Considerado patrimonio cultural intangible de una comunidad, el Carnaval tuvo a lo largo del Siglo XX notable importancia en la celebración de los zarateños. Para muchos continúa siendo un recuerdo de la infancia cuando se jugaba con agua; cuando las noches eran de los corsos populares con sus comparsas, sus mascaritas y la espuma de nieve; cuando había baile en los clubes con presencia multitudinaria y shows en vivo.
Esta MIRADA HACIA EL PASADO ZARATEÑO comparte crónicas e imágenes de estas festividades tan esperadas y disfrutadas por nuestros vecinos de entonces.
RECUERDOS DE AQUELLOS VIEJOS CARNAVALES ZARATEÑOS DEL SIGLO XX
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ASOCIACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DE ZÁRATE
amigosmuseozarate@yahoo.com.ar / también estamos en FacebookConsiderado patrimonio cultural intangible de una comunidad, el Carnaval tuvo a lo largo del Siglo XX notable importancia en la celebración de los zarateños.
Para muchos continúa siendo un recuerdo de la infancia cuando se jugaba con agua; cuando las noches eran de los corsos populares con sus comparsas, sus mascaritas y la espuma de nieve; cuando había baile en los clubes con presencia multitudinaria y shows en vivo.
Esta MIRADA HACIA EL PASADO ZARATEÑO comparte crónicas e imágenes de estas festividades tan esperadas y disfrutadas por nuestros vecinos de entonces. RECUERDOS DE AQUELLOS VIEJOS CARNAVALES ZARATEÑOS DEL SIGLO XX El pueblo de Zárate, desde las primeras décadas del Siglo XX, siempre dijo presente en estas fechas siendo el corso y los bailes las actividades más atrayentes que se organizaban para deleite de los vecinos.
En cuanto a los corsos, estos tenían una etapa preliminar en la que las autoridades designaban una comisión encargada de la organización de las fiestas carnavalescas, que comprendían no solo la autorización de los bailes sino resolver que calles serías las afectadas para la realización de los corsos; generalmente se inclinaban por aquella cuyos comerciantes más contribuían con sus aportes en dinero a la realización de los mismos. Las reuniones para programar el carnaval se realizaban en la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos.
La apertura del corso se iniciaba con una bomba de estruendo y la Comisión con el jurado se ubicaba en el palco oficial, situado en la calle Justa Lima de Atucha. Las autoridades otorgaban al Comisario la autorización correspondiente para iniciar la fiesta con la recorrida de las carrozas y de los carruajes adornados con flores y serpentinas a las que seguían las comparsas locales con sus orquestas, entre ellas: la Banda de La Papelera Argentina integrada por un conjunto de cincuenta personas, a cargo del maestro Cavazzoni; la Banda “La Zarateña” dirigida por el maestro Mariano Falliveni; la Banda del Cuerpo de Bomberos Voluntarios dirigida por el maestro Felipe Defrancesco y otras como “Blanco y Negro”, “La Flor”, “Campera”, “La Estrella del Oriente” fundada en 1916.
En el corso organizado en el año 1920 hizo su aparición un tanque de guerra, similar a aquellos que se usaron en la Primera Guerra Mundial, fabricado por los hermanos Gigena y Calderoni y dirigido por Herculano Christello, suboficial de la Marina. A los costados, sus
cañones hacían disparos produciendo un gran estruendo recibiendo, en atención a la idea, el primer premio. Considerado patrimonio cultural intangible de una comunidad, el Carnaval tuvo a lo largo del Siglo XX notable importancia en la celebración de los zarateños.
Para muchos continúa siendo un recuerdo de la infancia cuando se jugaba con agua; cuando las noches eran de los corsos populares con sus comparsas, sus mascaritas y la espuma de nieve; cuando había baile en los clubes con presencia multitudinaria y shows en vivo. Esta MIRADA HACIA EL PASADO ZARATEÑO comparte crónicas e imágenes de estas festividades tan esperadas y disfrutadas por nuestros vecinos de entonces.
RECUERDOS DE AQUELLOS VIEJOS CARNAVALES ZARATEÑOS DEL SIGLO XX El pueblo de Zárate, desde las primeras décadas del Siglo XX, siempre dijo presente en estas fechas siendo el corso y los bailes las actividades más atrayentes que se organizaban para deleite de los vecinos. En cuanto a los corsos, estos tenían una etapa preliminar en la que las autoridades designaban una comisión encargada de la organización de las fiestas carnavalescas, que comprendían no solo la autorización de los bailes sino resolver que calles serías las afectadas para la realización de los corsos; generalmente se inclinaban por aquella cuyos comerciantes más contribuían con sus aportes en dinero a la realización de los mismos. Las reuniones para programar el carnaval se realizaban en la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos.
La apertura del corso se iniciaba con una bomba de estruendo y la Comisión con el jurado se ubicaba en el palco oficial, situado en la calle Justa Lima de Atucha. Las autoridades otorgaban al Comisario la autorización correspondiente para iniciar la fiesta con la recorrida de las carrozas y de los carruajes adornados con flores y serpentinas a las que seguían las comparsas locales con sus orquestas, entre ellas: la Banda de La Papelera Argentina integrada por un conjunto de cincuenta personas, a cargo del maestro Cavazzoni; la Banda “La Zarateña” dirigida por el maestro Mariano Falliveni; la Banda del Cuerpo de Bomberos Voluntarios dirigida por el maestro Felipe Defrancesco y otras como “Blanco y Negro”, “La Flor”, “Campera”, “La Estrella del Oriente” fundada en 1916.
En el corso organizado en el año 1920 hizo su aparición un tanque de guerra, similar a aquellos que se usaron en la Primera Guerra Mundial, fabricado por los hermanos Gigena y Calderoni y dirigido por Herculano Christello, suboficial de la Marina. A los costados, sus
cañones hacían disparos produciendo un gran estruendo recibiendo, en atención a la idea, el primer premio.
ORDENANZA N° 98
18 – 11 – 1913
REGLAMENTACIÓN DE LOS FESTEJOS DE CARNAVAL
ARTÍCULO 1°.- Prohíbese en los días de carnaval arrojar sobre los transeúntes, agua o cualquier otro líquido u objeto en forma que pudiera ser perjudicial.
ARTÍCULO 2°.- El corso será permitido durante los días de carnaval, de ocho a doce de la noche, debiendo el Intendente darle el recorrido que estime necesario.
ARTÍCULO 3°.- En las horas de corso será permitido tan solo el uso de flores, serpentinas y papel picado, prohibiéndose en absoluto el juego con agua de cualquier clase que fuere, como asimismo el uso de bombitas de estruendo u otros objetos que pudieran dañar a los concurrentes.
ARTÍCULO 4°.- El juego con pomos en el trayecto del corso se permitirá solamente después de las once horas de la noche y siempre que se efectúe con moderación.
ARTÍCULO 5°.- Los dueños de casa en las calles que recorre el corso que permitieran arrojar agua desde las mismas, o no dieran cuenta inmediata a la policía de la infracción que no hubiera podido evitar por los concurrentes de sus casas, serán pasibles de la multa que se establece para las demás contravenciones.
ARTÍCULO 6°.- El uso de disfraz durante estas fiestas de carnaval será permitido a las personas de ambos sexos, prohibiéndose hacerlo con vestiduras sacerdotales, uniformes militares de la época y trajes indecorosos. Las personas disfrazadas no podrán llevar armas, bastones, látigos, etc., aunque el traje lo requiera.
ARTÍCULO 7°.- Quedan igualmente prohibidos los cantos, discursos y danzas que estén reñidos con la moral, ya sea en las calles o sitios donde se celebren bailes públicos.
ARTÍCULO 8°.- Toda persona que desee disfrazarse requerirá previamente permiso a la Intendencia el que será visado por la Comisaría de Policía, debiendo cada interesado llevar consigo este permiso a la vista.
ARTÍCULO 9°.- Las comparsas carnavalescas deberán muñirse del permiso a que se refiere el artículo anterior, sin cuyo permiso no le será permitido el libre tránsito. Para obtener este permiso, los presidentes de las sociedades respectivamente, deberán presentarse a la Intendencia, dando los datos que fueran necesarios, haciéndose responsables de las alteraciones a que hubiere lugar.
ARTÍCULO 10°.- Quedan exceptuados de las disposiciones que expresa el artículo 8° las familias que concurran a bailes sociales o particulares.
ARTÍCULO 11°.- Los que contravinieren las disposiciones que establecen los artículos precedentes incurrirán en una multa de veinte a cincuenta pesos moneda nacional, que impondrá la Intendencia según el caso o en su defecto cinco días de arresto.
ARTÍCULO 12°.- Queda a cargo de la policía e inspección municipal el fiel cumplimiento de las disposiciones determinadas en los artículos anteriores.
ARTÍCULO 13°.- Comuníquese, etc. CARLOS ROLDÁN VERGES. Presidente, VICTOR GRAS, Secretario. LUIS GUERCI, Intendente. JUAN N. BOERR, Secretario.