Sin memoria no hay futuro. Así mismo, sin justicia, tampoco.
Para poner en el escenario actual, practicar pedagógicamente la memoria como un instrumento de conocimiento y análisis de nuestra historia, el Área de Juventud dependiente de la Secretaría de Desarrollo Humano, realizó en forma conjunta con el Centro de Estudiantes de la Escuela Media Nº 6, una jornada conmemorativa de la “Noche de los Lápices”.
El pasado viernes 18, a través de diferentes actividades como lecturas, representaciones artísticas de bandas, coreografías, muestras gráficas y juegos, se pudo dar sentido a un día dedicado a contribuir a la construcción de la identidad desde la juventud presente, encontrando algunas respuestas en el pasado, para así repensar un posible mejor futuro.
Se hizo presente la señora Myrta Rivadeneyra (Madre de Plaza de Mayo), quien sufrió la desaparición de su hijo Ricardo Monteiro de 16 años de edad, estudiante del Colegio Nacional de Zárate, en el año 1976.
También participaron en las actividades estudiantes de la mencionada escuela, Renata Modarelli como solista, la Banda de Rock “Alunakis”, integrada por estudiantes de 5° “A” Naturales, Franco y Bruno Pacine. Además, los estudiantes Ezequiel Breska y Victoria Gallardo de 5° Sociales, en las muestras gráficas de jóvenes desaparecidos de la Ciudad de La Plata, del Colegio Nacional Buenos Aires y de la Ciudad de Campana y además, en distintas coreografías, junto a estudiantes de dicho establecimiento, 5° “B# Naturales, como así también, del Colegio San Roque, de 6° año, Lucila Palacios, Mariana Órdenes y Agustín Maistrello, de la Escuela Secundaria Nº 19, Julieta Mariño y del Colegio del Norte, Lucila Maziulli.
Musical y culturalmente dijeron presente la Banda “Vaga Certeza”, “Patadas Voladoras” y bailaron género Folcklore, el grupo “El Baguan”, Nazareth Chessini, y en una representación de mimo, Lucía Urbieta y Luciana Barragán.
Durante la actividad, se inauguró el Mural sobre jóvenes de Campana, víctimas de accidentes de tránsito, junto a Madres Unidas de Campana y la Dirección General de Tránsito y Transporte.
PABLO DIAZ EN CAMPANA
Si bien su presencia era esperada para el viernes, por compromisos anteriores y laborales-personales, Pablo Díaz (uno de los sobrevivientes de la “Noche de los Lápices”), visitó nuestra ciudad el miércoles 23.
Recordamos que fue a través de su testimonio en el Juicio a los ex Comandantes, declarando que estuvo en el “Pozo de Banfield”, que el hecho adquirió resonancia pública.
Así, la “Noche de los Lápices”, por la forma en que ha sido contada, es uno de los mejores ejemplos de una narrativa más amplia a la que se ha denominado el “mito de la inocencia” o la “víctima inocente”, cuya característica más notable es haber ocluido en la narración de los desaparecidos su pertenencia política y, sobre todo, su adscripción a las organizaciones revolucionarias.
En esta Jornada, Pablo pudo desmitificar que no se los llevaron solo por el logro del boleto estudiantil, sino por los valores e ideas que no solo sostenían, sino que las ponían en práctica con, y en los sectores más relegados por el sistema económico, social y cultural.
Las hipervíctimas, como las denomina Inés González Bombal, sobre todos niños y adolescentes, tienen aquí un lugar preponderante, en sus padecimientos, porque muestran y denuncian el “mal radical” del poder desaparecedor.
Creemos que poder enseñar, de diferentes formas el tema de los Genocidios en las escuelas, tiene una dimensión ética, política y cultural para la formación de una ciudadanía para la democracia.
En el contexto actual existe una batalla cultural y legal contra los resabios que despuntan del período negro de la dictadura entreguista de 1976.
En Argentina el tema del Genocidio no es algo pasado, sino presente y de proyecciones futuras.
El viraje de los Derechos Humanos que viene desarrollando el Gobierno Nacional, que tomó los reclamos tras décadas de ninguneo de la política, necesita ser apuntalado con la sociabilización del conocimiento y la transfomación de la realidad por parte de todas las reservas democráticas del país. ¿Puede la escuela pública permanecer al margen de dicho proceso?
Si analizamos la dialéctica pasado -presente, ¿acaso la política neoliberal instaurada por Martínez de Hoz y los militares genocidas, no necesitó de la desaparición de obreros, estudiantes, intelectuales para barrer toda posible resistencia del campo popular a su proyecto elitista?
Sin memoria no hay futuro. Así mismo, sin justicia, tampoco.
El por qué de la necesidad de enseñar el tema del Genocidio y ejemplificar con el caso argentino, tiene un requerimiento político de enorme actualidad.
Es un contenido ideológico, que como vemos, “es un arma cargada de futuro”, como decía el poeta Gabriel Celaya; Para acceder a la igualdad, la paz, la integración regional y el desarrollo sustentable hay que invitar a pelear por idea justas. Las únicas que en definitiva triunfan y son abrazadas por los pueblos.
Trabajar en las escuelas el término de humanidad, es fundamental para que estos hechos tan aberrantes no vuelvan a darse con tal magnitud y terror; porque no ignoramos que sucesos un poco menores como los del siglo XX, siguen sucediendo diariamente. Tenemos la absoluta necesidad y por supuesto la obligación, de lograr que los jóvenes y adolescentes puedan conocer, interpretar y comprender estos acontecimientos, con el objeto de que observen hasta que punto maliciosamente puede actuar el Hombre y, paralelamente trabajar los valores tan relevantes y necesarios para la convivencia.
Sin lugar a dudas, los que más rescatamos son el derecho a la vida, la libertad, la justicia y la solidaridad, valores de los cuáles hizo énfasis Pablo Díaz, en su brillante charla; sobre todo, este principio tan rico como lo es la solidaridad, valor inalienable para conseguir una vida más digna e igualitaria.
Resaltamos, en dicha charla, palabras de Pablo, como el amor entre un hombre y una mujer, la responsabilidad que implica amar, la belleza de cuidar en una relación a la mujer, y el importantísimo valor del cuerpo de la mujer, como un medio de expresar el amor a un hombre.
Pablo destacó también el concepto insoslayable de la identidad propia, el poder preguntarse, cómo jóvenes, quiénes son y qué quieren, y adónde van, el poder responderse a sí mismos, qué hicieron en sus vidas.
No obstante, hubo una frase que cierra la esencia de dicha charla, además de que también los estudiantes realizaron varias preguntas. Pablo Díaz contó que él vivía a diez cuadras de la Escuela, no necesitaba ir en colectivo y, en su defecto, tenía cómo llegar sin problemas, pero no así sus compañeros. Por lo tanto, si a sus compañeros se les hacía difícil pagar todos los días el boleto del colectivo, él también era “sus compañeros”. En resumen, este acto de carácter individual pero con trascendencia colectiva es la concreción de la frase tan citada: “El Otro Soy Yo”.
“Agradecemos, poder haber compartido estas instancias con el Centro de Estudiantes de la Escuela Media Nº 6, su Presidenta Camila Echazarreta, Agustín Meo, Lorenzo Gill, Milagros Calbeyra, Victoria Ferreira, Ana Julia Carneiro, Candela Rotondo, Lautaro Azorin, Tomas Mobilio, Delfina González, Maxi Rodríguez, Luciana Mendieta y Juan Cruz Passerini. A la Sra. Directora del Establecimiento, Cristina Negri, a su equipo de trabajo y Docentes de dicha Escuela”, señaló Victoria Paz, del Área de la Juventud del Municipio.
A la vez que destacó “la importancia de escarbar y pensar sobre la historia para lograr observar con más conocimiento y comprensión donde estamos parados, hacia dónde vamos y qué realmente queremos”.