Es un premio a la excelencia en la investigación en las ramas de la ciencia de la universidad, y se comparte entre las escuelas de medicina, biociencias, tecnologías de la información, ingeniería y odontología,con el objetivo de motivar, promover y visibilizar lo que hacen las mujeres investigadoras. Japón es un país desarrollado, pero con importantes problemas de género, en una sociedad extremadamente sexista.
La ingeniera Pintos que hace tres años se trasladó a Osaka con una beca otorgada por el gobierno de Japón, está realizando un doctorado en Ingeniería Medioambiental Aplicada. Su investigación es en el estudio de cuencas hidrográficas y marinas, y se desarrolla en una de las tantas cuencas marinas japonesas.
El estudio está enfocado en estimar las descargas de nutrientes desde los ríos de la zona mediante simulaciones numéricas, y están desarrollando un modelo de transporte de nutrientes marinos, para esta región de Japón que tuvo muchos problemas de exceso de nutrientes (eutroficación) en el pasado, y ahora enfrenta el problema opuesto, la falta de nutrientes en el mar, lo que afecta las actividades pesqueras y la producción de algas.
La ingeniera Pintos obtuvo su beca de manera directa con el gobierno de Japón, sin pasar por la ANII ni ninguna estructura nacional de las que maneja y elige los candidatos.
Sus declaraciones han sido muy duras, y aquí van:
" Durante cinco años trabajé en la Facultad de Química, lo que me dio la oportunidad de enamorarme de la investigación y también disgustarme del mundo académico y de cómo se manejan las personas en ese ámbito.
Hay excelentes docentes y personas en la UdelaR a las que respeto y guardo un inmenso cariño, pero también está lleno de aparentes "eruditos"de moral "ambigua", que no son ni buenos docentes, ni investigadores con ética. Cuando es más importante el que le caigas biena un docente responsable de curso, que el hecho de que disfrutes la docencia, tus alumnos te quieran, aprendan contigo y te reconozcan años después el que nunca se olvidaron de los consejos que les diste para enfrentarse a un problema en una clase, hay un GRAN problema.
En la parte de la investigación pasalo mismo,y tienen más peso las simpatías y los gustos personales de quienes deberían guiarte y apoyarte como joven investigador, que el ser productivo, resolutivo y eficiente para obtener resultados. Ni hablemos de ser todo lo anterior y además tratar de ser independiente, eso es algo que muchos de nuestros "estrechos eruditos" castigan si pueden, y lo digo desde la experiencia personal... Eso acá en Japón por suerte es diferente, y de alguna manera pareciera que para los japoneses la meritocracia es en alguna extensión algo que se puede conseguir, y esto lo percibo yo como extranjera. Acá los resultados se premian, el trabajo duro y el esfuerzo se recompensan, y las cosas no dependen únicamente de las relaciones personales (y no porque los japoneses sean robotitos que no socializan, o seres humanos totalmente retardados emocionalmente)".
"Otra cosa importante es que yo soy una egresada de la UdelaR a la que le costó mucho recibirse, porque la UdelaR es una máquina de picar carne.
Tengo un promedio bajísimo, porque elegí una carrera donde la cantidad de trabajo que hay para los ingenieros químicos en un país que tiene una industria agónica, es limitada. Esto hace que los estudiantes de ingeniería química no sean tan "necesarios",de alguna forma. Somos competencia para nuestros propios docentes, y por eso nos merecemos el perder exámenes de las manerasmás injustas, los filtros en las previaturas, los cambios estúpidos de lacurrícula en el medio de un semestre para no poder cursar el siguiente, y el cansarnos hasta el agotamiento, porque es mejor el que desistamos y no sobrecarguemos el mercado de profesionales... Afortunadamenteal gobierno de Japón eso no le importó, y donde la ANII hubiese visto a una pésima estudiante por mi promedio general, el gobierno japonés vio a una profesionalcon un montón de experiencia laboral,en un área del conocimiento más que útil.
Me duele cuando lo pongo en perspectiva el que en Uruguay nunca se piense en la calidad de la gente que se va.
Me duele el que en el MIEM (donde trabajaba antes de venir aquí) me hayan"ensuciado"el legajo como funcionaria pública con evaluaciones de personal negativas cuando ya estaba viviendo acá y no correspondían, o me hayan separado del cargo que por concurso y con muchísimo esfuerzo peleé para conseguir y mantener, por "abandono". Me duele pensar que hay otros uruguayos como yo, desparramados por ahí en el mundo, a los que "se les sale la cabeza para afuera", y que quizás se fueron de Uruguay con el regusto amargo de que las oportunidades no estaban ahí para ellos. Me duele el pensar que en Uruguay era la "problemática que trabaja demasiado bien de forma independiente y sin supervisión", y acá sea una "excelente investigadora" y el comodín de la oficina de gobierno donde trabajo a tiempo parcial como researcher colaboradora.
Me duele mucho, el haber tenido que venir al otro lado del mundo y dejar todo lo que tenía y quería ahí, para poder tener las oportunidades profesionales que mi propio país me negó, y yo sentía que me merecía y quería tener. Pero algo súper importante es que yo estoy feliz con mis decisiones y el estar acá, quizás estoy más feliz de lo que fui nunca antes en mi vida como adulta, y siento que de alguna manera este podría ser un lugar donde las oportunidades no se me escaparían como ahí".
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
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