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jueves, 23 de diciembre de 2021

Mercedes Vigil Chile: crónica de una muerte anunciada.

 

 Todo indica que el sub continente seguirá el espiral descendente que comenzó con el experimento cubano y convirtió la isla en una cárcel. Este domingo los chilenos han entregado la conducción del país a una coalición liderada por el Partido Comunista. 

 El presidente Gabriel Boric representa a una izquierda radical que sigue aferrada a elementos fundamentales de la ortodoxia. Aun los revisionistas más moderados de la ideología marxista leninista le asignan al Partido Comunista la función de diseñar el camino para llegar al socialismo real. Si esto no bastara, el proceso constituyente que transita el país trasandino anticipa la muerte del modelo liberal que ha llevado al país a niveles de desarrollo formidables.

 Esto habilitará al nuevo presidente bolivariano para desarrollar una agenda ideológica que carga millones de muertos y ha fracasado en todo país donde se ha aplicado. Sorprenderse por este resultado electoral es no comprender el impacto del marxismo cultural que avanza hace 60 años, ante la inoperancia del resto del sistema político regional.

 La Escuela de Frankfurt lleva más de medio siglo sembrando intelectuales marxistas ante el silencio abrumador de varias generaciones de políticos que se han obsesionado por el economicismo. Ciegos ante el avance marxista, los liberales se abrazaron a la idea de que una economía venturosa es suficiente para fortalecer la república. En esa postura nihilista, la debilidad del presidente Sebastián Piñera fue el caldo de cultivo ideal para abrir las puertas del Palacio de la Monea a un mediocre vendedor de espejuelos sin más mérito que alimentar quimeras.

 Porque si algo saben los marxistas es que el homo sapiens es propenso a flaquear frente a sus emociones y las alientan, prometiendo lo imposible. Somos herederos del humanismo filosófico y nuestras naciones han sido fundadas sobre un sistema de valores que coloca al individuo y a sus derechos fundamentales en el centro de las políticas. Hoy, tras décadas de un marxismo cultural, la filosofía humanista agoniza ante un marxismo que coloca a la revolución en la cúspide de sus metas y para alcanzarla, justifica los medios más cueles. 

 El avance sostenido de una poderosa casta intelectual marxista ha herido de muerte al humanismo y hoy impera un relativismo atroz, que todo lo subsume ante un fin superior que es el triunfo de la revolución. Padecemos un embrutecimiento ciudadano apabullante que legitima a dictadores como Diaz Canel o Maduro, bajo el poder implacable de la ideología. En tanto cubanos y venezolanos carecen de alimentos básicos, los chilenos marchan tras un hombre que promete repartir bienes materiales, sin explicar de dónde va a sacar aquello que ha de repartir. 

Este ferviente bolivariano, ha anunciado políticas colectivistas que diezmarán los sectores productivos, lo que vaticina para los chilenos el mismo futuro de privaciones que padecen sus hermanos bolivarianos. Uruguay está en manos de una Coalición que dirige nuestra economía en base al libre mercado, pero necesitamos políticas claras para contrarrestar el legado marxista que ha colonizado la mente de varias generaciones de ciudadanos en toda la región, y también en nuestro país. 

 El Estado ha crecido mastodónticamente y hoy maneja áreas sensibles en la formación de los valores que guían a la sociedad. La filosofía marxista se apropió de los centros de estudio y colisiona con el humanismo republicano. En tal escenario, es imprescindible reestablecer nuestros valores y trasmitirlos, de cara a una sociedad que se ha vuelto anómica al extremo. Porque los valores no son cualidades innatas, sino que están en estrecho vínculo con la cultura y la educación. A esta falta de educación en valores, se le suma una hiper inflación legislativa que va en el camino contrario al humanismo filosófico. 

Los derechos humanos son manipulados y el auge de las políticas identitarias hacen de la victimización histórica, causa suficiente para otorgar privilegios tribales, atribuyendo cualidades especiales a las naturales peculiaridades, que nos hacen diferentes e irrepetibles. Debemos volver a los principios humanistas, fundamentales para la supervivencia republicana. 

Porque los valores morales poseen una importancia cognoscitiva, motivacional y normativa vital para la inserción del individuo en toda sociedad, incorporando conductas que facilitan la convivencia y, por lo tanto, no deben ser subsidiarios a ninguna ideología. Neutralizar el germen marxista que ha colonizado nuestras instituciones es un asunto de supervivencia. Necesitamos políticas claras que nos recaten de ideologías nefastas que han hecho de la libertad un privilegio, trayendo destrucción y miseria allá a donde han alcanzado el poder. Mercedes Vigil

domingo, 11 de julio de 2021

Alejo, el mestizo que lideró a los mapuches contra los conquistadores españoles



 

La llamada Guerra del Arauco fue un continuo dolor de cabeza para la Monarquía Hispánica, hasta el punto de que a veces se hacen comparaciones con lo que supuso la del Vietnam para EEUU. Aunque los primeros españoles pisaron la región en la expedición que realizó Diego de Almagro en 1535, la dureza del clima y el paisaje, la falta de metales preciosos, la escasez de tierra cultivable, la ausencia de una civilización del nivel de la inca y la hostilidad de los indígenas llevaron a abandonar el lugar, al que no se regresó hasta unos años más tarde. Concretamente, fue en 1541 cuando Pedro de Valdivia acometió la primera campaña de conquista propiamente dicha. Pese a un inicio victorioso, en el que logró derrotar e incorporar a sus filas a los picunches en una expedición al sur del país, la Araucania (situada entre los ríos Itata y Toltén), los mapuches o araucanos ofrecieron una resistencia feroz. 

Se fundaron ciudades como la que lleva su nombre más Concepción, La Imperial, Villarrica o Los Confines, pero en 1553 una desastrosa derrota en Tucapel, en la que Valdivia en persona perdió la vida, marcó un punto de inflexión. La región se vio envuelta en una larga y sangrienta guerra en la que los conquistadores no lograban imponer su autoridad ni los indios librarse del invasor. Se sucedían los caciques (Michimalongo, Colo-Colo, Lautaro, Caupolicán, Peteleguén, Loble, Millalelmo, Illanguelén), igual que lo hacían los comandantes y gobernadores españoles (García Hurtado de Mendoza, Francisco de Villagra, Pedro de Villagra, Rodrigo de Quiroga), alternando unos y otros triunfos con derrotas, períodos de guerra con otros de paz. 

En 1575, tras uno de estos últimos que apenas duró cuatro tensos años, se volvió a las armas. Los españoles iniciaron entonces una campaña en la que descubrieron un fenómeno inédito hasta la fecha: varios soldados mestizos se pasaron a las filas enemigas, descontentos con la postergación que recibían a la hora de los ascensos. Entre ellos figuraban Alonso Díaz (alias Paineñamcu, llegó a ser elegido toqui -general, al cambio- por los mapuches) o Juan de Lebú (un mapuche capturado y bautizado que escapó a la primera oportunidad), pero aún faltaba tiempo para que entrara en escena el más famoso. Fue ya a mediados del siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV, después de que las sucesivas campañas dirigidas por Alonso de Sotomayor y Martín García Oñez de Loyola no obtuvieran resultados definitivos y una nueva rebelión mapuche en 1598 propiciara el Desastre de Curalaba, en el que un campamento español fue asaltado por sorpresa terminando en masacre y propiciando que todo el país, enardecido, se alzara en armas.

 Los españoles tuvieron que evacuar varias ciudades hacia el norte del Bio Bío, la frontera natural, y poner fin a su expansión hacia el sur durante unos años. Era necesario dar un giro a las cosas y para acometer las siguientes campañas se creó un ejército profesional financiado por el Virrey, los Tercios de Arauco, formados por alrededor de dos millares de soldados bien equipados y entrenados, muchos de ellos veteranos de las guerras europeas, que al término de su servicio recibían tierras para asentarse. Pero aún así, los mapuches siguieron con su resistencia a ultranza hasta 1639, en que mermados por la presión militar de Francisco López de Zúñiga y una serie de epidemias, y desanimados por augurios negativos (la erupción del volcán Villarrica), aceptaron negociar. En los llamados Parlamentos de Quilín, entre 1641 y 1646, se acordó reconocerles su independencia y  tanto de esclavitud como de servidumbre, siempre que admitieran la evangelización y el establecimiento de comercio entre ambas partes.

 En realidad ni españoles ni indios eran sinceros; los primeros aprovecharon el período de paz para apresar a varios loncos (caciques) y los segundos para recuperarse de las adversidades y rearmarse. Por eso se desatarían otra vez las hostilidades, como siempre seguidas de nuevas negociaciones. Y en este contexto entra en escena el mestizo Alejo. Era hijo de un lonco mapuche y de una española que había sido capturada en una emboscada al encomendero Alejandro de Vivar del Risco, cuando éste regresaba sin escolta a Concepción tras visitar a su hermana en una de las estancias de la familia.

 La columna se vio interceptada cerca del río Laja por un malón, es decir, una de las razias que partidas de indios a caballo realizaban esporádicamente a imitación de las que hacían los blancos, que las llamaban malocas. El nombre de la mujer era Isabel y sus captores se la regalaron a Curivilú, cacique de Angol, una localidad de la Araucania donde Valdivia había fundado la ciudad de Los Confines y que además fue el escenario de la mencionada Batalla de Tucapel, en la que perdió la vida. Meses después tuvo con él un niño al que ella llamó Alejo, diminutivo de Alejandro, que los mapuches convirtieron en Ñamku por similitud cacofónica; la palabra significaba aguilucho. 

 Se calcula que el nacimiento tuvo lugar en torno al año 1635 y el pequeño creció con los indígenas durante un lustro, hasta 1640, cuando una maloca española mató al lonco y rescató a Isabel y su hijo. Usar el término rescate es muy relativo porque, al igual que se ve a veces en algunos westerns, la presencia de aquella mujer en Concepción no fue bien recibida; pese a que su convivencia con los mapuches no había sido voluntaria, el concubinato con Curivilú y el fruto de éste, Alejo, la señalaban de forma infamante. 

Por ello, ingresó en un convento y el niño quedó a cargo de la familia Vivar del Risco. Así, de una primera educación indígena pasó a otra cristiana. Siendo mestizo, una de las castas bajas de la sociedad, probablemente no tuvo una juventud fácil y por ello, al cumplir cierta edad, optó por alistarse en el ejército, un estamento donde aparentemente las diferencias tendían a ser más borrosas. Como al parecer era inteligente, aprendió el manejo del arcabuz y tuvo una actuación destacada en la Batalla de Conuco, librada el 20 de enero de 1656 por la tropa del recién nombrado gobernador Pedro Porter Casanate contra los mapuches de la zona, infligiéndoles cuantiosas pérdidas con la ayuda, cómo no, de la providencia: la aparición de San Fabián, en cuyo honor se levantó un fuerte homónimo. Ilustración de una edición decimonónica de La Araucana/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons Alejo esperaba un ascenso por sus méritos, pero chocó contra la cruda realidad de que éstos estaban reservados a los blancos. Fue la gota que rebosó su paciencia, tras años de aguantar las humillaciones suya y de su madre; desertó de las filas españolas y se fue en busca del poblado donde nació. Su padre había muerto dos décadas antes, pero le acogió otro cacique amigo, Huenquelao, a cuyo servicio se puso de inmediato.

 Recuperó su nombre indígena, Ñamku, y empezó a instruir a los conas (guerreros) en las tácticas militares de sus enemigos, tal cual hiciera Lautaro un siglo antes: cómo protegerse de las armas de fuego, la forma de enfrentarse a la caballería y el procurar capturarle cañones al adversario para aprovecharlos. Contando con su carisma y la experimentada ayuda de un jefe cona llamado Huenchullán, organizó un verdadero ejército y desarrolló una serie de acciones guerrilleras durante las cuales lo mismo asaltaba caravanas que apresaba soldados de patrulla, robaba armamamento (o reses) e incluso introducía un nuevo e ingenioso arma: una honda con la que lanzar proyectiles incendiarios. Así, Ñamku se convirtió en el primer toqui (caudillo) que no era enteramente mapuche y estaba listo para su primera batalla.

 Encabezando a un millar de hombres, resultado de lograr una coalición de mapuches con cuncos, pehuenches y picunches, cruzó el Bio Bío para enfrentarse a los huincas, nombre con que se conocía a los españoles y que significaba algo así como nuevos incas, en alusión al intento de conquista que éstos ya habían llevado a cabo antaño. El choque se produjo en San Rafael, cayendo sobre los doscientos soldados de Pedro Gallegos. Éste se atrincheró en un promontorio mientras esperaba refuerzos del Fuerte Conuco, pero no pudieron llegar y al final sólo sobrevivió una decena de españoles, destinados a ser sacrificados o canjeados por prisioneros. 

 A esa rotunda victoria le siguió en 1660 la de Los Perales, en la que derrotó a los dos centenares y medio de efectivos de Bartolomé Pérez Villagrán. Pero ahí se acabó la racha. Un ataque a las fuerzas de Bartolomé Gómez Bravo acabó en fracaso y luego el gobernador organizó una columna de mil doscientos hombres con la que reforzó a la guarnición del Fuerte Conuco. Con ella rechazó una masiva carga de la caballería mapuche para después hacer una serie de malocas en las que devolvió aquellos primeros golpes dados por Alejo, quien tuvo que refugiarse en las montañas. A finales de 1660 los mapuches acumulaban más de seiscientas bajas entre caídos en combates y afectados por una epidemia de viruela, por lo que el mestizo ya sólo podía contar con unos trescientos conas para un plan tan ambicioso como osado: tomar la ciudad de Concepción. 

Demasiado ambicioso, quizá, y no lo logró; no por la defensa que ofreció Juan de Zúñiga, ya que su fuerza era inferior numéricamente y cayó en el intento, sino por uno de esos misterios que tantas veces hemos visto a lo largo de la Historia. En efecto, estando Concepción a su merced, renunció a asaltarla, tal cual pasó con Aníbal o Atila ante Roma. Como en esos casos, leyenda y realidad se confunden y se cuenta que fue su propia madre la que dejó el convento para entrevistarse con él y rogarle que desistiera de su objetivo. Es posible que, pese a la victoria sobre Zúñiga, hubiera sufrido demasiadas bajas como para adueñarse de toda una ciudad, pero la decisión de Alejo no gustó y cuentan que mató con sus propias manos a Huenchullán cuando éste se la recriminó públicamente. En cualquier caso, Concepción se salvó; en cambio, se aproximaba el final de Alejo. 

 Y no llegó de manos españolas ni en batalla. Fue en 1680, en una muerte triste y patética, asesinado por dos de sus concubinas que aprovecharon que dormía borracho para coserlo a puñaladas, celosas de que hubiera convertido a dos rehenes blancas en nuevas esposas. Paradójicamente, las autoras del crimen huyeron junto a las españolas y se entregaron al gobernador, quien les concedió una pensión vitalicia. Mientras, Alejo fue enterrado cerca del río Laja y era sucedido en el mando por otro mestizo llamado Misqui; incluso otro mestizo Alejo se levantaría en 1738.

 La Guerra del Arauco aún daría coletazos, pero la rápida captura y ejecución de Misqui constituyó el principio del fin. La viruela y el cansancio hicieron mella, siendo importante también la real cédula de 1683 que exoneraba a los indios araucanos de la esclavitud, por lo que las rebeliones fueron poco a poco espaciándose más. Eso no quiere decir que no hubiera estallidos violentos y se produjeron varios de importancia, como los de 1712, 1723, 1759, 1766, 1769 y 1792; pero la tendencia entre mapuches y españoles fue a coexistir, tratando de ahogar en lo posible la tensión. Luego llegó la Independencia de Chile, pero ésa ya es otra historia y no precisamente mejor para los indios.

sábado, 12 de junio de 2021

Tomás Mosciatti: “Chile puede caer en una crisis y en un populismo muy superior al de Argentina”

 

El director de Radio Bío Bío compartió su mirada sobre la tensión institucional que enfrenta su país en una entrevista con Infobae. La desigualdad como causa de la caída de un modelo que permitió sacar de la pobreza a millones de ciudadanos. Reparte culpas por igual entre políticos y empresarios. Por qué habla del mal ejemplo argentino
Por Facundo Chaves 12 de Junio de 2021 

 Tomás Mosciatti con Infobae Tomás Mosciatti es muchas cosas más que el director y propietario de la radio Bío Bío, en Chile. Le gusta definirse como un “hombre de radio” empecinado en servir a las audiencias y para eso evita ubicarse en la izquierda o la derecha. Tampoco en el centro. 

“Mi padre definía que ser una persona de radio era ser experto en gente, nada más: entender a la gente y al público. Trato de seguir ese camino”, asegura en diálogo con Infobae. Con 61 años, este abogado que nunca ejerció como tal y abrazó de niño el periodismo, nació en Concepción, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, la capital del país. Fino analista, propone una mirada crítica sobre la realidad política, económica y social no sólo fronteras adentro, sino que se permite desplegar una mirada sobre la región y, sobre todo, señalar un peligro inminente: ser como Argentina. “O peor”, se rectifica. Repite en el reportaje varias veces las palabras “enorme y gigantesco” para tratar, quizás, de condensar de una vez el momento histórico que atraviesa Chile

 Lo impactante es que su país muestra en cámara lenta -aunque por momentos se acelera de manera endemoniada- cómo un modelo que fue exitoso en sacar a millones de la pobreza no alcanza para las demandas sociales actuales. La desigualdad y el incumplimiento de las promesas de vivir mejor, a juicio de Mosciatti, horadaron lenta pero persistentemente las bases del pacto social que permitió al país salir del pinochetismo. Es un caso singular en América Latina, porque la democracia, allí, sí significó la mejora en la calidad de vida. Pero no alcanzó. 

 Tanto no alcanzó, que los chilenos, con el voto, casi que barrieron del tablero político a los partidos tradicionales que durante más de 30 años gobernaron el país y eligieron a una mayoría de dirigentes que estaban en los márgenes del centro político. Militantes sociales, independientes, ecologistas, referentes de los pueblos originarios, comunistas y otros líderes con escasa o nula experiencia política serán los encargados de redactar una nueva Constitución, la Ley Fundamental, el pacto social básico de una sociedad. ¿Es un salto al vacío? Play Tomás Mosciatti: su mirada sobre la desigualdad, los jóvenes y las redes sociales Evocando, no sin insolencia, a Vargas Llosa y su “¿en qué momento se había jodido el Perú?”, Infobae pregunta “¿qué le pasó a Chile?”, y la respuesta, extensa, empieza a poner un zoom sobre la interpretación de un momento excepcional en la historia chilena. - Chile tuvo un desarrollo espectacular. La clase media, hace 25 años, era un 23%, aproximadamente, y hoy es un 58%. Chile alcanzó el mayor PBI per cápita de América Latina, el segundo ingreso per cápita de América Latina después de Panamá. 

La pobreza se redujo al 8%, cuando era el 38% cuando empezó la democracia. Estas son cifras indesmentibles: todos vivimos mejor, todos. Pero ocurrió, como lo indican estudios, que las personas prefieren vivir con mayores restricciones si es que hay menos desigualdad que con mayores bienes y mayor desigualdad. La desigualdad que se vio en Chile es enorme. Mosciatti es muchas cosas más que el director y propietario de Bío Bío porque los análisis que comparte con su audiencia, por radio y televisión, son escuchados con atención en el gobierno de Sebastián Piñera, en la oposición y en el mundo empresarial. Con sus lentes y tiradores -una costumbre atávica que heredó de su abuelo italiano- dispara críticas y le adjudica responsabilidad por el presente a los políticos del oficialista Chile Vamos, la coalición de centroderecha de Sebastián Piñera, y a los sucesores de la Concertación, de la centroizquierda que entronizó cuatro presidentes desde 1990. 

 La mirada de Mosciatti se posa sobre los jóvenes, que impulsaron un cambio cultural definitivo. Crackearon el sistema saltando molinetes en el metro y generaron una onda expansiva que, en el final del camino, se llevó puesta la Presidencia, primero, la política y la Justicia, después, y ahora la Constitución. Su descripción impone evitar cercenamientos: “Los jóvenes hoy en día no quieren tener auto, no sueñan con tener un auto. Hoy en día, los jóvenes no saben manejar. Antes, lo primero que uno quería era aprender a manejar y ellos no sólo que no saben, sino que no les interesa. Los jóvenes ahora no se casan ni quieren tener hijos. Los jóvenes ahora prefieren vivir en un departamento pequeño con un gato, tienen incorporado el medio ambiente y la protección de la ecología, lo tienen en su estructura mental. Los jóvenes no quieren hablar de crecimiento. 

No les interesa cuánto crecimos el año pasado, como tampoco les interesa mucho escuchar hablar de ahorro o de inversión. La palabra inversión no les hace mucho sentido. Por lo tanto, el cambio que se está viviendo entre jóvenes y personas mayores es enorme. Es enorme en cuanto a las perspectivas y a lo que cada uno quiere del país y eso tiene consecuencias políticas y económicas” El director de radio Bío Bío, Tomás Mosciatti, y una mirada crítica sobre la realidad política de Chile.

Con este paisaje de fondo, Mosciatti aborda las preguntas, en un reportaje por Zoom de casi una hora: - ¿Cómo puede entender alguien que no es chileno de lo que ha ocurrido en su país? - Lo que ha pasado en los últimos meses en Chile es una caída institucional gigantesca: en Chile cayó la Constitución, entera. Cuando cae una Constitución cae todo el sistema. En Chile cayó el Tribunal Constitucional, posiblemente el tribunal más importante del país y en cualquier país donde existe. En Chile cayó el Congreso y también la Presidencia de la República. Es el sistema nuestro muy presidencialista, con muchas facultades, pero en este momento está gobernando el Congreso interpretando la Constitución a su manera y por eso cayó la Constitución, por eso estamos viviendo un parlamentarismo de facto. Es muy grave todo eso. 

Cayeron todas las instituciones y cayó el sistema político en forma gigantesca. Pero, además, cayó el centro político, porque quienes gobernaron después de Pinochet fueron una gran coalición de centroizquierda, de centro izquierda, que en las últimas elecciones casi no tuvo votos. (NdR: la oficialista Chile Vamos tampoco logró una buena performance) - Usted plantea que en Chile el clivaje que ordenó la política es “neoliberalismo vs anti neoliberalismo” y en esa competencia, ganó la segunda opción. ¿Cuándo piensa que se originó la crisis política que vive Chile? - El anti neoliberalismo en Chile nace cuando ganó Piñera por primera vez (en 2010) y toda la izquierda dijo: “Está todo mal”. Y lo dijeron porque creen tener una supremacía moral, una supremacía ética, nadie que es de derecha tiene la posibilidad de gobernar porque algunos de ellos, no todos, estuvieron con Pinochet, por lo tanto una dictadura que violó los derechos humanos tiene que manchar a toda esa gente. 

Por lo tanto, uno podría colegir, que ellos pretendían también una democracia más bien artificial, porque si pretendían que nunca pudieran ganar los adversarios es una democracia artificial. - Sin mayoría de los partidos tradicionales, ¿qué espera de los constituyentes que fueron electos? - No lo sé. Es una pregunta que no sé contestar. Hay gente nueva, sin experiencia, gente que proviene de organizaciones sociales de base. No sé cómo va a ser la nueva Constitución. Hay varias teorías: algunos dicen que la clase política, los políticos que fueron elegidos, van a ser una base importante porque tienen experiencia y tienen experiencia en legislar. 

Son políticos y más allá de las distintas tendencias podrían formar una bancada importante que pueda influir. Yo no lo sé, principalmente porque estamos bajo una experiencia nueva: nunca una Constitución en Chile se había redactado con personas elegidas de esta manera, pero además, en el mundo, esta va a ser la primera Constitución que se va a redactar al ritmo de las redes sociales. Y, por lo tanto, esta es una experiencia absolutamente nueva. Porque los políticos son muy sensibles a lo que se dice en las redes sociales. - Suele hacer referencia al impacto negativo que tienen las redes sociales en los países y entre los dirigentes ¿Cuál es su mirada sobre este tema? - Lo que han logrado las redes sociales es transformar a la gente en fanática de sus propias convicciones, bombardeándonos todos los días con ideas afines.

 Nos encontramos ahora con muchos fanáticos y los ‘pobres políticos’ están expuestos a esta turba que está ahí y no saben qué hacer, porque viven de ellos, porque viven de los votos. Están desesperados porque muchos de ellos son cobardes y no son capaces de enfrentar todo esto y mantener sus convicciones. No quieren correr grandes riesgos. Los políticos están siendo influenciados por esta turba de muchísimos fanáticos que en estos momentos son ‘aleonados’ por estos grandes empresarios que dominan las redes sociales que, a mi juicio, casi son unos delincuentes sociales. - ¿Por qué cree que Chile enfrenta el peligro de parecerse a Argentina? - Argentina progresivamente se ha ido deteriorando. Y no es sólo que Chile haya crecido, que lo hizo, sino que Argentina ha ido decayendo. Antiguamente se hablaba de países en vías de desarrollo, pero yo creo que también hay países en vías de subdesarrollo, porque el desarrollo es relativo. 

 Argentina es un caso de deterioro evidente, donde hay un gigantesco problema institucional, pero creo que -y voy a rectificar lo que dije en esa entrevista- que Chile puede ser peor que Argentina. Por una razón muy simple: porque Argentina tiene mejor capital humano que Chile, tiene mejor nivel educacional, tiene más gente de clase media, tiene mejor historia que nosotros en lo referido a la educación familiar. Chile no tiene eso que es fundamental, por eso digo que puede ser peor. - ¿Qué mirada tiene, desde Chile, de la actualidad argentina y cómo pueden compararse ambas realidades? - Qué es lo que puede ocurrir (en Chile con respecto a) Argentina. Los déficit permanentes, los default cada ciertos años, la pobreza progresiva de las clases medias, porque en Chile hay una clase media más precaria que la argentina, porque son de clase media reciente. 

Chile tiene una menor plataforma industrial que Argentina y por lo tanto podemos caer en una crisis institucional en una crisis económica y en cierto, a lo mejor, populismo muy superior al de Argentina. Ahora bien, no sé si va a ocurrir, digo que esto es uno de los peligros, pero es un peligro evidente ante el deterioro de la situación chilena. - ¿Y qué impacto puede tener ese deterioro económico en la política? - En Chile hay muchísimo dinero en la calle. ¿Cuando esto se termine qué va a pasar en Chile? ¿Qué va a ocurrir? Por eso los peligros que se ven son peligros económicos muy grandes, pero también peligros institucionales muy grandes, porque teniendo las instituciones caídas, en medio de crisis económicas, ¿hay posibilidad de reconstruir las instituciones? En medio, además, de la construcción de la Carta Fundamental, de la Constitución.

 Creo que es muy difícil. Por eso estamos enfrentados a una coyuntura histórica muy compleja. Uno de los mayores interrogantes de nuestra historia. Si se revisan los doscientos años de historia de Chile, este es uno de los instantes donde se va a resolver todo y no sé si tenemos las armas para resolverlo. El presidente chileno, Sebastián Piñera, posa para una fotografía con su gabinete de ministros, en el Palacio La Moneda. (Foto Reuters) El presidente chileno, Sebastián Piñera, posa para una fotografía con su gabinete de ministros, en el Palacio La Moneda. (Foto Reuters) - En Argentina hay una valoración muy positiva sobre la gestión de la pandemia por parte de Chile pero, ¿cómo lo ven los chilenos? - A la gente le importa poco. Piñera tiene un 8 a 12 por ciento de apoyo, sin ser generoso. Nadie lo quiere. 

Cuando el presidente habla las audiencias caen de los medios. Tenemos audiencias online y, cuando habla, la gente se va. No lo quieren escuchar. Por lo tanto la pregunta es válida. ¿Lo ha hecho bien Chile? Sí, claro. Mucha gente vacunada. Ya están vacunando personas de 25 años y pronto se vacunará a los menores de 18 años. La vacunación ha sido muy pareja en todo el territorio nacional porque hay un sistema, hay una costumbre de vacunación permanente en Chile. Pero a la gente no le importa porque no quieren al presidente. Cuando no quieren a alguien da lo mismo lo que haga, así sea bueno, muy bueno, no hay valoración de eso. - ¿Qué perspectiva tiene sobre la realidad de la región? - América Latina está viviendo un período de enorme inestabilidad, inseguridad, con una delincuencia desatada, un continente donde el narcotráfico está entrando a todos los niveles y está horadando el sistema político también en Chile en forma muy importante. 

El narcotráfico en Chile es un problema gigante en estos momentos. Es una región que tiene los países con sus futuros muy comprometidos, en una época en que el desarrollo tecnológico hace que algunos corran. Hay países que van a gran velocidad y nosotros nos estamos quedando. La diferencia entre nuestros países y el mundo desarrollado no se está aminorando, se está aumentando y por lo tanto creo que va a haber países sumergidos y otros países emergidos. Yo me pregunto dónde vamos a estar nosotros. ¿Cuál es la apuesta? - ¿Y específicamente de Argentina? - Argentina que tuvo una economía enorme por los 50 y que ahora haya caído en esto. Lo peor es que no veo una reacción, por lo que posiblemente haya un problema cultural, que también está ocurriendo ahora en Chile. No sé si en algún momento va a haber una reacción importante para que finalmente se transforme en un país del sentido común, que es lo que nos falta a todos los países de América Latina.

domingo, 23 de mayo de 2021

El alcalde Jadue lleva al Partido Comunista de vuelta a la primera línea de la política chilena

 

El comunista lidera las encuestas rumbo a las elecciones de noviembre y aspira a llegar a La Moneda en 2022
ROCÍO MONTES Santiago De Chile - 23 MAY 2021 - 00:12 GMT-3 

Nunca en su historia el Partido Comunista chileno (PC) tuvo como ahora a un candidato presidencial tan cerca de La Moneda. Ni siquiera cuando Unidad Popular, del socialista Salvador Allende, representaba el 17% de las fuerzas políticas que conformaban el Gobierno. A seis meses de las presidenciales chilenas del 21 de noviembre, la carta del PC, el alcalde Daniel Jadue, un licenciado en Arquitectura y Sociología, lidera la intención de voto. De 53 años y de origen árabe, encabeza las preferencias con el 19,2% de respaldo, según la encuesta de Activa Research. 

Los resultados del fin de semana pasado –donde votó solo el 43% del electorado– dan buenos aires para la candidatura que aún saborea una evidente victoria política de la izquierda. Jadue deberá medirse el 18 de julio en las primarias con otro aspirante de la izquierda, el diputado Gabriel Boric, del Frente Amplio. 

Para su equipo, el alcalde ha fichado a expertos que jugaron papeles fundamentales en los gobiernos de centroizquierda, como el economista Gonzalo Martner, que formó parte del Gobierno de Ricardo Lagos y fue presidente del Partido Socialista en 2005. De acuerdo a Martner, existen dos hitos que explican la posición actual del PC: “La decisión de Bachelet de incluirlos en el bloque de Gobierno y el fin del sistema electoral binominal en la misma Administración”, que se aplica por primera vez en 2018. Considera también fundamental la emergencia de liderazgos jóvenes como el de la diputada Camilla Vallejo, una de las líderes estudiantiles de 2011. En 2019, con la experiencia de haber sido Gobierno, los comunistas se adhieren a las movilizaciones, lo que genera un clima político favorable a Jadue. “Conecta muy bien con la rebelión de 2019 y se instala como figura”, opina Martner. 

 El economista dice, sobre los resultados del fin de semana pasado, que “no es el Partido Comunista el que se puso al centro de la escena política, sino un candidato presidencial comunista”. Sobre sus posiciones, Martner señala que el candidato Jadue no tiene nada que ver con Maduro ni el régimen cubano ni nicaragüense, de los que el economista es crítico. A comienzos de abril, en una reunión con pequeños empresarios, Jadue confesó que uno de los fracasos que no le gustaría repetir si llegara a La Moneda sería “el capitalismo de Estado de la Unión Soviética”, lo que calificó como un “fracaso brutal”. Las placas tectónicas de la izquierda en Chile no han dejado de moverse. Una alianza entre socialistas de centroizquierda con los comunistas y el Frente Amplio con miras a las presidenciales estuvo viva el miércoles solo por dos horas. 

Esto habría originado un histórico acuerdo de la izquierda sin el centro, algo que no sucede desde hace medio siglo en Chile. Los socialistas acusaron el engaño. “No se humilla al partido de Salvador Allende”, dijo el presidente del partido, Álvaro Elizalde. Es una historia en desarrollo con un final incierto. Existe consenso en que las opciones del candidato del PC, sin el centroizquierda, no construirán una mayoría. Marta Lagos, fundadora y directora ejecutiva de Latinobarómetro, señala que los resultados del fin de semana pasados para el Partido Comunista “no fueron una victoria electoral, sino política”. La analista se refiere a los 28 de los 155 escaños, un 18%, logrados en el constituyente por la alianza entre los comunistas y el Frente Amplio, un conglomerado de partidos de izquierda nacidos tras las movilizaciones.

 El PC por si solo “obtuvo 4,99%”, lo que equivale a siete puestos, apunta Lagos. Podría concluirse que no fueron castigados de la misma forma que las organizaciones tradicionales de la transición; el bloque de la derecha obtuvo 37 puestos (un 23,8% que lo deja sin opciones de veto) y los 25 asientos para centroizquierda (16,1%). Si se mira el resultado con la elección de concejales del mismo fin de semana, en la que los partidos se miden con el resto y se observa el poder territorial de cada organización, se observa una distribución semejante a la que había en Chile: la derecha alcanza un 33,14% en votos, la centroizquierda un 34,15% y la izquierda un 23,77%. El PC obtiene un 9,23%, un crecimiento respecto al 6% obtenido en los comicios de 2016. 

 La derecha chilena se queda sin opciones de veto en el articulado de la nueva Constitución Irací Hassler: “Chile tiene un modelo de abusos y debe poner la dignidad en el centro” “El resultado habría pasado desapercibido si no tuviera un candidato presidencial”, explica Lagos. La alta abstención –un 57%– afectó sobre todo al centro, que volverá a movilizarse rumbo a las presidenciales de noviembre. “Chile no se corrió a la izquierda, sino que enfrenta una dispersión de mil minorías”, asegura la encuestadora, que reconoce los importantes triunfos políticos y electorales del PC, como la victoria en la municipalidad de Santiago que la economista Irací Hassler le arrebató a la derecha. El PC chileno tiene una larga historia desde su fundación, en 1922, como recuerda Ernesto Ottone, catedrático del Colegio de Estudios Mundiales de París y militante hasta inicios de los ochenta. 

De inicio, porque tuvo un antecedente anterior a la Revolución Rusa con el Partido Obrero Socialista de 1911, fundado por Luis Emilio Recaberren, quien solo después aceptó las 21 condiciones de la Internacional Comunista. “Desde entonces sigue la historia del Partido Comunista mundial, pero como tuvo una vida anterior, vive una especie de esquizofrenia. Tiene una doctrina revolucionaria ­marxista-leninista, dictadura del proletariado. Por otra, tiene una práctica mutualista, sindicalista, reformadora. No solo hace doctrina, también hace política”, asegura Ottone. Muy pronto alcanzó parlamentarios y se constituyó en una de las fuerzas políticas del país. “El PC chileno fue el más importante, con más influencia y capacidad de movilización y organización de América Latina”, afirma el especialista. “Los momentos pletóricos fueron desde 1938 a 1948 –con la fundación del Frente Popular y los gobiernos radicales–y, después desde su legalización en 1957, hasta el golpe de Estado de 1973”. En 1970, al inicio de la Administración de Allende, “tenía más de 150.000 militantes”, recuerda Ottone. El exmilitante considera que la organización siempre tuvo un comportamiento contradictorio. En 1968, por ejemplo, apoyó la invasión de la URSS a Checoslovaquia. 

Con una larga tradición institucional, el PC chileno apoyó después la línea moderada de la Unidad Popular de Allende, a diferencia del partido del presidente, el socialista, con una posición más radical. Con el golpe de Estado de 1973, el PC sufrió una tremenda represión: fueron asesinadas dos directivas nacionales y una de la juventud. A finales de la década, el partido fue influido por la lucha armada, tanto la cubana como la nicaragüense. “La tendencia militarista termina con la formación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez –que atentó contra Pinochet en 1986–, y se separa de su historia tradicional. Adquiere posiciones radicales”, asegura Ottone, quien formaba parte de los sectores internos derrotados, y quien renunció en 1981. Con el retorno a la democracia, la organización quedó fuera de los primeros gobiernos de la Concertación y del Parlamento. 

Los comunistas no creyeron en el pacto de gobernabilidad del centro con la izquierda y optaron por la oposición, críticos de la transición, lo que los condujo al aislamiento en los primeros 15 años de democracia. Existe una segunda versión: fue la Democracia Cristiana quien vetó un acuerdo con el PC, pues lo consideraban inviable. Un acuerdo con la Concertación en 2008 permitió al PC conseguir dos alcaldes. Un año después, el partido obtuvo tres diputados. Guillermo Teillier, actual presidente del partido, llegó al Congreso. En 2013, se sumaron a la alianza que llevó al poder por segunda vez a Michelle Bachelet. Era la primera vez que regresaban a La Moneda desde el golpe, y lo hicieron con varios ministros. Obtuvieron seis diputados de la mano de la centroizquierda. Actualmente, el PC tiene nueve diputados y un candidato presidencial expectante, el alcalde Jadue.

domingo, 16 de mayo de 2021

Los primeros resultados de la elección constituyente en Chile

 

En unos comicios inéditos, entre este sábado y domingo, los chilenos votaron a los futuros 155 Convencionales Constituyentes, concejales, alcaldes y Gobernadores Regionales. Cerca de 6 millones de ciudadanos participaron de la elección, 1 millón menos que en el plebiscito
Chile llevó a cabo unas "mega elecciones" de dos días como consecuencia de la pandemia de coronavirus (DIEGO MARTIN/AGENCIAUNO) 

Pasadas las 20, hora local (00 GMT), cerraron los comicios en Chile tras la “mega elección” nacional de dos días, que definirán a los futuros concejales, alcaldes, Gobernadores Regionales, y a los 155 Convencionales Constituyentes que redactarán una nueva Constitución para el país, que sustituirá la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet y que buscará garantizar las demandas de equidad y bienestar que reclamó la sociedad en los últimos tiempos. 

 Como estaba previsto, los primeros resultados en ser reportados por las autoridades fueron los correspondientes a la elección de los Convencionales Constituyentes, considerada “la madre de todas las elecciones” del sufragio nacional que se desarrolló este fin de semana. En su primer boletín oficial, el Servicio Electoral de Chile (Servel) indicó que, con el 38,88% de las mesas escrutadas, los Independientes obtienen el 34,97% de los votos (46 escaños), “Vamos por Chile” el 21,62% (37 escaños), “Apruebo Dignidad” el 18,04% (30 escaños) y “Lista de Apruebo” el 15,1% (25 escaños)

. Los pueblos originarios cuentan con los restantes 17 escaños reservados. De esta manera, los independientes, que no están representados por ningún partido político, y la oposición, dominarían la convención constituyente, que está conformada por 155 miembros. En segundo lugar, se contarán los votos y se entregarán los resultados de los Gobernadores Regionales, quienes vienen a reemplazar a los actuales Intendentes Regional, y que por primera vez serán elegidos mediante voto popular. Los resultados de los alcaldes serán los terceros en ser comunicados, mientras que los concejales ocuparán el último puesto de prioridad de entrega de votos. 

Se espera que todo este procedimiento termine tarde, pues la cantidad de votos y de papeletas son altas. Las autoridades sanitarias instaron a la sociedad a no celebrar en grupo los resultados de los megacomicios constituyentes para mantener el respeto a las restricciones por el coronavirus. La subsecretaria de Salud, Paula Daza, afirmó que “no habrá permisos especiales” para que los chilenos salgan a festejar dado que la mayor parte del país se encuentra en cuarentena total los fines de semana. “Ayer vimos actos de responsabilidad y de rigurosidad de las personas respetando las medidas sanitarias y el distanciamiento físico”, agregó la funcionaria. Chile votó en dos jornadas para evitar grandes aglomeraciones 

Los chilenos eligieron entre 1.373 candidatos para integrar la Convención Constitucional, entre ellos actores, escritores, profesores, activistas sociales, abogados y también políticos tradicionales. La anterior Carta Magna, redactada durante la era Pinochet (1973-1990), se considera como el origen de las desigualdades sociales en Chile. El sábado, más del 20% de los 14,9 millones de electores dieron su voto voluntario en la primera jornada de estos comicios, que por la pandemia se realizó en dos días tras ser postergados por cinco semanas, desde el 11 abril, ante una nueva ola de coronavirus. En el desglose del voto por regiones y comunas, había una importante diferencia en la afluencia de votantes en los sectores más acomodados y más conservadores, marcadamente mayor que en zonas más pobres. Por ejemplo, en las comunas de Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea, quienes rechazaron cambiar la constitución en el plebiscito del 25 de octubre del año pasado, la participación se alzó entre el 30% y el 40% aproximadamente. 

 Por ese motivo, el Gobierno volvió a llamar a la comunidad para que se acerque a votar. “Si hay baja votación hoy, no se podrá culpar a la oferta, que es la más extensa y diversa desde retorno a la democracia. Tenemos que reconocer que existe abstencionismo estructural, endémico. Toda una generación que ya no está ni ahí”, planteó en Twitter el académico de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes. El ex presidente de Chile, Ricardo Lagos, deslizó este domingo la idea de que el voto ya no debiera ser voluntario, sino obligatorio: “En esta Constitución tenemos que corregir algo importante, que el derecho a voto sea una obligación, es lo menos que puede pedir un país”. Aún así, el Gobierno chileno mantiene sus expectativas de que el número total de votos de estas “mega elecciones” superen los 7 millones. 17 lugares de la Convención Constituyente está reservados para los 10 pueblos originarios 

La reforma constitucional fue la forma en que el sistema político chileno encontró para encauzar las masivas manifestaciones que estallaron el 18 de octubre de 2019, dejando una treintena de muertos y daños millonarios en el comercio y el mobiliario público. Casi un mes después del comienzo de esas protestas, cuando varios edificios ardían en Santiago, las fuerzas políticas anunciaron un acuerdo para llamar a un plebiscito para decidir sobre el cambio de la Constitución, que finalmente se celebró el 25 de octubre de 2020. Un abrumador 80% apoyó la opción “Apruebo” al cambio constitucional en un día que culminó con masivas manifestaciones. 

El 20% que se decantó por el “Rechazo” se concentró en las tres comunas más ricas de Chile. “Vengo (a votar) con la expectativa de que podamos lograr un cambio para el país, que podamos construir una Constitución nueva muy distante de aquella Constitución que nos dejó la dictadura”, dijo Guillermo Guzmán, un arquitecto de 57 años, a la agencia AFP. Además de los constituyentes, los chilenos votaron por alcaldes, concejales y, por primera vez, gobernadores regionales, en otro paso hacia una sociedad más participativa. El proceso constitucional marca, además, la primera vez en el mundo que una Constitución se escribirá por personas elegidas de forma paritaria. También hará historia al reservar 17 lugares en la convención para los 10 pueblos originarios. 

El sábado votó más del 20% del electorado (REUTERS/Pablo Sanhueza) La esperanza del mundo político es que el proceso constituyente -que tendrá una duración de nueve meses, prorrogable por una única vez por tres meses- logre pasar la página a la larga transición política que se abrió una vez que Chile recuperó la democracia en 1990. Nunca antes los chilenos habían tenido la oportunidad de participar en la redacción y votar por una nueva Constitución, la que, según diversos sondeos, esperan que les garantice varios derechos sociales, como el acceso a la salud, la vivienda o la educación. Una encuesta de la empresa Criteria, difundida por el diario La Tercera, mostró el sábado que un 63% de los chilenos confían en que el resultado de la nueva Constitución tenga “consecuencias positivas para el país”. Una minoría siente temor, sin embargo, de que pueda derivar en una Constitución muy izquierdista, que cambie radicalmente el modelo económico ultraliberal y político de Chile. Con información de AFP

sábado, 24 de abril de 2021

Chile: Diputados aprueban, por unanimidad, proyecto "de muerte digna”

NO CONTEMPLA A MENORES DE EDAD Y EXCLUYE LA CAUSAL DE DOLENCIAS PSÍQUICAS

SANTIAGO (Uypress)- La Cámara de Diputados de Chile aprobó este martes el proyecto de ley que regula la “muerte digna” a través de cuidados paliativos o eutanasia para mayores de 18 años, que ahora deberá discutirse en el Senado para convertirse en ley. Según informa diario La Tercera, la iniciativa, ingresada al Congreso en 2014 por parlamentarios de centro izquierda y que establece un marco legal para que un paciente con enfermedad terminal pueda decidir cómo poner fin a su vida, fue aprobada artículo por artículo por la unanimidad de los 141 diputados que asistieron a la sesión. "Asistencia médica para morir"

 El proyecto de muerte digna y cuidados paliativos regula "la asistencia médica para morir" en casos de personas que padezcan enfermedades "incurables, irreversibles y progresivas", sin posibilidad de respuesta a los tratamientos curativos, y con un pronóstico de vida reservado. La asistencia médica para morir comprende dos formas de aplicación, según el proyecto. Una de ellas a través de la "eutanasia" realizada por un profesional de la salud bajo orden y supervisión médica. La otra, contempla el "suicidio médicamente asistido" o la prescripción de una sustancia a un paciente, de manera que éste se la pueda auto administrar causando su propia muerte; siempre bajo supervisión médica, añadió el rotativo.

 Pueden arrepentirse "Otro punto que se aprobó fue que quienes se hayan acogido a la muerte digna, podrán arrepentirse hasta en el último minuto, expresando su cambio de opinión incluso a través de lenguaje kinésico o gesticular". Foto: Marcos Rowinski / Sputnik UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias

jueves, 8 de junio de 2017

DESTACADA PRESENCIA DE COLONIA EN FERIA DE TURISMO EN CHILE





    La delegación de la Intendencia de Colonia que participó de Fiexpo 2017, Feria Internacional del Mercado de Reuniones e Incentivos de América Latina y el Caribe que se realizó en Chile, marcó una destacada presencia del departamento de Colonia como destino turístico y específicamente en lo que refiere al mercado de reuniones.

    Los contactos mantenidos con profesionales del sector, para posicionar y vender Colonia, se evaluaron en forma muy positiva por el Intendente Carlos Moreira, el Director de Turismo Andrés Sobrero y la Sub Directora Cristina Otero, durante el transcurso de la Feria y el Workshop realizado en el  Hotel Enjoy.

    Paralelamente el Intendente Moreira y su Secretario Privado Guillermo Rodríguez, mantuvieron un encuentro con el Intendente de la Región Metropolitana de Santiago Claudio Orrego Larraín y luego una reunión en Arauco, con el Sr Charles Kimber, Vice President Commercial & Corporate Affairs y el Embajador de Uruguay en Chile, Octavio Brugnini.

    La delegación está retornando este jueves del país trasandino y retomando en forma inmediata sus actividades en Colonia.

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