La pandemia generó una alteración emocional mundial, modificó las condiciones de vida, los ritmos, las formas, las rutinas, la manera de vincularse con las demás personas y nuestro diseño de futuro. Los cambios desarrollaron sentimientos de angustia intensos, tanto en personas con patologías de salud mental previas, como en aquellas que incluso nunca habían presentado sintomatologías. Frente a este escenario el Estado tenía la función de acompañar a la población en ese proceso, así fue cómo surgió la línea telefónica de asistencia gratuita en Salud Mental de la Provincia de Buenos Aires, un dispositivo que a cinco meses de implementarlo atendió a casi 7000 llamados de ayuda y acompañó regularmente a 653 personas.
En el marco de medidas de la pandemia promovidas por la Provincia, el cuidado de la salud mental de las y los bonaerenses fue uno de los ejes prioritarios a trabajar.
A pocos días de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencia de Género, a cargo de Julieta Calmels, activó una línea telefónica gratuita atendida por equipos de profesionales de salud mental: “La línea del 0800-222-5462 fue una de las primeras medidas que hicimos desde la Subsecretaría con el objetivo de volver lo más accesible posible un recurso a la población en el momento en el que se decretaba el ASPO”.
El miedo y la angustia son manifestaciones normales en un contexto de pandemia como el actual. A los cambios propios de la rutina diaria y la incertidumbre sobre el futuro, se suma al temor a contraer el virus, pudiendo desencadenar en múltiples manifestaciones como irritabilidad, ansiedad, insomnio y confusión, entre otros. “En eso que despertó la pandemia, el Estado tenía una función de acompañar a la población, no solo asistirla cuando ya la situación es más grave, sino acompañarla a transitar ese momento”, señaló la subsecretaria a referirse al designio de la línea telefónica de atención gratuita.
Calmels explicó que se diseñó para contribuir a restablecer todos los canales necesarios para la continuidad de los tratamientos y de la asistencia.
Pero también para recibir consultas de personas que requirieron atención porque presentaron sintomatologías o para contención en situaciones puntuales. “Llamaron por violencia de género, consumo problemático, niños y adolescentes, personas en tratamiento, personas con dificultades de sueño, hasta situaciones de riesgo grave, en donde directamente lo que se hace es enviar un equipo móvil de asistencia hacia el domicilio”, detalló.
La demanda más grande durante los llamados fue la situación de angustia y necesidad de atención. La mayor cantidad de motivos tuvo que ver con asistencia y acompañamiento. Incertidumbre y miedo fueron las palabras que más se repitieron. “El 70% llamaba por temas sobre sí mismos y otra cantidad no menor llamaban por terceros, por hijos, vecinos, amigos. Eso es algo que promovimos bastante y funcionó”, subrayó la subsecretaria.
Dentro de la misma línea funciona otra de asistencia para adultos mayores, herramienta que fue promovida por tratarse del grupo más estricto de aislamiento, que no veía a su familia, o que requería asistencia u orientación general: “La idea era que el aislamiento no se transforme en enfermedad”, dijo Calmels al respecto. Y, de hecho, resultó ser una medida muy efectiva porque el 60% de los llamados provino de personas mayores de 60 años.
En cuanto al funcionamiento, cuando se trata de cuestiones de asistencia, explicó, se realiza la derivación hacia las regiones sanitarias, donde la persona es abordada a través del hospital o CPA cercano a su domicilio de residencia.
LA IMPORTANCIA DEL ACOMPAÑAMIENTO
Junto con la asistencia en salud mental, ya sea tratamientos o la intervención en una situación puntual por parte del equipo de profesionales de salud mental; la línea se reversionó en un dispositivo de acompañamiento fundamental para muchas personas que no realizaban tratamiento, algunos por resistencia y otros porque no necesitaban realmente un tratamiento, pero sí que requerían contención, sobre todo al comienzo de la pandemia y de las ASPO cuando se generó una conmoción muy grande. “Fue algo que comenzó espontáneamente y resultó muy bueno para muchísima gente, por ser accesible, por la regularidad, y por el hecho de no tener que desplazarse”, agregó Calmes.
El Dispositivo de Acompañamiento atendió hasta ahora a 653 personas, principalmente mujeres, de entre 40 y 49 años, y en su mayoría residentes de La Matanza, Lomas de Zamora y La Plata. La principal consulta fue malestar emocional o subjetivo.
El acompañamiento se realiza semanalmente, o de acuerdo a cada caso particular, y en general se derivan hacia las regiones sanitarias, de acuerdo a la residencia de la personal, para posibilitar la continuidad a futuro con el mismo profesional.
La línea continúa activa atendiendo a todas y todos los bonaerenses que lo necesiten. Quienes requieran asistencia o acompañamiento en salud mental, pueden comunicarse al 0800-222-5462, acercarse a un hospital público de la red provincial, o a uno Centros Provinciales de Atención de la Salud Mental y Adicciones (CPA).