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sábado, 24 de enero de 2015

MIRADAS HACIA EL PASADO ZARATEÑO Veranos de antes

Es verano y a tono con las vacaciones, MIRADAS HACIA EL PASADO ZARATEÑO propone, a través de las imágenes, viajar a nuestro pasado y conocer cómo y dónde pasaban el verano los zarateños en la primera mitad del Siglo XX. Imágenes de picnics en la isla y en el campo, paseos y baños en el río Paraná de las Palmas, el Club Náutico Zárate, el Balneario Municipal, la pileta de Defensores, la fuente de la Plaza Italia nos hablan de las costumbres de nuestros vecinos en aquellos tiempos


LOS VERANOS DE ANTAÑO
“Para veraneos, los de antes, entonces se descansaba, se respiraba aire puro, se gozaba de sedante silencio, se comía natural, aunque en exceso, se gastaba poco y se disfrutaba mucho.
Las vacaciones estivales de antaño, aunque modestas y rodeadas de precariedad, eran gratificantes, la temporada comenzaba el 8 de diciembre cuando los franciscanos bendecían las aguas del río y los bañistas acampaban en sus orillas; cuando los árboles comenzaban a amarillear se apagaba el veraneo, los baúles se llenaban de recuerdos y se emprendía el regreso”
Así caracterizaba los veranos de nuestros padres y abuelos la revista TODO ES HISTORIA, en su número 319, en el artículo titulado: “AQUELLOS VERANEOS DE NUESTROS MAYORES”.
Zárate siempre fue caluroso, no es una cuestión del cambio climático global que sí trajo aparejado veranos más largos. La elevada humedad ambiental, típica de la llanura pampeana cercana a los ríos, siempre facilitó la poca diferencia térmica y las temperaturas elevadas durante el solsticio estival.
¿Cómo paliaban el calor los zarateños en la primera mitad del Siglo XX? La mayoría solo con baños domésticos de agua fría; aquellos que tenían un poco más de tiempo, y cierta osadía para su época, hacían en principio una escapada de unas horas en el día al natural refrigerio del pueblo: el Río Paraná de las Palmas que desempeñó, desde entonces, un rol fundamental en la evolución de nuestra comunidad, no solo desde el punto de vista económico sino también como lugar de descanso y paseo.
EI 15 de marzo de 1908 se realizó el primer viaje entre la estación Zárate - Bajo y la estación Ibicuy de Entre Ríos, atravesando el Paraná de las Palmas, en el ferry-boat “Lucía Carbó”. Este sistema multimodal de integración regional posibilitó la vinculación entre los países limítrofes, la Mesopotamia y Buenos Aires imprimiendo, al mismo tiempo, un notable impulso a la industria y al comercio local. Las embarcaciones que efectuaban el transporte de cargas y pasajeros entre los puertos de Zárate e Ibicuy, recorriendo diariamente una distancia de 82 kilómetros, posibilitaron, además, a las familias zarateñas la realización de excursiones y picnics en las islas, muy frecuentes en la época estival.

Picnic efectuado por el Centro Recreativo “Ferroviarios Unidos”, el 11 de febrero de 1923

Paseo a Ibicuy en el ferry-boat “Lucía Carbó”. Año 1912

Picnics familiares

Desde 1928, la ciudad contó con el Club Náutico Zárate, que no hizo más que ordenar lo que se practicaba de antaño: darse un chapuzón en las aguas marrones, pero aún más o menos limpias, del caudaloso Paraná de Las Palmas; además se practicaba el remo y la natación y los socios disfrutaban los paseos en “La Popota”, como lo reflejan estas viejas fotografías.

Década de 1930. Socios en el Club Náutico Zárate

Frente del Club Náutico Zárate que ya en la década de 1940 contaba con más de dos mil asociados


Club Náutico Zárate. Año 1930


Instalaciones del Club Náutico Zárate en la segunda mitad del Siglo XX
Con el tiempo, se sumaron a esta oferta de equipamiento estival el Balneario Municipal y la Avda. Costanera -una obra significativa iniciada durante la gestión del intendente Don Pedro Guerci en la década de 1930- los paseos a la isla en la balsa -servicio habilitado en 1937- y ya a partir de 1945 la pileta de natación del Club Defensores Unidos; los niños disfrutaban también en la fuente de la Plaza Italia remodelada por esos años.

La balsa arribando al Puerto de Zárate y la pileta del Club Defensores Unidos inaugurada el 29 de diciembre de 1945



Disfrutando el verano en la fuente de la Plaza Italia. Décadas de 1950 y 1960
Algunas familias podían retirarse al elegante balneario de Mar del Plata, por entonces accesible a las clases altas, o bien a las saludables sierras de Córdoba y Tandil prefiriendo, algunas veces, el solariego y pacífico descanso estival en la estancia.
En estos casos el veraneo se iniciaba con el viaje, una representación del mundo moderno, y era un verdadero generador de expectativas y deseos y de curiosidad por experimentar novedades, el confort y la modernidad. Se generó una cultura de la playa que comprendió pare el caso de nuestra costa atlántica primero la contemplación y apropiación del paisaje costero y luego la incorporación de los baños marítimos todo ello combinado con una intensa vida social


Veraneo de familias zarateñas. Playa y baños marítimos en la costa atlántica argentna

Familia Guerci paseando por la vieja rambla marplatense en 1936

En las noches estivales llegaba el paseo por las calles Justa lima de Atucha y 19 de Marzo o bien era costumbre permanecer “tomando el fresco” en las veredas repletas de sillas, en amable conversación con los vecinos y hasta altas horas.
Los sábados eran frecuentes las animadas fiestas en los clubes sociales y deportivos y las tertulias danzantes que la revista Deporte y Cultura -dirigida por A. Millán Ramos (h)- comentaba en sus ediciones semanales. En el ejemplar N° 40, de fecha 6 de febrero de 1941, dice en relación a la Tertulia del Argentino T.C.: “El sábado se vistió de fiesta la pista al aire libre de esta entidad, la cual contó con la presencia de numerosas familias de los asociados y simpatizantes. El baile transcurrió así dentro de un ambiente magnífico, pues la juventud consiguió divertirse, realzando con su gracia el colorido y la armonía de un ambiente propicio para esta clase de fiestas. La orquesta del señor Víctor García y sus muchachos completó la agradable nota de la noche, bailándose con mucho entusiasmo hasta las primeras horas del domingo.”
Con este recorrido por la galería de fotografías históricas de nuestro archivo esperamos haber despertado gratos recuerdos en los mayores que disfrutaron esos veranos y, al mismo tiempo, posibilitar a las nuevas generaciones el conocimiento de los sitios y costumbres de los zarateños en las temporadas estivales de antaño.

Arq. Silvia Irene Baccino


Fuente consultada:
 “El Museo y sus diez años” 1991/2001. Editado por la Asociación Amigos del Museo de Zárate. Setiembre 2001









            Asociación Amigos del Museo de Zárate
 Quinta Jovita - Ituzaingó 278 - Tel. (03487) 422038



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