lunes, 29 de febrero de 2016

No cesan los ataques a médicos en los hospitales públicos.

No cesan los ataques a médicos en los hospitales públicos.
ADNbaires/ En la última semana se sumaron dos episodios en el Italiano y el Gutiérrez, en La Plata, que hablan a las claras de un fenómeno social Fue el miércoles pasado alrededor de las 20 en el Hospital Italiano. Alvaro Ruta, el jefe del Servicio de Guardia, estaba por terminar su turno y hacer el pase de sala a un colega cuando oyó gritos en el pasillo. Al asomarse vio que un hombre estaba maltratando a la enfermera responsable del triage (el protocolo de clasificación de pacientes según su urgencia) porque ésta le había dicho que su mujer debía esperar a que fueran atendidos quienes estaban antes. Indignado con esa respuesta comenzó a amenazar al personal alegando supuestos contactos y diciendo que no sabían quién era él. “Al ver que la situación se complicaba decidí intervenir –cuenta el doctor Ruta en su denuncia penal-. Me acerqué al hombre y le expliqué que las cosas no funcionaban de esa forma; que el electrocardiograma que reclamaba para su mujer no era una urgencia y que en unos minutos la íbamos a atender. Pero eso lo enfureció. Me acusó de estar tomándole el pelo, empezó a insultarme y me pegó una trompada en la cara. Y cuando logré sacármelo de encima me volvió a atacar”. Los médicos ven con alarma cómo las agresiones se vuelven cotidianas sin que ninguna de las medidas para ponerles freno parezca funcionar Con todo no fue el único episodio de su tipo que ocurrió esta última semana en La Plata. La noche anterior había tenido lugar en el Gutiérrez otro similar. En este caso, el agresor amenazó con un cuchillo a una médica y disparó varios tiros al aire en la playa de estacionamiento del hospital. Según testigos, el incidente se produjo alrededor de las 21.30 al llegar a la guardia un nene de un año y medio con convulsiones. “Su cuadro era urgente y se lo atendió de inmediato, no hubo demoras porque tampoco había otros pacientes”, contó un médico residente. El niño estaba siendo asistido con su mamá al lado cuando su padre comenzó a patear la puerta del consultorio hasta que la rompió. Entonces “se puso a amenazar de muerte a todos”, cuentan los médicos, quienes aseguran que “estaba borracho o drogado”. Mientras que en este último caso el agresor era “una persona de bajos recursos”, en el anterior, el denunciado es “un empresario de una importante inmobiliaria local”, informaron fuentes de la policía al señalar que los episodios de violencia que se vienen registrando en las guardias hospitalarias trascienden las clases sociales para constituirse en un fenómeno que atraviesa a toda nuestra sociedad. Así lo reconocen también sociólogos y entidades vinculadas al ejercicio de la medicina, que ven con alarma cómo este tipo de agresiones se vuelven cotidianas sin que ninguna de las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias para ponerles freno parezcan funcionar. Y en este sentido advierten que la falta de respuesta frente al fenómeno es un camino muy peligro no sólo para los médicos. “Desprestigiados, mal pagos, sin recursos materiales y encima agredidos por sus propios pacientes… en unos pocos años –dicen- no va a haber médico que quiera trabajar en la guardia de un hospital”. UNA EPIDEMIA SOCIAL “Hablar de violencia en los hospitales, como hablar de violencia en el fútbol, violencia en los boliches o violencia laboral, es sólo mencionar los distintos contextos donde sucede la misma cosa: la violencia como forma de relacionarnos, de resolver los conflictos o el deseo no satisfecho”, sostiene la profesora Julia Zafra, especialista en Ciencias de la Educación, quien observa que el fenómeno “se ha instalado en nuestra vida cotidiana” y teme que “para quedarse por largo tiempo”. “El tema es preguntarnos qué nos pasó a aquellos que tenemos la responsabilidad de enseñar a las nuevas generaciones otros modos de vincularse, de educarlas en el control positivo de su ira y sus enojos, en el respeto por el espacio físico o emocional del otro, en la habilidad de manejar los conflictos sin recurrir a la violencia”, plantea Zafra al señalar que se trata de un fracaso de la educación. Lo mismo sostiene el sociólogo Juan Del Pino. “Hace muchos años que nuestro sistema educativo viene en caída”, lo que ha llevado a “que los valores de solidaridad y respeto estén perdiendo vigencia frente al valor que impera en este momento en nuestra sociedad, el del éxito individual. Se trata de un cambio que favorece las actitudes violentas hacia los otros y que trasciende el ámbito de un hospital. Se ve en todos lados. Hoy vivimos constantemente al borde de la agresión y uno hasta tiene que estar atento para no caer en ella”, dice. “Educación”, es también la palabra que más menciona Jorge Mazzone, el presidente del Colegio de Médicos de La Plata, al reconocer que “la violencia en los hospitales es claramente otra de las expresiones de una epidemia social”. Pero aun así –dice- “no deja de estar ligada a una realidad del sistema de salud. La escasez de recursos humanos, la falta de materiales, el deterioro edilicio y los problemas de organización llevan a que con frecuencia se produzcan deficiencias en la atención que derivan a su vez en reacciones violentas por parte de familiares de pacientes. Y esa violencia por las fallas del sistema se descarga siempre sobre los que están al frente, los médicos, que no somos menos víctimas de él”. ACCIONES IMPUNES Aunque reconocen que la violencia contra los médicos “sólo se revierte con un mayor compromiso de los gobiernos en materia de educación”, desde el Colegio reclaman mientras tanto “medidas de fondo que verdaderamente protejan el trabajo de los profesionales de la salud”. “Hemos tenido infinidad de reuniones por este tema con las autoridades del Ministerio y hasta ahora sólo han adoptado medidas cosméticas como botones antipánico, cámaras de seguridad y personal uniformado. Nada de eso ha impedido que nuestros colegas sigan siendo golpeados y amenazados”, señala Mazzone con indignación. Para contener el problema de la violencia en las guardias “hace falta ante todo mejorar las condiciones de quienes trabajan en ellas, pero también adoptar medidas de fondo para que los ataques contra los médicos no queden impunes como ocurre hoy. Necesitamos que se apruebe un proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados para modificar el Código Procesal Penal a fin de que los profesionales que se desempeñan en hospitales sean considerados servidores públicos y, como tales, las agresiones contra ellos sean acciones no excarcelables”, explica el presidente del Colegio, quien volverá a plantear ese reclamo este martes durante una reunión autoridades del Ministerio de Salud provincial. “Hay una gran desorganización y muchas deficiencias en lo que respecta a la atención en las guardias, que no es responsabilidad de los médicos y que es necesario atender –coincide Martín Pedersoli, el vicepresidente de la Agremiación Médica Platense- Pero sobre toda hay una gran impunidad para los agresores –dice-. Sin una ley que respalde a la policía para que empiece a detener a las personas que agreden a nuestros colegas va a ser muy difícil que esto se pueda frenar alguna vez”. (Fuente El Día) ADNbaires/

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