La industria y grandes empresas de Zarate lejanas de la sociedad…
En nuestro largo caminar durante ya 10 años nos permite visualizar aquí en Zarate algo que normalmente no se da en otros lados, la falta de respuesta de la enorme cantidad de fabricas y empresas radicadas en nuestro partido que usufructúan en muchos casos reservas, es mas puntos estratégicos que podrían utilizarse de otra forma.
Pero el caso es que muchas veces esa falta de respuesta es nada mas ni nada menos que lo que hace a nuestra sociedad, en cuanto a recibir como en otros lugares la colaboración necesaria para recrear la cultura y acciones sociales de real importancia a nuestras necesidades, no olvidemos el crecimiento impulsivo que atraen las posibilidades de encontrar trabajos ante este polo industrial que luego se transforma en un boomerang que debe correr por cuenta del ciudadano y el Municipio en tanto facturaciones varias veces millonarias escapan hacia otras arcas sin dejar medianamente un incentivo resarcitorio a quienes afrontamos en casos hasta peligros nocivos.
Salvo Cooperativa Eléctrica quienes tiempo atrás encararan con fuerza un proyecto Cultural y recuperando bienes históricos, así como habilitando espacios recreativos y colaborando con Sociedades de Fomento y entidades, quizás hoy el Cultural semi paralizado y sin concretar la obra proyectada , recordemos que estos años han sido de verdadero boom exportador y de consumo interno por lo que los demás incluso hoy se siguen discutiendo las tasas y otras propuestas Municipales para obtener de esta manera un rédito equilibrado a los servicios que se deben afrontar ante una ciudad en constante crecimiento, algo que tendría que salir desde el propio seno de dichas empresas sin solicitarse, hay muchas formas de participar insertándose de esa manera al ámbito Zarateño ayudando al progreso y desarrollo de esta ciudad que tanto lo merece, en lo humano por la buena voluntad de su gente en recibir a quienes llegan buscando un lugar mas dentro de ellos, sino también a quien desean prosperar en su suelo.
Sergio Yusef Neme