Los pobres deben pasarla bien
por Gustavo Lazzari *
por Gustavo Lazzari *
Aún sin considerar eventuales oscuras intenciones ligadas a la corrupción monetaria y al deseo del eterno mantenimiento en el poder podemos pensar que la intención del populismo en todas sus formas es que “los pobres deben pasarla bien”.
Para ello diseñan políticas públicas por las cuales transfieren recursos hacia el gasto destinado a hacer más placentera la vida de los sectores más desposeídos.
Dichos programas se observan en todas las administraciones y son propuestos por todos los candidatos sin excepción.
De allí el consenso político (y popular) que tienen proyectos tales como “Fútbol para todos”, “Mi primer viaje”, “las playas de la ciudad”, “subsidios a las tarifas”, “subsidios al transporte”, “Argentina Sonrie”, “recitales y espectáculos públicos”, “Procrear”, “plan 12”, infinitos ejemplos de bienes “gratuitos”, incluyendo las actuales “canastas navideñas”.
El populismo que explica a la actual administración pero también a los principales candidatos del 2015 (Macri, Massa, Scioli, Randazzo, Unen) en el fondo sostiene que la pobreza es un dato inmodificable. “Siempre habrá pobres” y por lo tanto “deben pasarla lo mejor posible”. Es más el razonamiento subyacente pareciera ser que la pobreza es inevitable.
Esta mentalidad es corta y quizás perversa. Es posible pensar un país sin pobreza, sin barrios precarios, con atención eficiente a los bienes públicos básicos como salud, educación, seguridad y justicia.
Es absolutamente imaginable una sociedad donde el esfuerzo privado no sea expoliado (con impuestos, inflación y regulaciones) y por lo tanto pueda atender a las necesidades familiares que incluyan ahorro y financiamiento del progreso individual.
Sin embargo los populistas no piensan eso. ¿Será que no vieron ejemplos mundiales actuales e históricos de superación de la pobreza? ¿Será que no tienen las ideas adecuadas? O será que necesitan un ejército de pobres sobre el cual basarse...
¿Podemos imaginar populismo sin pobreza? ¿Podemos imaginar a los dictadores del siglo XX sin masas de indigentes dependientes del favor del tirano? O a los populismos latinoamericanos sin el conurbano bonaerense o la miseria del gran caracas y la pobreza endémica cubana?
El populismo fabrica su propia pobreza para perpetuarse. Debemos desterrar este paradigma de la Argentina.
Podemos eliminar las causas de la pobreza apelando a instituciones sanas que generen riqueza y progreso en forma masiva al cual accedan todas las personas. Pensar en pobreza inevitable implica carecer de voluntad e ideas para superarla.
* Economista de la Fundación Libertad y Progreso (Argentina).
Para ello diseñan políticas públicas por las cuales transfieren recursos hacia el gasto destinado a hacer más placentera la vida de los sectores más desposeídos.
Dichos programas se observan en todas las administraciones y son propuestos por todos los candidatos sin excepción.
De allí el consenso político (y popular) que tienen proyectos tales como “Fútbol para todos”, “Mi primer viaje”, “las playas de la ciudad”, “subsidios a las tarifas”, “subsidios al transporte”, “Argentina Sonrie”, “recitales y espectáculos públicos”, “Procrear”, “plan 12”, infinitos ejemplos de bienes “gratuitos”, incluyendo las actuales “canastas navideñas”.
El populismo que explica a la actual administración pero también a los principales candidatos del 2015 (Macri, Massa, Scioli, Randazzo, Unen) en el fondo sostiene que la pobreza es un dato inmodificable. “Siempre habrá pobres” y por lo tanto “deben pasarla lo mejor posible”. Es más el razonamiento subyacente pareciera ser que la pobreza es inevitable.
Esta mentalidad es corta y quizás perversa. Es posible pensar un país sin pobreza, sin barrios precarios, con atención eficiente a los bienes públicos básicos como salud, educación, seguridad y justicia.
Es absolutamente imaginable una sociedad donde el esfuerzo privado no sea expoliado (con impuestos, inflación y regulaciones) y por lo tanto pueda atender a las necesidades familiares que incluyan ahorro y financiamiento del progreso individual.
Sin embargo los populistas no piensan eso. ¿Será que no vieron ejemplos mundiales actuales e históricos de superación de la pobreza? ¿Será que no tienen las ideas adecuadas? O será que necesitan un ejército de pobres sobre el cual basarse...
¿Podemos imaginar populismo sin pobreza? ¿Podemos imaginar a los dictadores del siglo XX sin masas de indigentes dependientes del favor del tirano? O a los populismos latinoamericanos sin el conurbano bonaerense o la miseria del gran caracas y la pobreza endémica cubana?
El populismo fabrica su propia pobreza para perpetuarse. Debemos desterrar este paradigma de la Argentina.
Podemos eliminar las causas de la pobreza apelando a instituciones sanas que generen riqueza y progreso en forma masiva al cual accedan todas las personas. Pensar en pobreza inevitable implica carecer de voluntad e ideas para superarla.
* Economista de la Fundación Libertad y Progreso (Argentina).