todo fue registrado por las cámaras de dos fotógrafos, Boris Yaro, de “Los Ángeles Times” y Bill Eppridge, de “Life”. 

Segundos después, Romero fue apartado por una desesperada Ethel Kennedy, embarazada de su undécimo hijo, y por los primeros médicos que fueron pedidos de urgencia ante el mismo micrófono desde el que Kennedy había anunciado su victoria en California. El senador fue llevado inconsciente al Hospital Buen Samaritano. Murió veintiséis horas más tarde, a los 42 años. La historia de Juan Romero siguió caminos poco luminosos. Aquella madrugada declaró ante la policía del condado de Rampart, donde había ocurrido el asesinato. 

En la mañana, cuando subió a un bus que lo llevaría a Roosevelt High, notó sangre seca en sus manos, que no limpió hasta muchas horas después. Nunca pudo quitar de sí, la sombra de haber contribuido a la muerte de Bobby Kennedy, un trauma hondo en un chico de 17 años que la adultez no pudo superar. Empezó a recibir centenares de cartas, de todo tipo. Algunas lo felicitaban por su acción. Otras lo culpaban por la muerte de Kennedy. Le llegaron miles de crucifijos que intentaban reemplazar el rosario que había dejado en la mano de Bobby. Centenares de personas lo buscaban a diario en el hotel para fotografiarse con él. 

Dijo basta. Dejó Los Ángeles y se mudó a Wyoming donde hizo una vida nueva. Se casó, tuvo cinco hijos, tres mujeres y dos varones. Romero, después de décadas, pudo visitar la tumba de Robert Kennedy en el cementerio de Arlington, en Washington Romero, después de décadas, pudo visitar la tumba de Robert Kennedy en el cementerio de Arlington, en Washington Terminó por regresar a California para instalarse en San José y dedicarse a la construcción y a la pavimentación de caminos. Entabló amistad con el periodista Rigo Chacón. Los dos visitaban en cada aniversario de la muerte de Kennedy, un parque céntrico donde se alza una estatua de Bobby. Romero solía dejar flores en ella porque era el escenario en el que Kennedy había hablado poco antes de su muerte, para decir a una multitud que la pobreza y el analfabetismo eran indecentes y que él veía cierta “erosión en la decencia nacional”. También fue amigo de Steve López, columnista de “Los Ángeles Times”, que fue quien escuchó la confesión de Romero: la sensación de culpa le había enturbiado la vida, lo había cercado y lo había dejado en cierto modo detenido en aquella noche de junio de 1968. 

Una nueva pareja, otro intento por rehacer su vida, le había abierto una hendija de aquella puerta cerrada. Recién a inicios del 2000, le dijo a López, pudo volver a ver las dramáticas fotos de Yaro y de Eppridge. “Fueron cincuenta años muy largos. Pero lo que vi en aquella foto, fue a un chico que ayudaba a alguien que lo necesitaba mucho y que en ese momento no tenía a nadie a su lado”. Romero dijo a su amigo periodista que no había sido un tipo perfecto, pero que había intentado vivir según los valores que Kennedy había defendido. Fue Steve López quien, en 2010, convenció a Romero para que, juntos, visitaran en el Cementerio Nacional de Arlignton, la tumba de Bobby Kennedy, no muy lejos de la de su hermano John. Romero, entonces, compró el primer traje de su vida y viajó a Arlington. “Sentí que necesitaba pedirle perdón por no haber podido evitar que lo balearan. Y allí, con mi traje nuevo, me sentí igual que el día que lo conocí. 

Orgulloso, como de tres metros”. Juan Romero poco antes de morir en 2018 en su casa de Modesto, California, sostiene la foto donde asiste al moribundo Kennedy. Juan Romero poco antes de morir en 2018 en su casa de Modesto, California, sostiene la foto donde asiste al moribundo Kennedy. Romero volvió varias veces a Arlington, para poner en paz a su pasado. María Shriver Kennedy, sobrina de Bobby ex primera dama de California, casada con Arnold Schwarzzeneger, dijo que siempre sintió mucha empatía por Romero, por lo difícil que le fue superar aquella noche. “Es difícil comprender por qué, alguien queda aferrado a algo para siempre. Para mí, su imagen será siempre la de una persona que intentó ayudar a otra”. Aunque nunca lo conoció en persona, deseó que Romero hubiera comprendido que había hecho algo humano en un momento trágico; esperaba que, finalmente, hubiera hallado paz. El Hotel Ambassador, escenario de esta historia, fue demolido en 2005.

 En su lugar, se alzan hoy las Robert F. Kennedy Schools. Juan Romero murió el 1 de octubre de 2018, por un ataque cardíaco. Tenía 68 años. Por Alberto Amato Ese chico que, con un grito silencioso eternizado en la foto, sostiene la cabeza baleada de Robert Kennedy, es Juan Romero. La noche del asesinato, el 5 de junio de 1968, hace hoy 53 años, Juan estaba por cumplir sus 18. Era camarero en el Hotel Ambassador de Los Ángeles. Era, también, un admirador de Bobby Kennedy por la defensa que el entonces senador por Nueva York y precandidato presidencial hacía de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos. Y fue, tal vez, la última persona a la que Kennedy estrechó la mano, antes de caer abatido por los disparos de Sirhan Bishara Sirhan, si es que el entonces joven palestino de 23 años fue el único en disparar aquella noche. 

 El chico Romero pensó siempre que, tal vez, si no hubiese intentado dar la mano a Kennedy, el seguro candidato a presidente en las elecciones de aquel año1968 no habría muerto. Era un disparate, pero fue la culpa que lo persiguió toda su vida. Esta es su historia, la de otra víctima, no fatal, de aquella noche trágica. Juan Romero nació en Mazatán, Sonora. Cuando tenía diez años, su familia emigró a Los Ángeles y se instaló en una barriada del Este de la ciudad, sacudida por la violencia y la delincuencia. En sus años de estudiante de la Roosevelt High School Romero vio nacer, sin participar, las primeras manifestaciones contra la discriminación de los estudiantes de origen mexicano. El padre de Romero no quiso que su chico se metiera en problemas: ni en los políticos, ni en los sociales en una zona en la que la delincuencia era común; trabajaba en el Hotel Ambassador y logró que Juan entrara como lavaplatos primero y como camarero poco después. 

Cada día, después de la escuela, Juan era un empleado más, uno de los más jóvenes, del lujoso hotel que había albergado en su momento seis entregas de premios Oscar y había escuchado cantar a leyendas como Frank Sinatra, Judy Garland, Marilyn Monroe, Sammy Davis, Barbra Straissand y Bing Crosby, entre otros. Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero (Reuters/archivo) Otra foto de Bobby en el suelo después de recibir cuatro disparos. Aquí se ve claramente el Rosario que le dejó Juan Romero 

Ese fue el hotel, base de campaña en Los Ángeles, que Robert Kennedy eligió para seguir paso a paso las primarias de California, que ganó por sólo tres puntos. Minutos antes de caer baleado en la cocina del hotel, Bobby dijo: “Ahora vamos a la convención de Chicago. Y vamos a ganar allí también”. En la cocina lo esperaba Romero, para estrecharle la mano. De nuevo. Lo había hecho el día anterior en la que, revelaría luego, fue una experiencia fantástica. Pese a su abstinencia política, el chico veía en la casa de sus amigos mexicanos del barrio del Este, retratos del asesinado presidente John Kennedy junto a los de su hermano; sabía que Bobby tenía a un estrecho colaborador en Los Ángeles, César Chávez, un líder hispano de los trabajadores rurales y los estudiantes mexicanos. 

Chávez había lanzado una huelga, exitosa, en favor de los recolectores de uvas y verduras: logró que el salario subiera a 1,75 dólares la hora. Chávez había lanzado un eslogan con el que terminaba sus discursos: “¡Viva la huelga! ¡Viva la causa!”. Las dos frases eran repetidas a menudo por Bobby, en un español champurreado y gracioso. Para conocer a Bobby Kennedy, Juan Romero sacrificó tiempo y dinero. Le cambió a un colega todas las propinas del día, quince dólares de 1968, y se comprometió a levantar todas sus mesas, a cambio de que le permitiera llevar al candidato cualquier cosa que pidiera al room service. El 3 de junio, Bobby Kennedy pidió la cena en su habitación, y allí fue Juan con el pedido. Años después, recordaría: “Cuando entré estaba hablando por teléfono. Bajó el auricular para decirnos: ‘Come on in, boys. Entren, chicos’.

 Te miraba diferente, te miraba con distinción. No vio ni mi edad, ni el color de mi piel. Me miraba como a un estadounidense. Me dio un fuerte apretón de manos y sonreía de modo muy especial. Salí de allí sintiendo que medía como tres metros”. Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Juan Romero con los crucifijos que le enviaba la gente, agradecida por su gesto. El jamás lo vio así: siempre pensó que si no lo hubiese saludado, Kennedy se habría salvado de su asesino. Bobby Kennedy sabía que lo iban a matar. Al menos, que iban a atentar contra su vida en algún momento.

 Primero, creía en el factor imitación: alguien iba a tratar de repetir la historia de su hermano presidente en Dallas. Pero después se convenció de los poderosos intereses que iban contra su candidatura, que ya era inevitable. La leyenda cuenta que la tarde del día en que fue baleado, mientras llegaban los resultados de la votación en California, Bobby dijo a los suyos: “Acabo de ver allí afuera a los tipos que me van a matar”. Tal vez haya sido una broma, pero se refería a tres agentes de la CIA, David Morales, Gordon Campbell y George Joannides, de la división Anti-Castro de la CIA en Miami. Días antes, el novelista francés Romain Gary le había dicho a Pierre Salinger, ex jefe de prensa de John Kennedy y que colaboraba ahora con Bobby: “A tu candidato lo van a matar”. Y hubo algo más.

 El día del crimen, en una charla informal entre periodistas, Jimmy Breslin, del “New York Daily News” y John Lindsay, de “Newsweek” mantuvieron un diálogo, breve y revelador, que quedó registrado. Breslin preguntó, y se preguntó, si Bobby tenía lo suficiente para llegar hasta el final. Y Lindsay le dijo: “Por supuesto que tiene lo necesario para llegar hasta el final. Pero no va a llegar hasta el final: alguien lo va a matar. Yo lo sé, ustedes lo saben, y es tan cierto como que estamos sentados aquí. Y él está allí afuera, esperando que lo maten”. Todo esto fue narrado por el historiador Richard Mahoney en un libro fundamental sobre los hermanos Kennedy: “Sons and Brothers”. Sin saber nada de esto, Juan Romero se atrincheró en la cocina del Ambassador a esperar que pasara Bobby en la noche del 4 al 5 de junio. 

La cocina del hotel era una ruta alternativa si es que el candidato no podía abandonar el hotel, o subir a sus habitaciones, por el hall central, repleto de gente. Alguien más conocía esa posibilidad: Sirhan, que, por la tarde del 4 de junio, preguntó si Kennedy podía optar por la cocina del hotel como camino a la salida del hotel o a su cuarto. Sirhan Sirhan is llevado fuera del hotel Ambassador después de haber disparado contra Bobby Kennedy Sirhan Sirhan is llevado fuera del hotel Ambassador después de haber disparado contra Bobby Kennedy Y a Kennedy lo llevaron por la cocina del hotel, tal como estaba pensado, en los primeros minutos del 5 de junio. 

Allí lo esperaba Romero. “Vi que Bobby saludaba a todas las manos que tenía enfrente. Me propuse felicitarlo y ver si me recordaba. Estiré mi mano derecha lo más que pude y, cuando llegó a mí, estrecho mi mano, dio un paso y, cuando soltaba mi mano, escuché los disparos.” Los disparos fueron al menos trece. La pistola de Sirhan podía disparar solo ocho. Enigma para expertos, jamás develado. Kennedy cayó de espaldas, los brazos extendidos en cruz, quienes estaban a su alrededor buscaron refugio y Romero se quedó solito frente al senador caído. “Me arrodillé junto a él y puse mi mano entre el concreto y su cabeza para que estuviera cómodo. Vi que sus labios se movían, así que me acerqué y le escuché decir: ‘¿Está todo el mundo bien?’ Le dije ‘todo el mundo bien’. Él dijo ‘Todo va a ir bien’ Y sentí su sangre correr entre mis dedos. Así me di cuenta de que estaba herido, y grave. Yo tenía en el bolsillo de mi camisa un rosario que mi mamá me había regalado. 

Y pensé que él iba a necesitarlo más que yo. De modo que lo até alrededor de su mano derecha”. Todo fue registrado por las cámaras de dos fotógrafos, Boris Yaro, de “Los Ángeles Times” y Bill Eppridge, de “Life”. Segundos después, Romero fue apartado por una desesperada Ethel Kennedy, embarazada de su undécimo hijo, y por los primeros médicos que fueron pedidos de urgencia ante el mismo micrófono desde el que Kennedy había anunciado su victoria en California. El senador fue llevado inconsciente al Hospital Buen Samaritano. Murió veintiséis horas más tarde, a los 42 años. La historia de Juan Romero siguió caminos poco luminosos. Aquella madrugada declaró ante la policía del condado de Rampart, donde había ocurrido el asesinato. 

En la mañana, cuando subió a un bus que lo llevaría a Roosevelt High, notó sangre seca en sus manos, que no limpió hasta muchas horas después. Nunca pudo quitar de sí, la sombra de haber contribuido a la muerte de Bobby Kennedy, un trauma hondo en un chico de 17 años que la adultez no pudo superar. Empezó a recibir centenares de cartas, de todo tipo. Algunas lo felicitaban por su acción. Otras lo culpaban por la muerte de Kennedy. Le llegaron miles de crucifijos que intentaban reemplazar el rosario que había dejado en la mano de Bobby. Centenares de personas lo buscaban a diario en el hotel para fotografiarse con él. Dijo basta. Dejó Los Ángeles y se mudó a Wyoming donde hizo una vida nueva. Se casó, tuvo cinco hijos, tres mujeres y dos varones. Terminó por regresar a California para instalarse en San José y dedicarse a la construcción y a la pavimentación de caminos. Entabló amistad con el periodista Rigo Chacón. 

Los dos visitaban en cada aniversario de la muerte de Kennedy, un parque céntrico donde se alza una estatua de Bobby. Romero solía dejar flores en ella porque era el escenario en el que Kennedy había hablado poco antes de su muerte, para decir a una multitud que la pobreza y el analfabetismo eran indecentes y que él veía cierta “erosión en la decencia nacional”. También fue amigo de Steve López, columnista de “Los Ángeles Times”, que fue quien escuchó la confesión de Romero: la sensación de culpa le había enturbiado la vida, lo había cercado y lo había dejado en cierto modo detenido en aquella noche de junio de 1968. Una nueva pareja, otro intento por rehacer su vida, le había abierto una hendija de aquella puerta cerrada. Recién a inicios del 2000, le dijo a López, pudo volver a ver las dramáticas fotos de Yaro y de Eppridge. 

“Fueron cincuenta años muy largos. Pero lo que vi en aquella foto, fue a un chico que ayudaba a alguien que lo necesitaba mucho y que en ese momento no tenía a nadie a su lado”. Romero dijo a su amigo periodista que no había sido un tipo perfecto, pero que había intentado vivir según los valores que Kennedy había defendido. Fue Steve López quien, en 2010, convenció a Romero para que, juntos, visitaran en el Cementerio Nacional de Arlignton, la tumba de Bobby Kennedy, no muy lejos de la de su hermano John. Romero, entonces, compró el primer traje de su vida y viajó a Arlington. “Sentí que necesitaba pedirle perdón por no haber podido evitar que lo balearan. 

Y allí, con mi traje nuevo, me sentí igual que el día que lo conocí. Orgulloso, como de tres metros”. Romero volvió varias veces a Arlington, para poner en paz a su pasado. María Shriver Kennedy, sobrina de Bobby ex primera dama de California, casada con Arnold Schwarzzeneger, dijo que siempre sintió mucha empatía por Romero, por lo difícil que le fue superar aquella noche. “Es difícil comprender por qué, alguien queda aferrado a algo para siempre. Para mí, su imagen será siempre la de una persona que intentó ayudar a otra”. Aunque nunca lo conoció en persona, deseó que Romero hubiera comprendido que había hecho algo humano en un momento trágico; esperaba que, finalmente, hubiera hallado paz. El Hotel Ambassador, escenario de esta historia, fue demolido en 2005. En su lugar, se alzan hoy las Robert F. Kennedy Schools. Juan Romero murió el 1 de octubre de 2018, por un ataque cardíaco. Tenía 68 años.

Secretos del negocio de la joya desconocida del mar argentino: se exporta a USD 10.000 por tonelada y desvive al paladar francés

 

Francia esparció el gusto por la vieira patagónica por el sur de EEUU, Canadá y otros países europeos. En la Argentina su pesca regulada empezó en 1996 e incluye a solo dos empresas y cuatro buques. Ya forma parte de la “marca país”
Por Sergio Serrichio 5 de Junio de 2021 

 En 1995 Pedro Bohnsdalen, primer gerente de Wanchese Sur, trajo a la Argentina el Buque Pesquero Erin Bruce y mediante un acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) y el Consejo Federal de Pesca (CFP) inició en el Mar Argentino la investigación de las pesquerías de vieira, un molusco al gusto francés y cuyos usos culinarios Francia esparció por el sur de EEUU, Canadá, Bélgica y otros países de Europa. 

 La investigación determinó suficiente cantidad y densidad de bancos de la especie en el Mar Argentino y hoy la vieira patagónica o magallánica es una de las variedades más apreciadas del mundo. La pesca regulada se inició en 1996 y desde entonces involucra a dos empresas, Wanchese y Glaciar Pesquera, y 4 buques, en una actividad regulada a través de “unidades de manejo” y cuotas anuales fijadas en mareas de prospección que desde 2015 hicieron de la vieira la quinta especie del Régimen de Administración por cuotas de captura individuales y transferibles en el Mar Argentino. Las dos firmas tienen, en partes iguales, el 90% de la cuota anual y el Estado se reservó el 10% restante. La vieira es un molusco (invertebrado) bentónico (del fondo marino).

 Por su forma, los moluscos se clasifican a su vez en bivalvos (parte blanda encerrada entre dos conchas: vieira, mejillón, ostra), univalvos (una concha, como el caracol) y cefalópodos o sin concha, como el pulpo y el calamar. Es un producto muy Premium, que en la Argentina, por volúmenes comparativos con la merluza, el calamar, el langostino, pasa desapercibida, pero la vieira patagónica ya es una “marca país” “Nos manejamos profesionalmente con productos premium”, dicen Pedro Ibar y Eric Bohnsdalen, hijos de Pedro, encargados de la parte operativa y el armado de la flota de Wanchese, que incluye 5 buques pesqueros: el Erin Bruce y el Miss Tide (incorporado en 2006, en reemplazo de Mister Big) para la captura de vieira, más dos “langostineros” y un “centollero”. En 2014, además, Wanchese Fish Co, fundada en EEUU en 1936, fue comprada por la canadiense Cooke Seafood Inc, una de las grandes pesqueras mundiales, también presente en Chile, Uruguay, Nicaragua, España y Escocia. Wanchese Sur exporta a EEUU el 100% de los callos de vieira. 

 “Es un producto muy premium, que en la Argentina, por volúmenes comparativos con la merluza, el calamar, el langostino, pasa desapercibida, pero la vieira patagónica ya es una “marca país” de la Argentina en todo el mundo”, cuenta Pedro Ibar. La producción argentina va a Norfolk, donde una parte se reprocesa para el consumo interno (a los norteamericanos les gusta el “scallop”, como llaman a la vieira, en medallones) y el resto se reexporta desde el puerto de Suffolk (Virginia, distante 20 kilómetros) a Canadá y Francia, donde los franceses lo consumen al modo más tradicional. Los callos, explica Pedro, se exportan con un proceso de precocción a bordo y una eco-etiqueta. “Somos la primera pesquería argentina con certificado del Marine Stewardship Council”, dice. MSC, la certificadora de productos pesqueros más importante del mundo, es un sello de calidad y pesca sustentable. Lograrlo es un proceso complejo, pero ordena la actividad pesquera. Se reexporta desde el puerto de Suffolk (Virginia, distante 20 kilómetros) a Canadá y Francia “Tenemos certificado de captura legal (permiso, lugares, cupos) y de análisis de toxinas y sanidad del Senasa”, dice Pedro y agrega que en 25 años “jamás en un músculo de vieira (esto es, en los callos) se detectaron toxinas”, que por las mareas rojas suelen afectar las vísceras de algunos bivalvos. 

“El europeo exige certificación; sin eso quedás afuera de cualquier producto Premium, un consumidor de vieiras, ostras o langostinos se da el lujo de elegir”, enfatiza. Wanchese puede capturar hasta 3.000 toneladas anuales, pero ahora está operando a la mitad de ese volumen, y promedia una exportación de USD 20 millones anuales de “vieira patagónica”, cerca de la mitad de las divisas que aporta anualmente la especie y entre 50 y 60% de las exportaciones anuales de la empresa (el resto, langostino y centolla). El precio actual es de unos USD 10.000 por tonelada, esto es, USD 10 por kilo. Por ser una especie de poca movilidad, cuyas unidades de manejo están entre las latitudes 38 y 46 y dentro de las 200 millas de la costa, la pesca de vieira no sufre la invasión de buques extranjeros (en especial, chinos) en la “Milla 201” (y en ocasiones adentro) del Mar Argentino, pero Wanchese es “solidaria” con las empresas afectadas y sufre su parte en la captura de langostino y centolla. Año a año, la pesca lidia además con la imprevisibilidad de las especies migratorias. 

“¿Qué pasaría si desaparece el langostino?”, se pregunta Pedro Ibar. Con la vieira, destaca, por ser una especie muy regulada e investigada, se puede tener una visión de largo plazo. Un problema es la competencia de la vieira cultivada. “Los chinos están subsidiados y venden a precios imposibles de competir. El mercado para la vieira argentina y otras variedades se mantiene porque la vieira cultivada china no está certificada Un problema es la competencia de la vieira cultivada china. “Está subsidiada y venden a precios imposibles de competir”, dicen los Bohnsdalen. El mercado para la vieira argentina y otras variedades se mantiene porque la vieira cultivada china no está certificada, clave en un producto Premium. En la Argentina no hay cultivo de vieira, pero sí consumo local de la “vieira tehuelche”, que algunos buzos extraen “artesanalmente” frente a las costas de Puerto Madryn

. “Los nuestros son buques-factoría, llevan 30 personas en cada salida, con salarios altos”, explica Pedro (h). Wanchese tiene 200 empleados (180 son personal de a bordo, 20 adminitrativo) y genera otro tanto de trabajo de proveedores en tierra (mecánica, electrónica, electricidad, calderería, refrigeración). Cualquier trabajo en un buque cuesta el doble que en tierra, dicen los Bohndsalen Además, los protocolos por la pandemia encarecieron la operación. “Fuimos de los primeros en implementar el traslado de la tripulación a hoteles, previo embarque: test de PCR negativo, más cuatro días de aislamiento, antes de embarcar a una persona. Tuvimos casos en la empresa, pero no con la marinería a bordo. Y no es casual: en los congeladores se hacen mareas de 25 a 40 días, son personas que se cuidan mucho”, dice Pedro. Los buques de Wanchese operan desde Mar del Plata, aunque los callos se exportan desde el puerto de Buenos Aires. “Glaciar Pesquera (la otra exportadora de vieiras) tiene salida desde Ushuaia, pero nosotros exportamos desde Buenos Aires porque a Mar del Plata no están entrando portacontenedores, el puerto está quedando cada vez más abandonado”, dicen los Bohnsdalen.

 Los productos pesqueros pagan un “derecho de exportación” del 5% (caja fiscal) y en algunos casos tienen un “reintegro” de hasta el 1,5%, según su “valor agregado”. Wanchese integra la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (CAIPA) y Armadores Langostineros Federales Argentinos (ALFA), cuyo gerente, Daniel Coluccio, calificó a Miss Tide, uno de los buques de la empresa, como “un pura sangre, una fábrica flotante, una riqueza del Mar Argentino con destino al mundo” y en un hilo por la red social Twitter describió e ilustró el proceso técnico: calibradoras que clasifican las vieiras por tamaño y devuelven las menores al mar, serpentinas de transporte, zonas de cocido a vapor, separación de aparato digestivo, concha y callo, limpieza de este con agua y rodillos abrasivos, verificación humana de calidad y envasado en cajas de 20 kilos. Las vieiras, dice el Larousse Gastronomique, biblia de la cocina francesa, vienen con una etiqueta de salubridad. En general, se consumen cocidas, pero la moda de los productos crudos marinados gana terreno. Se sirven en su concha, a la americana, al champán, al curry o al gratén, con distintas salsas, en brochetas, salteadas a la provenzal o frías en ensalada, y simbolizan una comida festiva.

El Municipio sigue desplegando con éxito los abordajes sanitarios barriales

 


"No hay que descuidar ningún frente de salud porque las personas tienen mucha necesidad de resolver otro tipo de patologías y nosotros queremos que tengan un control diario de cada una de ellas", explicó el secretario de Salud Municipal. Se desarrolló durante la mañana de hoy en la plaza del barrio Moisés Lintridis 1 un nuevo abordaje sanitario municipal con el objeto de detectar de manera temprana, casos positivos de Covid-19. 

Nuevamente, los vecinos tuvieron la posibilidad de informarse o efectuarse un hisopado, para saber si están cursando o no la enfermedad. El abordaje contó con un puesto de inscripción para la vacunación contra el Covid-19 y el trabajo territorial de personal de la Secretaría de Salud, de Desarrollo Humano y de la Secretaría de Desarrollo Territorial e Infraestructura que visitaron casa por casa como medida de apoyo para el rastreo de casos asintomáticos, seguimiento de personas confirmadas y asistencia de necesidades que puedan surgir entre los vecinos.

 En el lugar se hicieron presentes el secretario de Salud Dr. Marcelo Schiavoni (miembro también del Consejo Asesor de Salud) y la Subsecretaria de Estrategia Sanitaria, Dra. Lorena Mattei, quienes explicaron que el objetivo fundamental de este despliegue en los barrios es la prevención y el seguimiento de todo lo concerniente a la pandemia, pero incluyendo una visión más amplia, dado que de muchas patologías surge una demanda espontánea y es necesario que toda la población de Zárate acceda cerca de su casa a la atención primaria de la salud. 

“Aproximadamente en 13 días se hicieron 10 barrios, un promedio de 500 vecinos visitados y un total de 300 testeos, es decir hisopados, de los cuales hemos detectado 80 positivos que eran asintomáticos y que los detectamos en este abordaje sanitario municipal. Hay un trabajo territorial enorme, se hace un diagnóstico previo de los barrios que se van a visitar, se divide en cuadrículas y se trabaja en conjunto con Desarrollo Humano también, no solamente hay gente de salud recorriendo los barrios, se va casa por casa, pero también el vecino se puede arrimar al móvil fijo” explicó el secretario de Salud. Respecto a la situación del sistema de salud público y privado local, el Dr. Schiavoni agregó: “Hoy por hoy el Hospital tiene una ocupación de las camas de terapia al 100% pero un tercio es Covid y dos tercios es patología no Covid, y un tercio del sector de camas comunes también está ocupado por patologías Covid. 

La ocupación en las dos Clínicas es de un 60% hoy y se repite la misma situación: un tercio de las internaciones de terapia o de camas comunes corresponde a patologías Covid y dos tercios de los internados son de otras patologías”. Por último, la Dra. Lorena Mattei añadió: “Asimismo estamos tratando de hacer énfasis en lo que es salud de la mujer integral, no sólo de la embarazada sino también en la detección de patologías prevenibles como es el cáncer de cuello de útero y cáncer de mama. Por ello, seguimos reforzando en los Centros de Atención Primaria lo que es control de la embarazada y vacunación de los niños. No dejen de hacerse los controles. Hay un poco de demora porque tenemos que cumplir con los protocolos, pero es muy importante que continuemos con esto. Para turnos pueden comunicarse con el Hospital Intermedio al 447799 o acercarse o comunicarse telefónicamente con las salas de atención primaria para recibir orientación".

viernes, 4 de junio de 2021

Así fue como investigadores aficionados descubrieron lo que ocultó el laboratorio de Wuhan

 

Rowan Jacobsen / Newsweek Internacional
Rowan Jacobsen / Newsweek Internacional vie, 4 de junio de 2021 2:11 p. m. DURANTE la mayor parte del año pasado, la idea de que la pandemia del coronavirus pudo haber sido desatada por un accidente de laboratorio en Wuhan, China, fue desestimada en gran medida y se le consideró como una teoría conspiratoria racista del movimiento de la derecha. A principios de 2020, The Washington Post acusó al senador estadounidense Tom Cotton de “echar leña al fuego en una teoría conspiratoria que ha sido desmentida repetidamente por expertos”. 

CNN se incorporó al debate con la pieza informativa titulada "Cómo desmentir las teorías conspiratorias y la desinformación sobre el coronavirus proveniente de amigos y familiares". La mayoría de los medios noticiosos más populares, desde el The New York Times (“teoría marginal”) hasta NPR (“Científicos desmienten la teoría del accidente de laboratorio”), se mostraron igualmente desdeñosos. Newsweek fue una excepción al informar, en abril de 2020, que el Laboratorio de Virología de Wuhan (LVW) participaba en investigaciones de ganancia de función y podría haber sido el sitio donde se produjo la fuga; Mother Jones, Business Insider, el NY Post y FOX News también fueron excepciones. Sin embargo, en los últimos días la historia ha incursionado en el discurso público. El presidente estadounidense Joe Biden ha exigido una investigación a los organismos de inteligencia de su país. Y los medios convencionales, en un sorprendente cambio de dirección, consideran esta posibilidad con enorme seriedad. 

 La razón del repentino cambio de actitud es clara: durante las semanas y meses de la pandemia, la cantidad de pruebas sustanciales que señalan al laboratorio de Wuhan continúa aumentando, hasta el punto en que se ha vuelto demasiado grande como para pasarla por alto. Quienes se encargaron de descubrir estas pruebas no son periodistas ni espías ni científicos. Son un grupo de investigadores aficionados, con pocos recursos y mucha curiosidad, además de la disposición a dedicar días a explorar la internet en busca de pistas. 

Durante toda la pandemia, alrededor de dos docenas de corresponsales, muchos de ellos anónimos, que trabajaron independientemente desde muchos países distintos, han descubierto oscuros documentos, han enlazado la información y la han explicado en largos hilos de Twitter, en una especie de lluvia de ideas colectiva y de fuente abierta que fue, en parte, ciencia forense, en parte periodismo ciudadano, y algo totalmente nuevo. Se hacen llamar DRASTIC, siglas de Decentralized Radical Autonomous Search Team Investigating Covid-19 (Equipo de Búsqueda Radical Autónomo que Investiga el Covid-19). Durante mucho tiempo, los descubrimientos de DRASTIC se limitaron al extraño mundo de Twitter, y eran conocidos únicamente por unos cuantos seguidores nerds. 

Estos investigadores se toparon con una buena cantidad de callejones sin salida, se enfrascaron en ocasionales disputas con científicos que no estaban de acuerdo con sus interpretaciones y produjeron en tiempo real una gran cantidad de información sin filtrar. Gradualmente, la calidad de su investigación y el rigor de su pensamiento atrajeron a más seguidores, entre ellos, muchos científicos y periodistas profesionales. Gracias a DRASTIC ahora sabemos que el Instituto de Virología de Wuhan tenía una amplia colección de coronavirus reunidos tras muchos años de búsqueda en cuevas de murciélagos, y que muchos de ellos, como el pariente más cercano que se conoce del SARS-CoV-2, el virus que provocó la pandemia, provenían de un pozo de mina donde, en 2012, tres hombres murieron debido a una enfermedad que, se sospecha, era semejante al SARS. Ahora sabemos que el LVW trabajaba activamente con estos virus, utilizando protocolos de seguridad inadecuados, en formas que pudieron haber desencadenado la pandemia, y que el laboratorio y las autoridades chinas han trabajado arduamente para ocultar esas actividades.

 Sabemos que los primeros casos aparecieron semanas antes del brote en el mercado de Huanan, que alguna vez se consideró como la zona cero. Por supuesto, nada de esto demuestra que la pandemia haya iniciado en el laboratorio de Wuhan: es totalmente posible que no haya sido así. Sin embargo, las pruebas reunidas por DRASTIC equivalen a lo que los fiscales denominan causa probable, es decir, un argumento sólido y basado en pruebas a favor de una investigación completa. No se sabe si los mejores esfuerzos de Estados Unidos y otras naciones para investigar la hipótesis de la fuga en el laboratorio producirán pruebas inequívocas en un sentido o en otro, al menos, sin la plena cooperación de China, lo cual es poco probable. EXTRAÑAS COINCIDENCIAS 

 El joven indio que se hace llamar The Seeker (el buscador) tiene poco menos de 30 años, vive en alguna parte del este de India y utiliza una pieza de arte tribal de su región de Bengala Occidental en su icono de Twitter, señala en un correo electrónico. Su carrera ha sido una mezcla de arquitectura, pintura y cinematografía; su madre y su hermana dicen que es un khichdi, que significa una mezcla de ingredientes dispares que se suman para producir algo sorprendente y delicioso. Siendo un voraz autodidacta, se convirtió en experto en la búsqueda en los oscuros callejones de la red, muy lejos de los lugares bien iluminados patrullados por Google, en busca de información sobre cualquier tema que le interesara. Publicaba frecuentemente en Reddit, donde ha acumulado la enorme cantidad de 750,000 puntos de karma. Eso fue lo único que The Seeker le reveló a Newsweek mediante correo electrónico y mensajes; él prefiere mantener su anonimato. Al igual que la mayoría de las personas que seguían las noticias al inicio de la pandemia, The Seeker creía inicialmente que el virus había pasado de los animales salvajes a los seres humanos en un mercado de Wuhan. (El 27 de marzo tuiteó: “Nadie quiere ver morir a sus padres, su abuelo y su abuela por un estúpido virus proveniente de un mercado de animales exóticos”). 

Él creía esto porque era lo que la prensa establecida le decía, y la prensa establecida lo creía porque eso era lo que decía un puñado de científicos. La biografía en Twitter de The Seeker. Las personas responsables de revelar la historia de la fuga del laboratorio de Wuhan no son periodistas ni espías ni científicos. Son investigadores aficionados con pocos recursos y mucha curiosidad y disposición a dedicar días a explorar la internet en busca de pruebas. Imagen: Twitter La biografía en Twitter de The Seeker. Las personas responsables de revelar la historia de la fuga del laboratorio de Wuhan no son periodistas ni espías ni científicos. 

Son investigadores aficionados con pocos recursos y mucha curiosidad y disposición a dedicar días a explorar la internet en busca de pruebas. Imagen: Twitter Uno de los principales científicos de ese grupo era un biólogo llamado Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, un grupo de investigación sin fines de lucro que dirigía un amplio programa internacional para estudiar patógenos naturales con el potencial de provocar una pandemia. Daszak había colaborado durante años con Shi Zhengli, directora del Instituto de Virología de Wuhan (IVW) y renombrada viróloga de murciélagos. Daszak fue coautor, junto con Shi, de casi una docena de artículos y le canalizó a esta última al menos 600,000 dólares de subvenciones del gobierno estadounidense. 

 Como la pandemia surgió prácticamente a las puertas del laboratorio con la mayor colección de coronavirus del mundo, provocando especulaciones de que el IVW podría estar involucrado, Daszak y otros 26 científicos firmaron una carta que fue publicada en The Lancet el 19 de febrero de 2020. “Nos unimos para condenar claramente las teorías conspiratorias que sugieren que el covid-19 no tiene un origen natural”, se lee en dicha carta. Ahora sabemos, gracias a una solicitud amparada por la Ley de Libertad de Información, que Daszak orquestó la carta para evitar que se hablara de una fuga en el laboratorio. Él fue quien la escribió, que se puso en contacto con otros científicos para que la firmaran, y quien trabajó tras bambalinas para hacer que la carta pareciera representar el punto de vista de una amplia gama de científicos. 

"Esta declaración no tendrá el logotipo de EcoHealth Alliance y no podrá identificarse como procedente de cualquier organización o persona", escribió en su presentación a los firmantes. Científicos cuyo trabajo se había traslapado con el del IVW acordaron no firmarla, de manera que pudieran "publicarla en una forma que no se relacionara con nuestra colaboración". Sin embargo, en ese momento no había ningún indicio del papel de Daszak como organizador. La carta ayudó a que este apareciera en todos los medios de comunicación, donde calificó la posibilidad de una filtración en el laboratorio como “ridícula”, “sin bases” y “puras tonterías”. 

También atacó a los científicos que publicaron pruebas que señalaban al laboratorio. Parte de la razón por la que la teoría del laboratorio no tenía sentido, afirmó, fue que el laboratorio de Wuhan no cultivaba ningún virus ni remotamente parecido al SARS-CoV-2. (Daszak no ha respondido a las solicitudes de comentarios hechos por Newsweek). Durante mucho tiempo, Daszak tuvo una influencia sorprendente. Pocas personas en los medios lo cuestionaban o señalaban que su carrera y organización sufrirían un profundo daño si resultaba que su trabajo había formado parte indirectamente de la pandemia. Su cómplice involuntario fue Donald Trump, quien adoptó la teoría, convirtiendo lo que debía haber sido una cuestión científica en un tema político. 

 Cuando el gobierno de Trump canceló los contratos con EcoHealth Alliance en los que se habían gastado millones de dólares en investigaciones sobre nuevos virus, 60 Minutes difundió un segmento en el que se presentaba a Daszak como un mártir de la maquinaria conspiratoria de la derecha. Para los derechistas de todas partes parecía una cuestión muy simple: el enemigo de mi enemigo es mi amigo: por lo tanto, la teoría de la fuga del laboratorio es una tontería. UN OLORCILLO A CENSURA Para principios de 2020, The Seeker comenzaba a cuestionar ese punto de vista. Había comenzado a interactuar con personas que estaban socavando los puntos de vista generalmente aceptados. 

 Una parte importante fue una extensa publicación en Medium hecha por Yuri Deigin, el empresario canadiense de la longevidad, en la que se hablaba del RaTG13, un virus que Shi Zhengli había revelado al mundo en un artículo publicado el 3 de febrero en la revista Nature. En ese artículo, Shi presentó el primer análisis amplio del SARS-CoV-2, que aparentemente había salido de la nada; el virus no se parecía a nada que se hubiera visto antes, incluido el primer SARS, que provocó la muerte de 774 personas de 2002 a 2004. 

Sin embargo, en su artículo Shi también presentó el RaTG13, un virus con una configuración genética similar a la del SARS-CoV-2, lo que lo convertía en el único pariente cercano del virus hasta ese momento. En el artículo no se presentaban datos precisos sobre el origen del RaTG13. No se indicaba exactamente dónde o cuándo se había encontrado; solo que se había detectado previamente en un murciélago de la provincia de Yunnan, en el sur de China. El artículo suscitó la sospecha de Deigin. Se preguntó si el SARS-CoV-2 podría haber surgido por alguna mezcla y ajuste genéticos realizados en un laboratorio que trabajara con el RaTG13 o con virus relacionados. Su publicación fue convincente y amplia. The Seeker publicó la teoría de Deigin en el sitio Reddit, que de inmediato suspendió permanentemente su cuenta. Ese temprano olorcillo a censura despertó la curiosidad de The Seeker, y lo llevó a leer más sobre las ideas del grupo en Twitter. 

“Encontré a un animado grupo de personas ansiosas de debatir y explorar el tema”, declaró a Newsweek por correo electrónico. Se trataba de un grupo ecléctico. Había empresarios, ingenieros y una microbióloga de la Universidad de Innsbruck llamada Rossana Segreto. Ninguno de ellos se conocía previamente; se acercaron al foro después de concluir, cada uno por su cuenta, que la opinión generalizada sobre los orígenes del covid-19 no tenía sentido. Las conversaciones eran moderadas por un bromista coordinador que vivía en algún lugar de Asia, se identificaba con el seudónimo de Billy Bostickson y cuyo icono de Twitter era la caricatura de un mono de laboratorio molido a golpes. The Seeker encajó perfectamente en el grupo. 

“Ellos me ayudaron a ponerme al corriente en el debate y comencé a informarme”, dice. “Antes de darme cuenta me enganché en el misterio”. En parte, lo impulsaba la curiosidad, pero también un creciente sentido del deber cívico. “El covid-19 le ha quitado la vida a incontables personas y ha devastado a muchas otras. Pero también ha dejado muchas pistas que no se han seguido. La humanidad merece respuestas”. Peter Daszak, miembro del equipo de la OMS, sale de su hotel después de que el equipo de dicha organización concluyera su investigación sobre los orígenes del coronavirus que provoca el covid-19 en Wuhan, el 10 de febrero de 2021. Hector Retamal/AFP Peter Daszak, miembro del equipo de la OMS, sale de su hotel después de que el equipo de dicha organización concluyera su investigación sobre los orígenes del coronavirus que provoca el covid-19 en Wuhan, el 10 de febrero de 2021. Hector Retamal/AFP The Seeker y el resto del grupo estaban cada vez más convencidos de que el RaTG13 podría ser la clave para obtener algunas de esas respuestas.

 En un vibrante hilo, media docena de participantes analizaron sus misterios, explorando la internet y los artículos anteriores del IVW en busca de pistas. Si hubo un momento en el que el equipo DRASTIC se fusionó para formar algo más que sus partes separadas, ese momento sería ese hilo. En tiempo real, y a la vista de todo el mundo, analizaron los datos, pusieron a prueba varias hipótesis, se corrigieron unos a otros y lograron varios aciertos directos. Los hechos clave se conjuntaron rápidamente. La secuencia genética del RaTG13 coincidía perfectamente con una pequeña pieza de código genético publicado como parte de un artículo que Shi Zhengli escribió años antes, pero que nunca se volvió a mencionar. El código provenía de un virus que el IVW había encontrado en un murciélago de Yunnan. Tras relacionar detalles clave de ambos artículos con antiguas notas periodísticas, el equipo DRASTIC determinó que el RaTG13 provenía de un pozo de mina del condado de Mojiang, en la provincia de Yunnan, donde seis hombres que recogían guano de murciélago en 2012 habían enfermado de neumonía. 

Tres de ellos murieron. DRASTIC se preguntó si esos habían sido los primeros casos de seres humanos infectados con un precursor del SARS-CoV-2, quizás el RaTG13 o algo parecido a él. En un perfil que apareció en Scientific American, Shi Zhengli reconoció haber trabajado en un pozo de mina del condado de Mojiang donde varios mineros habían muerto. Sin embargo, evitó relacionar este hecho con el RaTG13 (una omisión que también había cometido en sus artículos científicos), afirmando que lo que había matado a los mineros era un hongo que se hallaba en la caverna. ¿UNA CORAZONADA? Esa explicación no convenció al grupo DRASTIC. 

Ellos sospechaban que un virus parecido al SARS, y no un hongo, había provocado la muerte de los mineros y que, por alguna razón, el IVW trataba de ocultar ese hecho. Se trataba de una corazonada, y no tenían ninguna forma de demostrarlo. En ese punto, The Seeker reveló sus poderes de investigación al grupo. En sus exploraciones en línea había descubierto recientemente una enorme base de datos china de publicaciones académicas y tesis llamada CNKI. Ahora se preguntaba si en algún lugar de ese enorme circuito podría haber información sobre los mineros enfermos. Trabajando hasta la madrugada en su mesa de noche con su teléfono y su computadora portátil, impulsado por el chai y utilizando caracteres chinos con la ayuda de Google Translate, ingresó “Mojiang”, el condado donde se localizaba la mina, en combinación con cualquier otra palabra que se le ocurriera y que pudiera ser relevante, traduciendo inmediatamente al inglés cada tanda de resultados. “Mojiang + neumonía”; “Mojiang + LVW”; “Mojiang + murciélagos”; “Mojiang + SARS”. 

Cada búsqueda producía miles de resultados y media docena de bases de datos de revistas, libros, periódicos, tesis de maestría, disertaciones doctorales. Noche tras noche, The Seeker exploró todos esos resultados, pero nunca encontró nada útil. Cuando se le agotó la energía, hizo una pausa para jugar videojuegos y beber más chai. Estaba a punto de darse por vencido, dice, cuando dio en el blanco: una tesis de maestría de 60 páginas escrita en 2013 por un estudiante de la Universidad de Medicina titulada “El análisis de seis pacientes con neumonía grave provocada por virus desconocidos”. El documento describía con todo detalle las condiciones y el tratamiento paso por paso de los mineros. También mencionaba al presunto culpable: “Provocada por [un coronavirus] semejante al SARS proveniente del murciélago de herradura chino, o de otros murciélagos”.

 El 18 de mayo de 2020, The Seeker publicó el enlace sin muchos aspavientos, y continuó con una segunda tesis de un estudiante de licenciatura del Centro para el Control de Enfermedades de China, donde se confirmaba gran parte de la información del primer documento. Cuatro de los mineros habían dado positivo en la prueba de anticuerpos de una infección parecida al SARS. Y el IVW había realizado pruebas con las muestras de todos ellos. (Poco después de que The Seeker publicara las tesis, China cambió los controles de acceso a CNKI (Infraestructura Nacional del Conocimiento de China, una base de datos de publicaciones académicas de ese país) para que nadie pudiera realizar de nuevo esa búsqueda). 

 Si un virus semejante al SARS había surgido en 2012, había sido encubierto, y el IVW había enviado personas a la mina para recoger más muestras y llevarlas de vuelta a Wuhan, esta noticia debía haber aparecido en primera plana al día siguiente. En cambio, no se publicó ni una sola nota en varias semanas. En el Reino Unido aparecieron unas cuantas notas, entre ellas, un artículo en el Sunday Times. Los medios estadounidenses hicieron caso omiso. “Definitivamente, yo esperaba que apareciera en todos los espacios noticiosos”, admite The Seeker. “Me sorprendió la falta general de interés en los hechos o en la razón. 

Y todavía me desconcierta que, aun con todos sus recursos, los medios de investigación corporativos estén terriblemente a la zaga”. En esta ilustración, creada en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., se revela la morfología ultraestructural que muestran los coronavirus. Imagen: CDC En esta ilustración, creada en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., se revela la morfología ultraestructural que muestran los coronavirus. Imagen: CDC En unos cuantos días, DRASTIC logró localizar las coordenadas de la misteriosa mina de Mojiang, pero no lograría atraer la atención de los medios sino hasta finales de 2020, cuando inició una carrera para llegar ahí. El primer intento lo hizo John Sudworth de la BBC, que encontró el camino bloqueado por camiones y guardias. (Sudworth pronto sería obligado a salir de China debido a ese reportaje). AP lo intentó por esas mismas fechas, pero tampoco tuvo suerte. Más tarde, equipos de NBC, CBS, Today y otros medios también encontraron el camino bloqueado por camiones, árboles y hombres furiosos. 

A algunos les dijeron que era peligroso seguir porque había elefantes salvajes. Finalmente, un reportero de The Wall Street Journal llegó a la entrada de la mina viajando en una bicicleta de montaña, solo para ser detenido durante cinco horas para ser interrogado. Los secretos de la mina aún no han sido descubiertos. UN ENORME JUEGO DE SUDOKU Aunque la revelación de la mina de Moijang realizada en mayo de 2020 no llegó a ninguna parte en los medios, atrajo nuevos miembros a DRASTIC, lo que permitió al grupo expandir sus labores de recopilación de inteligencia para abarcar desde la genética viral hasta los protocolos de seguridad en los laboratorios biológicos. El 21 de mayo de 2020, Billy Bostickson llamó al grupo “DRASTIC Research”. También comenzó a dividir al equipo en subgrupos que se enfocarían en distintos aspectos del caso. Pronto comenzaron a publicar regularmente sus descubrimientos, los cuales hacían que la participación del laboratorio pareciera más probable. Un miembro clave del equipo fue Francisco de Asís de Ribera, un científico de datos de Madrid con un gran talento en la minería de grandes conjuntos de datos. 

Con el paso de los años, el IVW había publicado en distintos medios y formatos una gran cantidad de información sobre sus proyectos de cacería de virus. Ribera comenzó a armarlo todo en “un enorme juego de Sudoku”, buscando espacios donde pudiera hallar algunas de las piezas faltantes, armando lentamente un amplio mapa de todo el programa del IVW en relación con los virus. Él y The Seeker conformaron un formidable equipo, The Seeker al desenterrar nuevas piezas del rompecabezas y Ribera haciéndolas encajar en su lugar. (“Siempre he considerado que Francisco y yo somos como el detective McNulty y el detective Freamon de The Wire”, bromeó The Seeker en un mensaje enviado a Newsweek). 

 Ribera fue el responsable de resolver otra pieza del rompecabezas del RaTG13. ¿Acaso el LVW había trabajado activamente en el RaTG13 durante los siete años desde su descubrimiento? Peter Daszak lo negó: nunca habían usado el virus porque no era lo suficientemente similar al SARS original. “Pensamos que era interesante, pero que no planteaba un riesgo alto”, declaró a Wired. “Así que no hicimos nada al respecto y lo dejamos en el congelador”. Ribera desmintió esa declaración. Cuando se publica un nuevo artículo científico sobre genética, los autores deben integrar las secuencias genéticas correspondientes a una base de datos internacional. 

Al examinar algunas etiquetas de metadatos que habían sido integradas accidentalmente por el IVW junto con sus secuencias genéticas del RaTG13, Ribera descubrió que los científicos del laboratorio habían estudiado activamente el virus en 2017 y 2018; no lo habían metido en un congelador y se habían olvidado de él después de todo. De hecho, el IVW había estado muy interesado en el RaTG13 y en todo lo que proviniera del pozo de mina de Mojiang. A partir de su gigantesco juego de Sudoku, Ribera determinó que, en el lapso de varios años, habían hecho al menos siete diferentes viajes a la mina y que habían recolectado miles de muestras. Ribera conjetura que, en 2012 y 2013, su tecnología no era lo suficiente buena para hallar al virus que había matado a los mineros, por lo que volvieron varias veces conforme mejoraban las técnicas. 

 También hizo una audaz predicción. Al hacer referencias cruzadas de trozos de información provenientes de varias fuentes, Rivera infirió en un hilo de Twitter con fecha del 1 de agosto de 2020, que un grupo de ocho virus relacionados con el SARS, los cuales fueron mencionados brevemente en una oscura sección de un artículo del IVW, también provenían de la mina de Mojiang. En otras palabras, no habían encontrado un pariente del SARS-CoV-2 en ese pozo de mina, sino que habían encontrado nueve. En noviembre de 2020, Shi Zhengli confirmó muchas de las sospechas de DRASTIC sobre la cueva de Mojiang en un apéndice de su artículo original sobre el RaTG13 y en una charla realizada en febrero de 2021. La viróloga china Shi Zhengli, en el interior del laboratorio P4 en Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en China, en febrero de 2017. Foto: Johannes Eisele/AFP/Getty Desde luego, la única razón que tenía Ribera para realizar esas investigaciones sherlockianas era que el IVW no había compartido los datos que los investigadores habían solicitado.

 El IVW mantenía una base de datos en su sitio web con toda la información sobre los virus de su colección, incluida la que no había sido publicada, pero esa página del sitio web ha estado vacía durante algún tiempo. En enero de 2021, cuando se le preguntó sobre la base de datos perdida, Shi Zhengli explicó que se había colocado fuera de línea durante la pandemia debido a que el servidor web del IVW se había convertido en blanco de ataques en línea. Sin embargo, una vez más, DRASTIC halló huecos en esta explicación: la base de datos había sido retirada el 12 de septiembre de 2019, poco antes del inicio de la pandemia, y mucho tiempo antes de que el IVW pudiera convertirse en blanco de ataques. Otras bases de datos arrojaron distintas pruebas. 

En las solicitudes y otorgamientos de subvenciones del IVW, The Seeker halló descripciones detalladas de los planes de investigación del Instituto, y estas eran condenatorias: había proyectos en marcha para probar la ineficacia de nuevos virus semejantes al SARS que descubrieron en células humanas y en animales de laboratorio, para ver cómo podrían mutar al pasar de una especie a otra, y para recombinar genéticamente partes de virus distintos, todo lo cual se realizó con niveles de bioseguridad deplorables. Estaban presentes todos los elementos para provocar un desastre. Desde luego, eso no prueba que haya ocurrido algún desastre. 

A menos que se cuente con los improbables testimonios de testigos oculares, quizá nunca lo sepamos. Pero todas las pruebas que DRASTIC ha encontrado señalan en la misma dirección: el Instituto de Virología de Wuhan ha pasado años recolectando peligrosos coronavirus, algunos de los cuales nunca ha revelado al mundo. Ha sometido a pruebas activamente a esos virus para determinar su capacidad de infectar a las personas, así como cuáles mutaciones pueden ser necesarias para mejorar esa capacidad, probablemente, con el objetivo final de producir una vacuna que protegiera contra todos ellos. Y el esfuerzo que se realiza actualmente para encubrir esto implica que algo pudo haber salido mal. EN LA CORRIENTE DOMINANTE A principios de 2021, DRASTIC había generado tanta información que nadie podía mantenerse al corriente, ni siquiera sus propios investigadores, por lo que lanzaron su propio sitio web como repositorio.

 El sitio contiene suficientes artículos científicos, hilos de Twitter, traducciones de documentos en chino y enlaces a artículos como para mantener ocupado por meses a un detective curioso. Un número cada vez mayor de esos detectives son periodistas y científicos profesionales. “Rossana Segreto y Yuri Deigin son mis héroes”, dice el escritor Nicholson Baker, que publicó un influyente artículo sobre la teoría de la fuga del laboratorio en la revista New York. “Ellos analizaron las investigaciones, realizaron inspiradas conexiones y descubrieron piezas cruciales de la historia que tenían que ser contadas. Puede decirse lo mismo de Mona Rahalkar y Billy Bostickson. Sacaron los trapos sucios de la ciencia en forma colectiva”. 

 El periodista británico Ian Birrell está de acuerdo. “No hay duda de que sus esfuerzos colectivos… han sido cruciales para desafiar a China y al orden establecido científico con el fin de garantizar que la teoría de la fuga del laboratorio se investigue adecuadamente”, escribió en Unherd. “Ha sido fascinante ver, en el curso de mis investigaciones realizadas el año pasado, cómo este grupo de activistas, en conjunto con algunos científicos valientes, ha hecho que la hipótesis de la fuga del laboratorio vea la luz”. Una de esas científicas fue Alina Chan, bióloga molecular del Instituto Broad del MIT y Harvard que reconoció el valor de la información que generaba DRASTIC y comenzó a interpretarla para científicos y no científicos en lúcidas explicaciones publicadas en Twitter, lo que la convirtió en una estrella de la comunicación científica. 

Chan reconoció los logros del grupo en un largo hilo de Twitter. “Sin el trabajo realizado por el equipo DRASTIC, realmente no sé dónde estaríamos ahora con respecto a los orígenes del covid-19”, escribió, y añadió que “el trabajo de estos elementos ajenos al área… ha tenido un considerable impacto en el discurso científico”. Ese discurso científico cambió repentinamente el 6 de enero de 2021, cuando Jesse Bloom, virólogo de la Universidad de Washington y uno de los investigadores más respetados del país acerca del covid-19, se convirtió en la primera figura científica importante en legitimar públicamente las aportaciones de DRASTIC. “Sí, sigo el trabajo”, tuiteó, haciendo que el orden científico establecido se estremeciera. “No estoy de acuerdo [con] todo, pero algunas partes parecen importantes y correctas”. Bloom destacó el artículo de Mona Rahalkar sobre la mina de Mojiang, y añadió que, en los primeros días de la pandemia, “pensé que el escape del laboratorio era muy improbable. Con base en el trabajo posterior, ahora pienso que es bastante plausible”. 

 Otros científicos presionaron a Bloom para que reconsiderara, pero mantuvo su opinión, y el muro de silencio comenzó a desmoronarse. El 17 de mayo, científicos de Harvard, Yale, MIT, Stanford y otras importantes instituciones y personas, entre ellas Chan, se unieron a Bloom en una carta publicada en Science donde se hacía un llamado a realizar una investigación detallada sobre el laboratorio de Wuhan. Casi el mismo día, The Seeker atacó de nuevo. Tras entrar en una base de datos alojada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China, buscó todas las tesis supervisadas por Shi Zhengli. Bum. Tres resultados. “Lo logré en mi primer intento”, dice. “No estoy seguro de por qué nadie más pensó antes en esto, pero creo que nadie lo estaba buscando”. Si acaso hubiera algún resto de duda sobre el patrón de engaños del IVW, estas nuevas tesis lo descartarían de inmediato. 

En ellas se indica que los investigadores del Instituto nunca habían creído que un hongo había provocado la muerte de los mineros de Mojiang, lo que contradice las afirmaciones de Shi en Scientific American y en otras publicaciones. De hecho, los investigadores del IVW estaban tan preocupados por un nuevo brote de un virus parecido al SARS que hicieron pruebas de sangre a los habitantes de los poblados cercanos para detectar otros posibles casos. 

Y habían conocido las secuencias de los otros ocho virus parecidos al SARS provenientes de la mina, lo que pudo haber ayudado a los científicos a saber más acerca del SARS-CoV-2 en los primeros días, mucho antes de que iniciara la pandemia, pero se habían guardado la información para ellos mismos, hasta que DRASTIC los puso en evidencia. Pocos días después de las nuevas revelaciones y de la carta publicada en Science, cada vez más académicos, políticos e incluso los medios convencionales comenzaron a tomar en serio la teoría de la fuga del laboratorio, lo que culminó el 26 de mayo cuando el presidente estadounidense Joe Biden ordenó a los organismos de inteligencia de su país “que redoblaran sus esfuerzos para recopilar y analizar información que pudiera acercarnos a una conclusión definitiva”. 

Biden prometió que “Estados Unidos también seguirá trabajando con socios de ideas afines en todo el mundo para presionar a China para que participe en una investigación internacional plena, transparente y basada en evidencias y para que proporcione acceso a todos los datos y pruebas relevantes”. Hasta ahora, China se ha mostrado indiferente a la idea. Es posible que nunca coopere con una investigación. Sin embargo, ahora está claro que la cuestión de si un laboratorio biológico pudo haber provocado esta pandemia (y pudiera provocar la próxima) será analizada en una forma que no habría sido posible si un grupo radical y descentralizado de intrusos no hubiera desafiado al statu quo. Esta es una lección que The Seeker no olvidará pronto. “Ya no veo a la ciencia como un ámbito exclusivo”, escribió a Newsweek. “Todos pueden marcar una diferencia. N —∞— Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek

Qué dijo Luciana Salazar luego de que Rocío Marengo la acusara de mandar fotos hot en el chat de los participantes de La Academia

 

En diálogo con Teleshow, la participante aclaró qué tipo de contenido manda por el grupo de WhatsApp que comparte con sus compañeros de certamen
A poco del comienzo de La Academia de ShowMatch (El Trece), Rocío Marengo creó un grupo de WhatsApp con los participantes de la competencia. La novia de Eduardo Fort reveló que se sorprendió por el contenido que compartían en el chat algunas de sus colegas. 

“Yo pedí que no sea tan hot, porque es muy fuerte, hay imágenes muy fuertes. Mandan fotos hot, porno”, dijo en Los Ángeles de la Mañana. “Luciana Salazar y Lourdes Sánchez son las dos más calientes”, señaló la participante en diálogo con el conductor Ángel de Brito, que también se desempeña como jurado de La Academia con Hernán Piquín, Pampita Ardohain y Jimena Barón. Y cuando le consultaron si las imágenes que mandaban eran propias, Rocío contestó: “No, no, no. No se sabe si son de ella (por Salazar) porque son partes puntuales”.

 En una entrevista exclusiva con Teleshow desde los Estudios Baires, Luciana habló del contenido que manda en el chat grupal que comparte con sus compañeros de La Academia: “No, todos nos copamos, lo que pasa que tal vez Lourdes y yo somos las más activas mandando stickers. Lo que pasa que Ro todavía en el mundo WhatsApp está redescubriendo, es bastante conservadora. De hecho no tenía tanto stickers, ella guarda todo lo que mandamos. 

Todos los participantes los guardan”. Play Luciana Salazar habló con Teleshow sobre el chat grupal de La Academia Luego, la participante señaló que con Lourdes suelen postear mensajes graciosos “para darle un poquito de pimienta” al grupo de WhatsApp. Respecto a posibles peleas y roces entre sus compañeros, Salazar señaló: “No me gusta delatar porque yo digo que lo que pasa en el chat queda en el chat. Pero algunos botonearon... No sabemos si hay peleas entre participantes, no sabemos si es un chiste, si lo creen. A veces preguntamos: ‘chicos, digan si es verdad o no’, porque algunos se lo creen las peleas que pasan, pero es todo en chiste”.

 Cabe recordar que esta semana se filtró una fuerte pelea en el chat entre Lourdes Sánchez y Mar Tarrés. Todo comenzó cuando Rocío Marengo puso las notas que tenía cada pareja en las imitaciones a artistas. Tarrés escribió en tono irónico: “Choreo de Mar, quejarse da sus frutos...”. La joven cordobesa se había quejado frente a Marcelo Tinelli por el disfraz que le dieron en la producción para esta performance. “Soy una Thalía low cost”, afirmó. Más allá de no parecerse tanto a la cantante, obtuvo un puntaje alto. La pareja del Chato Prada se enojó por estas críticas al trabajo de los productores. 

Entonces Mar le dedicó un fuerte mensaje a Sánchez: “Ensayar y estar mil horas para esto, haber dejado mis amigos, mi casa, mi familia y toda mi actividad en Córdoba y dejar de lado mi trabajo a diario para poder ensayar todos los días también da frutos”. La bailarina y conductora de La Previa de La Academia le respondió: “Lo sé perfectamente. Hace 12 años que estoy lejos de mi familia”. Mar no se quedó callada y le respondió: “Es obvio que nunca voy a bailar ni ser como vos, pero dentro de mi limitación, trato de dar lo mejor”. Lourdes le dio un consejo y le dijo que no le parecía justo criticar el laburo de la producción: “Relajate, Mar. Acá el que se enoja pierde. Si no te pudieron hacer la máscara, habrán tenido sus motivos, pero matarlos no da”.

Cómo impactan 80 mil muertos: “Hoy el duelo no es solo por los fallecidos, es por la normalidad, el trabajo y la economía”

 

Diana Hunsche, psicóloga y especialista en duelos, señala que la pandemia de COVID-19 hizo cambiar por completo la reacción ante la pérdida de un ser querido. La imposibilidad de cumplir con los rituales y la compañía, la “culpa” del que sobrevive en una familia y cómo convivir con los que llevan el contagio a una casa
Miguel Prieto Toledo 4 de Junio de 2021 Play Entrevista a la psicóloga Diana Hunsche

 La licenciada en psicología Diana Hunsche (MN10.544), reconocida especialista en el tema de cómo transitar un duelo, situación dolorosa que cualquiera preferiría evitar, describe con cierta sorpresa un fenómeno que comenzó a observar a partir del impacto de la pandemia de COVID-19 en la Argentina y que está relacionado con la pérdida de un ser querido: algunos de sus pacientes que en este tiempo fueron golpeados de cerca por la muerte por motivos ajenos al virus, minimizaron de alguna manera -sin proponérselo- la tragedia que habían sufrido al compararse con aquellos que sí habían perdido a alguien por el coronavirus. 

 Como si de alguna manera fuese más fácil hacer el duelo al no tratarse de una víctima de la epidemia. En palabras de la propia Hunsche, “como si no fuera importante”. Sin embargo, para la experta todos los fallecimientos son de relevancia y cada uno debe ser procesado de la mejor manera para seguir adelante. Pero la pandemia cambió todo, hasta la forma de despedir a nuestros muertos y hacer el duelo. La psicóloga, que trabajó con René Favaloro en el Sanatorio Güemes, en el Hospital Zubizarreta y con el Servicio Paz y Justicia  es especialista en Psicogenealogía y dirige la revista online “Psico Herencias”. Además, es psicóloga recomendada por las Embajadas de Alemania y de los Estados Unidos.

 En el diálogo con Infobae, explicó que “Transitar un duelo depende de la persona. En realidad ahora siguen habiendo muertes por otros motivos y la gente lo dice como si fuera una muerte menos importante. Lo dicen como diciendo ´mi papá murió pero bueno, no fue por COVID´. Como si el COVID tuviera que ver con una guerra. Como si morir en una guerra fuera diferente a morir por una cuestión diabética, por ejemplo. Hay una diferenciación muy grande que se está haciendo”. En momentos en que la pandemia del COVID-19 ya se cobró las vidas de más de 80.000 argentinos -de acuerdo con el último parte oficial del Ministerio de Salud de la Nación- saber cómo llevar adelante la pérdida abrupta de un familiar o un amigo es de gran importancia para una época en la que la muerte se volvió parte de cotidianidad. 

De hecho, según admitió la profesional a este medio, en el último tiempo aumentaron las consultas por este tema. La diferencia con otros momentos acaso más normales, es que ahora procesar el adiós a un ser querido está marcado por el virus. Es la pandemia la que dicta las nuevas normas para hacer los duelos, la que marca cómo deben ser los velatorios o la que indica quién puede o no estar cerca de amigo que por cualquier motivo murió. Esto hace que el proceso sea más complejo. “El duelo que más aparece en este momento es el duelo incierto. Se llama así porque no existe el cuerpo para realizar la ceremonia de despedida. No hay ritual posible. Todas las culturas tienen un ritual que sirve para inscribir la muerte en nuestra psiquis. Sin ese registro no podemos empezar a realizar el duelo. Es un duelo donde no hay una ceremonia de despedida. Si bien nuestra parte psicológica o racional sabe que la persona que queremos falleció, nuestro inconsciente y los sentimientos se oponen a eso. Hay siempre una esperanza de que el otro vuelva. 

Es un duelo que también pasa en situaciones como un accidente aéreo o cuando no se sabe el paradero. Son duelos muy difíciles de elaborar”, dijo Hunsche a Infobae. En el mismo sentido, la licenciada señaló que en estos tiempos de pandemia, el duelo no sólo se circunscribe a la pérdida física de un pariente o un amigo. La sociedad enfrenta un duelo por todo lo que perdió: contacto físico, la normalidad laboral o simplemente salir a pasear. “El duelo es elaborar una pérdida. En este momento la palabra duelo, ya referida a la pérdida de una persona que fallece es insuficiente. La tenemos que ampliar porque todos estamos “aduelando” cosas; la cotidianidad, la normalidad, de las costumbres, cierta seguridad laboral, todo lo que tiene que ver con lo económico. 

El duelo hoy pasa a ser con un montón de situaciones. Por eso las consultas han aumentado desde que comenzó la pandemia. Estamos todos atravesados por el duelo”, agregó la profesional. Play La licenciada explica el concepto de "la culpa del sobreviviente" Por eso, como recomendación ante la tristeza de perder a alguien en este momento, especialmente en casos ocasionados por la pandemia, psicóloga aconseja que se haga una ceremonia individual con los familiares y con los amigos “para realmente despedir a ese ser y así empezar el trabajo del duelo”. Otro tipo de duelo que se manifiesta mucho en estos momentos es el llamado “múltiple”. 

Se trata de aquel cuando existe una pérdida simultánea de varias personas. Son cientos las historias de familias rotas por muertes masivas dentro del hogar. Pérdidas repentinas para las que no es está preparado. “La persona no sabe a cuál duelo prestarle atención porque está como tironeada y mareada entre tanto dolor”, añadió. Para salir adelante, Hunche es taxativa: “La única manera es con terapia y adquiriendo las herramientas necesarias para procesar el duelo. Expresarlo de alguna manera y apelar al vínculo que se tuvo con esa persona, a lo que se vivió y al recuerdo. El vínculo con la muerte no se acaba. Eso lo debe entender una persona para poder ser feliz”. La culpa del sobreviviente Hunsche, autora del libro “A terapia ¿yo?” -de reciente aparición-, desarrolló un concepto que habla de la culpa que se siente la persona que no muere.

 El familiar que “tuvo la suerte de vivir”. Se trata de un sentimiento de culpa por saber que el ser querido que falleció no podrá disfrutar ni seguir adelante. Por eso, sostuvo la profesional, hay que aprender a salir del dolor y procesarlo. Entender que aquel que sigue con vida no tiene la culpa de que la persona que quería ya no va a estar más. Si bien es un fenómeno que se intensificó en la pandemia, se trata de algo que va mucho más allá del COVID. Pero en esta época marcada por el virus, se le agregan factores como la culpa por no haber estado presente antes de la muerte o no poder despedir al ser querido porque no está permitido por una cuestión sanitaria. “Hoy hay una situación muy terrible, dolorosa. Hay mucha angustia por no poder acompañar a la persona en los últimos momentos. Existe impotencia por no haberlo podido salvar al fallecido. 

Existe bloqueo para avanzar, indignación por las circunstancias en las que murió esa persona. Mucho desamparo, soledad y dolor por las despedidas”, dijo. Vista de la zona 10 del cementerio de la Chacarita, destinada para el entierro de muertos por Covid-19 Vista de la zona 10 del cementerio de la Chacarita, destinada para el entierro de muertos por Covid-19 En esa misma dirección, la profesional prosiguió: “La culpa del sobreviviente es un concepto muy importante porque siempre la persona, cuando fallece un ser querido, siente culpa por no haberlo acompañado en eso. Es la culpa de salir adelante. 

Que fuimos favorecidos por estar vivos y que tenemos que dejar atrás a esa persona. Como que tenemos la culpa de que lo estamos abandonando cuando en realidad no lo estamos abandonando. El recuerdo es algo que podemos llevar durante toda la vida. (El psiquiatra, Jacques) Lacan decía que la verdadera muerte es el olvido, no la muerte real. Si a una persona no la olvidamos, la seguimos manteniendo viva en el recuerdo”, agregó. Hunsche habló de otro tipo de culpa y que es aún más dolorosa. Se trata de la de responsabilizar indirectamente a un familiar por contagiar y ocasionar la muerte de otro ser querido. Pese a que en la inmensa mayoría de las situaciones las infecciones de coronavirus se dan al azar y no hay nadie que “busque” contraer la enfermedad, en muchos casos las relaciones intrafamiliares se ven afectadas por casos de este estilo. “He visto casos de nietos que han contagiado a sus abuelos, que luego fallecieron. 

Eso es una culpa que también hay que elaborar. No es sólo de uno sino del grupo familiar. La gente pregunta ¿dónde te contagiaste?, ¿cómo te lo agarraste?. Hay que ayudar mucho a ese grupo familiar para salir adelante. Está la culpa de sobrevivir, la culpa por contagiar. Son muchas las cuestiones. Son fenómenos muy duros y propios de la pandemia”, concluyó la profesional, quien además cree que salir de los efectos de la pandemia tomará mucho tiempo. Pese a eso, considera también que va a dejar aspectos positivos en la sociedad después de todo. “Van a quedar secuelas de todo esto. Temor a contagiarse, estar muy pendientes de la salud, dificultad del contacto físico. El refugio en lo virtual. Pero también van a haber reacciones polarizadas. Habrá gente que tratará de vivir cosas que se perdió en el pandemia. No es la primera pandemia y en ese sentido se generan acciones solidarias. Todos estamos sufriendo por esto y hay que pensar que todos vamos a salir adelante para poder efectivamente salir adelante”, finalizó.

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