jueves, 19 de febrero de 2015

El silencio de la democracia y el rugido de las aguas


El silencio de la democracia y el rugido de las aguas

Norma Morandini
Nuestra herida democracia se construyó sobre silencios, el de los pañuelos blancos que increparon al poder cuando la mayoría tenía miedo; el que a la hora en la que el sol se escondía tras las montañas de Catamarca, en una mezcla de marcha cívica y procesión, rugía sin palabras por el crimen de María Soledad; el que levantó las maquinas fotográficas en recuerdo de José Luis Cabezas. El silencio que calla para no gritar. Cuando las palabras no dicen porque gritan y lastiman, mejor el silencio para no ahondar peligrosamente esas trincheras que algunos intentan construir. El silencio también es una expresión de sabiduría. Porque, como dice el refranero popular, a los bueyes se los une por los cuernos y a los hombres, por las palabras. Pero cuando las palabras matan porque amenazan, cuando lastiman, agreden, odian, mejor hacer silencio. 
Cuesta argumentar sobre lo obvio. Cada una de las descalificaciones con las que se nos intenta amedrentar son una muestra de lo que advertimos hace ya tanto tiempo, el carácter antidemocrático de quienes confunden Estado con Gobierno, invocan a los Derechos Humanos pero ignoran el derecho universal a manifestar,  critican a la dictadura pero desprecian la democracia. Si la marcha es opositora, ¿qué? Si se califica a la expresión ciudadana como delito, entonces esa es la mejor confirmación de que vivimos bajo un régimen, no en una democracia que garantiza derechos. En cada descalificación personal aparece descarnada esa cultura autoritaria de comisarios políticos que patrullan ideológicamente lo que pensamos o hacemos. Pero si estas descalificaciones no resisten los principios democráticos que legitiman los derechos, el que se invoque tanto al golpismo entra en el orden de la psicología, la teoría del inconsciente que sostiene que proyectamos, ponemos fuera, todo lo que deseamos. Ante tanta invocación del golpismo que nos atraviesa como mal histórico, pareciera que se lo desea. La interrupción de lo que ya a doce años de gobierno es pura responsabilidad por esta cuesta abajo en la rodada de la popularidad, de los desmanejos de la economía, pero sobre todo por haber desatado lo que creíamos haber dormido: el odio entre hermanos, vecinos, amigos. El que grita “Viva la Patria”, pero quiere matar al compatriota, ese otro que vive bajo el misterioso cielo del destino compartido, pero al que le negamos su igualdad ante la ley, sostén filosófico jurídico de la democracia.
Los argentinos ya aprendimos que las crisis económicas se superan con años, pero las crisis de violencia nos consumen generaciones enteras. Los que fuimos víctimas directas del Terrorismo de Estado no insultamos. Porque el dolor es más fuerte que la ira aprendimos que ese buscar poder para conseguir una sociedad mejor desemboca siempre en una preparación para la guerra, la propia, la más dañina.  Esa “violencia cómoda” que mata en nombre del dogma.Como sucede con tantos revolucionarios de cartas abiertas que sostienen ese poder en lugar de increparlo, tal como sucedió con todas las cartas abiertas que nacieron contra los regímenes comunistas, el de la Checoslovaquia de Vaclav Havel o el de China, donde su principal escritor, el Premio Nobel de la Paz Li Xiabo, permanece preso por pedir por la libertad del decir. Entre nosotros la única carta abierta contra el poder de la Junta Militar de Jorge Videla fue la de Rodolfo Walsh, cuya escritura le costó la vida. En lugar de invocar tanto el golpismo debieran poner su entendimiento para comprender ese silencio que ruge en las calles. No vaya a ser que aquellos que se dicen perseguidos de la dictadura carguen sobre sus conciencias la persecución de los demócratas que solo claman por vivir en paz.
Somos muchos los que sabemos que para superar ese tiempo en el que el lugar común de la muerte aturdió y domesticó los ideales revolucionarios debemos contraponerle igualdad y derechos, división de poderes, transparencia y decencia democrática. Pero en paz. Y esa debiera ser la única línea divisoria. La sociedad justa para que sea duradera debe construirse sin violencia, con la laboriosidad del día a día.
Vivo en el lugar donde la furia de las aguas, sin cauce, desbordaron sobre las casas, los puentes, los caminos y se llevaron vidas que se aprestaban a un feriado que se pretendía festivo y terminó con llanto e impotencia. Vale como metáfora: cuando las aguas carecen de cauce se desbordan furiosas. Ojalá el silencio, a tiempo, evite las furias y los gritos. Para que los argentinos, finalmente, nos reconozcamos en el silencio, ese que sobrevive a las muertes y por eso nos obliga a redimensionar la vida. Como sucedió con la dictadura que nos vivificó la idea de democracia, tan ajena a la tradición populista de la política.
Paradójicamente fue el Terrorismo de Estado, el miedo, los secuestros y los desaparecidos los que al inicio de la democracia nos hicieron intuir que la salvación política estaba en la división de los poderes que se controlan mutuamente y en los derechos humanos de la democracia. Si la democracia naciente le debe mucho al silencio de aquellas mujeres que eran inicialmente unas pocas, ahora que el silencio por la muerte del fiscal Alberto Nisman se ha multiplicado en tantos corazones, es para augurar el camino definitivo a la verdadera democracia, la que se construye en paz. 

Los paraguas del hartazgo



Los paraguas del hartazgo

Mundo Asís

Vaya también un reconocimiento para Julio Piumato. Por la eficiente capacidad de organización de los empleados judiciales. Facilitó el despliegue de la sociedad conmovida.
Los fiscales llegaron “hasta aquí”. El éxito de la convocatoria les marca, asimismo, la línea de llegada. Para volver empapados hacia sus despachos con la satisfacción del deber cumplido. Con la certeza de haber brindado un ejemplo. Permitieron la emoción saludable de la sociedad blanca y sensible que paga por sus impuestos y espera, surcada por el hartazgo. Un agotamiento que no encuentra, aún, la respectiva canalización política. Un ítem que, en todo caso, excede a los fiscales.
La Marcha del Silencio se agota en la impresionante realización. Con una intensidad que, por una razón física –como sostenía Edgar Poe, es necesariamente breve.
En adelante, es el turno de los políticos. Los que se lucieron, paradójicamente, con el recogimiento aconsejable del perfil bajo. Con el mérito de pasar inadvertidos entre la gente que homenajeaba a Nisman, mientras reclamaba contra la impunidad.
Desde Massa a Macri. O desde Cobos o Binner a la señora Carrió. Son los exclusivos responsables de trasladar, hacia la esfera electoral, el hastío de la sociedad que oposita, y que clama por encontrar al opositor que la represente.
Son conscientes que deben recibir, como herencia, los riesgos de una sociedad hastiada. Pero con sus simultáneos beneficios. Se trata de una sociedad necesitada de creer en alguien. En algo. Para ser, de una vez por todas, gobernada. Pero no conducida. No es ningún rebaño.
Es una sociedad de decepción rápida se encuentra siempre capacitada para tolerar otra frustración.
La Doctora pierde la iniciativa
Después de la catarsis, todo va a seguir ilusoriamente igual. Con el país estructuralmente dividido e irreconciliable. Con el cristinismo que resiste los embates de la realidad, apostado entre los medios de comunicación. Y con la estoica mayoría que se radicaliza en el Legislativo. Que ayuda para proporcionarle fachada legal a cualquier verdura. Como a la nueva ley de inteligencia.
Son los diputados los que ayudan a La Doctora a recuperar la iniciativa. Es el sentido de impactar, mientras aún no se cerraron los paraguas, con la convocatoria al Fiscal Pollicita. Para que presente los osados fundamentos de la imputación a La Doctora. Ante los diputados del Frente para la Victoria. Lo aguardan a Pollicita, en apariencia, sin los “tapones de punta”. Ocurre que La Doctora perdió el control de la calle. Pero perdió también la iniciativa, como la credibilidad. Entre las vacilaciones que se instalan en los altibajos de su agenda. Desde la muerte de Nisman circula detrás de los acontecimientos. Se va con la misma incertidumbre con que vuelve. Sea a El Calafate -Ciudad Kohinoor-, o a Chapadmalal.
La insoportable perentoriedad de la Marcha del Silencio la desequilibró hasta caer el exceso de reinaugurar lo doblemente inaugurado. La planta de Atucha sirve para tratar el cambio geopolítico que impulsa, en el ocaso del ciclo paranoico.
La Doctora se atreve a homenajear con sus palabras a aquel que descalifica con sus acciones. El marido extinto, El Furia.
De blanco, “almidonada y compuesta”, muestra el libro publicitario. Con una página dedicada al general Perón (a quien recurre en los momentos de retroceso) y luego con otra página. De Kirchner. Él. Lo llena de adjetivos mientras, sin piedad, lo masacra con acciones.
Para entender el fenómeno de la descalificación sirve como marco el crimen de Nisman.
Una de dos, La Doctora nos miente ahora, o El Furia nos mentía hace ocho años. Cuando Kirchner utilizaba sus minutos sustanciales en el plenario de las Naciones Unidas, para degradar a Irán. A los efectos de seducir a los Estados Unidos que necesitaban aquel discurso. El pobre suponía que, con semejante petulancia, podía aferrarse al Occidente que razonablemente le desconfiaba.
O aquel Kirchner era un nabo que nos convertía en meros instrumentos satelitales de Estados Unidos e Israel -inspirado en las fundamentaciones que le acercaba la dupla Nisman-Stiusso-, o La Doctora es una irresponsable que, en el final del mandato, en la etapa lazarista, decide atarse al carromato persa de la utopía antioccidental. A través de un entendimiento bastante insuficiente con Rusia o con China (potencias que tienen un discurso más racional y claro) y con la obstinada alianza con Venezuela. Una patología que la ata, estratégicamente, a Irán. Enfrascada en una tesitura que de ningún modo se simula con las palabras enaltecedoras hacia su marido muerto. Uno de los dos está históricamente equivocado. Y deja al país en off side. Fuera de juego.
Juntos, El Furia y La Doctora plantaron a la Argentina en el desconcierto. En una contradicción que pasa, en el fondo, con soda y sin inconvenientes. Porque, salvo Carrió, en el plano local ninguno de los presidenciables parece brindarle la menor magnitud a la circunstancia internacional. Pese a disponer de preparados asesores en la materia.
La Banca
Aunque parezca mentira, el portal admira, en el cristinismo, la audacia.
Sin la menor credibilidad externa. Defaulteados y desacatados. Sin contemplar la menor estrategia de acuerdo o conciliación. Y mientras se devora las reservas del Banco Central raquitizado, La Doctora –máxima representación institucional de la Argentina- provoca. Grita que “con esta presidenta el país nunca más va a ser punto”.
En adelante, con La Doctora en su ocaso, la Argentina está para ser “banca”.
Y es aplaudida y celebrada por los violadores de sexo fláccido. Por los internados en terapia intensiva que se sienten en condiciones de desafíar al Pentágono entero.
¿Cómo no admirar semejante caradurismo?
La Doctora se distancia de Estados Unidos justamente a través de la delicada cuestión de la energía nuclear. El as de denuncia que Nisman mantenía oculto, acaso, en la manga. Ampliaremos.
Lástima que la toma de distancia con los Estados Unidos sea apenas preventiva. Resulta de utilidad para justificar previamente el escandaloso fracaso de la delirante conducción.
La Doctora mantiene el estilo envolvente para envolver, incluso, el propio fracaso de la (falta de) gestión que sólo se sostiene con el fantasma de las conspiraciones.
Con los desestabilizadores feroces que no vacilan en abrir los paraguas del hastío, y marchar en silencio.
Con el cambio geopolítico, La Doctora descalifica al marido mientras lo homenajea.
Cambia también el enfoque, y cambian las hipótesis para tratar el atentado a la Amia que nos acompaña hasta la posteridad. Cambios que se registraron a través de la diplomacia amateur (Timerman). Y la diplomacia marginal, compuesta por los personajes entrañables escapados de una novela de Roberto Arlt.
Son los ítems que el infortunado fiscal Nisman les lega al fiscal Pollicita. Para que los trate el juez Rafecas. Entre los aprietes memorables del cristinismo envolvente, que banca su descalabro y se desestabiliza en soleda
d.
.

Carnavales de Campana

Cultura que suena

Campana vivió el Carnaval con una verdadera fiesta familiar en las calles





La Plaza España fue nuevamente el punto de encuentro durante dos esplendidas noches de celebración y alegría. Miles de vecinos disfrutaron la magia y el color de la legendaria fiesta que reunió a murgas de la ciudad e invitados, en otra nueva propuesta cultural con  entrada libre y gratuita.


El lunes y el martes, Campana vivió una verdadera fiesta popular donde la familia fue protagonista. La Plaza España fue nuevamente testigo de dos magníficas noches de Carnaval. Por la Avda. Dellepiane desfilaron murgas de la ciudad, junto a otras invitadas. Allí, alrededor de 15.000 vecinos se reunieron durante las dos jornadas para disfrutar de esta particular atracción donde banderas, muñecos, papelitos, pancartas y, sobre todo, mucha música y alegría, colmaron la plaza.

La celebración que contó con la organización de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Campana, junto a una Comisión Organizadora integrada por miembros de Carumbé, Callejeros de Otamendi, Almarí y Grupo Esperanza, resultó ser un verdadero éxito.

La comunidad comenzó ambas jornadas “Jugando al carnaval”. Invitados desde las primeras horas del atardecer, se hicieron presentes también las clásicas bombitas y los baldes de agua para rememorar la esencia que estas celebraciones tuvo siempre en cada barrio. Hubo también máscaras, disfraces, ornamentación acorde a la celebración y la típica e infaltable espuma. 

Títeres gigantes estuvieron en la primera jornada poniéndole color al día lunes para luego dar paso al desfile de la admirada Murga Esperanza. Esa misma noche, Almarí (del barrio Lubo) también bailó al compás de los tambores. La Casi Murga, con su estilo uruguayo, desde el escenario principal llenó de música la noche al igual que Los Gastasuela que llegaron desde José C. Paz para sumarse a la fiesta. Finalmente, el Centro Murga Carumbé cerró la jornada con su mejor ritmo.

La noche del martes siguió con la Banda Freno de nuestra ciudad y también con la participación de las murgas invitadas Los de la Galera y Los que quedaron. Por último, Callejeros de Otamendi le pusieron “punto final” a la segunda noche despidiéndose hasta el año próximo.  En ambas jornadas, las instituciones murgueras pudieron recaudar fondos a través de sus propios stands, y a través de la venta de espuma y los clásicos “choris” con gaseosa, ya que la venta de alcohol estuvo prohibida en todo el evento.

De esta manera, la popular fiesta pasó llenando de alegría la ciudad. La música vibró en el aire y junto a ella una toda la belleza y el ingenio de los amantes de la murga que se dispusieron a alegrar a las familias campanenses.

El carnaval tiñó de color y fantasía la ciudad durante dos jornadas espléndidas donde todos pudieron lucirse con sus vestimentas ornamentadas preparadas especialmente año a año con amor e inmensa pasión. Pero, sobre todas las cosas, con toda su esencia murguera a flor de piel.

Resultó ser una experiencia inolvidable que se llevó a cabo entre todos. Desde la Secretaría de Cultura y Educación junto a las murga hasta las fuerzas policiales, CIMoPU y personal de tránsito y transporte. Estos últimos contribuyeron en la organización y brindaron sus servicios para otorgar seguridad al público presente y  hacer de estos Carnavales una verdadera fiesta de todos.



Los clubes tuvieron su noche en la Plaza de Todos

Secretaría de Cultura y Educación
Los clubes tuvieron su noche en la Plaza de Todos

La segunda jornada de esta popular fiesta tuvo como objetivo que cada institución deportiva de la ciudad presentará ante la comunidad sus trabajos y actividades. Artesanos y números musicales en vivo se sumaron a la propuesta.


La Plaza Eduardo Costa este domingo volvió a “vestirse” de fiesta. En la segunda jornada de esta popular fiesta que organiza la Secretaría de Cultura y Educación, se presentó “La noche de los clubes”. Además se contó con el tradicional Paseo de Artesanos  y con números musicales, de artistas locales, en vivo.

En esta oportunidad fueron Independiente Athletic Club, Club Atlético San Lorenzo de Almagro, Club Social Deportivo América, Campana Boat Club, Club Social de Campana, Club Villa Dálmine, Club Deportivo Estrella del Este, Club Ciudad de Campana, Club Atlético Porteño, Club Boca Juniors, Club Atlético Argentino, Club Atlético Barrio Del Pino, Club Atlético Las Praderas, Club Puerto Nuevo, entre otros los clubes que se hicieron presentes en la plaza principal de la ciudad para compartir con la comunidad su pasión por lo que hacen.

Así, ubicados en distintos stands dispuestos en diversos sectores de la plaza, participaron de una magnifica jornada que tuvo como propósito que cada institución deportiva pudiese dar a conocer al resto de la Comunidad lo que hacen.

Fue un grato encuentro para que mostrasen sus trabajos, sus actividades como también para posibilitar que los pares (Autoridades de los Clubes), puedan dialogar entre sí en la búsqueda de intereses comunes y a partir del enriquecimiento dado por el intercambio de sus experiencias, potenciar la operatividad de cada institución.

Pero ese no fue el único atractivo de la noche. Pues se contó también con el tradicional Paseo de Artesanos en el que los campanenses pudieron compartir con los vecinos sus creaciones y ofrecer los más variados productos.

También, como ya es costumbre, hubo números artísticos de los más diversos con la actuación de artistas oriundo de nuestra ciudad. Recorriendo la plaza, en distintas postas, se presentaron Cacho Farías, Las Guitarras Campanenses, Alejandro “El Guyra” Cantor y los Hermanos García con todo el ritmo del folklore.

Además estuvieron, al ritmo del 2x4, actuando Cacho Amado y Máximo Farina. Y, el grupo Otra pasión, con la movida tropical. Fue una jornada en que se combinaron varias disciplinas, todas con la intención de otorgarle al vecino de la ciudad el lugar que merece.

Así pasó otra de las esplendidas noches de verano en las que la comunidad disfruta de la Agenda Cultura que ofrece la Municipalidad de Campana a través de su Secretaría de Cultura y Educación

Cristina Fernández de Kirchner remarcó la autonomía energética que significa Atucha II



La Presidenta Cristina Fernández encabezó la habilitación de la generación del ciento por ciento de la Central Nuclear Atucha II, en el Partido de Zárate, bautizada Néstor Kirchner.
En el escenario, la jefa de Estado estuvo acompañada por el gobernador Daniel Scioli, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich, el ministro de Economía Axel Kicillof, el ministro de Planificación Julio De Vido, la ministra de Producción Débora Giorgi, y el Intendente de Zárate Osvaldo Cáffaro, entre otros.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó que la Argentina ha desarrollado “autonomía nacional en un recurso estratégico como es la energía” y aseguró que eso molesta a otros países que, por sus intereses particulares, “prefieren una Argentina sin plan nuclear, que no se desarrolle en el campo científico y de bajos salarios y mano de obra barata”.
“Hemos desarrollado autonomía nacional en un recurso estratégico como es la energía, no solo (en materia de) ciencia y tecnología”, sostuvo la mandataria durante el acto realizado en la localidad de Lima, partido de Zárate, en el que se celebró la habilitación de la generación de energía, al ciento por ciento, de la central nuclear Néstor Kirchner (Atucha II).
Durante su discurso transmitido por cadena nacional, la mandataria destacó, entre otros datos, que hoy el Estado argentino es propietario del 45 por ciento del sistema energético nacional y que la propiedad en manos de privados extranjeros se redujo del 80 al 23 por ciento.
Otro de los datos vertidos por la jefa de Estado en su discurso fue que la Argentina regresó al “selecto grupo de once países que pueden producir uranio enriquecido”, algo que, aclaró, este país hace con fines pacíficos.
La mandataria destacó que la Argentina integra una “zona de no proliferación nuclear” y enfatizó: “No le ponemos bombas nucleares a nadie, ni amenazamos”.
En un pasaje de su mensaje, la jefa del Estado sostuvo que dirigentes como Kirchner y Juan Domingo Perón -recordó sus anuncios en la central nuclear Atucha- "son los hombres que quedan en la historia, los otros apenas se agotan en cinco minutos de TV o en una página de un diario"
Una vez terminado el acto, el Intendente Osvaldo Cáffaro sostuvo que fue “un momento histórico” que “nos tiene que llenar de orgullo más allá de dónde está situado cada uno en su pensamiento, en su ideología”.
Luego, Cáffaro explicó que esta obras “nos traen trabajo, infraestructura, la presencia de Nucleoeléctrica Argentina es altamente positivo”.
El jefe comunal destacó que el impacto de una nueva Central Nuclear Atucha III en el distrito tiene que traer progreso a toda la comunidad. “Se hizo un diagnóstico de nuestras necesidades y esta nueva inversión tiene que traer más infraestructura para Lima y Zárate, se ha hecho mucho pero todavía falta”, agregó.
Con respecto al discurso de la presidenta, Cáffaro indicó que “fue positivo, a favor del crecimiento, de la industria” y remarcó cuando dijo que hoy se consume más energía ya que “eso significa que mejoró la calidad de vida de todos los argentinos”.

El dia de los Paraguas por Justicia

















Noticias que interesan